DESPERTANDO A LA SEXUALIDAD CON MIS HERMANAS
Somos producto del destino, y eso me llevo a tener relaciones con mis familiares mas cercanos: MIS HERMANAS.
Hola a todos y todas
En esta ocasión les narraré como empezó mi vida sexual y quienes contribuyeron a este inicio.
De antemano le aseguro que estas narraciones son la verdad de los hechos, como se fueron dando y la situación que influyó a que así fuera.
Recuerdo que cuando tenía unos 9 años, me percate que mi hermana Reyna, que es un año menor que yo, cuando por alguna razón nos quedábamos solos en la casa, se apartaba en algún rincón y se ponía en cuclillas, intentando pasar desapercibida y la veía con su mano dentro de sus pantaletas frotándose su panochita infantil, la veía que le gustaba eso y hoy puedo decir que hasta tenía sus orgasmos; ya que sus ojos se le ponían rojos y llorosos y el ritmo de sus movimientos se volvían más rápidos y más frenéticos, abría su boca demostrando lo placentero de su momento, así fue por mucho tiempo.
Entonces fue cuando yo empecé a jugar con ella y también se empezaron a dar los toqueteos entre nosotros, entonces se dieron los primeros encuentros, si bien no sabíamos nada de sexo, la verdad es que seguramente disfrutamos en explorarnos, en tocarnos, en descubrir ese mundo prohibido, nos besábamos mucho y hacíamos nuestras primeras muestras de los que más tarde nos llevaría a la cima del placer carnal.
Al poco tiempo sin poder precisar como fue, se integró mi otra hermana Rosaura (tres años menor que yo) por lo que ya cogía con las dos; en una ocasión en que nuestros padres nos dejaron solos en la casa, empezamos a jugar y yo ya cada juego lo encaminaba a tener sexo, aprovechándome de lo caliente que resultaron las niñas.
Recuerdo que una ocasión nos bañamos juntos y después jugamos, con el final que ya sabíamos, empezamos a explorarnos; yo les abría sus panochitas y veía las diferencias que tenían entre ellas, les tocaba sus pechitos planos, pero con su pezoncito bien parado, se los chupaba, le mamaba sus panochitas, muy rojas y mojadas y me ponía encima de ellas para meterles mi verguita bien parada, turnándolas a cada una, también utilizaba mis dedos y ellas me correspondían mamándome la verga y abriéndose para que les entrara bien mi verguita.
Estos momentos duraron hasta que yo tenía 14 años, Reyna 13 y Rosaura 11, que fue según recuerdo cuando cogimos por última vez, de común acuerdo, porque ya entrabamos a la pubertad y eso las alejo, derivado de la primera menstruación de Reyna.
Pasado un corto tiempo busque la forma de cogerme a mi hermana Liliana que ya por ese tiempo andaba entre los 9 o 10 añitos, y a sabiendas que ella varias veces nos había visto cogiendo, por lo que empezó esa etapa de convencimiento con ella.
Pero Liliana bien merece un capítulo especial y aparte, por su precocidad y los bellos momentos que vivimos.
Woooowwww, qué rico tu relato! sigue contando más!