Día de Campo en nuestro Motel favorito.
Si alguna vez has tenido la oportunidad de llevar a tu novia a un Motel y no me refiero a la noviecita que todos en general tienen como hombres, sino a tu hermana a la que hiciste tu novia después de haberla hecho tu mujer. .
Día de Campo en nuestro Motel favorito.
Si alguna vez has tenido la oportunidad de llevar a tu novia a un Motel y no me refiero a la noviecita que todos en general tienen como hombres, sino a tu hermana a la que hiciste tu novia después de haberla hecho tu mujer.
Ese día, por la tarde habían salido nuestros padres y le propuse a mi hermano irnos a un Motel para pasar un rato agradable para lo cual llevamos unos vinos de durazno que a mí me encantan, algunas botanas y una botella de tequila refresco de toronja, limones, sal, algunos hielos y vasos de plástico pero sobretodo muchas ganas de coger.
Lo primero que hicimos llegando al Motel fue cachondear dentro del coche luego de que le cobraran el cuarto a mi hermano, me quitó la playera que llevaba puesta y el brasier, para luego meter sus manos dentro de mi “panocha” y como yo soy bien chichona de pechos (“Así le decía nuestra madre a la vagina –“Tú Ana Luisa no te andes dejando agarrar la panocha por tu hermano ni le andes mostrando las chichotas que tienes”) Total que Edgar hundió sus dedos medio y anular dentro de mi vagina, lo curioso es que luego supe que esa es la técnica para lo que llaman squirting, y sí así era en efecto, y sí yo me venía mucho de por sí, con eso le mojaba el pene a mi hermano y de pilón lo salpicaba todo. Pero paramos porque no queríamos dejar huellas en el coche porque luego él tenía que ir en la noche con su prometida y no quería que ella percibiera olores de nuestros sexos.
Así que tome mi blusa y mi brasier y subimos al cuarto por las escaleras que tiene que te llevan a donde está la gloria de coger con tu hermano, que en realidad también a ustedes mujercitas les deseo que puedan sentir esa sensación de “ya por fin voy a coger de nuevo con mi hermano” y aunque nosotros hemos cogido infinidad de veces, esta vez sería de nuevo como la vez que tuvimos mi hermano y yo nuestra primera relación de incesto. Esa es la mejor ventaja del incesto que nunca te cansas de coger con quien te haya tocado coger de tu familia y eso es exquisito, por eso existen infinidad de páginas de amor filial y videos de incesto familiar.
Creo que el incesto en sí es muy adictivo para quienes tenemos la costumbre y el hábito de practicarlo, porque quieres más y más. Me decía una amiga que coger con el hermano luego no es suficiente porque ya se te antojó tu mamá o tú papá o tu tío, tu tía o tu otro hermano, inclusive tu otra hermana, el primo o la prima, y es que según me contaría mi hermano desde hacía ya tiempo Julia la novia de Edgar empezó a coger con sus dos hermanos y aunque ya se les hizo vicio, ahora quiere mi hermano involucrarme a mí y tal vez a mis tíos, hermanos de nuestra madre y que probablemente también quiera también después que los dos cojamos con nuestra mamá. Una vez que pruebas las mieles del incesto ya no lo dejas.
Total que subimos al cuarto y primero nos sentamos en la cama, nos besamos y fuimos intensificando los besos y caricias, yo tenía mis pechos de fuera desde que empezamos a calentarnos en el coche.
- Ya me pusiste bien caliente hermana ya quiero que nos bañemos primero y luego te cojo en la regadera y tú me mamas la verga.
- Tus deseos son órdenes, hermanito. Siempre te pones muy contento cada vez que vamos a incestar
- Y tú también, te pones muy caliente hermana
- No te lo puedo negar que me gustas mucho y que quiero compartir mi vida contigo.
- ¡Vaya! Sí es lo que también yo quiero.
- ¿Pero no te vas a enojar si sigo con Juanita y con Olga?
- No por supuesto si me gusta que compartas tu sexo con ellas
Nos levantamos ya desnudos para ir a la regadera, el agua calientita siempre que cae sobre mí cuerpo me pone más caliente, nos empezamos a besar y él acariciaba mis senos, mis pezones estaban paraditos y él me los chupaba, yo echaba mi cabeza hacia atrás gimiendo de goce, en tanto su pene se metía entre mis labios vaginales, adornados por el vello tupido que como alfombra adorna mi vereda del placer abriéndome de piernas para facilitar la entrada al pene de mi hermano.
- -¡Somos hermanos, esto es incesto Edgar! ¡Mira como me tienes desnuda y yo contigo con esa verga que tantas veces has metido dentro de mi vagina!
- ¿Incesto?, no conozco esa palabra, si me la quieres explicar.
- Mira incesto es que tu mano toque mi vagina porque al ser yo tu hermana y ser de la misma sangre que tú, somos parientes directos y a eso se le llama incesto.
- No lo sabía –dije riéndome y besándola de nuevo en su boca.
- No cabe duda de que tú eres un hermano bien incestuoso
- Somos bien incestuosos los dos, hermanita, pero incesto es hasta que nos vengamos los dos juntos. Tú recibiendo mi semen y yo recibiendo tus mieles.
- Hasta que te concedo la razón en algo, Edgar
Me tomó mi hermano de la mano y él colocándose entre mis piernas hizo que tocara su miembro erecto, que estaba listo para meterse dentro de mi caliente y mojada vagina. Le sonreí y le volví a decir:
- “Eres un hermano bien incestuoso”; Y yo también soy una hermanita bien incestuosa hermanito…
Mi hermano se arrimó contra mí y poniéndole mis senos con sus protuberantes pezones pegados a su pecho nos besamos nuevamente jugando con nuestras lenguas. Luego me besó toda, desde el cuello hasta mi vagina la cual lamía exquisitamente rodeando con su lengua todo mi clítoris. Me estremecía al sentir que eran las manos de mi propio hermano y me entró mucho morbo en tanto él chupaba mis senos. Se dedicó a tocarme por todas partes llegando a nuevamente a mi vagina besándola, y lamiéndola, metiéndome su lengua incestuosa.
Mordía suavemente mis labios vaginales con sus labios, su lengua se detenía en el botoncito de mi clítoris presionándolo y moviéndolo su lengua alrededor haciendo que mi espalda se arqueara y moviera miss nalgas y mis piernas de una manera incontrolable. Al principio me sentí un poco extraña porque no me imaginaba que pudiéramos coger tan rico dentro de un Motel, pero debía ser por la tranquilidad que sentíamos de estar solos y con todas esas cosas que podíamos sentir; después solo deseaba que nos quedáramos allí por siempre. Pero eso no podía pasar ya era tarde después de estar cogiendo tan rico y nuestra madre nos esperaba, recordé las veces en que nos masturbábamos juntos; empecé a apretar su cara contra mi vagina, y le dije que quería que me metiera la verga para venirme a chorros y mojársela como a él le gusta para que luego sintiera la lengua interna que tengo dentro de mi útero lamiéndole el glande.
- Me quiero venir ya, hermano, estoy a punto de venirme, méteme tu verga para mojártela como te gusta y bésame la boca y mis pechos.
- Vente mamacita, mía, mi querida hermanita, mi reina del incesto, te quiero, mi amor, amo tus pechos y tus pezones tan ricos que tienes.
Mi hermano tuvo una abundante venida dentro de mi vagina, sentí sus espasmos y su semen como se introducía dentro de mi útero de manera intermitente. Le chorree toda su verga con mi venida, sí que me estaba viniendo; era mi primer orgasmo ahí en ese lugar y qué delicioso orgasmo ya había tenido otros desde la regadera; pero éste fue muy abundante como otros tantos y lamí con la lengua que tengo adentro de mi útero su glande, haciendo que durara más el encanto del incesto. Mi hermano se bajo a mi vagina y lo vi ahí pasando su lengua suavemente relamiéndose mis flujos con sabor a miel de hembra y viéndome con una sonrisa maliciosa. Luego nos acomodamos y me estaba quedando dormida con mis senos sobre su pecho.
Eso fue algo totalmente diferente y único; pero luego se separó de mí besándome en la boca y diciendo que éramos hermanos, que eso no podía pasar; sonrió y me dijo:
- “Definitivamente somos unos hermanos que gustan de tener muchas venidas bien incestuosas”, Yo incesto, tú incestas, el incesta… –le dije
- “Nosotros incestamos, ellos incestan”. –completó mi hermano
Mordía con suavidad mis labios vaginales aún mojados de mi venida con sus labios, era tan diestro mi hermano con su lengua que me volvía loca; su lengua se detenía en mi clítoris presionándolo y moviendo su lengua alrededor haciendo que mi espalda se arqueara y moviera mis nalgas de manera incontrolable. No me podía olvidar lo hermoso que era coger con mi hermano; después solo desee que nos quedáramos en ese Motel por siempre. Pero eso no pasó, recordé de las veces en que me masturbaba pensando en mi hermano y ahora coger con él era toda una realidad; empecé a temblar, a gritar y a apretar su cara contra mi vagina.
Acostándose de nuevo a mí lado comenzó a besarme la boca tiernamente. Luego me besó toda, desde el cuello hasta los pies. Me estremecía sentir que eran las manos de mi hermano agarrando mis senos y él con su boca besándolos y chupándolos. No pronunciamos palabra alguna, solo nos amábamos. Se dedicó a tocarme por todas partes hasta que llegó a mi vagina besándola, lamiéndola, metiendo su lengua de nuevo y sacando parte de mi anterior venida combinada con parte de su semen, el cual me dio a saborear con sus besos.
Sí, en efecto ya me estaba viniendo por enésima ocasión porque mi hermano sabe que soy multiorgásmica; qué deliciosos orgasmos; al principio llegué a pensar que me estaba orinando, pero no era eso, simplemente estaba acabando a chorros, porque eso era lo que salía de mi vagina; y él seguía allí pasando su lengua suavemente relamiéndose y viéndome con una sonrisa maliciosa. Se incorporó recostándose a mi lado y me volvió a besar, suave y tierno; y sentía el sabor de nuestras venidas mientras pasaba su lengua por mi paladar, cosa que me estremecía. Luego fue él quien tomó mi mano indicándome que agarrara su miembro, que sentí tan suave, duro, caliente; tiernamente me indicó que bajara y lo besara, mientras me quería platicar algo acerca de su nueva novia, porque en eso habíamos quedado en tener nuestros propios novios para disimular lo nuestro.
Mi hermano había conocido a una chica que se llama Julia, Ella es del Estado de Hidalgo y con la cual ya había empezado con ella una relación sexual, según ella era 6 años más joven que él y por tanto 10 menos que yo, aunque aparentaba ser más chica. Ya me la había presentado y nos caímos muy bien. Yo tenía 30 años y mi hermano 26, por tanto ella tenía 20 y ya era madre de dos niñas.
- Antes de eso Julia me había confesado algo que le parecía malo ya que tenía dos hermanos y eso me lo confesó por teléfono dejándome un sabor de boca delicioso.
- ¿Pues qué fue lo que te dijo?
- Mira lo tengo aquí anotado para decírtelo porque lo grabe con la de pilas y no se escucha muy bien pero cuando quieras te muestro la grabación y la transcribí a mano.
- A ver, dímelo de tu ronco pecho.
- Ella: Amor, ya sabes que me la paso contigo muy bien, sé que soy una mujer muy caliente y que teniendo sexo contigo todo es divino, pero antes de que sigamos siento que te tengo que confesar algo que paso en mi vida porque no te lo quiero ocultar.
- Yo: ¿Qué es lo que te preocupa, mi amor?
- Ella: Cuando yo era más chica, mi mamá siempre nos había dicho que teníamos que obedecer a nuestros hermanos y así lo hicimos, pero conmigo se aprovecharon porque me querían ver desnuda y yo obedecí porque no quería tener problemas con mi mamá.
- Yo: ¿Te desnudaste enfrente de tus hermanos entonces? –le pregunté en tono tranquilo, pero calentándome porque todo eso del incesto me calienta mucho a mí al igual que a ti.
- Ella: Sí lo hice y ellos me pusieron sus miembros todos duros en mi boca para que se los chupara.
- Yo: ¡Tus dos hermanos te la pusieron sus miembros dentro de tu boca! –le dije también mostrándome un poco sorprendido, pero todavía más caliente porque nunca esperaba escuchar una confesión así y la animé a continuar contándome los detalles.
- Ella: Mis hermanos me decían: Mámala, métetela bien y lame las cabezas, hermanita, estás bien buena ¿ya te lo han dicho hermanita, verdad?
- Yo: Sigue contando, está bien interesante lo que dices
- Ella: Ellos se venían dentro de mi boca y yo sentía raro, pero sentía que no era bueno lo que me estaban haciendo.
- Yo: Es que todo depende ¿Dime sí es que te gusto o sentiste que algo te mojaba tus calzones?
- Ella: Me da pena, decirlo, Edgar
- Yo: ¡No, porque es lo más normal del mundo que sucede en muchas familias! –le dije preparando el camino. ¿Te gustó o te mojaste?
- Ella: Es que… se empaparon mis calzones y cuando me los quitaron mis hermanos aún estaba escurriendo de mi vagina.
- Yo: ¿Y pasó algo más después?
- Ella: Me la metieron, se turnaban para metérmela y los dos se venían dentro de mí y no una sola vez, sino varias.
- Yo: ¡Te gustó que se vinieran dentro de ti?
- Ella: Sentía muy bonito… que se vinieran dentro de mí…
- Yo: ¿Y eso pasó otras veces?
- Ella: No supe cuantas más, no las conté, hasta que salí embarazada, fue que mi mamá se enteró, los regañó pero no les hizo nada por ser hombres, al contrario me echo la culpa a mí y me obligó a casarme con un hombre mayor al que ni quiero y ni me hace bien el amor, nada más se pone encima de mí y termina dejándome con ganas. Por eso mis hermanos se turnaban para venir a verme y fue cuando me embaracé de mi segunda hija.
- Yo: ¿O sea que cada hija tuya es de cada uno de tus hermanos?
- Ella: Sí supe quién era el papá de cada una de mis hijas, porque cuando me las hicieron yo estaba en mis días fértiles y sé quién es el papá de cada una de ellas. ¡No sé qué nombre tenga esto que hicimos mis hermanos y yo!
- Yo: Sí cuando te conocí tú tenías dos niñas y eso que hicieron se llama Incesto y es de lo más común que te puedas imaginar ¿Te siguen frecuentando tus hermanos?
- Ella: ¡Sí! y saben que ellos son los papás, los tengo bien identificados. Sí mis hijas son de cada uno de mis hermanos
- Yo: ¿Te pones caliente cuando te visitan?
- Ella: ¡Mucho, muchísimo! y me encanta coger con ellos, pero me siento mal contigo, por eso te lo quise contar –pues bien que se explayó mi novia Julia. Ahora venía mi confesión para estar completos.
- Yo: ¿Sabes? Yo también tengo sexo con mi hermana y aún lo hacemos cada vez que nos vemos y es de lo más delicioso del mundo hacerlo con tus hermanas, o como en tu caso con tus hermanos.
- Ella: ¿Tú lo haces con tu hermana Ana Luisa, la que me presentaste? y fíjate que me cayó muy bien, te lo dije…
- Yo: ¡Sí! porque no tengo otra y si la tuviera también le haría el amor, y es normal, nada más que no lo acepta la sociedad.
- Ella: ¡Ah!, me dejas con el ojo cuadrado. Y si lo haces con tu hermana, ¿cuándo puedes hacerlo conmigo?
- Yo: Sería más fácil juntarlas a ella y a ti, ¿no crees?
- Ella: ¿Yo con tu hermana y contigo?
- Yo: No tiene nada de malo, el incesto es algo que se practica en muchas familias
- Ella: ¿Incesto?, ¿Esa es la palabra para explicar lo que me pasa con mis hermanos?
- Yo: Viene del griego Incestus y significa amor entre familiares de la misma sangre, hermano con hermana, madre con hijo, hija con madre y padre y muchas combinaciones más.
- Ella: Suena muy caliente todo eso, tal vez mis hermanos con mamá sí, pero yo con ella no lo creo.
- Yo: El Incesto depende de cómo lo practique cada familia
- Ella: ¡Coger es lo más rico que nos dio Diosito!
- Yo: Te invito a desayunar y lo hablamos con mi hermana
- Ella: ¿Cuándo?
- Yo: Deja que me ponga de acuerdo con ella
Ya era tarde cuando salimos y me empecé a preocupar por mamá. Salimos y todavía me sentía excitada por la plática que mi hermano había tenido con su novia Julia. Cuando llegamos a la casa ya nuestra madre nos estaba esperando, pero dábamos el tufo a alcohol, a cigarro y a jabón de hotel, además de haber llegado con el pelo mojado. ¡Qué tontos!
- ¡Pues donde andaban que teníamos el pendiente!, su padre está muy preocupado también, pero no les dice nada. ¡Ah!, no necesitan decirme a donde fueron si huelen a jabón de hotel, pero necesitan cuidarse, tú Edgar no vayas tú a dejar embarazada a tu hermana. Y tú Ana Luisa ten mucho cuidado y los dos protéjanse, usen condones para eso están.
Mamá prefería que tuviéramos una relación amorosa entre nosotros a que nos fueran a pegar una enfermedad venérea, ya que un hermano de ella sufrió de gonorrea por meterse con prostitutas y fue algo tremendo (aunque no se refería con la palabra incesto como nosotros acostumbrábamos a usarla en nuestras pláticas de sobrecama)
- Mamá, tú sabes que quiero mucho a mi hermana y ella me quiere a mí, no debes preocuparte, sabemos cuidarnos y solo queremos disfrutar nuestra sexualidad. –le dije a mi madre
- Ya ves lo que pasa por andarle enseñándolas chichis a tu hermano, ahora los dos están perdidamente enamorados y no creo equivocarme. No abusen de sus genitales, quiéranse pero no vayan a traer niños a este mundo que está de cabeza. –se refirió a mi hermana, sin embargo nos quería y aceptaba de buen grado lo que hacíamos (incesto)
Como dato curioso cuando regresamos nuestra madre se dio cuenta porque a nosotros se nos ocurrió bañarnos y llegar con el cabello mojado con ese característico olor de esos jabones que huelen a hotel “Jardines de California” y por tanto nos descubrimos solitos, eso fue lo que pasó con nuestra madre que afortunadamente ya en otras dos ocasiones nos había descubierto y ya sabía (no se imaginaba, sino que sabía) lo que estábamos haciendo mi hermano y yo.
Aún necesitábamos hablar mi hermano y yo sobre lo del desayuno con Julia y conmigo, era algo que aunque me atraía, no sabía aún en que pensar. Solo quería que Olga y Juanita no se molestaran porque anduviera con otra mujer, la mujer de mi hermano…
Me encantó la redacción que hizo mi hermana de nuestras aventuras incestuosas