Dia de San Valentín con mi hija de 15 Parte 1
Ver una película en familia puede ser un poco dificil si tu hija esta rompiendo amorosamente con su novio y necesita de tus atenciones paternales. Ésta es la parte 1 «El comienzo» La parte 2 ya la estoy escribiendo asi que mañana mismo ya va a estar disponible y prometo algo… va a ser muy caliente.
Estaba desayunando, bebiendo mi café, leyendo el periódico, sentado en la mesa cuando entra mi hija llorando desconsolada. Nos cuenta que ha roto con su pareja, justo un día antes de San Valentín. Entre sollozos, maldecía a su exnovio, a quien debo admitir que ya me caía bastante mal. Decía que era un estúpido, un inmaduro, que nunca la hacía sentir bien. Ella me abrazó y se acurrucó entre mis brazos, mientras yo aún sostenía mi taza de café en la mano izquierda. Ella se aferraba a mis piernas y me abrazaba de costado. Mientras tanto, mi esposa, sentada al otro lado de la mesa, seguramente pensaba: «Esta es la 38ª vez que hace este berrinche infantil». Mi hija tiene 15 años, es una niña muy madura para su edad, pero a veces tiene estas actitudes infantiles que te hacen perder de vista lo que realmente está sucediendo.
-Lo odio papá, lo odio
-Bueno Lupita, cálmate ya sabes como es él. Pero cálmate primero, Ten toma agua.
-Pero papá, mañana es sábado, sabado de San Valentín y teniamos planes. No quiero no salir en San Valentín. No quiero quedarme encerrada en casa.
Mi esposa, agotada de presenciar ésta repetición constante de desamor, se levantó de la mesa y se fue, dejándome a cargo de consolar a nuestra hija.
Como dije, yo abrazaba a mi hija, la acariciaba y le besaba la frente pero en un momento, ella levanto su cabeza y yo sin querer le besé la boca. Ambos nos quedamos quietos, yo con mis labios sobre los de ella y ella con sus ojos abiertos mirandome. Nos apartamos discretamente y yo (inconscientemente) le sonreí pero lo llamativo del momento es que ella me sonrió y dejó de llorar. Sin saber que decir, para salir de la situación y con poca conexión neuronal dije:
-Te estás convirtiendo en una hermosa mujer». Automáticamente me arrepentí de haberlo pensado en voz alta. ¿Por dios como pude haber dicho algo asi?
Ella se echó a mi pecho, acariciándome el cuello con una mano me dijo:
-Ojalá todos los chicos sean como tú, papá.- Se levanta y se va a su habitación.
Confundido de lo que pasó recién, aún digiriendo el desayuno, tuve que terminar rapido e irme a trabajar. Hablé con mi esposa y le dije que intente hacer algo más, pero que ya no lloraba y segui con mis tareas.
Al volver del trabajo, sin darle vueltas mucho al asunto, llego a mi casa y todo con normalidad HASTA QUEEE… Llego la cena y la sobremesa.
Mi esposa me confirmó que ya no se verian mi hija con su noviecito y mañana parece ser que ella se iba a encerrar en su cuarto. Los sábados todos tenemos rutinas diferentes. Mi esposa trabaja todo el dia vuelve luego de las 22:00 (ya tenemos que tener la cena lista). Yo trabajo mediodia asi que cerca de las 12 ya estoy volviendo a casa y mi hija, bueno… Es sábado para ella, no hace nada.
En la cena, no se si era yo, mi cabeza traicionera o mis pensamientos cruzados, pero creo, creo, creeeo que mi hija me miraba diferente. Boca semi-abierta, cabeza inclinada levemente hacia abajo, vista de perfil de costado, sonrisa denotando complicidad. Por dentro tenia cierta incomodidad y a su vez mis hormonas tenian incertidumbre de no saber que estaba pasando. Toda la cena fue asi, ella con esa postura de invadir mi espacio psicológicamente. Mi esposa levanto la vajilla para lavarlas y mi hija se para y se pone detrás de mi (yo sentado)
Mi hija no es tan alta, salió a su madre, rubia teñida, coletas de costado, blanca, no desarrolló razgos fuertes de mujer aún. De pechos es algo plana, pero si desarrolló un poco más de culo. Viste siempre blusas cortas de colores claros (celeste con flores, rosa con unicornios, verde con animales), tiene las mismas ropas de cuando tenia 13. Shorts cortos de niña de 13. Medias largas de colores brillantes que llegan a la rodilla. Siempre viste asi en casa. Casi nunca un vestido, aunque a veces, alguna pollera. Siempre alegre y de risa facil.
Ella se para detrás de mi y ubica sus manos en mis hombros. Mientras charlamos en familia ella comienza a masajearme por encima de la ropa. Yo aún con ropa de oficina: camisa, corbata, pantalón de vestir y zapatos. Sentía la suavidad de sus manos y su calor. Al rato sentí la incomodidad de la corbata y me la quité y solté algunos botones de la camisa. Mi hija ahora pasa a masajearme directamente a mi piel. Sabia que no estaba siendo un masaje de padre a hija convencional. Estaba siendo un coqueteo y empecé a pensar que todas las situaciones en los últimos meses y que quizás no me he estado dando cuenta. Besos en el cuello, ella diciéndome que soy un hombre fuerte, que le gustan mis brazos, que le gusta mi tono de voz de hombre fuerte, que le gustan los chicos altos. Eran muchas! Y no me he estado dando cuenta de ésto y ahora esta acariciando mi pecho, sin darme cuenta «otra vez» esta avanzando sobre mi cuerpo. Ahora siento como esta toda echada en la silla, haciendo contacto total cuerpo con cuerpo. Dios! Estoy levantando temperatura
En eso, mi mujer termina de lavar los trastes y yo reaccionó que habíamos quedado en ver un peli. Asi que le tomo las manos de mi hija con las mias, le agradezco su dulzura y nos enfilamos los tres hacia la sala que están los sofas y la televisión. Nos echamos todos en el sofa y mi hija se puso a un lado y mi mujer del otro, quedando yo en el medio. Comencé a imaginar tener una relacion secreta con mi hija. Besándonos, acariciandonós, cogiéndola! Pero no, no debía quedarme mucho en pensar eso. Deciden la pelicula sin consultarme como siempre y ya estábamos esperando q empiece. Mi hija se recuesta sobre mí pierna de su lado y me distraje, obvio que me distraje… Ella estaba usando una pollera corta, que se le levantó y dejaba ver su ropa interior. Era una bombacha de tela blanca, le cubria la mitad del culo Peeero, tenia cierta transparencia erótica que dejaba ver tambien la sombra de la raya entre sus nalgas. No se cuanto me perdí en ese paisaje prohibido. Puse mi mano en su cintura, nerviosamente, y comencé a acariciarle su cadera. Mi mujer miraba la película y seguia con su copa con vino, bebida que yo no disfruto tanto, pero ella si que si lo disfruta. Por un momento pensé en el riesgo de lo que estaba haciendo y casi que iba a dejar de hacer cualquier indecencia… Pero ella colocó una mno en mi pierna, a la mitad de la rodilla y mi cintura, con su mano cerca de mi verga. Y en el mismo movimiento, ella se sacude un poco y mi mano cae sobre sus glúteos. Yo deje la mano quieta, y ella vuelve a acomodarse para volver a sentir mi mano en su cola. Yo la miré y ella fingía concentración en la pelicula, no hizo mueca alguna. Entonces miro a mi esposa y nada, ella sin enterarse de nada.
Ya jugado por jugado, tomo coraje y le agarro suavemente un cachete del culo a mí hija, la cual no hizo absolutamente nada de nada. Mi verga empezo a tomar fuerza. Vuelvo a apretarle la nalga a ver si intentaba quitarme, y si evidentemente estaba todo mal en mí cabeza pero nada paso… Entendí que tenia 2 horas para jugar con mi hija con una mano.
Mi mano derecha ya estaba en su nalga derecha, comencé a sobarsela, suave pero intencionadamente. Pasaba mi mano por la parte de arriba de sus nalgas, como por debajo de ella. Decidí que era hora de intentar meter mi mano por debajo de su ropa interior y sentir la carne en mi mano. Sutilmente subí la mano, levanté un poco esa bombacha, y empecé a deslizar mi mano sobre su raya. Ella comenzó a temblar un poco, quizás era demasiado para ella…
CONTINUARÁ
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Espero que haya sido de su agrado. Escribo por y para ustedes y les pido puntuar el relato y dejarme un comentario indicando que parte les gusto mas. Aquí también les dejo mis otros relatos que escribí.
https://sexosintabues30.com/author/lcherto/
¡Genial!, muy excitante. Valdrá la pena leer la segunda parte. Te felicito.
Ya quisiera uno así
Excitante y con morbo