Diario de confinamiento (10)
Todo parece ayudar para que Sonia se decida a coger conmigo Estamos muy calientes los dos, y ya no aguantamos.
Jueves 22 de abril
Como todos los días, me levanté con el pensamiento de que iba a suceder con Sonia. Por mi parte, quería cogérmela, eso lo tenía claro. No me importaban ya las reglas de la sociedad, la prohibición del incesto y cualquier otra moralidad. Lo que ahora necesitaba era trasladar eso que me pasaba a la cabeza de mi hermana y que ella piense de la misma manera. Hasta ahora mi estrategia (no pensada) de ir calentándola cada vez más mientras nos tocábamos venía dando resultado, pero ya empezaba a dar muestras de agotarse. Debía empezar a hacer otra cosa. Loco no es el que hace siempre lo mismo, recordé. Loco es el que, haciendo siempre lo mismo, pretende lograr diferentes resultados.
El ASPO (Aislamiento Social Preventivo Obligatorio) que regía en Argentina y más precisamente en la Ciudad de Buenos Aires, no mostraba visos de liberarse un poco. Al menos para las actividades “no esenciales” así que como estaban dadas las cosas me iba a quedar en la casa de mi hermana hasta por lo menos el 5 de mayo, día en que regresaba mi cuñado. Ergo, ahora la estrategia tenía un deadline (fecha límite). Fue entonces cuando se me ocurrió la estrategia que iba a utilizar.
Fui a entrenar y me volví a cruzar con Fiorella, mucha charla mientras corríamos y nos ejercitábamos. Algunos chistes picantes que le fui tirando, mientras la miraba con descaro, del tipo, esa cola se ve muy bien, aunque mejor se ve sin nada puesto y cosas por el estilo. En resumen, cuando bajamos la escalera y estaba por despedirme para ir a trabajar, nos dimos un beso tremendo y muy largo que me dejó muy excitado. Me preguntó si no quería ir a cenar con ella hoy. Le dije que no hoy, porque tenía un zoom arreglado (mentí), pero le dije si lo dejábamos para mañana viernes que al otro día no debía levantarme temprano a trabajar. Le pareció correcto y nos despedimos con otro beso y una caricia mía en su dura cola.
Ya de regreso en el departamento, compartimos desayuno con mi hermana, ella en tetas nuevamente, pero como parte de la estrategia que me había impuesto, decidí tratar de mirarla lo menos posible y no hacer comentarios. Después de un rato de desayunar, le comenté como al pasar:
– Ah, mañana a la noche voy a ir a cenar a lo de Fiorella
– Estas rompiendo el aislamiento, me dice divertida, pero con un tono de reproche
– Sí, pero sin salir a la calle, solo bajaría 2 pisos, le digo
– Ah, bueno, me quedaré sola, y hace trompita
– Tranquila que ya pronto vuelve tu marido, y ésta, con Fiorella, son oportunidades que no puedo dejar pasar, le digo
– Bueno, si la preferís a ella…
– No, vos sabes que te prefiero a vos, más que a nadie, le dije serio
– Ya sé, te estaba jodiendo, soy una hermana celosa, nada mas
– Bueno, nada va a ser mejor que estar con vos, pero…y me detuve
– Pero ¿Qué? Me inquiere
– Nada, Dejá
– Ahora decime y me escruta el rostro
– Pero con Fiorella puede ser completa la cosa, jeje, le dije colorado
– Bueno, si… no… yo… tenes razón terminó reconociendo
Me levanté a trabajar con la sensación de que ese dardo había dado en el blanco. Durante toda la mañana y parte de la tarde trabajé intensamente. Ella (Sonia) por su parte, nunca dejó de andar en tetas, delante de mí. Yo no acusé recibo y solo las miraba, algún que otro gesto y nada más.
Cuando llegó la noche, nos pusimos a mirar Outlander pegados en el sillón y ella se acurrucó en mi pecho. La abracé, pero no hice ningún movimiento. Ella me pegaba, yo me daba cuenta de que era con intención, las tetas a mi costado. Yo tenía una leve erección, pero preferí, controlándome muchísimo, no hacer ningún movimiento. Cuando terminó el capítulo, mi hermana se puso a chatear con su marido y nos despedimos con un beso. Ella en punta de pie estirándose y to bajé mi cabeza con la intención de dárselo en la mejilla. Y así fue.
Me fui a dormir con la sensación de que había hecho todo perfecto y también, con la inseguridad que me caracterizaba, pensaba si no había hecho todo mal.
Viernes 23 de abril
Buen día, dije cuando la vi a Sonia de espaldas y solo con la bombacha metida en la cola y nada más que cubriera su cuerpo. Me quedé contemplando su rubio cabello cubriendo parte de su espalda, su cola perfecta y parada. Sus piernas torneadas y suaves. Me concentré en cómo se perdía la tela dentro de sus cachetes y sin proponérmelo, tal era la estrategia que venía armando, tuve una erección monumental. En realidad, no pude determinar si se me había levantado en ese momento o no bajó nada desde que me desperté, pero el asunto era que tenía una carpa tremenda.
– Buen día, se dio vuelta Sonia
– Hola, le dije parado como un condenado a muerte en un pelotón de fusilamiento
– ¡Cómo nos levantamos hoy, eh! Me dice mirando mi paquete
– ¡Y también! Le digo
– También ¿qué?
– También con esta visión de tu cuerpo no es para menos, le dije con sinceridad
– Bueno, gracias, me gusta saber que aun te gusto
– ¿Cómo que “aún” me gustas? Siempre me vas a gustar
– Como ahora tenes a otra en el edificio…
– Epa, que celosa resultaste, eh!
– ¡Viste! Me dice y se gira completamente. Puedo apreciar la redondez perfecta de sus pechos, coronados por unos pezones rosados, hermosos y duros.
– Bueno, a vos nunca te voy a abandonar, de eso podés estar tranquila
– No sé, no se…
– Siempre vas a ser mi hermana con privilegios, le digo
– Bueno, aunque otras tengan más privilegios que yo…
– Si vos te animas, podrías tener todos los privilegios, le respondí tirándole la pelota
– No te creas que me faltan ganas, me dijo sorprendiéndome
– ¿Y entonces?
– Sería muy fuerte coger con vos, me soltó
– ¿Por qué? Y me fui acercando
– Porque si, somos hermanos
– Cuando estamos juntos y tan calientes, me olvido de que somos hermanos, le dije totalmente sincero
– Yo no completamente, me dijo
– ¿Es por eso que no queres llegar a coger? ¿No te olvidas de que somos familia? Le pregunté directamente
– Queres que te diga la verdad?
– Si, nunca quise tanto que me la dijera. Y me sorprendió nuevamente
– Mirá, por un lado, me calienta mucho estar con vos, y saber que sos mi hermano me genera una cosa ambigua: por un lado, me da culpa, y por el otro, me calienta más el hecho de que sea algo prohibido
– A mí me pasa lo mismo, pero es más lo que me calienta que lo que me da culpa
– Jaja, porque sos hombre
– Puede ser, y me acerqué y le tomé la cara con las manos, acariciándole los pómulos con ambas yemas de los dedos pulgares
– Te quiero hermanito, me dijo y cerró los ojos
– Yo también, le dije y apoyé mis labios sobre los suyos
– Mmmmm, me besó profundamente poniéndose en puntas de pie y sus tetas desnudas se apoyaron sobre mi pecho
– Mmmm, me encanta besarte, le dije
– Y a mí, su lengua se metió en mi boca con una desesperación que pocas veces había sentido
– Mmmm, mi mano ya acariciaba su cola, pero hubo una maldita interrupción una vez más.
El llanto de Jazmín. Sonia fue e intentó calmarla rápidamente y que volviera a dormirse. Se percibían sus ganas de continuar. Yo me fui detrás de ella, aunque tenía a mi sobrina, fruto del matrimonio con mi cuñado, no me importó. Le seguí acariciando la cola mientras ella estaba con mi sobrina en brazos. No me detuvo y me sonrió. Jazmín no se dormía metí la mano, debajo del cuerpo de mi sobrina y le toqué la teta a mi hermana, acariciándole el pezón. Me miró, y se mordió el labio. Agarró a la beba y la levantó con ambas manos separándola de su cuerpo. Entendí la señal y me arrojé a acariciarle ambos pechos con las dos manos al mismo tiempo. Ella, por un lado, le sonreía a su hija con una calidez maternal y por lado, me miraba con una lujuria propia de una amante. Seguí, me dijo. Jazmín se quejaba, pero no lloraba. Eso me envalentonó y me dispuse a chuparle las tetas con devoción. No podía detenerme. Vamos para mi cuarto, me dijo mi hermana. La seguí mientras, me pegaba a su culo con mi verga totalmente dura. Ella seguía con la nena en brazos. La apoyó en la cama mientras seguía mirándola y se inclinaba hacia adelante. Me arrodillé en el piso y le bajé la bombacha. Le abrí desde atrás la cola con las dos manos y empecé a chuparla. Con la fuerza que hice para penetrarla con la lengua la empujé y cayó hacia adelante. Tuvo que poner las manos en el colchón para no quedar encima de mi sobrina que la miraba. Con las manos apoyadas en el colchón como estaba me dediqué a chuparla por completo subiendo desde sus labios, totalmente expuestos ahora en esta posición, hasta su ano. Aghhh, un grito de mi hermana. Mi sobrina la miró y Sonia le hizo una sonrisa para mantenerla con calma. AAAAAaaaaaa. El llanto de Jazmín inundó la habitación, La habíamos asustado con el grito de Sonia.
– Pará, me dijo mi hermana
– Si si, dije recomponiéndome
En ese momento, sonó mi teléfono. Mi jefe. No iba a atender, pero consideré que dadas las circunstancias era lo mejor que podía hacer. Y no me equivoqué. Se había armado un lío importante con un cliente con el cual yo tenía mucha confianza, pero que ahora no estaba bajo mi gestión. Así que, por pedido de mi jefe, lo llamé y terminé haciendo una video llamada con él. Este tema me tuvo ocupado durante buena parte de la mañana. Ya al mediodía, me llamó nuevamente mi jefe para agradecerme la gestión. Por fin una vez que no llamas para putearme, le dije. Vos sabes que sos el que más quiero, me dijo. Yo lo sabía, pero igual le dije que era un mentiroso. Y me dice: por ahí es por eso, porque te quiero, te puteo, porque sos del que más espero cosas buenas. Gracias, le dije. Y cortamos.
Por la tarde y con todo más calmado, le pregunto a mi hermana como anda Jazmín y me dice que ya está bien, pero que tiene que tratar de no volver a asustarle, esto último lo dice con una sonrisa. Me daban ganas de comérmela, pero como siempre sucedía, algo interrumpió y esta vez era un whatsapp de mi cuñado. Fueron a charla telefónica y escuchaba lo que hablaba Sonia mientras le decía que me iba a cambiar
¿Te cuento una?
Mi hermano se está cambiando porque va a ir a cenar a la casa de Fiorella.
La del 2do piso
No, se peleó con el novio
Si, la que te conté que almorzamos el otro día
Si si, creo que sí, jaja
Yo también creo que se la va a coger
Yo escuchaba a mi hermana hablando con mi cuñado y se me ocurrió una maldad. Me dejé la remera puesta, me saqué el calzoncillo y me sacudí la pija varias veces para que tome un poco más de forma. Así como estaba, a media asta, fui hasta donde estaba ella hablando con su marido y me le acerqué con la pija a medio metro de ella. Ella seguía hablando y me miró como fulminándome con la mirada
¿Vos crees que es bastante trola?
Si, puede ser
No, mi hermano no me escucha, está en su habitación, mentía Sonia
Seguro que se la va a coger, vas a ver
¿Que?
No creo, ¿vos decís que necesita pija porque no está con el novio?
Ah bueno entonces si es por eso, yo también necesito
En ese momento, Sonia me agarró la pija y la sacudió una o dos veces, y la soltó. Se me paró de inmediato. Y me acerqué mas
¡Vos no sabes lo que necesito una pija!
SI si, no sabes cómo me gustaría tener una ahora
Claro, claro, la tuya
¿Cuál otra va a ser?
Le acerco la pija a la cara y se la paso por la mejilla
Bueno, es una manera de decir
No, no, ya se, que se yo
Sos un boludo, me estaba calentando y le cortaste la onda, le decía a mi cuñado
Fui retrocediendo porque las cosas no pintaban bien entre mi hermana y mi cuñado. Así que terminé de cambiarme y me aprestaba a salir cuando sale mi hermana del cuarto con los ojos llenos de lágrimas.
– ¿Qué pasó? Le pregunté
– Se enojó
– ¿Por lo que dijiste?
– Si porque dije me gustaría tener “una pija” y no “tu pija”
– Ah, pero que boludo
– Si, si, y me abraza
– Te pido disculpas, yo no tendría que haber ido a tu cuarto así en bolas, le dije
– No, no, a mí me divertía la situación, me gustaba…
– Bueno, ya va a pasar, ya van a volver a estar juntos
– Si, si, sé que fue una boludez, dijo Sonia
– Tranquila, que todo va a estar bien
– Bueno, pasala bien, y hacé todo lo que imagino que vas a hacer
– Vos aprovechá que vas a estar sola y reconciliate con tu marido, por chat, cámara o llamada
– Lo voy a pensar
Agarré un vino bueno y me fui para el departamento de Fiorella bajando las escaleras interiores. Ni bien llegar Fiorella me abrió la puerta y me saludó con un beso en la boca. Eso me gustaba, se ponía prometedor. Como no sabía a qué hora ibas a venir no puse todavía la carne en el horno, me dijo. Mejor, tenemos tiempo, le dije y volví a besarla en la boca. Esta vez el beso fue más profundo y apasionado. Fiorella fue a la cocina, encendió el horno y puso la carne. Yo mientras tanto, como me gustaba, fui abriendo el vino tinto, un malbec 2016, y sirviéndolo en dos copas que estaban previamente preparadas por ella arriba de la mesada de la cocina. ¿Cuándo calculas que va a tardar la carne? Le pregunté, y volví a besarla. Por lo menos 45 minutos hasta que la dé vuelta, me respondió. Ah bueno, le dije y me apreté más contra ella. Fiorella respondió el abrazo y metió su lengua en mi boca con más profundidad y moviéndola con más destreza, si es que se podía. Yo la fui llevando hacia el sillón y ella dijo NO, vamos para mi cuarto, quiero estar cómoda. Me arrastró hacia su cuarto y sin dejar de besarnos nuestras ropas volaron por todo el lugar. Nos besábamos todo el tiempo. Bajé a chuparle sus pequeñas tetitas y se retorcía de placer. Le metí dos dedos juntos en la concha y ella más me metía la lengua en la boca. Parecía que había una comunicación entre su vagina y su boca, y eso me excitaba. Ella me separó bruscamente, demasiado para mi gusto, y me dijo: quiero chuparte la pija. Uh, que fuerte, pensé, pero me dejé hacer. Me acosté boca arriba en la cama y me la chupó. Si bien no tenía la destreza de Sonia, esta vez me la chupaba con muchas más ganas que la anterior. Pese a lo vivido con mi hermana en el día, no estaba cerca del orgasmo así que la dejé que lo haga durante unos minutos más. Ahora dejame a mí, le dije y bajé a chuparla. Evidentemente se había preparado para nuestro encuentro porque no tenía ni una señal de un pelo. Se encontraba completamente depilada, así que cuando bajé a sumergirme en su concha, era una suavidad hermosa. Estuve un rato chupándola de manera placentera (para ambos) pero monótona. Después fui por su orgasmo y me centré en su clítoris, dándole fuertes chupetones y lengüetazos hasta que, ya al borde del orgasmo, me anunció: voy a acabar. Seguí mi ritmo y acabó en mi boca inundándomela. Pocas veces siento tanto placer como cuando una mujer acaba y está bien húmeda por mi accionar. Cogeme, me dijo. Tomá, y me dio un forro. Gracias, igual traje. Lo agarré y me lo puse. La penetré con violencia en posición de misionero, besándola mucho tiempo en la boca. La presión de mi abdomen sobre su clítoris le gustaba, acercándola nuevamente al orgasmo. Me encanta como me cogés, me dijo al oído. Y a mí, me encanta cogerte, le dije. Seguí bombeándola en esa posición sabiendo que el roce de nuestras partes bajas la harían acercar a un nuevo orgasmo y así sucedió. Aghhhh voy a acabar, me dijo. ¿Queres que acabe yo también?, le dije ya en voz alta. Si, si, acabemos juntos, me dijo. Y me fui. Aghhh. Nos apretábamos y nos besábamos. Sentía las palpitaciones de su vagina envolviendo mi pija y ella a su vez sentía los espasmos de mi verga al eyacular. Aghhh como me gusta, me decía. Y a mí, le respondía yo. Aghhh. Me encanta como me cogés, me decía ella. Sos hermosa, le decía yo.
Nos quedamos un rato desnudos y abrazados en la cama. Ella me besaba de a ratos y yo la correspondía. Uy debe estar la carne para dar vuelta, me dijo y se levantó desnuda hacia la cocina. Me encantó que no se vistiera y saliera así nomás. Después de darla vuelta, volvió con las dos copas en la mano, brindamos porque no lo habíamos hecho antes. Y sentados en la cama desnudos ambos, nos fuimos bebiendo cada uno su copa.
Fiorella se levantó a poner la mesa y se fue vistiendo lentamente. Yo hice lo propio y nos fuimos al living comedor a cenar. Charlamos de todo un poco. Cenamos la carne de cerdo con batatas al horno que estaba muy buena. Yo, por mi parte, le agregué salsa barbacoa. Ella no. Seguíamos con una conversación no muy trascendente, hasta que en un momento la curiosidad la pudo y me preguntó por la relación con mi hermana. Le dije que hacíamos cosas, nos masturbábamos mutuamente y hasta habíamos llegado a practicarnos sexo oral el uno al otro. Eso parecía encenderla a Fiorella y me preguntaba más, que le contara detalles, le dije que tenía que prometerme que esto iba a quedar entre nosotros, y así lo hizo
Para el postre había quedado helado del sábado en el freezer así que le propuse ir a la cama y comerlo directamente del pote entre los dos. Como no era mucha la cantidad que quedaba nos fuimos y empezamos nuestro ritual de los besos y las caricias. Solo puedo decir que el segundo encuentro con Fiorella fue mejor que el primero. Había más tiempo para las caricias y besos. El helado jugó un papel importante y fuimos tomándolo uno sobre el cuerpo del otro. Era impresionante la confianza que surgía entre nosotros, pese a habernos conocido hacía una o dos semanas. Le tiré helado en el pezón y se lo chupé. Ella reía y me dejaba hacer. Ella por su parte hacía lo mismo y me ponía helado en la punta de mi verga y se lo tomaba. Después la acosté boca abajo y le ponía helado en la espalda y me lo tomaba. Por último, y mientras bajaba, le pus helado en su cola y abriéndole bien le chupé el ano con desesperación. Ella se levantó y se puso en cuatro patas. Le dije que la quería coger. Cogeme así, de perrito, me dijo y me estremecí. Saqué los preservativos y me puse uno y la penetré desde atrás por la concha. Aghhh. Ella se movía con destreza. Mi mano derecha, que yo tenía en su cintura, la fui llevando hacia su concha para frotarle el clítoris con vehemencia y así nos fuimos acercando ambos al orgasmo. Aghhh le dije al oído. Quiero que acabes me dijo. Y yo que vos acabes también. Estoy llegando me dijo ella. Yo también, y le empecé a frotar el clítoris con mayor fruición. Aghhh me dijo ella, voy a acabar. Dale acabá para mí, le dije. Aggg agggg, Agghhh, así te queres coger a tu hermana? Me preguntó entre quejidos. Aghhh siiiii, le dije y acabé yo también. Me desplomé encima de ella y le dije: Ay como me hiciste acabar, y vos a mí, me respondió. Nos besamos mientras retiraba mi miembro de su interior.
Sábado 24 de abril
Empezaba otro fin de semana. Sonia se despertó y empezó a preparar el desayuno. Yo escuché el ruido de ella moviéndose por la cocina y me fui hacia allá. No tuve la delicadeza de vestirme y solo fui en bóxer y remera. Ella, como casi siempre últimamente, estaba solo con la bombacha puesta. La miré sin saludarla y me quedé a tres metros de su posición disfrutándola. Esa cola era para hacerle un monumento. Era perfecta y ella lo sabía.
– ¡Qué buena cola que tenes Sonia! Le dije
– Uy, se sobresaltó
– ¿Te asusté?
– Solo un poco
– Me encanta tu cola, es perfecta, sostuve
– Gracias, dijo y sacó un poco la cola hacia atrás
– Mmmm, me fui acercando
– ¿Qué vas a hacer? Me dice sintiendo mis pasos
– Nada, nada, le digo mientras apoyo mi pija justo entre sus nalgas
– ¿No te alcanzó anoche? Me dijo en un tono de reproche
– Mmmm, tal vez, o puede ser que nada sería igual a estar con vos completamente, y la tomo de la cintura
– Mmmm, dice ella mientras mueve su cola buscando el contacto con mi paquete
– Tengo unas ganas de estar con vos, le dije
– Mmmm, y que me harías?
– De todo, le dije…
– Mmmm, decir de todo es no decir nada, me dijo
– Te chuparía las tetas, le dije mientras se las agarraba desde atrás
– Mmmm, eso ya es decir algo
– Y te tocaría mucho la concha, le dije y metí mi mano dentro de su bombacha
– Aghhh, eso me gustaría
– Y sacaría mi pija, y la saqué pasándosela por la cola
– Mmmm, que dura que está
– ¿Te gusta que te la pase por la cola? Le pregunté
– Me encanta, decía en susurros
– Y te bajaría la bombacha, le dije tirando de sus elásticos hacia abajo
– Nooooo, tanto no, me dijo apretando mis muñecas
– ¿Porque? le dije
– Porque eso ya sería demasiado
– ¿Y ni una sola vez? Para saber que se siente
– No, no habría una sola vez
– ¿Porque?
– Me conozco y te conozco
– ¿Ni una sola vez? Le digo mientras le toco la concha, totalmente mojada
– Es que es un camino de ida…
– Es que estas tan mojada que creo que te gusta
– Claro que me gusta, me dice
– Y entonces, ¿porque no?
– Porque somos hermanos, ¿te parece poco?
– Ayer, te hubiese cogido si no se despertaba Jazmín
– Ayer, creo que me hubiese encantado que me cojas, estaba re caliente
– ¿Cómo ahora?
– SI, pero no podemos, te repito
– Qué lástima, mirá lo dura que me la ponés, y le pegué con mi verga en un cachete
– Mmmm, si se nota. Ayer con Fiorella la tenías así
– Siiii, queres saber lo que hicimos, o te pone celosa?
– Las dos cosas
– Bueno, cogimos dos veces, le digo
– Mmmm, que suerte que tienen
– Vos podrías tenes esa suerte, pero no queres
– Bueno, basta, ya sabes que no podemos
– Está bien le dije separándome
– No te enojes, me dijo
– No me enojo, pero tampoco me voy a excitar al pedo
– Bueno, como quieras, me dijo y siguió preparando el desayuno
Mientras desayunamos le conté con detalles mi cena y sexo con Fiorella y aún con sus celos, se alegró o lo simuló muy bien. Yo le pregunté cómo estaba con su marido y me dijo que se había arreglado y habían tenido sexo virtual. A mí también me dio un poco de celos, pero me la aguanté. Solo le pregunté si había quedado muy caliente de la tarde y me confesó que sí
Por la tarde, me pongo a chatear con Paula y me pregunta si hice algo más con mi hermana. Le cuento que hice de todo menos coger. Ella, excitada, me dice que me la tengo que coger. Si fuese tan fácil, le digo. Puedo intentar convencerla, me dice Paula. Por mí, podes hacer lo que quieras, pero creo que va a ser imposible. Vos dejame a mí, me dijo Y así fue como sumé a Paula a mi estrategia de derribo con mi hermana
Domingo 25 de abril
Me levanté y vi que Sonia está limpiando la casa solo en bombacha, y con una camisa de su marido abierta y sin abrochar. Cada vez que se agachaba, se le abría y el espectáculo era tremendo. Era increíble que yo veía a diario sus tetas, pero ahora ver por momentos una parte asomada me parecía tremendamente excitante y de vez en cuando que se escape un pezón, se convertía en un premio
Ella me vio como la miraba. Yo la devoraba con la vista. Ella le estaba pasando un trapo al piso y me miraba de a ratos.
– ¿Qué pasa? Me decía
– ¡Que estás buenísima, Sonia!
– Justo hoy que me puse la camisa para no estar en tetas
– Creo que es peor, le dije
– ¿Cómo peor?
– Peor, me calienta más, le dije con absoluta sinceridad
– ¡Como sos, eh!
– Bueno, ¿preferís que me la saque?
– No, quedate así, me encanta, le dije honestamente
– Bueno, me dijo y se quedó parada frente a mí. La camisa desabrochada se le levantaba a la altura de las tetas, marcándole los duros pezones y cayendo hasta la altura de la bombacha, única prenda que tenía puesta
– Vení, le ordené
– Que…
– Parate acá, delante de mi
– ¿Para qué? Me miraba curiosa
– Vos vení, volví a ordenarle
– Bueno, me dijo
– Quedate así, le dije y empecé a pasarle los dedos por la barbilla y fui bajando por el centro de su pecho. Con la punta de mis dedos empecé a rozarle los costados de las tetas, siempre con absoluta lentitud y suavidad. Sus pezones se pusieron durísimos
– ¿Que me haces?
– Shhhh, le dije y continué con mis manos (ahora utilizaba ambas) tocándola con la punta de mis dedos. Su piel se erizó y eso generó en mí una conmoción, pero aun así no cambie mi actitud
– Me gusta mucho lo que me haces, y mueve su mano para tocarme
– No, la detengo agarrándole la muñeca
– ¿Por?
– Vos dejame a mí, le digo y continúo con los roces. Ahora levanto la camisa con el dorso de mis manos y le paso la yema de los dedos índices por todo el contorno del pezón, se le erizan unos puntos como su fuese una erupción en toda la areola producto de la excitación que tiene
– Mmmmm, no sé qué vas a hacer, pero no te detengas
– Shhhh, le prohíbo hablar también y sigo tocándole alrededor del pezón lentamente haciendo lentos círculos que la están llevando a mi hermana a una excitación total
– Mmmmm, ahoga un gemido
– Sssss, ahora con la punta de mi dedo índice toco la punta de sus pezones, están duros como una piedra
– mmmm, mi hermana seguía de pie frente a mí, con los ojos cerrados
– Shhhh, quedate así, presiono levemente el pezón de su teta izquierda mientras con la derecha bajo y meto mis dedos dentro del elástico de su prenda más íntima. Muevo la mano hacia su vagina lentamente. Mi hermana se estremece. No da mas
– Mmmmm, dejame tocarte, me dice.
– No! La corto. Y mi mano derecha se mete explorando su cavidad. Me impresiona la humedad, primero de su tela y después de sus labios. La suave viscosidad de su humedad me embriaga, pero debo permanecer frío, aunque me cueste. Muevo la mano y la pongo de manera más cómoda para facilitar mi movimiento. Ahora sí el movimiento es exacto, mi dedo mayor se mete entre sus labios vaginales y al subir roza el capuchón del clítoris.
– Aghhhhh, se estremece mi hermana y se agarra de mi hombro para no caerse
– Mmmm, sigo yo con el movimiento y sin alterar el juego de mi dedo en su pezón izquierdo ni el de mi mano en si concha, la dejo que se venga en mis manos
– Aghh aghh aghh aaaaay aaaaa aaaaa, se agarra fuertemente y me aprieta el hombro
– Mmmmm, si, si, le digo, muy bien y voy retirando lentamente mi mano.
– Aghhh, me encantó lo que me hiciste, te juro que nunca me tocaron de esta manera
– Y todo lo que puedo hacerte si quisieras…y mientras le digo esto voy agarrando mi teléfono y yéndome
– ¡Pará! ¿a dónde vas? Vení, me dice
– No, no importa, le digo, ya está. Parte de mi estrategia es que se sienta en deuda conmigo. No sé si va a resultar, pero voy a hacer todo para cogérmela
– Seguro no queres que…
– No, no, está bien
Después almorzamos juntos un arroz muy rico que hizo Sonia. Tomé vino junto con ella y a eso de las 3 de la tarde me entró sueño y me fui a dormir.
Me levanté con una erección tremenda y en bóxer como estaba me fui hacia la cocina. No tenía remera puesta con lo cual la erección era totalmente visible y expuesta. Mi hermana estaba sentada, con su camisa desabrochada hablando por teléfono con su marido. Se reía y pasé por al lado exhibiéndome, agarré agua de la heladera y me serví un vaso. Me paré a metros de ella mostrándole mi erección solo cubierta por mi calzoncillo. Ella se sonrió y me hizo un gesto como que me tape. Yo, a propósito, me mostré más descaradamente y me agarré el paquete fuerte por encima del calzoncillo. Mirá, le digo en voz muy baja para que no me escuche mi cuñado.
Mi hermano está durmiendo, escucho que le dice a su marido
Ah, sí. y contame como es el hotel adentro?
Yo me acerco más y mi hermana ahoga una risa, y con su mano me agarra el paquete siempre por afuera del bóxer
Si. Estaba pensando que el 30 se viene mi cumpleaños y no nos vamos a poder ver,
continuaba mi hermana hablando con su marido mientras que su mano ahora subía y bajaba agarrando mi miembro por afuera del calzoncillo. Yo le saqué la mano y me bajé el bóxer y sin soltarle la mano se la puse encima de mi miembro. Ella ahora pareció no inmutarse y siguió hablando con su marido mientras me sacudía la pija suavemente y se mordía el labio
Voy a festejar sola con mi hermano, una sola vela.
Mientras terminaba de decir esto me agarraba la pija me la besaba y le pasaba la lengua por la cabeza. Se reía y seguía hablando
Si, espero que mi hermano se porte con una cena o un regalo, ¿no?
Abrió la boca y se la metió hasta la mitad y subió y bajó la cabeza. Todo esto con el teléfono pegado a su oído. La situación era de lo más morboso, me volvía loco.
Ajmmm, claro.
Se la tuvo que sacar de la boca para poder decir el claro.
Unos huevos me voy a comer, de pascua, para acompañar un café
Dijo esto sopesándome los huevos y levantando mi miembro para meterse los huevos en la boca y chupármelos
Mmmm, Claro, bueno, te dejo porque tengo que terminar algo, le dijo a su marido
Se la volvió a meter y seguía con el teléfono en el oído
Bueno chau
Cortó y siguió con la mamada que me estaba dando, Yo la miraba mientras le acariciaba el cabello. Se veía hermosa con mi pija en la boca.
– Que hermosa que sos
– Viste! ¿Te gusta?
– Me encanta que seas tan puta, jugué fuerte
– Mmm, ¿sí? Se volvía a meter mi verga en la boca
– Me calentó escucharte hablando con tu marido mientras me chupas la pija
– Siiii? ¡Que chanchito que sos, eh!
– Yo vos también
– Agmmm, que rica pija…
– Ajjj, voy a acabar, le aviso
– Mmmm, sin sacarla de la boca
– Mmmmm, acaboooo
– ¿Me vas a dar mi regalo por anticipado? Y abre la boca con la punta de mi verga en su lengua
– Mmm, siiiii, aghhhh aghhhh, tres poderosos chorros salieron, pero esta vez quedaron en su boca, los vi impactar contra su lengua. Después cerró su boca en torno a mi glande y recibió el resto de mi eyaculación sorbiéndolo todo. No dejo ni una gota tragándose absolutamente toda mi leche
– Mmmm, que rica, me dijo y besó la punta de la pija y la guardó dentro del bóxer como si nada hubiese pasado
– Mmmm, me encantó
– Gracias, a mí también
Por la noche, cuando estaba durmiéndome m entró un mensaje de Paula y me preguntó qué tal iba con mi hermana. Le conté que, si bien había avanzado, no lograba cogérmela y le detallé todo lo que habíamos hecho y mi estrategia para convencerla, que hasta ahora no venía dando grandes resultados, pero era lo único que se me ocurría. Dejame ver si te puedo ayudar, me dijo y desapareció del chat sin contestarme más, si bien estaba en línea. Me dejó pensando
Lunes 27 de abril
Como era costumbre últimamente, me levanto y me voy a entrenar. Me encuentro con Fiorella, que evidentemente era la única persona del edificio que entrenaba, ya que nunca me crucé con otra persona. Nos saludamos con un beso en la boca. Raro. Empezamos a entrenar y le cuento que estoy organizando un cumpleaños sorpresa a mi hermana y que mi madre y mi padre iban a venir a saludarnos, aun violando el aislamiento. Me dice que tenga cuidado de que no me vea la vieja del 3ro que es capaz de denunciarnos y así lo hice
Cuando terminamos de entrenar bajamos por la escalera. Yo me despedía antes y ella bajaba hasta su piso, el tercero. Cuando vamos a despedirnos, todos transpirados como estábamos, nos besamos en la boca, pero esta vez mas largo que en el saludo. Para estar mas cómodo se me ocurrió bajar un escalón y dejar a ella a mi altura justa. Esto nos daba cierta comodidad y empezamos a besarnos con mucha pasión. Mis manos recorrían su culo apretado en la calza. A ella, por los suspiros que daba y por lo que no se soltaba de mi boca, le encantaba. Mi erección fue instantánea. Le metí la mano dentro de la calza y empecé a acariciarle la cola. Ella, lejos de detenerme por lo peligroso de que alguien nos viera, parecía animarse más. Entonces pensé, si vos no tenes miedo a que nos descubran que sos vecina del edificio, yo menos miedo voy a tener y de un solo movimiento le levanté el top que tenía y dejé sus tetas afuera para empezar a chupárselas. Ella correspondía agarrándome la cabeza y hundiéndomela en sus pequeños y sudados pechos. No me importaba su sabor a transpiración y me metía su pezón en la boca con mucha fuerza y lo apretaba con mis labios. Eso parecía volverla más loca. Y más aún cuando mi mano giró por su cuerpo, dentro de sus calzas y se fue para la parte delantera de su cuerpo. Fue meterla dentro de su bombacha y sentir su humedad para empezar a mover mis dedos. La luz de la escalera se apagó y quedamos completamente a oscuras. Ella estiró su mano y volvió a prenderla. Las ganas de verme mientras nos poseíamos sexualmente eran más fuertes que el temor a ser descubierta. Bajó un escalón y metió la mano dentro de mi short para sacarme la verga. Ahora los dos nos pajeábamos como desesperados. Me vas a hacer acabar con tus dedos, me decía al oído. Nada me gustaría más, le respondí: Y en ahogados y pequeños gemidos, mientras me apretaba la espalda con su mano, fui sintiendo como se venía en mi mano. Siguió con su paja y en un momento se da vuelta y se baja la calza y la bombacha. Metémela, pero no me acabes adentro, me dice. Yo no lo podía creer. Me bajo los pantalones deportivos y ella se abre la cola para facilitar la penetración en esa posición. Le pasé la cabeza de mi pija por sus labios y apunté. Su concha se abrió y ella sintiendo mi glande entrar, se tiró para atrás flexionando sus rodillas y abriendo su cola con ambas manos empezó a moverse frenéticamente. Mi pija entraba y salía con una velocidad justa y con un ritmo perfecto. No iba a durar mucho y se lo hice saber. No me acabes adentro, me repitió. Te aviso, le dije. Dale, me dijo. Pasado un tiempo le dije creo que voy a acabar. Dale, me dijo y se la sacó y se dio vuelta desnuda como estaba apoyó la cola en la escalera y no le importó y se metió mi pija en la boca. Fue tanto el placer de lo prohibido y de la posibilidad de ser descubierto que me fui en apenas segundo dentro de su cavidad bucal. Ella no paraba de chuparme y de recibir mi esperma. Me miraba y yo me agarraba de la baranda de la escalera para no caerme. Después se levantó y subiéndose las calzas fue poniéndose de pie para besarme nuevamente mientras yo recomponía mi vestimenta. Se perdió por la escalera como si nada.
La semana y el día no podrían haber empezado mejor, pensaba yo mientras entré en el departamento y Sonia ya estaba preparando el desayuno sin remera (camiseta en otros países) y solo con su pequeña bombacha, como solía hacerlo últimamente. Se la veía alegre. Le dije que iba a bañarme así desayunaba tranquilo porque había transpirado mucho. No iba a entrar en detalles en ese momento. Me duché y volví a la mesa de desayuno. Tomamos el café y las tostadas y le comenté que para el 30 de abril (día de su cumpleaños) podríamos pedir una pizza y festejar solos, porque no habría otra opción. En mi cabeza tenía otros planes. A ella le pareció bien.
Me puse a trabajar y me contacté por whatsapp con mi mamá y le dije si se animaba a romper el aislamiento el 30 y venir junto con mi padre y con algo de comida para hacer un íntimo festejo junto con mi hermana. A mi mamá le pareció muy bien y le dije que yo me ocupaba de la logística de cómo iban a entrar ellos para que nadie los viera en el edificio.
Al mediodía Sonia, ahora en camisa abierta, entró en mi cuarto y me preguntó si iba a comer algo. Le respondí que sí mirándola de arriba abajo y dedicándole una sonrisa cómplice. Tuve que cerrar rápido la computadora porque justo estaba buscando en MercadoLibre (una página tipo eBay, pero de Argentina y Latinoamérica) unos chocolates importados para regalarle a mi hermana en su cumpleaños. Se fue girando y mostrándome ese culito hermoso que tiene y le dije que en 5 minutos iba para la cocina
Estaba almorzando con Sonia, cuando en pantalla me entra un mensaje de Paula.
Paula: Hola, ¿como estas?
Yo: Bien, desapareciste ayer
Paula: Fue por una buena causa
Yo: ¿Que causa?
Paula: Tu hermana
Yo: estoy con ella al lado ahora
Paula: ah bueno, después te cuento entonces
Yo: decime algo mas
Sonia me miraba y me decía con quién hablás interesado? Con nadie, uno del trabajo que necesita que le diga una cosa, nada mas
Paula: ayer hablé con tu hermana
Yo: ¿que te dijo?
Paula: está re caliente con vos
Yo: ¿sí?
Paula: bueno, eso ya lo sabías, pero…
Yo: Pero ¿qué?
Paula: no se anima a coger
Yo: ¿y la convenciste?
Paula: no te puedo decir que la convencí, pero…
Yo: Dejá de poner pero, y contá
Paula: te mando el chat de lo que hablamos
Paula me manda el chat completo de la conversación con mi hermana y mi pija se levanta como un resorte. Apago la pantalla del teléfono y sigo hablando con mi hermana. Como anda con su marido, que ya falta poco, que Jazmín, que se porta muy bien y no jode para nada.
Me entraron varios llamados del trabajo por la tarde y no pude concentrarme en leer el chat que me había enviado Paula. Así que definitivamente lo dejé para la tarde.
A eso de las 6 estoy por ponerme a leerlo y viene Sonia con el mate y unas galletitas y nos ponemos a charlar. Sigo notándola más animada. Tengo la incertidumbre de lo que habló con Paula. Hablamos un rato largo y ella se fue tras Jazmín que la requería y yo me quedé leyendo el chat de Paula y mi hermana
Paula: Hola, como estas?
Sonia: Hola que sorpresa, este es mi chat privado
Paula: Si, tenía curiosidad de hablar con vos sin que sepa tu hermano
Sonia: pasa algo?
Paula: no, te quería preguntar a vos si pasaba algo, porque no volvimos a hacer nada los tres
Sonia: no, no pasa nada
Paula: ah, pensé que por ahí te había molestado algo
Sonia: no, para nada
Paula: o es que ahora ustedes se entretienen solos y no me necesitan?
Sonia: noooo,
Paula: mmmm, mucho no te creo
Sonia: bueno, un poco sí, no te voy a mentir
Paula: cogieron?
Sonia: nooooooooooo, vos estás loca?
Paula: por qué?
Sonia: Porque somos hermanos
Paula: y? que tiene?
Sonia: como que tiene?
Paula: no le veo nada tan tremendo, se tienen ganas y se dan
Sonia: a vos te parece normal?
Paula: No me gusta pensar que es normal
Sonia: está bien, pero no, no cogimos
Paula: pero ganas no te faltan, a mí me podes decir la verdad
Sonia: si, es verdad, pero es un paso que, no se
Paula: te la estás perdiendo
Sonia: por?
Paula: viste lo que es la verga de tu hermano?
Sonia: siiii
Paula: bueno, tenerla adentro es mucho mejor todavía y unos emojis de llamas
Sonia: parece que te gusta mucho
Paula: tiene el tamaño justo y la dureza perfecta
Sonia: ja, si, es verdad
Paula: aparte, hay una cosa que no sabes
Sonia: que cosa
Paula: tu hermano coge muy bien y cuando me la mete, uf no sabes
Sonia: qué?
Paula: Es tremenda la sensación
Sonia: Si?
Paula: no sabes
Sonia: por qué?
Paula: porque es como que se adapta a mi interior y la cabeza parece como que se agranda
Sonia: uff
Paula: SI, no sabes, es hermoso
Sonia: Me lo estoy imaginando
Paula: y cuando ya la tiene toda adentro hace un movimiento que me vuelve loca
Sonia: me estoy tocando, Paula
Paula: mmmm, me encanta; tenes que probar la pija de tu hermano , yo también me estoy tocando
Sonia: decime más cosas que quiero acabar
Paula: tenes que sentir su pija adentro, vamos a acabar juntas, queres?
Sonia: si, aghhhh, seguí dale
Paula: imagínate a la cabeza de su pija entrando despacio en tu concha
Sonia: Aghhh, y allego, mmmm
Paula: abre esa concha hermosa que tenes
Sonia: ay, me encanta
Paula: toda mojada, como debes estar ahora
Sonia: Si, re mojada estoy
Paula: to también, y te la mete despacio, centímetro a centímetro
Sonia: aghhhh Acabo
Paula: me encanta, me encantaría ayudarte a acabar
Sonia: aghhhh aghhhh que intenso por Dios!
Paula: te ayudaría con mi boca, con mi lengua aghhhh voy a acabar
Sonia: aghhhh como acabé, por Dios
Paula: Aghhhh como acabé yo también.
Sonia: Me encantó
Paula: No sabes lo que es la pija de tu hermano, te aconsejo que la pruebes
Sonia: Me la puedo imaginar
Paula: Yo me aguantaría tenerlo todo el día y no cogérmelo
Sonia: gracias Paula
Paula: por el consejo?
Sonia: también, jaja
Paula: Chau
Sonia: Chau
Y a continuación un mensaje de Paula dirigido a mí: si no te la coges con esto, no se…
Estuve todo el resto del día con el tema de mi hermana y su conversación con Paula dando vuetas en mis pensamientos. En la cena Sonia estaba comunicativa, pero yo tenía ese chat en mi cabeza.
Continuará…
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Telegram reybaco2005
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