Diario de confinamiento (11)
Llega el cumpleaños de Sonia, ¿Se festeja? SI, se festeja.
Martes 28 de abril
Se acercaba el cumpleaños de mi hermana y me quedaban dos días para ultimar todos los detalles que eran varios:
- Desayuno especial que pediría en la panadería que estaba a unas cuadras. Esto lo haría vía web y pagaría al otro día en efectivo con la excusa de salir a comprar
- Regalo, el chocolate ya estaba pedido por mercado libre a la dirección de mi hermana, pero se lo quería dar yo en persona a la noche cuando todos se hayan ido. Debía buscar una excusa para bajar cuando llegara el pedido
- Combinar con mis padres y bajar a abrir sin que Sonia se percatara de nada, eso requería una muy aceitada comunicación con mi mamá
- Comida y bebida traerían mis padres de modo que ese no sería problema.
Esperé a que Sonia se levante y desayuné con ella. Estaba empezando a hacer más frío por lo que mi hermana ya no vestía en su bombacha y camiseta y ya lo hacía con un pijama largo, que si bien no era de invierno ya tenía dos piezas y era de mangas largas.
Era un paso atrás verla tan cubierta, pero debía conformarme con eso. Algo al menos no había cambiado. Sonia estaba sin corpiño y podida ver a sus tetas moverse libremente debajo de la parte superior de su pijama. Cuando terminamos de desayunar, Sonia trajo a Jazmín y volvió a darle el pecho. Esta vez, solo se levantó la prenda desde abajo y fue muy poco lo que pude ver. Hablamos de todo con mi hermana, pero ninguno de los dos hizo mención a Paula y su última conversación con Sonia
Me puse a trabajar intensamente durante la mañana. Al mediodía almorzamos juntos y por la tarde me preguntó Sonia si podía quedarme un rato con Jazmín para salir a comprar algunas cosas. Le dije que no había problema. Aproveché para llamar por teléfono a mis padres y empezar a coordinar el cumpleaños de Sonia para el jueves. Ya por la noche cenamos y nos pusimos a mirar una serie.
Estábamos ambos acostados en el sillón y en un momento se dio en la pantalla una escena de sexo. Mi miembro se levantó instantáneamente marcando un bulto en mi entrepierna. Ella no lo dejó pasar y me hizo un comentario
– Ya se está poniendo alegre el amigo
– Si, viste
– Enseguida se pone de pie, ¿no?
– El tema es que lo nuestro es más evidente y lo de ustedes no se nota a simple vista, le digo
– Vos lo decís por mi excitación, ¿no se nota? Y se mira los pezones totalmente parados
– No me refiero a los pezones
– ¿A qué?
– A la lubricación vaginal, le respondí como un experto
– Ah claro, claro, me dice ella
– ¿Estás mojada ahora?
– A ver, dice Sonia y mete su mano dentro de su bombacha
– Mmmm, digo yo y saco mi pija
– Mmmm, que calentones que somos, ¿no? Sonia me mira
Nuestras miradas se cruzan y noto en sus ojos un brillo particular. Levanto mi cadera y me saco todo. Hago lo mismo con mi camiseta. Ella sin dudarlo me imita y ambos estamos completamente desnudos.
– Vení, le digo tomándola de la muñeca y trayéndola hacia mí
– No sé, me dice dudando
– Tranquila
– Está bien
– Mmmm, la beso en la boca
Ella primero tímidamente y después más efusivamente, abre la boca permitiendo que nuestras lenguas se encuentren y jueguen. Ya no eran besos de arrebato, eran besos de amor y pasión. Sonia había despertado en mí una obsesión que nunca había sentido en mi vida. No quise presionarla y la besé durante mucho tiempo, acariciándole la espalda y la cola. Ella hacía lo propio con mucho cariño. Me separé de ella para mirarla bien. Recorrí todo su cuerpo con mis ojos, sólo me detenía en sus tetas y volvía a recorrerla. Ella, totalmente expuesta como estaba, lejos de avergonzarse, se encendía y se acariciaba suavemente el cuerpo. Yo la miré a los ojos. Ella me sostuvo la mirada. Me costaron las palabras, pero las dije
– Quiero besarte toda, toda
– Mmmm y yo quiero que me beses
– Quiero recorrer todo tu cuerpo con mi lengua
– Aghhh, siiii
Y empecé. Volví sobre su boca y nos besamos más apasionadamente, si es que se podía. Ella levantó la cabeza facilitándome el acceso a su cuello y me sumergí en ella. Se había puesto perfume en algún momento porque el aroma era suave, pero no sentí el sabor. Ella se estiraba y me acariciaba la cabeza que seguía descendiendo por su cuerpo. Fui a sus tetas, mi lengua recorrió el contorno de sus pechos primero, después los pezones en donde me quedé un largo rato. Después con mis manos junté sus tetas y pasé repetidamente de pezón en pezón con mi boca. Estábamos ambos desnudos sobre el sillón y mi pija rozaba sus piernas dejando en algún momento alguna gota de líquido pre seminal en ellas. Seguí bajando y ahora le besé su ombligo y le lamí la panza bajando hacia su concha. Ella quiso abrir las piernas instintivamente, pero no se lo permití. Con sus piernas cerradas, seguí bajando con mis suaves besos y mi lengua por sus muslos. Sentí la piel de gallina que se le formó cuando bajé por sus piernas. Me arrodillé, desnudo como estaba con el pene totalmente erecto y súper expuesto ante mi hermana y le tomé un pie y empecé a besarlo. Nunca la había hecho, ni tampoco había tenido ese fetiche, pero en ese momento sus pies me parecieron lo más delicioso del mundo. Le besé los costados, y con fuertes besos le lamí el contorno para detenerme en la pinta de su dedo gordo y metérmelo completamente en la boca. Ella me miraba incrédula. Yo me sonreí y le dije:
– Date vuelta
– Mmmmm, si, lo que vos quieras
– Cerrá bien las piernas, le dije
Comencé por los talones primero y subí por las pantorrillas. Cuando le chupé con ganas la parte trasera de las rodillas se rio porque le producía cosquillas y me lo hizo saber. Subí por sus muslos y sus músculos isquiotibiales para llegar a su cola, le besé los cachetes de la cola y le pasé la lengua. El ano ni lo toqué, quise dejar lo mejor para el final. Subí por su cintura, siempre besando, chupando y lamiendo cada centímetro cúbico de su piel y en su espalda y sus omóplatos me recreé un largo rato y luego le corrí el pelo para besarle la nuca. Ella giró la cabeza para besarme, mientras yo con ambos brazos a sus lados apoyaba y descansaba mi erección en su cola. Me encanta que me chupes toda, me dijo
– Todavía no terminé, le dije
Volví a su espalda y bajé sin prisa, pero sin pausa hasta su cola, la bese en las nalgas, la chupe y abriendo con mis dos manos le pasé la lengua por todo su fruncido ano.
– Aghhh, dio un respingo ella
– Mmmmm, me enterré en su hueco
– ¿Qué me haces? Soltó en un susurro
Seguí pasándole la lengua, mientras lo hacía dejaba caer mucha saliva en su ano. Mientras volvía a bajar para meterme en su más profunda cavidad volvía con mi lengua y con más saliva. Mi hermana gemía. Me extendí sobre su cuerpo y apoyé mi pija en el centro de su cola. Empecé a moverme hacia arriba y hacia abajo pasándole mi verga por toda la extensión de su empapado culo. Me volvía loco esa sensación. Mi pija se había apoyado en la puerta de su ano. Me moví y sentí la presión que estaba ejerciendo, pero no quería forzarla. Volví a bajar y en un movimiento de cadera logré que mi verga nuevamente pasara por todo lo largo de su culo. La lubricación era total. Ella giró su cabeza y me miró diciendo:
– No me animo a que me la metas todavía, pero te hago todo lo que quieras
¿Qué significaba ese “todavía”? Eso, si yo no entendía mal significaba que pronto me la cogería, pero que debía esperar. No me iba a apresurar, pero tampoco iba a dejar de intentar derribar ese muro de defensa que levantaba mi hermana y que cada vez estaba más derruido. La miré a los ojos intensamente y con una tierna sonrisa le dije:
– No quiero presionarte, ¿que queres hacerme?
– Chuparte la pija, me dijo claramente
– Dejame que te chupe primero y te haga acabar, le solté
– Ya acabé antes, ¿no se notó?
– Me pareció, mentí, no lo había notado
– Pero dale, besame ahí de vuelta, puedo acabar una vez más, dale
Sonia se dio vuelta y me besó en la boca. Bajé a besarle los pechos y en menos de un minuto ya estaba acostado con mi cabeza entre sus piernas y chupándole la concha con una dedicación total. Creo que no tardó más de 5 minutos en acabar nuevamente, pero esta vez me lo hizo saber al grito de Aghhh Acabo Acabo, chúpame así, si si, Aghhh Ah ah ah ah. Enseguida Sonia me miró y me dijo claramente:
– Ahora quiero chuparte yo a vos
– Cuando quieras.
– Primero dejame hacer una cosa.
Me acostó boca arriba en el sillón y apoyando mi verga sobre mi propia panza se sentó encima y empezó a moverse sin usando mi pija para masturbarse. Era como estar cogiendo, pero sin penetración. Era la gloria. Se inclinó hacia adelante y me besó. Yo la correspondí. Su concha emanaba fluidos constantemente, de otra manera no podía haber tanta lubricación. La tomé de los glúteos y la empecé a mover marcándole el ritmo
– Aghhh me encanta
– Es casi como coger, le dije
– Siiii, me dijo ella
– Pensá que te estoy cogiendo, le dije
– Ahhhh, me encanta
– ¿Podrías acabar de vuelta? Le pregunté
– Aghhh si y voy a acabar
– Siiii?
– Sí, ¡me haces acabar como loca!
– Aghhh y a mí me encanta
– Aghhh, si así
– Cogeme, le dije en tono firme
– Aghhh si si acabo, me encanta
– Queres que acabe yo también? Le pregunte
– Sí, sí, me respondió entre gemidos
– Pedime que te coja
– Mmmm, se sentó y frotándose mi pija se agarró las tetas y mientras se las tocaba
– ¿Que queres que te haga? La incité
– Cogeme, me dijo mirándome a los ojos
– Aghhh si, si y acabe, un chorro salió disparado por todo mi pecho y luego otro
– Aghhh si acabá así, me dijo y bajó a chuparme la pija
– Mmmm, que hag…
– Mmmm, su acabame en la boca también, me decía mientras chupaba y recogía los restos de mi acabada
Sonia me terminó de chupar y se acostó encima de mí, manchándose las tetas con todo el semen que había sobre mi pecho, pero no le importó. Me besó apasionadamente. Yo la abracé acariciándole la cola y agarrándole los cachetes con fuerza por momentos.
– ¿Qué vamos a hacer? Me preguntó
– No sé, yo por lo pronto no me pienso mudar hasta que no vuelva tu marido
– Sí, me imagino, rio Sonia
– Claro, al menos que él no tenga problemas en que hagamos esto, jaja
– Creo que si va a tener problemas, me dijo
– Mmmm, la volví a besar, estaba hermosa
– Estamos todos pegoteados, me dijo entre besos
– ¿Vamos a bañarnos?
– Mmmm, no sé, te parece?
– Claro, si, le dije, pero antes quedémonos un rato así, le dije
– Mmmm, bueno, volvió a besarme
– Mmmm, la acaricié y sin darnos cuenta nos quedamos dormidos
Nos despertamos al rato, ya con todo el semen pegado entre nuestros cuerpos. Uy es re tarde, otro día nos bañamos juntos, me limpio con algo y me voy a dormir. Yo hice lo mismo y me fui a mi cuarto
Miércoles 29 de abril
Me levanté y salí disparado a la panadería de a la vuelta para ultimar y pagar el desayuno que le mandaría a mi hermana al día siguiente para mi cumpleaños. Me ofrecieron una tarjeta para llenar y fui breve pero contundente. Se nota que la queres mucho, me dijo la señora de la panadería cuando indiscretamente leyó mi tarjeta. Compré un poco de pan para hacer unas tostadas en el desayuno y volví.
Sonia aún no se había levantado así que ese paso había salido bien. Se levantó y fue derecho al baño. Oí la ducha encenderse y supe que se bañaría y demoraría un poco más, así que preparé todo con paciencia y me quedé sentado esperándola. Me besó en la comisura de los labios y se sentó frente a mí a desayunar.
– ¿Te bañaste? Le pregunté absurdamente
– Si, estaba muy pegoteada, me dijo
– Yo me limpié bien anoche, pero me voy a duchar después, le dije
– Ah sí, mejor
– Que te gustaría almorzar o cenar en el día de su cumpleaños
– Si tengo que elegir, hamburguesas con papas fritas
– Me la pusiste fácil, tenemos todo creo y si hay que comprar algo, lo voy a comprar entre hoy y mañana
– Y ya que estamos unas cervecitas, ¿no?
– Por supuesto querida, infaltables
Como solía ocurrir, se despertó Jazmín y Sonia se levantó para ir a su cuarto. Yo terminé de desayunar y me fui a mi habitación a trabajar. Me crucé varios whatsapp con mi mamá para arreglar todo para el día siguiente. Varios llamados, el seguimiento del chocolate que le había comprado a mi hermana, y algunas otras cosas hicieron que se me pasara realmente rápido el día. Al mediodía Sonia me trajo una ensalada de arroz, atún, huevo duro y mayonesa. Total, que ni salí de mi habitación hasta las 7 de la tarde.
Me voy a la terraza un rato a correr, le dije, ¿queres venir con Jazmín? Bueno, dijo y tomando a mi sobrina en brazos subió conmigo a la azotea. Me ejercité un rato y sin imaginarlo apareció Fiorella en calzas. Me besó en la boca delante de mi hermana como si nada. Estuvimos un rato haciendo uno ejercicios. Después nos sentamos en un banco a charlar los tres y Fiorella me preguntó si al otro día no quería ir a cenar a su casa, le dije que después le confirmaba, que iba a ver. Pueden venir los 3 me dijo por mi hermana y Jazmín. Bueno ya veremos, después te digo, le dije. Cuando nos despedimos, Fiorella volvió a darme un beso en la boca, esta vez u poco más largo. Mi hermana me miró con seriedad. Entramos al departamento siendo ya la hora de cenar prácticamente
– ¿Que estas de novio con Fiorella? Me sorprendió mi hermana
– No, para nada
– ¡Ah bueno! Por cómo te saluda ella se debe pensar que si
– Bueno allá ella si quiere pensar eso
– Medio desubicada, ¿no?
– ¿Por?
– No te parece que darte un beso delante de mi así…
– No sé, que se yo, le dije
Notaba celos en mi hermana, y me gustaba. Y eso que solo le conté lo de la cena de la vez anterior y no quise decirle nada de lo que pasó en la escalera. Lo único que esperaba es que no se enojara tanto como para decirme andá con Fiorella y me quede sin poder estar con ella, justo ahora que avanzábamos bien y justo como yo quería
– A mi sí, me parece que no da para saludarte con un beso en la boca
– Mmmm, estas celosa, le dije y la abracé aun con mi sobrina en brazos
– Callate, me dijo y se rio, pero no lo negó
Cenamos unos tallarines con manteca, y hierbas y después un rato dando vueltas con Jazmín nos fuimos a dormir, No conciliaba el sueño mi sobrina y eso me desalentó de hacer algo con mi hermana. Te doy el último beso mañana amaneces un poquito más vieja, le dije. Chau y me besó en la boca con un solo beso largo.
– Vos también te vas a creer que somos novios, le dije cargándola
– Jaja, vos sos solo mío en este edificio, me dijo
– Jaja, chau, descansá
Al otro día es su cumpleaños le voy a comprar algo lindo. Sonia siempre tuvo debilidad por el chocolate. Así que después de mucho pensarlo, busqué y busqué en MercadoLibre y conseguí un proveedor de Godiva Chocolatier, una marca belga de chocolates que me gustan muchísimo
Jueves 30 de abril
El cumpleaños de Sonia, se festeja.
El desayuno lo había programado para que llegue a las 9, así que usando toda mi perspicacia a las 8.55 me fui a bañar. Sonó el timbre puntual y le dije que atendiera. Hola, dijo. Usted es Sonia. Si. Tengo una entrega para usted, ¿puede bajar? Si, ya bajo.
– Algo para mí, mirame a Jazmín por las dudas y bajó
– Salí rápido y recién duchado. Aproveché a dejar la puerta abierta porque sabría que vendría con las dos manos cargando la bandeja
– ¡Era para mí!, me dijo feliz Mirá lo que es esto!
– Uhh que bueno que está le dije fingiendo sorpresa
– A ver, tiene una tarjeta, me dijo
SONIA, FELIZ CUMPLEAÑOS
GRACIAS POR EL MES MAS LINDO QUE VIVÍ EN TODA MI VIDA
TE QUIERO
Me miró. Yo estaba colorado y emocionado. Creo que estaba a punto de ponerme a llorar en ese momento. Sonia de repente y luego de una cara de confusión que duró apenas unos segundos, entendió todo, se dio cuenta y una lágrima le rodó por la mejilla. Me abrazó con una fuerza tremenda y no me soltó. Yo sentía la humedad de sus ojos en mi pecho y traspasando mi remera.
– GRACIAS, me dijo y me besó en la boca, primero con esos tiernos y cortos que fueron transformándose lentamente en besos más apasionados y largos
– Nada que no te merezcas
– No está bien que lo diga, pero creo que es el mes más lindo en mi vida también, me dijo con culpa
– Bueno, ahora creo que lo que debemos hacer es una sola cosa, le dije
– ¿Que?
– ¿Que va a ser? Comernos este tremendo desayuno, ¡¿o no?!
– Claro, claro dijo mi hermana y juntos empezamos a devorarnos todo
Me puse a trabajar un rato y sonó el timbre, era para mí, la entrega de MercadoLibre, bajo yo, le dije y agarré unos auriculares que tenía en mi mochila con una bolsita y mi teléfono. Subí rápido y Sonia me pregunto: ¿quién era? De MercadoLibre, me pedí unos auriculares porque se me habían roto los míos, le dije con los chocolates dentro de mi bóxer y tapados por la remera y el pantalón.
– Ah, dijo ella.
– Almorzamos liviano, le propuse, ¿o queres las hamburguesas ahora?
– No, a la noche
– Ok, le dije
– ¿O vas a ir a lo de Fiorella?
– Ni loco, es tu cumpleaños, estoy todo para vos, le dije
Pude ver que muy íntimamente ella anotó esas palabras como un triunfo sobre Fiorella. Tenía celos y
– ¡Qué bueno! Me dijo y me besó en a boca nuevamente
– Mmmm, la besé
– ¡Entonces hamburguesas y cervezas esta noche! Muack
Fue así que almorzamos una ensalada y seguí trabajando. Sonia habló mucho con su marido que ya la había saludado a las 12 de la noche para ser el primero. Él le decía que era el primer cumpleaños que pasaban separados y yo pensaba que en todos estuve yo, incluso en este.
A eso de las 6.30 pm ya empezaron los mensajes de mi mamá. Salimos con tu padre. Vamos para allá. Estamos por Juan B Justo. En 5 minutos estamos. Así que bajé con la excusa de que iba al quiosco a comprar algo y esperé a mi papá y a mi mamá que llegaron puntuales. Bajamos las bolsas del auto con la comida y la bebida para 10 personas, aunque éramos 4.
Fui abrir la puerta y Sonia los vio y se puso a llorar como una nena. A mí también se me caían las lágrimas. Mi mamá y mi papá estaban igual. Era todo emoción y sobre todo para mis padres y su relación con su nieta que veían después de más de un mes. Sonia no podía creer que yo había organizado esto y ella ni se había imaginado.
Fue así que comimos, de todo, hasta una torta chiquita había traído mi mamá. Abrimos una gaseosa y una cerveza y comimos todo lo que había preparado mi mamá: sándwiches de matambre, fosforitos de jamón y queso, sacramentos de jamón crudo, salchichitas con mostaza, albóndigas con salsa de tomate. De todo. Cada cosa en su respectivo recipiente y en cantidad para el doble de los que éramos. En todo este tiempo y hasta las 9 de la noche que se fueron mis padres, poca bolilla nos dieron a mi hermana y a mí y se dedicaron todo el tiempo a estar con Jazmín, de manera que la nena, que al principio los desconoció a los vuelos, se la pasó de brazos en brazos.
Se terminaron despidiendo, después hicimos una video llamada con mi cuñado y al reto Jazmín que no había dormido en toda la tarde empezó a fastidiarse hasta ir durmiéndose profundamente. Mi hermana, aun con la nena en brazos, me dijo:
– Suspendemos las hamburguesas, comí bastante
– Sí, yo pensaba lo mismo
– Acuesto a Jazmín y vuelvo
– Dale, le dije
Sonia salió de su cuarto después de un rato. Llevaba puesto un camisón corto y blanco. súper sexy que no se lo había visto en todo este tiempo. Se notaba claramente que debajo no llevaba corpiño puesto. La miré embelesado y le digo
– Sos hermosa
– Te quiero, me respondió
– Y yo, le estaba diciendo cuando me besó en la boca
– Mmmm, la besé profundamente y le acaricié la cintura sintiendo la curva de su cuerpo a través de la fina tela del camisón
– Mmmm, gracias por todo, me dijo
– Sabes que me faltó, algo para acompañar un whisky, le dije
– Ummm, estaría bueno, me dijo
– Serví dos vasos del etiqueta azul, le dije
– Claro, cuando si no…
– Ahora es el momento, y saqué el chocolate Godiva, su preferido y lo puse en la mesa ratona frente al sillón
– Noooo, me dijo, no podés ser tan perfecto!
– Pará un poco
– En serio me dijo y volvió a besarme
– Mmmm, le dije
– Me encanta, dijo abriéndolo y mordiéndolo y convidándome un trozo
Nos comimos el chocolate y nos fuimos tomando el whisky lentamente, saboreándolos a ambos. Su cara trasmitía placer y yo ya la estaba imaginando desnuda. Volví a abrazarla, y ese fue un nuevo comienzo. La tomé de las manos para que nos pongamos ambos de pie. Me separé un metro, lo suficiente para contemplarla con ese mini vestido. La imagen no podía ser más espectacular: dos finos breteles colgaban de sus hombros, y se convertían en dos pequeños triángulos que no podían contener sus tetas, la fina tela de seda acentuaba aún más la dureza de sus pezones, por los costados se escapaban los lados de los pechos y por último bajaba la tela brillosa ajustándose apenas en la cintura y realzando sus caderas.
– Sos hermosa, le dije con el corazón totalmente acelerado
– Vos sos lo mejor que me pasó, me dijo ella y se acercó para ponerse en puntas de pie y besarme
– Mmmm, la abracé por la cintura y correspondí su beso con suavidad, pero con absoluta pasión
– Mmmm, me encantas, me dijo
– Mmmmm, dije yo mientras la acariciaba en la cintura. Cuando quise bajar con mi mano hacia su cola mi corazón se detuvo.
Pasé la palma de mi mano recorriendo su cintura y parte de su cadera, tenía que haber un error. No sentía el relieve de su prenda íntima. Volví a recorrer la zona con mayor avidez, y seguí sin encontrar ningún signo de ropa interior. ¿era posible que mi hermana estuviera completamente desnuda debajo de su camisolín? ¿Cuáles serían las intenciones de mi hermana para esta noche?, ¿serían las mismas que las mías? Sonia se dio cuenta de que no podía encontrar su prenda íntima y separándose de mis labios me dijo al oído:
– No tengo nada debajo, es mi regalo para vos
– Mmmmm, le volví a meter la lengua en la boca al tiempo que mi mano acariciaba la parte trasera de su pierna y subía hacía la redondez de su cola comprobando que estaba completamente desnuda debajo esa única prenda
– Mmmm, te gusta mi regalo?
– Me encanta, no puede haber uno mejor
– Mmmm, se me ocurrió recién, me dice ella apretándose fuerte contra mi erección
– Mmmm, vení, le dije para llevarla al sillón
– Mmmm, no, mejor vayamos a tu cuarto, me dijo ella
Mis dudas se iban disipando. La última vez que quise llevarla a mi cuarto, mi hermana no quiso ir. Esta vez fue ella quien lo propuso. Por otra parte, ella deliberadamente no se puso ropa interior debajo de su ropa de dormir y eso algo tiene que significar. Me tomó de la mano y fue ella la que iba caminando adelante. Ni bien llegó delante de mi cama se dio vuelta, y me miró.
– Quiero estar con vos toda la noche
– Mmmm, la besé apasionadamente y volví a recorrer su cuerpo con mis manos.
Era muy excitante tocar la tela de seda de su camisolín y sentir que debajo estaba desnuda. Pasar las mis palmas por esa suavidad satinada y sentir sus redondeces, como así también la erección de sus pezones. Me volvía loco, quería ir por mas, pero a su vez quería que esto no terminara nunca. Empecé acariciándola por los costados de ambas piernas para subir mis manos dibujando la silueta de su cuerpo. Todo en contacto con su piel. La recorrí completamente en su desnudez, pero sin quitarle el camisón aún. Ella por su parte, me besaba cada vez con más pasión. La tiré en la cama y me hundí en sus piernas sin quitarle esa única prenda que llevaba puesta. Ella entendió y abrió sus piernas completamente. Quería garantizarme su primer orgasmo porque estaba muy caliente y no sabía cuánto podría durar yo. Por suerte, ella estaba ya a punto y cuando empecé a recorrer sus labios con mi lengua, mi hermana empezó a gemir y a decirme cosas por demás excitantes
– Si chúpame así
– Mmmm, ¿te gusta?
– Siiii, nadie me chupa la concha como vos…
– Mmmm, volvía a meterme con más profundidad en su cueva
– Aghhh, así siiii, chúpame así repetía ella una y otra vez
No tuve que pensarlo mucho. Yo quería que esto dure todo el tiempo posible, y así iba a ser. Empecé a pasar repetidamente mi lengua por sus labios mayores y saboreando todos sus jugos, que, a esa altura, ya eran muchos. Ella seguía gimiendo y diciendo que le encantaba. Yo demoraba mi incursión en su clítoris para disfrutar más tiempo, hasta que me decidí y fui en busca de su primer orgasmo. Lo que nunca imaginé es que sería tan inmediato. Subí con mi lengua, rocé la punta de su apéndice sexual y sin más lo aprisioné entre mis labios. Ella estalló:
– Aghhhh asiiiiiiii, siiii, haceme acabar así
– MMmmm, no me despegaba
– Así, siiiii aghhhh como me haces acabar hermanooooo
– Mmmm, escuchar hermano de su boca me ponía realmente más excitado, si es que se podía
– Mmmm, empecé a hacer intensos y repetidos movimientos sobre su clítoris
– MMMM, siiiii, quiero ser tuya completamente, dijo mi hermana convulsionándose
– Mmmm, yo no despegaba mi boca y mi erección daba respingos dentro de mi pantalón
Escuchar esas palabras en boca de mi hermana, puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que fue lo más excitante que escuché en mi vida. Quería ser mía completamente…
– Mmmm, Sonia me encantás, le dije separándome
– Mmmm, vení, me dijo y se sentó en la cama dejándome a mí, de pie frente a ella
Suavemente, como era ella, pero con la torpeza de los nervios me bajó el pantalón y el calzoncillo y mi pija salió disparada como un resorte. La tomó con su mano y le dio un beso en la punta. Me miró a los ojos y volvió a besarla. La movió hacia un costado y la beso en el tronco repetidas veces con succiones y lamidas largas. Yo me volvía loco, pero pude concentrarme en no acabar hasta el momento. Ella me miró y me dijo sin ningún tipo de vergüenza:
– Me encanta tu pija…
– Y a mí me encanta que te encante
– Mmmm, se la metió en la boca sin dejar de mirarme nunca
– Mmmm, me encanta verte con mi pija en la boca
– Mmmm, me sonrió con mi verga en su boca
– Mmmm, si si, decía yo mientras buscaba concentrarme en no acabar, aunque todo hasta acá me lo ponía muy difícil
Encima de todo, Sonia hacía unos movimientos con la boca y con la lengua tremendos, utilizando mucha saliva iba y venía por todo el tronco con una suavidad increíble por momentos y con las succiones justas por otros. Yo seguía de pie acariciándole el pelo y la cara por momentos. Ella quería que esto durara y por momentos hacía los movimientos perfectamente calculados para que no me vaya, aunque por otros hacía unas succiones que me dejaban al borde del orgasmo. Con su mano derecha empezó a acariciarme el interior de mis muslos y con un pequeño golpecito me pidió que abriera más mis piernas, subió con su mano y comenzó a acariciarme suavemente mis huevos, masajeándolos y sopesándolos en su mano. Su contacto era hermoso, suave y excitante. Mientras tanto, seguía con su trabajo de succión en mi pija y cada segundo que pasaba, parecía ponerle más empeño. Había un problema, si la dejaba a mi hermana seguir, iba a acabar de un momento a otro. Y yo lo que quería era penetrarla. Ella insistió con sus toques en mis huevos y levantándolos con la mano, luego de sacarse mi verga de la cavidad bucal, se los metió a ambos en la boca y los chupó con auténtica devoción y mojándolos todos, eran un río de baba mis huevos y ella no se detenía en su labor. Volvió a mi pija y le dije:
– No Sonia, si seguís así voy a acabar
– ¿Y cuál es el problema? Me dijo pajeándome mientras me miraba
– Que quiero cogerte, le solté
– Y yo también quiero que me cojas
– Entonces…
– La noche es larga, mañana es feriado, ¿te olvidaste?
– Mmmm, si claro, era verdad, al otro día era el día del trabajador y no lo había notado
– podemos seguir después, te quiero sentir adentro de mí, pero hay tiempo
– Mmmm, bueno dale, le dije y la dejé seguir
Aclarado esto, la deje seguir con la mejor mamada que me estaban haciendo desde que tenía uso de razón. Quizás estoy exagerando, pero el hecho de saber que mi hermana ya sabía y quería tanto como yo coger, la hacía más espectacular aún. Siguió con su trabajo sobre mi pija y si algo faltaba para arrastrarme al abismo del orgasmo era su lenguaje sucio
– ¿Te gusta cómo te chupo la pija?
– Me encanta hermosa
– ¿Te imaginabas que tu hermana chupaba la pija así?
– Mmmm, no, te juro que no
Sonia sólo se la sacaba de la boca para tirar esas frases cortas pero demoledoras. Chupaba con una desesperación propia de una actriz porno, pero a su vez con una suavidad y una dulzura propia de una princesa de cuento. Ahora la lubricación con su saliva era perfecta y sus movimientos exactos y precisos. Estaba llegando al orgasmo y ella lo percibió. Tanto que mientras su dedo estimulaba mi perineo y me miraba, me dijo sacándosela por un segundo
– ¿Y me vas a coger después? Y se la volvió a meter rápido en la boca
– Aghhhh aghhhh Aghhh Aghhh, acabé como un caballo
– Mmmmm, gemía mi hermana tragando todo mi semen, como podía
– Aghhh Aghhh si, si si, que te voy a coger
– Mmmm, siiii, decía con mi verga escapándose de a ratos de su boca para volver a agarrarla
– ¡Como me gustas, Sonia! Fue lo único que atine a decir
– Y vos a mi
Y tomándome de la cintura me tiró a la cama. Ella se acostó a mi lado y comenzamos a besarnos. Ella tenía el sabor de mi semen, y lejos de desagradarme, me excitó. Yo seguramente tenía el sabor de su flujo, pero a ella tampoco pareció importarle. Nos besábamos, nos acariciábamos, pero sobre todo en ese momento, más que nunca en toda nuestra vida, nos amábamos.
Nos quedamos abrazados mucho tiempo y besándonos de a momentos y acariciándonos tiernamente durante otros. Miramos el reloj y eran las 23:59. La besé y le dije
– El último beso de cumpleaños
– Mmmm, si, y me besó
– Pará, le digo, vamos a terminar un día y empezar el siguiente sin dejar de besarnos
– ¿Como?
– Besame, y no pares hasta que te diga, le dije
– No me lo tenes que pedir, me dijo mi hermana y comenzó a besarme apasionadamente sin parar
Viernes 1 de mayo
Se hicieron las 0:03, es decir que el beso duró cuatro minutos. Nos seguimos besando otro rato más y con mucho tino me dijo Sonia:
– Tomamos un etiqueta azul más con otro trocito de Godiva?
– No pudiste tener mejor idea, le respondí
– Voy
Y salió disparada hacia el comedor dejándome solo acostado en mi cama. La vi irse con ese camisolín que me volvía loco. Su figura era perfecta, el pelo rubio que le caía por la espalda, su cola dura y parada como una manzana que se adivinaba debajo de la tela. No podía creer lo que estaba viviendo. Me hubiese pellizcado para recordar que no estaba viviendo un sueño. Pero no, afortunadamente era real. Volvió con los dos vasos de whisky sin hielo, ese elixir no se mezcla con nada y con el medio chocolate que aún quedaba. Partió un pedazo y me lo acercó a mi boca. Abrí y lo mordí chupándole apenas la punta del dedo. Ella comió su trozo y bebió un trago de whisky. Yo hice lo propio y mientras terminaba mi vaso me fui acercando a ella para besarla.
Empezamos tímidamente y de a poco fuimos soltándonos a la pasión. Nos mordíamos los labios mutuamente, con suavidad y algunas veces, no tanto. Recién reparaba en que no había podido ver sus tetas, nunca se había quitado ese vestido de cama. Volví a acariciarla completamente por encima de la suave tela. Mi pene no tardó en reaccionar nuevamente. Si bien aún no estaba en todo su potencial, sabía que no iba a tardar en reponerse. Ella disfrutaba de mis caricias como yo lo hacía con sus besos. Estábamos sentados en la cama acariciándonos, ahora mutuamente. Metí las manos por debajo de la tela y con mis manos apresé sus redondas y preciosas nalgas, y le solté
– Me encantó que no trajeras nada debajo del camisón
– Sabía que te iba a gustar, me dijo
– Fue un gesto muy lindo
Volvimos a besarnos y continué con las caricias, ahora más incisivas con la intención de llevar a mi hermana a la entrega total. Y de a poco lo fui logrando. Besé su cuello un largo rato y deslizándole los breteles por los hombros, le descubrí los pechos. Parecía mentira, pero hasta ese momento no había visto en esa noche los pechos desnudos de Sonia, sin embargo, ambos habíamos acabado y lo habíamos disfrutado al máximo. Como decía, dejé al descubierto sus pechos y me quedé mirándolos atónito
– Que pasa? Me volvió a la realidad Sonia
– Que son hermosos, le deje mientras los acariciaba
– Mmmmm, son tuyos, podes hacer con ellos lo que quieras
– Mmmm, los toqué suavemente, después más intensamente
– ¡Quiero que me chupes las tetas! me dijo mi hermana sacándome de mis absurdas cavilaciones de ese momento
Fue entonces que me abalancé a sus pechos besándolos primero, y chupándolos con apasionamiento después. Ella me agarraba la cabeza y turaba la suya para atrás del placer que sentía. Yo me sentía en la gloria. Le agarré el vestido por la parte de abajo y se lo saqué por la cabeza, dejándola totalmente desnuda ante mi vista. Nuevamente me quede perplejo ante su cuerpo, como si nunca lo hubiese visto. Fue entonces cuando por mi cabeza pasó una frase que decía más o menos así. Si vas a hacer algo que te da placer, tomate tu tiempo y que sea un acto pensado y disfrutado segundo a segundo. Y eso fue lo que hice. Me detuve en cada segundo en que besaba y chupaba a mi hermana. Pensaba en la perfección de sus pezones, de sus areolas, de los puntitos que se erizaban alrededor del pezón cuando los chupaba. Amaba y disfrutaba cada centímetro de su piel y no dejaba pasar un segundo sin disfrutar cabalmente cada movimiento que hacía.
Como se imaginarán, a esta altura mi miembro estaba totalmente erecto, pero de esas erecciones que duelen de tan excitado que estaba. Mi hermana lo notó y arrodillada en la cama como estaba, lo tomó en su mano y comenzó a pajearlo mientras me besaba y me susurraba las cosas más excitantes al oído
– ¿Me vas a coger?
– Claro que te voy a coger, hermosa
– Mmmm, quiero sentirte adentro mío
– Mmmm, ya me vas a sentir
– Pero quiero sentirte ya, quiero tu pija adentro
– Mmmm, yo también, pero quiero disfrutarlo mucho
Agarré a mi hermana de la mano y la acosté boca arriba. Ella supo que llegaba el momento y abriendo las piernas me hizo lugar para que yo me posicione. Lo entendí y nuestros cuerpos empezaron a hacer los movimientos totalmente coordinados. Ella movía una pierna dándome lugar y yo colocaba la mía. Cuando estábamos listos, puse mis manos alrededor de su cuerpo y la punta de mi pene en la entrada de su vagina. ME adelanté y con un movimiento de cadera hice que el glande recorriera toda la vagina con la punta. Estaba mojadísima y eso facilitó el deslizamiento. Después de dos o tres movimientos así, Sonia no aguantó mas
– Dale, metémela
– Quería que vos me lo pidas
– Metémela, dale, cogeme
No tuvo que pedírmelo dos veces. Apoyé mi cabeza en la entrada de su cueva e hice una mínima presión. Mi cabeza entró mientras se abría como una flor su vagina se abría como una flor. Me detuve ahí
– Queres que te la meta?
– MMmmm, sí
– Estas segura? Jugaba con mi hermana
– Nunca estuve tan segura de nada en mi vida
– MMmmm, ¿sí?
Le metí 5 centímetros más comenzando a sentir la calidez de su interior y me detuve nuevamente, quería disfrutar, aunque sabía que la estaba torturando a mi hermana
– Metémela toda por favor
– Siii? ¿La queres toda adentro?
– Aghhhh, siiiii, por favor
Empecé a meterle el resto de mi verga. Con mis manos apoyadas a ambos lados de su cuerpo me adelanté decididamente y mi penetración fue total. Me quedé quieto. La besé en la boca con mi pija completamente dentro de su vagina. Volví a sacarla hasta la mitad y la metí nuevamente con un poco más de ritmo esta vez.
– Aghhhh Siiiii, cogeme
– Siiiii, sentí como te cojo
– Aghhh, si si así
Repetí el movimiento unas veces más y el placer que estaba obteniendo era máximo. Fue entonces cuando me dije que se podía disfrutar un poco más y decidí dar un siguiente paso haciendo algo que me encanta hacer. Me retiré totalmente, dejando la cabeza en la entrada de su vagina y le di un corto beso en los labios
– ¿Que pasa?
– Shhh, nada, tranquila, le digo
– ¿Pero porque la sacaste?
– Shhhhh
Le vuelvo a dar un cortito beso en los labios. Su boca parece hinchada, sus labios abiertos y carnosos invitan a besarla apasionadamente, pero me contengo de hacerlo. Sigo con mi boca apoyada en la suya y mi glande en la entrada de su vagina. En ese momento y al mismo tiempo introduzco la lengua en su boca y mi pija totalmente de un solo movimiento en su concha. La vuelvo a sacar retirando también mi lengua de su boca. Un beso tierno en sus labios, con mi pija nuevamente en la puerta. Voy por el mismo movimiento, y mi hermana que ahora lo entiende y lo ve venir, adelanta sus caderas para acompañar y abre más su boca para chocar su lengua con la mía. Ahí empezamos una danza de movimientos que no terminó con mi eyaculación pero que llevó a mi hermana a un nuevo orgasmo
– No pares de hacer esto, me dijo
– Nunca voy a parar
– Cogeme, cogeme
– Ahhhh, si, y yo volvía a meter mi lengua en su boca y mi pija en su concha
– Ahhhh, aghhhha
Mi hermana me agarró fuerte de la cola empujándome hacia adelante y con cortos movimientos empezó a agitarse y gritar ahogadamente
– Aghhh aghh aghh aaaaa
No quise emitir palabra. Dejé que el momento sea solo de ella y convulsionándose ahora se empezó a mover más frenéticamente y diciéndome
– Aghhhh si si que rico, como estoy acabando, me encanta tu pija, cogeme así por favor
Íntimamente estaba con mi cabeza pensando en su belleza, en su cara, en su pelo. No quería concentrarme en la cogida porque acababa en ese instante y quería que esto durara un poco mas
Nos quedamos así abrazados yo tirado sobre su cuerpo y con mi pija dura dentro de ella.
Ella se salió y me dijo vení abrazame así y poniéndose de costado me pegue a ella por detrás. Abrió sus piernas y acomodó mi verga entre ellas, pero sin metérsela dentro de su concha. La abracé desde atrás y comencé a besar su cuello. Ella me pidió que no haga nada, que nos quedemos así un rato. Yo accedí. No se cuánto tiempo nos quedamos así pero mi pija no se bajó ni un poquito.
Pasado un rato y así como estábamos ella levantó una pierna suavemente y agarró mi pija con su mano. Se giró de frente hacia mí y me miró con sus ojos penetrantes y me besó en la boca.
– Acostate boca arriba, me ordenó
– Bueno, dije sin chistar
– Quiero cogerte yo a vos
Me miró y sin ninguna previa se sentó a horcajadas, con una pierna a cada lado de mi cuerpo tomando el dominio de la situación
– Esperá que me pongo un forro, le dije
– No, nada de eso,
– Estas segura?
– Totalmente, me dijo
Y tomándola con una mano la puso en la puerta de su húmeda concha, luego de pasar la cabeza por sus labios mayores. Se impulsó hacia adelante y así como estaba, con mi glande en la entrada de su vagina, me besó en la boca. EL beso era por demás apasionado y nuestras lenguas eran un torbellino de pasión. Sin más puso sus dos manos en mi pecho y mirándome a los ojos empezó a bajar diciendo:
– Sentí como te coge tu hermana
– Aghhhh, balbuceé
Ella bajó lentamente introduciéndose centímetro a centímetro mi pija. Se separó de mi boca y dejó la suya a un centímetro como concentrándose al máximo en la penetración. Yo estaba del mismo modo. Quería vivirlo lo más intensamente posible y mi intención era que todo mi cerebro se dirija a mi pene y a la sensación de ser envuelto por la concha de Sonia. Cuando sentí sus paredes apretar y ese calor envolvió toda mi verga, me volví loco. La tomé de las caderas para hacerla bajar más aún y que la penetración sea completa y cuando sentí que llegó al fondo, ahí sí, la bese profundamente metiéndole mi lengua dentro de su boca.
– Aghhhh siiiii, sentí como te cojo, decía Sonia
– ¿Te gusta?
– Me encanta tener tu pija adentro
– Mmmm, siiii?
– Se siente hermoso, y se movió contoneándose para sentir aún más mi dureza dentro de su cuerpo
– Mmmm, la moví con mis manos en sus caderas
– Ahhhh, pará quedémonos así, quietos porque no quiero acabar todavía, me dijo ella
Así como estaba, con mi pija totalmente adentro, se recostó sobre mí y me empezó a besar el cuello. No nos movimos por un tiempo. Mi verga la llenaba por completo y ella pese s su quietud, hacía unos movimientos contrayendo la vagina provocando en mi enorme placer. Yo, por mi parte, la seguí con un movimiento en el cual se me hincha la cabeza de la verga cuando hago una presión. Eso nos encantó a ambos y sin decir nada comenzamos a besarnos nuevamente. Ella empezó a moverse rítmicamente y yo con mis dos manos en sus caderas la acompañaba.
– Aghhh me encanta cogerte, me dijo
– Siiii, así, cogeme vos a mi
– Si? ¿Te gusta que te coja?
– Me encanta
– Sentís como la concha de tu hermanita se traga toda tu pija
– Ahhhh, Sonia no digas esas cosas que me vas a hacer acabar
– Acabemos juntos dale, que yo estoy a punto también dijo ella frotándose su clítoris descaradamente contra mi cuerpo
– Aghhh queres que te acabe adentro? Era una pregunta retórica
– Siiii, Acabame adentro, cogeme
– Mmmm, si, ahí voy le dije anunciando mi inminente eyaculación
– Aghhhh ella se movía con frenesí y se agitaba en un orgasmo violento
– Aghhh Aghhh Aghhh
– Aghh agh agh agh agh
– Mmmm, la besé
– Me encanta cogerte, me dijo
– Y a mí….
Se desplomó sobre mi cuerpo y la abracé. Nos volvimos a besar. Se quedó así durante un tiempo, y si bien mi erección no se perdió rápidamente ella subió un poco más su cuerpo y mi pene re retiró. Sentí como un grueso chorro de semen caía sobre mi abdomen. Ella me volvió a besar y se levantó hacia el baño con una mano en su vagina intentando no chorrear el piso, Volvió con papel y me dijo límpiate. Se acostó a mi lado y cruzó un brazo sobre mi pecho
– Me encantó, le dije
– A mí también, estaba decidida a hacerlo hoy
– Yo no quería forzarte
– Te lo agradezco, hiciste todo muy bien
– ¿Todo qué?
– Desde calentarme con cada cosa que me hacías y decías, hasta mandarme a Paula para que termine de convencerme, me dijo
– Jaja, no, en eso Paula quiso colaborar sin que yo de lo pida
– Me imagino, jaja
– Va a haber que contarle, se lo merece
– Jaja ya lo creo que se lo merece.
– Te quiero, le dije besándola una vez mas
– Yo también, y te juro que me quedaría acá durmiendo con vos, pero no puedo dormir en otro cuarto sabiendo que mi hija está en el otro
– Andá, le dije y la deje ir
– Mmmm
Fue el último beso hasta la mañana, casi mediodía del otro día
Afortunadamente era feriado y pude dormir. Desayunamos juntos y nos mirábamos y nos reíamos. Después las charlas fluyeron bien y hablamos de cosas normales como el regreso de su marido y otras cosas. Durante el resto del día nos hicimos compañía mutuamente y nos regalamos varios momentos juntos, sin sexo, pero con mucho cariño.
Yo no quise presionarla durante el resto del día y la dejé que se fuera a dormir. En un momento al despedirla se generó una situación de incomodidad. Fui a besarla y ninguno de los dos sabía si hacerlo en la boca o no. Finalmente lo hicimos y nos besamos muy apasionadamente, con mucha lengua y algunas caricias de mi parte hacia ella.
– Bueno, me voy a dormir, me dijo ella
– Chau, le dije
– No es que no tenga ganas de hacer algo, pero prefiero que decante un poco
– Me parece perfecto, dije mintiendo. Yo quería estar con ella en ese mismo momento
Sábado 2 de mayo
Me levanté por la mañana a eso de las 9 y me fui derecho a la terraza a hacer unos ejercicios. Fiorella no apareció. Lo agradecí porque no quería darle explicaciones de porque no había tomado contacto con ella. Bajé y me metí en el departamento para desayunar con mi hermana y justo llegó el mensaje de Fiorella
– Hola. Estoy yendo a la terraza a entrenar y veo una botellita muy linda en la puerta, ¿puede ser tuya?
– Sí, claro, me la olvidé le dije, acabo de bajar.
– Ah bueno, cuando bajo paso por el departamento y te la dejo
– Dale
Estábamos desayunando con Sonia y sonó el timbre del departamento despertando a Jazmín, ¿Quien es? Dijo Sonia entre insultos. Fiorella, le respondí. Y que quiere? Me va a dar una botella que me olvidé en la terraza. Se metió en el cuarto a buscar a su hija mientras invitaba a pasar a Fiorella.
Sonia volvió con cara de pocos amigos y con la nena en brazos. Charlamos un rato los tres y Fiorella decidió ir a bañarse y nos despedimos. Cuando la acompañé a la puerta me dice: Cuando vas a venir a visitarme, me tenes abandonada. Pronto, le dije. ¿Esta noche? Me preguntó. Vamos a ver, le dije.
Me giro para volver y Sonia me dice:
– Me despertó a Jazmín que boludo
– Bueno no sabía, dije intentando justificar a Fio
– Ya está ahora, ya está
– Bueno no te enojes
– Es que me da bronca
– ¿Es eso? O estas enojada por otra cosa?
– No ¿por qué?
– Qué se yo. Quizás estás un poco celosa de Fiorella
– Jajaja, dijo sin reírse
– Qué se yo se me ocurrió, no se
– Bueno, un poco puede ser
– No seas así, le dije abrazándola desde atrás
– Mmmm, me parece que la preferís a ella, dijo haciéndose la nena
Entonces fue cuando la agarré desde atrás y empecé a masajearle las tetas mientras estaba con mi sobrina en brazos,
– Soltame que le voy a dar la teta a Jazmín
– Dejame que yo se la preparo, le dije
– ¿Que vas a hacer?
– Vos dejame, le dije
Ella se quedó sentada y yo me arrodillé en el piso y le bajé ambos breteles de la camiseta de tirantes que llevaba. Sonia me miraba sorprendida por mi actitud desfachatada.
– El tío te va a preparar la comida, decía yo fingiendo dirigirme a Jazmín
Seguí bajando y cuando estaban sus dos pechos al aire comencé a masajearlos y le apreté suavemente un pezón. Salió una gota gruesa de leche y la recogí con mi lengua.
– Vamos a ver qué tal está, dije
Me puse a chuparle ambos pezones y me levanté con una erección tremenda y le dije.
– Ya está, podes darle la teta
– Gracias dijo mi hermana
– ¿Te sirvió mi ayuda?
– Te voy a matar, me dijo sonriendo
Puestas como estaban las cosas, sabía que tenía que lograr estar con mi hermana una vez más al menos antes de que volviera su marido y me marchara del departamento.
Por la tarde hubo muy poco contacto entre nosotros. Yo miré mucho la compu y chatié con mucha gente. Zoom con amigos. Ella lo dedicó mucho a su marido y recién en la cena nos volvimos a encontrar. Cenamos juntos y le dije que quizás al otro día me iba a cenar a lo de Fiorella. Ella me dijo que como quiera, que ella no me lo iba a impedir, pero había un tono de reproche. Le dije que me quedaría si ella me hacía compañía para no aburrirme. Entonces quedate, me dijo terminante. Esa noche no hicimos nada porque Jazmín estuvo llorona y demandante, pero ya tenía en mente la noche siguiente
Domingo 3 de mayo
Fui a comprar el diario, todos los domingos suelo hacerlo. Así que con mi barbijo puesto y caminando pasé primero por el puesto de periódicos y después por la panadería. Hice el café con leche y preparé una bandeja con medialunas recién compradas y me aparecí en la habitación de Sonia. Ya estaba despierta y me sonrió al verme con la bandeja. Gracias, me dijo en silencio para no despertar a Jazmín. Me acosté a su lado con mi taza en la mano y desayunamos prácticamente en silencio. No recordaban bien, pero creo que era la primera vez que me acostaba en su cama. Me daba cierto morbo cogérmela ahí en donde dormía junto a su marido.
AL mediodía comimos un arroz con mejillones que preparé yo, con receta de mi mamá y tomamos un vino cabernet franc que estaba realmente muy bueno.
Por la tarde, llamado de mi mamá que nos proponían que rompamos nuevamente el aislamiento y que fuéramos a visitarlos. Lo hicimos y nos fuimos los tres en el auto. Afortunadamente nadie nos paró. Si bien yo contaba con permiso para circular, nadie nos detuvo ni nos controló.
Llegamos a la casa de mis padres y fue una fiesta para ellos. Volver a ver a su nieta era un regalo tremendo. Mi mamá había hecho unos scons de naranja y otros de queso para que nos llevemos después. Merendamos todos juntos y nos quedamos charlando hasta la noche casi. En un momento, tuve la lucidez de mandarle un mensaje a Fiorella diciéndole que suspendíamos lo de esa noche porque estaba en lo de mi mamá, y no sabía hasta que hora. Cuando se hizo las 9 nos volvimos.
Mientras volvíamos en el auto, con Jazmín atrás se me ocurrió tocarle la pierna a mi hermana. Ella llevaba puesto un jean, así que el contacto era por demás superficial, pero para mi sorpresa, ella no me retiró la mano, sino que, al contrario, abrió sus piernas para que avanzara. El camino no era muy largo y había muy poca gente en la calle así que en 15 minutos ya estábamos volviendo, pero ese tiempo y gracias a algunos semáforos cómplices, me permitieron meterle la mano y acariciarle la vagina por encima de la ropa. Ella también en un momento estiró la mano y me tocó un poco.
Cuando llegamos al departamento, concluimos que no teníamos mucha hambre y cenamos algo tipo picada (en Argentina es un poco de cada cosa: queso, salame, aceitunas, papas fritas de paquete, etc.) junto con un scon de quesos que maravillosamente había cocinado mi mamá. Después Sonia fue a acostar a Jazmín mientras se dormía. Pero pasó un rato y no salía del cuarto. Ya estaba pensando en ir a dormirme cuando pasé por el cuarto y me asomé. Ella estaba acunando a Jazmín agachada y mirando la cuna.
– No se duerme, me dijo
– No importa, me quedo a hacerte compañía le dije en un susurro apenas audible
– Bueno, me dijo y se quedó parada, apenas inclinada y de espaldas a mí
Tomé coraje y me paré detrás de ella apoyándola suavemente mientras ella continuaba hamacando a su beba. Mi verga se puso semi erecta en segundos y empecé a pasársela por toda la cola. Ella estaba quieta y no decía nada. La situación era de lo más morbosa. El cuarto en penumbras y yo detrás de mi hermana haciéndole sentir mi verga en su culo. Ambos en completo silencio
Sonia llevaba puesto un short y una camiseta sin corpiño, de modo que aproveché y metí mis manos dentro de su remera presionando sus pechos, comencé a jugar con ellos la apoyé después le bajé su short y sus bragas (bombacha en Argentina) y en absoluto silencio y agachándome para facilitar la posición, comencé a pasarle le pija por todo el largo de su concha mojada. Ella continuaba inclinada hacia adelante mientras movía la cuna y, aunque casi imperceptible, hizo un movimiento hacia adelante que me permitió moverme con mayor soltura y fue así como comencé a frotarle descaradamente la cabeza de mi pija por toda su concha que ya estaba humedeciéndose toda. Ella lo notó y dio un paso más. Se sacó una pierna del short y la bombacha y abrió más las piernas agachándose mientras miraba a su beba. Esa fue la señal que necesitaba para avanzar aún más. Le metí la cabeza de la verga en la concha y empujé. Creo que entró como un cuchillo caliente en un pan de manteca. Fue una sensación hermosa, por la posición sentía que su vagina se ajustaba perfectamente a mi tamaño. Comencé a moverme hacia adelante y hacia atrás. Ella al principio permaneció quieta, pero de a poco fue tomando ritmo para terminar moviéndose con muchas ganas. Jazmín se durmió y mi hermana sin hablar puso sus dos manos en el colchón y abrió más sus piernas para que mi penetración fuera total. Con una mano comenzó a estimular su clítoris mientras yo seguía bombeándola desde atrás. Sus gemidos ahogados eran apenas audibles. Yo me chupé el dedo gordo de mi mano derecha dejándolo empapado de saliva y aun en plena oscuridad lo apoyé en su puerta trasera. De a poco fue cediendo su abertura y media falange ya estaba adentro de su cola. En ese momento acabé con todas mis fuerzas. Mi hermana lo notó y yo noté como acababa ella también. Fue una sensación rarísima y totalmente morbosa. Todo terminó conmigo yendo a la cocina a esperar a ver si salía Sonia, pero nunca lo hizo. Ya cansado me fui a dormir hasta el otro día
Lunes 4 de mayo
Lunes, una semana que empezaba y la rutina del trabajo que volvía. Ese día tenía preparado ir a la oficina, de modo que desayuné temprano y me fui al trabajo antes de que despertara Sonia. Le dejé una nota
SONIA, ME VOY A LA OFICINA HASTA LA TARDE, VUELVO TIPO 7 Y PASO A COMPRAR ALGO PARA CENAR, ESCRIBIME I NECESITAS ALGO EN PARTICULAR
para contarle lo que haría durante el día y salí.
En la oficina, fue un día de rutina y no estaba del mejor de los humores, no sabía porque´. Se acercó una Lucía, una compañera de trabajo a la que ya hice referencia anteriormente, era mayor que yo y me conocía mucho. Vino con una taza en cada mano y me ofreció un té, para preguntarme que me pasaba. Le dije en primer momento que nada y hablando fue saliendo a la luz lo que realmente me sucedía, que no me había dado cuenta. Ella me preguntó cómo estaba en la convivencia con mi hermana, y yo le dije que diez puntos, y que eso no me preocupaba y que en unos días me volvía a mi departamento porque ya regresaba mi cuñado. Ella sin sospechar la verdad dio en el clavo. ¿Vos no estarás angustiado porque estuviste muy bien con tu hermana y no queres volver a la vida de soledad de tu departamento? Sus palabras cayeron como un misil en mí. La pera me empezó a temblar y tuve que contenerme para no largarme a llorar. Ella lo supo y pese a las restricciones impuestas me abrazó tiernamente. Yo me desmoroné y largué un llanto ahogado. Afortunadamente nadie en la oficina se percató de mi situación y pasó.
El resto del día trabajé de manera continua y sin descanso. Era verdad lo que había concluido Lucía, aunque había detalles que ella no sabía. Gracias a Dios el movimiento de trabajo en la oficina era mucho y se me pasó la tarde. A las 6 me estaba yendo cuando recibo un mensaje de Sonia que me preguntaba que íbamos a comer. Yo no tenía en mente nada y se me ocurrió comer algo que a los dos nos gustaba mucho y no comíamos tan seguido. ¿Estas para una tortilla española y unas milanesas? SIIIIII, me contestó, de modo que compré todo y volví al departamento con la alegría de volver a estar con mi hermana y la tristeza de saber que iban a ser los últimos días.
Llegué al departamento y Sonia me recibió cálidamente con un beso en la boca. No me lo esperaba. Jazmín, despierta, nos miraba desde su carrito. Yo le devolví el beso y la abracé tiernamente. Ella me pasó los brazos por el cuello y poniéndose en puntas de pie me besó con más intensidad ahora. Era inevitable para mí que mis manos no empiecen a recorrer el cuerpo de mi hermana. Pero Jazmín estaba totalmente despierta y sabíamos que no podíamos dar rienda suelta a nuestros deseos.
Cocinamos juntos riéndonos a cada rato y escuchando música en Spotify. Abrí un vino tinto y entre copas y ollas y sartenes le recordé que pronto, en unos días iba a tener que dejar el departamento. Su rostro de ensombreció y me miró con seriedad.
– No me lo recuerdes por favor
– Bueno, está bien
– Cada vez que lo recuerdo no me gusta
– Pero vuelve tu marido…
– Ya lo sé y de hecho debería estar alegre por eso
– Pero…
– Pero no puedo, no me sale. Lo único que quiero ahora es estar con vos
– Gracias, a mí me pasa lo mismo, le dije y la besé
Creo que, si Jazmín no hubiese estado despierta, hubiésemos hecho el amor ahí mismo en la cocina. Fue un beso de 2 minutos, pero lo suficientemente caliente como para darnos cuenta del fuego que se encendía entre nosotros cada vez que estábamos en contacto.
Cenamos y nos terminamos toda la botella de vino. Más tarde fue a acostar a Jazmín y tardó bastante en dormirse. Cuando estaba saliendo del cuarto y vestida nuevamente con su camisolín de seda vibró su teléfono. Era su marido que quería habar un rato
SI, jazmín ya se durmió
No claro, si podemos hablar. Sonia se sentó en el sofá individual y yo la miraba con deseo mientras hablaba con su marido
¿Estas muy aburrido? Escuché que le decía a su marido
Bueno, ya falta poco, mientras Sonia decía esto abría lentamente sus piernas en el sillón y me mostraba que debajo no llevaba nada puesto.
Claro, si si, le decía a mi cuñado, y ahora abría las piernas descaradamente y se tocaba la concha
Si, por supuesto, claro, la escuchaba yo que ahora me había arrodillado en el piso y me disponía a chuparla
Bueno, escuché que decía mi hermana. La miré y le hice el gesto de que siga hablando Ella mi miró y dijo no no moviendo la cabeza. Le dije que siguiera, casi se lo ordené
Y contame, hablaste con alguien del hotel, porque todos vienen de Alemania, ¿no? Me di cuenta que le quería dar conversación a su marido.
Claro, ah, sí. Yo a esta altura la estaba chupando con auténtica devoción,
Oh, ah, dijo con un gemido ahogado cuando le pasé la lengua por el clítoris
Ah, siiiiii, decía mi hermana mientras yo le mordía su botón de placer con mis labios y le metía y le sacaba dos dedos en la concha.
Aghhhh, mmmm, mmmm. Con la mano libre Sonia me clavaba las uñas y su cuerpo vibraba. Era evidente que había alcanzado el orgasmo. Me pegó una patada en el brazo y queriendo poner cara de enojada se sonrió
Ejemmm, queeee? No nada que ver ¿Porque me decís eso? Seguía mi hermana con la concha totalmente expuesta hacia mí.
¿Vos decís que parecía que yo tenía un orgasmo? Jaja que imaginación que tenes, le decía fingiendo a su marido
Es que hay sonidos que se parecen, le decía Sonia. Yo me puse de pie y saqué mi verga erecta y se la pasé por el costado de la cara
Mmmm chpppp mmmm, me empezó a chupar la pija con auténtica pasión
Por ejemplo, recién parecía que estaba chupando una pija y estaba comiendo una banana, dijo Sonia y volvió a meterse mi verga al punto de casi atragantarse
Cof, ves por hablar con vos y comer casi me atraganto decía mientras me miraba a los ojos con mi verga en su boca
¿Te gusta? Dijo mi hermana, Hice el movimiento de cabeza afirmando
¿Si? ¿te gusta que me coma la banana?, le dijo a su marido y volvió a chupármela más fuerte aún
Me voy a acomodar porque así estoy incómoda, dijo y se puso en el sillón a cuatro patas levantando su camisolín y dejando su concha y culo totalmente expuestos. No tuve que pensarlo demasiado, me acomodé detrás de ella y le metí la verga de un solo golpe.
Aghhh, gritó suavemente cuando la sintió
Es que casi se me cae el plato al piso, menos mal, dijo con la vos entre cortada por los movimientos de la cogida que estábamos teniendo.
Mmmm, si, voy a tocarme ahora, esperemos que mi hermano no salga de su cuarto. Mentía Sonia mientras su hermano estaba detrás de ella dándole muy duro
No tengo miedo de que aparezca, te gustaría que acabe, Sonia susurraba
Mmmm, si quiero que vos acabes también, Sonia giraba la cabeza y era a mí a quien se lo decía
Vas a acabar? Yo la miraba y afirmando movía la cabeza y nuevamente, como la noche anterior le metí un dedo en el culo, pero esta vez hasta el fondo
Yo también, aghh Aghhh Aghhh Aghhh aghh Aghhh
Ay como acabé, vos también? Que rico… mucha leche, decía mientras se tapaba la concha con la mano para no manchar el sillón. Yo me fui y volví con servilletas de papel para darle.
Un día me gustaría que me hagas la cola, dijo Sonia a su marido y lo tomé como desafío para los dos días que me quedaban viviendo en ese departamento
Continuará…
Gracias por los comentarios en [email protected]
Telegram reybaco2005
-estos relatos son los mejores!!!!
Gracias Bog93!!!!
Te mando un abrazo