Diario de confinamiento 6
Un paso para atrás, dos para adelante.
Diario de confinamiento (6) un paso atrás, dos para adelante
Lunes 6 de abril
Me desperté con la intriga de cómo habría tomado mi hermana lo que había sucedido el día anterior. Había cruzado un límite: chuparle el pezón. En mi cabeza volvía la imagen de Sonia parada frente a mí con sus tetas perfectas en mi cara y sintiendo el pezón siendo recorrido por mi lengua y mis labios, y volvía a excitarme.
Sonia se levantó con el pelo alborotado, pero muy seria. Llevaba puesto un short y una remera sin corpiño, aunque preferí no mirarla directa y descaradamente como solía hacerlo. Empezamos a desayunar como todos los días, pero esta vez en completo silencio. Sobrevolaba en el ambiente lo de ayer. Me armé de coraje y le dije:
– Sonia, ¿estás enojada por lo de ayer?
– No, bueno, enojada no, me dijo mirándome a los ojos
– Me pasé, le dije
– No. Nos pasamos. Los dos, dijo mi hermana tranquilizándome
– Sí, es que estaba muy caliente, le reconocí
– Y yo, sino no hubiera pasado, continuó
– Bueno, me alegra que no estés enojada, le dije con cara de nene bueno
– No, está todo bien, pero cuidémonos de no pasarnos de vuelta, me dijo con sinceridad
– Voy a tratar, te lo prometo, le dije
– Tratemos juntos, me dijo
– Ok
– El tema es que me cuesta mucho la extracción a mi sola y no quiero dejar de pedirte que me ayudes, me dijo con cara de circunstancia
– Está bien, te voy a ayudar, le dije
– Gracias, me dijo
Jazmín se despertó y vino con ella. Se sentó a darle el pecho y sin ningún reparo se sacó la teta afuera y empezó a darle. Al cambiar, esta vez, guardó la anterior y no la dejó expuesta como en otras oportunidades. Sabía que iba a pasar esto algún día, pensaba yo. Cuando terminó se bajó la remera completamente y terminó dándole en mamadera la que habíamos extraído el día anterior.
Vuelta a la rutina del trabajo. Muchos mails, llamados y planillas como para entretenerme todo el día.
Por la tarde mates y trabajo que no quería que se acumulara. Llegando la noche y antes de preparar la cena sucedió lo que yo llamé un paso atrás en todo lo que había avanzado con mi hermana. Me pidió que la ayudara con la extracción, pero me dijo que los masajes se los iba a hacer ella. Y lo peor de todo, lo hizo en privado, ni siquiera pude verla.
Después vino con el aparato y se levantó por partes la remera para que yo no viera más de la cuenta.
Por la noche, cuando terminamos de cenar y Jazmín ya estaba durmiendo nos fuimos al sillón del living a charlar un rato
– ¿Estás enojado porque no te dejo masajearme? Me dijo ella
– No, no, enojado no, le dije
– Y entonces, ¿Qué te pasa? Me dice
– Nada, no me des bola, le dije
– Algo te pasa, decime. Mi hermana me escruta
– Es que me gustaba ayudarte con los masajes, le dije
– Ya sé, y de hecho a mí me gustaba que me ayudaras, pero se estaba desmadrando todo, ¿o no? Me tiró la pelota a mi
– Sí, es que… están muy buenas, te juro que nunca toqué unas así, dije con sinceridad
– Bueno, gracias, pero tenemos que controlarnos, somos hermanos y no está bien que hagamos esto, no te parece, me dijo
– Sí, es que… te juro que lo pienso en frío y sé que no puede pasar. Es más, queres que te cuente una cosa, le dije
– Si, contame, decía mi hermana curiosa
– Cuando estábamos en el colegio o incluso en la facultad todos me recordaban lo buena que estabas con chistes. Era algo que yo lo sabía, no soy ciego, me daba cuenta de que estabas buenísima…
– ¿Estaba? Dijo ella sonriente
– Estas, quise decir
– Ah bueno, ahora estamos mejor, dijo y me miró con una cara, que estaba para comérsela
– Bueno, te decía que todos lo decían y yo te veía, pero nunca te pensé de esa forma ni te miré con ganas de…, me detuve
– ¿Con ganas de qué? Me dice
– De manera sexual quise decir, le aclaré
– ¡¿Con ganas de cogerme ibas a decir?! Mi hermana estaba entre la sorpresa, la excitación y el pánico
– Sí, pero pará, intentaba explicarme mejor y me puse más nervioso
– Dejá no me expliques más, me cortó
– No, Sonia, quiero decir que no te miraba de esa manera, ni te miro, quise arreglarla, pero no podía. Me estaba empezando a angustiar.
– Y entonces, ¿a dónde queres ir?
– Que, en ese momento, ayer, cuando te estaba acariciando y luego chupándote, era capaz de cualquier cosa, le dije y me desarmé, me largué a llorar
– Nooooo, nooooo, no llores y me abrazó
– Perdoname Sonia, le dije
– Noooo, es normal lo que te pasa, intentaba consolarme
– Ya sé que está mal, yo seguía llorando
– Nooo, me decía ella, no llores
– Es que es más fuerte que yo, le decía entre lágrimas
– No te pongas mal, tocame si queres, pero no llores, me decía mi hermana también entre lágrimas
– Soy un boludo, le dije
– No sos un boludo, me dijo y me dio un beso en la mejilla
– Si, le dije y la besé también en la mejilla bebiéndome sus lágrimas saladas
– No, me dijo y volvió a besarme esta vez mas cerca de la boca
– Si, le dije y le respondí besándola en la comisura
– Mmmmm, me besó en la boca con un beso húmedo
– Mmmmm, abrí la boca y saqué mi lengua
– Mmmmm, abrió y correspondió. Nuestras lenguas se tocaron y sentí un escalofrío
– Mmmm, retiré la lengua, pero no despegué mis labios de los suyos
– Mmmmmm, Sonia abrió más la boca y ahí sí, nuestras lenguas se juntaron. Empezamos a besarnos con desesperación.
Yo no quería hacer ningún movimiento que pudiera hacer que ese momento se corte. Suavemente me rozó la cintura. Yo la imité y la atraje muy despacio hacia mí. Nunca dejamos de besarnos. Teníamos la coordinación perfecta. Recorrí su espalda con mi mano subiendo y agarrándola por la nuca. Ella estaba entregada a los besos. Con la otra mano la tomé de la cintura. Ella hizo lo mismo y su mano fue bajando hacía mi paquete que estaba en ese momento en su máxima expresión. Lo rozó y lo apretó suavemente. En ese momento se dio cuenta de lo que estábamos haciendo y aún más, lo que estábamos a punto de hacer y se detuvo. Puso sus dos manos en mi pecho, cerró suavemente su boca retirándose y sin abrir los ojos se separó y se fue hacia su cuarto diciendo:
– No, no puede ser
– Es que…quise decir algo
– Estamos yendo muy lejos, no, chau, me voy a dormir, dijo ella entre suspiros
– Sonia, yo solamente…quise agregar algo pero sabía que ya era tarde
– Disculpá, mañana lo hablamos, chau, y fue lo último que dijo
– Chau
Martes 7 de abril
¿Iban a ser todas las mañanas así? ¿Podía ser que siempre me iba a levantar con el pensamiento de cómo iba a reaccionar mi hermana? No podía seguir así. Tenía que tomar el toro por las astas, no podía esperar más. Pero, ¿Qué iba a decirle? Que me estaba volviendo loco.
Sonia entró en la cocina, como siempre, despeinada, hermosa, silenciosa y perfecta. Me miró con una leve sonrisa y se sentó. Yo no sabía que decirle. Ella evidentemente, tampoco. Preparé el café y lo llevé a la mesa.
– ¿Le pones 2 de edulcorante?, le pregunté
– Si, como siempre, me dijo como diciendo si ya lo sabes
– ¿Cómo dormiste? Le pregunté
– Me costó dormirme, soltó
– A mí también, le dije
– Sin disculpas, ni pedidos de perdón, por favor, contestó lacónica
– Está bien. Fui conciso yo también
– ¿Cómo viene tu día? Me preguntó
– ¿Por qué?
– ¿Qué se yo? Para preguntarte algo, ¿no te das cuenta que no sé qué decir? Siempre mi hermana fue más inteligente y decidida, y supo llenar mejor los silencios. Como vendrán viendo a lo largo de este relato, yo siempre fui más boludo
– Tengo bastante trabajo hasta la tarde
– Ok, me dijo ella mientras mordía su tostada con queso blanco y mermelada
– Tengo una cosa más que decirte, la rematé
– ¿Que? Pregunta curiosa
– Paula me pidió el video anoche y no se lo mandé, pero le dije que lo tenía, le mentí porque Paula no me había contactado la noche anterior
– Y… si vos me decís que es de confianza, mándaselo, me soltó
– Bueno, perfecto, dije.
No me esperaba esta reacción de mi hermana. Lo que esperaba es que me dijera que no o que al menos me diera más vueltas. No importaba porque, pero iba a mandarle el video y lo íbamos a ver juntos al mismo tiempo con Paula. Aunque no haga más nada con mi hermana, me iba a quedar el video de recuerdo de por vida, pensaba.
Por la noche, Sonia viene y me dice si a ayudo un poco. Sonriente y divertida. Pero poco masaje para que no nos entusiasmemos, dijo y me encantó. Me encantó que se incluyera dentro del verbo entusiasmarse. Así que tomé algo de crema y comencé el masaje lo más profesionalmente que podía. Intentaba manejarme dentro de ciertos límites para no arriesgar a perder este vínculo de caricias diario. Le recorrí toda la teta desde el exterior hacia el pezón y le hice apenas unos giros en la areola con mi dedo.
– Aghhh, dijo ella y me miró sonriente de vuelta.
– Vamos a la otra, le dije
– Perfecto, me dijo
– Sin entusiasmarse, dije
– Muy bien, replicó
– Eso, dije y empecé con las caricias en el otro pecho, para terminar con el pezón y una suave apretadita en la que salió una gotita de leche
– Ups, dijo Sonia
– A ver… dije y tomé le gota con el dedo y lo llevé a mi boca
– Mmmm, me miró
– Hay que controlarse, no vamos a tomar directamente del envase, dije
– Mmm, ¿Qué tal esta? Me dijo
– Riquísima, le dije
– ¿Siii? Me dijo entre suspiros
– Siii, como vos, le dije al tiempo que le acariciaba las dos tetas a la vez y los pezones juntos y la soltaba
– ¿Ya está? Preguntó mi hermana
– Ya está. Dije y quise parar ahí y no avanzar y arriesgar a perderlo todo
Hicimos la extracción de la leche con normalidad, con sonrisas cómplices entre mi hermana y yo. Por la noche me fui a la habitación y cuando faltaba poco para las 11 PM suena mi teléfono con un mensaje de Paula
Paula: Hola
Yo: Hola, como va
Paula: Bien, vos
Yo: bien
Paula: como van las cosas con tu hermanita?
Yo: muy bien
Paula: epa! Me vas a conseguir algo
Yo: ya te lo conseguí
Paula: mándamelo ya
Yo: pará, no seas ansiosa
Paula: por como me las describirte quiero ver las tetas de tu hermana
Yo: mirá que es un video en el que intervengo yo, eh
Paula: jodeme… mándamelo
Yo: Ahí va
Paula: ahí lo miro
Yo: yo lo voy a ver de vuelta y lo comentamos
Paula: Dale
Yo: Lo viste
Yo:?
Paula: quedé re caliente
Yo: yo también
Paula: hacemos cam?
Yo: yaaaa
Paula: mirá como tengo los pezones
Yo: y mirá mi pija
Paula: me vuelvo loca, quiero que me chupes las tetas como se las chupaste a tu hermana
Yo: estoy casi a punto de acabar
Paula: yo también, decime que te gustaría hacerle a tu hermana
Yo: chuparle de vuelta las tetas y la concha
Paula: estoy acabandoooooooo
Yo: yo también
Paula: mirá lo mojada que estoy
Yo: vos mirá la leche que largué
Paula: me vuelvo loca
Yo: y yo
Paula: que termine esta cuarentena que te voy a coger como loca
Yo: no veo la hora
Paula: te juro
Yo: yo también
Paula: como me calentás pendejo
Yo: y vos a mi
Paula: creo que con vos soy capaz de cualquier cosa
Yo: y yo con vos
Paula: y con tu hermana
Yo: También
Paula: te mando un beso enorme
Yo: to también, dormí mucho
Paula: vos también
Miércoles 8 de abril
Algo inesperado sucedió. A las 9 me suena el teléfono y era un mensaje de Paula. ¿Que querría? Me decía que ayer había acabado como hacía tiempo que no acababa que, si podíamos hacer un video llamado con mi hermana y ella, los tres. Le dije que lo veía poco probable, pero que iba a tratar. Me dijo: ¡por favor! Quiero verla en vivo. Vamos a ver, voy a tratar, le dije
– ¿Quién es? Me preguntó Sonia
– Nadie, dije y escondí el teléfono
– Mmmm y porqué lo escondes? Mi hermana se había dado cuenta
– La verdad, era Paula, me sinceré
– ¿Y por qué no me lo querías decir? Me preguntaba mi hermana
– Porque ayer le mostré el video de nosotros dos y nos re calentamos
– Ah, ¡mirá vos! Me imagino como habrán terminado, me soltó
– Si acabamos muy bien, los dos juntos y muy rápido
– ¡Qué bien, los felicito! Me dijo muy divertida Sonia
– Merito tuyo, le dije
– ¿Por? se sonreía
– Porque vos nos calentaste y nos pusimos así, le confesé
– Uh, que bárbaro, me gusta. Me decía mi hermana divertida
– Y no sabes la leche que acabé, la quería calentar
– Siiii?, me dijo
– Sí, mucho, le dije mientras miraba como se le paraban los pezones
– Siiii, me encanta? Me decía mi hermana
– Sii, cuando miré que te chupaba las tetas, no aguanté más y acabé como un caballo, le dije ya con una erección
– Mmmm, muy caliente para esta altura de la mañana, me dijo
– Sos vos que pones así a cualquiera, le dije agarrándome el paquete y mostrándoselo
– ¡Uy! ¡Cómo te pusiste! Reía Sonia
– ¿Y vos? no puedo ver pero me juego a que estas muy excitada también, la pinché
– Siii, muy, me dijo
– ¿Desayunamos? Le dije
– Me voy a cambiar la bombacha y vengo, me dijo riendo y se fue al baño
Tardó un poco más que un cambio de bombacha. Cuando volvió le pregunté a que se debía la demora y me dijo, no sé, pero se reía. Ambos sabíamos que se había masturbado, pero preferí no tirar más de ese hilo. Desayunamos con tranquilidad y relativa paz. Cuando terminado el desayuno mi hermana volvió con Jazmín para darle la teta, lo hizo sacándose la remera por completo como hacía mucho que no pasaba (3 días, pero para mí era mucho)
– Después de todo lo que hicimos no te vas a horrorizar por verme las tetas, me dijo
– No, claro, le dije
– Aparte estoy mucho más cómoda, decía mientras se las masajeaba
– Por mí podés andar en tetas todo el día, me encantaría incluso, le dije
– Jaja, no te digo todo el día, pero no lo descarto algunas horas y dejaría de mancharme las remeras
– Es verdad, le dije
Terminó de darle el pecho y yo me puse a trabajar. Fue un día muy rutinario y traté de concentrarme todo lo que pude en el trabajo para no tener que pensar en Sonia y debo decir que en mayor medida lo logré. De a ratos aparecían algunos amigos en whatsapp y almorzar con Sonia me dio un lindo recreíto al mediodía. Por la tarde me aboqué mucho más profundamente al trabajo y de tanta concentración entre llamados y planillas no me di cuenta que eran las 7 de la tarde. Viene mi hermana con el termo y el mate y me pregunta si no voy a tomar nada y le digo que sí, que ya corto y me voy para la cocina.
Ya en la cocina, tomamos mates, hablamos mucho de su marido y sus posibilidades de volver que se demoraban cada vez más. Después nos pusimos a planificar la cena. Yo iba a hacer un risotto con hongos e íbamos a abrir un vino para acompañarlo. Esta vez elegí un pinot noir del fin del mundo. Un tinto riquísimo para acompañar un risotto
Con Jazmín ya durmiendo, después de la cena y entonados con el vino, le propongo a mi hermana unos masajes y extracción. Cuando me confirma que sí, automáticamente le envío un mensaje a Paula
Yo: Ahora estoy por empezar un masaje de tetas con mi hermana
Paula: Bancame 5 minutos
Yo: Solo quería contarte
En eso viene mi hermana con la crema en la mano y me dice:
– ¿Empezamos?
– Si si, solté el teléfono
– ¿Con quién hablabas? Me pregunta
– Con Paula, le dije sonriendo
– ¿Queres ir a tu cuarto y lo dejamos para mañana?
– No no, le dije
– Ok , ¿seguro? Me dice
– Justo le estaba contando que te iba a hacer un masaje… le dije
– Uh, ¿para qué le contaste? Me recrimina
– Para calentarla, porque sé que le gusta
Paula: Ya estoy
Yo: Me va a costar responderte porque voy a tener las manos en las tetas de mi hermana
Paula: hagamos video cam y me mostras
Yo: no sé si Sonia se animará
Le mostré esto a mi hermana que ya estaba en tetas delante de mí
– Vos estás loco? No sé, me dice
– Daaale, le dije, ya vio nuestro video
– No seeee, me decía Sonia cada vez con menos convencimiento
– Daaale, le dije
– Bueno dale, me dijo mi hermana y yo ya estaba en el séptimo cielo
– Preprarate, le digo a mi hermana mientras acomodo el teléfono para filmarnos
– Estoy lista, dice mi hermana mientras se saca el short y queda en bombacha
Lo que sucedió a continuación voy a tratar de narrarlo con el mayor detalle posible. Paula en la cámara nos saludó y se la veía nerviosa y excitada. Yo, al igual que mi hermana, estábamos temblando de excitación. Íbamos a hacer un vivo mi hermana y yo con Paula. Nos dábamos cuenta de lo que eso significaba. Me quité la remera yo también y ambos con el torso descubierto la saludábamos a Paula.
Paula: Hola, ¿cómo están?
Sonia y yo: Bien y vos
Paula: Bien, pero para empezar vamos a ponernos en igualdad de condiciones. Y se quitó la remera quedando en tetas
Yo: Me parece muy bien. Sonia me miró sorprendida
Paula: No son tan lindas como tus tetas Sonia, pero se la bancan
Sonia: Son muy lindas, quedate tranquila
Paula: ¿Quieren empezar?
Sonia y yo: Si si , y tomé con mis manos abundante crema del pote
Paula: A ver
Sonia: Ves bien
Paula: Si, muy bien
Yo: ¿y? ¿te gusta lo que ves? Mis manos empezaron a recorrer el pecho de Sonia
Sonia: Vamos a acercar un poco más. Sonia tomó el teléfono y lo acercó a su pecho para hacer un plano más cercano
Paula: me encantan tus tetas Sonia
Sonia: Gracias
Yo: Son espectaculares, no sabes lo que se siente acariciarlas, Paula, le digo
Sonia: mmmm, se le escapó el primer suspiro
Paula: Chicos me encanta verlos, me estoy súper calentando, me voy a desnudar toda
Yo: Siiii queremos verte
Sonia: Mirá como me toca las tetas, ¿te gusta?
Yo: Mirá, mientras le pasaba los dedos por el pezón. Verla a mi hermana tan caliente me volvía más loco, si es que se podía
Paula: Miren lo mojada que estoy. Acercó la cámara a la concha y era un charco
Sonia: Tenes una concha hermosa
Yo; me encanta, como la chuparía No daba crédito a lo que oía de los labios de mi hermana. Mientras ahora descaradamente le pasaba las manos por las dos tetas a la vez a mi hermana
Sonia: Mirá como me toca las tetas ¿te gusta?
Paula: Me vuelvo loca, me gustaría que te las chupe
Yo: ¿Siii? ¿Te gustaría eso? Digo y la miro a mi hermana como pidiendo permiso
Sonia: ¿Sí? ¿Te gustaría que me chupe las tetas? mi hermana mueve la cabeza afirmando
Yo: Mirá, y me lanzo con mi boca a sus tetas y empiezo a chupar con desesperación
Paula: Chicos, miren como me pajeo
Sonia: Me encanta mirarte
Yo: Queremos que acabes, queremos verte acabar
Sonia: Siiiii
Paula: ¿Y ustedes? ¿No se van a tocar también?
Sonia: Si, pero… Sonia me mira
Yo: ¿queres que lo haga ahora?
Paula: Si, quiero verte esa pija hermosa que tenes
Yo: ¿Sí? La miro a Sonia que vuelve a hacerme el gesto con la cabeza asintiendo
Sonia: dale, mostrásela y
Yo: mirá, digo mirándola a Sonia
Paula: ¿Te gusta la pija de tu hermano?
Sonia: Siii. Me voy a pajear yo también, y mete la mano dentro de su bombacha
Paula: Chupale las tetas a tu hermana y pajeate
Yo: Mmmm sí, estoy por acabar
Paula: Yo estoy acabando por segunda vez
Sonia: Yo estoy acabando, y mientras va acabando nos vamos arrodillando en la alfombra.
Yo: Voy a acabar, digo sin dejar de chuparle las tetas me sigo pajeando
Paula: ¿Dónde vas a acabar?
Yo: No sé, la miro a Sonia
Sonia: Donde quieras, me dice
Paula: Sonia, ¿no queres que tu hermano te acabe en las tetas?
Sonia: Siiiiii, y vuelve a acabar
Yo: Siii, y parándome con mi hermana arrodillada frente a mí, me agacho un poco y pongo la punta de la verga en las tetas de mi hermana. Empiezo una eyaculación tremenda.
Paula: Aghhh voy a acabar por tercera vez, como me calientan
Sonia: Yo también acabo, dame la leche, me dice mirándome
Yo: Aghhhh aghhhh y tres potentes chorros salen disparados a las tetas de mi hermana
Sonia: Mirá Paula, y se masajea las tetas con mi leche
Paula: Mirá vos también y se mete dos dedos en la concha y los saca, y se los chupa mirando a la cámara
Yo: Mmmm, me encantó
Sonia: A mí también, acabé como nunca
Paula: Voy a dormir como una beba
Yo: Yo también
Sonia: Me voy al baño a limpiarme, chau Paula
Yo: Me quedé duro con el teléfono en la mano
Paula: Que lindo lo que acabamos de hacer
Yo: A mí también me encantó
Paula: Tenemos que repetir
Yo: Ojalá
Paula: Tu hermana estaba tan caliente como nosotros
Yo: Si, ¿Viste?
Paula: Es un fuego tu hermana, te juro que aún siendo hetero, le haría de todo
Yo: Ojo que ella segura que se animaría también
Paula: Ojalá
Yo: Me voy a lavar que mi hermana salió del baño y se metió en su habitación
Paula: Dale, un beso enorme
Jueves 9 de abril
Ya habían pasado 20 días de cuarentena y la cosa estaba muy lejos de levantarse o suavizarse al menos con salidas temporarias o programadas. El fastidio empezaba a crecer en la gente, pero no quedaba otra. Yo por mi parte, con lo que estaba viviendo con mi hermana, mi deseo era que la cuarentena se prolongara por un año.
Hoy por la mañana, empezamos muy bien con Sonia, lo que habíamos vivido la noche anterior fue muy fuerte. Todavía tenía en mi cabeza a mi pija acabando en las tetas de mi hermana, no podía, ni quería quitármelo. Mi hermana se levantó con una sonrisa y me abrazó desde atrás.
– Hola semental, me dijo dándome un beso en la nuca
– Jajaja, Hola, le dije sintiendo un escalofrío
– ¿Cómo dormiste? Sonia se escuchaba tranquila
– Como un bebé, le dije
– ¿Seguiste hablando con Paula? Me dijo sorprendiéndome
– Sí, pero poco tiempo
– Bueno, te voy a decir algo, me dijo mientras yo me sentaba
– Claro, decime
– No voy a hacerme la boluda de lo que pasó ayer, me dijo
– Pero… dije yo sabiendo que venía el “pero no tiene que volver a pasar”
– Es que es muy fuerte lo que hicimos, creo que nunca había hecho algo así
– Si si, yo tampoco, pero me gustó mucho
– Ya sé, a mí también, me decía mi hermana
– Bueno, mejor, me tranquilizaba saber que estábamos en igualdad de condiciones
– Dejémoslo ahí, concluyó mi hermana
– Ok, le dije
– Que se lo que Dios quiera, dijo
– Está bien.
– ¿Cómo viene tu día? Preguntó Sonia
– ¿Cómo te imaginas? Respondí sarcástico
– Jaja, como siempre, ¿no?
– Si, voy a ver si puedo ir a la terraza en short y correr un poco, muy disimuladamente para que no me denuncie ningún vecino
– Me parece bien
Durante el día mucho trabajo y ese día en particular hacía mucho calor. Tanto que pasado el mediodía me dijo a la cocina y me encuentro a mi hermana en bombacha y nada más.
– Ah bueno, le dije recorriéndole el cuerpo con la mirada
– ¿Qué pasa? ¿Te vas a espantar? Me dijo
– No, no, solo que me sorprendí, le solté
– Después de lo de anoche, no te vas a horrorizar por verme así, ¿no? Me soltó
– ¿Te estabas por bañar? Intuí
– No, pero tengo tanto calor que no quise ponerme nada y no pensé que ibas a salir justo de tu cuarto
– Por mí no hay problemas, podes andar así
– ¿Y vos andarías en bóxer también? Me preguntó mi hermana
– Claro, ¿porque no?
– Bueno, vamos a ver si te animas, me desafió Sonia
– Vamos a ver si te animás vos le dije
Para mi sorpresa, por la tarde Sonia se paseó unas veces en tetas por delante de mí. Por la noche cenamos. Ella ya tenía puesta una remera y corpiño, cosa que hacía mucho que no veía. Cuando íbamos a dormir me encaró
– Hoy me voy a extraer la leche yo, pero mañana me ayudas ¿sí?
– Si queres te ayudo ahora, le dije con una sonrisa diabólica
– No, hoy me arreglo, pero mañana cuento con vos eh…
– Está bien, le dije yo
(Continuará…)
Pueden dejarme sus comentarios en [email protected]
Telegram @reybaco2005
Como engancha esta serie joder
Gracias Aikido, pronto la parte 7
Ufff me encantan esta serie de relatos.
Me alegra haberme creado una cuenta para poder darles 5 estrellas.
Gracias Chiillt
Espero que las que vengan te gusten también
Genial. Estupendo. Cómo me hubiese gustado haber nacido en el seno de una familia incestuosa.
Besitos y continúa escribiendo
Marcos/Wanda.
Lindo deseo Marcos
Abrazo