Diario de un incesto IV: Mi hermana, mi amante
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por RMSS.
Después de aquel encuentro en el cementerio con mi hermana, intente por todos los medios volver a tener otra oportunidad con ella, sin embargo, no lo conseguí, una y otra vez era rechazado, no entendía, y no entiendo aun por que un día se portaba así con migo y luego era diferente, aunque podría ser que ella tiene los pies bien puestos sobre la tierra y sabe que lo que hicimos esta mal, no es correcto ante la sociedad, aunque yo he tratado de convencerla que solo somos un hombre y una mujer que se atraen físicamente y que el sexo no es mas que una forma de expresarlo, y el hecho de ser familiares directos es irrelevante, un ejemplo es que hace muchos años la relación entre una persona blanca y una de color era inconcebible,
Hoy en día es de lo mas normal, todavía hace un par de años las parejas del mismo sexo eran una abominación de la naturaleza, hoy hay mas conciencia y es mas aceptado cada día, estoy plenamente convencido que las relaciones de amor filial algún día tendrán que ser aceptadas, pues como mi caso hay miles, mientras exista amor en esa unión, todo es posible. Aproximadamente ocho o nueve meses después de nuestro ultimo encuentro, la invite a cenar una noche, ella acepto, su marido no estaba así que no habría problema por la hora, cuando llegue a recogerla a su casa me impresiono, toque a la puerta y cuando la abrió y la vi en la entrada me quede sin habla, llevaba puesta una minifalda en color negro y una blusa blanca, por supuesto al ver sus hermosas piernas me puse a mil, mi hermana se veía absolutamente sexy con esos botines negros que enmarcaban aun mas sus bien torneados muslos, sus nalgas redondas y paraditas se ajustaban perfectamente en su minifalda y me encendieron mas todavía, el cabello lucia suelto y caía sensualmente sobre el rostro de mi hermana, sus labios en tono rojo me llamaban al deseo, se veía impactante, me quede sin habla por unos segundos, ella, divertida por mi reacción me jalo hacia dentro de su casa y prácticamente me sentó en uno de los muebles mientras me decía “relajate, dame cinco minutos y nos vamos”, obedecí, media hora después ya estaba lista, subió a mi auto y nos fuimos a un bar, cenamos y después pedimos unas cervezas, todos en el bar volteaban a ver a mi hermana, era el objeto de deseo de mas de uno en el lugar, yo no me quedaba atrás, cada que mi hermana se levantaba al baño, yo aprovechaba para mirarla de pies a cabeza, vaya que se veía sexy con esa ropa, y ella sabia que yo la miraba,
Cuando me daba la espalda movía el culo de un lado a otro, y cuando venia de frente a mi me guiñaba el ojo; ya entrada la noche llego un grupo y comenzó a tocar música en vivo de todo tipo, ya llevábamos varias cervezas consumidas y ambos nos sentíamos algo mareados, estaban tocando música de regueton y de pronto se acerco un tipo a nuestra mesa e invito a mi hermana a bailar, ella lo miro muy seria y sin perder tiempo le dijo “que no ves que estoy con mi novio”, el tipo me miro desconcertado y se fue a su mesa derrotado, “mira estos tipos, no pueden ver un par de piernas por que en seguida se les alborota la hormona” me dijo mi hermana algo molesta, “es que no son cualquier par de piernas hermanita, la verdad estas buenísima y le mueves el piso a cualquiera” le dije, “como sea, pero que no ven que estoy acompañada, que tal si fueras mi esposo” me replico, yo algo divertido por la situación agregue “si fuera tu esposo, o tu novio como le dijiste al tipo, no te tuviera a un metro de distancia, estarías aquí junto de mi agasajandote”, mi hermana rió divertida y me dijo “ven, vamos a bailar, que vean que vengo contigo”, nos levantamos de la mesa y ella comenzó a bailarme muy sensual y muy pegada a mi cuerpo, como hace años lo hacíamos, yo hice lo propio, en una de esas ella me dio la espalda y mientras subía y bajaba, meneaba el culo y lo restregaba en mi miembro que ya estaba a todo lo que daba, comencé a bajar mis manos y acaricie sus nalgas y luego fui subiendo y bajando lentamente por todo su cuerpo, ella ya estaba a mil, pegaba su culo a mi miembro lo mas que podía y yo la llenaba de caricias, ella se volteo para quedar de frente a mi y comenzó a hacer los mismos movimientos, bajaba, subía, meneaba las caderas, todo con movimientos muy sensuales,
Yo seguía acariciándole de arriba a abajo su cuerpo, sus brazos rodearon mi cuello ante la mirada atónita de todos los allí presentes y acerco su rostro al mio, me miro, y acto seguido acerco sus labios a mi oído y susurro “besame”, su boca busco la mía y nos fundimos en un apasionado beso, su cuerpo se pego aun mas al mio mientras los demás no apartaban la vista de nosotros, fue una escena de lo mas candente, hasta que por fin, termino la canción, mi hermana y yo regresamos a la realidad, nuestros labios se separaron y nos miramos por un instante, luego, un poco avergonzados, miramos a nuestro alrededor, todos nos observaban, nos sentamos en nuestra mesa y pasados unos segundos sin decir ni una palabra, comenzamos a reír al mismo tiempo, “creo que ahora les ha quedado claro que vengo contigo” comento divertida, “si, pero seria mejor que nos fuéramos de aquí para seguir la fiesta” respondí mirándola muy serio, ella entendió perfectamente y me dijo “pide la cuenta y vamos a mi casa”, salimos del bar y las miradas de los allí presentes nos siguieron hasta la salida, ya en el estacionamiento, antes de entrar al auto, tome a mi hermana por la cintura y la jale hacia mi, ella me rodeo con sus brazos y nos fundimos de nuevo en un apasionado beso, nuestras lenguas chocaban y jugueteaban entre si, y le dije “hermanita, me gustas mucho”, ella me contesto “tu también. Me gustas demasiado, por que tenias que ser mi hermano”, a lo que yo dije “eso no tiene importancia, hermanita, quieres andar conmigo?”, ella contesto a mi pregunta “si mi amor, quiero ser tu amante, no me importa que seamos hermanos, no me importa nada”,
Subimos a mi auto y nos fuimos a su casa, nada mas llegar y entrar a su habitación comenzamos de nuevo a besarnos y acariciarnos, aunque ya para entonces yo había notado algo extraño en mi hermana, no me correspondía, me besaba pero no me besaba, me acariciaba pero no me acariciaba, trate de ignorarlo y me concentre en lo mio, mis manos no se daban abasto acariciándola, la tenia contra la pared mientras le besaba sus hermosos pechos, los lamia, los saboreaba, los masajeaba, ella subió una de sus piernas alrededor de mi cintura y mis manos recorrían sus muslos, desde la punta de sus botines hasta sus nalgas por encima de su minifalda, al llegar a su trasero, hábilmente fui desabrochando su minifalda la cual cayo al suelo dejando ante mi una deliciosa y sexy tanga de encaje negro que solo alcanzaba a ocultarle la parte del clítoris, pronto me deshice de mi camisa y de mi pantalón, luego le quite la blusa mientras seguía besando sus pezones, desabroche su brassiere, la tumbe a la cama y comencé a besarle todo el cuerpo, su cuello, sus pechos, su abdomen, su ombligo, sus piernas, hasta que llegue a su clítoris, mientras mi lengua saboreaba la entrada de su vagina ella poco a poco se fue quitando los botines, yo hice lo mismo con su tanga de encaje, ella, entre jadeos, tomo mi cabeza con sus manos y seguía mis movimientos mientras me comía su sexo, subí de nuevo besando todo su cuerpo y al llegar a su boca trate de besarle, pero solo recibí un picoreto, no de nuevo, otra vez se estaba arrepintiendo, no me importo y seguí besando y acariciando su cuerpo, hasta que la penetre, ella rodeo mi cintura con ambas piernas mientras mi miembro entraba y salia de su vagina, sus manos se aferraban a mi espalda mientras ella gemía con intensidad, alce la vista y me di cuenta que tenia los ojos cerrados, si la quería besar me evitaba, entonces la cambie de posición y continuamos haciéndolo por un rato mas hasta que explote, eyacule dentro de mi hermana,
Ella mantenía los ojos cerrados aunque seguía moviéndose a mi ritmo y gimiendo de placer, terminamos recostados en la cama, prendimos la televisión y nos abrazamos sin decir una palabra, al poco rato ella se quedo dormida en mis brazos y yo no podía conciliar el sueño, ya casi amanecía, con los primeros rayos del sol me despedí con un beso y me retire a mi casa, mi hermana y yo nos habíamos convertido en amantes, después de esa noche salimos un par de veces mas, pero solo hubo besos y caricias, cuando yo pretendía llevarla a la cama me inventaba uno de esos pretextos tontos que inventan las mujeres, hasta que una tarde recibí un mensaje en mi teléfono celular, era ella, estaba terminando con la relación, en el mensaje me explicaba lo siguiente “hermano, perdoname pero no puedo seguir con esto, el sentimiento de culpa no me deja en paz, cada vez que estoy con nuestros padres siento que ellos ya lo saben y no puedo ni mirarlos a la cara, por favor disculpame pero no puedo, creí ser mas fuerte, te juro que yo si quiero, pero mi conciencia no me deja en paz”, me sentí mal, decepcionado, aunque en el fondo sabia que ella si me quería, así me lo hizo entender, y me di cuenta que mi cariño hacia mi hermana había crecido, estaba enamorándome de ella; los días pasaron y ella y yo seguimos frecuentandonos, no paso nada mas allá de nuestra eterna amistad de hermanos, por lo menos no en unos meses, por que después, uno de mis mas grandes sueños eróticos se hizo realidad.
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