Doña Flor y sus dos maridos
Cómo llegué a ser parte de un trío..
Es difícil de entender y más difícil explicar de cómo pasó todo lo que pasó.
Mis tíos tenían una cabaña de veraneo en la playa. Mi amiga comenzó a tener una amistad con mi hermano. Con mi primo siempre nos llevamos bien, de chicos. Y nos fuimos los 4 a pasar unos días a la playa. Mi amiga y yo teníamos 16, mi primo 18 y mi hermano 19.
Llegamos antes de medio día, dejamos las cosas en la cabaña, nos pusimos trajes de baño los cuatro, mi hermano me había visto desnuda y mi primo también, no tenía pudor con ellos. Mi amiga se complicó un poco con mi primo, pero al ver que todos estábamos desnudos, se desnudó igual. En la playa estuvimos un par de horas y pasamos a comprar algunas cosas para almorzar en la cabaña. Además de que el sol estaba pegando fuerte.
Llegando a la cabaña nos dimos una ducha de a dos. Después nos pusimos ropa ligera, una remera y calzones, los hombres boxes. Hicimos una comida fría y cervezas. Después a descansar, primero los 4 en cama principal, pero mi amiga quería coger y se llevó a mi hermano a la otra pieza. Quedamos solos en la cama con mi primo, semi desnuda y él con su erección que había comenzado cuando nos comenzamos a acariciar. Escuchamos a mi hermano coger en el otro cuarto he hicimos lo mismo. Después nos quedamos dormidos. Con mi primo habíamos cogido antes, yo sabía lo que el quería y el sabía como me gustaba. Despertamos muy tarde para ir a la playa. Nos duchamos, nos vestimos y salimos a dar una vuelta por el pueblo, ya estaba de noche, recorrimos lugares de entretenciones, incluso una especie de disco que funcionaba todas las noches, pero era muy temprano. Decidimos comprar algunas cervezas y algunas botellas de alcohol. Haríamos la previa en la cabaña y después volveríamos a la disco.
En la cabaña nos pusimos a bailar y a beber, no me di cuenta que había tomado demasiado, todos en realidad y comenzamos un juego con penitencias. Nos fuimos sacando la ropa hasta que quedamos desnudos. Después vinieron los besos y finalmente las pruebas sexuales. Mi amiga se enojó cuando me tocó como penitencia chupársela a mi hermano. La primera vez que se la chupé yo tenía 10 años, el me enseñó, así que no era problema.
Ella se paró y me increpó y me trató de lo peor, me paré y la amenacé, intervino mi hermano tomándome y separándonos porque nos íbamos a agarrar. Mi primo la abrazó a ella para que se calmara. Incluso la tuvo que afirmar para que no se cayera y la acompañó al dormitorio. Nos quedamos sentados en el sofá con mi hermano, volvió mi primo y dijo que la había acostado.
Nos quedamos los tres tomando y conversando del rumbo que había tomado el juego. Era solo un juego y ella se puso celosa. Después de un rato y calmado los ánimos, dije que me iba a acostar, soltando el miembro de mí primo con el que había estado jugando y me tenía caliente. Mi primo me siguió al dormitorio principal y mi hermano al otro dormitorio. Estábamos empezando a coger con mi primo cuando llegó mi hermano.
– Cerró la puerta con llave, estuve golpeando pero no me abrió – dijo él.
– Y qué vas a hacer – le pregunto mi primo.
– No sé, voy a dormir en el sofá me imagino –
– Estás loco, así desnudo, te vaa a enfermar, acuéstate aquí a mi lado, la cama es grande – le dije haciéndole un espacio.
Se me tío a mí lado y me abrazó, yo abracé a mi primo y le pregunté en qué estábamos, riendo. Mi hermano puso su erección entre mis nalgas mientras se la chupaba a mi primo. Se sentía rico eso, mi hermano no me penetraba pero sentía los punteos en mi año y eso me abrió el apetito. Me subí arriba de mi primo, tomé su miembro y lo introduje en mi vagina.
– Ahora tú – le dije a mi hermano levantando mi trasero. Se puso detrás mío y me penetró lentamente. Nunca había hecho un trío. Me habían contado y que era rico. Sentir dos miembros adentro es fantástico. Comenzaron lentamente primero, lo que me permitió adaptarme y después fuero cada vez más agresivos, por decirlo de alguna manera. No se si fue por lo que habíamos bebido pero me demoré más de lo habitual en mi primo orgasmo, más de 10 minutos cogiéndome como si fuera la primera vez. A ellos les pasó lo mismo. Más de media hora antes de acabar y llenarme con sus jugos junto con mi segundo orgasmo.
Quedé agotada, me levanté al baño a orinar y a limpiarme. Pero tuve que ducharme, estaba mojada desde la cintura hasta los tobillos. Volví a la cama y me acosté abracé a mi hermano cucharita, con su miembro en mi mano y con mi primo abrazándome. No había pasado ni 10 minutos, recién quedándome dormida cuando siento a mi primo entrar por atrás. Estaba rico así que me acomodé para que mi trasero le quedara más cómodo y así dormirnos. Pero no, no se durmió y comenzó a moverse. No hice caso, sólo lo dejé y traté de dormir. Pero mi hermano se sentó en la cama y puso su erección en mi boca. Ya no iba a poder dormir hasta que ellos acabaran, de manera que puse todo mi empeño en ello. Finalmente terminé arriba de mi hermano y mi primo cogiéndome por detrás. Estuvo genial, no sé cuántos orgasmos tuve, tres, cuatro o más, pero me cogieron durante una hora y más. No quería moverme. Mi primo no se bajaba y yo atrapada entre los dos. No me di cuenta si mi hermano había acabado o no, porque lo sentía duro en mi vagina. Mi primo comenzó a moverse y su dureza volvió. Cerré mis ojos y dejé que hicieran lo que quisieran, sólo quería dormir. En la ducha los tres, no sé de dónde sacaron tanto semen que me llenaron hasta el estómago. Cuando volvimos a la cama estaba amaneciendo. Me quedé dormida entre los dos, eso me hizo sentir bien.
Despertamos cerca de medio día. La puerta del otro dormitorio estaba abierta, la cama deshecha, mi amiga no estaba y sus cosas tampoco. Se había ido y yo me quedé con los dos hombres.
Preparamos algo para almorzar y después nos fuimos a la playa. Bien tapada con toallas me quedé dormida sintiendo la brisa marina en mi rostro, el sonido de las olas, el grito de las gaviotas y el murmullo de la gente que cada vez se hacía más lejano.
Desperté justo para ver la puesta de sol. Después nos fuimos a la cabaña a ducharnos para sacarnos la arena, ellos la sal también ya que se había bañado en el mar. Después nos preparamos algo para cenar y después nos acostamos a descansar.
– Vamos a dar una vuelta primero, después volvemos a coger, no les parece? – les pregunté con un miembro en cada mano.
– No, lo primero es lo primero – dijeron y me pusieron sus miembros en la boca, aunque traté pero no me cabían los dos al mismo tiempo. Después me pusieron en cuatro y mientra chupaba uno el otro buscaba mis entrañas. Después de la ducha nos vestimos y salimos a dar una vuelta. A mirar las luces reflejadas en el agua, tomar cervezas mientras se escuchaba cantar los números de un bingo cercano.
– Vamos a jugar un bingo – propuse, sabia lo que me esperaba al volver a la cabaña. Nos ganamos un tarro de fruta en conserva y un botellón de vino. Llegamos a la cabaña, preparamos el borgoña y nos lo tomamos entre caricias, besos, y penetraciones. Después nos fuimos a la cama a coger hasta el amanecer. Al otro día a dormir a la playa, a dormir.
Y así pasó la semana, volví a la casa tostadita de tanto tomar sol.
– Estas despierta? Quieres que me acueste contigo – me dijo mi hermano esa noche al lado de mi cama.
– – Si, no puedo dormir – le dije abriendo mi cama y mis piernas.
– Pero ni hagas mucho ruido – dijo él.
Dice que hago mucho escándalo cuando estoy teniendo un orgasmo. Mi mamá algo sospecha, pero mi papá lo sabe.
– Hace cuanto que ustedes están cogiendo – me preguntó un día que me metí en su cama a regalonearlo.
Abrí mis ojos y mi boca haciéndome la inocente.
– No te hagas, los vi cogiendo la otra noche – ante eso no había nada que decir.
– Es mi hermano y lo amo – le dije a mi papá.
– Y a mí no me amas – preguntó. No se si alguna niña no se enamora de su padre. Yo sí, lo amaba y lo amo. Aunque la pregunta me cayó de sorpresa, siempre pensé en hacer el amor con mi papá cada vez que lo veía desnudo.
– Si, con toda mi alma – dije bajando mi mano y cogiendo su miembro. Por fin se hacia realidad mi fantasia. Mirar a mi papá a los ojos mientras me penetraba.
– Quieres que te lo chupe – le dije murmurando en su oído. La adrenalina corría por mis venas y mi corazón saltaba.
– No, las hijas no se lo chupan a su padre – me dijo mirando a los ojos. Pero yo sentía su erección en mi mano y comencé a masturbarlo.
– Porqué no ? – pregunté inocemente.
– Porque eso se llama incesto y está penado por ley – dijo.
– Pero no le voy a contar a nadie que hacemos el amor –
– No hacemos el amor, nunca lo hemos hecho. Supiera tu madre me mataría.
– Menos le voy a contar a ella, no lo va a saber – le dije
– Pero yo sí. Y cuando seas grande, vas a decir » es que mi papá me cogia de chica » – dijo
– Pero ya no soy chica, o no me has visto desnuda? – dije mostrándote mis pechos bien formados.
– Me refiero a que eres menor de edad –
– Bueno, pero sólo una chupada? Por favor – dije destapandolo y mirando su deseada erección.
– Bueno, pero sólo un poco – estaba muy caliente.
Me agaché y comencé a disfrutar la única oportunidad que tenía. Poco a poco fui besando primero cada centímetro y lamiendolo después. Sentí su mano acariciar mis nalgas cuando lo introduje en mi boca. Mi hermano me había enseñado a hacerlo y sabía hacerlo bien. Cuando lo sentí inquieto me di vuelta, se lo tomé y lo puse en mi vagina.
– No, no lo hagas – me dijo tratando de levantarse. Pero ese movimiento hizo que me llegara a fondo. De ahí en adelante sabía lo que había que hacer y lo hice.
– No te preocupes, estoy tomando anticoceptivos – le dije poniendo mi mejilla contra su pecho después que todo había terminado.
– Me gustaría que uno de mis hijos fuera tuyo papá, así te tendría por siempre.
– Vamos a ducharnos antes de que llegue tu madre – dijo y no fuimos a la ducha.
Después de acabar con mi hermano el se fue a su pieza, yo al baño a lavarme y después dormí plácidamente.
– Tonta, porqué te viniste? – le pregunté a mi amiga cuando la encontré.
– De tonta, estaba ebria y me entraron los celos. Al otro día cuando me levanté los vi a los tres desnudos durmiendo juntos y me dio más rabia, así que tomé todas mis cosas y ma vine – dijo.
– Pero si tu cerraste la puerta y lo dejaste afuera, le dije que durmiera con nosotros –
– Y no cogistes con él? –
– No, es mi hermano, como voy a coger con el ? –
Seguí con mi primo como pareja, mi mamá pensaba que nos íbamos a casar y yo también. Pero las cosas fueron cambiando casi sin darnos cuenta y ya no éramos pareja. Es mi primo y lo amo. Si alguna vez se presenta la oportunidad voy a coger con él para recordar viejos tiempos. Con mi hermano también se enfriaron las cosas, después que cumplí los 18 empezaron a gustarme los hombres maduros, de más de 30.
Finalmente me casé con uno que era divorciado, tenía una hija de 5 años. La ex esposa se casó con otro y le dejó la hija que pasó a ser mi hija. Aunque a ella le molestaba que abrazara y besara a su padre, se ponia celosa. Los fines de semana que nos levantamos tarde, ella se venía a meter a la cama con nosotros. Yo me levantaba y la dejaba con su padre. Me acordaba que yo hacía lo mismo y a mi mamá no le gustaba porque mi papá dormía desnudo. No me hice problemas, con los años me fue queriendo más. Igual yo la dejaba regalonear con su padre. Entre la pubertad y la adolescencia fue cuando más obsesión tuvo con él.
Yo bañaba a mis dos hijos, un niño y una niña. Después se bañaba él con su hija.
La experiencia de la playa nunca la olvidé y siempre la recuerdo con cariño. Durante una semana tuve dos maridos…
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