Duchando a mi hermana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tengo una hermana y nos llevamos 6 años. Como hermano mayor que soy, me he encargado de ella en muchas ocasiones, y, como dice el título de este relato, cuando era pequeña yo la ayudaba a ducharse. En mi casa no hay pudor, y lo mismo en las playas he visto a mi madre las tetas haciendo topless como a mis padres desnudos en alguna playa y en casa. Igualmente, ellos a mí, así que no había ninguna connotación erótica al principio cuando yo y mi hermana nos duchábamos juntos, y yo la enjabonaba y la lavaba bien.
Pero, no es lo mismo que ella tenga 2 años y yo 8, en que ambos éramos niños, aunque yo mayor, que varios años después cuando ella tenía 10, y yo tenía ya 16. Mi cuerpo ya no era el de un niño y, yo me veo con un cuerpo con pelos y unos órganos genitales que son como los de mi padre y los de otros hombres. Y también mi hermana termina dándose cuenta cuando en algunas duchas que nos dábamos, me agarraba el pene. Y el pene en la adolescencia no hace falta que esté uno pensando en algo erótico para ponerse en acción: basta con que caiga agua encima de él o se roce con algo: la reacción es imparable y se pone tieso. Sí, en mi casa me han visto con el pene tieso y duro, que es una sensación un poco más… peculiar, diría yo.
Pues eso, que mi hermana con 10 años se hace la remolona y no quiere ir a la ducha: mi madre me dice que la obligue como tantas veces y nos duchamos los dos, desnudos. Y, como otras veces, mi hermana en plan de broma, me tira del pene (el pitilín, la pilila, jeje, en plan infantil) y el pene se pone tieso, sube para arriba y se entromete entre mi cuerpo y el suyo. Yo termino de ducharla y aclararla a ella, y mientras está bajo la ducha, yo me enjabono y me pajeo el pene… -“déjame que te lo lavo yo”, que me dice mi hermana y yo la dejo. Ahora la paja me la hace ella y yo encantado.
Como no hay cerrojos en las puertas, muchas veces entra mi madre al cuarto de baño a coger alguna cosa o a avisarnos que nos demos prisa para la cena o lo que sea, y más de una vez me ha pillado con mi hermana “limpiándome” el pene. Como ya otras veces estaba ella delante (mi madre) cuando mi hermana me agarraba el pene, pues veía que ella (mi hermana) lo hacía con naturalidad y no nos decía nada (decir que mi primer eyaculación fue muchos años antes cuando era más pequeño y me masajeaba la polla, así que ya sabía que un buen masaje de pene acababa en chorros de semen si no paraba a tiempo).
Una vez que entró mi madre para avisarnos que acabaramos de ducharnos, me pillo con mi hermana sacudiéndome la polla (“limpiándola bajo la ducha”) y me vio tan gozando que me dijo mi madre que no me pasara: -“no te pases. Nada más, ¿eh?”…, como dándome a entender que, vale que me la agarrara, pero ni se me ocurra follar a mi hermana o a meterle la polla en la boca. Vale, vale, le dije a mi madre, ya salimos a cenar… y continuamos bajo la ducha, mi polla dura y tiesa y mi hermana pajeándome, que con 10 años ya sabía ella como es eso, más o menos. A ella le gustaba agarrar mi polla y pajearme hasta sacarme la leche, y a mi me gusta más.
De hecho, algunas veces, sin ducha de por medio sino en una habitación, si salía el tema, pues le proponía a mi hermana que me ordeñase la polla hasta sacar el semen y ella encantada. Yo no fui más allá, como me indicó mi madre, pero pajas, mi hermana me hizo un montón durante varios años: cuando ella tenía 10 y yo 16, fue mi primera corrida con ella (hasta entonces, no había dejado que me agarrara la polla hasta la eyaculación) y durante unos 5 años después, tuve a mi hermana como mi mejor pajera en casa. Por supuesto, ya sabíamos en casa que respecto a los desnudos, éramos más liberales que los amigos y los vecinos, y que fuésemos discretos. Pero, en esos años mis huevos trabajaron a tope para eyacular en las pajas que me hacía mi hermana, en la ducha y fuera de ella. Son buenos recuerdos de la juventud.
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