Duerme mamá
Ahí estaban, hermosos, metí mi mano y con extremo cuidado le agarré una teta, me faltaba mano para cubrirla. Era suave, tierna, carnosa. Me saqué la polla que mostraba una enorme erección y comencé a agitarla despacio rozando su pelo..
Duerme mamá
Mi padre solía viajar a menudo por temas de trabajo. Fue en uno de esos viajes cuando conoció a la que hoy es su mujer, una venezolana de cabello largo, negro, alta, de pechos generosos y anchas caderas. Cuando mi padre no estaba, solía ir de madrugada a la habitación para verla dormir. En verano tan solo llevaba puesto un tanga minúsculo. Me acercaba silenciosamente y me masturbaba mirándola. A veces me llevaba uno de sus tangas usados, lo envolvía en mi polla y me pajeaba imaginando la de veces que mi padre se había hecho cubanas con aquellas pedazo de tetas, o la de veces que esos labios carnosos habían succionado su polla. Imaginaba que era la mía.
Una noche, nos pusimos a ver una película. Ella se tumbó en el sofá con la cabeza apoyada en mi regazo. La verdad es que la película era aburrida y se quedó dormida. Llevaba puesto una blusa corta de suave seda rosa. De repente, me entraron unas ganas locas de subírsela, así que lo hice, dejando al descubierto su tanga negro. Muy delicadamente le rocé la raja del coño con mi dedo corazón. Después me atreví a desabrochar un botón de la blusa para echar un vistazo a sus pechos. Ahí estaban, hermosos, metí mi mano y con extremo cuidado le agarré una teta, me faltaba mano para cubrirla. Era suave, tierna, carnosa. Me saqué la polla que mostraba una enorme erección y comencé a agitarla despacio rozando su pelo. Ella se movió levemente girando la cabeza en dirección a mi polla. Por un instante me dieron ganas de metérsela en la boca, pero me contuve pensando que sería mejor no despertarla por lo que pudiera pasar, me moriría de vergüenza. Me atreví a acercarle la polla a los labios. Sólo un poco más cerca, despacio, muy despacio y mi polla rozaron sus labios. Noté que me iba a venir el orgasmo. Pensé en correrme en su boca, pero deseché esa opción al instante, así que con la otra mano me levanté la camiseta y eché sobre mi estómago el esperma caliente. Al poco ella se movió, se estaba despertando, yo me hice el dormido observándola con los ojos entrecerrados. Se puso de pie dándose cuenta de que tenía la blusa casi totalmente abierta. Me miró mientras se abrochaba y notó que mi polla estaba dura bajo el pijama. Se llevó un dedo a los labios sonriendo mientras no dejaba de mirarla. ¿Se habría dado cuenta de lo que hice? ¿Realmente estaba dormida?
Al día siguiente vino mi padre y esos días me sirvieron para recordar aquella noche. Imaginaba que se despertaba cuando le puse la polla en los labios y me la chupaba. Esa fue una buena paja.
Mi padre volvió a irse. Esta vez estaría fuera una semana.
Aquella noche, mientras cenábamos ella no dejaba de mirarme en silencio, estaba como ausente. De postre cogió una banana. La peló y tiró la cáscara sobre el plato vacío. La miró con cierto asombro. Era muy grande. Se la metió en la boca y la chupó un poco, sin morderla mientras me miraba. Yo la miré boquiabierto y ella se dio cuenta. La metió un poco más en su boca, un poco más y después la fue sacando muy lentamente succionando con aquellos carnosos labios para detenerse en la punta y darle un bocado.
-Te la hubiera chupado.- Dijo sin más.
-¿Cómo?- Pregunté yo extrañado y ruborizado.
-Aquella noche, cuando te pajeaste pensando que estaba dormida. Dime, ¿lo has hecho más veces?
Yo no sabía donde mirar. Tan solo quería desaparecer.
-Bueno, yo… sí. Lo siento, no volverá a suceder. No se lo digas a mi padre, por favor.
-Tranquilo, no pasa nada. Tu padre viaja mucho y yo cada vez tengo más ganas de ser follada con más frecuencia…
Volvió a succionar el plátano y mi polla se endureció como una piedra.
-Qué morbo… a lo mejor esta noche me vuelves a visitar mientras duermo y te pajeas mirando…ufff.
Se levantó y tras darme un beso de buenas noches se fue a la cama.
Esperé a que ella se durmiera para ir a visitarla. Esta vez estaba totalmente desnuda lo que me excitó aún más si cabe. La luz de la calle iluminaba su cuerpazo, sus tetas y su coño depilado. Yo estaba totalmente desnudo a su lado, con la polla tiesa en mi mano acariciándomela. Ella se puso boca abajo mostrando su culazo, carnoso. Levantó un poco las caderas quedando su culo un poco más elevado. Muy lentamente me puse encima de la cama, luego me apoyé a ambos lados de su cuerpo quedando el mío encima del suyo, pero sin tocarse. Poco a poco fui bajando hasta que mi polla se situó sobre la raja de su culo. Me detuve esperando que no se despertara.
Después, suavemente fui restregando mi polla por la raja del culo pajeándome con él. Ella inclino más las caderas, con lo que mi polla se aplastó contra su culo. Yo paré. Ella lo volvió a hacer y noté que se estaba masturbando y que por eso movía así las caderas. Sin pensármelo se la metí en el coño y fui follándola en silencio. Ella no decía nada, solo se dejaba follar y follar más y más.
Mis movimientos eran cada vez más fuertes, pero ella seguía sin moverse. La estaba utilizandonpara darme placer y eso me excitaba aún más. Oí un pequeño gemido ahogado por la almohada y supuse que se estaba corriendo, pero que no quería que me diera cuenta. Me excitó aún más que la muy zorra se hiciera la dormida y continué follándola sintiendo su culazo sobre mi pelvis, rebotando con cada golpe de polla hasta que me corrí dentro de su coño. Me levanté con cuidado y la dejé boca abajo cuando salí de la habitación.
A la mañana siguiente los dos actuamos como si no hubiera pasado nada. Al día siguiente, después de comer se fue a su habitación a dormir la siesta. Pasado un rato fui a verla y allí estaba, desnuda, durmiendo boca arriba, abierta de piernas mostrando el esplendor de su coño.
Se lo comí hasta humedecerlo bien y asegurarme de que le entraría sin resistencia. La muy puta se hacía la dormida. Me ponía tremendamente cachondo. Me puse encima y mi polla entró hasta los huevos. La bombeé una y otra vez. Sólo me detuve para saborear sus pechos para luego volver a follarla más y más. La miraba cómo dormía mientras sus tetas se movían arriba ybabajo.
-Puta… puta…
Le decía mientras mi polla entraba y salía de su coño chorreante. Caí encima de ella y me corrí como una bestia. Un par de golpes más para terminar de saciar el placer y cuando la saqué el esperma chorreaba por la raja de su coño. Me fui y allí se quedó, abierta de piernas con el coño lleno de leche.
Cuando regresó mi padre nos reunió en el salón y muy contento nos dijo que la empresa había decidido que no viajaría más. Mi madrastra y yo no s miramos como si nos hubieran echado un jarro de agua fría y tras unos instantes sin saber qué decir forzamos una sonrisa y le dijimos que eso era maravilloso, que era una gran noticia.
Esa noche oí y vi cómo mi padre celebraba la buena nueva follándola por detrás. Fue espectacular ver cómo la agarraba de aquellas anchas caderas disfrutando de aquel maravilloso culo mientras sus tetas se movían y chocaban entre sí frenéticamente. Cuando se durmieron,bentré con la polla dura en mi mano me acerque a ella y se la puse en los labios. Ella se despertó algo sobresaltada y metiéndosela en la boca le dije:
-Shhhh… Duerme mamá.
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