El abuelo me cuida
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi abuelo venia a casa todos los años, vive en un pueblo cerca, mas de una vez cuando era chica lo encontré mirándome la cola, buscaba momentos para que ambos quedemos solos, sacarme a pasear, cuando se iban mis padres, etc, pero siempre estaba mi hermano o alguien mas, asi que jamas pudo cumplir su cometido mientras fui niña.
A veces iba a buscarme a la escuela, recuerdo que yo tenia 8/9 años, estacionabamos el auto un ratito en el rio y el me pedía que le de "piquitos", por que eramos novios, a mi me encantaba, me encantaba la idea de ser la novia del abuelo, si bien no comprendía lo que significaba ser novia de alguien, entendía que ningún otro hombre se me iba a acercar y el iba a estar ahí para protegerme.
Tenia como 11 años, cuando mis papas se tuvieron que ir de viaje con mi hermano para hacerle unos estudios, me tenían que dejar 2 semanas sola, así que obviamente llamaron a mi abuelito para que me cuide.
Mi abuelo en ese entonces era un hombre de 64 años, calvo, grandote, muy grandote, de manos gigantes y un lunar en la cara.
Yo era chiquita, de pelo largo hasta la cola, una cola gordita y pechitos incipientes, en la vagina se veían salir los primeros pelitos.
Papa y mama se fueron como a las 9 de la mañana, el abuelo había llegado a casa a las 7 am, yo seguía durmiendo.
Me fue a despertar, me encontró durmiendo boca abajo, bombachita de nena (esas bien anchas y floreaditas) y nada arriba (duermo desnuda desde que tengo memoria).
Sentí como alguien me acariciaba el pelo y su voz suave en mi oído "despertate mi amor, ya llego tu abuelito, vamos a desayunar".
Me puse nada mas que un vestidito corto de verano y fui a desayunar.
Cuando terminamos de desayunar, el abuelo se sentó en el sillon y me pidió me que siente encima, así jugabamos a darnos piquitos y ser novios, como siempre.
Abrí las piernas, me senté sobre el, llevo mis brazos a su cuello, me sujeto las caderas con sus manos y empezamos a darnos piquitos suavecitos, en los labios, en toda la cara, en el cuello.
Estos besitos inocentes se convirtieron en su lengua con la mía, besos húmedos, apasionados madre de Dios, que hermoso se sentía, no podía creer como me estaba sintiendo y los latiditos que sentía entre mis piernas.
El ademas me decía al oído lo mucho que me amaba y que me iba a convertir en mujer, en su mujer.
Yo no entendía mucho lo que estaba pasando, ni que significaba "convertirme" en mujer, pero el estado de éxtasis que tenia en todo el cuerpo era tan grande que solo asentí sus palabras en todo momento.
El abuelo me llevo a la habitación de mis padres, me dijo que ahí íbamos a estar mas cómodos y podíamos jugar aun mas a ser novios y darnos besos.
Me pidió que me acueste y me pusiera de costado, mientras el abría la persiana de la habitación, dijo que quería mucha luz, eran como las 11 del medio dia.
El se acostó atrás mio, de costado también (en Argentina le decimos a esta pose "cucharita"), me sujeto la cadera y me dijo que confié en el, que si me habían gustado sus besos lo que se venia aun mas.
Senti su verga, enorme y dura contra mi cola, mientras me la refregaba me decía al oído que se le ponía así de dura solo conmigo, que era una muestra de su amor y una prueba de lo que sentía por mi.
Jadeaba cada vez mas fuerte, yo seguia extasiada, metio su mano dentro de mi bombachita para constatar que estuviese húmeda y a punto caramelo como el queria.
Su sorpresa fue abismal cuando me toco, parecía que me había hecho pis de lo mojadita que estaba.
Me empezó a tocar el clítoris y ahí me empece a retorcer de placer yo.
Me bajo un poco la bombachita, me metió la verga entre mis labios vaginales, moviéndose de atrás para adelante mientras con una mano ademas me seguía tocando el clítoris.
Nos besabamos y gemíamos los dos, el me decía que no podía creer que al fin estuviera pasando, que me deseaba de forma desde que era chica, yo simplemente me volvía loca, recuerdo su verga dura y mi humedad, su cuerpo enorme contra el mio.
Lo sentía macho alfa, el me dominaba, era lo que deseaba.
El abuelo se levanto cuando ninguno de los dos habia terminado aun, me termino de sacar la bombacha, el vestido, me beso, me lamió los pezones con rapidez y bajo enloquecido a mi vagina.
Sentí su lenguita recorriendome el clitoris, bajando, subiendo, chupando.
Yo me mordia los labios del dolor, ya era tanto el placer que sentía que era doloroso.
El abuelo me decía que le encantaba verme la vagina mojada a plena luz del dia, que por eso quiso abrir las persianas de la habitación, para ver con exclusividad todos los rincones de mi cuerpo y mis caras de placer.
Me hizo descubrir lo que era un orgasmo sobre su boca, lo llene de mis primeros juguitos de nena.
Cuando se dio cuenta que le termine en la cara, subió a besarme, a que yo misma pruebe mi sabor.
Que delicia.
Me dijo que ahora le tocaba a el, que aun no había terminado, que me iba a enseñar a chupársela y que todas las mañanas me iba a dar de tomar su lechita, que ese iba a ser mi desayuno principal.
Me arrodillo, empece a lamer su verga como si fuese un heladito, no entendía que tenia que hacer, me enseño a tomarle el tronco con las manos, a succionarle los testículos y a metermela enterita en la boca.
Pero ante tal excitación perdió la coordialidad, me tomo fuerte de la cabeza y me cogió la boca como si no hubiera un mañana, me atragante con todo su miembro, estaba cegado, enloquecido, fue sumamente violento, lejos de enojarme, esa violencia me exito.
Cuando estuvo a punto de terminar, saco rápido su verga de mi boca, me sujeto la cara y me exigió que saque mi lengua, que queria ver como tragaba mi primera leche.
Me lleno la lengua y la garganta de su lechita y me hizo tragarla toda.
Continuara.
Lindo abuelito