EL AMOR FILIAL ME AYUDO A SALIR DE LA DEPRESIÓN
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Buenas, comenzare por presentarme, soy Ignacio, acuerpado por que asi me lo demanda mi trabajo, mido 1.
77, no me considero tan atractivo y soy moreno como mi padre.
Soy de un pueblo a 65 kms de medellin, Colombia.
Antes que todo me disculpo por la falta de ortografía, porque no soy bueno con eso, cosa de tildes y redacción.
Bueno aquí va mi historia.
Todo comenzó cuando tenia 24 años y me encontraba en una relación de pareja que ya tenia 5 años, hasta que mi novia decidio terminarla y la ruptura me dio muy duro hasta deprimirme.
Como vengo de una familia de escasos recursos, solo hice el bachillerato y de inmediato me puse a trabajar en un taller de motocicletas que me dio para independizarme hacia 3 años, por lo que me fui a vivir en un pequeño apartamento en el pueblo.
A raíz de la depresión deje de ir a trabajar, y preocupada mi familia decidio llevarme de nuevo a casa, que queda en las montañas, sobre la via principal y a una media hora del pueblo.
En casa vive mi madre, una hermana de 11 años y mi hermano menor de 8 para ese momento.
Tengo otras dos hermanas, la mayor que tenia 26 años y ya tiene 2 hijos de 7 y 5, y mi hermana que me sigue que tenia 19 años y que se fue a trabajar a medellin, también para entonces.
Mi papá hacia 4 años se había separado de mi madre porque se fue a vivir con otra mujer.
En casa estuve unos días pasando la “tusa”, como se suele llamar por aca, y mi madre estuvo muy atenta y pendiente de mi recuperación.
A pesar de ser una mujer que tuvo poco estudio y criada en el campo, siempre a sido una mujer amorosa y consentidora.
Cuando ya me sentía mas aliviado surgio la acasion de Salir de casa a raíz de el matrimonio de una prima.
Al principio no pensé en salir, porque no lo deseaba, pero mi madre dia tras dia me fue insistiendo, lo mismo que mis hermanas cuando venían a visitarnos, hasta que lograron convencerme.
Ya de mejor animo, el dia del matrimonio me puse mi mejor traje que tenia y me fui con mi madre y mis hermanos a la iglesia.
En agradecimiento por la hospitalidad de mi madre y de mis hermanos, le había dado a ella un dinero para que se compraran algo para la ocasión.
Mi madre les compro calzado y chaquetas a mis hermanos, mientras ella se estreno una camisa, falda y tacones que la hacían ver muy rejuvenecida y bonita.
Su falda era blanca, muy ajustada haciéndole ver el talle de su panty y su bonita cola pronunciada; su camisa negra algo trasparentada que salía con una chaqueta negra y zapato de tacon también negro.
Lucia bien, a pesar de andar por sus 47 y medio años, y el peinado que le hizo una de mis hermanas no desentono con su atuendo.
Describiéndola un poco, dire que es de 1.
68 cm, tez blanquita, cabello un tanto mono mas bien, como llamamos aca a las rubias, a mitad de espalda y con flequitos en la frente; es trozuda de cuerpo, con un trasero bien proporcionado y paradito, y tiene unos senos normales, diría yo, ni muy pequeños ni grandes, propios de una madre que ha lactado a 5 hijos, y es de bonitas facciones, con nariz aguileña, ojos miel y labios finos y delgados.
La recepción se llevo a cabo en un salón cerca del pueblo.
Durante la velada mi madre estuvo molestándome con algunas muchachas, amigas y conocidas, para que las abordara, pero yo no estuve dispuesto a seguir su juego.
Por lo demás ella y mis hermanas se esmeraron por mantenerme el animo y hasta me hicieron bailar un par de canciones con mi madre y tomar un par de wiskis, cosa que poco suelo beber.
Ya a eso de la media noche, aburrido con tanta algarabía, le dije a ellas que me iba a casa.
Ellas trataron de disuadirme pero yo me mantuve en lo mio, diciéndoles que se quedaran tranquilas, que yo me iba a dormir porque me sentía cansado.
Mi hermana mayor me dijo que aguantara un poco y se fue a hablar con los demás.
Al parecer algo hablaron entre ellas, pensando que todavía podía cometer alguna locura a raíz de mi reciente relación, y al rato mi madre vino a decirme que si me quería ir que ella se iria conmigo.
Yo me negué de tajo, diciéndole que no había necesidad, mas aun cuando ella se estaba disfrutando la fiesta, pero ella insistia en irse conmigo.
Le dije entonces que en realida pensaba irme para mi casa, por la cercanía, asi que no había motivo para que me acompañara y ella se quedara con mis hermanos y el resto de la familia.
Ella dijo que no importaba, por que mis dos hermanos menores se iban a quedar con mis abuelos.
Por ultimo intente decirle que si se iba porque la asustaba que pudiera hacer algo, que no había de que preocuparse porque ya estaba bien y que mi separación era prueba superada, pero aun asi no hubo poder para convencerla.
Nos despedimos y salimos pasadas las 12 y ella me pregunto en que nos íbamos.
Le dije que sobre nuestros zapatos por que no había mas, esperando que se arrepintiera por lo de sus zapatos nuevos pero ella hizo un gesto de resignación y se agarro de mi brazo dispuesta a los 15 minutos de camino a mi domicilio.
Nos fuimos hablando de cosas de la fiesta, de los vestidos de fulana y sutana, del baile chistoso de sutano y de quienes se les estaban pasando las copas.
Reíamos con todo esto, la noche era fresca y solo se escuchaban los grillos.
Caminábamos abrazados, porque además a ella le sentaban los zapatos, sobre todo en un trayecto donde se estaba arreglando la carretera para repavimentar.
Al llegar a un paraje, ya a la entrada del pueblo donde no funcionaban un par de luminarias de los postes que iluminan la calle, me detuve a atender una llamada de un primo que preguntaba por mi paradero porque una excompañera de estudio que estaba en la fiesta, que el sabia que me gustaba y que estaba preguntando por mi.
Le dije que ya había salido y que aunque tuviera asegurado algo con ella, por nada del mundo me regresaría.
Mi madre, que había estado atenta a mi comunicación, quiso saber quien era la fulana, y luego me dijo que me diera cuenta que por mujer no quedaría estancado.
Enseguida se quejo por el frio y me pidió que le diera un abrazo y que la estrechara fuerte.
Yo hundi mi nariz en su cuello y su perfume me envolvió con delicia, y mis brazos la acogieron mejor en su espalda, masajeándola con la intensión de atraer el calor que necesitaba.
Aprovechando lo comodo que estaba en esa posición, tuve la oportunidad para agradecerle por toda su asistencia y ayuda para conmigo, ella me abarazo mas fuerte, diciéndome que ella haría todo por sus hijos, que siempre estaría para nosotros, y que ya encontraría una mujer que me valorara y me quisiera, alabando además lo bien parecido que era, según ella, y sin esperarlo bajo su mano y me agarro una nalga, al tiempo que me decía sonriente que tenia “buen pompis”.
Lejos de molestarme le dije que hacia y ella divertida volvió a agarrarme la nalga, diciéndome si le preguntaba por eso.
Volvi a protestar divertido por su osadia, diciéndole que si seguía no respondería de mi.
Sin dejar nuestro abrazo en ningún momento, ella, siguiendo el juego, desafiándome a ver de que era capaz, volvió a palparme.
Entonces le agarre su cola, que por lo ajustada que le quedaba la falda pude sentir ampliamente su redondez y su firmeza.
Ella imito mi gesto a dos manos apretando mi cola, y apreté su nalga izquierda, y en otro impulso mi mano izquierda se poso sobre su teta derecha, la cual apreté suavemente, sintiéndola de buen volumen, permaneciendo por algunos segundos, suficientes para que en ese calido apretón sintiera como se disparaba en mi interior el deseo sexual.
Sin haber dejado de reírnos de nuestros alcances, ella dejo mi cola y volvió a rodear mi cintura al igual que yo.
Aturdidos tal vez por el manoseo, mas alla de que fuera un juego inocente, guardamos silencio, sin decidirnos por seguir nuestro camino, resguardados por la oscuridad de las farolas inútiles, hasta que ella me sorprendio con una pregunta, queriendo saber si aun extrañaba a mi exnovia.
Con humildad le reconoci que un poco, sobre todo sus besos.
Ella me dijo que no había problema, porque ella me daría todos los que quisiera.
Yo rei con algo de tristeza, y ella entonces me pidió un beso, el cual le di en la mejilla.
“Gracias por ese” me dijo, “pero yo quiero uno en la boca para borrar los de esa mujer que no te merecia, a menos que no me lo quieras dar”.
En ese momento pensé que todo era cosa de los tragos que se había bebido, aunque no había tomado sino 2 o 3 cervezas y un par de wiskis y no estaba ebria, aunque si “calentona”, como por aca llamamos.
Y por otro lado su oferta volvió a encenderme, sintiendo ese ansioso hormigueo en mi pene y en mi barriga, y crei que mi madre no merecia un desaire, aunque fuera un beso intimo, por todo lo que había hecho por mi.
Le dije en broma que si no temia que me sobrepasara y ella dijo que no le importaba siempre y cuando con eso me ayudara a olvidar de una vez por todas a esa desgraciada mujer.
Esas palabras me terminaron de encender, abrazando mas fuerte a mamá, quien al parecer también se sentía excitada por la agitación de su respiración en mi oreja.
Entonces, dejándome llevar y siendo consciente que ella había dejado el balón en mi campo, y aprovechando que su cuello estaba descubierto al tener su cabello recogido en una trenza, comencé a darle besitos en este, avanzando de a poco hasta que nuestros labios se encontraron, juntándolos por unos escasos segundos sin movimiento, apenas pegados, como esperando quien se atrevia a dar el paso siguiente, el cual yo di al agregar movimiento y mi madre respondiendo igual, dejándose llevar y haciéndose un poco mas largo hasta que ella se separo, reforzó su abrazo y me dijo: “besas rico mi amor”.
Podíamos sentir el temblor mutuo por la pasión de lo prohibido, y en eso volvi a buscar sus labios los cuales me esperaban con deseo porque esta vez su beso no fue tan prevenido como el anterior, sino mas atrevido si se quiere, y lleno de entrega.
A esa altura ya me encontraba empalmado por completo, y perdiendo el control de la razón volvi a agarrarle su cola, acariciándola con desespero mientras mi madre literalmente me devoraba la boca con locura, como si fuera lo ultimo que le quedaba por hacer en la vida.
Tan solo tomabamos aire para besarnos el cuello, las mejillas hasta las orejas, para volver con desespero a nuestros labios.
Sus labios eran como los hubiera podido imaginar: suaves, calidos y húmedos, como me gustan y en eso había buena conexión con ella.
Aun consciente de que estábamos muy expuestos en medio de la calle, recordé que antes de que estuviera la luz en la siguiente farola, había un lote en medio de dos casas adonde me la lleve y nos metimos casi hasta la mitad, pegando a mi madre contra la pared de una de las casas, y seguimos devorándonos de lo lindo y le dije que me había calentado tanto que la deseaba como mujer, a lo que respondio: “ay mi amor, yo también estoy igual y te deseo tanto”.
Y era como si con esa confesión mutua, hubiéramos saltado la ultima censura moral para convertirnos en completos amantes.
Mientras ella seguía acariciándome la espalda y mi pecho por debajo de mi saco, y solo a veces pasando su mano por mi miembro por encima del pantalón, yo fui mas lejos agarrándole las tetas, las cuales magreaba por encima de su blusa, y como la tenia apoyada contra la pared le mande la mano debajo de su falda y aprovechando que no llevaba medias veladas porque ni a veces puede mi madre darse ese gusto, le sobe el chochito con delirio por encima de su panty, el cual ya estaba estilando liquido, y pude sentir el engrosamiento de sus labios y lo grandes que estaban.
Mi madre se dejo hacer con gusto, abriéndose de piernas para que mi mano la recorriera mejor, y empezó a preferir gemidos apagados de lo caliente que estaba.
En mi locura humedeci bien mis dedos con sus jugos y me los lleve a la boca, chupándolos frenéticamente y volvi a darle otro beso.
Ella ya me sobaba mas seguido mi miembro que me lastimaba de lo empinado que estaba dentro del pantalón, y le pedi a ella que lo sacara, orden que mamá no hizo esperar y con sus manos temblorosas casi no logra soltarme el cinturón ni desabotonarme el pantalón, y cuando al fin pudo hacerlo, terminando por bajar la cremallera, lanzo un suspiro como de alivio al tiempo que bajo mis calzoncillos hasta arriba de mis rodillas y cogio mi pija que estaba bañada de liquido preseminal, lo que facilito que mi madre deslizara su mano por todo mi garrote.
“Que grande lo tienes papito” dijo mordiéndome la oreja, y yo a esa altura ya le había sacado la camisa de la falda y se la había desabotonado, y quitándole el tirante del brassier le baje la copa derecha y me pegue a su pezón que sentí duro y enorme, mamandolo con desesperación mientras mi mano derecha volvió bajo su falda, y no fue sino tocar su chochito y sentí como si una taza de agua caliente me mojara por completo la mano, y el posterior gemido de placer de mi madre al tiempo que rodeaba fuerte con sus brazos mi cuello, diciendo: “que rico papito, que rico”.
Yo volvi a llevarme su flujos a mi boca y también le meti los dedos a ella en la boca, chupándolos con deseo.
Cuando los saque mi madre entre gemidos ahogados me dijo: “lo quiero, papito, lo quiero, damelo mi amor te lo suplico, damelo”.
Ni cuando cogia con mi novia dichas palabras me calentaron tanto, y mas en ese tono de suplica con que lo hacia mi madre, lo que me provoco, aunque no lo crean, que mi pija lanzara un chorro de semen que fue a parar en la barriguita de mamá.
Para hacer mas excitante el momento le dije que si en verdad lo quería, y ella me subia y bajaba el capullo diciéndome que si, que lo deseaba, que se lo clavara por el amor de dios.
En eso me le pegue mas y comencé a subir su falda que se tranco en sus muslos de lo abierta que estaba, y ella misma se la termino de subir bien arriba de la cintura, amarrandosela con un nudo y enseguida se saco su panty y se lo guardo en el bolsillo de su chaqueta.
Luego volvió a rodear mi cuello con sus brazos, mordiéndome la oreja, y yo me agarre de su nalgas las cuales recordé con su falda ajustada, como las hacia ver abultadas y provocativas tal como ahora las sentía, masajeándolas con desespero mientras mi pija le rastrillaba el clítoris y su bosque de pelos.
Me afirme mejor en el suelo y le pedi a mi madre que se impulsara y rodeara mi cintura con sus piernas mientras yo le ayudaba sosteniendo sus hermosas nalgas con el fin de iniciar la penetración, cuando de reojo vi las luces próximas de un carro.
La reacción de mi madre fue esconder la cara y bajarse apresuradamente la falda.
El carro paso sin contratiempo pero esto fue nuestro polo a tierra para darnos a entender el riesgo al que estábamos expuestos al estar en un lugar poco discreto a pesar de la oscuridad.
Por encima de la calentura, mi madre, todavía agitada, me dijo que me deseaba tanto que me quería dentro de ella, pero que era mejor que nos fueramos de allí.
Yo estuve de acuerdo, tenia mi casa a solo 2 cuadras las cuales recorrimos con afán cogidos de la mano.
Mientras metia la llave en la cerradura pasaban muchas cosas por mi cabeza, ya un poco en frio, pero seguía predominando mi idea de acostarme con mamá.
Ella se mantenía en silencio y temia que en ese momento ya se hubiera arrepentido, pero afortunadamente fue falsa mi sospecha por que tan pronto estuvimos dentro la tome de la mano mientras nos mirábamos a los ojos, y ella me abrazo acariciándome la espalda, diciéndome “ahora si hazme tuya”.
Nos dimos un beso mas atrevido, dándonos lengua, quitándonos la ropa hasta que ella quedo con su falda y su brassier.
Yo estaba en calzoncillos y con risas nerviosas, viéndonos ya a la luz en ese estado, viendo entre su brassier negro de encaje sus tetas de buen tamaño que tiempo atrás alimentaran a mis hermanos y a mi; le dije que era muy hermosa, además porque casi no tenia barriguita, y ella me lo agradeció con su sonrisa complice, y me la lleve de la mano a mi habitación.
Mi temblor por la emoción volvió y como ya había guardado su panty solo me resto quitarle su falda y su sostén mientras ella hizo lo mismo con mis calzones.
Nos abrazamos como avergonzados de nuestra desnudez, besándonos mas lenta y delicadamente, y poco a poco nos fuimos tumbando en la cama, ella bocarriba y yo de lado sin dejar de besarnos, acariciándole sus hermosas tetas y su barriguita hasta que poco a poco fui dando con su pubis, abundante y ondulado, que acaricie con mi mano extendida mientras ella acariciaba mi pecho y mi pija, que ya estaba nuevamente chorreante.
Me atrevi a mas y le pase mis dedos por su clítoris hinchado, haciendo círculos, lo que provoco en ella la agitación de su cuerpo y sus gemidos ahogados.
Fue tanta la excitación con mi caricia que pronto me volvió a pedir que se lo diera, que le clavara mi verga de una vez por todas que era lo que mas deseaba en el mundo.
Yo también deseaba estar dentro de ella, asi que me incorpore y pude ver su cuerpo en toda su extensión: sus tetas algo caídas pero aun firmes, con esos pezones enormes rodeados de sus grandes areolas marron claro como de 6 cms, y luego mi mirada ansiosa se poso sobre su abundante y tupida mata se vellos púbicos.
Los tenia largos y negros y los que estaban alrededor de su cuquita brillaban de lo mojados que estaban.
Esta imagen me encendio mas y no pude evitar las ganas de tirarme de cabeza entre su chochito y comerme sus jugos con desespero, los cuales me sabían dulces con un toque avinagrado.
Me había podido quedar pegado largo rato a su precioso manjar, de no ser porque mi pija ya quería su mas preciado botin.
Asi que me acomode entre sus piernas y untando la cabeza de mi pija con la baba que destilaba el chochito de mamá, se la acomode en la entrada y lentamente se la deje ir de a poco, como para alargar el placer interno que nos poseía.
Yo me sentía en el cielo mientras mi madre al sentirlo hizo un gesto de desesperación al tiempo que gemia y su cuerpo se ondulaba como olas.
“Ay papito que rico se siente tu vergota.
Siento que me muero de placer”, dijo y yo termine de ensartarla con un empujon que clavo hasta el ultimo milímetro de mi garrote en su chochito.
El resto fue gloria y disfrute, dándole clavo en su encharcado hoyito que con cada arremetida sonaba chas, chas, chas, mientras nos dabamos tremendo morreo.
El placer que experimentaba era inconmensurable y ni siquiera comparable como cuando estaba con mi exnovia, al punto que sentía que se me iba la vida en cada arremetida dentro de mamá, y sentía que mi sangre hervia y que mi pene se agrandaba en el interior de ella.
Aguantaba lo mas que podía pero era demasiado el placer para alargarlo, asi que con lo justo le susurre a mamá que me venia por si quería que lo sacara para evitar complicaciones, pero ella solo se limito a decir que le diera toda mi leche, que la quería sentir quemándole su utero y que arremetiera fuerte.
Yo feliz por su aprobación porque era lo que mas deseaba en ese momento, era sencillamente cerrar con broche de oro.
Asi que metiendo mis antebrazos por su espalda, me agarre de su hombros como para apoyarme en el momento que arremeti con violencia los últimos enviones, como si me quisiera entrar por completo en el vientre de mamá, y salieron como torpedos unos largos chorros de semen que parecían no terminar nunca, en el mismo momento que sentí las contracciones de mamá que succionaban mi pene.
Ella subio el tono de sus gemidos y apretaba con su manos mis nalgas sudorosas.
Les juro que fue el mejor sexo de mi vida hasta entonces, con tanto placer y felicidad jamas conocidos, que bien podía haber muerto en ese instante de relajación y haberme ido satisfecho de mi paso por la vida.
Estaba rendido, con mi cabeza sobre el hombro de ella, cuando escuche que gimoteaba.
Levante la mirada y la vi con los ojos cerrados y con lagrimas escapando de ellos.
Asombrado, le dije que si estaba bien y ella me cogio la cabeza, me dio un beso y mirándome con sus ojos aguados me dijo que lloraba de felicidad porque nunca en su vida había sentido tanta felicidad y placer juntos, y que me agradecia por eso.
Le dije que pensaba lo mismo y que el agradecimiento era para ella por todo lo que me había dado, incluido su mejor sexo.
El resto de la noche ni que decirlo, follamos con frenesí hasta que nos dieron las 5 de la madrugada en esas, y era cada vez mas la calentura que lo hicimos 5 veces mas, en distintas posiciones y siempre descargándole mi leche en sus entrañas.
Luego me quede dormido y a eso de las 9 a.
m ella me despertó para decirme que se iba.
Le pedi que se quedara pero ella adujo que tenia que ir por mis hermanos y se fue.
DOS
Revitalizado y mejor dispuesto para la vida gracias a mamá, regresé a mi trabajo y cada noche me masturbaba recordando nuestro encuentro sexual.
A veces me preguntaba que estaría pensando ahora, con cabeza fría, y me aguantaba la tentación de llamarla, pensando que quizá no quisiera saber de mi.
Finalmente la tentación me duro hasta el viernes en la noche cuando la llame.
La note algo apagada aunque dispuesta al dialogo; luego de averiguar como estaba y como estaban le dije que quería verla, que viniera mañana sábado que era dia de mercado y pasara por la casa.
Ella dijo que estaba pensando en mandar a mis hermanos a hacer algunas compras, pero que entonces iria.
Al otro dia me desocupe a mediodía, almorcé, tome un baño y sobre las 2 de la tarde llamaron a mi puerta.
Al abrir sentí ese tipo de corrientazos que te debilitan cuando estas enamorado, al darme cuenta de su presencia.
Ella me saludo con una sonrisa y la vi mucho mas arreglada de lo normal, con una trenza juvenil a un costado de su cabeza y con una falda rosa que era la única que le llegaba arriba de la rodilla.
Yo la abrace y ella correspondio embriagándome deliciosamente su perfume, y después de averiguar por como estaban en casa y cosas domesticas, le ofreci una cerveza y nos sentamos en el sofá y quise saber como estaba respecto a lo sucedido.
Ante la pregunta se le noto algo avergonzada y evitaba mirarme, confesándome que a veces se sentía mal por lo inusual de la situación, con algo de temor de solo pensar en que llegara a enterarse alguien mas por lo destructiva que era la gente, pero que por otro lado era algo que había hecho consciente a pesar del poco alcohol que había ingerido, y que no se arrepentia porque la había pasado bien, y que se sentiría mejor si con eso me ayudaba a olvidar en algo a mi ex.
Le dije que lo había logrado porque ya no pensaba en ella, y mamá sonrio satisfecha pasándome su mano por mi cara.
Me dijo además que se había sentido comprometida cuando se le había ido la lengua de mas, pero que ya lanzada la piedra estaba dispuesta a todo, y que la sola idea del simple beso en la boca la calentó como hacia mucho tiempo, porque admitia que después de la separación de papá, ya 4 años atrás, a veces despertaba en la madrugada con ganas de un hombre entre sus piernas, pero que mi posterior salida de casa le había dado mas duro porque me tenia como su hombre de la casa, y que el hecho de haberse acostado conmigo era como haberme recuperado de nuevo.
Yo para entonces me encontraba conmovido con sus confesiones, y entendia el fondo de su soledad, además porque aun era joven y tenia sus necesidades sexuales intactas.
Le di una cerveza mas y le dije que siempre estaría para ella, que entendia sus motivaciones y que gracias a ella ahora me sentía muy feliz porque el haber estado dentro de su cuerpo fue como una especie de curación por todas las penas que me aquejaban, que estar con ella era lo mejor que me había pasado y por tanto no me arrepentia, que no le diera bola a la gente, y que no dejaba de pensar en estar nuevamente dentro suyo.
Ella bebio un sorbo de cerveza y se puso colorada, diciéndome que ella también pensaba en eso, pero que quizá era mejor que lo dejaramos como un bonito recuerdo, además que le asustaba que fueramos los únicos madre e hijo que tuvieran sexo.
Yo pensé que tal pensamiento podía deberse a su baja escolaridad, pues solo asistió a la escuela sin terminarla, y le recordé la situación de una doña de la que se decía que también se acostaba con uno de sus hijos, y el caso de dos hermanos que vivian con su madre, y cuando esta murió ellos ya eran adultos y al poco tiempo la hermana quedo embarazada sin conocérsele novio, y su hermano termino una relación porque dizque la novia descubrió el amorío de los hermanos, pues siempre se le veian juntos, y que si eso pasaba con nuestros conocidos, el resto del mundo podía estar en iguales condiciones y que por tanto no eramos los únicos incestuosos del planeta.
Tal vez mas tranquila por lo dicho, mi madre reconocio que me deseaba y que le faltaba voluntad para dejarme, pero tenia miedo que si había mas encuentros se nos convirtiera en costumbre y luego terminaramos mal.
Intente decirle algo, pero ella se anticipo diciéndome algo que no me esperaba: “si quieres hazme tuya una vez mas y luego volvamos a hacer como antes”, dijo con voz sugestiva.
No perdi tiempo y la rodeé con mis brazos y la bese con delirio.
Nuestras manos se multiplicaban acariciándonos todo y no tarde en tener una ereccion a tope.
Me deshice de la camiseta que tenia y mi madre hizo lo propio con su chaqueta; le desapunte la blusa quedando al descubierto su brassier azul claro que aparte con desespero para darme el gusto de prenderme a sus pezones como un infante.
Arrinconada mi madre en el sofá, mamandole sus tetas, ella me agarro la pantaloneta junto al calzoncillo por atrás y me los bajo, liberando mi pija que estaba como asta, a la par que me decía “ay papito ya te quiero dentro porque me muero por tener esa vergota tuya papito”.
No voy a hacer como otros que presumen de algo que seguramente no tienen, pero si debo decir que tengo una buena herramienta, destacándose su grosor.
Escucharla decir eso fue como un empujon, alzándole su falda bien arriba, y le quite su panty que ya estaba mojado, la acomode mejor a ella, quien se abrió bien de piernas y levanto su chochito a disposición de mi pija que acomode entre sus labios chorreantes de baba y se la mande de una estocada.
Mi madre dejo escapar un grito y busco mis labios para darnos un buen morreo con lengua mientras mi pija se deslizaba dentro de su vagina, a veces taladrando con violencia, a veces desacelerando como para sentir mejor su calentura y sus paredes vaginales que se contraían.
Pronto sentí la proximidad de mi venida de lo excitado que estaba y le di aviso a ella, consciente que si aun tenia su periodo todavía podía incurrir en un embarazo, por mas que la primera vez no hubiéramos tomado las prevenciones del caso.
Ella contesto que deseaba tanto que me viniera dentro, pero que era mejor evitarnos problemas, por lo que me sugirió que lo sacara cuando me fuera a venir y me descargara sobre su vello púbico.
Asi lo hice, y aunque fue placentero, no era nada cercano a como lo hice dentro de ella.
Mi madre esparcio el semen por todos sus pelos, y me pidió que se la dejara mamar, oferta que no me negué, haciéndolo con tanta delicadeza que al cabo de un minuto, creo yo, mi pija estuvo nuevamente empalmada.
Mi madre creyendo que era suficiente, volvió a acomodarse ofreciéndome sus labios hinchados y rojos para que mi pene volviera a lo suyo.
Era una incomparable delicia volver a estar dentro de mamá, quien no tardo en venirse un par de veces al abrazarme con fuerza y sentir su cuerpo temblar ligeramente, además de sentir rigidas su piernas alrededor de mi cintura, y pude sentir por ultimo sus contracciones en mi pene.
Luego cambiamos de posición, ofreciéndome su bien proporcionado y hermoso culo, que ante semejante imagen no pude evitar que me temblaran las piernas y ver sus carnes como rebotaban con cada una de mis embestidas mientras me asia con fuerza a sus caderas, fue darle un plus adicional a mi excitación.
En esas duramos un buen rato hasta que me vine sobre su nalgas y sobre la abertura de su culito.
Esa tarde lo hicimos 4 veces hasta que mi madre se afano por hacérsele noche para volver a casa, pero como cuento con mi moto me la lleve y de paso salude a mis hermanos.
De vez en cuando nos llamábamos para saber de nosotros y ninguno de los dos nos atrevíamos a tocar el tema prohibido, como si tuviéramos plena consciencia de dejarlo ahí, como una bonita e inolvidable experiencia.
El sábado siguiente tampoco bajo al pueblo, y solo hasta el sábado siguiente me llamo para decirme que si podía ir el dia siguiente que necesitaba algo que decirme.
Estuve puntual a la hora del almuerzo, y después de este quedamos solos porque mis hermanos se fueron con otros amiguitos a unas cascadas.
Hasta entonces había notado a mamá un poco apagada, como si algo la preocupara.
Asi que ella calculo que mis hermanos estuvieran ya lejos y me invito para su habitación, cerrando con seguro.
Nos sentamos en la cama y le pregunte si algo le estaba pasando, y entonces ella suspiro largo y mirándome a los ojos me dijo que tenia un retraso de 9 dias y que esto la preocupaba.
Le dije que tal vez podía deberse a un descuadre hormonal, y ella admitió que a veces podía pasar, pero que por lo regular su periodo era puntual y no tardaba mas alla de 3 dias, y que si aun asi esto hubiera sucedido, ya serian 6 dias de retraso.
Mi corazón se congelo con esa noticia, al ver los alcances que posiblemente se habían dado con nuestros encuentros intimos.
Le pedi que se comprara dos pruebas de embarazo para estar seguros y salir de dudas.
Al dia siguiente, lunes, mi madre me llama a eso de las 10 a.
m pidiéndome que nos viéramos en mi casa.
Mi invadio una angustia y ansiedad, temiendo lo inesperado.
A penas la vi a mi madre pude notar en su semblante que pasaba por algo similar.
Le pregunte si había comprado las pruebas, y ella me dijo que había hecho algo mejor, y que venia del hospital de practicarse la prueba.
“Y que salio?” dije con mi corazón descontrolado.
Mi madre me miro con una expresión que no supe definir si era de temor o resignación.
“Que estoy embarazada.
Ya tengo un mes” dijo al fin.
“Y ahora que vamos a hacer Ignacio, mira hasta donde hemos llegado”, dijo.
Entonces en ese momento me sentí como transformado, y paso por mi cabeza fugazmente los momentos de nuestros encuentros, y la angustia se me convirtió en dicha y le dije que lo único que íbamos a hacer era tener ese bebé que era fruto de nuestro amor, y ella, a modo de reproche, me dijo que si no pensaba que le iba a decir ella a mis hermanos y a la familia cuando se le notara la barriga, que si no media las consecuencias.
Le dije que claro que las media, y que ahora solo me interesaba una cosa, y era saber que era lo que ella quería, si no, nada de lo que yo pensaba tenia sentido.
Ella guardo silencio por un rato, pensativa, y al final me dijo que no sabia, que nada de esto se esperaba, mucho menos a su edad.
Le dije que estuviera tranquila, que yo estaba decidido a tener nuestro bebe, y de que como haríamos para dar a saber a la familia, pues ya imaginaríamos algo, que se fuera a casa, que se tomara su tiempo para pensar y cuando ya resolviera algo me lo hiciera saber.
Me puse a echar números y hacia exactamente un mes de la boda de mi prima, por lo que esa noche preñe a mi madre, a sus 47 años y medio, y en los días siguientes me meti a internet a investigar casos de incesto madre hijo, y leia los comentarios al respecto de los pocos foros que hay, con opiniones en contra y a favor.
Fue asi como supe de esta pagina SST, y algunos de los comentarios del foro de incesto me tranquilizaron porque eran imparciales y nada condenatorios ni juzgativos, y yo también pensé que si eramos adultos que sabíamos lo que hacíamos a conciencia, y que no le hacíamos daño a nadie, no tenia por que afectarnos a menos que nosotros mismos lo quisiéramos.
Ya con mi conciencia mas tranquila, de noche llegaba y leia los relatos eróticos de incesto madre e hijo, los cuales me calentaban hasta terminar masturbándome, y también comencé a frecuentar videos de embarazadas y todo lo que tenia que ver con ellas, y aunque el deseo por mi madre no había desaparecido, pronto se hizo mas intenso.
Mientras tanto mi comunicación con ella se remitia a 2 llamadas a la semana por saber como estaba, sin presionarla ante su decisión.
Y 20 dias después de conocer la noticia de su embarazo mi madre me llamo diciéndome que estaba en el pueblo y que deseaba hablar conmigo.
Yo en ningún momento la apure y deje que ella dijera lo que tuviera que decir, y poco después de que estuviéramos dentro de la casa me dijo que ya había tomado una decisión.
Me comento que mi respaldo le había ayudado a tomarla, por lo que estaba decidida a tener a nuestro bebe contra viento y marea, pero que le preocupaban los riesgos de su edad y las complicaciones que pudiera presentar el bebe.
Le dije que si bien existían, ya sabia de casos donde los niños nacian sanos, y que inclusive el ser hijo de padres distintos no garantizaba que nunca hubieran posibles problemas.
“Y que les voy a decir cuando pregunten por el padre” dijo ella, y yo le dije la fácil: que les dijera que fue con un hombre de paso, una aventura y nada mas.
Ella no pudo evitar sonreir con mi mentira, diciéndome que no sabia como le haría pero que tenia que inventarse una buena historia.
Volvimos a guardar silencio y al rato me dijo que en medio de todo, el embarazo tenia algo bueno, y era que por fin la iba a liberar de los asedios de un vecino que venia pretendiendola y que estaba casado el muy desgraciado.
Al saberlo sentí algo parecido a los celos, y sabiendo quien era el fulano me dio gusto saber que mamá no hubiera cedido a sus pretenciones.
Como tenia una camisa holgada por fuera del pantalón, le dije enseguida que si ya se le notaba, y ella dijo no saber y levantándose de la silla se levanto la camisa y me mostro su barriguita diciéndome: “dimelo tu”.
Aunque ya casi tenia sus 2 meses, me parecio que no tenia tan pronunciada su barriga y acercándome le dije que si podía tocarla, ante lo cual ella aprobó con su cabeza y mi mano acaricio nerviosamente su piel, sintiendo al instante como despertaba mi pija.
De pronto nuestros ojos se encontraron a manos de 20 cms, e impulsivamente me pegue a sus labios con un beso que ella me acepto.
Temia que me rechazara, pero era claro que había entrega y aceptación.
“Que vas a hacer ahora que vas a ser papá?” me dijo luego, y yo le dije que darle todo mi amor y mi ayuda como me fuera posible, y volvi a besarla y a sobarle su teta derecha por encima de la camisa y cuando quise dar una paso mas mi madre me freno diciéndome que por su estado y por lo que había estado pensando los últimos días, no estaba de animo para estar conmigo.
Después de ese encuentro a los pocos días mi madre les conto a mis hermanas mayores de su embarazo y al parecer su reacción no fue positiva, menos cuando se quedaron sin saber quien era el fulano con el que ella paso su aventura.
Mis hermanos menores estaban mas bien asombrados con la noticia, mas no enojados, aunque no entendían por que mamá no daba mas detalles del padre de su bebe, mas que decir que era un conocido de mucho tiempo atrás y que había estado de paso unos días por el pueblo.
Otro dia mis hermanas me encararon y me preguntaron que que pensaba al respecto.
Les dije que ella ya estaba grandecita como para que no supiera que era lo que hacia, que no la juzgaba y que no le daría la espalda cuando mas nos necesitaba.
“Si, pero es que ni siquiera nos dice quien es el padre de esa criatura”, me dijo Amanda, mi hermana mayor, a lo que respondi que yo tampoco lo entendia, pero que si esa era su decisión tenia que respetársela.
El caso es que con el paso de los días y con la notoriedad de su barriguita, el enojo de mis hermanas se esfumo y tuvieron muy pendientes de ella, y entusiasmadas con su nuevo hermanit@, al igual que mis hermanos menores.
Por su parte a mi madre se le veía mucho mas bonita, corroborando aquello que dice que a las mujeres les viene bien el embarazo, y estuve pendiente de sus controles, de que no se exigiera con los quehaceres y de que no le faltara nada.
Afortunadamente siempre he sido buen ahorrador y tenia mis buenos pesos para cubrir los gastos.
Un dia que vino mi hermana Daniela, la que trabaja en medellin, a visitarme, le di una buena suma de dinero y le dije que se llevara a mamá de regreso a medellin y que le comprara ropa para su estado.
Al dia siguiente mi madre me llamo para agradecerme, aunque no estaba de acuerdo que malgastara la plata de ese modo.
Le dije que no la malgastaba porque la estaba invirtiendo en la mejor inversión.
A falta de una semana para que ella cumpliera su primer trimestre, ella junto a mis hermanos y sobrinos estuvieron en mi casa para celebrar mi cumpleaños numero 25.
En un momento que quedamos solos le dije que cual era su regalo, y ella me dijo que si me aguantaba un poco, otro dia me lo daba.
Y aunque no habíamos vuelto a estar juntos yo no perdia la fe.
Una semana después me llamo a preguntarme si podía dedicarle la tarde.
Yo me las arregle en el taller y asi fue.
Ya en casa, entre charla y charla, me conto que unos días atrás se había encontrado con el vecino que la pretendía, y que señalando su vientre le había dicho “y eso?”, sin ocultar su molestia, y que ella con orgullo le había dicho que “eso” era el fruto del amor por el hombre que ahora amaba, y que de inmediato se marcho sin rechistar nada.
Le dije que lo había hecho bien y que no se dejara afectar por lo que dijera la gente.
Ese dia llevaba estrenando una de las prendas que compro, se trataba de una tipo overol, de tirantes, de color azul claro.
Ya se adivinaba algo de pancita debajo, y se le veía muy bien.
Le dije que cada dia estaba mas bonita, “y mas ganosa” dijo ella soltando una risita nerviosa.
“Y a todas estas, tu me estas debiendo mi regalo de cumpleaños” le dije.
Entonces ella acorto la distancia entre los dos en el sofá, y cogiendo mi cara entre sus manos me beso con sus labios dulces y húmedos, hundiendo su lengua y mordiendo mi labio inferior al salir de mi boca.
“Que te parecio mi regalo” dijo sonriente; le dije que rico, pero que no era suficiente y nos volvimos a besar y a desnudar de a poco hasta que quedamos en interiores.
Al verla en ese estado se le veian mas anchas sus caderas, mas rollizas sus piernas y sus tetas algo hinchadas.
Otra cosa que me sorprendio fue su ropa interior, muy sexy con una tanga que no le conocía.
“Y esa tanguita” le pregunte, y ella me contesto que si me gustaba.
Le dije que si porque me ponía mas cachondo verla con ella.
Mamá me dijo que sabia que me iba a gustar y que con la plata que le había mandado con mi hermana se había comprado algunos conjuntos como ese.
Seguimos al cuarto y ver como su tanga se marcaba en su culito abultado me puso a mil.
Le mame sus hermosos pezones un buen rato y cuando le quite su tanguita se le notaba su chochito un poco hinchado y baboso.
Se abrió bien de piernas y me pidió que le clavara mi vergota, que se sentía muy arrecha.
Ya hacia mas de dos meses que no estaba dentro de ella y escucharla son su voz suplicante elevaba mi apetito a mas no poder.
De modo que se la enterre suave para que ambos degustaramos al máximo el contacto ardiente del otro.
Luego volvimos a nuestra rutina, follandola por ráfagas rapidas, y a veces haciendo la penetración lenta, y lo bueno era que ahora no teníamos que pensar a la hora de la eyaculación, dejando todo mi semen dentro de su caliente vagina.
Mi madre estaba mas fogosa que antes, mas desinhibida y lujuriosa ya que al parecer estaba entrando al ciclo donde sus hormonas estaban a mil y le pedían pija de lo lindo.
No tardamos en venirnos y yo arremetia con fuerza para mayor placer de ambos, y caia rendido pero ella comenzaba a mamarme la pija toda mojada y pronto recobraba vida y ella me la pedia como loca.
Lo hicimos 3 veces mas esa tarde hasta que me dolia mi pene de lo colorado que estaba, y solo pude descansar un poco y llevar a continuación a casa a mamá.
A partir de ahí el apetito sexual de mamá se hizo insaciable, y si no fuera por nuestros quehaceres y por la distancia, ella me hubiera querido todos los días entre sus piernas.
Sin embargo nos las arreglábamos para estar dos veces entre semana y el día de mercado.
Entre semana madrugaba con la excusa de visitarla, y tan pronto se iban mis hermanos a su estudio nos encerrábamos en su cuarto y le daba clavo hasta mas no poder.
Muchas veces mi madre solo se levantaba la falda y andaba sin panty para no perder tiempo, o simplemente se ponía una bata sin tener nada debajo.
En otras oportunidades la visitaba de noche, y como es costumbre en el campo mis hermanos se iban a dormir a las 8, y yo me quedaba con ella en la cocina una media hora o una hora mas, hasta que estuviéramos convencidos que dormían plácidamente, para volver a encerrarnos y poner música a bajo volumen como elemento distractor, y follabamos un par de horas cuanto menos.
Un domingo que fui a visitarlos, mis hermanos volvieron a irse con sus amigos a las cascadas, y calculando que ellos ya estaban alla, nos metimos al cuarto a follar.
Un par de horas después ella salio del cuarto y escuche que pego un grito y el posterior “y ustedes que hacen aquí?” yo termine de vestirme y al salir me di cuenta que mis hermanos ya habían vuelto y miraban la tele.
Casi me muero pensando lo peor, y en la mirada de mi madre también podía ver que trataba de disimular su espanto.
Sin embargo mi hermanita de 12 años ya, nos dijo que hacia unos diez minutos que habían llegado y que pensando que estábamos tomando una siesta, habían decidido prender la tele bajita.
Al parecer corrimos con suerte, y en adelante tuvimos mas cuidado.
TRES
Nuestra adicción aumento el uno por el otro y todo obedecia porque el sexo era cada vez mejor.
Ella me decía que su cuerpo estaba fogoso como nunca, y que jamas en su vida lo había disfrutado como ahora, y aunque siempre durante sus embarazos su libido se disparaba, ahora parecía que se le multiplicaba por 5 veces mas, al punto de sentir vergüenza cuando pensaba en eso.
Y asimismo decía que nunca antes había experimentado orgasmos tan intensos y mucho menos tan seguidos, y que nunca se llego a imaginar que hacer el amor alcanzara semejante placer como ahora.
Tanta era su necesidad de pija, que cuando comenzaba su sexto mes coincidió con la terminación de clases y ella les propuso a mis hermanos si querían pasar sus dos meses de vacaciones con los abuelos.
Mi hermana acepto pero mi hermano preferia irse a donde mi hermana Amanda, quien finalmente acepto después de decirle que teniendo en cuenta su ultimo trimestre y el periodo de vacaciones, quería bajar la carga de trabajo y el estrés que podía generarle mis hermanos en casa y estar tranquila por recomendación medica.
Aunque algo había de cierto, Amanda le había dicho que eso lo entendia, pero que no le parecía buena idea que se quedara sola.
Mi madre le había dicho que tenia razón, por lo que había pensado en decirme a mi que me fuera a quedarme con ella mientras pasaban las vacaciones.
Amanda le había dicho que si yo aceptaba, que entonces quedaba mas tranquila.
Obviamente que yo iba a aceptar con gusto, y tan pronto les armo sus maletas y los despacho a sus respectivos destinos, esa misma noche fui a quedarme con ella e hicimos el amor hasta la madrugada.
Afortunadamente nuestros vecinos cercanos estaban a unos 100 metros y aunque de noche a veces transitaban cerca, los perros nos alertaban y mamá bajaba el volumen de sus gemidos.
Las primeras tres semanas lo hicimos todas las noches y ya después lo hacíamos dia por medio, o no lo hacíamos cada 2 o 3 dias de acuerdo como su barriga fue creciendo, y porque a pesar de la calentura ya se sentía un poco fatigada.
A falta de una semana para cumplir su 7mo mes, nos encontrábamos dando inicio a lo nuestro y al quitarle su brassier note lo hinchadas que estaban sus tetas, con las venas pronunciadas, y después de algunos segundos de mamarlos sentí un sabor dulzon en mi boca, que al retirarla vimos un chorrito de leche que salía disparado de su largo pezón.
Eso me enloquecio y a partir de ahí, antes que se la clavara, me pasaba un buen rato mamandole esas tetotas que ya habían crecido unas cuantas tallas, y mamá tenia unos orgasmos que la dejaban sin resuello.
Me volvi tan adicto a su leche que a veces en la madrugada despertaba y no podía evitar la tentación de sacarle una de sus tetas de su pijama y me prendia a mamársela hasta que volvíamos a follar.
El ultimo mes decidimos pasarlo en mi casa y mi hermana Amanda se hizo cargo de mis hermanos que habían vuelto a clases.
Durante ese tiempo ya solo lo hacíamos de cucharita o borde de cama y me compre una video cámara para grabarnos cogiendo, y le tomaba fotos en mi teléfono que después del posparto me ayudaron mucho.
Follamos hasta el dia anterior del parto, el cual estuvo sin contratiempo de forma natural, viniendo a la vida un niño muy sano por fortuna.
Mi hermana Amanda la estuvo asistiendo por una semana y después mi madre se las arreglo sola.
Todos estábamos felices y mis tias venían a ver a su nuevo sobrino y le traían ropa y juguetes.
A veces me molestaba tanta visita pero entendia aquello, cuando solo deseaba estar a solas con ella y nuestro hijo.
Aun recuerdo el dia que mi madre llego a casa del hospital, cuando me levante temprano y fui a mi cuarto a ver que necesitaba.
Me pidió un vaso de agua porque la acosaba la sed, y al regresar la encontré sentada en la cama y con su camisa de pijama abierta de par en par porque se estaba masajeando los senos.
Casi me caigo con esa imagen: era como si sus tetas hubieran crecido durante la noche el doble y ahora estaban enormes, con una super areola de unos 8 cms, toda hinchada y punteada.
“Miercoles mamá, mira como se te han puesto tus teticas” atine a decir, a lo que contesto que se debía a que estaban llenas de leche y que le dolían, pero que ella sabia de unas yerbas que le aliviarían y que ya las tenia listas.
Me ofreci a mamarselas, pero ella dijo que no era muy buena idea por ahora, porque podía infectar al bebé, por lo que se ordeñaría de ser necesario.
Pasado un mes desde el nacimiento mi madre dejo mi casa y regreso al campo.
Durante su estadia no estuvo dispuesta mas que para darme algunos besos de consuelo.
Algunas noches me tocaba cacharme solo porque no aguantaba las ganas de volver a estar con ella, y solo bastaba el recuerdo de sus tetas disparando chorros de leche, como en mas de una ocasión presencie, para que esa imagen me prendiera y me diera unas buenas pajas.
Hasta que por fin mi abstinencia termino una noche de fiestas en el pueblo.
Asi como en su momento llegue a sentir algo parecido a los celos al conocer del fulano que pretendía a mi madre, muy posiblemente esa noche ella paso por algo parecido.
Nos encontrábamos muchos de la familia, entre mis hermanos, primos y algunos tios y tias bebiendo en una cantina.
Ya eran como las 10 p.
m y me encontraba hablando con la excompañera de estudios que uno de mis primos me tenia charlada la noche de la boda de mi prima, y por lo que podía ver en ella tenia casi segura una noche de desenfreno.
Yo en realidad poco bebo, mas que 6 o 7 cervezas máximo, y a esa hora iba como por la 5ta.
De vez en cuando miraba a mi madre que estaba en un rincón con una tia y cuñada, y siempre la encontré mirándome toda seria.
Al poco se me acerco y disculpándose con mi interlocutora me pidió que la llevara a casa, que quería descansar un poco.
Tal vez por la conversación algo atrevida que sostenia y por el efecto del alcohol, me sentía un tanto cachondo.
Cuando quise volver a salir de la casa mi madre me dijo que la acompañara un rato, y que cual era mi afán por salir.
Le dije que ninguno y que me quedaría un rato.
Ella amantaba nuestro hijo y este pronto quedo dormido.
Mi madre lo acomodo en una cuna que allí tenia, y se regreso a la sala sobándose la teta que no le había puesto al bebé.
Le dije que que hacia, y ella me dijo que le salía la leche y que se masajeaba para que ya no se regara.
“y que tal si te ordeñas” le propuse, y ella me dijo que la lastimaba el extractor y que preferia que le saliera por si sola, solo que al secarse en el brassier dejaba un no muy buen olor.
Me levante del sofá y le dije que ya me iba, y ella me dijo que bien, pero que antes le regalara un beso como los de antes.
Entonces se puso en pie y me miro de cerca a los ojos.
Estaba agitada, con su boca un poco abierta, tentadora.
De a poco nos fuimos acercando y nos besamos con deseo, y ella comenzó a acariciarme la espalda con sus manos, y cuando ya me sentí empalmado de lleno le dije que mejor lo dejaramos asi porque ella no iria mas lejos y a mi me dejaría iniciado.
Me dijo que esa noche seria distinta porque se sentía con el deseo de vuelta y que quería que la cachara hasta mas no poder.
En un parpadeo estábamos semidesnudos y cuando baje mis labios de su cuello ella me agarro la cabeza y la direcciono hacia su teta llena de leche.
No lo podía creer que ahora su manjar por fin fuera mio, con ese hermoso pezón que era motivo de mis pajas.
El sentir su leche dulcecita llenando mi boca era un placer de infarto.
Quizá por la excitación de ella su leche salía a propulsión y yo no daba abasto para tragármela hasta que ella me pidió que fueramos a la habitación a donde terminamos de desnudarnos y abriéndome sus piernas le ensarte mi pija babosa en su chochito chorreante.
Hacia 46 dias desde su parto para que las delicias de mi madre estuvieran de vuelta.
La clavaba sin contemplaciones y ella decía “dame mas verga papito, dámela toda”.
Ella se vino 2 veces y cuando sentía mi venida le avise para enterarla; ella me pidió que acelerara, que le diera mas duro, que deseaba mi leche bien adentro, y que no me preocupara que ya se había mandado operar para que no le faltara mi leche dentro.
Esa noticia me sobreexcito y sentí en la cabeza de mi pene una especie de hormigueo de lo mas placentero y la posterior expulsión de chorros y chorros de semen que parecían no tener fin.
Tan pronto como recobramos el aliento y conscientes del riesgo que corríamos, resolvimos que yo saliera y que les propusiera a mis hermanos menores si se quedaban con mi hermana Amanda, oferta que aceptaron, y a ella le dije que me iba a dormir porque estaba cansado y que mamá se quedaba conmigo, asi que le pedi que no nos molestaran y que no dejara que mis hermanos lo hicieran para que mamá descansara bien.
Amanda estuvo de acuerdo y nos despedimos.
Al regresar encontré a mi madre como había quedado, desnuda sobre la cama, tapada por una cobija hasta la cintura y amamantando nuevamente.
Al verla en esas mi tranca volvió a despertar como un resorte, y desnudándome me puse a su lado y me prendi de su otra teta.
Ella paso su brazo por mi espalda y cerro los ojos y gemia lujuriosa mientras agarraba mi pene subiendo y bajando el capullo hasta que su mano quedo llena de baba.
Yo había hecho lo propio con mi mano en su chochito, metiéndole mis dedos y acariciándole su clítoris, y tanta fue su calentura que me pidió que la clavara de lado porque nuestro bebé no daba señas de desprenderse de su grueso pezón.
De modo que nos vimos en posición cucharita y mientras ella y yo disfrutábamos de la penetración, apretándole su teta libre que lanzaba chorritos de leche que me ponía mas a full ver aquello, nuestro bebé mamaba tranquilo provocándole el máximo placer a mamá que no demoro en venirse como regadera.
Fue uno de nuestros mejores encuentros y a partir de entonces el sexo con mamá estuvo de vuelta cada vez que podíamos.
Ya han pasado 3 años desde que ella quedo embarazada, y cada vez nuestros encuentros sexuales son mejores, en especial durante su lactancia, que aun mantiene, porque me he vuelto adicto a su leche, a mamarle sus gruesos pezones, y a prenderme como nunca cuando ella esta encima mio y veo como sus pezones empiezan a aventar leche sin control en el justo momento que siente la proximidad de su orgasmo.
Y comprobé que lo que se decía en algunos foros es cierto: que el sexo incestuoso es el mejor del mundo.
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