El buen tio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Por causa ajenas a mi, tuve que hospedarme unos días en casa de una tía. En otra ciudad. Mi tía era una mujer dulce y comprensiva, nunca me había atacado por mis poses afeminadas y mis movimientos delicados; su esposo en cambio, era un hombre de mal carácter y malencarado. Nunca iba a las reuniones familiares y se la pasaba encerrado en su gimnasio haciendo ejercicio. Mi tía era gerente de ventas y tenía que viajar regularmente, en esta ocasión salió de la ciudad por varios días. Mi tío político parecía muy molesto por tener que compartir la casa conmigo, pero mi tía lo medio-convenció de que yo no lo molestaría, mi habitación estaba en el primer piso y no iría al segundo para no molestar al ogro. Una vez que mi tía se fue, yo me dispuse a vestirme de mujer; odiaba mis ropas de hombre y me urgía sentirme nena. Me puse una tanga y un top y un shorcito de licra, todo rosa, también unas chanclitas de flores y un prendedor. Estaba tumbada en la cama viendo una revista de chicos sexys, cuando sentí algo de sed y decidí ir a la cocina por algo. A lo lejos escuchaba la musica de mi tío y salí así como andaba, abrí el refrigerador y me dieron ganas de prepararme un bocadillo. Tendría unos instantes agachada frente al refrigerador, cuando de pronto sentí una mano acariciandome groseramente el trasero. Él era demasiado fuerte y yo muy delgada y no podía luchar; mi tío metió su mano a mi short y trataba de penetrarme con el dedo, con la otra mano me aprisionaba un brazo y trataba de meter su lengua en mi boca.
Estuvimos forcejeando un rato, él parecía muy divertido y yo no me dejaba porque me caía mal. -No te voy a soltar hasta que te dejes meter el dedo, ¿Cómo ves?- Me dijo con tono muy serio. Yo estaba cansada de presionar mis gluteos y contra mi voluntad empecé a relajarlos un poco, su mano llegó inmediatamente. Sentí como separaba mi tanga y sus dedos empezaron a acariciar mi pozito, yo cerré los ojos y cuando me di cuenta estaba moviendo las nalgas en circulos; su olor a sudor y sus brazos fuertes me habian exitado.Mi tío sacó su mano repentinamente y vi como se metia los dedos a la boca, llevo la mano de nuevo hacia mis nalgas y las separó bruscamente, su dedo medio empezó a entrar en mí. Yo resoplaba y sentía su enorme pene recargado en mi abdomen, su dedo era muy grueso y el me decía:-¡Cómetelo putita!- Obedecí levantando una pierna y su dedo pudo entrar totalmente. Su lengua recorría todos los rincones de mi boca, sofocándome deliciosamente, al saberme poseída por arriba y por abajo. Sin avisarme me soltó y me cargó en su hombro, y asi, con los shorts bajados, me llevó hasta la sala. Una vez ahí me sentó en el sofá y sacó un condón de un cajón. Se bajó su short y se puso el condón que ahora lucía lleno de carne. -Ponte empinada- me dijo fríamente, yo obedecí y me recargue en el respaldo del sofá y separé mis rodillas. Mi corazón latía desaforadamente. Después sentí que hacía mi tanga a un lado y una deliciosa marea de placer me inundó: su larga lengua lamía mis nalgas y mi rajada trasera.
Nunca me habían hecho tal caricia y mis nalguitas recibieron ese día mordidas, lengueteadas, chupones, etc. Y mi pozito de los deseos era atacado dulcemente por unos labios y una lengua toscos pero querendones. Su lengua me acariciaba por dentro pero las sensaciones estaban en todo mi ser. De pronto y sin avisar, sentí su glande queriendo entrar en mi pero no podía entrar, yo de nuevo resoplaba y trataba de separar mis pompis para ayudarle a entrar, sentí que algo cedía y su cabezota entró en mí, un grito salió de mi garganta. Esperaba que siguiera entrando, me dolia mucho pero al mismo tiempo sentía la urgencia de entregarme. En vez de enterrármela me la sacó, yo grité de nuevo, lo que pareció exitarle ya que comenzó a meter y sacar su cabeza de mi culito, yo gemía por el dolor que sentía cada metida pero el placer era mucho también, siguió picándome hasta que no pude más y rogué:-¡Ya cójeme por favor!- .
Parecía que esperaba mis ruegos, porque después de reir burlonamente comenzó a ensartarme su gran pene, despacio pero sin detenerse. Así estuvimos yo empinada y él rebotando en mi trasero deliciosamente. Me sacó su pene y me acostó en el piso, me ordenó que me abriera y separando mis piernas con sus brazos me penetraba bocarriba. Me dijo -Quiero que veas como te la meto- y me ordenó apoyarme en los brazos. Así podía ver como su verga entraba y salía de mí. Mi tío empezaba a gemir y resoplar, de pronto se puso de pie y me ordenó -¡Híncate!
Tomó sus testículos enormes y los metió en mi boquita, yo entendí inmediatemente y comenze a chuparlos y lamerlos. Apenas cabían en mi boca y se sentían repletos, mi tío se masturbaba y gruñia. Yo quité su mano gentilmente y ahora chupaba su cabezita rica y me la metia toda en la boca, Era delicioso sentir aquel trozo tieso, a punto d explotar en mi boca. Alternaba mis chupadas de los wevitos a la cabezita hasta que mi tio me ordenó voltearme y casi rugiendo me aventó un chorrote de leche caliente en medio de las nalgas. Otra vez me ordenó voltearme y ahora me baño la cara con su semen, Se vino como un animal y sus borbotones llegaban a mi que sonreía feliz de haber provocado tal derrame. Mi top y mi tanga, así como mi cara estaban llenos de su rica leche. Después mi tio me puso a cocinar y no me dio persmiso de lavarme. Adivinen quién es mi tio favorito ahora??
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