El Camino a una vida llena de Morbo y Placer
Mi nombre es Miguel y quiero compartir el despertar y el camino al morbo y el placer.
Mi nombre es Miguel, soy de Santiago de Chile pero mi historia comienza el la region del Bio Bio a los 8 de edad.
hijo de madre separada la cual despues de muchos malos tratos y violencia tomo la gran decisión de separarce y comenzar un largo camino a la capital.
cuando ella se separo primero se encargo de hacer pagar al desgraciado que tenia por marido, recuerdo a mi corta edad haber estado en casa jugando y entro por la puerta de casa mi tio miguel, un hombre joven de unos 25 años mi madre para aquel entonces ya tenia 35, una mujer de baja estatura, piel blanca, cabello oscuro ondulado, cuerpo bien mantenido aunque para mi a esa eda no era algo relevante.
Al entrar mi tio ella le conto algunas cosas que poco alcance a escuchar pero a los pocos minutos recuerdo que me pidieron que saliera a jugar al patio, mi curiosidad fue mayor y al asomarme por la ventana lo que comence a ver me gusto y mucho, mi tio estaba sin su camisa, el pantalon hasta abajo y mi madre arrodillada agarrando un tremendo pene, lo introducia en su boca una y otra vez cada vez mas rapido y mas desesperada. a los minutos de mirar senti algo raro en mis piernas y algo comenzo a ponerse demasiado duro en mi. sin saber que hacer solo atine a ponerme firme contra la pared mientras seguia disfrutando la escena.
Luego mi tio puso de pie a mi madre, levanto su falda hasta dejar a mi vista un hermoso trasero, quien diria que ese culo pertenecia a mi madre, mi tio comenzo a introducir su verga dura y agarraba el pelo de ella con fuerza una y otra vez hasta que termino su faena.
Esa fue la primera vez que vi algo asi y la verdad el placer que senti fue una locura, al pasar de los día mamá seguia muy nerviosa e inquieta, recuerdo haber estado en un cumpleaños familiar en campo, ella bailaba con un señor mayor, panzon, moreno y alto. muy distinto a mi tio miguel y a mi padre al pasar de la noche vi como ellos salieron de casa y caminaron al campo, yo sabia lo que venia asi que rapidamente comence a seguirlos y nuevamente pude disfrutar de las escenas de venganza de mi madre.
asi pasaron los días, yo siempre tenia raras sensaciones en mi cuerpo y mi pequeño pene no dejaba de pararse, un día mi madre me ayudaba a bañarme y de manera natural mi pene se puso duro, ella algo nerviosa me preguntaba que sentia y le dije que no sabia como controlarlo solo rio y me dijo ya lo entenderas y disfrutaras.
a mis 10 años nos vinimos a vivir a la capital con mi madre solo los dos y en esta ciudad comence a disfrutar lo que algun dia me dijo que entenderia.
Espero ir mejorando mi redacción, siempre quice entrar y escribir mis historias que les aseguro recien comienzan.
Hola, también soy de Santiago, espero que sigas contando tus historias.