El cartero Capítulo 5
Continua la investigacion.
Nota del autor: Antes que nada pido una disculpa por el retraso, pero estaba en un momento depresivo en mi vida, ella se fue de este mundo y dejo mi corazón hecho pedazos, he tratado de armar algo de lo que queda, pero es muy difícil. Esa mujer fue muy importante en mi vida, me completaba en muchos aspectos, ahora ya no esta, se fue la musa de mi vida, que aunque ella nunca supo que escribía aquí, eso fue para mi, una musa. Aún te extraño mucho BDSA, siempre estarás en mi mente.
Pido disculpas por el comentario, pero necesitaba desahogarme.
Saludos besos y abrazos
atte Adalberto1979
Capítulo 5
Nancy estaba sola, tenía una bebida frente a ella y miraba constantemente su reloj, esperaba alguien y por la actitud, ese alguien estaba retrasado. Me levanté y me dirigía a ella.
- Hola guapa ¿Por qué tan sola?—le dije cerca de oído, ella brincó al sentir mi presencia, me volteo a ver y me reconoció.
- ¡Jaime!—dijo exaltada, noté que miró a la puerta de entrada del bar—me asustaste.
- Si, te quería sorprender, estabas tan absorta, que fue muy tentador sorprenderte, ¿Esperas alguien verdad?
- Si, a mi novio, lleva casi una hora de atraso y no contesta mis mensajes.
- ¿Te molesta si te acompaño en lo que llega?—le dije en tono tranquilo, ella me miró de arriba abajo y me contestó.
- Para nada—dijo señalando el banco a su lado.
Me senté al lado de ella, nunca imaginé me la fuera a topar ese día o algún otro, me miraba sonriendo, era una sonrisa amable.
- Nunca hubiera imaginado verte en este lugar—dije girándome a verla.
- ¿Vienes muy seguido?—preguntó ella.
- En ocasiones ¿Y tú?
- Muy poco, mi novio prefiere otros lugares, pero este estaba cerca de mi trabajo, así que le dije que nos viéramos aquí.
En eso sonó su celular, era un mensaje, era de su novio, lo noté por como cambió el color de su cara poniéndose roja.
- ¿Todo bien?—le dije tratando de ser amable.
- Mi novio, que tiene auditoria y no podrá venir—lo dijo seria, se escuchaba molesta.
Por primera vez la miré seria, movía sus dedos sobre el móvil, seguramente le decía hasta de lo que se iba a morir, apretaba sus labios, esa era mi oportunidad.
- Sé que eso te molesta, pero a mí me alegra—le dije sonriendo.
- ¿Por qué?—preguntó ella y me volteo a ver.
- Porque así puedo invitarte un trago, sin temor a que nos interrumpan y no lo terminemos.
- Jajaja ¿Me quieres invitar un trago?—dijo quitando la cara de molesta.
- Sí, eso me encantaría.
- Ok, hagamos esto—su hermosa sonrisa había regresado a su rostro—si adivinas cual es mi bebida favorita, acepto.
Me le quedé mirando, miré sus manos, su ropa, miré su rostro, me quedé mirando a sus ojos, ella no desvió su mirada, nos miramos a los ojos un buen rato, la estudiaba y ella a mí.
- Eres sofisticada, te gusta la alta clase, te gusta vestir bien—le dije mientras la recorría con mi mirada—pero, necesitaría más datos para saber cuál es tu bebida.
- ¿Más datos?—preguntó intrigada–¿Cómo qué?
- No muchos, solo algunos.
- ¿Qué?—dijo sonriendo como para ver que me podía dar o que no.
- Déjame tocar tu piel—le dije y ella sonrió más, pero extendió su brazo.
Tomé su mano y con mis yemas acaricié su palma, no había una sola marca de trabajo rudo, era suave, giré su mano y ahora acaricié su dorso, subí suave y lentamente por su antebrazo, noté como su piel se erizó, Nancy se sonrojó al sentir como reaccionaba su piel, aproveché esa distracción y subí mi mano a su cuello, hice la misma operación y obtuve el mismo resultado, su piel se erizó nuevamente.
- Jajaja, espera, me haces cosquillas—dijo inclinándose un poco, pero no se retiró.
- Estoy obteniendo los datos que necesito.
- ¿Ya tienes lo suficiente?—su sonrisa era divertida.
- No, ahora necesito oler tu piel—le dije sin soltar su mano, ni su cuello.
- ¿Mi piel?—dijo con voz suave, mis caricias le provocaban eso.
- Si, tu piel.
No dije nada más me levanté y más cerca de ella levanté su mano y la olí, ni nariz y boca rozaban su piel, repetí la misma dirección, fui olfateando suavemente a todo lo largo de su brazo hasta llegar a su cuello, ella sonreía y cuando llegué a su cuello, miró hacia abajo dejando la parte posterior de su cuello libre para mí.
- ¿Ya tienes suficientes datos?—dijo después de dejarme olerla por unos momentos.
- Solo falta uno—dije sin soltar su mano y sin retirar mi nariz de su cuello.
- ¿Qué?—dijo quedito.
- Probar tu piel.
No la dejé reaccionar, pase mis labios por su cuello, ella no se retiró, mi mano acariciaba su mano, sentí como cerró sus dedos sujetando la mía, la estuve besando así como por 5 minutos, lo hacía suave, abría mis labios y los cerraba atrapando su piel, ella fue la que paró el momento.
- ¿Ya?—dijo volteándome a ver.
- Si, ya—le dije separándome—hubiera podido seguir toda la noche, pero ya tengo lo que necesito.
- ¿Y bien?—dijo acomodándose mientras yo me volvía a sentar.
- Pues, como te había dicho, te gusto lo refinado, lo sofisticado, vestir bien, buenos restaurantes, una bebida fuerte va acorde contigo, pero no tanto como para caer en lo vulgar, tendría que ser algo que hasta el nombre suene bien, como de la alta clase. Ya se cuál es, Vodka tonic—dije tranquilo.
Nancy abrió sus ojos como platos, su boca corrió la misma suerte, había adivinado su bebida, pensó que sería divertido burlarse de mí, pero ahora no cabía en la sorpresa de que había adivinado.
- ¿Cómo adivinaste?—dijo sin cerrar la boca.
- A eso me dedico
- Pero trabajas en el servicio postal
- Sí, pero soy investigador del servicio postal—dije tomándola de la barbilla.
- Ahora entiendo, pues bueno, tú lo verás como un triunfo, pero seré yo quien tenga un vodka tonic gratis, ¿me lo pides?—dijo mostrando sus dientes de una forma coqueta.
- Aunque creo que hiciste trampa, aún no sé cómo, pero mi instinto me dice que hiciste trampa.
Empezamos a charlar, ella era muy divertida, me hizo reír en más de una ocasión, no sé cómo alguien podía dejar plantada a una mujer como ella, pero bueno, eso me había beneficiado a mí, había podido hacer contacto físico con la excusa de adivinar su bebida, lo que ella no sabía es que Claudia en una plática me había dicho que iba a llevar a una fiesta de su trabajo los ingredientes para preparar un vodka tonic, porque esa bebida era la favorita de su asistente, es lo bueno de recordar detalles.
- Oye, pero ya dime de verdad ¿cómo supiste mi bebida con solo tocarme, olerme y probarme?—me preguntó curiosa.
- Bueno, se pueden saber muchas cosas de una persona con solo hacer eso, la forma de vestir, etc. Pero es secreto profesional—le dije demostrando mucha seguridad, ella me miró y sonrió divertida.
- Ven, vamos a jugar dardos, tengo que ganarte en algo.
Me tomó de la mano y nos dirigimos a la diana de tiro de dardos, tomó uno y antes de hacerlo me volteo a ver.
- Si ganó tendrás que decirme como lo hiciste—dijo volteando a tirar el dardo, mientras movía su mano de adelante a atrás para hacer puntería.
- Y si pierdes tendrás un castigo—le dije antes de que tirara.
- De acuerdo, trato hecho—dijo estrechando mi mano—no sabes a quien te enfrentas, fui campeona en la secundaria.
Tiramos dardos, ella lo hacía muy bien, pero lo que no sabía es que yo jugaba casi a diario tiró de dardo, pues tenía una diana de tiro en mi oficina y cuando quería pensar la utilizaba; me divertía como ella se frustraba cuando yo acertaba al centro, me miraba seria y me hacía gestos de enojo, pero no eran sinceros, porque después mi miraba coqueta.
Faltaba solo un tiro, Nancy se paró frente a la diana, cerró sus ojos y se concentró, besó su dardo y lo lanzó, el dardo dio en el centro, iba ganado.
- ¡Yei!—gritó festejando, incluso hizo un baile, lo dicho ella era muy divertida—en tu cara, te dije que era campeona—dijo burlándose frente a mí.
- No cantes victoria, si tiro un 9 o el centro, ganó yo.
- No creo que lo logres—me miró sonriente.
Me paré frente a la diana y tomé el dardo, me concentré y antes de lanzarlo, se lo puse frente a su boca, ella me miró sonriendo.
- No lo haré—dijo retante—eso es trampa. No puedo darte la suerte del beso.
- Si lo harás, es cortesía de rivales.
- Ok, cortesía de rivales—dijo mirando al cielo antes de besarlo.
Me giré para tirar y ella se puso a mí lado izquierdo y comenzó a soplarme en mi oído, quería distraerme, yo sonreí, levanté mi mano, apunté y giré a verla, mi cara quedó muy cerca de la suya, así lancé el dardo y este dio en el centro.
- ¡No! ¡No! Hiciste trampa—dijo haciendo un pequeño berrinche—sabes jugar mejor que yo, no cuenta.
- Si cuenta, tú escogiste el juego porque eras campeona, me retaste y gané. Te toca castigo—sonreí triunfante.
- No, no es justo, yo debía ganar—dijo haciendo su mini berrinche y después de golpear el piso zapateando, me volteo a ver–¿cuál será mi castigo?
Yo sonreí, lo había dicho resignada, lo había hecho con toda la intención de ganar y se frustro cuando no pudo hacerlo, me acerqué y la tomé de los hombros, quedamos casi pegados el uno del otro.
- Resulta que no soy campeón, pero soy experto en este juego. Nadie me ha vencido en los dardos, pero tú estuviste casi a punto de ganarme, has sido una digna rival, por eso te libero de tu castigo.
- ¿De verdad me liberas?—preguntó asombrada—hubieras podido pedir lo que fuera ¿Y me liberas?
- Si—dije soltándola.
- Gracias—en su rostro hubo una sonrisa—pero solo por curiosidad ¿Qué me ibas a poner de castigo?
- Si no lo aplico, no puedo decírtelo—voltee a verla—aunque solo te diré que lo iba a disfrutar mucho.
- ¿Sí?—preguntó ella.
- Si—le dije tomándola tiernamente de la barbilla—como no tienes una idea.
Nancy se quedó seria, miró el piso, yo me voltee hacia la barra para pedir la cuenta, en eso escuché su voz.
- Castígame—Lo dijo haciendo que volteara a verla.
Se quedó parada ahí, con los brazos a los costados, sus pies ligeramente separados, su boca entreabierta, era una posición sumisa.
- ¿Eso quieres?—dije dando unos pasos hacia ella.
- Si, perdí y tú ganaste, es lo justo. Castígame—dijo con voz ronca, miré como se dilataron sus pupilas.
- ¿tienes idea cual será tu castigo?
- No, bueno, tengo una lejana idea, pero no me gusta deber, perdí y las apuestas son cuestiones de honor, así que…
- Muy bien, te lo diré solo porque estás dispuesta a pagar, ahora bien, si después de que te diga cuál es y no lo quieres, quedará saldada la deuda.
- ¿Cuál es el castigo?
Me acerqué a ella, la tomé por la cintura y la acerqué a mí, al chocar sus pechos con el mío abrió su boca entre sorprendida y emocionada, abrió sus ojos cuando sintió como mi mano bajó a su nalga, la separé un poco y la deje caer sobre esta, no fue un golpe fuerte, pero si lo suficiente para que ella entendiera su castigo.
- ¿Ese es mi castigo?—me miraba con sus hermosos ojos cafés completamente abiertos–¿Me piensas nalguear?
- Si—dije sin soltar su nalga—ese es tu castigo, ya te lo había perdonado, pero tu insististe
- ¿Y cuantas veces pensabas nalguearme?—preguntó sin sonreír, creo que estaba asombrada de mi osadía.
- El 1% de los puntos que hice—dije, mi mano no se separaba de su nalga, ella tenía sus manos sobre mis brazos cerca del codo.
- Hiciste 1600 puntos, eso es 16 nalgadas.
- Así es, pero esto es solo un juego, ya te dije, te había perdonado la deuda.
- Pero no me gusta deber.
- ¿Vas a soportar el castigo?—dije arqueando mi ceja.
- Si, ya te dije, no me gusta deber.
- Entonces haré el castigo—dije apretando suavemente su nalga por encima del pantalón, que por cierto era de tela delgada.
- ¿Lo harás aquí?—dijo volteando lentamente a un lado y a otro.
- Por supuesto que no. Estas cosas se hacen en un lugar privado.
Ya no hablé más, la solté, ella se quedó parada mirando cómo me dirigí a la barra y pagué la cuenta, regresé a donde estaba, la tomé de la mano y la llevé afuera, sentía como mi corazón latía fuerte, también sentía el fino temblor de la mano de Nancy, estaba nerviosa o muy excitada, eso lo averiguaría.
Me detuve en mi furgoneta y abrí la puerta lateral, la invité con mi mano a que se subiera, ella lo hizo, me subí después de ella y cerré poniendo seguro.
Nancy estaba de pie con su cuerpo encorvado, se sentó en el asiento, yo hice lo mismo. Me le quedé mirando, ella hacía lo mismo, pero no mantenía mi mirada, la agachaba y después volvía a hacerlo.
- ¿Qué pasa?—le dije sonriendo–¿Te estás arrepintiendo?
- No, voy a pagar mi deuda, tú me habías liberado y ahí voy yo de tonta a decir que pagaba, ni modo, solo que me queda la duda de ¿Por qué quieres esto?—preguntó desconcertada—pudiste haber pedido otra cosa.
- ¿Cómo qué?—me divertía esto
- No sé, otra cosa—la notaba desconcertada, pero creo que más que desconcertada, decepcionada
- ¿Me hubieras dado otra cosa?—pregunté retándola
- Pues estoy aquí dispuesta a que me nalguees ¿Tu qué crees?—dijo como desesperada de que no la entendiera.
- Bueno, ya estamos aquí, acabemos con esto.
La jalé y ella dócilmente se dejó hacer, la senté más cerca de mí y le desabotoné el pantalón, era de tela suave, se lo bajé, ella se levantó un poquito para permitirme que se lo bajara, así con su sexy pantaleta la acosté sobre mis piernas y le acaricie sus nalgas, ella desde su posición me volteo a ver.
- Me caes mal—dijo para regresar a mirar al frente.
Estaba molesta, creo que nunca la había visto sin una sonrisa en su rostro, pero para mí era muy divertido verla así. Jalé su pantaleta hacia abajo y la deje a medio muslo, sus hermosas nalgas blancas emergieron a mis ojos, era tal y como las había imaginado, tenía estrías pequeñas, pocas, pero si tenía, estaban firmes, pero suaves al tacto, el olor a limpio llegó a mis fosas nasales, no cabe duda que se esmeraba en la higiene. Las acaricié un poco antes de iniciar, ella volteo a verme.
- ¿La manoseada es parte del castigo?—preguntó seria.
- No, pero es calentar la zona ¿No sabías eso? ¿Es que acaso nunca te han nalgueado?
- Nunca alguien se ha atrevido a tanto, termina ya—dijo regresando la mirada al frente.
Levanté mi mano y la dejé caer, pero no lo hice fuerte, de hecho solo fue un toque, casi imperceptible y conté.
1, 2, 3, 4… Así lo hice hasta llegar a 8, después repetí lo mismo en la otra nalga, Nancy estaba más que desconcertada, no eran nalgadas, eran solo pequeños toques superficiales, cuando terminé ella me preguntó
- ¿Qué fue eso?
- pues, que ya te nalgueé—dije acariciando sus firmes nalgas alternativamente
- ¿Fue todo?
- Si
- ¿Es en serio?—lo dijo desconcertada—no te entiendo.
- El castigo era recibir nalgadas, nunca dije que tan fuerte, ¿sabes por qué?
- No—dijo mirando aún boca abajo en mis piernas.
- Porque jamás haría algo para lastimarte, pero he de aceptar que quería ver tus nalgas—dije sin apartar mi mano.
- Si eso querías, lo pudiste haber pedido—dijo mirando al frente—pudiste poner ese castigo y ya.
- Pero no era tan divertido, debiste haber visto tu cara, jajaja
Ella sonrió, había caído en mi trampa, ahora supo que no la iba a nalguear de verdad.
- Eres un tramposo—dijo empezando a moverse para retirarse de mí—ahora tendrás que decirme de verdad como adivinaste mi bebida.
Se levantó después de eso y quedó sentada a mi lado, no se subió ni el pantalón ni la pantaleta, aunque por la posición y sus piernas juntas no se apreciaba bien su vulva, solo el inicio del monte de venus.
Le acaricié el muslo y le dije.
- Si quieres de verdad saber cómo lo hice tendrás que recibir otro castigo.
- ¿Otro?—dijo abriendo sus hermosos ojos cafés.
- Si—dije ahora mirando en dirección a su entrepierna.
- Está bien, con tal de saber, solo espero que no sea otra burrada como la de hace rato.
Me acerqué a ella, estuve tentado a voltearla y darle ahora si una zurra de nalgadas como castigo y después reírme, pero no lo hice, porque ese nunca fue el castigo en el que pensé, me acerqué y pasé mi mano por su cintura jalándola a mí, ella abrió su boca al sentir eso, acerqué mi cara a la suya y lentamente pegué mi labios a los ella.
Nancy cerró los ojos dejándose llevar por mi beso, no use tanta lengua, quería que se sintiera bien, pero fue ella la que metió su lengua en mi boca, se colgó de mi cuello cuando hizo eso, mis manos la tomaron por la cintura y una de ellas bajo a su nalga desnuda, ella abrió los ojos al sentir eso y los volvió a cerrar.
Me separé de ella gentilmente, miré como abrió sus ojos, su boca brillaba por la saliva que le había dejado, su pecho subía y bajaba, estaba excitada.
- Ahora ya sabes cuál era tu verdadero castigo—le dije separándome de ella.
- Si, ya lo vi—miró a su entrepierna desnuda, me volteó a ver entrecerrando sus ojos y me dijo—Castígame más.
Eso fue suficiente para mí, la volví a besar y mis manos se fueron a su entrepierna, ella no podía abrirlas por tener su pantalón y pantaleta a medio muslo, ella misma bajo ambas piezas usando una mano y moviendo sus piernas, después las abrió.
Mi mano se posicionó plenamente en su vagina, estaba parcialmente depilada, tenía un coqueto mostachito justo arriba del clítoris, todo lo demás sin un solo bello. Mí dedo medio entró como en yogurt tibio, estaba muy mojada.
- Aaahhh—gimió en mi boca al sentir mi dedo entrar en ella.
Desabotoné su blusa y está quedó abierta, me retiré un poco de ella, quería verla las tetas, sus sostén era marca prestigiosa, tenía un diseño elegante, no era para coquetear, era para lucir elegante; creo que ella no se había vestido para mostrarlo, era simplemente con el que había ido a trabajar.
- ¿Qué miras?—dijo ella sintiendo que mi mirada la escaneaba.
- Lo hermosa que eres, si alguien me hubiera dicho que mi día iba a terminar así, no lo hubiera creído—Ella me sonrió y se subió a horcajadas sobre mí.
- La verdad, ni yo tampoco.
Me tomó la cara con ambas manos y me besó, mi manos se fueron a sus nalgas, las acaricié y después la apreté, Nancy gimió al sentir mis manos apretarlas, soltó mi rostro y bajó sus manos a mi pantalón, con gran habilidad lo abrió y por la apertura del bóxer sacó mi verga, la masturbó un rato y ella misma la guió a mi verga a su raja, sentí mi glande atorarse en su introito, empujé hacia arriba al mismo tiempo que ella bajó, fue una penetración exquisita.
- Aaahhh
- Aaahhh
Gemimos al mismo tiempo, sentí lo tibio y mojado de su interior, abrí mi boca sin poder evitarlo, sentí esa exquisita sensación cuando por primera vez penetras a alguien, ella también lo disfrutó, porque abrió su boca al sentirse toda penetrada por mí, después abrió sus ojos y me sonrió feliz abalanzándose a besarme con loca pasión.
La cópula entre dos adultos que se desean desde hace tiempo, empezó.
Ella subía y bajaba, tenía buena técnica, se enterraba toda mi verga y hacía movimientos circulatorios, no me dejaba de besar, se separa solo para gemir un orgasmo y después volvía a unir su boca a la mía.
La quería cambiar de posición, pero el asiento no lo permitía, así que como pude moví mi mano buscando la palanca para reclinar el asiento, cuando por fin la encontré, me levanté con Nancy ensartada con mi verga y el asiento cayó quedando lo más parecido a una cama.
- Aaahhh
Gimió Nancy al dejarme caer con ella encima de mí y quedar completamente sobre mí, sonrió poniendo sus manos sobre mi pecho e inició movimientos sexuales con sus caderas, en todas direcciones.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh—gemía abiertamente auto penetrándose.
Puse mis manos en sus tetas cubiertas por el sostén, ella misma se lo desabrochó de atrás, primero se quitó su blusa, hasta ese momento me percaté que nunca se la había quitado, sacó el sostén por sus brazos y lo arrojó, creo que ni siquiera se fijó donde cayó.
- Me encantan tus tetas—dije palpándolas ya desnudas—quiero besarlas y chuparlas.
Nancy no dijo nada, solo se agacho y subió un poco permitiendo que mi boca se posara sobre su pezón izquierdo, sentí en mi lengua la suavidad de este, también sentí como la vagina de Nancy se contrajo de placer, arrancándole gemidos.
- Aaahhh… aaahhh
Estaba sobre de mí, sudaba por el calor dentro de mi furgoneta, estaba desnuda, solo calzaba sus zapatos de tacón de media altura, se movía muy sensual sobre de mí, el sudor facilitaba que se desplazara de adelante hacia atrás, su vagina era un charco de agua entre su flujo y su sudor, a pesar de sudar olía a fragancia femenina.
Sentí como le temblaban la piernas, ya llevábamos rato en esa posición, la desacoplé de mí y la puse a un lado mío, era liviana, la puse boca abajo con las piernas abiertas y me puse sobre ella, mi verga estaba dura como roca, la apunte a su vagina y empujé.
- Aaahhh… Jaime… aaahhh—fue lo único que dijo.
Miré como apretó sus manos en puño, le gustó como me la estaba cogiendo, me deje caer un poco más y pasé mi mano por debajo de su pelvis hasta llegar a su clítoris, con toda la cara palmar de mis cuatro dedos se lo estimulé.
- Jaime… aaahhh… si, así, dale… que rico siento… aaahhh… aaahhh… aaahhh
Moví mis caderas acelerando la penetración, ella gemía sin inhibirse, si alguien pasaba cerca de mi furgoneta notaría el balanceo que tenía y los gemidos que salían del interior.
No sé cuánto llevábamos cogiendo, calculo que más de 40 minutos, yo también sudaba, con mi mano izquierda apreté su teta derecha y con mi mano derecha le estimulé más el clítoris, necesitaba eyacular.
- Aaahhh me vengo—dije antes de acelerar como loco descargando mi leche.
- Si, Aaahhh… aaahhh… aaahhh
Sentí como Nancy incrementó su movimiento, tuvo su orgasmo al mismo tiempo que yo. Nos quedamos quietos, mi verga seguía aventando chorros de leche, sentía como ella daba pequeños brinquitos sintiéndolos. Terminé de eyacular y me salí de ella.
- Estoy fundida—dijo poniéndose boca arriba cuando se la saqué y caí a su lado
- Me encantó—dije yo atrayéndola hacia mí para besarla, ella me correspondió.
- A mí también—dijo respirando agitada como recuperando el aire—que bueno que mi novio me dejó plantada.
- Si, que bueno—dije, pero para mis adentros pensé yo, que bueno que “nuestro hombre” nos tendió esa trampa, sino no hubiéramos el agente Segoviano y yo ido a este bar.
Estábamos de frente nos mirábamos el uno al otro, su mirada cambió cuando se relajó, la besé en la frente ella sonrió cerrando sus ojitos al sentir mi tierno beso, le fui besando la cara a pequeños besitos hasta llegar a su boca, ella aflojó sus labios al sentirse besada por mí.
Nos enroscamos en un nuevo apasionado beso, mi lengua hurgaba dentro de su boca, ella me correspondía, honestamente su saliva sabía muy bien, sabía a esa saliva joven de una boca que no tiene problemas gingivales, sin caries ni nada que pudiera provocar mal aliento.
Nancy abrió sus ojos sorprendida al sentir que le acerqué mi verga dura como roca a su pubis, pensaba que solo la besaba para terminar, pero ella no sabía mi pequeño defecto enzimático que me permitía tener muchas eyaculaciones seguidas.
La puse boca arriba, nunca deje de besarla y abrí sus piernas, tomé su cara con ambas manos para besarla mejor y moví mi cadera buscando su raja, cuando mi glande se atoró en su introito empujé, miraba directo a los ojos a Nancy, ella también, vi como los abrió lo mismo que su boca cuando me sintió dentro de ella.
- Aaahhh—gimió cuando mis huevos chocaron con su culo.
La nueva danza sexual había comenzado, 45 minutos después ella estaba en 4, yo atrás la sostenía pos sus caderas, a mis fosas nasales llegaba el olor de vagina con el de su culo, con la poca luz que había, podía apreciar que era virgen del culo, el nudo estaba intacto, sin un solo desfiguro, me reía pensando como lucían los culos de mis hijas todos desfiguradas por mis constantes y salvajes penetraciones anales.
- Aaahhh… Jaime… aaahhh—gemía, estaba toda sudada.
La empujé con mis caderas y ella cayó quedando boca abajo, mis penetraciones eran intensas, su raja estaba mojada, más que antes, ya había perdido la cuenta de cuantos orgasmos le habían llegado.
Le giré el rostro y la bese, ella respiraba agitada y ansiosa correspondió mi beso, no sé que sentí al besarla así, pero ya no pude aguantar más, sentí mi inminente eyaculación y se lo hice saber.
- Nancy, me vengo otra vez… aaahhh
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh—gimió al mismo tiempo que yo.
Nuevamente mis lechazos acabaron inundando su cérvix, fue tanta mi eyaculación que mi leche se salió por los costados de mi verga, sentí como ella vibró arqueando su espalda, mi pubis rozaba directamente su culo, sentí como se contrajo al mismo tiempo que su vagina.
- Aaahhh… Jaime, apenas puedo respirar—dijo volteando hacia atrás para verme.
La besé sonriendo, porque aún me faltaba, me desacoplé de ella y nuevamente quedamos de lado uno frente a otro.
- ¿Cansada?—le pregunte recogiéndole el cabello y acomodándoselo atrás de su oreja.
- Fundida—contestó sonriendo y tocándose el pecho.
Me acerqué y la besé ella se acomodó para que la besara mejor, al hacerlo su vagina choreó mi leche haciendo ruidos raros, ella rio apenada.
- Ay qué pena, es que me dejaste toda llena de semen, eyaculas mucho ¿Sabías eso?—yo solo asentí
La acerqué para volver a besarla y ella me correspondió, mi mano de fue a su vagina, la sentí toda llena de mi leche, ella dio un brinquito al sentir mis caricias, su mano se fue por mero reflejo a mi verga, pero abrió sus ojos como platos mirándome cuando la sintió igual de dura que al principio.
La puse de nuevo boca arriba, ella no soltaba mi verga, sentí como la apretaba admirando su dureza, así con su mano la apunté a su vagina y cuando mi glande se atoró en su introito ella retiró su mano, empujé y esta se fue hasta adentro de un solo envión.
- Aaahhh, sí que estás excitado ¿Tanto te excito?—decía ella abriendo su boca al sentir mis movimientos dentro de ella
- Sí, me excitas mucho y no sabes cuánto te he deseado todo este tiempo—dije mientras le besaba el cuello.
- Aaahhh—gimió cuando metí mi verga empujándola para que le llegara hasta el fondo.
Puso sus manos en mi espalda y la danza sexual comenzó por tercera vez, la cambié de posición una y otra vez y ella se dejó en todas las formas que quise, creo que unas dos o tres posiciones y completábamos el Kama Sutra.
Estábamos de lado, yo atrás de ella, mi mano derecha le machacaba el clítoris, ella se retorcía de placer al ser penetrada y estimulada al mismo tiempo, estábamos más que sudados, eso facilitaba nuestro desesperado movimiento.
- Jaime… Jaime… aaahhh… otra vez me viene… aaahhh… aaahhh… aaahhh—gimió empujado sus caderas hacia atrás.
Le di más fuerte y rápido, quería que explotara y así fue, gritó su orgasmo con mi mano estimulándola al punto de que hasta orina soltó.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh…
Me moví tan rápido que ya no pude evitar y solté mi leche dentro de su vagina, mis gruñidos cerca de su oído hicieron que tuviera otro orgasmo.
- Gggrrr, me vengo otra vez—gruñí acelerando.
- Si Jaime, hazlo, aaahhh… puedo sentir tus chorros… aaahhh… que rico… aaahhh
Terminamos en un delicioso orgasmo simultaneo, eyaculé mucha leche, podía sentir como se salía de su vagina escurriendo sobre su nalga, me quedé dentro de ella un rato más, me movía lento, quería saborearla, ella lucha por recuperar el aire, podía sentir sus pulsaciones cardiacas, estuvimos unos minutos así, después lentamente se la saqué y la dejé boca arriba.
- Puf, necesito aire—decía echándose aire con las manos que cabe decir le temblaban—pues sí que te gusto ¿cuantas venidas llevas?
- Y quiero más—dije yo acercándome a besarle su hombro, ella volteó desconcertada
- ¿Más? ¿Puedes más?—su mirada era de asombro.
- Sí, es que de verdad creo que no sabes cuánto me gustas.
Nos volvimos a poner de frente, ella tomó mi verga y volvió abrir los ojos cuando sintió mi dureza, creo que pensaba que yo lo decía por decirlo, pero al palpar mi verga se dio cuenta de que era verdad.
- Sigues duro—lo decía masturbando mi verga—bien duro.
Se subió a horcajadas en mí, tomó mi verga y la llevó a su vagina, se sentó cuando la sintió atorada en su entrada.
- Aaahhh—gimió arqueando su cabeza hacia atrás, después regresó su mirada a mí.
Su mirada era felina, abrió sensualmente su boca y sus caderas se movieron de igual forma, lo hacía lento y suave, marcaba el movimiento, pasó la lengua por sus labios y me dijo con voz ronca.
- A ver cuántos más aguantas, vamos a ver que tanto te excito—sonrió maliciosa—vamos a ver quién se cansa primero.
Ese fue el comienzo, eran cerca de las 2 de la mañana, ella me cabalgaba, habíamos empezado a coger cerca de las 8 pm, o sea que llevábamos 6 horas continuas cogiendo, había eyaculado 5 veces y estaba por la sexta, Nancy se movía como una diosa, estaba agotada, se le veía en el semblante, pero no quería desistir, era algo así como una competencia sexual y si algo sabía hacer ella, era competir.
- Aaahhh Jaime, dámela… dámela… aaahhh—decía en tono desesperado de tener un orgasmo juntos.
La tomé por la cintura y aceleré, el chasquido del golpeteo se oyó muy intenso y rápido, casi como si alguien aplaudiera muy rápido.
- Aaahhh—gemí yo.
- Aaahhh—gimió ella.
No movimos sincrónicamente, ella daba lo último de fuerza y yo la empujaba hacia arriba para dejarle mi leche lo más dentro de ella.
Cayó sobre mí cuando terminé de eyacular, respiraba desesperada, había quemado su último tanque de energía y ahora estaba más que exhausta, más que fundida.
- Jaime, no puedo respirar—dijo cayendo a mi lado boca arriba.
Me senté y levanté sus piernas para que le llegara más sangre al cerebro, abrí un poco la ventana que estaba cerca de mí y el aire fresco de la madrugada entró inmediatamente llenando de oxigeno el interior de mi furgoneta.
- Jaime ¿De qué estás hecho?—decía tocándose el pecho a nivel de su corazón que se le quería salir—entiendo que te excito, pero fue más allá de una simple excitación.
- Es un don que tengo, algún día lo platicaremos más a detalle, solo te diré que pasé un rato muy exquisito y delicioso.
- ¿Un rato?—dijo ella enderezando su cabeza para verme, después la dejó caer para continuar en la posición en la que estaba—llevamos horas cogiendo, nunca había tenido tanto semen dentro de mí, no sé ni cuantas veces te viniste dentro de mí, creo que me tendrás que llevar a comprar unas dos pastillas del día siguiente.
- ¿No usas método de planificación?—pregunté acariciándole sus muslos, me excitaba pensar que la podía embarazar.
- Condón, pero ahorita estaba tan excitada que no te lo pedí.
- De hecho no traigo, no me gusta usarlos—le contesté acariciándola.
- Bueno, entonces por favor llévame a una farmacia
- ¿Y si te dejo más leche y no vamos a la farmacia?—le dije bajando mi mano hasta su entrepierna, ella volteo a ver mi pene que se empezó a erectar.
- ¿Qué? ¿Quieres… más? ¿Puedes más?—me miraba ahora con miedo.
- Si, ya te dije que me excitas mucho y pensar que te hago un bebé me excita más.
- No Jaime, ya no puedo, mira mi raja que está toda hinchada, ya me arde.
- Ándale, uno más y ya—le acaricié suavemente su raja, ella abrió su boca.
- Jaime, por favor, de verdad que ya no puedo, tu ganaste otra vez—su mirada era de súplica—mejor llévame a la farmacia.
- Bueno está bien, pero debemos repetir otro día.
- Si, prometido—la sentí relajada, pero después frunció el entrecejo y me preguntó— ¿me quieres embarazar?
- Sí, creo que sería deliciosos tener un hijo tú y yo juntos ¿No crees?
- ¿Cómo crees? me falta por terminar mi carrera, hacer historia curricular, con un hijo no podría, además soy firme creyente que los hijos deben ser dentro del matrimonio o mínimo que surjan del amor, no de una calentura pasajera.
- Ya veo, bueno, entonces algún día haré que te enamores me de mí y te pediré matrimonio—los dos reímos
- Jajaja, eres un tonto, anda ponte la ropa para que me lleves a una farmacia y después a mi casa.
Muy a mi pesar nos vestimos y partimos, vi como Nancy sacó una toalla sanitaria y se la puso, me miró haciendo eso y me dijo.
- Es para no manchar, me dejaste litros de semen.
Yo solo sonreí, íbamos en la camioneta y me dijo.
- Y no me dijiste como adivinaste mi bebida—dijo como recordándolo.
- ¿Acaso ganaste?—le dije retóricamente, ella entendió que me había retado a ver quién se cansaba primero y había sido ella.
- Está bien perdí, pero algún día te ganaré en algo y me tendrás que decir. Mira ahí hay una farmacia detente y espérame.
Bajo como de rayo y a los 15 minutos regreso con una botella de agua y una caja, tomó la pastilla y la pasó ayudada por un trago de agua, me volteó a ver.
- Como quiera mañana iré con mi ginecólogo, no vaya a ser que necesite más dosis.
- Jajaja, no creo que funcione así.
- Oye pues si me da miedo, deberías ver como esta empapada la tolla—dijo apuntando a su entrepierna.
- A ver, quiero ver—le dije sonriendo y mirándole la entrepierna.
- ¿Aquí?—dijo volteando a todos lados.
- Si, por qué no, acabamos de coger por horas y nadie lo notó, los vidrios son muy oscuros.
- Bueno, te enseño, pero solo porque nunca había tenido maratón de sexo como el que me diste—dijo con voz coqueta.
Volteo a los lados y desabotonó su pantalón y lentamente lo bajo hasta los tobillos, después bajó su pantaleta y se levantó acercándose a mí, tuve que detener la furgoneta, para poder mirar cómo había un charco de mi leche en su toalla sanitaria, no pude evitarlo pasé mi dedo por su vagina, recogí leche que colgaba y se la puse en los labios, ella por reflejo sacó a lengua y la recogió chupando mi dedo.
Se subió la pantaleta y el pantalón y se sentó, creo que ella misma se asombró de haberse comido mi leche.
- ¿Pasa algo?—le pregunté reanudando el movimiento.
- Nada, solo que creo que esta noche hice cosas que no había hecho antes.
- ¿Te arrepientes?—le pregunté sin voltear a verla.
- No, yo también lo quería y se dio bien y muy rico, nunca había tenido maratón de sexo—volvió a mencionarlo, creo que era verdad lo que decía.
Llegamos a su casa, era un edificio de condominios, ella vivía con sus padres, todo estaba a oscuras, nos quedamos en silencio los dos, creo que no se quería ir, así que hable.
- ¿Cuándo te volveré a ver?—dije girándome para quedar de frente a ella.
- No lo sé, honestamente, no lo sé—dijo volteándome a ver, para después regresar su mirada al frente.
- ¿Quieres que mañana te acompañe al ginecólogo?
- ¿Lo harías?—nuevamente volteo a verme, ahora sorprendida.
- Sí, quiero que estés bien.
- Bueno, dame tu número y yo te mando mensaje.
Se lo di, ella lo grabó en su móvil, después me marco para que quedara registrado en el mío, yo lo guardé.
- Me encantó verte y compartir lo que compartimos hoy—me dijo acercándose a despedirse de mí.
La jalé un poco más y en lugar de besar su mejilla, le besé en la boca, ella cerró sus ojos dejó llevar, la abracé para besarla con más pasión, sentí como aflojó su boca al sentir que le metía lengua.
- Ya me tengo que ir—decía en un susurro, casi súplica mientras la besaba—mañana me levanto temprano para ir a trabajar.
- ¿No quieres que pase a tu departamento un rato contigo?—le dije mientras le besaba el cuello.
- ¿Y si despierta mi papá?—dijo moviendo su cabeza lentamente hacia atrás para permitir que le besara el cuello.
- ¿Se enojaría?—ahora le lamía la mejilla.
- Pues conoce a mi novio, yo digo que sí, mejor mañana nos ponemos de acuerdo y nos vemos en algún lugar que no sea tu camioneta—dijo tocando mi verga que había recuperado dureza.
- ¿Pronto?—dije sobándole una teta, ella suspiraba.
- Si terco, pronto—acariciaba mi verga por encima del pantalón, me miró sonriendo, abrió la cremallera y la sacó—pero no quiero que te quedes así.
Sin decir nada más, se agachó y la metió a su boca, estaba toda llena de babas de ella y leche mía, me mamaba la verga al mismo tiempo que me masturbaba, me gustaba la sensación, podría estar así por horas, pero sabía que ya la había desvelado mucho, así me liberé y solté mi leche, solo puse mi mano en su nuca, para asegurar que la tragara.
- Aaahhh, te dejo mi leche… aaahhh, tómatela toda, por favor, tómala toda—dije sintiendo como los chorros salían a la boca de Nancy, mientras con ambas manos la sostenía de la nuca para que no se quitara y tragara mi leche.
Nancy dejó que eyaculara dentro de su boca, pensé que la iba a escupir, pero sin sacar mi verga de su boca trago toda mi leche, no contenta con tragarla seguía extrayendo lo que quedaba con succión sobre el meato urinario.
- Nunca había comido semen ¿Cuanta leche me aventaste?—su mano seguía moviendo mi verga, no había perdido dureza–¿Por qué sigues duro? ¡Ya fueron 7 veces con esta!
Estaba asombrada y no dejaba de masturbarme, sentí que respiró resignada y sin que yo le dijera se pasó al asiento de atrás que seguía como cama, se quitó la ropa de la cintura hacia abajo y me miró.
- Ven cógeme otra vez, lléname de semen, no importa si me embarazas, pero esto lo tengo que aprovechar—dijo abriendo sus piernas.
Miré su vulva toda roja e hinchada, escurría mi leche que se perdía entre sus nalgas, ella tenía la boca abierta y respiraba agitada, se había excitado también, me pasé hacia atrás y solo tuve que bajar mi pantalón, mi verga estaba dura como roca, puse mi mano derecha en su cintura y la izquierda en su cuello sujetando su parte posterior, solo me moví un poco hasta sentir que mi verga se atoraba en ella y empujé.
- Aaahhh—gimió al sentirse penetrada–¿Cómo logras estar tan duro? Aaahhh.
- Es porque me excitas mucho—dije yo iniciando un movimiento más intenso y profundo.
- Si, aaahhh, dame… dámela toda… aaahhh… aaahhh… aaahhh—su vagina era un charco entre mi leche y sus jugos orgásmicos.
Aceleré pues sabía que no podía desvelarla más, sentí como ella me abrazó como aprobando lo fuerte que le daba, ella fue quien buscó mi boca y me besó, sentí la tibieza de su lengua que aun sabía a mi leche, creo que eso me terminó de excitar más y ya no pude aguantar y eyaculé en ella por octava vez.
- Aaahhh, Nancy, me vengo… aaahhh… te lleno de leche… aaahhh
- Si paco, lléname toda de tu leche… aaahhh, si, así… la siento toda como va entrando… aaahhh.
Di tres sacudidas más dentro de ellas, mismas que desencadenaron gemidos en Nancy, sentía como se estremecía, abría y cerraba su boca mirando al cielo, la besé tiernamente, al hacerlo ella cerró sus ojos, ya no fue un beso salvaje fue más el de dos novios que se quieren.
Se la saqué lentamente y caí a su lado ella recuperaba el aire, me volteo a ver y su sonrisa era de oreja a oreja.
- Paco, mañana voy a tener que ir con el ginecólogo, creo que si va a ser muy necesario que me revise ¿Me vas a acompañar?
- Por supuesto que si hermosa—le dije acariciándole el rostro, ella sonrió y cerró sus ojos—solo mándame mensaje y yo estaré ahí para llevarte.
- Eres muy lindo—dijo a modo de agradecimiento.
- No, tú eres la linda—le dije subiéndome en ella otra vez, metiéndosela en la raja y empujándole mi verga dentro.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh—gimió los tres empujones que le di de despedida.
Nos levantamos casi al mismo tiempo, yo me pasé hacia adelante y ella se puso su ropa, se pasó hacia adelante cuando ya estuvo completamente vestida.
- Bueno, ahora si ya me voy, te mensajeo mañana, descansa—me dijo dándome un besito en la mejilla.
- Descansa—le dije mirando como abría la puerta y salía, la miré hasta que entró al edificio donde vivía con sus papás
Arranque mi furgoneta y me dirigí a mi casa, iba recordando el momento que había vivido con Nancy y creo que había sobrepasado mis expectativas, sería muy rico verla al día siguiente.
Llegué a mi casa, todo estaba oscuro, seguramente todos ya dormían, me dirigí a mi habitación y como pude me quité mi ropa y me acosté, mi esposa al sentirme despertó y se acercó a mí, me besó en la mejilla, su mano toco mi verga que estaba toda llena de babas.
- ¿Día difícil?—dijo acariciándomela.
- Sí, mucho, pero acabó bien—me voltee para abrazarla y ella se volteo para que quedara atrás de ella.
- Qué bueno mi amor.
Lorena me conocía perfectamente y aceptaba todo lo que hacía dentro y fuera de la casa, nunca hubo celos o reclamo por las situaciones que yo vivía, me amaba sin cuestionarme, así que yo podía coger con quien quisiera.
- Por cierto, tu noviecita estuvo moliendo todo el día con los preparativos de la boda—dijo sin voltear a verme.
- Esa niña no tiene remedio—dije riendo por las ocurrencias de mi hija Sonia.
- Si, ya tiene demasiadas ansias por ser tu esposa, está muy enamorada de ti.
- Si y la verdad, yo también de ella; bueno, amo a todas mis hijas, pero te amo más a ti.
- Y yo a ti mi amor, por siempre te amaré—dijo casi cerrando sus ojos—descansa amor, creo que lo necesitas.
Cerré mis ojos y caí en un profundo y reparador sueño.
Continuará.
Antes que nada lemento mucho la pérdida de tu musa ,te acompaño en el dolor..
Con respecto al relato ,esta saga no me gusto mucho ,pero si este relato me parecio sumamente exitante y interesante, ojala la puedas seguir con esa chica solamente.
Me gusta mucho como escribís ,tenes una pasta tremenda, ojala sigas lo de Tania . Y cuando puedas leas los mios y me des tu opinión. un besooo
Gracias andrea3799, me siento triste por mi perdida, pero aunque suene raro, en este lugar encontré muchas personas que hicieron empatía conmigo. Eso significó mucho para mi, de verdad. ya se que te debo Tania y prometido que lo haré, solo dame tiempo. De verdad gracias
Que lindo jefe encima pijudo