El comienzo de una familia incestuosa part2
Como mi mujer me puso a nuestros hijos en bandeja.
Como ya conté acababa de recibir una primera y fantástica mamada por parte de mis tres pequeños.
Estaba intentando recuperar el aliento mientras escuchaba.
-Papi por que se te puso el pipi así? -Preguntó inocentemente Berta
– No sé el por qué, pero eso nos pasa a los hombres, se nos pone duro. Aunque el mio no echa leche.- Contestó Andrés.
– Aún eres muy chico pero en un par de años podrás echar tanta leche como papá. – Contestó Maca a la vez que le cogía la churrita a nuestro hijo.
Andrés no tardó en tener la erección esperada por mi mujer. Y al parecer y para mi sorpresa tambien era esperada por Laurita o almenos eso delataba su carita.
Maca se apartó un poco para ver que sucedía… fue Laurita quien le cogió la churrita a su hermano y como quien no quiere la cosa engulló por completo la churrita de su hermano.
Maca me miraba y sonreía incrédula.
Andrés reía nervioso mientras permitía que sus hermanitas le chupasen la churrita inverbe.
Laurita y Bertita habían dejado
sus culitos a mi alcance.
Sin pensarlo me tiré al suelo y comencé a comerle el culito a Laurita y a Berta.
Cómo ya comenté Laura me ponía muchísimo… Aunque solo fuese un palito con una carita preciosa.
Así que la cogí en brazos separándola de su hermanito y dejándola en el sofá, mientras Berta se hacía dueña y señora de la churrita de Andrés.
Era algo tan extraordinario ver a una niña tan pequeña comerle el rabo a su hermano sin que nadie se lo hubiese dicho… Que si ya estaba caliente, la situación me estaba sacando de las casillas.
Continué comiéndole el culito y aquel molletito inverbe y virginal, haciendo que Laurita se riese.
-Para papá!!! Qué me estás haciendo cosquillas.- Consiguió decir entre carcajadas.
Continué lamiendo su vaginita y aquel agujerito que poco a poco iba dilatando con mi lengua.
-Toma cari- Dijo Maca que me había traido lubricante y un dilatador.
-Gracias pero solo necesitaré lubricante.- Dije deshechando el dilatador, y untándome lubricante en el dedo corazón de la mano derecha.
Muy lentamente fuí presionando su virginal anito hasta que su esfinter se abrió lo suficiente como para que mi dedo pudiese entrar resbalando gracias al lubricante.
Algo que jamás podré olvidar fue su carita… Era de desconcierto.
-Tranquila cariño relájate verás como lo que te hace papi te va a dar mucho gustito.- Se apresuró a decir Maca mientras le cogía de la manita.
-Pero es que no me gusta… Es raro.- contestó. Mientras yo untaba nuevamente el dedo.
-Lo sé pero aguanta, ya verás no querrás parar.- Le respondió Maca mientras mi dedo volvía a introducirse en su interior.
-Toma Berta, esto es un dilatador. Crees que podrás meterte esto en el chito y en el culito? – Preguntó Maca mientras le daba el dilatador.
-Todo? -Preguntó como si fuese algo normal.
-Sí cariño, pero ten cuidado de no hacerte daño.
Maca se sentó en el sillón. Y colocó sus piernas sobre los brazos de este, dejando su chochito a la vista de todos… Pero creo que en ese momento a ella solo le importaba la visión que tenía nuestro hijo Andrés.
-Mira este es mi chito, me gustaría enseñarte a comer un buen coño. Quiero que lo lamas, y empuja flojito aquí. Ves ese bultito? Pues si chupas y lo mordisqueas flojito matarás de gusto a cualquiera.
…Realmente no se pueden hacer una idea de lo que sentía en aquel momento… Mientras el culito de Laurita se iba abriendo para poder albergar 3 dedos…en ese pequeño agujerito.
La verdad es que la habitación ya olía a mierda es más sin tener que profundizar mucho podía llegar a tocarla.
Decidí que ya había llegado el momento a la vez que mi mujer gemía de la comida de coño que le estaba dando nuestro hijo Andrés.
Me coloqué justo por detrás de Laurita dejando la punta de mi glande en las puertas del recien dilatado agujero.
Fuí empujando lentamente las caderas hacia las suyas, pero supongo que por miedo o dolor ella se movía hacia delante.
En el segundo intento la agarré firmemente y logré que parte del glande entrase.
-Papá que duele!!!-dijo Laura mientras intentaba zafarse de mi sujeción.
-Mami,mami mira… Así? -Dijo nuestra hija Berta mientras se metía una y otra vez el dilatador alternando sus agujeritos.
-Sí cariño así, sigue, verás como te gusta.- Le contestó mi mujer con la respiración agitada.
-Me gusta mucho mami!!!!-Dijo mientras continuaba cabalgando aquel trozo de goma.
Debo reconocer que aquello me puso a mil… Así que sin más miramientos volví a colocar mi rabo en aquel culito y sin aviso alguno enterré un cuarto de mi polla en el culito de Laura.
Me gustaría decir que le arranqué un gran gemido de placer, pero la realidad es que lo que le arranqué fue un grito de dolor y con el consiguiente llanto.
Continué con pequeñas embestidas mientras Berta había dejado su juguete y se había apresurado a consolar a su hermana.
El cuerpecito de Laura temblaba como si estuviese a bajo cero. Pero nada me iba a parar, llevaba toda la vida deseando estar con una niña y ahora lo estaba y encima era mi propia hija. Pensaba disfrutarlo al máximo.
Iba adentrándome muy léntamente en cada embestida que le daba.
Su cuerpecito era tan chico que era fácil manipularlo.
La voltee y la deje de cuclillas sobre mí. De ese modo iba a ser ella la que se la fuese clavando mientras yo la masturbaba.
Continuaba llorando, pero aquello iba a durar poco. Entre las embestidas que le iba dando con extrema lentitud y y el manoseo que le estaba dando en su virginal conchita. Iba a terminar cambiando aquel llanto por esporádicos gemidos infantiles.
Los gemidos de mi mujer se sumaron a los de nuestra pequeña Laura.
A medida que pasaban los minutos sus movimientos eran cada vez más fuertes al igual que los mios. De vez encuando emitía algún quejido de dolor, pero aquello no la frenaba.
Ya tenía dentro casi las tres cuartas parte de mi polla en su interior.
En ocasiones se recostaba sobre mi pecho y dejaba los pies colgando. Dejándose empalada.
Aquello me ponía a mil y no iba a tardar en darle el premio a tanta dedicación. Ya eran los gemidos de los tres los que se iban intercalando del placer que estábamos experimentando.
Cada vez tanto Laura como yo nos movíamos más rápido y las embestidas cada vez eran más fuertes y profundas.
Era espectacular como mi pequeña disfrutaba de la polla y las caricias de su papá.
Agarré con fuerza su cinturita y con mis últimas fuerzas volví a embestirla una y otra vez hasta que se la clavé lo más profundo que pude para llenarle su culito con mi leche.
Hasta el momento no me había dado cuenta que ambos estábamos complétamente sudados.
-Papá tengo que hacer caca. -Dijo Laurita aún jadeante.
No sé el por qué, pero la cogí en brazos y la llevé al baño, intentando que no se me saliese. Algo realmente difícil pero lo logré a pesar de las risas que provoqué a Laura incluida.
Una vez en el baño se la saqué. Como preveía me había manchado no solo de semen y algo de sangre sino con sus heces. La deje hacer de vientre y despues nos bañamos.
La pobre estaba avergonzada por haberme manchado.
Así que la besé con una pasión inusitada bajo el agua de la ducha. Ella apenas me seguía. Le puse un poco de crema en el culete y me fui directo a la cama para descansar.
Iré contando como no solo yo disfrutamos de aquel nuevo estilo de vida.
Que rico, y lo mejor es compartir en familia…!!!
cada vez viene mejor, continua👍