El culo de mi hijastra 2
Mi hijastra se colgaba de mi cuello cuando llegaba del trabajo como había hecho desde que vino a vivir con nosotros, hablábamos de temas variados sin que notara ningún cambio negativo por parte de ella para mi. .
Durante los siguientes días las cosas continuaron con la normalidad de siempre, parecía como si nunca hubiese pasado nada raro.
Mi hijastra se colgaba de mi cuello cuando llegaba del trabajo como había hecho desde que vino a vivir con nosotros, hablábamos de temas variados sin que notara ningún cambio negativo por parte de ella para mi.
Un par de veces se me congeló la sangre al ver que hablaba con su madre en vos baja mientras las dos me miraban y siempre volvía a mí un pensamiento recurrente “seguro que le está contando todo” pero eran solo mis pensamientos. Todo seguía normal.
Luego de cenar mi esposa se sentaba en el sillón y mientras jugaba con el celular miraba algún programa en tv, mi niña se acercaba a darme un pequeño abrazo inocente y yo la sentaba sobre mi pierna y le acariciaba de manera afectuosa su hermoso culo sobre su pequeño short.
Una de esas noches de calor habíamos estado los tres en la pileta, yo había salido y las miraba desde mi silla mientras comenzaba a sentir una erección.
Mi hijastra salió del agua para servirse un vaso de jugo y se sentó sobre mi pierna y mi erección, mientras disfrutaba de su bebida comencé a acariciar su culo sobre su tanga mojada, de la parte superior de su corpiño asomaba tímidamente un pequeño pezón rosado.
Levante un poco su culo y la acomode dejando parte de su culo libre de mi pierna para poder meter mi mano bajo su tanga y acariciar ese hermoso asterisco a piel, bajé por su raya lentamente hasta encontrarlo y acariciarlo suavemente; su reacción fue sobresaltarse un poco y apurar su trago pero no se levantó ni siquiera cuando tubo dos falanges de mi dedo mayor dentro de ella.
Lo comencé a meter y sacar lentamente mientras mi erección era aprisionada por una de sus piernas, su respiración era de lo más normal mientras que la mía era entrecortada; intente meter un segundo dedo pero se quiso levantar así que continúe el jueguito llevando otro de mis dedos a su vagina que al solo contacto quedó bañado por sus jugos.
Me miro como si no pasara nada anormal y lentamente con mis dedos adentro se puso de pie y le gritó a su madre
-Má, querés jugo? Está bien fresquito.
-Bueno (le respondió desde la pileta)
Y sin sacarse mis dedos de adentro le sirvió un vaso y recién ahí se los quitó solo alejándose con dirección a su madre.
Desde la pileta me preguntaron casi al unísono
– Pá no querés venir al agua?
Yo con el mástil apuntando al cielo dije que me dolía un poco la panza y que prefería quedarme allí, luego de unos minutos con la erección en baja y un terrible dolor de huevos me metí a la pileta y mi mujer se acercó para darme un pico y otra vez se me paró.
Me miró con cara de curiosidad y con una sonrisa burlona me dijo
-éste amiguito está pidiendo un servicio de urgencia.
Salió de la pileta y me animó a seguirla, me hizo una mamada celestial en la sala mientras nuestra niña en la pileta ignoraba todo (o no!! ).
Estallé literalmente y parte de mi estallido salió por su nariz arrancándole una carcajada llena de maldad.
-me querés volar el cerebro? (preguntó)
Y volvimos a la pileta un rato más.
Esa noche le pegué una cogida de campeonato mientras fantaseaba que era otra persona la que recibía mis embestidas.
Continuará
Gracias por sus comentarios y sus votos. Aún quedan vivencias por contar y esto recién comienza. Si les gusta mi historia, espero sus comentarios animandome a continuar.
Hermoso relato y las niñas si que son morbosas un saludo