EL CUMPLEAÑOS DE MI HERMANA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por thorpe1948.
EL CUMPLE AÑOS DE MI HERMA
Hola amigos, de nuevo les traigo otra experiencia, que recuerdo con mucho cariño; ocurrió en el 16 cumpleaños de mi hermana.
Digamos que mi hermana era una chica muy bien formada, a sus 16 años tenía un cuerpo preciso con una curvas pronunciadas un culito bien paradito y unos pechos no demasiado grades, pero sí muy hermosos y apetecibles, ojos claros, rubia y con una cara preciosa.
Al llegar su cumpleaños, en colaboración con sus amigas le preparamos una fiesta sorpresa, en la discoteca de un amigo, que nos facilitó las cosas, y que por cierto no nos cobró nada por el local tan solo lo que consumimos. Ella no se imaginaba nada y es más creo que estaba un poco mosqueada, porque se le avecinaba el día y no veía preparativos de nada, asique más de una vez trato de sonsacarme, si yo sabía algo, pues a sus amigas las veía muy despistadas, como si no se hubieran dado cuenta, que su cumple se acercaba.
El mismo día de la fiesta llego a casa y se acercó a mí con la cara más bien triste.
Hermano, me dijo, creo que mis amigas este año se han olvidado de que hoy cumplo ya los 16, ninguna me ha hecho mención alguna ni tan siquiera me ha felicitado.
Yo trate de tranquilizarla, y de consolarla, pues de verdad se veía mal me acerque a ella y abrazándola, le di un beso en la mejilla diciéndole que no se preocupara, que si ellas no se acordaban yo si lo hice y que de no haber nada, con ellas yo la sacaría a cenar y tomar algo.
Ella me sonrió con un halo de tristeza y dándome un beso se fue a su habitación.
A mí me estaba dando pena verla tan abatida, pero no podía desvelarle lo que estábamos tramando sus amigas y yo, asique seguí toda la tarde en mi papel, hasta que llegada la hora, la llame y le sugerí que se preparara, que nos íbamos, cenaríamos por ahí y después iríamos a la discoteca un rato. Aunque no con muy buena cara acepto y se fue a preparar, yo hice lo mismo y ya en plan, salimos dirección al restaurante, era un local pequeñito pero que daban muy buena comida.
Pedimos la cena, que yo ya tenía encargada, y poco a poco se fue animando, cenamos tomamos nuestro correspondiente vino en la cena y eso hizo que ya por completo cambiara su cara.
Al finalizar, llame al camarero, pague la cuenta y nos levantamos para irnos. Yo la mire, y de verdad estaba preciosa, se colgó de mi brazo y entre risas y bromas nos fuimos al coche, para dirigirnos a la discoteca donde ya nos esperaban todas sus amigas y algún amigo más.
Por el camino ella ya desinhibida por las copitas de vino, se abandonó en el asiento del coche, totalmente relajada, de tal manera que no se preocupó de colocar su vestido, que por cierto era bien ceñido a su cuerpo mostrando todo su esplendor y cortito que dejaba al aire gran parte de sus preciosas piernas. Asique durante el viaje me fui deleitando con la visión, aunque si he de decir la verdad , me gustaba verla así, pero nunca había pensado en ella más que como mi hermana pequeña, que era 4 años más joven que yo.
Así gastándonos bromas y charlando animadamente llegamos a la disco, aparque y nos dirigimos hacia el interior. Una vez dentro, la cosa no estaba muy animada, había mucha oscuridad y no se veía más que un par de amigos y los camareros. En eso había quedado yo con sus amigas, que nos esperaban escondidas en el segundo piso, por lo que la pista estaba desoladora.
Ella me miro y volviendo aponer el gesto serio, me dijo:
Ella.- Hermano esto está muy parado mejor nos vamos a otro sitio.
Yo.- tranquila, que es temprano, ya se animara, y a continuación le sugerí, que porque no subíamos a la parte de arriba y nos tomábamos una copas, hasta que se animara la cosa.
Asintió resignada, a que se iba a aburrir, así, subimos y allí le esperaba lo sorpresa, nada más entrar, el ambiente estaba bastante oscuro pero al ir entrando las luces se encendieron, y un grito unánime de todas sus amigas le cantaron el cumpleaños feliz. A ella le faltaba poco para llorar, la abrace la felicite dándole un beso en la mejilla y ya se integró con todas las amigas comentando como se sentía y como la habíamos engañado. Después volvió hasta mí y reprochándome, me beso en la mejilla y me dijo esta me la pagas, me eche a reír y le dije que se divirtiera-
La fiesta ya se animó pronto todos nos dirigimos a la pista de baile y la ocupamos con alegría, pues las copas ya hacia su efecto y la gente estaba ya muy alegre, nos pusimos a bailar suelto, todos juntos, pero la música no tardo en cambiar los ritmos y pronto nos fuimos emparejando para bailar por parejas, la música desgranaba melodías de salsa, merengue y bachatas, lo justo para que el ambiente se fuera calentando.
Yo me puse a balar con una de sus amigas, que con el ritmo las copas y el ambiente, estaba muy animada, se me pego por completo, y rozándose contra mí al ritmo de la música, me puso bastante excitado. Creo que era lo que buscaba porque a medida que mi verga se ponía más dura, más se apretaba contra mí.
Así fue transcurriendo la noche, bailando con todas las chicas, pero Julia que así se llamaba la chica que me ponía a cien, no dejaba ocasión en cambiar de pareja para poder quedarse conmigo, en una de esas, mi hermana que bailaba con un amigo se acercó a nosotros y le dijo que ahora le tocaba a ella bailar conmigo, que no lo había hecho en toda la noche. Asique cambiamos la pareja y comencé a bailar con ella, le pregunte qué tal lo estaba pasando, ella muy contenta se colgó de mi cuello y besándome la mejilla, me dijo, muy bien hermano, eres único.
Seguimos bailando y como la música en aquel momento era melódica y serena se arrimó más a mí, y claro noto como estaba. Mirando, me dijo, hermano vaya ¿cómo te ha puesto Julia eh? Yo me sonreí y le conteste, ya sabes cómo es ella, no tengo que decirte nada, ya, ya lo sé, y también sé que le gustas un montón, pero toda esta conversación se desarrollaba mientras bailábamos un bolero romántico,, ella me miraba a la cara un poco separada, pero solo del tronco, porque su pelvis se había pegado a mí, alimentando la empalmadura que tenía, creo que a ella aquella situación no le desagradaba lo más mínimo, por el contrario creo que estaba disfrutando restregándose contra mi verga.
La fiesta continuo y una vez más Julia cambio la pareja y separo a mi hermana de mí, seguimos bailando y cada vez se apretaba más a mí, yo poco a poco fui dirigiendo el baile hasta un lugar un poco más apartado y oscuro, lo que aprovecho ella para cerrar sus brazos en torno a mi cuello y pego su mejilla a la mía, muestras notaba como cada vez tenía más apretada su pelvis contra la mía, yo dejé caer mis manos a lo largo de su espalda hasta llegar a su culito, que lo tenía bien rico, y se lo empecé a acariciar, ella al ver esto fue moviendo su cara hasta dejar nuestros labios juntos, yo tan solo abrí la boca y le di un beso que aumento aún más mi excitación, nuestras bocas no había manera de sepáralas nuestras lengua se enredaban en un juego de placer. Aquella niña me estaba volviendo loco el lote que los dos nos estábamos dando era impresionante, mis manos recorrían su cuerpo y ella no hacia menos, me metía mano por dentro de la camisa, que ya me tenía bien abierta. Nos fuimos a un rincón a sentarnos y ahí sentados fue demasiado mis manos acariciaban sus piernas por debajo de su minifalda hasta llegar a su tanguita, metiendo los dedos por dentro y acariciándole la cuquita, estaba tan excitada como yo, su flujo mojaba mis dedos, los besos eran cada vez más profundos, y sensuales, yo no quise ir más allá, con ella era de la edad de mi hermana, asique de nuevo le dije de volver a la pista a bailar, ella quería que nos fuéramos a los servicios, pero no acepte.
En eso llego mi hermana y quiso de nuevo bailar conmigo Julia se separó de mi de muy mala gana, pero lo hizo, yo continúe con mi hermana que esta vez no lo pensó se pegó a mí, bien apretada, asique mi verga ya no podía más, apreté su cintura contra mí, a lo que ella no protesto, por el contrario accedió y se apretó más a mí. Así fue transcurriendo la noche, entre julia y mi hermana me tenían loquito y excitado. No sabía que pensar, al final mi idea era acceder a las intenciones de Julia, y marcharme con ella, pero no podía dejar sola a mi hermana, tenía que esperarla para llevarla a casa.
No sabía qué hacer, pero lo que tenía claro es que no podía seguir con el calentón que tenía y que iba a más.
Como en casa estábamos solos, ya que mis padres se habían ido por unos días a visitar a unos parientes, yo quería ir a casa con Julia y se lo propuse, pero como tenía que llevarme a mi hermana también le dije a Julia que le comentara a mi hermana que se quedaba a dormir con nosotros, Dicho y hecho, se lo comento a lo que mi hermana accedió de buen gusto pues se llevaban muy bien. Así pues despedimos la fiesta y los tres nos fuimos hacia el coche.
Por el camino, la cosa iba tranquila, se las veía, bastante animadas, Julia desde el asiento trasero iba inclinada hacia delante, por lo que tenía uno de sus brazos por encima de mis hombros, y mientras hablaba con mi hermana no dejaba de acariciarme el cuello y la oreja, mi hermana sentada delante, girada hacia mí, para hablar con ella, solo que en esa postura su minivestido dejaba al aire prácticamente todas sus piernas incluso cuando hacia algún movimiento con las piernas si se le abrían un poco, se le veía el tanga.
Llegamos a casa y entre risas y bromas salimos del coche y las dos se pusieron una a cada lado enlazándome por la cintura y haciéndome carantoñas, entramos en casa, yo me fui hacia el refrigerador para tomar un poco de agua y ellas se encaminaron a la habitación. Ya creía que esa noche no pasaría nada, y me resigne. Pero mi sorpresa fue cuando llegue a mi habitación y me las encontré a las dos tendidas en ella viendo la televisión,
Al entrar les reproche, que porque no se habían ido a su recamara y ellas se rieron y me contestaron que viera la tele con ellas un ratito, y que luego se iban.
Yo me fui al baño y me puse cómodo un pantaloncito corto y tan solo una camiseta, que ya me sobraba porque hacía calor.
Volví y me hicieron sitio, en la cama, pero al momento las dos se levantaron y se fueron a cambiar, llegaron más o menos de la guisa en que estaba yo, una camisetita de tirantes y un pantaloncito de pijama, cortito. Se acomodaron en la cama dejándome en medio, yo no sabía qué hacer, porque pronto Julia comenzó a poner la pierna encima de mí ladeándose y pegándome sus tetas mientras paseaba sus manos por mi pecho.
Mi hermana no decía nada pero no quitaba ojo, el problema era que mi verga estaba rebelde y comenzó a crecer siendo visible por encima del pantalón el bulto que se me había formado. Julia no dejaba de mover su pierna encima de mi verga lo que me puso mucho peor, me levante y diciéndoles apagar la tele luego que yo me voy a otra habitación, y así lo hice.
Paso un pequeño tiempo en que yo casi estaba ya adormilado cuando vea a Julia entrar y venir a meterse en la cama a mi lado, yo estaba prácticamente desnudo tan solo con el bóxer puesto, ella se acomodó a mi lado y sin decir una palabra, comenzó a besarme y acariciarme por todo el cuerpo, yo ya sin pensar en nada le correspondí, y comencé a acariciarla, a meter la mano por debajo de la camiseta y sacar sus pechos, poco después le quite la camiseta dejándolos completamente al aire
Ella hizo lo mismo conmigo y poco después entre besos caricias y apretones los dos estábamos desnudos. Yo no lo pensé, comencé a besar sus pechos, a chupar sus pezones mientras con la mano acariciaba sus preciosas piernas, hasta llegar a su entrepierna, tenía el tanga todo mojado, lo que evidenciaba la excitación que tenía, poco a poco fui extendiendo mis besos por su vientre hasta llegar a su rajita, entonces le abrí las piernas y metí mi cabeza entre ellas, dándole una soberana mamada, que cada vez que me paraba en su botoncito, se estremecía de placer, tuvo un par de orgasmos en ese tiempo, hicimos un 69 que a punto estuvo de hacer que me corriera.
Yo no aguantaba más, asique me puse un preservativo y acomodándola de espadas le abrí las piernas y me coloque entre ellas, ella estaba con los ojos cerrados abandonada a lo que iba a suceder y que toda la noche había buscado. Le puse la cabeza de la verga en la entrada de la vagina y se la restregué arriba y abajo un par de veces, poniéndosela después en el hueco y apretando se le fue incrustando dentro, le entro toda con facilidad, pues estaba muy mojada, en cuanto la tuvo dentro levanto las piernas y las cruzo alrededor de mi cintura apretando con ellas al ritmo que yo bombeaba, yo estaba a punto de correrme, asique para dar un poco más de tiempo, si sacársela me gire dejándola a ella encima de mí, en ese momento quede petrificado, al lado de la puerta entreabierta vi la figura de mi hermana en la semi- penumbra, yo hice como que no veía nada y seguí dándole duro a Julia, volvimos a cambiar de postura quedando esta vez como perrita, ahí la sujete de las caderas metiéndosela hasta el fondo una y otra vez hasta que no pude más y me vacié por completo, fue una corrida enorme, como nunca, se ve que la excitación de toda la noche hizo efecto, ella tuvo varios orgasmos en todo ese trajín gimiendo sin parar, pidiendo más, mi hermana no perdió, un segundo, de lo que estábamos haciendo.
Terminamos yo me quite el condón, y ella muy solicita me dio una mamada dejándola limpia, y así nos quedamos dormidos. Por la mañana me fui a llevar a Julia a su casa, y cuando regrese mi hermana aún estaba durmiendo en mi cama.
Prepare el desayuno y poniéndolo en una bandeja lo lleve a la habitación, desperté a mi hermana y poniéndome a su lado, desayunamos los dos entre risas y bromas, ella no dejaba de mirarme, asique le dije directamente, que te pasa que miras tan atentamente, ella me contesto que nada, que bien armado estaba y se echó a reis, yo mar serio le pregunte, ¿Por qué dices eso?, por nada me contesto ella, no me extraña que julia este loca por ti. Yo no tenía palabras, pues sabía que nos había visto la noche anterior, en faena, asique le conteste, no digas tonterías, son cosas tuyas; entonces la reacción de ella, no me la esperaba girándose hacia mí me puso la mano entre las piernas y me dijo, no me digas que esto que tienes aquí no la vuelve loca, y dicho esto apretó la mano por encima del pantalón agarrando mi verga. Mirándola fijamente le dije:
– Tu que sabes
– Os vi esta noche como lo pasasteis y la verdad hermano que tienes una buena pieza.
Todo eso mientras no dejaba la mano quieta, por lo que mi verga se empezó a levantar.
– Yo.- vale ya estate quieta
– Te molesta, me contesto
– No claro que no, al contrario me gusta, pero no está bien.
– Y porque, si a mi amiga le gusta porque a mí no me tiene que gustar.
– Porque tú eres mi hermana
Mientras esto sucedía ella se había ido pegando más y más a mí y si decir más acerco su cara a mí y me beso en la boca, un beso cálido, profundo, caliente, su lengua invadió mi boca buscando la mía, yo trate de retirarme pero ella sujetando mi cara no me dejo. Al separarse, mirándome fijamente me dijo, hermano hace mucho tiempo que deseaba hacer esto y me volvió a besar, y siguió con su mano en mi verga, aunque ahora la había metido por dentro del pantalón y ya la acariciaba directamente, lo que me había puesto en situación.
Sin pararme a pensarlo más y dejando a un lado los prejuicios sociales, me abandone a sus caricias y a mi vez procedí a pagarle de la misma manera, acariciando su cuerpo semi desnudo, acaricie sus pechos, que respondieron con sus pezones duros y desafiantes, ella no perdía el tiempo en un santiamén, me desnudo y se quitó también lo poco que llevaba encima, quedando los dos desnudos, yo me debatía entre el tabú de que era mi hermana y la hembra que tenía entre los brazos, pero viendo que ella no se detenía, me deje llevar comencé a besarla a disfrutar de aquellos labios carnosos y muy jugosos, a besar sus pechos a chupar sus pezones ella no decía nada solo se retorcía de placer, besándola poco a poco me fui hasta su coñito, depilado caliente, le di una mamada pasando mi lengua a todo lo largo de su rajita deteniéndome especialmente, en su clítoris que estaba inflamado y duro.
Ella agarró mi cabeza y aplastaba mi cara entre sus piernas se chepe toda y me deleite con su sabor, estaba muy rica mi preciosa hermana y ahora era toda mía, se estaba entregando a mi voluntariamente y abandonándose al placer, levantándome hacia sí, me beso y acariciándome por todos los sitios me dijo, hermano, no sabes cuánto tiempo hacia que desea hacer esto, mis amigas me comentaban lo bueno que estabas y prendieron mi curiosidad y esta noche pasada acabe de convencerme viendo como mi amiga Julia estaba disfrutando de ti. Quiero hacerlo contigo, quiero que seas tú el primero que me la meta, yo me aparte un poco y mirándola con perplejidad le pregunte, ¿No lo has hecho nunca? Ella me contesto que no, que le daba miedo por eso quería que fuera yo quien me quedara con su virginidad, que fuera yo quien la desvirgara, y dicho esto, se abalanzo a mí besándome, con pasión y apretando su cuerpo contra el mío.
Seguí acariciándola y devolviéndole cada una de sus caricias, ella estaba muy excitada, mirándome fijamente me pidió, hermano porfa métemela ya, no puedo más a cada caricia se le escapaban grandes suspiros teniendo barios orgasmos, ya, métemela ya quiero sentirte dentro quiero que me hagas lo que a Julia esta noche y dicho esto se tumbó de espaldas en la cama y abrió sus piernas dejando franca la llegada a su coñito abultado y mojado yo me iba a poner un condón pero ella no me dejo, me dijo que no hacía falta, que estaba tomando la píldora, para regular su periodo y que no lo necesitaba, asique, me acomode entre sus piernas y restregué mi vergas entre sus labios vaginales. Ella se agitaba y levantaba su pelvis contra mí. Estaba muy excitada y yo a reventar, estaba metido entre las piernas de mi hermana aquellas piernas que tanto me gustaban, con sus pechos paraditos y desafiantes pegados a mi pecho.
Ella volvió a insistir, “no esperes más, métemela ya por favor” y se abrazaba a mí con fuerza, asique no espere más le puse la punta de mi verga en la entrada de su vaginita virgen y comencé metérsela, despacio, muy despacio, no quería lastimarla, ella gemía sin parar, se agitaba a cada empellón que yo daba,, por fin entro la cabeza de mi verga, pero ahí note como se resistía, a la entrada, al empujar un poquito más ella dio un chillido de dolor, yo retrocedí un poco, estaba a punto de traspasar su virgo, le pregunte, ¿Te duele? Ella me contesto que un poco, pero no pares porfa, métemela ya, no lo pensé apreté y esta vez sí entro más de la mitad de mis 19 cms, a ella se le escapaban las lágrimas, me quede quiero, me incline sobre su boca y le di un beso largo y profundo tratando de mitigar el dolor, que sentía, la acaricie tiernamente, hasta que ella levanto su pelvis de nuevo y empezó a moverse, hermano no sabes cuánto deseaba esto, cuanto tiempo quería tenerte así dentro de mí, porfa dámelo todo, métemela entera y apretó para facilitar que le entrara mejor, y así fue se la enterré hasta que mis testículos quedaron pegados a sus nalgas.
Se retoca de placer jadeaba a cada envestida, estaba totalmente entregada al placer yo estaba intentando ser suave, pero ella quería más, me miraba con cara de deseo, ummmmmm, hermano dámela toda , ummmmmm que gusto métemela bien fuerte, no seas malo, que gusto me da tenerte así bien adentro, y según hablaba esto se puso rígida su cuero se tensó , su respiración se hizo entrecortada, estaba teniendo un gran orgasmo, en cuanto se relajó un tanto volvió a las andadas, dame fuerte, porfa no pares, sigue así me decía, y con sus manos apretaba mis nalgas para que se la metiera más, yo ya no podía más. La bese y le dije, “me corro, no aguanto más” ella se pegó más a mí y me dijo, dale, quiero sentir como me llenas de tu leche, ummmmmm que rico estas, yodando un último tirón tense mi cuerpo y me vacié en lo más profundo de su vagina, fue una corrida grande la que logró sacarme, me temblaba todo el cuerpo, me derrumbe encima de ella que aún seguía con espasmos de la corrida que tuvo al mismo tiempo que yo.
Nos quedamos así largo rato el uno al lado del otro, ella besándome tiernamente me dijo, “Gracias hermano eres el mejor, no me extraña lo que mis amigas cuentan de ti” “Así está mi amiga Julia, que no se despega de ti” y me volvió a besar.
Después de descansar un ratito, nos levantamos y nos fuimos a la ducha, a ella le estaba escurriendo mi semen entre las piernas manchado de sangre. Nos metimos a la ducha y la cosa se fue calentando de nuevo.
Pero esto y más será cuestión de otros relatos, pues después de esa primera vez nuestra relación continuo por tiempo y aun hoy después de tantos años y ella con su familia formada y yo con la mía, cada vez que nos juntábamos, no perdíamos ocasión de volver a hacerlo.
Espero les haya gustado, y les pido disculpas por lo extenso del relato, pero es que así sucedieron las cosas, se les gusto y no les aburrió, espero sus comentarios, tanto buenos como malos pues de todo se aprende y así me animare a seguir contándoles mi relación incestuosa.
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