El descubrimiento con mi hermano gemelo 2
Continúa.
Esa noche mi hermano y yo dormimos abrazados en la misma cama. El vínculo era muy estrecho siempre, pero esa noche se había fortalecido.
Había sido increíble. La excitación había sido enorme y nos habíamos dejado llevar como locos. No había arrepentimiento, al menos en mi cabeza. El amor que sentíamos entre ambos rompía todo tipo de tabú o de vergüenza. El paso estaba dado y no había vuelta atrás.
Toda la noche juntos y abrazados nos hizo levantarnos con una gran erección. Además estábamos durmiendo en calzoncillos, debido al calor.
-Buenos días hermanito..
-Buenos días Miguel.
-Lo de anoche….
-A mi me gustó… – le dije a Miguel pensando que el me iba a decir algo malo.
-A mí también. Fue… Increíble. Lo que hiciste no me lo esperaba y fue… Bonito, no sé. Se notaba que querías hacerme disfrutar mucho y te lo agradezco.
-Si… De nada – no sabia que decir ante las palabras de mi hermano.
Al destaparnos, Miguel pudo ver la escena.
-Bueno, veo que no soy el único que se ha despertado con la polla dura.
Ambos paquetes estaban muy marcados.
-Si… La verdad es que me apetece.
-A mi también, pero tendremos que esperar a la noche. Mamá podría subir.
Entonces esperamos todo el día con unas ganas de muerte. El día se hizo largo, entre el calor y las ganas de que llegase la noche. Cuando mi madre se fue a dormir, nosotros subimos a lo alto de la casa y cerramos la puerta. Ambos estábamos nerviosos, se notaba y con los paquetes bien duros.
-Estas preparado…? – le dije a Miguel.
-Si…
Ambos nos desnudamos enteros. No se porque fluyó un abrazo entre ambos. Las pollas se chocaron contra nuestros cuerpos. Estaban tremendamente duras. Casi habían crecido hasta los 15 cm de tanta excitación. Nos separamos un poco y Miguel me dio un beso en mi boca. Simple y corto. La primera vez que lo hacíamos.
-Te quiero mucho hermano
-Yo también Miguelín
Ambos nos sentamos en la cama, uno enfrente de otro.
-nos hacermos una paja uno al otro?… Si quieres, claro.
-Claro.que quiero, llevo todo el día esperando – le dije
Nuestras pollas estaban iluminadas por la luz que entraba por la ventana. Nuestros delgados cuerpos marcados por apenas unos ligeros abdominales también se entreveian.
-Quiero probar lo que dijo mi amigo – dijo Miguel escupiendose un poco en la mano. Yo repetí su movimiento y ambos llevamos las manos a nuestras pollas.
-Que gusto… – dije nada más sentir su mano.
-Vamos a darle.
Ambos empezamos a mover con mucha ternura la polla del otro en silencio. Se sentía hiper dura y super suave. Apenas se marcaban las venas. Su capullo brillaba y el mío también. Yo dirigía mi mano entera a su capullo y lo acariciaba con el pulgar. Mi hermano me miraba a los ojos y a mi polla, segundo tras segundo y yo hacía igual. Me encantaba su polla y su tacto.
Continuamos 3-4 minutos dándole tranquilamente, sin prisa, sin ir rápido, disfrutando el momento.
-Hermano… Quiero chupar tu polla – lo soltó tras haberlo pensado unos segundos – Quiero devolverte lo que me hiciste ayer.
-Pues hazlo, yo te dejo. Quiero que también lo pruebes. A mi me encantó… – dije tembloroso.
-Tumbate…
Me tumbé y Miguel se acercó a mí. Me dio un par de besos en mi tableta y la lamió, bajando su lengua hasta mi polla. Allí, la esquivó y fue a parar a mis huevos. Los besó, los lamió y se metió uno en la boca. La sensación era de cosquillas, pero bastante buena. Sólo deseaba que fuese directo a mi rabo.
-Que gusto Miguel…
Miguel paró y mientras me acariciaba mis huevos llevó su boca a la punta de mi polla. Allí sacó su lengua y la recorrió en círculos por mi capullo.
-Dios… Es increíble… – dije cerrando mis ojos. Cuando los abrí, mi hermano estaba concentrado en lamer todo lo largo de mi pene, besando algunas de sus partes y mis huevos de nuevo. Poco a poco introdujo mi polla en su boca, buscando probar hasta donde llegaba. Le entró entera, o casi entera, debido a que no era tan grande.
-Me gusta el sabor y me excita mucho… – dijo Miguel. Vi como su polla estaba totalmente erecta, deseosa de ser chupada.
-Bfff sigue por favor…
Miguel aceleró el ritmo de su mamada, se volvió loco como yo la noche anterior. Me sentía muy mojado de toda la saliva de mi hermano. Noté como el semen subía y le avisé. Mi hermano me complacería como yo a él, y descargue todo mi semen en su boca. No salió gran cantidad debido a nuestra edad, pero lo suficiente para que probase mi semen de nuevo. Un poco le chorreaba por sus labios.
-Ven – le dije, y me acerque y bese su boca. Quería probar mi propio semen de su boca. El beso fue intenso, no como el otro, con lengua, lamiendo sus labios y el los míos. Las lenguas se entrelazaron en su interior. El semen se esparció por ambas bocas. Nos separamos.
-Ha sido alucinante… Quería besarte y sentirnos juntos el semen en la boca
– A mí también me ha gustado… Mucho – dijo Miguel mirando al suelo.
-Ven hermano, quiero chupar tu polla.
El ritual se repitió, chupé sin prisas toda su polla. Estaba enorme y me encantaba sentirla en mi boca. Mi hermano me acariciaba la cara y la cabeza mientras me comía su pequeña polla. La ternura era enorme. Yo acariciaba su pecho, su abdomen, sus huevos mientras hacia mi trabajo. El semen tardó muy poco en llegar y volví a tragarmelo. El beso se repitió, sintiendo su semen en ambas bocas. El por fin pudo probarlo y me dijo que sabía muy similar al mío. Volvimos a besarnos intensamente y nos fuimos a dormir. También volvimos a dormir abrazados, acariciando todo nuestro cuerpo. Ambos desnudos, sintiendo nuestras pollas pegadas al cuerpo. Nos sobamos toda la noche, nos hicimos otra paja a mitad noche. Manchamos un poco la cama, pero nos daba igual. Era nuestro momento de intimidad.
que delicia de relatos!
Muy bueno. Excitante, morboso y realista