El día que mi nieta me regaló su virginidad – parte 1
Ema tiene apenas 11 añitos. Es hija de mi segunda hija, Carolina. Al estar Ella separada son muchos los días al mes que su hija Ema pasa en casa. Yo soy viudo hace ya tres años. Y no he vuelto a conformar pareja. Y a partir de este día, ya no creo probable que lo haga. .
Como inicié, Ema a sus 11 años se convirtió en mi amante, y por sobre todo se convirtió en la mejor hembra que tuve en mi vida. Disfruta del sexo y se brinda por completo.
Llevaba ya unos meses que me encontraba inquieto, ya no me alcanzaba con masturbarme, necesitaba tener sexo con una damisela. Si bien mi hija menor, Marianella, de vez en cuando me mamaba la verga y teníamos sexo, no era lo mejor ya que debía esconderse de su marido para no generar problema. Algo sospechaba el morocho, es que Marianella luego de tener sexo conmigo pasaba varios días negándole sexo a su marido, todo producto de las cogidas que yo le pego, y como mi poronga es bastante grande y gruesa, la deja de cama. Principalmente cuando le hago el culo, cosa que a ella le gusta demasiado. Y la verga del marido ya no la satisface tanto.
Volvamos al tema principal de este relato, y es Ema. Como les dije, ya hacía un par de meses que andaba inquieto, es que una tarde estando yo en casa, llegan mi hija Carolina y Ema, me pide si puede dejar a su hija conmigo ya que debe ir a una entrevista de trabajo al hospital general, ella es enfermera de primer grado. Obviamente que no me podía negar y tampoco quería. Es que pude apreciar que cuando mi nieta llegó vestía una calza de lycra y una camisetita de algodón, y la muy perra no traía ni sostén ni calzones. Me di cuenta por que sus pezones se marcaban bien en su pecho, es que sus tetas ya están rellenándose y serán grandes. Como las de su madre, y también pude divisar su rajita entre sus piernas que la calza ayuda a marcar. Ema tiene un hermoso y modelado cuerpo, de piernas largas y culo redondito y como yo digo, prepotente. Se hace notar. Es muy cariñosa y lo demuestra a cada rato. Habiendo acordado que mi hija vendría tarde por la noche a buscarla y que si se hacía muy tarde Ema dormiría en casa, se fue para su entrevista. Con mi nieta lo pasamos siempre bien, es muy divertida y siempre está molestándome con bromas y toqueteos, también suele abrazarme y quedarse pegada a mi pecho. Yo puedo sentir sus tetitas de pezones puntiagudos, y al yo abrazarla siento como la niña se relaja y disfruta del momento. Pero la verdad es que ya yo me daba cuenta que había circulando entre los dos una corriente erótica que se hacía cada vez más intensa.
Tomamos la merienda y nos fuimos a ver Tv. Hacía calor pero no tanto como para prender el aire acondicionado. Por lo que simplemente me saqué la remera y quedé en short deportivo, gracias a Dios y a lo que me cuido, tengo un cuerpo bastante armonioso, no tengo panza y no estoy gordo, mis músculos se marcan todavía en mi estómago. Nos sentamos en el sillón de tres cuerpos y mi nieta se tiró a lo largo con su cabeza sobre mi falda. Pusimos una película en la cual de repente comenzaron escenas de sexo no tan explícito pero si que era erótica. La estaba por cambiar cuando mi nieta me pide que la deje. Seguimos mirando, y al transcurrir de la película siento como la mano de Ema comienza a recorrer mi pierna con destino mi poronga. Eso me excitó aunque no fuera mi intención. Y mi rabo se puso duro, quedando el mismo erecto pegado a su cara. Ema no se amilanó y siguió sin decir nada con su cálido masaje a mi pierna, pero ya rozaba mi rabo erecto. En otra escena muy caliente y de las cuales mi nieta no se perdía detalle simplemente apoyó la mano sobre la verga y comenzó a apretarla y acariciarla por sobre el short. Obviamente que mis 21x6cms ya tenían una carpa más que elocuente. Mi nieta se incorpora un poco y sonriendo me dice que tiene mucho calor, y sin más se saca la remera quedando desnuda de la cintura para arriba. Guau, sus tetas ya merecían ser mordidas, y sus pezones estaban duros, la pendeja estaba excitada. Eso endureció más mi pija. Haciéndose la tonta se volvió a recostar en mi falda pero esta vez ya su cara quedó bien frente a mi rabo. Y la hija de puta riéndose me mordió la verga, suavemente pero le pegaba tarascones mientras me la manoseaba. Yo no dije nada, simplemente comencé a acariciar sus tetas con una mano y con la otra me acomodé y comencé a acariciar su vagina por sobre la calza, que era como nada ya que la lycra se le metía entre sus labios vaginales permitiendo que mi dedo alcanzara su clítoris, al sentir las caricias, Ema se puso ya más receptiva, viendo a donde llevaba todo esto no dudé y desaté el cordón del short y no sin esfuerzo como estaba sentado me lo bajé liberando así mi pija. Mi nieta al verla tan gruesa y con la cabezota colorada, la tomó por el tronco y se acercó a mirarla bien. La acarició, la apretó y luego simplemente abrió sus labios y engullo la cabeza y un pedazo de mi verga. Seguro que esto lo aprendió de la pornografía que hay en internet junto a sus amigas. Por que convengamos que no se si tenía ya alguna práctica pero mal no lo hacía. Me estaba dando una mamada muy rica. Y la verdad es que no quise controlarme, era demasiada la leche que tenía guardada y se la largué en potentes chorros y sin avisarle. Ema se sorprendió cuando mi tripa comenzó a escupir, pero no se la sacó de la boca y se tragó toda mi lefa. Hasta la última gota. A mis 52 años todavía conservo intacta mi capacidad sexual, y encima estando tan excitado por mi nieta, mi verga apenas si se ablandó un poco. Quedó morcillona, pero mi nieta seguía jugando con mi palo por lo que prontamente volvió a ponerse duro. Entonces llegó el momento de brindarle placer a ella. La hice pararse y le saqué la calza, cuando quedó desnuda pude ver su pubis con apenas unas poquitas pelusas, y su conchita brillando por su excitación, estaba muy lubricada, la senté de piernas abiertas en el borde del sillón y me arrodillé entre sus piernas, acometí su concha con mi lengua y dedos. Ema se retorcía como una lagartija, gemía y suspiraba fuerte, me tenía tomado del pelo y quería meter mi lengua hasta muy adentro de su ser. Y no pasaron ni tres minutos y alcanzó su primer orgasmo, llenó mi boca con sus fluidos. Quedó algo desmadejada, laxa y relajada, yo me senté en el sofá a su lado para que los dos descansáramos. Al ratito mi nieta se para, viene hacia mí y se sienta a caballito de mis piernas bien ubicada su conchita sobre mi palo. La ayudé a acomodarse y tomándola de la cadera la ayudaba a ir y venir sobre mi palo, lo cabalgaba en su totalidad, cada vez más excitada, ya luego no le bastaba con rozarse con el tronco, yo me daba cuenta que intentaba que la punta de mi verga quedara en medio de sus labios vaginales como para internarse en su cueva. Obvio que yo quería penetrarla hasta el fondo. Por lo que acomodé la altura y el recorrido de su cuerpo para que la cabeza de mi tripa quede bien encajada entre sus labios y cuando se hizo hacia atrás, mi poronga abrió sus pliegues y la cabeza entró en su totalidad, Ema emitió un gemido pero no se retractó, se quedó quietita, pero yo aproveché el momento y con suaves empujones la fui penetrando hasta llegar a su himen, convengamos que su vagina es estrecha y más para el tamaño de mi tripa, habiendo llegado a su virgo la tomé de la cadera y le avisé suavemente que le dolería al pasar la verga pero que luego le gustaría. Asintió con la cabeza y cerró sus ojos, presioné firme y mi pija entró hasta que topó con su útero. La niña de 11 años se estaba comiendo una buena verga, la de su abuelo. Me quedé quieto un rato hasta que sentí que se relajó, entonces comencé a cogerla, con suavidad pero firme, al ratito ya estábamos cogiendo desenfrenadamente, mi nieta estaba desaforada, me arañaba, me mordía, pero recibía cada pijazo con un frenesí inusitado y de repente con u largo gemido acabó, sentí como su vagina apretaba mi tripa y de golpe sus fluidos encharcaban su concha y mi verga. Seguí dándole fuerte y logró enseguida un segundo orgasmo. Yo al haber acabado antes no tenía todavía la sensación orgásmica, por lo que le saqué la verga y se la puse en la boca para que chupe. Lo hizo con unas ganas bárbaras. Entonces le dije que le haría la cola. Abrió grande los ojos y me dice, abuelo, tu pija es muy gorda, me va a doler mucho. Sin mentirle le dije que sí, cuando le esté entrando pero luego lo disfrutará mucho. Fui hasta el baño y traje un pote de vaselina en pasta, puse a mi nieta boca abajo arrodillada en el borde del sillón y me quedó su hermoso culito servido para hacerle daño. Tomé mucha vaselina y comencé el trabajo de dilatarle su arito trasero, primero un dedo, luego dos y un buen trabajito con la otra mano sobre su clítoris pronto la pusieron a mil, ya estaba lista de nuevo, metí el tercer dedo con más vaselina y Ema no emitía sonido alguno, simplemente estaba agarrada a un almohadón y lo mordía. Al recibir los tres dedos sueltos ya era hora de probar meter la cabezota de mi poronga en ese virginal y santo agujero. La verdad es que mi verga en comparación con su culito se veía inmensa. Unté vaselina en la cabeza de mi tripa y la ensalivé para que esté mas resbaladiza, le pedí que se abriera las nalgas con ambas manos y apoyé la tripa en su esfínter, y comencé a penetrarla, entró media cabeza y Ema se quejó, no desistí, empujé un poco más y la cabeza pasó su esfínter, seguí empujando y mi nieta comenzó a llorar y a pedir que se la sacara, que era muy gorda, muy grande, que no la resistía, no le hice caso, yo estaba ya convencido que lo peor había pasado, y se la fui enterrando hasta que mis testículos tocaron sus cachetes. Recién ahí dejé de hacer fuerza. Estaba totalmente enterrado en ese hermoso culo. Me apretaba mucho, pero es aterciopelado, y late como un volcán. No la dejé descansar, directamente comencé a bombearla con fuerza, pronto ya se la sacaba toda y se la metía hasta el fondo, Ema se babeaba toda, gemís y sufría pero comenzó a disfrutarlo, y yo también. De pronto me dice abuelo me meo, me meo. Y entonces no dudé y le solté toda la leche contenida mientras ella me acababa con todas sus ganas. Quedamos los dos agotados. Espere que mi pija se achicara y se la saqué despacito. Su culo era un gran agujero sin fin. Se sentó sobre mi falda, arriba de mi pija y me dice Abuelo, que lindo. Hacía tiempo que quería que me cogieras, desde que te vi orinando hace un par de meses en el patio y vi que tenías la pija grande. Es que con mis amigas hablamos de vergas y coger pero yo no tenía ninguna experiencia todavía. En cambio ya un par de mis compañeras tuvieron sexo o con sus hermanos o con sus padres o tíos. Cuando les cuente del tamaño de tu rabo seguro que alguna de ellas querrá probarlo. Te animas? No me quedó otra que decirle que no había problema siempre que fuera un secreto. Está por venir Giuliana, una compañera de Ema, dispuesta a comprobar si es cierto lo que les contó mi nieta. jajaja. Ya conseguí varias amantes, todas jovencitas con carne tierna. En parte dos le s contaré como me fue con Giuliana. Y como me va con Ema.
Excelente muy excitante con morbo y lujuria, espero la continuacion.
Ys quisiera un abuelo con esa pija
Esto es hetero. No seas puto.