El día que mi nieta me regaló su virginidad – parte 2
Ya mi nieta de 11 años Ema se convirtió en mi asidua amante. Y obvio era que no dejaría de contarle a sus amigas. Así llegó Giuliana a casa, en busca del santo palo del abuelo de Ema.
Llega Ema del colegio diciéndome que su madre no estaba encasa y no quería estar sola. La verdad era que Ema quería sexo una vez más. Ya la niña se había acostumbrado al tamaño de mi miembro y lo disfrutaba al menos tres o cuatro veces a la semana. Y yo disfrutaba de su juvenil cuerpo con muchas ganas. Es más, nos llevábamos tan bien en la cama que tuve que recurrir a la pastillita azul y al gel lubricante, es que mi niña me exigía demasiado. Había días que lograba tener tres acabadas seguidas. Ema se había convertido en una gran cogedora. Como mi nieta me había avisado que venía yo ya me había tomado un Viagra, por lo que mi tripa estaba ya algo morcillona.
El hecho es que Ema me tenía preparada una sorpresa, de la cual obviamente yo ni idea tenía. Ella no había comentado nada al respecto. Dejó sus útiles, se sacó la camisa y quedó con una franelita solamente, ya sus pezones se veían duritos empujando la tela. Ya con tanto sexo, sus tetas estaban creciendo bastante. Ya se hacían merecedoras de unas buenas mamadas y capaz que podía hacerme una buena rusa. Ya probaría. Se dejó la pollerita y se descalzó. Me pide que haga unos mates para pasar el rato y ver tele. Lo preparé y cuando le cebé el primer mate ya se metió la bombilla bien adentro en la boca, mirándome pícaramente y sonriendo.
En eso suena el portero, intrigado voy a ver y era Giuliana, una compañera del colegio de Ema. Yo la había visto un par de veces en casa de mi hija. La verdad es que es una morocha preciosa, de labios gruesos, culo respingón, sus tetas mucho más desarrolladas que las de Ema, y su entrepierna dentro de la calza de lycra permitía apreciar una concha más que generosa de labios también gordos.
Sonriendo me comenta que Ema la invitó esa mañana en el colegio, y se encontrarían en casa de su Abuelo. La hice pasar, caminó delante mío y me maravillé con ese hermoso culo. Inmediatamente mi poronga comenzó a crecer. Mi costumbre es andar en piyama en casa ya que vivo solo. Eso también facilita las cosas a la hora del sexo, fácil de bajar y livianito. En ese momento el bulto en mi entrepierna era muy notorio. Mi nieta inmediatamente lo vio y sonriendo le hace señas a Giuliana, quien se da vuelta y clava la vista en mi paquete. Abre bien los ojos, y sonríe mostrando unos hermosos dientes muy blancos. No sé por qué no me sorprendió la actitud de ambas niñas. Entonces caí en la cuenta de que Ema una vez me había contado que sus amigas casi todas ya habían mamado o probado una verga antes que ella.
Ema hace sentar su amiga a su lado, y hablan en voz baja, yo no pude escuchar, pero era claro que hablaban de mi ya que me miraban de reojo y sonreían. De ponto ambas niñas se para una al lado de la otra y sin mediar palabra ambas se quitan toda la ropa quedándose como Dios las trajo al mundo. Que hermosas ninfas. Mi nieta es hermosa y tiene un cuerpo perfecto pero debo reconocer que su amiga está más desarrollada, por ejemplo su pubis tiene más pelambre, sus tetas ya cuelgan algo hacia abajo por su propio peso, y convengamos que si de culitos hablamos el de Giuliana es para poner en un cuadro. Mi nieta me invita a desnudarme, lo que no me llevó mas de dos segundos y yo también quedé como Dios me trajo al mundo, pero no creo haya nacido con tremenda erección, el tener dos pequeñas para disfrutar hizo que mi miembro estuviera más gordo y más largo que lo común. Ayudado por la pildorita mi poronga estaba más que lista. En eso escucho que Giuliana le comenta a mi nieta, que mi verga es muy grande, muy gorda, más que la de su Tío y la de su primo.
Ya la pendeja había probado al menos un par de veces ya la pija. Mejor, sería menos engorroso tener sexo con ella. Ambas niñas se aproximaron hacia mi, se arrodillan y Ema es la primera en tomar mi palo y metérselo a la boca marcando el camino, mamaba con ganas, la cabeza apenas le entra en la boca, se esfuerza y lo disfruta, al igual que yo. Luego toma la posta Giuliana, guau, esta chica si que la mama lindo. No solo me la mama, me pajea y acaricia los testículos, y se mete más de media poronga hasta la garganta. Y ni una arcada hace. Es toda una experta. Pasados unos minutos, las hago acomodar una a la par de la otra en el sillón, con las piernas abiertas, me acomodo primero entre las piernas de Ema y le propicio una tremenda chupada de concha, de pasó le meto dos dedos en su culo. Ella sabe como viene la mano, está totalmente relajada. Luego arremeto entre las piernas de Giuliana, su concha es una delicia, ya está resumiendo jugos al por mayor, logro llevarla al borde del paroxismo, su orgasmo está al caer por lo que sin aviso me acomodo bien, pongo sus piernas sobre mis hombros, apoyo la cabeza de mi poronga en la entrada de su cueva y se la ensarto suave pero firme. La piba se queda sin aire al sentir entrar mi monstruo, gime un poquito y se queja, pero al fin está totalmente penetrad, no atina ni a moverse, yo tomo la iniciativa y comienzo a cogerla, le doy firme, hasta el fondo, pronto comienza a colaborar y no duró ni tres minutos y acabó en medio de un gemido largo y sonoro, yo más fuerte le dí. Cuando se calmó un poco se la saqué y acometí la concha de Ema que ya se encontraba lubricada por la paja que se estaba haciendo mientras yo cogía a su amiga. Lo mismo, patitas al hombre y verga adentro. Mi nieta está más caliente que otras veces, su concha está inundada lo que facilita la penetración, y obvio que el goce, lo disfruta y pronto llega a su primer orgasmo, ella quiere seguir en busca del segundo, pero no la dejo, todo a su tiempo, tengo que aprovechar que su amiga todavía está sufriendo los efectos de su primer acabada e día de hoy para hacerle la cola. Las pongo a las dos en posición de perrito al borde del sofá, yo arrodillado quedo a la altura justa de ambos culos. Me aproximo a Giuliana y se la voy metiendo desde atrás, la niña goza como loca, se mueve como una serpiente, yo aprovecho esa calentura y lubrico su culo con mucho gel, se nota que ese agujero no ha recibido muchas atenciones, hay que ir con cuidado para no lastimarla. Unto mucho gel en mis dedos y voy estirando su esfínter, primero uno, luego dos y finalmente al entrar el tercer dedo ya está lista, sin mediar explicación retiro mi pija de su conchita se la apoyo en su ano y pecho suave pero firme, cuesta un poco pero al final en medio de un fuerte quejido de la niña la cabeza de mi tripa desaparece por su orificio, suavemente sigo metiéndola hasta que se la entierro toda, la niña llora en silencio, aprieta un almohadón y lo muerde, yo sigo cogiéndola con ganas, hasta que de pronto noto como se relaja y comienza a gozarla, y así llegó a su segundo orgasmo, con su primera vez por el culo. Se la saqué y la cabeza salió con unos hilitos de sangre, mi nieta ya estaba desesperada por recibir la poronga, se acomodó bien y se la zampé toda de una. Ella no se quejó y comenzó una cabalgata que pronto me llevó al borde de la acabada, lo que sucedió conmigo sacando la pija y echando toda la leche en su espalda. Giuliana observaba de costado, para finalizar le ofrecí la poronga a Giuliana quien con una muy buena mamada me la dejó bien limpita y ambas niñas satisfechas. Ambas sonreían y mi nieta le dice a su amiga, viste que no te mentí. Mi abuelo es un capo y tiene una pija hermosa. Giuliana solo afirmaba. En eso mi nieta me pregunta si la semana que viene puede traer a otra amiga que está intrigada y no cree lo que Ema le dice del tamaño de mi porongo. Claro que acepté sin problemas. Ya tengo compromiso para toda la semana. Me va a salir caro en pastillitas. jaja. No se pierdan la parte tres de este relato
Muy excitante y con morbo espero la continuación.
Ojala no tarde mucho en llegar la siguiente parte, esta muy bueno👍🏼
Yo ni loca lo comparto