EL DULCE PLACER DE MI PRIMO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Siempre me han gustado las mujeres, tan solo pensar en una rica vagina me excita al grado de generarme una erección.
Ësta historia tan real como tu y como yo, empezó cuando yo tenía 12 años y mi primo 11; en ese entonces mis distracciones eran el Play Station, jugar fútbol, ir al parque; en fin, lo que un niño normal de 12 años hace.
Un día mi madre me indicó que en lugar de llegar a casa después de la escuela, tenía que llegar a la casa de mi tía, ya que por la noche habría una fiesta por motivo del cumpleaños de mi tío.
Al llegar a la casa de mi tía todo parecía normal; ella cocinando, mi primo (que estaba en diferente escuela) jugando al Nintendo; en fin, nada raro para mi. Al momento que llegué, aventé mis libros al sillón de la sala y me dirigí con mi primo para que me invitara a jugar, y así fue.
Cuando mas picados estabamos jugando, mi madre me avisa que saldría junto con mi tía al súper a comprar cosas que le hacían falta para la cena. Yo le dije que estaba bien, que me quedaría jugando con mi primo.
Lo que enseguida pasó me dejo en ese momento sin palabras. Mi primo de la nada dejó el control de la consola encima de la misma, y yo inocentemente le pregunté: "¿ya no vas a jugar?" a lo que el me dijó que no con la cabeza. el empezó a sobarse por encima del short su pene, aún así no captaba lo que el quería hacer y seguí jugando; al cabo de un rato él me dijó: "cómo ves si jugamos al papá y a la mamá", extrañado le pregunté que cómo se jugaba, y sin pensarlo se inclinó hacía mi dandome un beso en la boca. Al sentir sus labios suaves, tersos, húmedos, me hicieron sentir un vibrar en todo mi cuerpo que culminaba en mi pene; yo al sentir esa sensación tan placentera le respondí el beso.
Después de besarnos los labios y el cuello, nuestras manos se pusieron inquietas y empezamos a combinar besos con caricias en nuestros penes; el calor llegó a tal grado que nos tiramos en su cama e iniciamos a frotar nuestos penes algo erectos por encima de la ropa.
Ël se paró y comenzó a desnudarse; primero su camisa dejando ver ese torso delgado, sin vello, sus pezones morenos y su ombligo que invitaba a ver más abajo; al cabo de unos segundos quedó sin shorts, quedando solo en calzón blanco, viendo sus piernas delgadas, morenas, largas; al final se despojó de ese calzón blanco descubriendo su penecito de un chico de 11 años, moreno sin vellos, un escroto sin colgar ya que en ése entonces no producía leche, a través del espejo podía ver sus nalguitas, perfectas, tersas se podá ver la suavidad de su piel. Enseguida se avalanzó sobre mí y me quitó la camisa blanca a botones dejando al descubierto mis pezones, él no dudó y me los empezó a chupar, tal vez pensando en un seno de mujer, me los chupaba abriendo toda su boca y succionaba cual niño siendo amamantado; acto seguido, desabrocho el pantalon azul y me lo quitó de un solo jalón, mi erección era notable y me quité el calzón para que mi pene quedara a merced de él.
Nuevamente nos acostamos en su cama y el empezó a frotar esas nalguitas deliciosas y suaves contra mi pene, aunque no hubo penetración, experimenté una sensación deliciosa; sentía como si mi pene fuera a explotar, y todo gracias a el roce de esas pompis. Nos seguimos frotando por un rato hasta que quedamos boca arriba e iniciamos a agarrarnos el pene mutuamente, lo que sentía en mi mano era delicioso, un pene duro como piedra, pero a la vez suave, una pélviz sin vello y unos huevos nuevos, es decir sin leche.
Cuando quedamos de frente y estabamos frotando pene con pene y besandonos, escuchamos la camioneta de mi mamá y tuvimos que vestirnos.
Esto solo fue el inicio de muchas veces que jugamos a los papás, pero lo demás es otra historia.
Es el primer relato que publico, por favor hagánme saber si fue bueno o no, o cómo lo puedo mejorar.
También tengo historias con mi ex novia por si les interesa, hagánmelo saber.
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