El frio de mi hijo…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Edollan.
Me llamo Isabel, me dicen Isa, tengo 29 años, mi hijo Kako de 13, y un embarazo de ocho meses, fuera de un marido que me dejó apenas supo que estaba embarazada de nuevo. Bueno es que lo habían obligado a casarse conmigo cuando yo tenía 15 y el 17 años. Tuvo que dejar el colegio e irse a trabajar a la marina mercante con su padre. Odiaba a Kako, porque era la causa de su matrimonio y de terminar de estudiar. Yo después que tuve a mi hijo, seguí estudiando porque mi madre se hizo cargo de su crianza. No tuve mucho contacto con mi hijo hasta que cumplió los 12 años, por eso me dice solo Isa, jamás mamá, a su padre casi no lo conoció, pero sabía de muy chico que no lo quería, asi que su abuelo fue su verdadero padre.
Hace unos dias llegó del cole muerto de frio, tiritaba mucho así que lo abracé y lo reté por ir desabrigado al colegio, le saqué los zapatos y calcetines mojados, le puse unos secos después de friccionarle los pies, le pasé las manos por todo el cuerpo, para activar la circulación, soy enfermera, así que sabía lo que debía hacer. Me desesperé cuando le vi las manos azules, hipotermia o Raynaud por el frio, no lo dudé un nanosegundo, le tomé su mano izquierda y me levanté la falda, la llevé entre los muslos, pero la derecha la puse directamente en mi entrepiernas y apreté las piernas, para darle calor. En el momento de poner su mano derecha, me quedó junto a la vulva, sentí una onda de hielo que me subió hasta el cerebro. El sintió de inmediato el calor en sus manos y me miró agradecido, me dijo: Isa andas sin bragas.
Me quedé muda de espanto, pues claro que andaba sin bragas, porque al contrario que a muchas mujeres, con en embarazo avanzado, yo pasaba caliente y masturbándome a cada rato. Las manos frias de Kako, me habían producido una baja de la libido, lo que me dejó más tranquila. No le respondí de inmediato, solo atiné a preguntarle ¿Como sabes que ando sin bragas? Me miró sonriente. Ya no soy un crio y siento tus pelitos en mi mano. Traté de no mirarlo ¿te molesta tenerlo ahí? Me miró extrañado. No al contrario es rico, porque está calentito, se movió su mano y sentí deseos sobre la marcha, que me la metiera hasta el útero, pero me controlé, hasta que dijo: Oye te estás mojando, te sale un líquido del coño ¿te estás meando? Le sonreí. No lo que pasa es que es normal, en las mujeres cuando nos ponen algo entre las piernas, nos exitamos y nos sale un líquido de la vulva, de las glandulas de Bartolino y Skene, oye dime ¿No te enseñan eso en el cole? Me miró asintiendo, pero no como lo haces tu, la profe es muy tonta, el otro dia, Marcos le preguntó si nos podía enseñar el coño y ella se puso a llorar y lo acusó al rector. Él preguntaba en serio, por que él no ha visto núnca uno, bueno yo solo por internet. Pensé, así que mira sexo por internet. No le dije nada, le saqué las manos y estaban ya muy rojas, me dijo. Me duelen un poco todavía.
Al dia siguente lo mandé muy abrigado, con botas, gorro y guantes. Pero nada al volver, ni gorro ni guantes no venía mojado pero si con muchísimo frio nuevamente. Me pidió de inmediato. Déjame ponerte las manos en las piernas. No lo dejé, ya me había provocado muchas pajas el recuerdo de su mano en mi vulva. Así que le froté las manos con las mías y se quejó. Me duelen los dedos, los pulgares no, pero los otros si y mucho. Entonces me solté la falda maternal en la cintuta barriguda, le puse las manos por debajo de la blusa en mi panza, para que se le temperaran, sentí el contacto heladísimo, me preguntó. ¿No le llegará el frio al bebe? Quizás sea mejor que las ponga entre tus piernas, como ayer. Le dije no. Pero sentí como movía las manos y las daba vueltas, ahora sus palmas estaban hacia arriba, estaban terriblemente frias, las doy vueltas para que se entibien por los dos lados, me explicó, cuando las volvió a dar vueltas quedaron junto a la parte inferior de mis senos, sus manos ya no estaban tan frias. Baja las manos le dije. Me replicó ¿Porque? No estoy haciendo nada. Lo miré muy seria y le dije, me estás tocando los senos. Me miró molesto. No lo hago, pero si quieres saber, esto es tocar los senos y con las dos manos me los tomó con suavidad, pero muy firme, sus dedos aprisionaron los pezones y me los apretó suavemente, diciendo.
Esto es tomar los senos Isa ¿Te das cuenta de la diferencia. Lo miré enojada, pero me había puesto a mil, estaba a un hilo muy delgado de cometer una barbaridad, de pronto sacó una mano mientras con la otra me acariciaba sin parar el seno, no podía no tenía fuerzas para pedirle que terminara, metió su otra mano bajo mi falda y fue directamente a la entrepierna, tampoco tenía las bragas, no tuve fuerzas, se cortó el hilo y me entregué, le abrí las piernas, su mano comenzo a jugar con mi vulva, era un poco brusco, así que llevé mi mano a la suya y le mostré como me podía masturbar, estaba a mil y ya no pensaba nada, estaba con un macho y me estaba dando placer, le dije. Hazlo con cuidado, pásame un dedo, este es mi clítoris, es lo que me produce más placer, abrió la palma de su mano y comenzó a masajear mi vulva en toda su extención, cuando metió un dedo en la vagina, me liberé de complejos y le pedí. Méteme dos, con dos dedos por favor, lo hizo, sus dedos son largos y delgados, me comenzó a follar con los dedos y no soporté más me dejé llevar por un orgásmo brutal, le gritaba. Mátame… párteme entera… así Kako… así mi amor… maaaas… maaaaaaassssssss… y sentí que perdía el conocimiento por el placer, me recuperé lentamente. Kako me acariciaba los senos y el chichi por igual, amazando y haciéndome gozar. Me di cuenta que su mano abandonaba mis senos y se soltaba los pantalones, sentí un poco de temor que me quisiera follar, pero se bajó los pantalones y los boxer, su polla se levantó como un estampido y me pidió. Pajéame Isa por favor… no aguanto más… pajéame fuerte. Decidí romper con todo, mi calentura era extrema, lo tomé de los hombros y lo senté en una silla, luego abrí mis piernas y me puse sobre él diciéndole.
Te voy a hacer la mejor paja de tu vida. Me miró agradecido, me puse sobre él y le tomé la polla, me la puse en la entrada de la vagina y bajé despacio, sentí como me penetraba lentamente, era un placer inexplicable, cada centimetro que me entraba era más y más placer, lo tenía durísimo, era un trozo duro al que mi vagina se abría con un pacer único, por el embarazo mi tracto es corto, así que tocó fondo y entonces comencé a menearme en circulos y hacia adelante y atrás, el me masajeó los senos, me sacó uno y lo succionó tan fuerte, que comencé otro orgásmo de inmediato, me clavaba su pene sin parar, lo abracé y le metí practicamente un seno en su boca, me chupaba con mucha fuerza, mientras mis caderas hacían el trabajo de menearse, para darnos placer, de pronto me pidió. Más fuerte… me corro… Isa… me corro… uuuuuuuu… haaaaaaaaaa… Sentí como su leche caliente llenaba mi vagina y me hacía reventar de placer. Yaaaaaaaa… Kako… másssss… mássss… así… en cada sentada mia, me brotaban olas de placer increible, sus últimos gritos de perdieron con los mios. Quedé sentada sobre él, sin poder moverme, sentía su pene clavado en la vagina, y quería que se quedara mucho tiempo, pero me di cuenta que estaba cansada, que no quería más sexo. Como un rayo me vino la imagen, de estar follando a mi hijo. Me quise morir de verguenza, un sentimiento de culpa me atormentó, el simplemente, me abrazó y me dijo. Gracias Isa, ha sido la mejor lección de sexo, luego me besó en la boca y su lengua fue muy hábil para encontrar la mía y continuar el juego del amor. Su polla seguía en su lugar y pese a todos los remordimientos, decidí que permaneciera allí. Me pidió. ¿Podemos repetir esto en la cama? Entonces traté de pararme, había un post coito que debía afrontar, le dije. No podemos, no debemos, lo que hicimos está muy mal Kako, lo que pasa es que el embarazo me tiene muy exitada y me ando masturbando todo el dia.
Me quise parar y abandonar el placer de sentirlo dentro de mi, pero me sujetó con mucha fuerza. No, no me abandones, ya no tendrás que masturbarte más, yo te daré todo el sexo que quieras, ya no tendras que masturbarte más en la vida, te lo prometo. Le hice cariño en la cara, me disponía a darle un sermón, cuando me di cuenta que todavía estabamos conectados con su pene muy dentro de mi, que su semen y mis líquidos abandonaban mi vagina para correr por el periné hacia sus testículos y se iban a depositar en la silla. No tenía nada que decirle, menos darle un sermón, salvo ¿Te gustó mi vida? Me miró y me volvió a besar en la boca. Si y ahora eres mia, ahora me tienes a mi, contigo voy aprenedr a ser un buén amante. Juntos tendremos al bebe ¿Si mi amor? No tengo idea porque le dije. Si y seré tuya cuando quieras y tu serás mio cuando quiera. Lo besé en la boca. Me preguntó ¿Quieres que hagamos más el amor? le dije: Si quiero más quiero mucho más, será en la cama o donde tu quieras, vamos mi principe encantador. Tuve que mamarsela varias veces para que me dejara descansar. Mi amante es insasiable y yo quiero hacerlo feliz.
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