El fruto no tan prohibido: Mi prima Mónica
Despues de varios años pude concretar con mi prima.
El fruto no tan prohibido: Mi prima Mónica.
Después de 12 años se concretó.
Recuerdo que en el siglo pasado después de soplar mis 8 velitas llegó al mundo Mónica, hija de mis tíos. Mi muy prima le decía, porque nuestros padres eran hermanos y nuestras madres también lo eran. Por razones laborales nuestras familias tenían sus hogares alejados una de otra y nos juntábamos cada tanto. Recuerdo que Mónica era una niña muy bonita con tez blanca, algunas pecas, pelo rubio tendiendo a rojizo que hacían resaltar aún más sus ojos profundamente azules. Luego de la separación de mis padres y debido a mi trabajo de técnico viajé mucho y perdí contacto con buena parte de la familia.
Volví a saber de ella a través de una invitación a su casamiento. Me propuse ir a la boda ya que hacía tiempo que no la veía. Y sí, hacía más de un metro de altura y mucha hermosura que no me encontraba con ella. Que bella mujer, casi 1,80 de altura, su pelo rojizo se había transformado en una cabellara rubia ondulante y sus ojos, quizá por el tiempo, mucho más azules. Su hermosa fisonomía indudablemente seguía todas las reglas de Fibonacci.
Ya avanzada la fiesta tuve oportunidad de dialogar con ella a solas. Entre comentarios banales dejé escapar un :-Moni…. Hace mucho que no te veía. Qué linda que estás!!! ¿Cómo se te ocurre… (Hice una pausa. Ella esperaba que dijera “Casarte” ) ¿Cómo se te ocurre ser mi prima?. Le dije. Primero fue una carcajada y luego se quedó mirándome con un leve movimiento de su cabeza como asintiendo. – ¿Cuánto querés por tus pensamientos? Le pregunté.- Me parece que vos sabés lo que estoy pensando- me respondió. Fuimos interrumpidos y la fiesta continuó.
Creo que pestañé un par de veces y pasaron 12 años hasta que volvimos a encontrarnos a solas. Hubieron varios encuentros intermedios pero todos multitudinarios en los cuales solo intercambiamos algunas miradas. Creo que ninguno quería acercarse al otro porque imaginábamos lo que sucedería.
El azar quiso que yo estuviera de gira pasando por su ciudad y ella con problemas eléctricos en su casa. Me pidió si quería resolverle un par de ellos. Acepté gustoso, más aún con una invitación a almorzar de por medio. En ese momento, Mónica a sus 32 años estaba sola, separada por tercera vez y más linda que nunca. Según nuestra mutua tía solterona : “Los hombres no le duran porque es muy ardiente y demandante sexualmente”. Esos comentarios quedaron dando vueltas por mi cerebro. Ya en su casa resolví los problemas eléctricos mientras ella preparó el almuerzo. Esperaba que alguien más de la familia llegara pero cuando solo hubieron 2 platos a la mesa tuve que disimular mi alegría y ansiedad.
Luego del café de sobremesa la cosa se puso más interesante. La mirada de Mónica era mas brillosa, sus mejillas más rosadas y el bulto en mi pantalón podía notarse claramente. Una electricidad recorrió todo mi cuerpo cuando nuestros labios se chocaron por primera vez. Había tensión reprimida durante varios años. Besos, abrazos y caricias fueron la preliminar desde el comedor. La alcé en mis brazos y la llevé hasta el dormitorio, una King nos esperaba. La desvestí pausadamente mientras quitaba rápidamente lo que yo traía puesto, la recosté en la cama y comencé a recorrer su hermoso y aromático cuerpo cubriéndolo de caricias y besos. Sus pechos no eran voluminosos sino más bien firmes y puedo asegurar que muy sensibles. Mi boca a través de sus pechos sacó de la suya gemidos y pequeñas exclamaciones de placer. Desde sus sobresalientes y muy sensibles pezones fui bajando lentamente, pasando por su abdomen, para casi llegar al botoncito de placer y esquivarlo maléficamente. Fui rodeando su cuevita que olía maravillosamente a excitación. Ella movía sus caderas tratando de que mi boca se posara sobre el clítoris, no lo consiguió fácilmente, tuvo que tomar mi cabeza y empujarla hasta allí. Succioné suavemente con él entre mis labios. A partir de ese momento agradecí que no tuviera vecinos cerca. Comenzó a jadear, gritar, retorcerse, apretaba mi cabeza entre sus piernas y arqueaba y contorsionaba la cintura. Me detuve un momento para respirar, mirándole su cara de felicidad, abrió sus ojos me miró, empujó mi cabeza entre sus piernas abiertas, volví a tomar su clítoris entre mis labios y a comerme esa preciosura. Lo tenía tan hinchado y erecto que podía tomarlo como un diminuto pene y hacerle lo mismo que a uno. Eso hice. Succioné, lo metía y sacaba de entre mis labios ayudando con mi lengua, recorría sus alrededores y cada tanto rozaba su puntita. Mónica se retorcía y jadeaba agitada , aspiraba hondo, exhalaba profiriendo gritos con todas las vocales hasta que tensó su cuerpo, se agarró mas firmemente de mis cabellos y comenzaron los espasmos de un sollozado orgasmo. Aminoré la fregada clitorideana cuando intentó sacar mi cabeza de entre sus piernas, no pudo. Había pasado mis brazos debajo de sus piernas enlazando una con cada brazo y atrapando su vagina contra mi cara. Cada vez que movía levemente mi lengua era un – AAAAHHH!!!!.
Cuando dijo entrecortadamente –Para! Para! Por favor! – me detuve y dejé mi lengua apoyada sobre el botoncito que hervía y palpitaba al ritmo de sus espasmos.
Dejé que saliera de esa posición y se colocara boca abajo y con la cabeza hundida en la almohada gritó – Haaaaaagg , Como me hiciste acabar!!! Animal!!!
Cuando pasaba mis dedos acariciando su espalda seguía estremeciéndose por la sensibilidad que le había quedado. Besé su hermosas nalgas que sobresalían como firmes montañas de su bello cuerpo tendido sobre la cama.
– Nooo!! Me vas a matar! Dijo.
– No, la idea es hacerte disfrutar como nunca. ¿No esperaste este momento tanto como yo?. Bueno, disfrutalo. Yo lo estoy disfrutando y mucho. Me encantó verte así excitada, sacada, hecha una fiera y ahora calmadito. Pero no va a ser por mucho rato, hay alguien que te está esperando-. Dije mirando mi pene que estaba perdiendo erección.
La acaricié un par de minutos, mi pene perdió su erección, pero observando sus bicolores nalgas de tostado con dibujo mas claro de diminuta tanga volvió a endurecerse. Me recosté boca arriba a su lado. Giró su cabeza hacia mi pene y mirándolo dijo –Lo quiero adentro, bien adentro.
– Es todo tuyo, te está esperando-
Agarró mi pene con una mano, con la otra mis testículos y se lo metió en la boca. Uy que lindo. Yo estaba mentalmente excitado pero mi pene no había recibido tratamiento alguno. Comenzó a mover su lengua a través del glande con movimientos giratorios y realmente se sentía delicioso. Eso la volvió a calentar tanto que se sentó sobre mi pene hasta introducirlo completamente arqueando la espalda y lanzando un – Aaaaah, que rico se siente!!. No sé si va a entrar todo eso que me trajiste.
– Despacio, va a entrar – . Le dije, asintiendo con la cabeza.
Comenzó a moverse hacia los lados, de atrás hacia adelante hasta que se juntaron las pelvis Se tiró sobre mi pecho jadeante y calculo que un poco dolorida. Abracé su espalda y mis manos se fueron rápidamente a sus nalgas, a sus hermosas y firmes nalgas. Las agarré firmemente y comencé a moverla de adelante hacia atrás mientras seguía recostada y rozando sus pezones con mi pecho.
No duró mucho así, rápidamente se irguió y sentada sobre mi pene, yo agarré sus pechos y ella mis muñecas. Comenzó a moverse de adelante hacia atrás, primero suave y firmemente. Temblaba de la excitación, creo que era ella o ambos. Cuando aceleró sus movimientos sentía que mi pene iba a estallar en cualquier momento, traté de contenerme y esperar a que ella decidiera. Era mucha su excitación sus movimientos y sus jadeos como para no dejarse llevar. Me puse a observar su boca entreabierta buscando aire para sus jadeos y largos quejidos de placer. Su hermoso cuerpo cabalgándome, por suerte de adelante hacia atrás y no de arriba hacia abajo. Si hubiese sido mete y saca mi pene explotaba antes que ella llegara a su final. Cuando sus movimientos fueron mas violentos sus manos se aferraron mas firmemente a mis muñecas y las mías apretaron y frotaron mas fuerte sus pechos,. Sentía sus pezones endurecidos en las palmas de mis manos. Claramente estaba llegando a su climax, dejé de concentrarme y me dejé llevar por la excitación, creo que comencé a eyacular antes que ella profiriera ese AAAAHHH que dio lugar a sus epilépticos movimientos de un esperado orgasmo. Hizo un par de movimientos mas lentos mientras mi pene expulsaba todo su semen, ella temblaba y jadeaba, se dejó caer sobre mí y cuando dejó de convulsionar aspiró hondo y dijo – UAAAUUUU!!!
Mi pene seguía palpitando y su vagina succionando cada gota que de él saliera. Exhaustos ambos quedamos abrazados mientras mi pene iba perdiendo dureza.
Su cometario con voz temblorosa fue .- Esto hay que hacerlo más seguido, está muy bueno.
.- Siii!, por supuesto. Le contesté.
Nos fuimos a duchar juntos. Enjabonando su hermosos cuerpo comenzamos nuevamente a excitarnos pero no me atreví a seguir adelante ya que en cualquier momento podría aparecer algún familiar.
Enfriamos el momento y nos prometimos volvernos a encontrar.
Las promesas hay que cumplirlas.
Excelente relato!
Gracias por tu comentario Jesus, traté de contar lo mas detallado lo que pasó realmente.
Excelente, sin duda excitante!