El Gigoló Familiar – Parte 2
La historia de como me convertí en el gigoló para desvirgar a niñas de una comunidad….
Lamento mucho la tardanza, el trabajo me ha tenido ocupado, decidí hacerlo un poco mas largo como compensación. Continuamos con la historia:
No sabía si estaba soñando o no, pero me encantaba, de alguna manera, por un día, había convertido mi vicio mas oscuro en una vocación. Cuando volví a casa, no cabía en mi mismo, estaba tan complacido y cansado que no necesité de las bragas de mi prima esa noche, dormí como un bebé.
A la mañana siguiente, ya en lunes, desperté mas descansado de lo habitual, con mas vida, tomé una ducha y me arreglé para el trabajo. Sabía bien que probablemente no trabajaría mucho ese día, los lunes no hay tanta gente, y efectivamente así fue, atendía mis mesas como si nada, extrañado por el aumento de atención al cliente que tenía, culpo a la felicidad por el día anterior. Alrededor de las 6 de la tarde llegó una mujer de cabello negro corto en un atuendo que de lejos se notaba de oficina, una falda negra lisa con una blusa blanca y el saco del mismo color que la falda, la mujer tomó una de mis mesas, así que me dispuse a atenderla.
Buena tarde, mi nombre es Julian y seré su mesero, que le puedo servir? .-Con la pequeña libreta estaba preparado para anotar la orden de aquella desconocida, mujer bella a decir verdad, no podría hablar bien de su figura debido a que su recatada vestimenta me impedía apreciarla mejor.-
Nada del otro mundo que pidiera la mujer, una ensalada Cesar y agua natural, normalmente los clientes no hacen contacto visual, pero esta mujer si, en cualquier momento que yo estuviera cerca sentía su mirada fija en mi. Un sentido de hombre me decía lo obvio «le gusto», si se daba la ocasión, pues quizá me daría el gusto con ella. Pasada alrededor de una hora la mujer pidió la cuenta y yo se la entregué, dejé la carpeta de cuero y le di un momento. Cuando volví a la mesa, la mujer se había ido, «hoy no, campeón», pensé.
Al tomar la carpeta quise percatarme de que hubiera pagado y claro, dejado propina, y efectivamente había dejado, pero algo mas llamó mi atención, un papel doblado, fui a dejar la carpeta donde debía y me quedé el papel. Al abrirlo en privado en el baño solo vi un número de teléfono y una nota corta.
«Necesito tu ayuda, llamame.
P.D. A. Y A. te envían saludos.»
«A. y A.?» La respuesta llegó de golpe con un grato recuerdo del día anterior, se refería a Amalia y Ana, era lo mas probable, pero la duda ahora era quien es esa mujer y que relación tiene con Ana y Amalia. Primero entró la paranoia, era posible que esa mujer supiera mi secreto con Amalia, pero porque querría mi ayuda en primer lugar? Un pequeño nervio me picaba, pero me repetía lo de la vez pasada, «será una trampa?».
Para cuando terminó mi turno yo seguía pensando en la nota y en si llamar o no,
lo mismo iba pensando en el camino a casa, no paraba de darme vueltas en la cabeza. Cuando llegué a mi casa me serví una cena ligera para pasarme todo el rato viendo la nota una y otra vez, así como veía el fajo de 5000 dolares que Amalia me había dado ayer. Me decidí a hablar, tomé el teléfono, marqué el número y después de un corto momento una mujer contestó.
Buenas noches, lamento la hora, usted me dejó su número en el restaurante? .-Primero un corto silencio, después contestó afirmativamente.- En que puedo ayudarle?
Necesito de su ayuda .-Jadeaba un poco, parecía hasta mas nerviosa que yo.- Amalia me dijo que usted puede prestar ciertos «servicios» para niños.-
Eso me voló la cabeza, una vez y ya me habían recomendado, o soy muy suertudo o esa mujer es aún mas pervertida que yo. Me preguntó si podíamos vernos para hablar un día en privado, y yo con toda la «profesionalidad»posible le indiqué mi hora de salida del trabajo mañana, que pasara por mi a esa hora.
No hay mucho que relatar de que pasó después, veía las bragas de mi prima y me sentía orgulloso, mi perversión me había encaminado a un futuro brillante. Al llegar la noche salí de trabajar y me recogió un auto blanco con la mujer a bordo, subí y después de los saludos de cortesía comenzamos.
Mi nombre es Julieta, y como le dije por teléfono Amalia me dijo que usted ofrece servicios para niños y madres.- La mujer lo decía con nervio, como un hombre que contrata a su primer prostituta.-
Yo por mi parte asentía a cada pregunta que me hacía, que si era gentil, que si la tenía grande, que si tenía los mismos gustos y al final lo interesante, me indicó que tenía 36 años, era viuda y vivía de su trabajo como abogada con sus dos hijas, Valeria y Vanessa, un par de gemelas de 10 años y que necesitaba el mismo servicio que con Amalia. Fingí un poco de tranquilidad ya que la idea me tenía a tope, y respondí.
Bueno señora, el servicio es completo, por el momento solo vaginal, oral también, servicio en su casa, y usted puede participar si lo desea, tiempo ilimitado por 5000 dolares.- No me conocía hablando así pero se sentía bien.-
Esa mujer aseguró que el dinero no era problema, preguntó que si podría ser en fin de semana, por mi trabajo y porque las niñas tenían que dormir temprano, le dije que el sábado estaba bien, que pasara por mi a esa misma hora. No pasó ni un solo segundo de que terminé de hablar y ella ya tenía la mano entre mis piernas.
Amalia me aseguró que podría hacer una prueba de calidad antes del servicio.- Me acariciaba el pene con mucha suavidad y abría aquella misma blusa de oficina dejándome un pequeño vistazo a sus senos, mas pequeños que los de Amalia pero se antojaban igual.-
Claro que no me iba a negar, la guié al mismo motel que frecuentaba con Amalia, pagó por el cuarto y estacionamos. Al entrar al cuarto cerré la puerta detrás de nosotros y de golpe me pegué a ella de espaldas con una mano tomando su cuello y la otra levantando su falda.
Durante los servicios yo tengo el control absoluto.- Le susurraba al oido mientras mis labios bajaban a su cuello aun tomado por mi mano, y ella sumisa asentía con un leve jadeo, le di una nalgada antes de soltarla.- Quitate todo.
Lentamente se fue despojando de sus prendas hasta quedar sin nada y lo que tenía ante mi era maravilloso, efectivamente tenía los senos mas pequeños que Amalia, pero sus nalgas, Santo Cielo, era como ver a Ana ya crecida. Me despojé de mis prendas rapidamente hasta quedar sin nada con mi pene erecto al aire, me acerqué a Julieta y la puse de rodillas para después acercar mi pene a su rostro, lo comenzó a lamer y a chupar con gusto, con deseo y yo guíaba su velocidad con mi mano.
A mis bebés no les va a caber todo esto en ningún lado.- Me dijo y siguió chupando ahora mas rapido, el calor de su boca me encendía aun mas.- Estoy mojada solo de pensar que las veré haciendo esto
Al oirla la levanté y besé sus labios con la misma pasión que le juraba a Amalia mientras mi mano bajaba hasta su vagina, no mentía, estaba empapada, mis dedos entraban en ella con mucha facilidad, ella gemía de placer pidiendo mas mientras tomaba mi pene con fuerza.
Quiero verte tocandolas, quiero que seas su primer hombre.- Sus palabras llegaban entre gemidos combinados con el salpicar de sus fluidos.- Quiero que nos hagas gemir a las tres.
Esas palabras me tenían demasiado excitado, no lo podía evitar, la idea me encantaba, la arrojé a la cama y abrí sus piernas de par en par colocandome entre ellas y sin esperar aprobación alguna entré en ella con la misma facilidad que mis dedos lo hicieron, no hubo ningún grito de dolor o molestia, solo de placer con sus manos en mi espalda y mis nalgas, rogando por mas mientras sus gemidos sonaban en toda la habitación. Por supuesto que no me detuve, movía mas mis caderas sobre ella entrando y saliendo sin parar hasta que su primer orgasmo llegó, pude sentirlo en mi pene, pobre mujer, tenía mucho tiempo sin un hombre. A los pocos segundo de venirse se acomodó en la cama boca abajo y levantó las nalgas hacia mi dejandome ver el enorme tamaño que tenían, usó sus manos para abrirselas.
Por favor, abreme el culo, mi difunto marido nunca quiso.- Su voz era tan suplicante que no faltó ni un segundo para tener mi cuerpo pegado al de ella con mi pene golpeando sus nalgas para provocarla, aunque ni yo podía mas con las ganas, así que lentamente introduje mi pene en aquel ano, apretaba de una manera tan deliciosa que no lo podría describir y su grito de placer no ayudaba.-
Pasado un momento que se acostumbró a mi comencé a bomberla lentamente, era dificl para ella tapar sus gemidos, aun mordiendose el labio, por supuesto que no iba a parar, yo tenía el control, la tomé del cabello y la embestí con mayor fuerza mientras le daba nalgadas. Julieta ya no podía contener sus gemidos, era demasiado el placer.
Quiero que termines adentro! Llename! .- No había tardado mucho, se estaba viniendo de nuevo y yo estaba cerca, tal como ella lo deseaba no pude mas y comencé a venirme en su culo, ella apretó aun mas para no perder ni una sola gota. Ambos caimos a la cama respirando agitados, ella se aferró a mi contra mi pecho, no la culpo, una viuda con tiempo sin sexo y tener que recurrir a un gigoló por la desesperación.-
Si esto haces por una mujer adulta, no puedo imaginar lo que podrás hacer por mis niñas.- Estaba decidida y su voz sonaba relajada. Dejamos pasar un momento y nos bañamos juntos, confirmamos la cita para el sábado y que la esperaba en mi trabajo. Arreglado todo me llevó a mi departamento.-
Pasados los días llegó el sábado, el gran día para las gemelas y yo me encontraba trabajando tranquilamente hasta que Amalia apareció en el restaurante y venía con Ana a quien noté mas contenta que de costumbre y mas arreglada. Pidieron su mesa y las atendí yo, todo normal solo que Ana sonreía mas de lo normal y me miraba mas, su madre por su lado me trataba como siempre. Para cuando les ofrecí el postre Ana empezó a hablar un poco nerviosa.
Julian…ammm…crees que…te gustaría ir al cine o por un helado? .- Esa si que no la vi venir, su madre la tranquilizaba acariciando su hombro, ya entendí, le ocurrió lo que a muchas adolescentes les ocurre con quien es su primera vez, le gustaba.-
La invitación me parecía un halago, por supuesto que la aceptaría, me parecía algo tierno de su parte, pero lamentablemente no podía hoy por lo de las gemelas, así que le sonreí tiernamente y contesté.
Claro Ana, me encantaría, pero no puedo hoy, tengo un «asunto» que atender.- Miraba a Amalia guiñandole el ojo y ella entendiendo a que me refería se mordió el labio.- Mañana te parece bien? Iré a tu casa.
Su rostro se iluminó de felicidad y asintió emocionada, pidieron sus postres y se los entregué «de la casa», las dejé un rato, pidieron la cuenta y pagaron. Cuando fui a despedirme ya se habían ido, tomé la carpeta y encontré mi propina de siempre junto con una servilleta con un beso, pero ahora tenía una diferencia, había otro beso mas pequeño de color rosa. Eso lo atesoraría siempre.
Al llegar la noche me apresuré a arreglarme y a la hora acordada ya estaba en la puerta del restaurante esperando a una Julieta que no tardó en llegar en su auto usando un vestido azul de noche y maquillada, subí a su auto, la saludé de beso y arrancó hacia su casa. En cada semaforo no perdía la oportunidad para pasar una amano por mi pene para tenerme listo, cuando le pregunté por el vestido ella sonriente me respondió.
Es la noche especial de mis hijas, no me la perdería por nada.- Estaba decidida a participar, estaba claro.-
El vecindario me parecía conocido, hice memoria un momento y me di cuenta que Julieta es vecina de Amalia, a unas pocas casas. Bajé del auto y entré a la casa, Julieta me invitó a ponerme comodo mientras iba por las niñas, pasee por la sala de la casa mirando a mi alrededor hasta que los tacones de Julieta me devolvieron a tierra, voltee y las vi, las dos gemelitas con sus batas de baño rosas acompañadas por su madre quien les dijo que saludaran, y las dos dieron las buenas noches, dos gemelas identicas de cabellos negros, se veían tímidas pero decididas, ambas se acercaron a mi y me tomaron de la mano.
No han tenido su primer beso, solo han jugado poco conmigo y entre ellas.- Dijo Julieta mientras yo llevaba a las niñas a la sala.-
Ahí mismo me senté en un sillón grande y una a una las senté en mis piernas y les aseguré que tendré cuidado con ellas. Primero me acerqué a Vanessa que tenía el cabello suelto, besé sus pequeños labios con toda la tenura de la que fui capaz, comenzó nerviosa pero después tomó mas confianza en el beso hasta que yo decidí meter la lengua en su boca, pasando un momento paré el beso, ella me sonrió y fui con su hermana a darle su primer beso de la misma manera sosteniendo su cabello recogido en una coleta y metiendo mi lengua en su boca. Terminé ese beso y empecé a abrirme la camisa mirando a su madre quien se mordía los labios viendo a sus hijas pequeñas besar a un hombre mayor. Las niñas acariciaban mi pecho con curiosidad y yo pasaba mis manos por sus espaldas hasta llegar a sus nalguitas dandoles besos cortos una por una. Su madre se acercó a nosotros, tomó a Vanessa en sus brazos y la besó con pasión mientras pasaba una mano por su pecho y yo por mi lado atendía a Valeria. Julieta bajó a sus dos hijas al suelo y les quitó las batas dejándolas solo en braguitas color azul cielo, después ella se quitó el vestido con la ayuda de las niñas quedando en una tanga también azul cielo que era devorada por sus enormes nalgas.
Las tres igualitas.- Decía con una leve risita, si que estaba dispuesta.-
Yo ya estaba a tope, mi pene no encontraba lugar en mi pantalón y mas aun al ver como Julieta hacía que sus hijas comenzaran a chupar sus senos, parecía que aun las amamantaba, se veía el gusto de las niñas al hacerlo. No pude mas me quité los pantalones y dejé mi pene erecto al aire frente a ellas, Julieta le dijo a sus hijas que les tenían un regalo, las dos voltearon y su madre les dijo que era para que comieran, ambas se acercaron y con sus manitas tocaban mi pene y testiculos, se turnaban para lamerlos de a poco, pero se centraban mas en lamer todo el contorno de mi pene con sus pequeñas lenguas. Valeria fue la primera en atreverse a meter mi pene en su boca, se sentía aun mas pequeña que la de Ana, me recordaba a mi prima en nuestros primeros días. Vanessa no se quería quedar atrás, así que bajó un poco y puso mis testiculos en su boca. Acerqué a Julieta y mientras tomaba sus senos y estiraba sus pezones, la hacía ver como sus hijas jugaban con su primer pene.
Las niñas cambiaban de posición y me atendían mientras besaba a su madre quien me pedía empezar, estaba de acuerdo, pero teníamos que lubricarlas primero, así que pregunté a las niñas quien quería ser la primera, las dos levantaron la mano al mismo tiempo lo que me sacó una pequeña risa, me decidí por Valeria al ser la primera en atreverse con mi pene, la levanté en brazos y hasta un poco mas hasta poner sus piernas en mis hombros y su vagina frente a mi sosteniendola de sus nalguitas. Comencé a lamerla y ya sentía que se había mojado y gemía levemente. Vanessa por su parte aun chupaba mi pene y Julieta se deleitaba con los gemidos de su hija, decidió unirse, se puso frente a mi y puso su cara entre las nalguitas de Valeria, comenzó a lamer el culito de su hija y esta gemía aun mas fuerte.
Pasado un momento decidí que ya era tiempo, así que con cuidado bajamos a Valeria y la paramos en el sillón, saqué mi pene de la boca de Vanessa y me senté, me puse a Valeria encima y la hice bajar poco a poco sobre mi pene, podía sentir su humedad en la punta, poco a poco y con esfuerzo pude entrar en ella, sus gemidos de placer se combinaban con los de dolor, siguió bajando hasta que topé con el himen el cual rompí, vi una lagrima caer y la besé para que se calmara, dejé que pasara un momento y después empecé a hacerla subir y bajar mientras se aferraba a mi pecho, Julieta por su parte había tomado a Vanessa y la cargaba boca abajo haciendo un 69 sentada, la pequeña de cabeza lamiendo la vagina de su madre y esta comiendo la vagina y el culito de su pequeña hija.
Valeria gemía un poco mas alto diciendole a su madre que sentía como «ganas de hacer pipí», Julieta le aseguró que sentiría algo muy rico, que no se preocupara sería su primer orgasmo, y la niña mas tranquila gimió tiernamente y se vino mientras se pegaba a mi pecho aun temblando, la bajé de mi y su madre y hermana fueron a reconfortarla con besos, juro que jamás había visto a dos niñas besarse, y menos de esa manera. Tomé a Vanessa ya lubricada y dejé a Valeria bajo los cuidados de su madre quien le daba mas besos y caricias, hice bajar a Vanessa de la misma manera que su hermana pero ella se tapaba la boca mientras se rompía su himen y después de un rato gemía aun mas que su gemela, lo disfrutaba.
La niña rebotaba queriendo mas, pero su pequeño cuerpo no pudo mas, y sabiendo lo que su madre dijo se vino temblando sobre mi cayendo agotada, la bajé y aun me faltaba la madre, la puse sobre mi al igual que sus hijas y la hice meterse mi pene entero, apretaba mucho menos que las gemelas pero eso no quitaba lo delicioso que se sentía, la mujer estaba a tope de excitada, acababa de ver a sus hijas hacerlo con un hombre, me suplicaba por mas y se lo iba a dar. Le hice una seña a las niñas para que se acercaran y eso hicieron, les di la orden de chupar los senos de su madre, lo cual hicieron al instante y los gemidos de Julieta se intensificaron enormemente, mis dedos se fueron a las vaginas de las niñas masturbandolas, Esa era una escena que jamás olvidaré, madre e hijas, las tres gimiendo de placer al mismo tiempo, el alarido de placer de Julieta viniendose se oyó por toda la casa, cuando se calmó yo me levanté y me masturbé frente a las niñas.
Vayan bebés, les va a dar lechita.- Les dijo su madre y ellas se acercaron y abrieron la boca en dirección de mi pene, ya no aguanté y me vine llenando sus boquitas infantiles de mi semen, ambas tragaron y sonrieron, su madre las besó y preguntó si sabía rico y si les había gustado, asintieron, las envió a dormir y ellas dieron las gracias, se despidieron con un beso de nosotros dos y se fueron.-
Julieta se veía mas que contenta, no cabía en si misma, pagó los 5000 que acordamos, al igual que Amalia, me invitó a pasar la noche ahí, me negué, la primera ocasión fue por nervio, pero esta fue por necesidad.
No puedo, tengo una cita mañana.- Le decía con una sonrisa complice, me vestí y me despedí de ella con un beso, me dio un extra para el taxi y salí de ahí, necesitaba llegar a descansar, mañana sería un día muy cansado y especial con una niña enamorada de mi.-
Si llegaste hasta aquí, agradezco tu tiempo y espero que te haya gustado esta parte, si quieres que continue hazmelo saber en los comentarios. Procuraré subirlos mas seguido.
Tienes arte en lo del morbo, sigue así
Claro que si sigue contando ok son buenos tus relatos y si no demores mucho dale amigo…. 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉
Si continúa me encantan tus relatos👍
cumpa dale vamos me encantan este tipo e historias espero con ansias el siguiente relato
Muy bueno el relato espero que cuentes más
Excelentes relatos, ya quiero leer la continuación
Ojala fuese la nena e.e jeje ya unas buenas cojidotas ricas d chikita o q sea mi hija un dia cn uno asi.
Muy morbosasos tus relatos ❤