El incesto en la vida de mi hija mi vida parte 20
Mas de mis vivencias. Una frase a la que no le di importancia se transformó en otra gran aventura..
A días después de la agradable experiencia con William, mi tio2 me volvió a escribir, como siempre a altas horas de la noche.
Tio2: Oye flaca, que andas haciendo, como siempre puteando hasta la madrugada jajajajajajaj.
Lau: Ajá y que más voy a hacer, si es lo que mis tíos me han enseñado. Ah y mas ahora que le sacaste plata a mi culo.
Tío2: Jajajajajaajajajaj, nojoda si, tienes razón. Culiar es lo que mejor te queda, y si pagan por ese culito hay que sacarle el jugo.
Lau: Y entonces para qué me vienes a decir que ando puteando, si igual a ti te conviene.
Tío2: Mira, precisamente para putear es que te escribo. Qué dices si este sábado vuelves a la casa de William, él quiere volver a romperte el culo.
Lau: Por mí encantada, siempre que lo haga suave, y ahora con platica de por medio, mucho mejor.
Tío2: Listo, ya cuadro la hora y te aviso para cuadrar también con Pau la mentira de esta vez.
Así quedé con él, a esperar que entre ellos se pusieran de acuerdo y me dieran la hora de la culiadera. Había visto unos tenis que me encantaron y quería comprarlos. Y desde entonces comencé a pensar que mentira inventar para cuando me los comprara.
Llegado el viernes mi tio2 me confirmó que pasaría por mí a las 9 y que tipo 10 nos iríamos para donde William, ya que Pau tenía que salir donde una amiga a las 9 y esa era la hora de la mentira.
Mi tio2 me recogió puntual a las 9 del sábado.
Lau: Nojoda y que vamos a hacer una hora mientras nos vamos para donde William.
Tio2: Marika no sé, se me ocurre que podríamos ir al mirador a pasar el tiempo, y si tenemos suerte de que no haya mucha gente me das una mamada.
Lau: Bueno, peor es nada, para estar esperando sin hacer nada me sirve para calentar motores.
Tio2: Jajajajajajajajaja, como si tú necesitaras calentar. Estas todo el tiempo con la chucha húmeda y la arrechera a flor de piel.
Lau: Por algo se amañan conmigo.
Dicho esto nos dirigimos a un sitio que se conoce como el mirador. Es un espacio que la gente frecuenta para volar cometas, tomar cervezas, hablar mierda y hasta para culiar mientras esperan ver el atardecer. Como era temprano en la mañana del sábado, día que aún trabajan la mayoría de las personas de mi pueblo, el mirador estaba casi vacío, los pocos que había se dispersaban mucho entre ellos, precisamente para aprovechar la soledad y poder hacer sus cosas sin que los interrumpan.
Fuimos a una parte donde hay arbustos que ofrecen una excelente vista del mirador, y ocultan muy bien de la vista de curiosos, había eso sí, que estar atentos por si alguien se antojaba de ir también hacia allá.
Una vez allí, mi tio2 me sentó en sus piernas y me comenzó a besar y chupar las tetas, y yo como toda buena niña me comencé a mojar de lo rico y a acariciarle la cabeza mientras el me hacia sus cosas. Luego me puso su mano en la cabeza y me empujo hacía abajo, obvio que ya sabía que tenia que hacer, y sin reparos le miré a los ojos, le lance una sonrisa pícara y le comencé a desbotonar su jean. Su verga ya estaba parada y babeando de lo lindo, uffffffff como me fascina encontrar la verga llena de goticas de baba, esa babita deliciosa que se te pega en la lengua y tienes que chuparla para poder saborear y tragarla, esa babita era un desayuno vitaminado para mí. Le estuve chupando la verga como por 30 minutos hasta que me lleno la garganta de su leche. Obvio tampoco la iba a desperdiciar, me la tragué toda. Descansamos un poco y me invito a comernos algo y a tomar algún jugo que me cambiara el sabor a verga para que William no se diera cuenta de que ya iba iniciada.
Salimos casi a las 10 para la casa de mi otro amante, a recibir mi primera culiada del día. Una vez estuvimos cerca mi tio2 paro la moto y le marcó para verificar que todo estuviera en orden y no estuviera alguna novia de él allí presente. Le respondieron que podía llegar que todo estaba tranquilo.
William: Bienvenidos mis amores, Lau sí que te vez hermosa el día de hoy.
Lau: Gracias William, lo tengo que estar para mi macho.
William: Jajajajajajaajajja, jueputa si esta nena tuviera al menos unos 10 años más, me caso con ella.
Lau: Y qué te lo impide?
William: Jajajajajaaj, la cárcel mamita, la cárcel.
Despues del saludo pudimos entrar, yo le pedí prestado el baño con la excusa de mear pero en realidad quería lavarme la chucha ya que la traía mojada de tanto chupar verga, y de paso lavarme la boca con un enjuague bucal que nunca falta en un baño.
Tio2: Bueno compa, yo los dejo, debo seguir produciendo.
William: A qué horas regresas.
Tio2: unas dos horas te parece bien?
William: Si, me parece perfecto.
Mi tío2 se fue, aunque pensé que lo hacía en realidad por trabajo, más tarde me di cuenta de que me llevaría dos grandes sorpresas.
William: Bueno Lau, vamos al grano o quieres comer algo o hacer algo antes?, tu mandas.
Lau: Lo que tú digas para mi esta bien William. Igual ya comí.
William: Ok, deja y hago una llamada y enseguida nos vamos para la pieza.
Lau: Listo, yo voy caminando para quitarme todo esto.
William se quedó hablando al teléfono con alguien, deduje que era un hombre ya que le saludo como “bro”, y le dijo que había dejado la puerta sin llaves para que él pasara. La verdad nunca me imagine que se estaba refiriendo a la casa donde estábamos nosotros, pensé que hablada de otra parte así que solo me desvestí y me acomodé en la gran cama redonda que tiene William.
Cuando él entró a la habitación ya venía desnudo y con su verga bien parada, me señalo la mesa de noche que estaba cerca de la cama y me dijo que me untara un aceite que tenía. En la etiqueta se podía leer “lubricante íntimo de uso anal”, lo miré, le sonreí y me unté un poco en ambos huecos.
Lau: Con tu gran verga voy a necesitar en ambos, jajajajajajajaja.
William: Si Lau, ya creo que si que lo vas a necesitar.
Mas tarde me di cuenta de que esa simple frase era más una advertencia que un cumplido suelto.
William una vez estuvo al borde de la cama me miro y sin decir palabras me indico que le diera una mamada, me acercó su verga ya re dura, morada y con goticas brotando, pidiendo a gritos ser tragadas. Lo que inmediatamente hice sin esperar que se me repitiera la orden. Su verga de 7 cm de groso quedaba apretada en mi boca, chuparla era difícil, pero era mi tarea y tenía que hacerlo lo mejor que pudiera. Era para mi imposible tragarla toda, pero era una sensación maravillosa meterme todo lo que ocupara mi cavidad bucal, esa verga era para mí un regalo divino que no pensaba desperdiciar. Mi lengua con vida propia se movía de un lado para el otro dentro de mi boca, luchando con la estrechez pero acariciando al máximo esa tranca tan deliciosa que tenia dentro. Mis manos por otro lado se movían acariciando sus huevos, para esa ocasión William me regalo sus genitales recién depilados, se sentían suaves, tenían un olor a perfume muy agradable, muy suave, el cual se fue desvaneciendo por la mamada que le estaba haciendo y fue brotando el típico olor a verga y a chacaras sudadas, que era su olor natural, y que provocaba excitación en mí.
Luego de unos largos minutos, William tomo mi cabeza, levantándola y plasmando un delicado beso en mis labios, y entrelazando nuestras lengua jugamos un poco, me puso de pie sobre la cama, abrazándome por la cintura y llenando de besos todo mi torso. Sus labios frescos por la cantidad de saliva que había quedado de nuestros besos se posaron en mis tetas iniciando una sesión de chupadas que me hacían contraer mi abdomen y me obligaban a aferrarme más a ese hombre.
William se portó muy delicado conmigo, luego de chupar mis tetas comenzó a bajar por mi barriga, besando todo lo que su boca pudiese tropezar, su lengua jugó un poco dentro de mi ombligo y luego siguió bajando hasta encontrar el tesoro que estaba buscando.
Para ese momento mi vagina ya era un charco de fluidos, fluidos que él tomo sin el más mínimo asco, los absorbió como si se tratase del mejor de los vinos. Chupo mi vagina, lamió mi clítoris y metió su lengua lo mas profundo que la posición le permitía. Yo, siendo consiente y con ganas de ser acariciada por su boca, levante mi pierna derecha y la puse sobre su hombro, quedando mi vagina bien abierta y disponible para seguir recibiendo su mamada.
Una vez se sacio de mi vagina me recostó boca arriba en el borde de la cama, escupió fuerte la punta de su verga, y colocando mis piernas en sus hombros procedió a penetrarme. Consciente de lo que me iba a tragar, cerré los ojos y levanté mi pelvis para facilitarle la entrada a su enorme verga. Aunque sabía que podía con ella, siempre estaba el temor latente de que pudiera dolerme si me apoyaba muy fuerte su cuerpo.
William entró en mi muy suavemente, el calor que brotaba de mi vagina lo hizo lanzar suspiros y echar su cabeza hacia atrás. Sus manos apoyadas firmemente a ambos lados de mi cara con sus puños me permitían asirme a ellas dándome seguridad cada vez que él me daba una estocada, ya que por suave que fuera su movimiento, su enorme verga llegaba al final de mi útero y quería pasar más allá.
Un tiempo después se rodó hacia un lado y con una de sus manos puesta en mi espalda me voltio con él, quedando yo encima de su cuerpo sudado y aún ensartada en su tranca. Me tomó por los hombros y me separo de él, luego bajó sus manos hasta mi cintura y comenzó a moverme en círculos sobre su miembro, entendido el mensaje tomé el control de la posición y le seguí el ritmo a sus manos, mis caderas se movían guiadas más por el deseo que por mí, y empujando en cada movimiento le hacía sentir en la cabeza de su verga que mi útero lo estaba recibiendo con deseos.
La culiada fue intensa, los espasmos no se hicieron esperar, los besos, chupadas de tetas, pellizcos en los pezones y chupones en el cuello hicieron parte del rito sexual que se estaba llevando a cabo en ese momento, solo atinaba a cerra mis ojos, echar mi cabeza hacia atrás y gozar del momento.
De repente sentí dos manos mas encima de mis nalgas, me sorprendí un poco y cuando iba a voltear sentí un lengüetazo en la boca de mi culo, sin mirar me dije, “ya llegó mi tio2” y seguí con mis ojos cerrados esperando seguir disfrutando ya que sabía que me iban a enterrar otra verga. Y sí, no me equivoque, porque después de unos minutos de chupada de culo me pasaron un poco de aceite en mi ano y metieron un dedo para iniciar la apertura de mi esfínter. Me seguí moviendo y ya hacia presión no solo en la verga de William, sino en el dedo que tenía metido en el culo. Era delicioso sentir como dos hombres me chupaban por mis cuerpo, cuello, tetas, espalda.
Pasados un par de minutos sentí como una verga rosaba mi culo, y me dispuse a recibirla con la mayor disposición.
Tan pronto empezó a entrar me di cuenta de que no era la verga de mi tio2 la cual conocía a la perfección, que era algo mucho más grueso, así que gire mi rostro para encontrarme con un hombre alto, mucho mas alto que William, completamente desnudo, con un físico increíble, hombros anchos pechos abultados abdomen marcado y de rostro no estaba tan mal. Un amigo de William, jugador de baloncesto, dueño de una tranca que después vi que era enorme, un poco más grande que la de William, pero por suerte menos gruesa.
Andrés, me enteré después de que se llamaba, me lanzo una miraba lasciva un beso en la distancia y comenzó a clavar su miembro dentro de mí. Éste fue entrando sin encontrar resistencia, mi culo estaba esperando esa clavada, y yo al ver lo que me iban a meter y a sabiendas de que me iba a doler un poco, me recosté sobre el pecho de William y elevé un poco la cola para que mi otro macho me la enterrara lo más hondo que pudiera.
Lau: Sé gentil por favor.
Fue lo único que pude articular, y giré mi rostro hacia las tetillas de William, cerré mis ojos y dispuse cuerpo y mente a lo que iba a pasar.
Para mi sorpresa, la verga de Andrés se sentía muy suave, y al igual que William me trató de una manera amable, sus movimientos eran calmados y entre ellos se pusieron de acuerdo para que mientras uno empujara el otro sacaba, y así no sintiera tanto el grosor de ambas vergas dentro de mí.
No sé cuanto tiempo pasó desde que Andrés entró en mí culo hasta que sus estocadas se hicieron más veloces, fuertes y profundas, ya que movidos por la excitación y casi que al mismo tiempo se dispusieron a derramar en mi sus chorros y chorros de leche caliente, para ese momento ya mi cuerpo estaba muy adaptado a sus miembros, así que me fue muy fácil soportar sus embestidas que de igual forma se sentían como es apenas obvio para una niña de 12 años.
Llena de sus jugos y con espasmos aún en mis piernas, caímos como pirámide de naipes en la gran cama, mi cuerpo estaba completamente empapado del sudor de ese par de machos, el olor en la habitación reflejaba lo que allí acababa de pasar, aún se escuchaban los largos suspiros espontáneos que emitían nuestros pulmones. La escena era formidable, pero nadie la gravó.
Poco a poco fuimos recobrando fuerzas y logramos movernos hacia la ducha, el primero en ir fue Andrés, quien por a ver llegado de último tenía más energía, luego fue William a darse un baño y finalmente pude ir yo a botar todo los jugos que aún tenía dentro de mí, sentada en la taza del sanitario por más de 10 minutos.
Cuando me disponía a ducharme Andrés entro, sus intenciones eran claras y su verga lisa, larga y bien parada estaba lista para una segunda sesión de sexo. Las presentaciones quedaron para después, sin articular palabra y con mirada depravada acercó su gran miembro a mi boca y comenzó a culiarme, su verga mas delgada que la de William era cómoda para mi engullirla, así que sin mas opción me deje llevar por el momento y empecé a darle una buena mamada, la tercera del día. Su verga emitía un olor diferente a la de los demás hombres con los que había estado, su sudor era menos fuerte pero mas agradable, como si no brotara sudor sino algún tipo de perfume varonil.
Sus casi 20 cm de verga entraban en mi boca produciéndome asfixia al final de su embestida, pero eso no me detenía ya que como les he dicho en muchas ocasiones, el dolor del sexo en mí produce mas placer que miedo. Me estuvo culiando la boca por mas de 10 minutos, y cuando sintió que estaba por estallar me levantó del sanitario, me colocó contra la pared y dirigió su miembro a mi vagina. Ufffffff fue muy rico sentir una verga más dentro de mí, una verga que no solo se veía diferente, sino que además se sentía diferente a todas las que he probado hasta el momento, una verga suave, sin venas pronunciadas, de piel bastante lisa, de tronco bien recto, su cabeza mantenía una proporción agradable al tacto. Definitivamente fue la mejor verga que me he comido, sin demeritar a las demás, pero la sensación dentro de mi vagina y mi culo eran muy agradables. Una vez que entro en mí, no la volvió a sacar, solo se apoyaba contra mi trasero empujando su cuerpo como queriendo traspasar al otro lado, la sensación de su cabeza partiendo en mi interior me agradaba mucho así que hice lo mismo que él, me empujé fuerte haca atrás para sentir mas ese rico dolor en la entrada de mi matriz, ese dolor que causa el squirt, y éste no se hizo esperar, mis piernas comenzaron a temblar, mis rodillas se doblaban dificultando el estar en pie, mis músculos se tensaban como si les fuese a dar un calambre fuerte, y fue allí que me llegué al orgasmo de una manera explosiva, de una forma nunca antes sentida, y cuando pensé que ya había terminado sentí sus chorros de leche en mi útero, tan abundante fue su descarga que se salía por los lados de su miembro.
Dioooooos, sí que tuve un orgasmo diferente, sin gritos, solo con una sensación increíble dentro de mi ser.
Andrés me tuvo que sostener por unos minutos mientras mis piernas recobraban fuerzas, luego me dejó en la taza del sanitario y se fue para la habitación.
Ese día estaba destinado a darme sorpresas, porque una vez pude recuperarme escuche una voz chillone e inconfundible.
Pau: No lo puedo creer, de verdad fuiste capaz de hacer todo eso?
Lau: Qué demonios? Tú que haces aquí? Cómo es eso? Entra, entra. Y sierra la maldita puerta.
Allí tomó sentido la frase aquella que le dijo mi tio2 a William en nuestro primer encuentro.
Tio2: No, eso no es así de fácil, recuerda que es mi sobrina, no mi hija, así que tengo que crear una buena coartada para sacarla de la casa. Mas bien yo te aviso cuando haya una oportunidad.
Pero eso será para otra historia.
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