El incesto en la vida de mi hija mi vida parte 22
Y siguen mis vivencias. Una muy desagradable experiencia..
Mi vida sexual siguió más viva que nunca. Y desde que conocí a Andrés nos convertimos en amantes. Al final esa relación salió a la luz pública, claro está, dentro de nuestro círculo de amigos pervertidos. Nuestro encuentros se convirtieron en cosa de casi todos los fines de semana. La excusa para salir era los cursos aquellos que les comenté que se hacen en mi país, las pruebas que nos realizan para evaluar conocimientos. Bueno, valiéndome de esas pruebas, salía disque a estudiar con mis amigas, y en realidad era con mi amiga verga de Andrés, aunque también tenía que dedicar tiempo a los demás, William, mis tíos, mis hermanos, mis primos y por supuesto mi padre. Pero el orden era ese, Andrés se ganó un lugar muy especial en mi corazón, y como les comenté, hoy día seguimos disfrutando de encuentros casuales.
Unos meses después de cumplir mis 13 años, me encontraba un día festivo en la casa de mi amiga Meli, les recuerdo, a ella le dedique el relato #7, ese donde les dije que su papá, que era profesor, se la cogía junto a su hermanita Mayito. Bueno, estando con ella y con otra vecina, que si bien vivía en el vecindario hace mucho tiempo, apenas llevábamos pocos meses de hablarle ya que se mantenía encerrada en su casa. Pero más tarde me enteré de que esa amistad no nació por coincidencia, sino que había una mente maestra detrás de eso.
Luego de jugar por largo rato, la nueva amiga que se llama Marcela le dijo a Melissa que fuéramos a su casa, para seguir jugando allá. Pero Melissa estaba sola con su hermanita y tenía prohibido moverse de la casa si no estaban sus padres presentes, así que no pudo ir, pero me dijo que si quería yo podía acompañarla. Por curiosidad me levanté y fui con ella hasta su casa. Cuando llegamos estaba su hermanito jugando en la sala y el Tv estaba encendido en un juego de futbol, por lo que deduje que su papá se encontraba en casa. Entramos y ella se dirigió a su habitación, volteo a verme y me hizo señas de que la siguiera, entramos a su cuarto que se estaba muy limpio y ordenado, jajajaj nada que ver con el mío. Me mostró su colección de muñecas, otros juguetes más y unos libro para colorear que tenía en su escritorio.
Pasado unos minutos sentí que llego su papá, nos saludó desde la puerta, entró a la habitación acercó su boca a su hija y le dio un beso en los labios: pero no fue un beso para saludar, fue un beso con lengua incluida. Le pasó las manos por la espalda y llegó hasta donde nacen sus nalgas, levantó la vista y me saludo con una sonrisa en sus labios, me guiño un ojo y se acercó a besarme de igual manera. De inmediato entendí sus intenciones, aparté la cara y le ofrecí mis majillas, pero él tomo mi barbilla, enderezó mi cara y me besó de igual forma que lo hizo con su hija. Traté de apretar mis labios, pero su lengua fue muy rápida y entró en mi boca y empezó a jugar. Me alejé retirando mi cabeza y lance una mirada de sorpresa.
Lau: Pero qué le pasa, porqué es tan atrevido?
Never: Tranquila Lau, ya muchos sabemos tu secreto, así que puedes relajarte también con nosotros, cierto Marcela.
Marcela: Si Lau, ya Melissa me confirmó lo que eres capaz de hacer.
Never; Si, y el profe me dijo que eres muy ardiente, que sabes bien cómo manejar una verga, así que hoy es mi turno de vecinos del barrio, hoy me toca a mí.
Lau: Y ustedes creen que yo soy una puta a la que pueden tomar cuando quieran o qué?
Never: Que tal si esa pregunta se la hacemos a tus padres?
Lau: Usted es un maldito.
Never: Sí, eso lo sé, pero ahora lo que quiero es probarte a ver si es verdad todo eso que me dijo el profe de ti.
Y sin más palabra se acercó a mí, halándome de los brazos con manos firmes y fuertes. Never era un tipo alto, no tanto como William y Andrés, pero tenía buena estatura, al igual que su hija, que pese a ser un año menor, era más alta que yo. Sin importar si yo quería o no me empezó a dar besos en toda la cara, a acariciarme el cabello, a decirme que siempre había deseado tenerme así de cerquita, y luego besó mis labios y metió su lengua nuevamente en mí. Yo me quedé quieta dejando que él hiciera todo, sin demostrar miedo pero tampoco sumisión. Mientras él me hacía eso su hija le comenzó a quitar el pantalón, desabrochando la correa, quitando el botón y bajando la cremallera, para luego bajarle el pantalón junto con su ropa interior, dejando a su padre desnudo de la cintura para abajo, no alcance a ver que tal tenía la verga porque ella fue rápida en metérsela en la boca, se tragó su verga por completo y empezó a dar una mamada fuerte, con mucha prisa, lo que me hizo pensar que no tenía tanta experiencia.
Luego de unos minutos Never le indico a su hija que le ayudara conmigo, y ella de inmediato se levantó y me empezó a desnudar, me desvistió por completo y junto con su padre empezaron a acariciar mis senos.
Never: Que te parecen? – preguntó mirando a su hija –
Lau: No están nada mal – respondió ella refiriéndose a mis senos –
Ambos se apoderaron de una teta y me las mamaban de una forma brusca que hasta me hacía doler un poco los pezones. Luego Never me recostó en la cama y me abrió de piernas y de inmediato se metió a chuparme, meterme sus dedos y lamerme tanto la chucha como el culo. Pese a ser una chica fácil para el sexo, una chica que como les he dicho en varias ocasiones, nunca desperdicia una buena verga, con ellos no me sentía cómoda, tenía la impresión de que sería una cogida brusca, que de alguna forma saldría lastimada.
No fue mucho lo que demoro chupándome la vagina, de un salto se puso en pie, cogió su verga, y poniéndola en la entrada de mi vagina la empujo con tanta fuerza que me obligo a ladearme un poco para recibir su miembro. Y no porque lo tuviera grande, no, no fue por eso, fue por la manera tan brusca en que me trato, que si bien mi vagina esta todo el tiempo húmeda, en ese momento no había alcanzado un grado tal de humedad ya que sus caricias no habían hecho efecto en mí. Marcela se posó en la parte de mi culo, y como yo tenía las piernas levantadas, le quedó libre para hacer lo que quisiera, así que procedió a meter su cabeza por debajo de las bolas de su papá y me empezó a chupar el culo metiendo al tiempo sus dedos produciéndome dolor ya que no los había lubricado en lo absoluto. Por lo visto a esta familia le encantaba el sexo agresivo, algo que yo no había probado nunca, ya que mis amantes se habían sabido comportar, exceptuando la vez que William enloqueció y me reventó el culo.
Las embestidas de Never eran fuertes, los apretones que daba a mis tetas me lastimaban, en ocasiones apoyaba una mano en mi cuello como queriendo ahorcarme o metía dos de sus dedos en mi boca. Marcela no se quedaba atrás, sus dedos culiaban mi culo de manera frenética, y ese roce provocaba una sensación desagradable dentro de mí.
Así transcurrieron unos 20 a 30 minutos, donde prácticamente estaba siendo violada cuando escuche una voz que dijo.
Profesora: Ah pero empezaron sin mí.
Era la profesora, la mamá de Marcela, quien estaba parada en la entrada de la alcoba con una mano en la cintura y otra en el marco de la puerta.
Never: Perdón amor pero esto no daba para espera
Profesora: Entiendo, siempre te has querido coger a Lau, y esta oportunidad no la ibas a desperdiciar. Ya vengo, hecho una meada y enseguida estoy con ustedes.
Quedé aún mas desconcertada. Cómo es posible que en una cuadra de unas 20 casas viviéramos cuatro familias que practicaran el incesto y la pedofilia. Y en dos de esas familias todos sus integrantes participaran como si de algo normal se tratara. Allí entendí por qué en las redes se ven tantas cosa y se leen tantos comentarios morbosos y de doble sentido.
La profesora regresó del baño ya desnuda por completo y en compañía de su hijo Jose, quien tendría unos 6 años aproximadamente, y también lo traía desnudo y con la verguita ya parada.
José: Mira mami, no nos invitaron, y yo que creía que Marce estaba era jugando con Lau.
Profesora: Para que veas hijo, que ya no se puede confiar uno ni siquiera en la familia.
Never: Hay por favor dejen de hablar tanta mierda y vengan, que esto ahora es que se va a poner bueno.
La mamá de Marcela acostó a su hijo a mi lado, se le montó en su verguita ya parada y se agacho a chuparle las tetas.
Profesora: Que tetas de ricas tienes Lau, si ven yo se los había dicho, que esta niña tenía las mejores tetas de la cuadra, por eso fue por lo que me masturbe aquella noche que estábamos morboseándola en la terraza mientras ella jugaba con Melissa. El profe no nos mintió cuando nos dijo que esta ricura de niña se atrevía a todo.
Al igual que su marido y su hija, la profesora también practicaba el sexo agresivo, al chuparme las tetas me mordió los pezones por lo que di un grito fuerte de dolor.
Never: Ajá, en qué habíamos quedado, con ella no podemos hacer éstas cosas, la vas a espantar.
Profesora: Perdón no me aguanté, es que se ve muy deliciosa, y esas tetas están bien duritas.
Never: Claro, las de Marcela tú eres quien se las tiene aguadas de tanto mordérselas.
Never: Mejor búscate el arnés del pene para penetrarla doble.
Profesora: Enseguida.
Y fue a buscar algo, cuando veo que saca de su closet un cinturón que tenía amarrado un pene enorme, mucho más grande que la verga de William, pero de grueso normal. El papá de Marcela me dio vuelta sin sacarme su verga y quedé ensartada encima de él, la profesora tomó bastante cantidad de lubricante que tenían al lado de la cama, lo untó en el pene de plástico y me lo enterró en el culo sin preguntar ni preparar nada. Definitivamente ésta sería la experiencia más desagradable que viviría, ese pene me lo metió hasta que su barriga topara con mi cola, se me salieron unas lágrimas que cayeron en el pecho del profesor. Pero a ninguno le importó eso, ambos siguieron dándome verga y ahora tenía a Marcela chupándome las tetas mientras se ensartaba en la verguita de su hermanito. No sé qué comería esta gente o como mierdas se prepararía, pero duramos más de una hora haciendo poses pero siempre me metían las dos vergas al tiempo, y siempre de manera brusca provocándome dolor.
Luego de ese tiempo, cuando Never gesto de querer derramarse, Marcela se levanto y tomando mi cara me restregó su vagina húmeda y hedionda a orines, fue muy asqueroso sentir su vagina así. Su mamá al ver que yo no reaccionaba como lo esperaban, me halo por el cabello y me dijo “Chúpasela” empujando mu cara dentro de las piernas de su hija. Consiente de que si quería salir victoriosa y rápido de esto, comencé a chupar la vagina babosa de Marcela, y no solo olía desagradable, su sabor era asqueroso. En esos momentos sentí los chorros de leche de Never, que inundaron mi interior, y su rugido animal les indico a sus mujeres que ya había explotado, con lo cual la profesora me sacó la verga plástica y me dio un empujón de lado cayendo yo de espaldas y con las piernas levantadas. Sin dejar pasar tiempo, tanto hija como mamá metieron sus cabezas en mi entrepierna y comenzaron a pelearse por la leche que de mí salía. Parecían leonas en un festín de comida, devoraron cada gota de semen que brotaba de mi chucha y hasta metieron sus dedos como quien limpia el envase de un yogurt.
Al fin de tanto tiempo, todos quedamos exhaustos, pero yo aproveché que se tiraron boca arriba en la cama, y vistiéndome rápido Sali de la casa sin despedirme.
Esa ha sido hasta el día de hoy la experiencia más desagradable de mi vida, y que nunca mas se volvió a repetir.
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