El Incesto más exquisito
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola para todos llámenme Roberto, actualmente tengo 34 años, pero lo que sucedió fue cuando tenía 32 años. Debo comentar que me uní con Claudia María a los 27 años, ella tenía 37, o sea 10 años más que yo. La conocí en un discoteca y esa misma noche tuvimos un increible sexo, ella es sumamente cachonda, me hizo el amor como nadie y luego fue mi novia por siete meses, después vivi con ella y sus dos hijas, Mariana en ese entonces con 11 años y Claudita de 9 años.
Al principio fue una luna de miel de tres años, teníamos un sexo buenísimo, brutal, caliente. Con mi esposa practicábamos el sexo vaginal, anal, público (nos metíamos a buses urbanos de noche y alli la clavaba en los últimos asientos), teníamos nuestros juguetitos como esposas, vendas, disfraces para las fantasías, en si no me quejo de nada con ella a pesar de su mayor edad. Hasta que la maldición entro a nuestro hogar, a ella se le detectó cancer de mama (seno), y comenzamos un tratamiento de quimioterapia. Ella bajó de peso, perdió el cabello y empalideció. Yo la apoyé en todo moral y economico.
Pero volviendo al relato, la pequeña Mariana ya de 16 años, ya era una señorita y muy bonita, tenía lindos senos y unas nalguitas paraditas como las de su madre y que decir de Claudita de 14, era un poco menos blanca que su hermana, pero sus tetitas eran puntiagudas y su trasero ni hablar, compacto pero redondito. Me gustaba verlas en traje de baño o con minis, se me paraba la verga, las dos eran muy atractivas y calientes como su madre.
La pequeña Mariana era muy pegada a mi y tenia ciertas cositas que hacian pensar que yo le atría no como su padrastro sino como hombre, cierta noche antes de la enfermedad de mi esposa, regresamos de una fiesta con mi esposa y en la sala nos pusimos a besarnos, nos desvestimos el uno al otro en la sala, alli mismo la puse en cuatro sobre el sofá y la penetré, entre gritos y gemidos, eran como las 2 de la madrugada. En eso veo una cabecita asomarse entre la penumbra por las escaleras que van al segundo nivel de la casa, era Mariana, fue entonces que me puse tan caliente por ser observado por ella que puse a mi esposa en una posición adecuada para que mi hijastra viera todo, la pistonie duro agarrándola por la cintura en la posición perruna y sacaba y metía toda mi verga para que se viera todo el tamaño y dureza de mi verga. Vi al inicio que Marianita estaba asustada de los gritos y gemidos de su madre, como si la estuvieran sacrificando. Pero poco a poco fui viendo que su manita la ponia sobre su vulvita sobre la pijama.
Los gemidos de mi esposa aumentaron cuando se corrió bestialmente. Luego le hice la cabeza hasta la superficie del sofá para que levantara más su culito y la ensarté en su ano, ella me decía cosas acerca de la penetración por el culo que yo le hacia (a mi esposa le gustaba hablar durante el sexo) que me calentaba, y estoy seguro que eso hizo llegar a un timido orgasmo a Mariana, porque desapareció de mi vista. Luego unas dos o tres noches después, ella estaba en nuestra cama viendo Tv, mi esposa se había quedado dormida, cuando debajo de las sabanas su manita la puso sobre mi verga que estaba flácida en ese momento, pero poco a poco ella me fue acariciando mi carne y en pocos minutos se estaba empalmando, yo me hacia el desentendido viendo tv con ella, pero mi verga se comenzó a endurecer y crecer más. Luego sin que se diera cuenta le tomé por sorpresa su manita e hice que me siguiera acariciando mi verga sobre mi boxer. Ella me vió con pena, pero luego que me vió aceptarlo, ella se sonrió.
-Te gusta que te lo acaricie asi?- me dijo con voz baja, mi esposa estaba durmiendo a escaso un metro de alli.
-Si, me gusta- le dije.
Luego agregué un minuto después, -quieres verlo?-
Ella se río, al no decir nada reconocí que era un si. Levanté la sabana y me saqué la verga que ya estaba completamente parada, luego le tomé su manita y le dije que lo acariciara asi tomándolo, subiendo y bajando. Mariana se volvió a reir pero no dejo de hacerme una suave paja.
-Que dura está?- me dijo Mariana
-Quieres darle unos besitos?- le pregunté. Ella luego de pensarlo dijo que si con la cabeza. Se fue acercando y le dio unos besitos timidos, fueron unos dos o tres y se retiró.
Luego de unos minutos más y teniendo a mi mujer al lado, le dije que ya era tarde y que mejor se fuera a su habitación y que lo haríamos otro día, ella me dio un beso casi en los labios y se marchó a su habitación.
Los siguientes días, como yo acostumbraba a darle las buenas noches a mis hijastras, iba de habitación en habitación dándoles el beso de las buenas noches, en el caso de Mariana una noche le dije -quieres también darle las buenas noches a esto- le señalé mi bulto en los calzoncillos, ella me dijo -bueno por que no!-
Me bajé el boxer y ella le dio nuevamente dos o tres besitos a mi verga. La siguiente noche le dio diez y la siguiente le dije que se lo metiera en la boca y que lo chupara como lo hace con las paletas de helado, ella me comenzó a dar una rica mamada, yo comencé a gemir y al verme ella excitado, comenzó a mejorar más y más su chupada de mi tronco, me la mamó unos diez minutos, tuve que aguantarme para no terminar en su boquita, pensé que eso la escandalizaría y por eso decidí no venirme esa noche. Pero la siguiente semana no pude más, ella me mamaba noche a noche y esperaba el beso de las buenas noches para hacermelo, pero ese día no aguanté la tomé del cabello y me corrí dentro de su boquita, hasta que mi verga terminó todas sus palpitaciones la quité, ella tenia los labios y la boca llena de mi esperma, luego frente a mi se lo terminó de tragar todo. Luego se tragaba una o dos veces las siguientes semanas.
Pero luego cayó la maldición como dije. En la tercera quimioterapia, yo no pude acompañar a mi esposa, el lugar donde se lo hacían estaba a cuatro horas de donde vivímos, asi que su madre la acompañó ya que ella vivía cerca de alli. Esa noche yo estaba viendo Tv cuando Mariana entró y me dijo que ya se iba a dormir, me di un beso y luego se quedó como esperando, yo la vi y adivinando alli acostado me bajé el boxer, mi verga estaba flácida, ella la besó y metiéndosela a la boca comenzó a chuparla, ya lo hacia muy bien, mi verga se endureció dentro de su boquita.
Me la estaba mamando de lo mejor, me puse muy caliente y le dije -quieres quedarte conmigo y jugar que eras mi esposa??- le dije estupidamente. Pero ella rapidamente me dijo que si, se acostó a mi lado y yo la besé la boca, las mejillas, los hombros y su cuello, ella se retorcía alli por mis besos, luego mi mano se metió debajo de su blusita de dormir y palpé sus lindos senos, se la subí para verle sus bellas tetas de jovencita, comencé a mamarselas, ella al principio se asustó, pero luego de sentir mi lengua jugar con sus senos y pezones, comenzó a gemir, la fui desnudando poco a poco hasta que la dejé en cueros. Luego bajé hasta su cuquita que ya estaba cubierta por una matita de pelitos, comencé a lamer su vulvita, luego sus labios vaginales y su clitoris, ella comenzó a gemir más recio, mis dedos jugaba con su rajita y mi lengua jugaba con el aro de su culito, un bocado delicioso.
Mariana se corrió en mi boca literalmente, yo que estaba empalmado a más no poder le dije -quieres que te haga lo que me viste hacer con tu mami en la sala cuando nos viste desde las escaleras??-, ella puso cara de asombró, saber que yo la había visto espiarnos. -Quieres??- le repetí. Ella no volvió a decir nada, lo cual era un si.
Me puse entre sus piernas, tomé mi verga y la froté contra su labios vaginales, ella gimió, luego dejé ir mi glande dentro de su rajita y ella gritó, me tomó de los brazos y me apretó, yo seguí metiéndosela, obviamente estaba bien estrecho el camino, pero con paciencia y determinación se la fui metiendo en su rajita, la desvirgué, ella gritó varias veces pero nunca me dijo que ya no, asi que cuando se la meti a la mitad, me puse a hacerle el mete-saca, lentamente, poco a poco se fue acostumbrando a eso y luego de varios minutos ella ya no hacia gestos de dolor, por fin habia cambiado a placer, asi que me puse a cogerla en esa posición hasta que la oí llegar a su orgasmo, luego la puse de ladito en la cama, levanté su pierna y la volví a penetrar lentamente, hasta que hicimos rica la posición de lado, alli tenía yo más libertad, pues mamé su boca y una de sus tetitas. Alli si me corrí y le embarre sus nalguitas de mi lechita.
Al día siguiente ella amaneció en mi cama, desnudita, pero tenía un dolorcito en su cuquita. Asi que esperé hasta el segundo día después para volverla a coger en mi cama. En esa ocasión la besé todita y ella hizo lo mismo conmigo, luego la cogí en varias posiciones, le enseñé a cabalgarme al estilo vaquero, desde el inicio se movia encima de mi verga a la perfeccion, moviendo su juvenil cuerpo y sus bellas nalgas, también al estilo perruno que fue grandioso por su lindas nalgas las cuales tomaba y me aferraba para cogerla, asi también repetimos el estilo misionero y de ladito. Yo estaba loco por esa lindura de mujercita, no hallaba que llegara la noche para estar con ella y ella estaba feliz conmigo.
El regreso de mi mujer al hogar detuvo todo eso, al parecer llegó y no habian buenas noticias, el cancer que padecía se habia regado por los pulmones y parte del estomago. Yo hice un préstamo bancario para que viera a los mejores médicos, le calendarizaron meses después operaciones y finalmente le quitaron ambos senos y parte del estomago entre otras operaciones. Ella pasaba más tiempo viendo médicos, en casa de mi suegra que en la casa, yo no podía llevarla todo el tiempo, pues habia que pagar los préstamos y hospitales.
Debo decir también que a raíz de eso la relación con Mariana se acentúo más, ella ya dormía casi diario en mi cama y cada vez teníamos las mejores relaciones sexuales, nos comíamos el uno al otro, nos lamíamos el cuerpo de frente y al revés, era delicioso sentir su lenguita en todo mi cuerpo y luego la mia en todas sus partes. En una de esas noches también la hice mia por el culito, y que lo tenía deliciosito, ella se dejó hacérselo por alli sin renegar, le puse aceite de bebé y la cogí por su hoyito más pequeño, ella era igual de caliente que su madre en la cama, no le bastaba un polvo, tenían que ser dos o tres durante la noche y yo no la dejaba con ganas, pues era igual de caliente.
Pero, Claudita su hermana en ese entonces con 15 años ya, se fue fijando que su hermanita no dormía en su habitación, asi que durante un almuerzo el preguntó que donde dormía, Mariana le dijo que conmigo mientras su mamá estuviera afuera, fue cuando Claudita hizo berrinche y le dijo que no era justo, que ella quería también dormir en mi habitación (sin malicia lo dijo debo dejar claro), asi que una noche se pasaba a dormir Mariana y otra Claudita. Yo la verdad veía a Claudita como mujercita, su cuerpo era joven, pero con forma de mujer y yo deseaba que algo ocurriera con ella como había pasado con su hermana.
Una de las noches con Claudita, me dijo que no tenía sueño si jugábamos a algo, pues la televisión que aburrido. Yo que quería tener algo con ella, me confieso que a raíz de coger con Mariana, quería tener algo con Claudita. Ya había planeado algo y se dió la oportunidad, le dije que ella sería mi bebe recien nacida y yo la cuidaba, ella se reía, pero aceptó hacerlo. Le dije que primero ella tenía que tener un pañal puesto y no calzón, asi que le pasé unos trapos con los cuales le armé un pañal, ella se metió al baño a cambiarse, al salir tenía puesta una camiseta donde veían muy bien los circulos de sus pezones y el pañal puesto, se miraba deseable, yo le dije -cuando te orines o hagas popo me avisas llorando!-, ella se carcajeaba pero siguió el juego.
Al cabo de unos minutos ella empezó a llorar, yo levanté las sabanas y toqué su pañal sobre su cuquita y estaba seco, asi que le dije que para que lloraba si estaba limpia. Y asi pasó otras dos veces. En la tercera al tocar su pañal me di cuenta que realmente estaba mojado, la chiquilla se habia orinado de verdad!! y se reía a carcajadas, y yo era lo que habia esperado.
-Bueno tendré que cambiarte!- fui desatando su pañal, lo abrí y frente a mi le vi su linda cuquita con escasos pelitos todavia, ella intentó cubrirse con sus manos, pero yo se las quité, le dije que con sus manos alli no podía limpiarla, asi que las quitó y quedó a mi vista y disposición su bella rajita, ya era la de una mujercita.
-Como no tengo limpiador, tendré que limpiarte asi…!- le dije y hundi mi boca en su rajita, comencé a lamerme los restos de su orina de los muslos y luego de su rajita, ella me preguntaba que estaba haciéndole, pero ella no intentaba quitarse o quitarme de alli entre sus piernas abiertas, luego se fue excitando solo me tomaba de los cabellos de la cabeza y yo seguía en lo mio, lamiendole sus muslos, labios vaginales, su clitoris y luego para concluir levantandola un poco más llegué a lamer por varios minutos el arito de su culito, en ese momento ella casi me arranco un mechón de cabellos, a ella le gusto mucho sentir mi lengua caliente en su culito. Todo fue increíblemente caliente. Claudita se retorcíó entre las sabanas, preguntándome repetidamente que le estaba haciendo, estaba fuera de si. Y yo me la comi todita, estuve alli unos quince o veinte minutos, lamiendole todo el resto de su orina y comiéndole su coñito joven y su ano, la hice correrse al menos dos veces en ese lapso.
Cuando terminé tiré el pañal anterior y la vi completamente agotadita, le dije que si le había gustado el jueguito, ella me dijo que si apenas con la cabeza, a pesar que tenía la verga parada no quise ir mas allá esa noche, tenia tiempo para eso más adelante.
Y asi fue, el jueguito lo fuimos repitiendo, ella se orinaba y yo la limpiaba con mi boca, pero cada vez me costaba más aguantarme las ganas de follarla, hasta que sucedió, no pude más, me subi sobre ella con la verga en la mano y le pedi que la mamara, ella me preguntó cómo hacerlo y le fui enseñando, después nos pusimos en una clásica 69 para que fuera aprendiendo, Claudita al igual que su hermanita mamaban muy bien. Luego le puse cremita en su rajita, pues yo creía que era más cerradita que su hermana y la penetré hasta desvirgarla, increible, pero a Claudita no le dolió tanto como a Mariana recibir mi verga dentro de su vagina. Eso si las dos son unos caramelos de mujeres.
Cuando mi esposa regresó de sus terapias me dice que me ve muy flaco, que si sus hijas me estan atendiendo bien, lo que ella no sabe es que tengo tanto sexo con ellas, casi a diario, uno o dos polvos por noche, que son sus hijas en la cama las que me tiene delgado, y lo mejor de todo es que ella no ven con malicia tener sexo conmigo mientras mi esposa no está y eso es verdad. He tenido que nutrirme de suplementos para aguantar este ritmo, y la verdad !que rico este incesto!. Las dos chiquillas me tienen en sus manos y ellas estan contentas con nuestro secreto. He tenido uno o dos sustos que a alguna de ellas no le viene su periodo menstrual a tiempo, pero no ha pasado más que un retraso, situación que ha hecho que a ambas las he inyectado para cubrirnos tres meses cada vez, los condones no funcionaron pues en ocasiones quieren seguir teniendo sexo y se han acabado o se me olvida colocarmelo, pues como yo no acostumbraba hacerlo.
Un trio…. que rico sería…. pero no quiero arriesgar lo que tengo ahorita en este momento..no quiero..
Excelente relato, espero que sigas escribiendo. Saludos.
Excitante historia…