El Incubo del Internado 13
La situación sigue cambiando, volviéndose más sensual, pronto Jay empezará a notar más cambios, que lo llevaran a la lujuria….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
Capítulo 13
Después de arreglarme para trabajar fui a reportarme con Kim, ella como de costumbre me recibió cálidamente, se notaba en su rostro un deseo que compartía, parecía esperar mi cercanía para liberar la sensualidad que ocultaba de otros, haciéndome desear besarla, tocar sus pechos, o sobar sus muslos, era un delirio total que debía esperar. Le avisé que ya había ocultado las llaves del evento y su ubicación exacta, también le comenté lo de las luces por lo que sería necesario hacer arreglos, ella estaba a gusto con mi trabajo, así que me permitía moverme a mis anchas, incluso le dije que iría por un café y me ofrecí a traerle algo, cosa que no desaprovecho, al volver, ella estaba muy ocupada así que le deje su encargo a la mano, recibiendo de momento una tenue sonrisa, ahora tenía algunos problemas con los jardineros que no acababan de plantar unas flores nuevas, así que me fui a trabajar, tenía que hacer el cambio de cableado, pero en el trayecto me encontré a la doña, justo a quien quería ver, y con un segundo café en mano me dijo:
Justo a tiempo, voy a revisar el bosque, tienes planes – me decía la vieja con esa actitud casi mandona, pero confiando que tenía mí ayuda.
También voy para allá – le respondí de buen humor dejando que me guiara.
Perfecto ayúdame, que tengo cosas que decirte – me decía la Doña con un tono de voz que no parecía muy agradable – antes de irme revisé la oficina de la directora, ahí está la habitación del rito, te tengo 2 noticias, entraste a ella y colocaste lo que faltaba para terminar el ritual, tu propia persona con sangre virgen, la tuya, jajajajaja
Pues desde ese día eh estado muy activo sabe – le decía con cierto toque humorista.
Lo imagino, es influencia del Incubo, también te está afectando ahora, más que a los otros – advirtió la mujer viéndome con mal gesto.
Espere, entonces ahora soy el dueño del incubo – dije sin entender las cosas.
En eso la doña me dio un golpe, uno que si me dolió, luego me vio con cara de pocos amigos y cuando pensé que diría algo más, volvió a darme un golpe, luego se burló de mí y dijo:
De donde oíste esa estupidez de dominar al incubo, no me digas del “raro Pit”, ese muchacho esta trastornado, eso no va a pasar nunca, no sé quién se lo inventó, pero terminaste el ritual, se necesitaba que alguien estuviera en el círculo el tiempo necesario, dejando sangre de virgen, en cierta forma estas vinculado, pero no eres su dueño, si supieras de estas cosas tendrías un pacto, pero está incompleto, así que te va a estar acosando todo el tiempo que estés aquí, incluso podría posesionarte, podrías acabar matando a la gente, violar a cuanta mujer tengas cerca, volverte loco, pero viéndote bien, no pareces alguien dejado así que no lo tomo como opción, te vez como un ex, necio y terco como mula, por ello creo que la trae contra ti, más bien diría que eres como una fuga de su poder, algo así como una sanguijuela, pero no tienes sus poderes y tampoco vas a controlarlos, se podría decir que tendrás algo de suerte en el aspecto que todo hombre desea, nada más, así que disfruta lo que conseguiste idiota – fueron las palabras de la Doña quien por tercera vez me dio un golpe.
Esa revelación no me la esperaba pero me sirvió de consuelo, no era lo que esperaba, aunque no tenía idea de que estaba ocurriendo, todo era demasiado extraño, así que era rondado por esa cosa, que maldita suerte la mía, aunque eso explicaba porque mi suerte con las mujeres mejoro tanto. En lo que siguió de la mañana arreglé los cables e hice limpieza del bosque, aparentemente harían una búsqueda de objetos y eso justamente estaba escondiendo con la doña, rayos en esta escuela las fiestas son cosa seria, aparte me dijo que las clases se suspenderían desde el jueves, para empezar los eventos, la búsqueda del tesoro el mismo día, el viernes la caza de objetos (a veces no eran creativos), acabando con la fiesta del sábado, los premios iban desde bolsas con dulces, algunas frituras, ropa, incluso unos vales especiales para “cenas románticas” o boletos de cine, según sea el caso, claro que aunque todo parecía normal, gracias al incubo tenía un trasfondo pervertido que después descubriría, maldita sea me hubiera gustado estudiar aquí, como fuera. Por petición de la Doña terminé de ocultar los objetos, bueno en realidad eran esferas con tiquets, para cambiarlos después, esta vez los chicos la tendrían difíciles, soy muy bueno escondiendo evidencia (parte de algunos secretos que escondo), después de eso la doña se fue a seguir con sus asuntos, por mi parte aprovechando la hora del receso fui a ver a mis hermanas, era como decía, la falda de Giby estaba más corta dejando ver sus preciosas piernas y sus maneras de tratarme iban ganado cierta coquetería, dejándome ver sonrisas cargadas de una picardía, invitándome a besarla, además movía sus piernitas con cierta sensualidad, jugaba con su ropa, incluso olí en su cuello cierto perfume que no le conocía, como si quisiera llamar la atención, Angie lucia igual que siempre pero iba notando como se distraía con facilidad, de hecho en más de una ocasión se me quedaba viendo en especial a mi entrepierna, mientras mordía sus labios, no lo había notado, su actitud siempre pareció muy tranquila, algo retraída, ahora la perversión del incubo se fue volviendo más evidente en ella, se ruborizaba mucho, como si estuviera pensando en cosas indecente, por otro lado al visitar a Tesi me encontré con Lexy, esta me dijo que mi hermana se hallaba en el tocador, que podía esperarla, así que debía aprovechar, o eso fue hasta que me preguntó por lo que paso anoche, pues me dijo:
Por cierto, cuéntame ¿porque estaba ahí contigo? Asi – decía Lexy mientras se ruborizaba.
Pues que quieres que te diga, que te hallé fuera, mejor dime que recuerdas – le respondí algo inquieto por lo que seguramente iba a escuchar.
En serio, no puede ser, yo me dormí en mi cuarto, pero ahora que los dices, empecé a soñar que me llamaban, así que salí de mi cuarto siguiendo a no sé quién, me sentía cautivada por algo, hasta que llegué a un cuarto lleno de flores y ahí me perdí, el olor era tan rico que sólo me deje llevar, no sé qué me dices Jay – me decía Lexy confundida, pues pensó que lo estaba soñando.
En serio eso me dejó helado, no sabía que responderle, miré a la chica, no parecía estar mintiendo, se notaba un temblor en sus manos, además que respiraba profundamente, aunque eso me incitaba a querer tocarla, en serio empecé a notar lo que dijo la doña, pero le dije:
Mira Lexy, esta escuela está llena de misterios, cosas que no puedo explicar, antes he tenido sueños raros donde las veo a todas “diferentes”, ahora estoy tratando de encontrar las respuestas y puedo decir que esos rumores de un diablo aquí, tienen cierta realidad, hay algo, todos somos propensos a su influencia, pero no debes asustarte, él no es capaz de hacer más que asustarnos, solo se divierte a través nuestro – fue lo único que pude pensar, y al acabar sentí que dije algo estúpido, pero quería ver qué pasaba con la chica, deseando que no me viera como un loco.
Entonces esto le pasa a todos – yo le asentí a Lexy y agregó algo perturbada, sonrojada – acaso podría volver a sucederme, y terminar contigo en la cama desnudos, haciendo eso.
Pues para mí fue algo increíble, me hiciste el día – me atreví a decirle, mientras me perdía en sus bonitas piernas, cosa que le hizo estremecerse, casi oliendo su excitación.
Ella se ruborizó por mi comentario, quería decir algo más pero en eso llegó Tesi rompiendo el ambiente, la vi un poco más cambiada, tenía un aire más femenino, su falda unos centímetros más arriba, las piernas sobresalían con sus medias, los botones un poco desbrochados, su actitud más sensual, no me cabía la menor duda, también era víctima del incubo, sólo platique unos instantes y decidí irme, su voz parecía guardar algún secreto excitante, así que salí del cuarto, cuando mi hermana se acercó y me dijo al oído:
Hermanito ayúdame en los eventos y tal vez podamos jugar Lexy, tu y yo a solas – fueron las palabras de mi hermana, unas cargadas de un erotismo que se reflejaba en su mirada, dándome deseos de besarlas profundamente.
Todo eso fue repentino, por una parte deseaba empezar el juego ahí mismo, otra quedó helada ante la posibilidad, pero la idea no salió por un rato de mi cabeza, sólo acerté a decirle que lo pensaría de manera coqueta, por lo que ella me besó en la mejilla casi rosando con mi boca, salí a continuar mi trabajo, donde realicé reparaciones y ubique monstruos falsos de la decoración, realmente el lugar tomaba forma, los niños pequeños estaban muy emocionados con todo esto, jugaban de tal forma que daba gusto verlos, los de primaria igual, los de secundaria no tanto, pero se divertían, y con los de bachillerato, se notaban sus negras intenciones, de hecho entre ellos se oían sus planes:
– Carajo, es nuestro último año, hoy si nos la rifamos el escuadrón de calaveras vuelve y veamos que tanto gozamos, como lo hizo mi bro el año pasado que le vio todo a las chicas, que suertudo, se metió en el baño en secreto, a uno de esos cubículos que trabo por dentro, y tuvo la suerte que la vieja que a todos les gustaba se metió, hasta con el cel. le tomó video cuando se empezó a tocar, no puedo creerlo, la chica con su traje de princesa, se lo sacó, según esto para miar, y al tiempo que acabo se comenzó a meter dedo, primero tranquilo, después como que le tomo gusto, se lo fue agitando, al tiempo se tocaba las tetas, y que par, pues con el uniforme o el disfraz no se le notaba pero en cuanto se las vi, que rayos las tiene grandes, se las manoseo bien rico, hasta gimió suavecito, nadie se dio cuenta por la música, ni ella, ahora nos toca a nosotros.
Por otro lado:
– Mira, cuando todos estén bailando tú le dices que quieres tomar aire, que te canso la música, así que te la llevas, dile que quieres “hablar” y se van al bosquecillo, ahí te aseguro, sólo tienes que plantártele, no dejar que se vaya, demuestra quien manda, la besas y eso es todo, yo así lo hice con mi chava, es más te cuento: el año pasado la lleve y pese a la desgraciada botarga, la pude besar bien rico, ella se dejaba, iba con ganas, pero eso sí, no dejes de besarla eh, es importante juega con su lengua que es delicioso, lento disfrútala, así lo hice, con mi mano le fui bajando de su hombro y le acaricie las tetas, por suerte la tela estaba bien delgadita, se sintió bien rico, hasta se agarro con ganas, después la fui bajando, acariciándola, mendiga falda que me causo problemas al subírsela, luego le toque las piernitas, y al principio no se quiso dejar, pero con la otra mano la fije, le jugué con la lengua, bueno al final se dejó y le acaricie el culo, hay que ir tranquilo porque se espantan, así que relax, el sobé por el borde del calzón, después de un dedo por uno se los metí todos, me agasaje bien rico, y ella seguía puesta, fui tranquilo continúe acariciándola hasta que ya la vi perdida, caliente, ahí viene lo bueno, le comencé a tocar la concha, con suavidad, encuéntrale el puntito de placer, has presión ahí, eso las derrite, te diré que hasta levanto su pierna, que rica se sentía, traía un liguero bien sexy, que ganas traía esa noche, tan emocionados que hasta se corrió en mis dedos, que recuerdo si aún me parece tener su olor en la mano, y no mas no te cuento otra cosa porque nos cacharon y no pude continuar…
Carajo, ese mocoso sabía lo que hacía pero aparte pude escuchar:
– Nombre compa, que bueno que entraste a esta escuela, yo estoy aquí desde secundaria, pero no me canso, as chicas son bien calientes, y algunas maestras pues te las arreglas para pasar aunque no estudies, el otro día salí mal en un examen, así que fui con la maestra, la Amber, le rogué que me diera los 3 puntos que necesitaba, al principio no quiso, pero así es ella, después me dijo, que haría trabajo “extracurricular” y me daría una ayudita, así que acepte de inmediato, nombre, nos fuimos a un salón de clase abandonado, ahí me comenzó a regañar por ser flojo, ese es su juego y ya me la sabia, aunque era mi primera vez, yo le pedí disculpas, pero en eso que me quiere dar unos reglazos, me tuve que dar la vuelta para recibirlos, no fueron muchos, de hecho hasta tiene técnica la desgraciada que como que se me comenzó a parar, después me puso de rodillas, ahí vino lo bueno se subió la falda para “obligarme” a darle una mamada, que rico sabia, aparte que la maestra gime como perra, no me aguante y le agarré el culo para saborearla mejor, ella seguía con sus cosas de: “adelante, sigue así, eres un arrastrado” que se yo, como que la calienta más, puta, se corrió en mi boca y me lo trague todo, nunca lo había hecho pero se sintió genial, aparte la miss me sonrió y me beso nuevamente como si quisiera probar su concha, yo nada lento que le agarro lo que puedo, si no quería que se me fuera viva, el culo o las tetas, que bien se sentían, aparte que estaba sudada, eso la hacía sentirse más rica, no sé porque pero como que en ese momento me encendí y estando puesto, ni siquiera sé cómo se me salió la barra y se la clavé con todo lo que traía, estaba como loco, hasta moví el escritorio donde se estaba apoyando, así clavándosela, ella no me dejó de besar, creo que para no sonar porque se callaban sus gemidos, es más me abrazó con las piernas, al final se la deje venir toda dentro, se sintió tan bien, que ahora soy su alumno consentido, para que veas, esa maestra es bien golfa, con todos se deja, aprovecha, pero también las alumnas son fáciles, aunque ten cuidado con un par que son hermanas del nuevo vigilante y se ve que pega duro, dicen que era soldado…
Así me gustaba, que hasta pase a su lado y los salude, eso los puso a la defensa, pero yo seguí de largo, así era mejor, no quería que esos muchachos se metieran con Tesi o Giby, continúe con mis andanzas, escuchando más historias, pensando lo bueno que sería poder convivir con ellos como si fuera estudiante, pues yo también tenía para contar, de hecho en eso me saludo un chico de nombre Simón, usaba lentes, este se hallaba con otros estudiantes hablando de sus historias el otro día que comí con ellos en el comedor, era el único que aún reconocía la belleza de la directora Kim, este se me acercó y me dijo:
Ey, guardia Jay, ¿Cómo está? – decía animado acercándose sonriente.
Simón ¿no? Bien y tú – le respondí con gusto, me cae bien el chico.
Oiga, dígame, ya se enteró de los eventos que se realizaran, es que algunos quieres saber si el concurso de lo obsceno se realizará – me decía Simón inquieto.
Oye ese evento esta fuera desde hace 10 años, o eso me dicen ¿Cómo sabes de él? – le respondí un poco confundido, pues apenas me había enterado por suerte.
No pos es que yo estoy aquí desde kínder, así que vi el último, nadie me cree que existió pero les encantó la idea, aunque lo canceló la vieja Olga pues ya la conoce, es una amargada, oiga guardia Jay escuche que la corrieron – agregaba Simón inquieto.
Bueno, mira no conozco el evento, pero sé que en la mañana del sábado será para los pequeños, sus juegos y fiesta, a partir de mediodía empiezan los juegos de primaria con las votaciones para reyes por mejor disfraz, para las 2 ya empiezan los eventos de secundaria y bachillerato, y con respecto a la señora Olga, si ella esta fuera, la pobre se peleó con nuestra querida directora y salió perdiendo – le aseguré contento, también odiaba a esa bruja horrenda.
Genial, oye Jay, puedes hablar con la directora, se nota que se llevan bien, digo que hagan el evento obsceno, te aseguro que muchos harán cosas divertidas, en especial las chavas, digo se ve que la Tea se muere por ti, antes de que llegaras era bien caliente, pero desde que llegaste hasta modosita se volvio, seguro te dará un gusto privado – Dijo Simón tratando de convencerme, como si hiciera falta.
Lo he notado, pero dime de qué trata ese evento, si no se dé el no puedo ayudarte – trataba de ser más objetivo, y necesitaba datos.
No es la gran cosa, en lo que recuerdo, es un concurso de talentos, pero donde todos hacen cosas que se pueden ver obscenas, contar bromas eróticas, o monólogos groseros, incluso hacer actos improvisados, por favor – suplicó Simón impaciente.
Tienes algo planeado ¿verdad? – dije viendo un poco al chico.
Sí, claro que lo tengo, vamos dile a la directora, sé que se lleva bien contigo maldito suertudo – dijo Simón envidioso.
Bien lo intentaré, aunque no prometo nada, sólo lo hare porque eres de los pocos que comprenden esa belleza – lo decía tratándome de ver poético, broma obvia.
Gracias, que envidia, yo también quisiera acercarme así con la directora – decía como si algo supiera este chico de mi relación con Kim.
Cierto, que estúpido fue el que la abandonó, si pudiera yo le hacía un hermanito a su hija – le dije tratando de mantener las apariencias.
Y con esas palabras me retiré, me caía bien ese muchacho, Simón, era pervertido, pero no tanto, hasta cierto punto noble, así que fui a ver a la directora y con ello a proponer el evento, ella tampoco lo conocía bien, solo llevaba 3 años en el puesto, aunque antes estuvo 2 siendo maestra, le expliqué lo poco que sabía, a lo que le gustó la idea pero antes me dijo:
No se Jay, sería mucho papeleo más y necesitaría descansar, los arreglos del jardín me tienen exhausta, tal vez si tuviera algún estimulo sería más fácil – dijo con un tono de voz muy sensual.
Te diré algo Kim, luego nos arreglamos, revisaré un poco más del asunto, te tendré parte del papeleo listo, y luego un buen “desquite”, uno que te quite la tensión – le decía con un tono coqueto de voz, logrando que se emocionara.
Como me gustaba esa escuela, la directora me vio con cierta chispa en sus ojos, sabiendo a donde iba, pero con sorpresa vi como sus piernas se movían de manera sensual, parecía aguantar la excitación, incluso creí oler su fragancia de mujer, con esto en mente me retire, y fui con los chicos de bachillerato, Simón al verme preguntó ansioso y le respondí que se podría hacer algo, pero era necesario ver que actos se realizarían, en cuanto lo oyeron mucho aullaron contentos, me sentí como el héroe, les dejé unas hojas para que se apuntaran: nombre con su acto y el tiempo estimado, un grupito de chicas llegó con una coreografía, un chavo con guitarra, otro haría un sketch, Simón una escena cómica picara, un chico diciendo chistes, todo me parecía de lo más normal ,estaba muy equivocado, fácilmente el evento duraría más de una hora, tomé las hojas para irme, les dije que si alguien más tenía algo fuera y tocara la reja a verme, porque pasaría los eventos a la computadora, el ambiente se ponía muy agradable, y muchos se retiraron a practicar, por mi parte volví a mi celda donde comencé a pasar todo a limpio, porque algunos estudiantes tenían una letra que asustaría hasta al incubo.
No pasaron ni 10 minutos cuando un pequeño grupo de chicas llegó buscándome, se agregó una banda de chicas, un solista raro, etc.; al final de todo ahí estaba Tea, que como de costumbre se ponía melosa a mi lado, como si fuera su novio, de hecho fue la primera en llegar, pero la última en irse, contenta de estar en mi habitación otra vez, la miraba y finalmente le dije:
Bien, cuál va a ser tu acto, preciosa – le decía viéndola de arriba abajo sin importarme mucho, porque sospechaba que quería algo más.
Mm, te lo mostrare, porque quiero tu opinión, bien – decía con un tono de voz que me encantaba.
Auc, como traía su uniforme, estaba algo encendido, luego tomó mi computadora para que sonara una canción, poco a poco se puso a danzar de forma caliente, meneaba su cadera, su falda tan corta en cada movimiento dejaba ver una linda panti blanca pegada a su cuerpo revelando la forma de su concha, ella se acariciaba el cuerpo, desde sus pechos pasando por su cintura, sobando sus muslos, me esperaba eso, la deje seguir por que el olor que desprendía era erótico, una mescla de sudor con deseo, su cara llena de vicio, aun con su camisa acariciaba sus senos, los estrujaba, desabrochó algunos botones enseñándome su bra, luego se lamia los dedos, parecía que se iba a comenzar a sobar su pubis, pero no pude soportarlo más, tomé su mano y la jale hasta mí, ella pensó que comenzaría a darle placer, y lo hice pero no como creía, la hice acostarse sobre mis piernas para comenzar a nalguearla, su culo era redondo y con excelente forma, sentía como vibraban con cada golpe de mi mano, ella gemía, se estaba excitando, sin duda ser sometida por mí era lo que más la encendía, por eso había cambiado desde que la tomé, como traía falda, no tarde en notar como dejaba mis manos marcadas en su piel, y en ocasiones aprovechaba para sobar su intimidad, logrando que su panti se humedeciera, ella disfrutaba aquel contacto, tanto que parecía levantar sus nalgas para recibir más castigo, y con cada golpe podía sentir su humedad desbordaba, mojándose un poco los muslo o mis dedos, era el momento:
Eres una chica muy sucia verdad – decía aferrando mi mano a su carne.
Lo soy, sigue castigándome Jay – dijo Tea con un gesto que me encendía.
Sin perder tiempo, ante sus palabras la hice pararse dándome la espalda, aunque sus piernas temblaban ligeramente y un poco de sus fluidos bajaba por sus muslos, sólo me saqué la herramienta, nos miramos un segundo y la hice sentarse sobre ella, no tuve ninguna complacencia, estaba tan caliente que en cuanto entre sus jugos me mojaron, pero gimió satisfecha, así que continúe con un vaivén de locura, luego sus manos tomaron las mías, para colocarlas en su pecho, me hizo masajearlas, podía sentir su calor, la vi sudar y con ansias lamí su cuello logrando que se retorciera, mis embestidas iban cada vez más fuertes, ella decía que me amaba, pero su voz se quebraba por cada impacto en su intimidad, no podían dejar de gemir, sus jugos salpicaban, escurrían hasta el suelo, mi celda se llenó de olor a sexo, y sólo la canción que se repetía evitaba que nuestros gemidos fueran descubiertos, no pasó mucho antes que finalmente descargar mi leche en ella, lo cual gozo, y también yo, su interior ardía en cada orgasmo parecía masajearme con su interior, como si quisiera dejarme seco, ella me besaba con ternura, yo le respondí con pasión mientras tocaba su cuerpo, sus tetas, piernas, con un dedo me aventure hasta su zona más íntima, sólo toque su punto de placer y ella volvió a gemir intensa, acaricie su intimidad nuevamente con mi estaca, podría haber continuado, pero no era buena idea, así que le dije que seguiríamos después que no fuera tan problemático, ella quiso reprocharme, cuando sonó la reja, llegaron más alumnos buscándome, carajo, tuve suerte, pero debido a la situación se ocultó en el baño para asearse.
Recibí al menos otros 2 actos, un chico raro que no sé qué pensaba hacer y un “payaso tétrico”, no faltó que preguntaran por Tea y les dije que estuvo un rato y se fue, ese era el único punto que me disgustaba de mi situación actual, no tenía suficiente privacidad en la escuela, siempre me sentía observado, o mis oportunidades para gozar con alguien estaban muy restringidas, aunque debo reconocer que estas eran mayores que nunca, una vez solo, Tea salió más arreglada, algo inquieta por nuestra relación, quería presumirla, aunque no debería, tuve que sobornarla con una salchicha, hotdog, así que fuimos afuera, después de ello continúe con mi trabajo, más al volver ya estaba algo oscuro y no había terminado con el papeleo, así que tuve que devolverme a mi celda, ahí fue cuando noté que dejé abierta la reja, no pensé que nada habría ocurrido, así que cerré y me metí, cuán grande sería mi sorpresa al ver un par de invasoras esperándome.
Hola hermanito – me decía Giby con un tono coqueto, vestían sus uniformes deportivos.
Primo – me dijo Angie contenta acercándose alegre.
Niñas ¿qué pasa? – les dije abrazándolas con cariño, pero olia su aroma de cerca.
No esperaba esta intrusión, ambas venían después de hacer sus labores, ni tiempo de bañarse les dio, imaginaba cuáles eran sus intenciones, pero ignoraba el porqué, casi se me cae el color de la cara cuando me reprochan mis actividades eróticas entre ellas, les dije que no deberían charlar esto con nadie, pero me miraron entre sí para preguntarme:
¿Quién es mejor? – así descubría su juego personal, carajo.
Yo me hice el ofendido para no responder diciendo que esas cosas eran privadas y no debían ser platicadas con nadie, eso pareció de momento calmarlas, pero lejos de detener sus planes las hizo sentarse sobre mis piernas y decirme:
Bien te perdonaremos por ahora – dijo Giby con una sensualidad inesperada.
Pero necesitamos tu ayuda, así que haremos lo que haga falta para que nos apoyes – añadió Angie con una timidez que me calentaba mucho.
En ese momento ambas comenzaron a darme pequeños besitos, más tiernos que apasionados, sus manitas me acariciaban, buscando que respondiera a su afecto, yo con cada mano las sujete, así dejándome querer, comencé a tocar desde su espalda hasta su cintura, estaban de shorts y playera, así que fui abriéndome paso para acariciar sus nalguitas, estas eran tan suaves, ellas se sorprendieron por un momento, mirándome y ruborizándose, momento en el cual aproveché para mover mis manos hasta sus muslitos, ellas mas calmadas, dejando libre un leve suspiro continuaron dándome besitos, pero en ocasiones se perdían en el placer, dejando escapar algunos leves gemidos, era tan excitante, nuevamente mi cuarto se llenaba del olor a sexo, pero algo me tenía nervioso, no le di importancia, de hecho me apoderé de sus pequeñas vulvitis con mis dedos, logrando que gimieran más fuerte y empezaran a expeler sus propios jugos de amor, para ese momento yo estaba perdido, sentía como una leve risilla a mi espalda, no me importaba en ese momento les estaba dando placer a mi hermanita y prima, quienes estaban soltando su aroma, gemían mientras las besaba de lengua, ellas se dejaban hacer, las tenía bajo control cuando finalmente logré que se corrieran, ahora sería mi turno, con cual comenzaría, estaba en eso cuando finalmente vi que era lo que me tenía preocupado, la hora, las niñas deberían estarse bañando, para ir a cenar, las tenían bien vigiladas, si no aparecían seguro se meterían en problemas y yo con ellas.
No les di tiempo de reclamar nada así que les dije que se fueran a bañar, aunque esto también era parte de su plan, pues un par de regaderas se estropearon así que no podían hacerlo, les tuve que prestar la que yo tenía, así ellas comenzaron a lavarse, y movido por la lujuria estuve ahí para cerciorarme, desde la entrada las veía, como se untaban el jabón, restregando sus cuerpos para limpiarlos, echándose el champo viendo como la espuma recorría toda su piel hasta perderse, aún así ellas me reprochaban el hecho de no terminar o siquiera responder a su primera pregunta.
Miren, es como decirme si me gustan más las hamburguesas o las tortas, porque me gustan ambas por igual, es lo mismo con ustedes, y seguiré probando ambas, pero ahorita no es tiempo, rayos, les diré que hasta las estoy soñando, pero si siguen así me meterán en problemas, esto será nuestro secreto, ahora tengo que inventarme alguna excusa más…
Pues primo, te pedimos la regadera, no es suficiente – dijo Angie muy sencilla casi moviendo su cuerpo invitándome a tocarlo.
Oye yo vine a preguntarle por la llave, el profe Beni dijo que sólo la directora y el guardia saben dónde están, hermano tu eres el guardia, no puedes decirnos – dijo Giby con un puchero adorable mientras presumía sus formas infantiles.
Pues lástima, porque el trato me convencía, pero no el momento, en otra ocasión hacemos el negocio bien y les digo donde está la llave – le dije pero eso pareció encender un gusto en ellas que no pude detener.
Después de eso las niñas se acercaron, en su estado de perfecta desnudes, comenzaron a ofrecer sus cuerpos de forma sugestiva, y la locura no me dejó parar, podría hacer un poco de acción, así que sería la misma Giby quien ofrecería su culito, pero se lo metería en la conchita, penetrándola rápido, sintiendo esa presión que era para enviciar, mientras miraba a nuestra prima darse placer ella sola, tenía poco tiempo, así que estaría embistiéndola con rapidez, movido por la locura sexual, realmente eso me calentó demasiado, en cada embestida se me iba la vida, no tardé en correrme, momento en que rápido intervino Angie para tomar su lugar, ofreciendo su vulva de una forma que jamás esperé, pero no me importó, no tenía tiempo, sintiéndome poseído por algo que no debería, pero no podía hacer nada, es que me apretaba tanto, aparte ahogaba sus gemidos mordiéndose el labio de manera sensual, un gesto que me hacia desearla más, así que no tardé tanto, aunque no estaba satisfecho, quería seguir, pero en mal momento escuchaba a la miss Holly llamarlas, así que apenas me corrí, salí para verla.
Parece que le tocó guardia a la maestra por algún problema, no importó ella me miró con cierta picardía, parecía que el olor a sexo lo tenía encima y eso le calentó, pero antes que nada, acabé diciéndole lo ocurrido, se estaban tardando porque solo era una ducha para 2 personas, cosa que calmó su ánimo, más no el otro, parecía querer algo más, en serio un aire erótico estaba en el aire, pero antes de poder decirle algo, mi Angie y Giby llegaron, interrumpiendo cualquier intento de seducción, luego se retiraron, aún así las acompañe, y una vez en el comedor cenamos, aunque comí poco por el Hot-Dog de antes, pero eso no importaba, en ese momento quería estar pendiente de ambas, así pude notar como muchos de los estudiantes internos me miraban, pensé que podría ser por alguno descuido mío, pero después me di cuenta que quizá la razón era la misma por la que estas 2 se metieron a mi celda.
Muy excitante