El Incubo del Internado – Sangre Nueva 11
Brat se siente realizado, tiene ahora a su vecina como esclava sexual, pero tendra que enfrentar algunos problemas….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
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No sé que me había pasado, pero desde que prácticamente viole a jesi en el centro comercial, esta se rompió por dentro, estaba caliente al verme, parecía ofrecerse o al menos estaba caliente, me invitaba a su casa cuando sus padres salían, según ella se quedaba para arreglar cosas de su nueva escuela, cosas intimas, jajaja, la iban a llevar al internado del diablo como quería, y al entrar a su casa, realmente me llamaba para que me la cogiera, se ofrecía abiertamente para que le hiciera de todo, dejándome tocarla, desde sus tetas hasta su coño, lo cual disfruté bastante, prácticamente me dejaba llegar a su cuarto, que delicia, sus pechos eran más grandes que los de mi mamá, los chupe cuanto quise, incluso los mamé un poco, los mordí sacándole quejidos, también cuando tenía sed me ofrecía el coño hasta correrse, mm eso fue exquisito, parecía que estar caliente le hacía saber mejor, aparte que al estarla montando, se movía de forma suculenta, me dejaba tocarla de una manera tan irresistible, mientras gemía tan “AH”, en serio pude tocarla cuanto quería, aunque le dije que se controlara, en veces chillaba demasiado rico, pues no quería que llamara la atención, su papá era un loco de las buenas costumbres, así que de perder la cordura luego la mandaba al convento a que le hicieran el exorcismo, lo cual ella aceptó, aunque lo hacía mientras estaba dándole con todo, encajando mi verga hasta el fondo de su coño, que escurría como si estuviera orinándose, en verdad la había roto, que “suerte” tuve, porque aparte no tendría que aguantar competencia con ella. Con todo lo sucedido debo decir que el tonto de Jordi, uf, ya no lo vería otra vez, parece que el papá tenía tratos con el internado, pero atacar gente en medio de la plaza lo hizo quedar como un mafioso vulgar, lo que terminaría todo acceso a la milicia, y debido a lo ocurrido los negocios del viejo saldrían horrible, que cosas, porque esa familia acabaría en la miseria, huyendo para escapar de deudores, mientras yo me cogía a la chica que tanto deseaba ese niño bonito, en verdad Jesica era toda mía, jajajaja.
O eso pensaba, pues mi padre nuevamente me haría una de sus malas pasadas, como según el ya estaba recuperado de mi mal comportamiento, decidió que debía meterme a una escuela de gobierno, maldito tacaño, en serio como me molestaba, así que iba a quedar fuera del internado, solo que no nos lo dijo a nadie, hacia las cosas sin consultarlas, hasta mi madre no estaba contenta, y algo le dijo, pero no supe como acabaría, además aunque tenía a Lisy y Meg bien controladas, ocultando que tan putitas podían ser, esperando una oportunidad para estar cerca, me miraban diferente, hacían juegos como lamer bananas o paletas, moviendo sus lengüitas de manera sexosa, o jugaban con sus piernitas cuando usaban sus faldas de uniforme, de hecho en mis juegos vulgares, me seguían la corriente, aunque solo cuando no escuchaban mi padres, luego fingían enojarse, aunque muchas veces movían el culito para que quisiera clavárselas, pero lograr algo mas no era cosa sencilla, y con los días me tocaría ver como al estar cerca se portaban diferente, tentándome a buscarlas, incluso me enseñaban sus tetitas, o sus coñitos, como rogándome que les diera duro, en cada oportunidad, aunque no hallábamos ninguna, pero se les notaba bien calientes, aunque llegarían a agarrarme el paquete que se me hinchaba por las ganas de metérselas, y en más de un descuido de mis padres me agarraron la verga para sobármela sobre los pantalones, incluso metiendo sus manitas dentro para sentirla directamente, mirándose tan calientes, que me estaban dando unas ganas terribles de coger con ambas, y ellas querían mi carne dentro abriéndolas completamente hasta escurrir, deseando entregarse en una buena cogida que las hiciera chillar, maldición.
Mas nada de eso era posible porque el viejo no dejaba de quedarse en casa por la investigación del montacargas, parece que como en los videos graciosos de internet acabó con muchas cosas, un accidente, de esos que destruyen cientos de cosas en un efecto domino, por lo que iban a pasarle cuenta, aunque no sabían a quien, era la incógnita, y los jefes abusivos le retenían su dinero, el ultimo cheque, así que a falta de ingresos este me quería poner a trabajar, de hecho no me quedaron opciones, quedando unos días en los que luego de clase tendría que ir a un puesto de hamburguesas de una cadena en el centro comercial para sacar dinero, fue bastante patético, incluso me tope con el tomate y la cebolla, que no dudaron en burlarse, aunque igual apareció Jesica, en un fin de semana, y aprovechando un descanso uf.
No pude evitarlo el tiempo estaba en nuestra contra, durante mi descanso me fui a un baño que estaba cerrado, nos metimos sin que nadie se diera cuenta, ahí ella me dijo que le diera con todo, solo tocarla y sentí que escurría, le iría a meter todo lo que tenía, jugaría con su precioso coño dándole tan duro como podía, haciéndole gemir con fuerza, ella usaba el uniforme de colegia del internado, una falda azul oscuro, con calcetas negras, aunque ella usaba medias, una camisa blanca y un chaleco a juego, con un emblema que recordaba a un diablo, que poco me importaba, bueno, al menos sí que le quedaba bien, se veía riquísima, lo mejor es que ella misma se ofreció, dejándome su culo al alcance, y para no gemir nos besamos, era delicioso ver como mi verga entraba dentro en un ritmo desesperado, aun mejor sentirla entre mis brazos, dándole con todo, restregando sus tetas, mierda, quería tocarlas con libertad, como cuando lo hacíamos en su cuarto, pero no podía, estaba bien puesto, aunque eso me incomodaba, cuando acabé corriéndome a causa de que estábamos en el baño de mujeres, y una tipa entraba de carrera, sin notar que estaba fuera de servicio, si luego la regañaron por mañosa.
Apenas salí del lugar a salvo, aunque nos topamos con sus padres, quienes no estaban tan contentos, pero Jesi fingió que le había ayudado con una horrenda araña o parecido, así que no hubo queja, aunque antes de irse me suplicaba porque volviera al internado para que pudiera seguir siendo mi amante, deseaba tener mi verga metida al fondo con mas libertades, cosa que deseaba, incluso me decía que encontró un rinconcito en el bosquecillo donde quería pasar el rato conmigo o hacerlo en la alberca, maldita sea, pero el mugre viejo tacaño no quería pagar la colegiatura, y aparte estaba quitándome parte de mi sueldo para pagar sus cosas, era un abusivo explotador, maldición. En eso estaba pensando cuando nuevamente tendría suerte, me pagaban una miseria en las hamburguesas, por todo lo que hacía, lavar, preparar comida, cubrir ausencias, a veces atender a idiotas, quedarme hasta tarde, carajo, pero la suerte me sonreiría de manera increíble cuando de nuevo me topé con el director, quien llegaba con las maestras Sage, Holly y la prefecta Kim para pedir unas pizzas, aunque debo decir, que todas iban con niños pequeños, en serio, cuánto podría apostar con que todos eran sus hijos, ese hombre era una fiera, la bestia, y querría ir a hablar con él, para pedirle ayuda, estaba seguro que lo haría, pero no pude, mi nuevo jefe era un pesado gordo mantecoso, calvo con cara de pocos amigos que se portaba peor de lo que se veía, aparte que se veía mañoso con algunas de las empleadas, quienes usaban unas playeras de tela ajustada que se les veía como si fueran de licra, dejando ver la forma de sus pechos preciosos, como sea, no me dejó hacer nada porque debía atender, y carajo, era la hora pico, pero aparte a mi no me tocaba la caja registradora, pero la chica que atendía, estoy seguro que le hizo una mamada para que la dejara salir antes de tiempo, mierda.
Para mi desgracia no tendría forma de hablar con el director Jay, lo que se repetiría en un par de ocasiones más que me desesperaron (como dije antes el hombre frecuenta ese lugar), de hecho no tenia descanso, entre mis estudios y el trabajo, realmente la estaba pasando mal, además que me inscribieron en una escuela donde me tope con algunos bobos, antiguos compañeros de mi otra escuela, quienes se sintieron tan rudos, a los que les rompí la cara, sería en un jueves que tendría mi oportunidad, pues harto de los abusos, le lancé mi mandil al tipo y renuncie, ya no podía más, salté de la barra para mandarlo al demonio, salí corriendo sin que pudiera alcanzarme, aparte que notaba que tenia abajo el cierre, seguro se la estuvieron chupando hace poco, casi podría apostar que fue una morenita con cara de viciosa que quería un bono por su trabajo, pero eso ya no era mi maldito problema, estaba fuera y vaya mi suerte, que me fui a topar con el director, quien venía con una preciosa rubia, de algunos 21 años, quien cargaba a un niño pequeño, seguramente su hijo, carajo.
¿Bartolo? Gusto verte, nos hiciste falta este curso, pero ya no te inscribieron ¿porque? No me digas que tu papá hizo de las suyas – dijo el director con toda la calma del mundo.
Director Jay, que gusto verlo, ayúdeme por favor – le dije y no pude evitarlo, de todos los tipos que conocía a él si lo respetaba, era el mejor, aunque no son muchos, así que mis palabras valen, por ello le expliqué lo ocurrido, tratando de buscar una forma de regresar, incluso pensé que me pusiera a trabajar como limpiador, o guardia, lo que fuera, pero quería volver al internado y averiguar lo que sucedía, estaba totalmente desesperado cuando este me dijo.
Uf, eso que me cuentas es muy serio, te entiendo, pero no va a ser sencillo, tu jefe es un pelmazo, sin embargo, déjame ver si te arreglo algo – me dijo el director y sentí una ligera esperanza, cuando su mujer le alejó un poco, diciéndose algunas cosas que no supe, me quedé esperando unos minutos, aunque luego agregó.
Espera un poco Brat, creo que podremos arreglarte algo, pero tendrías que aguantar unos días más – me decía la preciosa rubia, que en serio, era una belleza esbelta, preciosa de cara, sin muchas tetas, aunque eso no importó, con esa carita de muñeca, y piernas esbeltas, que quería sentir en mi cuello, sería capaz de mucho, aunque algo pasaba, pues su niño se me quedaba viendo de manera insistente.
Me pidieron mi número, y no hubo más, yo volví molesto a mi casa por culpa del trabajo, tratando de mantener la calma, aunque era difícil, sin embargo los problemas continuarían, pues al día siguiente al volver temprano mi papá me armaría una queja por perder mi empleo, era ahora la única fuente de ingresos, en serio que era un gordo maldito, por eso me sacó y me puso a trabajar, como se mete en problemas, no quiere hacer nada. La pasamos muy mal, creo que mi madre para variar se puso de mi parte, porque no quiso acostarse con él, cosa que le molestó a idiota, pero a mí me daría una entrada, que suerte la mía, un par de personitas estaban cansadas, le metieron pastillas para dormir a su madre, papá se puso borracho llegando a roncar hasta vomitar dormido, pero no les importaba, mis hermanas por suerte querían verga, y no estaban dispuestas a seguir esperando por una oportunidad, por lo que hicieron la suya, y es que siendo franco las hice mis putitas por completo, si en todo ese tiempo juntos podía notar cómo se me quedaban viendo, queriendo un poco de verga, la cual se mantuvo oculta en mis pantalones, apenas rozones, algún manoseo, era un juego silencioso, pues mis padres se quedaban cerca, todo para tener una buena convivencia familiar, sin imaginar lo que podría pasar de tener unos minutos libres, así en la noche llegarían a mi cuarto, para decirme:
Hermanito, que esperas dame un poco de verga, no seas malito, hay tiempo – fueron las palabras de Lizy luego de meterse después de media noche.
Apenas me estaba despertando, pero más que nada porque sentía algo entre mis piernas, era a Meg quien no me dejaba de lamer y saborear toda la verga, metiéndose hasta el fondo todo mi pedazo de carne con unas ganas que no imaginé, lamiéndome con desespero, escurriendo su saliva mientras jugaba de manera viciosa, mirándome con una carita de perrita cachonda.
Qué esperas hermanito, no hemos podido coger, dame con todo, mm – suplicaba la pequeña, pero en eso me prendí como pocas veces.
Jalé a mi pequeña puta para comerle el coño, el cual, carajo estaba tan caliente que apenas lo rocé con mi lengua pude sentir como se estaba corriendo, no imagino que tan caliente estaba, pero la muy pervertida se estuvo manoseando todo este rato, cuando la palpé con mi lengua suspiró de manera viciosa, quería un poco de cariño, y al empezar a comerle la vulva se fue a correr como no esperaba, escurriendo mi boca, no podía creerlo, pero se estaba corriendo, no eran orines, realmente eran sus jugos, también se notaba algo en ella era diferente, se movía de una forma más caliente, se mordía los labios de forma tan sensual, carajo, me estaba poniendo bien tieso de solo verla, eso lo aprovechó lizy, ella misma se clavaria mi verga, y nuevamente fue un shock, pues era como si se orinara, sin embargo no era el caso, un olorcito a sexo, el del placer comenzó a llenar mi habitación, mientras comenzaba a darle tranquilamente un poco de mi ritmo en sus caderas, que comenzaron a moverse, wow, en serio que lo hacía, un trabajo de caderas increíbles, mientras tocaba sus nalguitas para fijarla mejor, sintiendo un gusto como jamás creí, haciendo que ella se fuera moviendo a la par, pero lo mejor sería escucharla decir.
Mm, hermanito, que rico se siente, mm, ya quería tener tu verga dentro, me encanta, mm, no me dejes así quiero que me des con todo, mm, se siente tan rico, mm, me debes coger cada que puedas, mm, no lo olvides nunca, mm – me decía lizy como una ramera.
Cállate babosa, mm, si no tenemos cuidado lo perdemos, mm, tenemos que esperar para que el viejo no nos lo quite, mm, yo también quiero que me rompa con su verga o su lengua, mm – agregó Meg mientras la iba saboreando, y es que estaba bien mojada.
Era delicioso, en verdad ambas estaban bien calientes, entregando sus coñitos, buscándome para sentir placer, se dejaban meter hasta el fondo, liberando un calor bien pesado, estaba recorriendo todo su cuerpo como una oleada de placer sin límites, haciendo resonar sus vocecillas de zorritas, su movimiento era a la par del mío, se sacudía con cada embestida, por momentos hasta soñé verlas con un enorme par de tetas aunque fueran tan mocosas, aparte su vulva se sentía como guante, apretándome en cada embestida, me preguntaba si habrían jugado con cosas pensando en mí, porque se veía que estaban poseídas por una lujuria que las convertía en tremendo par de putitas, era tan delicioso, mas cuando sonaban esas nalguitas por cada embestida como si fuera una especie de aplauso, aunque no podía decir nada la vulva de mi hermanita no me dejaba pronunciar ni una palabra, mientras que la pequeña guarra de Lizy no dejaba de moverse de una manera casi desesperante, tan ansiosa, cargada de lujuria, como si buscara exprimirme, no podía dejar de sentir aquel cuerpo, era una locura, aparte gemían de manera tan deliciosa que por suerte no me había jalado en todos estos días, así que estaba bien cargado, y cuando me corrí en su coñito se lo llené, pero eso no sería suficiente.
En una especie de juego se levantaría Lizy cuando apenas se iba a volver a correr Meg, no me ofrecería el coño, eso no me hubiera gustado, porque me habría sabido a mi propia leche, pero se dedicó a besarme de manera viciosa, metiendo su lengüita hasta el fondo o donde podía, y acomodó mis manos en sus partes intimas, dejándome manosearla a mis anchas, notando que sus tetillas estaban creciéndole, algo inesperadamente sexy, pero justo en ese momento sentí algo mas, carajo. Era indescriptible, la lengua de cierta cría me iba saboreando la verga, no estaba del todo perdido tras soltar mi carga, por lo que sentí como hacía esfuerzos Meg para tragarse mi carne, dejándola entre sus labios con una torpeza que me devolvía a la vida, era una delicia, pero no parecía suficiente, iba haciendo un esfuerzo por ello, cuando sentí un calor demencial, pues recordé que para variar mis padres estaban en la casa, y la idea de coger a sus princesas a metros de ambos era irreal, se me puso como poste, a lo cual escuché.
Hermanito, se te paró de golpe, que bien, es mi turno – fueron las palabras de la más pequeña, sonando tan inocente como viciosa.
Sin que pudiera hacer nada, pues ella misma se movía libre, se acomodo, y movió levemente sus caderas sobre mí, dejándome lleno de su aroma a guarrilla cachonda, era bastante rico, así fue que se penetro, dejándome sentir como me apretaba su pequeño coño, era una presión irresistible, un calor de locura, una sensación que me encantaba, mientras casi podía imaginar que la estaba empalando, incluso la escuche pujando, y debo agregar que parecía que quería dejarme entrar más de lo normal, dándome la tentación de penetrarla de golpe, aunque no podía hacer nada porque Lizy estaba sobre mí, y prácticamente me restregaba las tetillas, dándome una sensación bastante placentera, mientras mis dedos jugaban con su coño y culo. Qué diablos, me estaban dando una idea, pero eso sería después, ambas putillas se estaban entregando de una manera tan deliciosa, no podía dejar de ahogarme en placer, estaba en un ritmo bien fuerte, dándole con todo a la zorrita encajada en mi verga, moviéndome con una fuerza pero lenta, que era la indicada para que ambos gozáramos, aunque ellas eran quienes parecían estarlos disfrutando mas, sus gemidos eran prueba de ello, mis dedos lograron que se corrieran un par de veces, dejándome mojado en sus jugos, igual me correría dentro de su coñito, y las putillas lo estaban gozando diciéndome toda clase de tonterías, pero me calentaban demasiado, era como si se volvieran mis esclavas sexuales, idea que me encantaba, por lo que me terminaría corriendo, llenando el coñito de la pequeña, aunque en ese momento escucharía afuera.
CHAMACO, DEJA ESO, MAÑANA DEBES ENCONTRAR TRABAJO – fueron las palabras del viejo mientras se iba a descansar a su cama.
Maldita fuera mi suerte, no era seguro hacer este tipo de cosas, me arruinó el humor, entre murmullos se fue, al tiempo que mis hermanas sabían que todo terminó o casi, porque yo seguía caliente, y decidí hacer algo, era tarde pero una vez que fui a dejarlas, no pude evitarlo, las agarré desde atrás sobre sus camas y le metí la verga en sus culos, no fue tan excitante, era más un desquite, clavándoselas hasta el fondo, disfrutando de sus hoyitos, ellas igual lo gozaron, se movían al ritmo de mis caderas, aguantándose los gemidos, haciendo un ligero ruidillo con sus camas, nuevamente me correría, pero esta vez en sus nalgas, las de lizy me recibieron demasiado bien, igual se lo llenaría de leche de macho, y se dormiría como niña buena, dejándola sobre su cama blanca, pasaría lo mismo con Meg, aunque su culito era más estrecho, me tomaría mucho podérselo abrir, me quedaría por momentos sentado en la cama mientras mi verga se terminaba de acostumbrar y viceversa, ella suspiraba contenta, pero cuando empecé a darle con todo ahogó sus gritos de placer, para que no fuéramos descubierto, en verdad se lucia, aparte que su culito era una locura, lo estaba gozando como no tenía idea, y ella estaba igual, así que no me tardé en correrme, la dejaría escurriendo leche, cuando antes de irme ella me diría.
Hermanito, cuando seas grande, me llevaras contigo a vivir a tu casa, para coger cuando quieras ¿verdad? – me decía con una inocencia que me ponía bien caliente, en verdad que había tomado control de esas 2.
Gracias al talismán era que ahora tenía control de Megan, ella al menos me habría visto unas 4 horas con esa cosa, así que su influjo era seguro, se portaba mimosa conmigo, de manera natural, dejándose tocar, le podía sobar en cualquier descuido, ella le gustaba, de cierta forma se enamoró de mi, por otra parte debido a la maldición y conjuro Lizy se había domesticado a mí, creyendo que era su hombre ideal, quien la salva de las sombras, siendo igual, podía tallarle la verga y ella se iba corriendo, incluso los mensajes que antes me mandaban para burlarse, ahora eran cargados de lujuria, deseando que les diera con todo, ofreciéndose, incluso me mandaban fotos subidas de tono, ambas se me entregaban, incluso me buscaban a la menor oportunidad, era mejor de lo que nunca me habría imaginado, en especial ahora que dormían con sus coñitos y culitos escurriendo leche, quizás debí haberme quedado con ellos, pero no, yo quería mas, por eso debía volver al internado, aunque eso parecía bastante difícil.
Cabe decir que las cosas no serían sencillas, aun en medio de todo eso es que me daba cuenta, algo perverso sucedía, la maldición de la vieja bruja era realmente fuerte, a lo largo de los días que siguieron se veía que a Lizy no dejaba de molestarla, se veía inquieta, como si algo la persiguiera, se quedaba a mi lado como sabiendo que estaba a salvo conmigo, aunque no era para menos, seguramente mis conjuros no eran tan buenos como los de esa anciana, carajo, le di mucho dinero por nada, quizás me engaño, pues ocurriría algo, en uno de esos días, o noches, era antes de dormir, ella se me acercó para acostarse conmigo, no en el plan de coger (al menos al principio), estaba asustada, a fin de cuentas solo tiene 9 años, es una pequeña lolita, aunque se sienta muy madura sigue siendo una niña, por eso no me pude resistir, además mis papás estaban cogiendo como locos en ese momento, le dejé meterse a mi cama, mientras le sacaba todo, quería tenerla desnudita, eso sí, estaba pensando en divertirme con ella.
Aunque una vez que la tuve entre mis brazos, tocándole sus tetillas, las cuales iban tomando forma, la fui a coger, se dejó meter la verga, lo hicimos despacito, no queríamos ser descubiertos, se sentiría bastante bien, ella se dejaba hacer lo que yo quisiera, hasta lo disfrutaba, apenas ambos llegamos a un orgasmo, en realidad no debíamos sudar porque tendríamos clases, así que nos sobamos hasta corrernos, pero una vez hecho eso, nos relajamos y a dormir, sin embargo a mitad de la noche tendría un maldito sueño, nuevamente esa niña siniestra o lo que fuera estaba sobre mí, clavándose mi verga en una forma salvaje que me gustaba, se veía más grande mi miembro, me cabalgaba con todo dejando caer su gordo culo sobre mi cintura con un ritmo fuerte, lleno de lujuria, me dejaba que le agarrara las tetas, que eran una delicia, tan grandes y redondas, al tiempo que suaves, las estaba estrujando, no podía resistirme a besarla con locura, lo que a esta le gustaba, y parecía que le escurría leche o parecido, era una locura, me quería venir, pero no podía, solo iba embistiendo, sintiendo un calor como pocas, de hecho me estaba quemando, pero yo no podía dejar de clavársela, era un gusto único que me hacia seguir, igual le agarraba el culo, sus tetas chocaban contra mí, ella me miraba con esos ojos siniestros, una sonrisa cargada de deseo, parecían ver a través de la oscuridad, pero antes que me diera cuenta, se corría dejándome una sensación de dolor que me estaba gustando, aunque era como si me quemara, me decía cosas que no entendía, mm, no podía resistirme.
Pero estaba algo mal, pues antes que me diera cuenta me apuntó mostrándome algo, hombres de sombra, los antes me decía Lizy, se hallaban a su lado, la estaban violando, abrían su coñito de manera inesperada, le separaban las piernas para cogérsela entre varios, igual y le hacían tragar sus falos, todos al mismo tiempo, y se movían raro, no como si embistieran sino como si fueran metiéndole alguna porquería, le estaban dando con todo, moviendo sus caderas con un ritmo constante, era un verdadero deleite, o casi, porque yo debía ser quien le diera su ración de verga, cavándosela hasta el fondo, aunque verla sometida de esa manera, me calentaba tanto.
Te gusta, esa sensación de poder, quieres mas, no solo hacérselo a ella, solo es una de tantas – dijo la extraña niña gris mientras seguía enterrándose la verga, lo que me calentaba demasiado.
En ese momento pude ver como si fantasmas estuvieran cogiéndose a Jesi, ella dormida, pero en breve, su cama seria movida, sus sabanas arrancadas, ella en camisón, sin despertar, sus prendas serian arrancadas hasta quedar hechos pedazos, para dejar ver un cuerpo delicioso, unas tetas de buen tamaño, una cinturita preciosa en ella, un coño abultado, un culo bastante grueso, el cual conocía demasiado bien, pero estaba siendo manipulado, empezaría a moverse como si lo estuvieran embistiendo, algo transparente entraba en su concha con fuerza constante, tratando de llegar hasta el fondo, ella se quedaba fuera de sí, durmiendo en un sueño impenetrable, pero seguía, y en breve igual sus nalgas eran abiertas dejando ver su agujerito, que como sus labios, terminaron dándole tan duro, pero antes de que se pudiera hacer algo, parecía engordar de tal forma como si la hubieran inflado, incluso flotaba sobre el colchón mientras era usada, daba un gusto que me mantenía bien tieso.
Te gusta, verla así, admítelo, convertida en un juguete sexual, se siente en tu verga, me estás dando con más fuerza, se que quieres eso y más, conseguirte a otras putitas – me decía esa niña gris a quien seguía cogiendo.
En ese momento alrededor de mí aparecían otras chicas, muchas de ellas fueron mis compañeras de la escuela, a quien sabía deliciosas, y se iba desvistiendo, usaban sus camisones o pijamas, nada importaba, verlas desnudas, entregadas al sexo, aunque era con hombres de sombra que se movían como si fueran copias de mis fantasías personales, cada idea con la que antes me la jalé pensando en ellas, se reflejaba en ese momento, era una maldita locura que me encantaba, y con voces cargadas de lujuria me decían:
Brat, que esperas, quiero que me rompas el coño – mm, porque no me hablaste, a mí me gusta por el culo – Ay, cariño, como eres bobo, si me hubieras hablado rico te habría dejado que me hicieras de todo, tenía ganas de que me metieras la verga – eres un tonto, que no te diste cuenta, sabía que me espiabas, quería que hicieras cosas, incluso que me la enterraras a la fuerza – que hacías Brat yo siempre me tocaba pensando en ti, mm…
Que mierda, obviamente eso era mentira, todas eran una empollonas odiosas, no sabía porque estaba soñando eso, pero era de lujo, muchas de las chicas que me gustaban en la escuela ahora se me estaban confesando de la manera más caliente, realmente me daban ganas de hacer cosas con ellas, solo que no era consciente, o eso pensé, miraba a mi hermanita en medio de todas esas golfillas, que eran violadas en una especie de orgia fantasmal, y no me gustó nada, porque Lizy estaba tan hinchada que parecía a punto de reventar, le estaban llenando tanto el coño o el culo que se veía como si la hubieran preñado, y aquellas sombras no dejaban de meterle cosa dentro, incluso sus tetitas se veían mas hinchadas, su rostro estaba afectado, no, eso es irse ligero, parecía que tendría un par de naranjas por tetas, en serio, era una locura de las que tanto me gustan.
Mm, vamos Brat, te gusta lo que ves, sigue, tienes que actuar, haz lo que te digo, y todas las chicas que quieras las tendrás, hazme caso – fueron las palabras de la niña gris.
No sabía que estaba sucediendo, pero no me gustaba ver a Lizy así, podría ser una putita odiosa, pero en ese momento era toda mía, realmente le tenía cariño ahora, por lo que bajé a la niña gris de encima, e ignoré a las otras rameras, fui por mi hermanita, para enfrentarme a las sombras que se deshacían como si fueran de humo, tenía claro lo que quería hacer, salvarla, y al hacerlo por suerte todo se alejó de ella, la tomé para verla, la pobre de repente me miró como si no comprendiera nada, pero algo sucedería de repente, parecía que estaba cagando o parecido y salía un chorro de sustancia negra de la cual salieron otras cosas espantosas.
Por suerte eso nos despertó, seguíamos desnudos en mi cama, no sé cómo, pero me miró y me besó tiernamente, se veía linda, me estaba poniendo tieso, en serio pensaba en cogérmela así mismo, pero ella me sorprendería, cuando con su manita acomodó mi verga para darle con todo, solo que antes de hacerlo, sonó mi alarma. En buen momento nos teníamos que despertar, y tuve que salir de la cama con Lizy, mientras ella se retiraba a su cuarto antes que mamá se diera cuenta, dejándome su ropa de cama ahí tirada, aunque le podría ver ese precioso par de nalgas, era un deleite, quería darle con todo, pero ambos debíamos ir a la escuela, aún así tendría una duda, por eso no fui a romperle el coño, es que ese sueño fue demasiado extraño, tan real como falso, es difícil de explicar, mas no tendría tiempo de nada, creo que mi papá tenía cosas que hacer, así que debimos arreglarnos, aunque en medio de todo eso pude ver a Meg, estaba adormilada, creo que soñó algo, no estoy seguro, pero me dio un beso en los labios y me dijo.
Hermanito, soy tu putita ¿cierto? No me vas a cambiar por nada – dijo con un tono adormilado.
Claro que no, pienso romperte ese coñito hasta que la muerte nos separe – le dije bromista y ella se me abrazo contenta, mientras le agarraba las nalguitas.
Luego de ello sería un día más como siempre, no entendía que sucedía con Megan, pero estábamos haciendo lo de costumbre, las llevé a su escuela, fui al asco de bachillerato, me pelee con un par de idiotas, les rompí la cara, las clases de defensa personal del verano eran buenas, quería volver al internado, aunque en medio de todo fue que se me ocurrió hacer algo, fui de visita a mi secundaria, aprovechando que un maestro se enfermo, comió lo que no debía, y eso me dio tiempo, tenía dudas por el sueño que tuve, y con suerte me fui a topar con una de las chicas que vi, esta era Viviana, quien estaba en un año inferior a mí, parece que tuvo problemas con algo del papeleo dentro, me gustaba porque era la chica voluptuosa, como si tuviera toronjas por pechos, un culo grande y redondo, no era tan delgadita, ligeramente morenita, preciosa de cara, al menos a mí me gustaba, es que se me antojaba verla gemir si le comía el coño, era de mis fantasías, hacerlo mientras le agarraba las chichis, y al verme se quedó impresionada, en los meses fuera me puse bien sabroso o eso me dijo, yo le coqueteé un poco, diciéndole:
Pues tú dirás preciosa que ahorita te enseño como se hacen las cosas en el internado del diablo – lo cual la emocionó, mientras me acerque y me atreví a sobarle una de las nalgas.
Con eso bastó, la muy putita luego de eso fue a llevarme a un lugar aparte, unos baños públicos que por la hora estaban solos, y casi suplicándome se subió la falda del uniforme para dejarme ver su coño, la golfa estaba escurriendo, no sé porque, todavía no le hacía nada, pero en su cara se dibujaban sus ganas de coger que me pusieron bien duro, quería que le diera con todo, no podía creerlo, pero ni quien se fuera a quejar, con cierta ansiedad le fui a agarrar, sujetándole las nalgas, se dejó morbosear mientras se preparaba para el momento perfecto, ella gemía entre mis manos, era delicioso, le gustaba sentirse sometida, se la clave hasta el fondo, y comencé a cogérmela, dándole tan duro como podía, y ella gozaba, me besó metiéndome la lengua hasta la garganta, no sabía si era por el sueño, o que, sin embargo me estaba cogiendo a una de las chicas más ricas de la escuela, la mas tetona de todas, y ella casi me rogaba porque le comiera las chichis en medio de las embestidas, las cuales se le salieron casi invitándome a morderlas, que deliciosa locura…
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