El Incubo del Internado – Sangre Nueva 12
Bartolomeo sigue con sus planes, aunque queda fuera del internado esta viendo como regresar y seguir gozando….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
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No fue algo agradable, pero en su momento Viviana me llamaría para decirme que estaría inscribiéndose en el internado, quería seguir disfrutando de mi verga metida en su panocha caliente, la cual me dejo casi empapado de la entrepierna, se veía pero si bien caliente, se notaba que se quedó con ganas de mas, es que si le llegué a morder un poco las tetas, se corrió como si se hubiera orinado, pero me dejó un olor que casi parecía una perra marcándome como suyo, en medio de eso nos besamos, y se dejo manosear tan rico, le sobe las nalgas y ella pujo de manera sensual, lo hizo justo en mi oído, casi diciéndome que le encantó lo que le hice, le urgía que siguiéramos con nuestro juego, se escuchaba bien cachonda, era una delicia, incluso se talló un poco su concha antes de soltarse. En serio hicimos mucho en solo ese momento, que cosas, como me hubiera gustado más, pero ella me dejó su número, ambos salimos, por suerte con una toallita me ayudó a limpiarme abajo, y al salir de la escuela estaba su madre esperándola, algo enojada con el director, quien a su vez no estaba contento de verme, luego ambos se despidieron, pensé que solo se quedaría en eso, un juego, pero a las pocas horas se comunicó conmigo, diciéndome que su madre le gustó la idea de que fuera al internado, no me había reconocido, pensó que era un guarro tratando de coquetearle a su “bebe” pero al ver mi cambio, se lo pensó 2 veces, aparte que mintió diciendo que era un alumno de primera clase o que se yo, se inventó algunas cosas, pero le dije que era cierto, que incluso me gané una salida a la playa, por un ejercicio especial, lo cual le encantó, si su voz me hacía pensar que podría tener su coñito bien mojado cada vez que lo quisiera, carajo.
No podía creerlo, pero me daba la impresión de que al oírme se estaba manoseando abajo, casi podía imaginarla con solo su braga y una playera cubriéndole las enormes tetas, sobándose con unas ganas bastante buenas, como si soñara con tenerme para que la hiciera chillar como perra en celo, en serio al hablarme se notaba, contenía sus gemidos, incluso podía imaginarla mordiéndose el labio, mm, que maldita suerte, esa putita queriendo verga, preparándose para ir a que le dé con todo, solo que yo estaba fuera, eso me jodio bastante, necesitaba volver a como diera lugar, y por suerte a los pocos días, recibiría un par de llamadas, una por desgracia era para avisarle a papá que debían revisar algo mas, así que seguiría sin trabajo, aunque le darían un cheque por los problemas y su paga, el sindicato se enojó por lo encontrado, la retención del cheque, lo cual al menos resultaba en una dificultad financiera menos, aunque eso no iría en nada a mí. Luego llamaría el director Jay, quien me diría que si quiero regresar al internado, tendría que irlo a buscar, y como era viernes, no me importó salirme de clases para volver a verlo, tomé mi bicicleta, pues debía ahorrar, ni para el pasaje del camión tenía, pero en serio quería regresar, Jesie y Vivian, que mas razones querían, ese par de zorritas estaban en el internado, quería romperles el coño, era un sueño hecho realidad, muchos nos la jalamos soñando con eso, era nuestro delirio, y si en ese lugar estaba el secreto para tenerlas a ambas en la cama, claro que lo quería.
No fue sencillo, fue un largo tramo, casi 2 horas, aunque una vez ahí tendría que esperar un largo rato, llegué antes de tiempo, seguro pensó que llegaría después de clases, no me importó, además cuando me notó el director, que por cierto me quedé afuera de las instalaciones, pude ver, como de costumbre hacia de las suyas, tenía a la prefecta contra la ventana, se le veían esas preciosas tetitas aplastadas en el vidrio mientras le daba con todo, le encajaba la verga con tantas ganas que ella jadeaba de manera tan deliciosa, su rostro me encantaba, siempre tan seria, pero en manos de su amo se entregaba por completo, cerrando los ojos de tal forma que sentía mejor aquellas embestidas, creo que solo vestía unos tacones al momento que le estaba dando su ración de verga, se le veía un gesto que daba gusto, se perdía en el placer de su macho, solo podía imaginarle como de costumbre vestía su traje formal, siempre de falda, nunca pantalones, por lo general usaba medias, las cuales le daban un aspecto delicioso a sus piernas, y en manos del director se dejaba desvestir hasta quedar casi desnuda, para recibir su verga con todo, muchas veces le daba sobre el escritorio, acomodando sus piernas en sus hombros, pero en otras le gustaba dejarla expuesta frente al ventanal, donde siempre se corría, que delicia, en especial ahora que estando fuera podía ver mejor, la calidad del cuerpo, quizás no tuviera muchas tetas, pero lo demás, las curvas restantes de esa figura, la elegancia de su cuerpo, sus facciones, todo estaba para darle un encanto que ahora comprendía, mm, resultaban demasiado excitantes, era un cuerpo bien torneado que le daba un gusto a cualquiera, y se terminaba corriendo ese hombre dentro como todo un semental.
Uf, tendría que pasar cerca de una hora antes de que me notara, lo cual le sorprendió bastante, y me diría que fuera a esperarlo en uno de los locales enfrente, mientras agarraba a su mujer para que no la viera, jejejeje, ahora creo que nunca lo mencioné pero el internado tenía un coliseo, bueno es el gimnasio pero todos lo llamamos así, es un lugar moderno, y a un lado de la entrada hay una pequeña plaza comercial, varios locales, una gasolinera y un motel barato, antes había un club de putas, pero ese cerró hace tiempo, yo me fui a comer algo, contento porque el jefe Jay pagaría la cuenta, de hecho me fue a acompañar en unos minutos más, carajo, parece que la prefecta se quedó todo ese rato con él, siendo mimada por este, luego me alcanzó muy tranquilo, aunque olía a sudor con sexo.
No pensé que fueras a llegar tan rápido, no me digas que te escapaste de clases, Bartolomeo, no quiero ver esa actitud de nuevo – dijo el director no muy contento.
Es que necesitaba llegar, tuve que venir en bicicleta, y es un largo camino, no sabía si lo iba a encontrar director, aunque siempre está muy ocupado – le dije tratando de calmarlo.
Ah, bueno, supongo que necesitas a un maestro que no te duerma, se de la plantilla de muchas escuelas de gobierno, igual se de esas cosas, la disciplina militar a mí también me ayudó en su momento, me la viví en escuelas militares – dijo el director.
Por cierto dicen que también estuvo en problemas con la ley, que un tiempo estuvo en una pandilla – le dije por un lejano rumor que escuché al llegar.
Verdad a medias, un error que cometí cuando joven, aunque lo hice por necesidad, pero no me quedé, ahora dime, ¿Por qué quieres volver al internado? Que muchos quieren largarse, en especial Jimy, uno de los más tontos de la escuela, pero no saldrá hasta que se gradué por un acuerdo con el padre de este, aunque debió hacerlo hace tiempo, pero ahora esta tan perdido, se la pasa cazando moscas, dime ¿Qué sabes de eso? Bartolo – me decía el director con firmeza.
Ah, con eso, es porque a él le gustaba mucho una chica de nombre Elisa, preciosa, pero luego cuando la vio con bebe en brazos, y ya debe saberlo, que le vio coger con ella, se puso tan depre, que no puede ni con su propia alma – decía con cierta pena.
Ja, y tú qué piensas de que me haya cogido a mi estudiante, eh – decía algo retador el jefe.
En verdad solo le puedo tener envidia, aunque siendo franco, era en serio, como le iba a ganar a Elisa, si Jimmy era un bruto sin remedio, reprobó 2 años de educación, se que ella era estudiante de excelencia, una muñequita soñada, muchos querrían darle con todo, o eso escuche, pero vamos, enfrente tenía a la bestia del sexo, usted director, obvio que no iba a dejar que se le escapara, de hecho yo quiero aprender, saber como lo hace, al demonio con los bobos, se que las cosas como esa tienen un truco, quiero aprender o unirme a eso, por favor – le dije con cierto animo caliente.
Ya veo, eres un maldito pervertido, aunque parece que estas bien puesto en la tierra, te diré una cosa, los hombres fuertes son los que atraen a las mujeres, solo ellos pueden lograr lo que yo, y supongo que tu quieres seguir esos pasos – decía el jefe Jay firme.
Si, no puedo respetar a los otros maestros, ahorita estaba con un viejo al que lo dejó su esposa porque huele a formol, otro profe es un degenerado, casi me pillaba haciendo travesuras, cuando él quería fisgonear a las alumnas, pero usted director, wow, su esposa, es una belleza de lujo, que muchos desearíamos, aparte que tiene a Elisa, y a muchas de las maestras, ahorita a ¿Quién se cogió? Porque tiene el olor encima – le dije algo confianzudo.
No abuses de tu suerte, porque estas así de que te de un golpe, aunque con eso te mato – me dijo asustándome bastante, si recordaba que esos puños rompían piedra.
Perdón – le dije asustado levantando las manos.
Ah, mira, supongo que por tu propio bien, lo mejor será que te tenga observado, me tienes algo inquieto, pero aparte estoy llenos de problemas, pero quizás pueda resolver unos sí, bueno, ah, que fastidio, como sea, creo que puedo ayudarte, no es como si me desagradaras muchacho, te espero mañana en mi casa, te mandaré la dirección a tu celular, no llegues tarde – me decía con cierto desespero mientras sacaba su equipo.
Luego de eso, me mandaría de vuelta a la escuela, aunque al llegar era tarde, y no tenia caso, me pase a mi casa directamente, antes de meterme problemas con otros idiotas, parece que mis compañeros actuales estaban cansados de perder contra mí, así que llamaron refuerzos, solo que los maestros no estaba contentos con los bravucones llegados, metiéndose en problemas por meter pandilleros a la escuela. Por mi parte salí de ese lugar sin que me notaran, pensaba volver a casa, aunque antes bien pase por el mercado que quedaba de camino, donde me pareció ver a Milton siendo acompañado de Benjamin, como fuera, seguro que ni me iban a saludar, aunque pude notar a alguien que si me llamó, moviendo su mano desesperada, y no pude evitarlo, me acerqué a verla, pues se trataba de una bruja, la misma rubia delgada que usaba un vestido negro que le quedaba muy bien, incluso pensaba que de subir vería su coño desnudo con suerte.
¿Qué paso? señorita Bruja, acaso no debería estar haciendo conjuros – dije algo bromista.
Jajaja, que gracioso, mira, que quería saber si siguen bien las cosas con tus padres, por lo de la medalla para el amor – me decía de manera sospechosa.
Claro que sí, lo aguanta aunque está desempleado es gordo y feo como blasfemia, pero cada que pueden cogen como si el mundo se fuera a acabar – me atreví a decirle.
Mierda, caí en una especie de juego, porque un par de turistas que iban de paso se quedaron a preguntar, en eso llegó la bruja tetona fue a atenderlos, parecía que estaban convenciendo a los visitantes de comprar sus talismanes, y más de un incauto lo hacía, aunque fuera por curiosidad, pero en buen plan. Me hizo más preguntas, yo respondí astuto, decidí ayudarles pues gracias a ellas era que podía cogerme a mi linda hermanita, Meg, sin embargo, algo pasaría, la delgada empezaría a notarme algo, era como si me oliera, no sé bien, pero casi aprovechando la hora (descanso para comer) la rubia flaca me jalaría para llevarme dentro, casi pierdo la bicicleta, y curiosamente llegamos a otro local, parecía cafetería, ahí una vieja de algunos 70 años nos recibió, aunque no estaba contenta con la rubia.
¿Qué haces Brandy? No me digas que quieres con un jovencito, pobre local – se burló la anciana mientras nos servía algo de té negro dejando un poco de azúcar a los lados.
Cállate vieja, que estoy ocupada con algo importante – dijo la bruja y se me quedó mirando.
¿Qué pasa? Ah “Brandy” jejejejeje – dije algo nervioso al verla, aunque soñaba con que me ofreciera el coño sentada sobre la mesa, para que se lo comiera, mm, la mujer tenía una sensualidad bien rica.
Mira, se por Veronica que dejaste el internado, esa putilla me vende información, pero ahora puedo olerlo, al director, ese hombre es uf, mi debilidad, aunque no lo supe valorar hasta que lo perdí, y no fue como si le hubiera puesto los cuernos, solo hice caso a la gente equivocada, dime ¿Qué pasa? Porque deberías haber perdido su esencia hace días – me decía la bruja con ansiedad.
Como que no tengo razones para responder eso, usted da miedo, parece estar loca, “novia psicópata” – le dije algo inquieto, lo cual parece que le regresó algo de la cordura a esta tipa.
Mira, lo siento, es que estoy desesperada, me encantaría volver con Jay, pero está molesto conmigo, tomé varias malas decisiones, quiero incluso quedar preñada por el después de que me dé con todo, yo sé, no eres tonto, sabes que se coge a muchas de las tipas ahí, incluso a la nueva cocinera, la que remplazó a la anterior Nancy, pero de eso no sabes nada, mira, ayúdame a volver y te ayudaré con algo, lo que quieras – me dijo la tal Brandy desesperada.
No sé, tengo una vecina, bien rica, me gustaría cogérmela, pero su padre es un puritano, ¿Cómo le hago para no ser descubierto? Si me ayudas con eso lo pensaré – le dije un tanto inquieto, es que la tipa esta rica, con ese atuendo me daba la impresión de que estaba desnuda por debajo, ni sostén o tanga, que delicia, pero se me hace tan loca.
En eso se me quedó viendo, y se marchó, yo no sabía qué hacer, pero no pude levantarme de la silla, era como si me hubieran pegado el culo a esta, por lo que me calmaría, de hecho bebería el té, no estaba nada mal, y la anciana me dijo que perdiera cuidado, porque estaba hecho con hierbas curativas, aunque se me acercaría para decirme.
Ella era la bibliotecaria del internado, es parte de una de las ramas de la brujería en la ciudad, hace años, nosotras éramos la ley, pero en contraparte estaban las viejas familias de abolengo, nos peleábamos por muchas cosas, unos querían el control, otros mantener las viejas costumbres, todo fue una locura hasta que cierto hombre llegó y tomó el poder, nos supero, e hizo de la ciudad lo que quiso – me confesó la anciana y entendí que el director fue quien manipuló todo.
Entonces quien manda aquí no es la policía, la alcaldía o nada, sino que es el director, carajo, y él sabe de estas cosas – acerté a decirle a la anciana que me sonrió.
Si, nosotras fuimos tontas, no lo aceptamos, y por eso muchas quedaron fuera, algunas como Sheyla le sirven, es su voz en medio de todo lo que ocurre, pero Brandy pudo haber quedado a su lado, dándonos beneficios, pero junto con otras cometieron algunas faltas, es difícil adaptarse a los nuevos tiempos, ahora la niña quiere volver al lado del hombre que jura amar, aunque en verdad es una caliente que desea volver a sentir la verga de su amante dentro, haciéndole gemir como una puta en celo, jajajajaja, ahora veamos, tu suerte es – me decía la anciana con buen humor pero al ver las hojas del té me diría: muchacho, algo te pasó, tienes que volver y pedir ayuda al director, no imagino que, pero es como si te hubieras bebido una botella de veneno…
Luego de eso, se alejaría, como si me tuviera miedo, por lo que iba a irme, cuando regresó Brandy y me entregó una calcomanía, aunque con un alfiler me pincharía, para que se tiñera con mi sangre, de hecho vería con gusto como la tinta cambiaba de negra a roja, lo que me daba una sensación de sorpresa, además que hizo alguna clase de conjuro, y me dijo:
Con esto, elige un cuarto, dentro podrás hacer tus travesuras, nadie te dirá nada, pero no abuses, si alguien ajeno a la casa se da cuenta y le dicen a tus padres, la ilusión se va al demonio, mientras entiendas eso, podrás cogerte a tu vecina en tu cuarto cuanto quieras, nadie se dará por enterado – me decía Brandy algo inquieta, como si me diera algo valioso.
Yo acepté aquello, sin podérmelo creer, y ella realmente lucia desesperada, hasta pensé que podría pedirle que me la mamara, o me dejara metérsela hasta el fondo, como estaba vestida, creí que podría ponerla en la mesita, abrirle las piernas y encajársela hasta el fondo, casi podía oler su vulva jugosa, quería sentir como sería estar en el vaivén del sexo de a poco, haciéndola gemir, en verdad me pareció una mujer irresistible, aunque ella me sacó de mis perversiones con una mirada que me decía que sabía todo lo que pensaba y no iba a suceder.
Bien, mañana voy a ver al director a su casa, así que le hablaré de usted, que le ruega que le deje volver a su harem – le dije con mas asombro por esa actitud.
Luego de ello me iría, en serio que tenía el director para atraer a las mujeres, se veía que esa bruja estaba perdida por semejante hombre, quería estar bien clavada, y la simple imagen de la rubia siendo embestida hasta quedar rendida, con las piernas abiertas, ofreciendo sus pequeñas tetas, mientras gemía desesperada, lista para lo que fuera, me dio una fuerte erección, por lo que al llegar, sabiendo que no podría hacer nada, me fui y pegué la estampa, pero no en mi cuarto, conociendo mi suerte no serviría ahí, tuve una mejor idea, la puse en la puerta del baño, solo que mientras lo hacía llegaba mi mamá, esta me preguntó por ella, así que le dije: es para mejorar el Karma, para que todos los de la casa estemos bien; eso bastó para que se quedara contenta, preguntando por donde la había sacado, y le mencione que con las brujas, eso no le convenció, pero le aseguré que me la dieron por un favor que iba a hacer, pues mañana iría con el director a un trabajo que recién logré conseguir.
Excelente hijo, ahora necesitamos mucho el dinero, tu papá solo piensa en nosotros…
Con esas tonterías se soltó hablando, cuando este no hacía nada, era un viejo flojo y borracho, que en su trabajo todo le salía mal, en verdad me molestaba como es que siempre mamá lo estaba defendiendo, diciendo cosas maravillosas de ese holgazán, pues se endeudaba para darse ciertos lujos, bueno, a veces hacia cosas por la familia como dar viajes buenos, por suerte este con el dinero que recibió de su cheque querría ir a comprar algunas cosas, Lizy les siguió, pero Meg no, lo que me dio una deliciosa idea, así que una vez fuera todos me la llevé al baño. Ella se quedó emocionada, pensando que tendríamos la libertad de hacerlo un rato, lo cual tenía razón, en cuanto la tuve en la bañera, la desvestí, pero en un arranque de precaución, comencé a tallarle su cuerpo con el jabón, sobándole cada parte que tenía, en especial sus nalgas y su conchita, lo cual le fascinaba, se sentía tan caliente, se entregaba por completo, haciendo lo mismo conmigo, sus deditos alcanzaron mi verga de manera juguetona, casi como si fuera una travesura, sintiendo con cuidado cada parte de mi piel, que se volvía resbaladiza por el jabón, iba dándole su gusto al coñito de tal forma que se estaba corriendo en mis dedos, mientras ella me miraba con gusto, y curiosamente me comenzó a besar, por lo que me acomodé en la tina para empezar el verdadero juego, y ella encima mío me besaba con calentura en sus ojos, dejándome sentir cada parte de su pequeño cuerpo, aunque yo me ponía más atento con su vulvita, porque así entre besos parecía ocultar sus jadeos, la muy putita estaba gozándolo, incluso me di cuenta como movía su culito de tal forma como si me la estuviera cogiendo.
Bien que te gusta, verdad, eres una pequeña puta – le dije confiado de todo.
Sí, soy tu putita, ahora dame con todo antes de que lleguen nuestros papis – me decía contenta mientras iba sobando su vulva con mi verga.
En esa vez casi haría un movimiento para penetrarse con mi dedo, lo que me dejó sentir que estaba hirviendo por dentro, ella gimió al tiempo que se mordía el labio, así que la tomé para acomodarla, ella se veía perdida, en serio quería que le diera con todo, no podía creer como había cambiado en tan poco tiempo, era delirante, y le dejé entrar de una estocada mi verga dentro de su tierno coñito, lo cual le fascinó, realmente era bien caliente. De una sola vez entre tanto como pude, ella lo disfrutaba, se aferraba a mis hombros, su cuerpo temblaba, le encantaba sentirse invadida por mí, su rostro de perversión lo decía todo, me veía de tal forma que daba gusto, en verdad había convertido a mi hermana en mas que una putita, en mi amante, podría cogérmela de las formas que quisiera, todo sería válido y ella lo gozaría. Una vez que se acostumbró a mi verga se movía de manera deliciosa, entregándome su coñito para que lo disfrutara de manera total, tocaba sus tetillas con mis pulgares, mientras controlaba las embestidas, dándome mi tiempo de sentir sus pequeñas pero deliciosas formas, las cuales parecían darle un gusto aparte, como si liberaran un placer en ella que apenas podía verse en su cara, wow, era casi como si estuviera viviendo un orgasmo cada que respiraba, así que nuevamente la besaba y su lengüita jugaba con la mía, mientras iba disfrutando como se iba moviendo con mi verga dentro, algo en ella cambiaba, me clavaba con más fuerza sus deditos, para sentirme a su lado, realmente era un gusto, pues en veces sentía como si su vulva me la chupara, y para jalarla mejor le metí un dedo en el culo, lo cual le hizo suspirar mas.
Ay, hermanito esto se siente demasiado bien, mm, no me canso, mm, lléname toda – me pedía meg con una cara de putita loca.
No me pude resistir, algo le pasaba, estaba tan perdida en ese placer que estábamos sintiendo, unidos por el sexo incestuoso, que no me pude contener, quería llenarle de leche, hasta que escurriera, y con esa idea me descargué en su interior, pero no era suficiente, la puse contra la pared, levantando la pompa, por lo que le fui con gusto a comerle la conchita, o al menos su botón de placer, pues mi dedo evito que probara mi propia leche, logrando que se calentara mucho más empezándome a decir.
Ay, hermanito, como te gusta comerme abajo, mm, te parezco bonita, mm, verdad, mm, tú me gustas mucho, mm, por eso me hiciste tu putita ¿verdad? Ah, me gusta, mm, se siente bien rico, mm, coger contigo, mm, no quiero que dejes de hacerlo, mm – me decía con un tonito que me puso tieso una vez más.
Dejé de comerle el coñito cuando vi que empezaba a escurrir mi leche, y se la volví a meter de una sola vez, quería imaginarla como si fuera a quedar preñada, con la barriga llena, con las tetas hinchadas, a pesar de tener solo 6 años, era una fantasía bastante perversa de mi parte, lo sé, pero me ponía tan caliente, que no podía contenerme, así que se la fui a meter, y como era tan pequeña y yo estaba tan caliente, mientras la embestía, incluso empujándola un poco para tenerla bien controlada le dije:
Como estas rica, si no pienso dejarte en paz, ahora eres mi putita, grábate eso, eres solo mía, te daré permiso de tener algún noviecito por ahí, un tontillo que crea que lo quieres, para que te agarres de la mano frente a todos, pero al final solo eres mía, Megan – le dije mientras en un arranque de lujuria la levante de la panza y le decía muchas cosas, al tiempo que le jalaba las tetillas, haciéndola quejarse pero no se trataría de escapar.
Le estaba dando durísimo, no sé que tanto estábamos haciendo podía ver como si su culito tragara mi verga, aunque era su coño quien me recibía, nos perdíamos en ese juego, haciendo todo lo que se nos antojaba, realmente que gusto me estaba dando, ella se notaba deseosa de seguir en eso, y de nuevo sentía que me iba a correr, pero tenía mis dudas, en su cara o su coño, estaba concentrado, cuando ella me dijo.
Ah, sí hermanito, mm, jugaré con algunos niños, pero al final solo soy tuya, mm, me gusta cómo me coges, mm, se siente tan rico, me voy a correr – decía y curiosamente en ese momento sentiría como si su coñito me estuviera chupando igual que una boca, algo le pasaba a Meg, que se sentía deliciosa, y empezaba a correrme en su interior llenándole hasta que pude, llenándole el coñito una vez más con mi leche, mientras ella escurría un poco, jadeando contenta.
Nos quedamos así, la jalé, y nos quedamos en la tina tranquilo, ella me daba unos besitos tiernos, mientras restregaba su pequeño cuerpo, sentía como su pezones se restregaban contra mí, en verdad era una delicia sentir aquello, parecían estar creciendo a pesar de su edad, le agarraba las nalgas, mi verga se le volvió a meter, sintiendo como su interior comenzaba a escurrir mi leche, que delicia, o eso cuando se abrió la puerta del baño de manera inesperada, y me vio mi papá, aunque parecía algo inquieto y se fue corriendo, luego de eso se vio a mi mamá, quien solo volteo a vernos y solo agregó.
Ah, con que se estaban bañando juntos, como cuando eras bebe, mm, eso ahorra el agua, bien pensado, a tu papá se le ocurrió comer una alitas súper picantes y no las aguantó, es que tiene pansa sensible – dijo mamá cerrando la puerta.
Carajo, por segundos creí que estaba frito, pues era obvio lo que estábamos haciendo, me estaba cogiendo a Meg, pero ninguno de nuestros padres se dio cuenta, eso debió ser por el talismán, decidido, en el baño podría cogerme a mis hermanas con libertad, siempre y cuando estuviera en la casa, pues eso iba a cambiar pronto. Al día siguiente salí temprano, iba molesto, como siempre papá era un tacaño, luego me daría cuenta que la traía contra mí porque no se quería casar con mamá, lo hizo por “bebe de compromiso”, aunque ahora lo considera su mejor acierto, pero eso no quita que compraba 4 raciones de comida, haciéndolo a un lado, lo cual enojó a mis hermanas, y también a mi madre, quien trataba de justificarle, como sea, eso justificaba lo que estaba por hacer. Salí temprano en mi bicicleta, tras un tramo de 1 hora, llegaría con el jefe Jay, quien me esperaba en la entrada de un fraccionamiento privado, iba con ropa deportiva, lo cual me sorprendió, y al verme corrió a mi lado para guiarme, era sorprendente, porque lo hacía con buena velocidad, aunque yo iba en bici, muchos tipos a su edad estaban gordos, aunque el cabo no tanto, pero no podría seguirme el paso, incluso a veces me costaba trabajo seguirle el paso, no por nada lo tenía en tan buena estima, nada que ver con el viejo. Aquí debo decir que realmente no sabía mucho del director, este solo era una figura de respeto en el internado del diablo, donde parecía el rey y nosotros sus súbditos, pero nada sabíamos aparte que se cogía a quien quisiera, o que era un capitán de la milicia, así que realmente podría ver más de su hogar, lo cual me sorprendería, sobre él había muchos mitos, como: que vivía en el cuartel, o que tenía una manada de hembras sedientas de sexo, que vivía rodeado de perros siniestros, que sus mujeres usaban cadenas, trajes de esclavas, ah, cosas así; pero finalmente lo comprobaría y quizás ganaría algunas apuestas, si, también hay de esas, bueno una recompensa a quien resuelva los misterios.
Llegamos a una mansión con algunos búhos de piedra, y le seguí, no entramos, pero me dijo que vivía en ese lugar, pues se caso con chica rica, Tea, así se llama su esposa, y luego pasamos a un lado para ver que maldita sea, tenía un enorme jardín, creo que dijo que era de una hectárea, lo cual me sorprendió, mucho, miraba para todas partes, notaba una alberca, algunos árboles que daban sombra, era un paraíso, aparte que los muros estaban hechos con arbustos que no dejaban ver nada afuera, y tenían una altura de al menos 3 metros, dándole un aspecto elegante, aunque se veía bastante descuidado, ahí me dijo:
Bien, te daré tu primera labor, poda el césped, es mucho, pero lo valdrá – me dijo el jefe Jay, y casi pude temblar de pensar en que lo haría con las manos, aunque me dejó una podadora buena, eso al menos funcionaria.
Carajo, les dije una maldita hectárea de cortar el césped, saben lo que es eso, carajo, creo que me tomaría todo el fin de semana, aunque me ayudaba que hubiera plantas y otras cosas, sería un calvario, pero quería volver a la escuela del diablo, para gozarme a Jesie y a Viviana, por lo que me fui a esforzar, aunque era bien difícil, aparte que hallé algunas rocas, lo cual me obligó a hacer algunas cosas aparte, mas no me detendría, pues se acercaba la noche de brujas, y todos sabían que en esa ocasión cosas pasaban, era el momento perfecto para algunas diabluras, podría disfrutar del mejor sexo, cogerme a las alumnas que quisiera, no tanto a las maestras como antes, eso decían los rumores, pero siempre se volvía una especie de orgia perfecta llena de morbo, necesitaba estar en ella, la sola idea me hacía sentir animado, en verdad, que demonios, era una locura imposible de resistir, por ello es que trabajé hasta después de medio día, cuando no aguanté mas, pues no había desayunado e iba a pedir un poco de agua, cuando al llegar a la residencia, creo que limpie al menos 300 metros, y me decidí a buscar ayuda cuando lo vi.
En serio que envidia, llegué a una especie de cuarto especial, que tenía una piscina techada, la cual tenía puertas de vidrio, parecía un viejo edificio griego, o algo así, dentro vería para mi gusto una imagen de lujo, el director se estaba cogiendo a un par de criadas, una rubia y una morena de cuerpos de infarto, preciosas como todas las hembras a su control, quienes se perdían en sus embestidas, gimiendo de manera irresistible, entregadas a los deseos de su amo, mientras dejaban ver cada parte de su cuerpo completamente libre, en serio, las tetas eran grandes, las cinturas breves, unas piernas torneadas, con unas medias blancas y tacones, parece que eran sirvientas porque sus vestidos estaban tirados en el suelo, aparte que tenían unas diademas aun en sus cabezas, además en el suelo se veían unas piezas de lencería de infarto, solo mujeres de ese calibre podrían pórtalas sin que quedaran mal, realmente era delicioso. No pude evitarlo, se me puso la verga tiesa como jamás pensé que me ocurriría, mis manos se movieron por si solas para alcanzar mi pellejo y empezar a sobármelo, mientras disfrutaba del espectáculo, pues sobre un camastro tenia a la rubia, no sé cuánto tiempo tenían haciendo eso, porque seguro que las fue desvistiendo lentamente, les hizo cosas antes, besarlas, manosearlas para que se fueran calentando, agarrarles las nalgas, carajo, podía imaginar como lo hizo con ambas al mismo tiempo.
Ese hombre era una bestia del sexo, podría casi imaginarlos teniendo a ambas mujeres para irlas besando, él era el amo, ellas le pertenecían, las besaba a su gusto, se dejaban tocas, alcanzado cada parte que quisiera de ellas, para irla disfrutando a su antojo, ellas se perderían en sus gustos, quizás les ordenaría que se desvistieran, porque las prendas no estaban rotas, seguro ellas adoraban sentir las manos de ese hombre haciéndoles lo que quisiera. Ah, antes que se dieran cuenta ya se estaban besuqueando en medio del lugar en lencería, ellas sobando su verga para ponerlo tieso, mientras este iba revisando lo que iba a comerse, mientras ellas le besaban o gemían con todas sus fuerzas, porque no las creía mordiéndose los labios para ahogar su placer, así se irían entregando hasta quedar solo vistiendo tacones, en caricias que les fueron arrancando las prendas, dejándolas desnudas, cuando este las reclamó encajándoles la verga, de un solo tajo, y como buenas putas sus vulvas lo recibían jugosas, era obvio, que mas podría haber sucedido ahora estaban recibiendo una buena ración de carne en sus coños, desde quien sabe cuánto tiempo, al menos la rubia, quien gemía de tal forma que me hacia hervir la sangre, dándome muchas ganas de poder coger también, nunca había visto a una tipa así, con unas tetas que parecían burlarse de la gravedad, aunque se vieran tan naturales, mientras su cuerpo recibía unas tremendas embestidas, pero le encantaba, sus piernas parecían atrapar a su hombre con el fin de que este le diera más duro.
Le estaba dando con todo lo que tenía, moviendo sus caderas de tal forma que ella se rendía, casi desfalleciendo, por lo que tomaría sus piernas, siendo aprisionadas con sus brazos, dejándole que le diera con todo, mientras ella era manoseada, sus pechos por la sensual morena, quien solo miraba hasta ahora, en verdad, hacia un gesto de placer, de hecho, entre ellas se besaban de una forma que daba gusto, sus lenguas jugaban un poco, y de repente se veía un hilillo de saliva correr entre ambos labios, hasta que la distancia los separo, aunque los dedos de la amiga jamás dejaron de tocar en caricias a la rubia, quien seguía siendo penetrada en un movimiento lento pero fuerte, hasta que aumentó levemente, dando la impresión de que iba a correrse, en especial cuando le morena llegó para besar al jefe, sobando con la punta de sus tetas el brazo de su amante, quien disfrutó del sabor compartido, intercambiando miradas llenas de pasión antes de correrse de manera abundante en ese húmedo coño, si casi salpica toda la leche mezclada con jugos de la lujuria, pero eso no fue todo, en verdad era caliente.
Con esto si te dejo preñada Michelle, eso quieres – decía el jefe Jay con malicia, una que era bastante ruda, como si él fuera el amo de todo esto.
Si, déjeme bien llena de su leche, quiero quedar preñada, mm – le suplicaba la criada, mientras se tapaba su concha como deseando que no saliera nada de ella.
Yo también quiero, lléneme con su leche jefecito hermoso – decía la morena bien caliente.
Qué cosas, porque el jefe se acostaría en un camastro llamando a la mujer, casi como si se burlara, le decía que viniera, ella lo hizo, se puso a su lado, para que esta se acomodara, alzaba su verga de manera viciosa, como ofreciendo lo que tenía, y como si fuera una especie de mensaje entre ellos, la criada le comería cachonda la verga, o al menos la lamería un poco, pasando su lengua de manera juguetona por unos instantes, como saboreando o limpiándola, luego la tallaría con sus enormes tetas, para que recuperara vigor, la mujer no se lo metería en la boca, a pesar que se veía lista para darle una mamada, aunque con poco bastaría para tenerla firme, iba a empalarla.
Que delicia, ábrame toda, jefecito hermoso – diría con total lujuria la criada antes de dejarse caer y empezar a coger viéndose superada por aquella cosa.
En serio, algo tenía el director, lo notaba mientras le agarraba las tetas a la sirvienta que se movía de manera deliciosa desde mi lugar, sus caderas iban en sincronía, igual podría ver como su culo redondo chocar contra el hombre, en una ligera agitación que me ponía con ganas de clavársela a esa tipa en el culo, estaba perdiendo la cordura, mientras la hacía suya, escuchando sus gemidos, aparte que me la estaba jalando de tal forma que el liquido “pre” ya se me estaba escurriendo, y me iba a correr, en serio que eso me puso a 1000, pues la tipa decía:
Ay jefe, que gusto trabajar para usted, mm, nadie me ha llenado así jamás, nadie, mm, no creo poder vivir sin que usted nos dé duro, mm, quiero quedar preñada – en serio, como es que dominaba tan bien a las mujeres.
No podía creerlo, pero tenía un secreto, mi papá podía mantener a mamá perdida porque esta era lo que llaman una co-dependiente, una de esas cosas que Lisy decía para sentirse lista, pero el director tenía todo un harem, esclavas sexuales deseosas de tener su miembro dentro, rogando por su verga, dejándose coger, incluso suplicaban por tener a sus hijos, en serio que era una locura, debía estar escondiendo alguna clase de secreto, porque no solo podía ser porque parecía un semental, en medio de esas embestidas, todas rogaban por su atención, era una envidia total para mi, en especial cuando llegaba la rubia para ayudar a su amiga para que se la clavara mejor, dándole tan duro que ambas parecían correrse al mismo tiempo, dejando escapar sus flujos, cayendo en un orgasmo tremendo, hasta que terminarían sobre el director, besándole un poco, mientras sus cuerpos se restregaban.
Carajo, podía ver, sus coños estaban escurriendo, casi podía adivinar que sus tetas se estaban aplastando contra los pectorales del jefe, y le daban algunos besos, yo me estaba por correr, no podía evitarlo, todo eso fue bastante duro, mi mano ardía contra mi verga que en breve comenzó a soltar toda mi carga y de hecho al hacerlo, todo se volvería negro.
- saludos, aprovecho para avisarles que en halloween haré un esfuerzo para subir mas de un capitulo, además que regresa la saga de Dulce o Truco, y si tienen alguna idea, cuéntenla, podría darles una sorpresa, ok
Excelente excitante.