El Incubo del Internado – Sangre Nueva 7
Brat sigue en lo suyo, triunfando en su tarea con sus hermanitas, pero desea mas, y esta decidido a descubrirlo todo….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
7
Había sido lo mejor de mi vida, con suerte logré cogerme a mis 2 hermanas pequeñas, la más chica descansaba desnuda en mi cama, la cual estaba manchada de la sangre de ambas, pretendía guardas las sabanas como trofeo, y ahora sabia que gracias a lo que pasaba en la escuela podría tener a la chica que quisiera, cumplirme todas las fantasías que deseaba, era una locura, por eso debía hacer algo con Veronica, la brujita esa, ella era lo que necesitaba, o al menos eso creí, no le di muchas vueltas al asunto, quería tomar el control de todo eso, poder sacarle provecho a las cosas que ocurrían, aunque antes de nada podría disfrutar de mi fin de semana solo, pues al menos sabia que mis padres llegarían el domingo en la tarde, aun tenía unas horas, pero había cogido con mis hermanas seguido, aun me quedaban fuerzas para seguirles dando, solo que ellas no aguantaban tanto como yo, así que las dejé descansar, aunque no podía resistirme a sobarlas un poco, mientras que yo me ponía a arreglar un poco la casa, si el viejo se daba cuenta de todo lo que hice me corrían de la casa definitivamente.
Por suerte en la noche haría de las mías, nuevamente se juntaron para poder ver una película, caramba, era una de esas donde un actor de moda hacia de las suyas, un estreno pagado por mi papá, porque a ellas si las consciente, pero bueno, el viejo bobo no se dio cuenta que se trataba de algo subido de tono, lo cual me serviría, puesto que el tipo era un cazador sexual y estaba tras su secretaria, a la cual seducía para poder someterla a toda clase de cosas rica, dejando ver como la convertía en su puta, personal, lo cual me daba ideas, pues como de costumbre Lisy se perdía con lo del pendiente, algo había sucedido, mientras que Meg no dejaba de acercarse pegándose a mi cuerpo, dejándome sentir su piel que estaba tan suave, ella estaba perfectamente atrapada en el conjuro, así que al terminar la película, hice mi jugada.
Antes de dormirnos vamos a jugar algo, como de la película, así que vamos a la cama de nuestros padres – le dije a las niñas, ellas aceptaron sin pensarlo.
Sería delicioso, puesto que las dejé a ambas ahí pero sin pensarlo mucho les saqué la ropa, desvistiéndolas sin que me dijeran nada, yo solo me quedé con la medallita puesta, lo que me dio ventaja, puesto que pude convencerlas de todo, así una vez que quedaron como nacieron, les até las manos a las espaldas con unos listones, me gustaba verlas sometidas, solo intenté eso, pues no quería que se quejaran, comencé a besarlas, sobando sus carnes, era tan delicioso, en especial a Lisy, me pondría a comerle el coño, tenía el presentimiento que debía calentarla lo suficiente, no deseaba ver que algo fallara, de hecho se quejaba un poco, pero en pocos segundos se puso mojadito, mientras obligaba a Meg que me diera besitos abajo, lo cual apenas aceptó, pero de cierta forma estaba tan enamorada de mi, que no negó nada, como pudo se acomodó para comenzara a lamerme con cierto cuidado la verga, de hecho me diría.
Hermano, esto es lo que hacen los mayores ¿cierto? Mm – me decía con una voz inocente.
Ah, sí, eso hacen los guarros, mm – respondería Lisy a su hermana.
Es lo que hacen las putitas, a sus amos, y ustedes lo son – le dije burlón antes de pellizcarle un poco el botoncito de placer la mayor, logrando que gimiera un poco más.
Pero, solo es de juego, mm – me decía Lisy inquieta, se le fue el aire por el toquecito.
Si, cuando podamos jugamos a esto – les dije cuando me interrumpió la chiquita.
Pero vente mas a casa para hacerlo, sabe rico – me suplicó antes de seguirme dándome besos en la verga Meg, pues no sabía cómo mamarla.
No, mm, cuando nuestros padres no estén jugaremos, ahh, que no vez que son juegos de adultos, mm – dijo un tanto conocedora Lisy, mientras se perdía porque le metí la lengua hasta donde pude en su vulvita.
Eso me gustó, ya no tendría que convencerlas de guardar el secreto, ellas mismas lo harían porque deseaban seguir con este juego, así que saboree mejor el coñito de la mayorcita, logrando sacarle un buen orgasmo, era un gusto verla así de perdida, sometida con las piernas abiertas, dejándose hacer todo, mientras me miraba con un gesto que no le conocía, se mordía el labio trataba de no gemir fuerte, era cierto, tenemos un vecino metiche, pero su hija está bien rica. Iba disfrutando de ese juego tan sensual, saboreando su coñito que parecía estremecerse con cada toque de mi lengua, pues intentaba ir tan adentro como podía, en verdad lo estaba gozando, empezaba a jadear, incluso tendría un pequeño orgasmo en seco, su cuerpo se estremecía de tal forma, que lo anunció en medio de la agitación, quedando extenuada, por eso sin pensarlo volví a sacar la pomada para los golpes, y la fui a penetrar, era un gusto, poder cogérmela, se entregaba con todo, dejándome entrar, su vulva estaba bien rica, me apretaba tanto, aunque no se la metí de la mejor manera, fui algo brusco, me ganó la calentura, ella se quejó un poco, me miró asustada, aunque al irla embistiendo se relajó, de hecho lo pensaba, la había conseguido hipnotizar o controlar por pura suerte, que se yo, así que ahora podía metérsela hasta el fondo, chupar sus tetillas, incluso la besé, esta se me quedó mirando sorprendida, como si no entendiera lo que pasaba, pero eso me ayudaría a someterla, empezaría a gemir más a gusto, aunque para mí era un poco doloroso, es que me apretaba tanto, pero se la fui abriendo de tal forma, que me daba escalofríos.
Me terminé corriendo tanto como pude luego de un largo rato en que estuve entrando y saliendo, y tenía mucha carga, no me masturbe en más de una semana para esto, luego fui por Meg, quien se cansó de esperar, se estaría tallando mientras veía cogerme a su hermana, la tomé, me acosté, pero quería que ella misma se clavara, algo en mi deseaba que por sí misma lo hiciera, meterse mi verga dentro para que fuera completa su transformación en mi putita, estaba seguro que podría hacerlo, si al tomarla me beso apasionada, jugando con nuestras lenguas por unos segundos, luego me acomodé para que ella misma se clavara, pero le solté sus manitas, tomando de las mías, para que ella misma hiciera todo, yo estaba tan caliente que con solo verla se me puso tan dura, así le dejé que fuera ella quien tomara la iniciativa, lo cual fue un acierto, puesto que me dejó sentir hasta donde podía llegar sin lastimarla, pues veía como su coñito tragaba mi carne, aunque lo más rico es que ella diría:
Si puedo, si puedo, mm, soy la putita de mi hermano, mm – fueron sus palabras y en verdad me dejaron mas tieso.
Podía recordar perfectamente como mi verga entraba en su pequeño coñito lampiño, el cual se iba abriendo, aunque antes de metérsela, me volví a untar de la pomada, no quería dañarla, si deseaba seguirlas cogiendo, tenía muchas fantasías planeadas que quería cumplir, necesitaba hacer bien las cosas, y por suerte no perdí la cabeza, me gocé a Meg dejando que ella sola se clavara, dejándome ver su carita de puta, moviéndose, aunque en su momento perdería fuerza y estaría por clavársela toda si no fuera porque la agarré para besarla, lo cual le encantó, prendiéndose a mis labios, dejándose llevar por la lujuria, que le convertía en lo que tanto deseaba, desde ahí yo la bombearía, mientras le daba algunos besos, que aceptó por completo, hasta que me corrí. Después de ello se me ocurrió algo, las dejé descansar, pero les tomé fotos en esa condición, puesto que me encantaba como se veían, luego les pedí que dijeran algo a la cámara de mi celular, y sería interesante.
No me grabes, me da pena, se me ve todo, hare lo que quieras pero no se lo enseñes a nadie – me dijo Lisy un tanto inquieta, lo que me gusto.
Soy la putita de mi hermano, solo de él, jijijii – dijo Meg juguetona enseñando su coñito chorreando mi leche.
Eso realmente me encantaría, así que volví a meterme a la cama para poder cogérmelas con gusto, y no lo negaré al menos se las clavé un 2 veces más a Megan y 3 a Lissy, pues a esta ultima intentaría hacerlo por el culo, se vio tan sorprendida cuando mi verga fue abriéndose paso, es que estaba bien estrecha, ella me miraba sorprendida, se quejaba un poco, se mordía el labio, también se aferró a las sabanas con fuerza, como para que yo pudiera encajarla con más facilidad, apenas se dejo, pero no fue posible mas que meterle la punta, por mas intentos que hice, aunque ella al fina cedió, gimiendo como si fuera una gatita en celo, y curiosamente me ayudaría Meg tomándole una foto dejándome verla convertida en una guarra lo cual aumentó en especial cuando le grabé con eso metido, pero era demasiado estrecha, aún así lo disfruté, y de cierta forma lo había logrado, pues estaba seguro que mis hermanas serian mías a partir de ese día.
Lo que seguiría no estaba de mas, en la mañana volvería a cogérmelas, Lisy despertaría recibiendo mi verga por su coñito que parecía estar adaptado a mi verga, ella se aferraría a mí, pues le daría un fuerte orgasmo, luego le iría a dar con todo a Meg, tratando de darle por el culo, pero no sería posible, era aún más estrecha, aunque estaba tan deseosa de que le abriera las nalguitas, incluso me ofrecía su agujerito de una manera que me encantaba, pero solo le manché las nalgas de leche, aunque sería delicioso despertar con esas tetitas en la cara, lamiéndolas, sobando sus cuerpos, luego pasarse al baño para asearnos y seguir jugando, haciendo de todo con ambas, si bien que las hice tener orgasmos en varias veces, y se las metí hasta saciarme, algo, pero quería más, hasta pude ver con gusto como Meg se pondría a lamer la leche que le deje, casi dándome el gusto de saborearla y decir que rico, lo que me haría cogérmela un poco más mientras estábamos en la bañera, era como una gatita mimosa buscando cariño, mm.
Pero las cosas por desgracia acabarían, mis padres llegarían antes de tiempo apenas pude lavar su cuarto para que no nos dijeran nada, y ellos lo notaron, por suerte pensaron que era para que me dejaran volver, pero seguían molestos conmigo, a pesar que el accidente paso hace meses, aunque yo aseguré que no quería hacerlo, eso les extraño un poco a ambos, sin embargo les di una buena razón, que conociéndome era realista.
Hay una apuesta entre los compañeros, muchos creen que el director se coge a algunas maestras, y quieren comprobarlo, yo creo que estoy por lograrlo, es una buena billetiza – fue lo que dije, pero como de costumbre molestó a mamá, aunque papá una vez fuera su mujer preguntaría por cual y le diría que se coge hasta a su secretaria, que me faltaban pruebas, eso emocionó al viejo pervertido, porque bien que trato de verle las tetas cuando me inscribió.
Después de eso volvería al internado, debo aclarar otra cosa, pues entré como en invierno, pero a la fecha era verano, durante vacaciones, aunque por causa de un curso para chicos problemas es que me metieron, estaban cansados de mi malas acciones, poco me importaba, de cierta forma estaba peleado con mis padres, ellos siempre preferían a mis hermanas, aunque me sorprendió que me amenazaran en ocasiones con dejarme fuera del viaje familiar, fue doloroso, pero mi papá no sabía qué hacer conmigo, aparte era tan tacaño como para ahorrarse mis gastos. Como fuera el caso, tuve que volver a la academia, y seguir viendo al director coger, siendo de lo mas delicioso, en serio que sometía a las mujeres de una manera tan caliente, haciendo que ellas solas se entregaran recibiendo su verga dentro entre gemidos y demás, uf, me daban ideas de lo que querría hacerle a mis hermanas, aunque eso igual me daría esperanza, pues una vez que fui castigado, llegaría a la entrada para ver cómo estaba cogiéndose a su secretaria, ella desnuda sobre él, restregando sus preciosas tetas, me encantaba verla así más que con su ropa, aunque debo admitir, se veía irresistible pues solo usaba los tacones, pero lo importante es que pude escucharla decir.
Bien, jefe Jay, los arreglos se hicieron, en el próximo curso vuelven las alumnas, pero ya deja de buscarlas, nos tienes a nosotras – decía la secretaria moviendo un poco sus caderas.
Tranquilas, sabes que el descontrol fue culpa de Brandy e Ivonne, se pasaron de listas, aunque aún sigue esa cosa puesta afuera, como se les ocurre – dijo molesto el director mientras le hacía algo que la hizo gemir mas.
Si, como se les ocurre conjurar algo nuevo, mm, este es el territorio del incubo, mm, si hasta la súcubo que dejaron libre hace años fue contenida, y liberada en otra parte, mm – aseguraba la secretaria que parecía desesperada por tener esa verga dentro.
Si, de eso se encargó Simon, por eso salió de la ciudad, aunque se ha quedado tiempo fuera en su alargada luna de miel, solo no lo mato porque es mi cuñado, pero qué más da, aparte que está cuidando a mi preciosa Eli mientras se recupera – señaló el director, quien embestiría tanto a la secretaria como para hacerla gemir, creo que se corrió, y ella junto con él, porque dio un gemido tan rico que me hizo mojarme yo también.
Esas palabras me gustaron, no comprendía mucho pero me confirmaba un par de cosas, primero que la escuela estaba realmente embrujada, un incubo, eso era genial, sabía que esos eran los demonios del sexo, una emoción mayor me seguía porque quería saber del tema, pues antes el director me dijo que se escondía (al menos eso entendí), ahora me daba cuenta que no era así, estaba libre haciendo de las suyas, pero había algo más, un misterio, por ello las alumnas no estaban, jejejeje, más que nunca necesitaba de Veronica, sería mi entrada a todo ese mundo, porque de otra manera no podría hacer mucho. Estaría buscando una forma de meterme a la dirección, y eso me recordó los pasillos ocultos para fisgonear, por lo entendido, ese cuarto oculto tenía alguna clase de valor especial, así que usarlo de alguna manera sería útil, para negociar con la brujita, pues de otra manera no sabía cuánto me costaría que la chica me hiciera caso, pero tendría una suerte increíble (al menos eso creí), pues revisando por todas partes, oculto en una salida de los pasillos, cubierto por una enredadera que cubría toda una pared, esta junto a los establos, hallaría un pasaje especial que me llevaría directamente al cuarto, no fue sencillo, me tomó al menos 3 días de búsqueda, aunque al fijarme mejor podría ser que este en realidad fuera una especie de salida de emergencia, quien sabe, pero al arrástrame un poco por un hueco oculto, llegaría donde se hacían los rituales, lo cual me dio todo lo que necesitaba para negociar con ella, sin embargo mi suerte parecía acabarse.
Pensé que con solo ir al mercado la hallaría, y varias veces me fui a asomar, pero no tuve suerte, incluso traté de meterme hasta los lugares más profundos, fue un poco aterrador, puesto que la gente se me quedaba viendo, y al preguntar por ella, se calmaban un poco, pensaron que era alguna clase de noviecillo tonto, cosa que no me molestó, pues en serio quería meterle la verga, y cogérmela como su culito y tetas me lo pedían cada vez que la veía, y es que se veía terriblemente caliente esa chica, me daban ganas de hacerle de todo, en serio, era como decía mi papá, tenia cuerpo de guitarra que se me antojaba terriblemente tocar. Pero antes de continuar debo aclarar una cosa, entré al internado casi a finales de invierno, como siempre muchos de los chicos entraban a tiempos fuera de las inscripciones, era común eso, entraban todos los problemáticos al ser expulsados de otras escuelas, así que me pudieron meter sin problemas, ya era común ahí, me tuve que acostumbrar, y paso el tiempo, cuando me pusieron a cuidar a mis hermanas, apenas estaban comenzando las vacaciones, ya que el internado ofrece cursos, prácticamente era como si fuera un convicto ahí, y con la búsqueda de mi futura aliada se me fueron muchos días más, así que para la fecha faltaba poco menos de un mes para volver a clases, era un verdadero desastre, en especial cuando me enteré que mis papas se fueron de viaje, dejándome fuera, quedando yo solo y sin encontrar a Veronica, o eso pensé, porque pronto ocurrió algo medianamente divertido, pues empezaron a llegar nuevos estudiantes, unos más regulares.
Primero sería un soquete de nombre Peter, hijo de una albóndiga con patas que se llamaba igual, parecía retardado, pero luego nos dimos cuenta que solo era lento para pensar, nos ilusionamos con saber que entraría con su hermana de 13, pero al verla, auh, no era nada linda, también fue puesto un chico de nombre Benjamin, un rubio que se sentía tan sagaz, nadie lo tomó en serio, pero este tenía 2 hermanas, la mayor de 17 años, muy linda, una rubia delgada, los bravucones se fijaron en ella, Margarita, seguro que querrían cogérsela (aunque esos hasta follarían con una escoba si le ponían falda), pero la segunda hermana era una castaña de 12 casi 13 años de nombre Grace, sí que era bonita, tenia antojo de probar cosas con ella, aparte me enteré que contaban con un par de medios hermanos, parece que el papá siendo muy exitoso, fue viudo pero se casó de nuevo, la madrastra era buena persona, y tuvo un par de niños, además que era bastante sexy, como sea, ya vería como aprovecharme de la situación, porque en serio necesitaba de Veronica.
Peter jr. Resulto ser un completo tarado, siempre lento, se le tenían que explicar las cosas como 3 veces antes de que entendiera nada, tenia buena condición a pesar de ser un gordo, mientras que Benjamin era igual de travieso que yo, pero sin estilo, solo más odioso, en actitud, pero se volvieron parte del grupo, y querían ver cómo aprovechar los retos, aunque yo decía que eran falsos, porque los había resuelto, sabía las cosas que ocurrían aunque gracias a los comentarios de Milton solo me tomaban de cretino, mas poco me importaba, o eso hasta que súbitamente sucedió, en medio de las practicas llegaron las primeras alumnas de vuelta al internado (aparte de algunas nuevas). No pudimos contener nuestra emoción, queríamos empezar a buscar una oportunidad, eso sin contar que se unía una deliciosa cocinera joven, las otras eran viejas odiosas, parece ser que esta era hermana de otra que estuvo antes, pero la vida de casada le hizo dejar el trabajo, Nancy, que era de piel apiñonada, cuerpo de delito sexual, grandes tetas, cinturita, unas piernas torneadas que cualquiera quisiera tenerlas cerca, larga cabellera castaña oscura un poco rizada, muy bonita, con gesto de inocente, ojos verdes.
¿Cuánto a que se vuelve la puta del director? – les aposte a todos, y por desgracia para ellos, nadie me creyó, me iban a molestar, pero de hecho los bravucones sacaron mucho dinero, el que robaron de otros.
También, por desgracia para estos no pensaron que el Cabo escuchara la apuesta y dijera algo que nadie esperaba, apostó a favor de lo que yo decía, si bien que conoce a su jefe, casi me da la impresión de que quería llorar, seguro que igual le gustó la mujer, pero que se podría hacer, el director tenía la prioridad, aparte que ninguna mujer le hacía caso, le sabíamos demasiados fracasos amorosos, con eso muchos chicos mas decidieron apostar, y casi todos dudaron. Nadie espero que este hombre, el jefe Jay, hiciera lo que pensamos, en solo 2 días cuando volvieron las chicas, que las dejamos en paz, ordenes de Maron, y prioridad por la apuesta, fue que ocurrió, hice que me castigaran por escaparme de clases, cuando la cocinera fue a avisar algo a la dirección, no sé como lo haría, pero sería una conversación corta, apenas estaba por acomodarme cuando escuché que terminaba.
Gracias por la bebida, señor director, tenía mucha sed – decía la joven muy acalorada.
No se preocupe, como dije, conozco a su hermana mayor, Nancy, éramos colegas cuando trabajaba de vigilante, usted es tan parecida, aunque bueno, ella se caso con el profesor de educación física y tras el incendio se fueron a otro lado, pero me da gusto que decidiera venir a trabajar con nosotros, por cierto, la espero hoy a las 7 – dijo el director serio.
Si, director – ahora la señorita sonaba algo extraña, pero se movió como si nada.
Luego de eso salió, me saludo como siempre y al asomarme dentro pude notar como el director guardaba un horrendo muñeco de cuero, este me vio y dijo que si me volvía a tocar lavar los baños, yo acepté y suspiro, aunque no pude evitar preguntarle por esa horrenda cosa.
Es el muñeco del esclavo, solo te diré eso, ahora ponte a tallar los baños, en serio muchacho, que deberías dejar de hacer travesuras, te volverás experto en esas cosas y no lograras nada, las mujeres quieren a un hombre fuerte, varonil, al menos las mas deseables, por cierto, ya ve cobrando la apuesta – dijo el director y casi se me enfría la sangre, porque era como si supiera lo que habíamos hecho.
No supe a que se refería, pero antes que me diera cuenta estaba por cenar, preparé mis cosas para el día siguiente, cuando súbitamente vi que alguien estaba saliendo, por suerte mi cuarto estaba justamente sobre la entrada, así que al abrirse un chirrido me avisó que alguien salía, no podía ser otra persona, los chicos teníamos pocas razones para dejar la estancia, era la cocinera, por segundos pensé que se iba a su casa, pero recordé que era entresemana, ella solo lo hace los viernes, así que me brinque desde la ventana, para seguirla y vaya suerte la mía, que justamente fue a la oficina del director.
Como de costumbre, ella llegaba para ser desvestida, solo llevaba puesta una bata de seda, pensé que era un abrigo normal, no me había fijado por que se oscureció, y al quitárselo, wow, traía un conjunto de lencería bastante sexy, uno color morado pálido con encajes blancos que aparte resaltaba perfectamente sus formas, está bien rica, en serio, esas tetas firmes, la cintura breve, un culo gordo que se tragaba las prendas, parece que se ejercitaba, pero no para quedar musculosa, no tengo ese fetiche, me gusta dominar, su coño se marcaba perfectamente. El director no perdió tiempo, le empezó a quitar todo, mamándole las tetas como si no hubiera probado nunca algo así, aparte le gustaba sobarle las nalgas, casi dejándome verle el culo, encajándole ligeramente los dedos en esas masas de carne, que me pusieron tieso, la señorita apenas gemía, haciendo un sonidito que me ponía hirviendo, adoraba que hubiera una grieta en medio de la madera de su puerta, podía espiar perfectamente como sentaba a la mujer en el mueble, para comerle el coño haciéndole gemir entre sus manoseos, y si no fuera por la acústica del lugar todos se darían cuenta que se la estaba cogiendo de una manera implacable, pero en vez de ello seguro pensaron que era un fantasma, eran como lamentos, pero no, incluso me dio risa cuando escuché.
Director, ¿qué me hace? Ahí está sucio, déjeme por favor, mmm – que sexys palabras dijo, en serio, aparte que abría más las piernas para dejarse comer.
La pobre cocinera ahora se volvía el plato principal, se notaba temblando de gusto, mordiéndose el labio, arqueaba la espalda haciendo que se le vieran las tetas de una manera espectacular, cerrando los ojos, apretando la cabeza del jefe mientras lo gozaba todo, wow, en serio quería ser él, recordaba a mi viejo cogerse a mamá, siempre lo hacía en la cama, movía sus caderas desesperado, aunque con miedo, no quería acabar pronto, pero le ganaba la leche, no era ni la mitad de lo que hacían con ella, incluso para demostrar su fuerza, la cargó para poderle chupar mejor el coño, dejándole en el aire, sorprendiéndola tanto que se termino corriendo, quedando suspendida mientras escurría, mirando al hombre.
Director, ¿Cómo lo hizo? Ah, nunca me había corrido así, ahhh – decía con la voz temblorosa, mirando al jefe, quien parecía listo para seguir.
Eso te impresiona, ya verás – se burlaba el hombre mientras dejaba a la cocinera sobre el escritorio, y aprovechando su estado se la clavo.
En segundos comenzó a cogérsela, la empaló con fiereza, dejando ver como la pobre cocinera era embestida con una fuerza que la estaba destrozando, sus tetas se movían de una manera inquietante, se aferraba al mueble para no salir volando, y su aroma me llegaba, gemía hasta casi volverse gritos de placer, en serio que la veía, parecía que estaba volviéndose loca, pero fuera de la oficina eran como lamentos de fantasmas, solo que la verdad era demasiado caliente, tenía la verga bien dura, me la estaba tallando con una mano, quería unirme, metérsela por el culo, pero lo sabía muy bien, el director no compartía nada, las mujeres que cogía eran suyas, y se estaba apoderando de Nancy, la nueva cocinera, quien se perdía en esa violación, aunque seguro que cuando terminara, ella misma seria su puta hasta la muerte. Le estaba dando el placer de su vida, era como creía, en su momento ella misma se aferraría al cuerpo del director diciendo estupideces, clavaba sus uñas, mientras restregaba su impresionantes formas, en especial esas tetas que se aplastaban, dejándome verlas por los lados, aferrándose con sus piernas a la cintura de este, ah, en serio que se veía riquísima.
Director, que está haciendo, mm, yo no actuó así, usted me está violando, mm, pero siento tan rico, ¿Qué me ha hecho? No entiendo, mm, deténgase o me voy a volver loca, ahh – se quejaba la señorita Nancy, pero ella misma se aferraba al hombre.
No que va, si para eso lo hice, no acostumbro agregar nada, pero usted es la excepción, la quiero bien preñada, adicta a mi carne, esclava de mis deseos – se burló el director sorprendiéndonos.
Le embestía con ganas, ella estaba enloqueciendo, veía como su redondo culo era apretado por las manos del jefe, quien le daba con todo, haciéndola gemir como una puta barata, y su gesto era un placer, para esos momentos ya me estaba jalando abajo, quería correrme, en especial cuando veía como aumentaban el ritmo haciendo que sonaran sus nalgas como si aplaudieran, caramba, se la iba a dejar toda, creo que tendríamos un orgasmo los 3 al mismo tiempo, y en efecto (o casi) el director le dejaría ir todo en una sola embestida que la hizo ahogarse en su grito mientras escurría, se dio un tremendo gusto el hombre, que se burlo diciéndoles que su vulva le estaba chupando la verga, ah, yo no pude soltar nada porque una mano me detuvo.
Que maldito susto, por segundos pensé que sería la prefecta, ella siempre se iba con el director, muchos creerían que son pareja, aunque en realidad era la puta de este, si sabía que siempre usaba deliciosa lencería debajo de su ropa, como sea, pensé que sería la misma, pero grande fue mi sorpresa cuando vi a Verónica a mi lado, esta me jaló, pues ni noté que se escuchaban pasos, y realmente era la prefecta. Tuvimos que ocultarnos corriendo fuera de las vistas, dejándola pasar, algo tenía, su aroma era exquisito, la vi con su falda, medias, camisa, el saco, me daban ganas de cogerla, tenerla de a 4 para darle con todo, pero eso no sería posible (nunca), o eso pensé cuando me jalaron para alejarme.
Idiota, no te quedes ahí, me arruinaste mis planes – me dijo Veronica, quien solo traía un short y una playera de tirantes.
Apenas podía reaccionar cuando vi que ella me metía al pasillo que llevaba a los establos con los caballos, desde ahí vimos todo, el director bajaba con la cocinera en brazos, estaba desnuda, casi desmayada, después de la cogida que le dieron era obvio, la prefecta al lado algo celosa, pero todo parecía bien, hasta que algo nos notó, el jefe volteo buscándonos, y para mi sorpresa Veronica me beso, y yo por inercia le agarré el culo para jalarla, dejándome llevar por la calentura.
¿Qué sucede? Jay, alguien está cerca – preguntó la prefecta revisando.
Sí, pero es una parejita, quieren hacer lo que nosotros – dijo desconfiado el director.
Luego se fueron llevándose a la cocinera desnuda, por lo que no les veríamos por ese día o noche, luego de eso se soltó la brujita y se comenzó a quejar, dándome a entender que quería entrar al cuarto secreto, que tenía un plan para hacerlo, es lugar que conocía bien, pero siempre algo se le atravesaba, en este caso fui yo, estaba enojada, pues quería hacer su iniciación en la aquelarre, cuando más confiado le dije:
¿Qué me das si te consigo meter? Mm – le dije tranquilamente.
Por favor niño, no sabes de lo que estoy hablando, tu solo eres un putito que seguro hasta virgen es, mira eres lindo, pero ahora no tengo tiempo – dijo verónica y me enoje.
Para que te lo sepas, se dice casto para los hombres, y no lo soy, si bien engañé a las tuyas para el talismán, y me eh metido tantas veces por mis castigos a la dirección que conozco muchos de sus libros, he visto el muñeco del esclavo y se cómo llegar al cuarto, así que ofréceme algo putita – le dije algo molesto al oírla, pensé que era más linda.
Bien, entonces te haré el favor – me dijo un poco burlona, pero me enseño el coñito con apenas una pelusilla que me encanto.
Jajajaja, no gracias, solo eso es muy poco, si quieres que te ayude, somos socios, y te dejas coger, porque si que te traigo ganas, putita – le dije casi como una amenaza.
Bien, adelante, hazlo conmigo ahora – ella me vio con burla, eso me enojo.
Quizás por lo que había visto del director hace unos momentos fue que estaba hirviendo por dentro, realmente quería gozar de las carnes de esa mocosa, así que mirando a todas partes la metí al fondo del pasillo, donde le comí el coñito, quería saborear uno de primera cuenta fuera del de mis hermanas, lo cual fue delicioso, un sabor diferente, que tenía un toque que me daba una sensación distinta, eso me hizo tomarlo más en serio, no podía contenerme, necesitaba sentir ese precioso cuerpo y ella se estaba entregando sin problemas, le saqué con fuerza el short, incluso salió con su tanga, si una tanga que estaba oliendo a sexo, dejándome camino libre para tener sus raja en mi boca, fue tan sabroso hacerlo, mirarla de frente mientras le hacía eso, y ella se mordía el labio para no gemir como puta, porque podrían descubrirnos, además que algo en los caballos no me gustaba, pues parecían estarse alebrestando por lo que haríamos, sin embargo perdido en mis acciones fue que me preparé, le abrí las piernas, sabía que debía ponerla húmeda antes de cogérmela como se debía, así que una vez lista se la deje meter.
Mm, mi verga se metió con toda facilidad, la carajilla estaba bien caliente, quizás ella esperaba algo así, pero no sabría decirlo, pero se la dejé meter hasta el fondo, haciendo un esfuerzo para no correrme de una vez, me apretaba delicioso, aunque no era tan apretada como mis hermanas, pero ambas eran vírgenes hasta hace poco, yo fui quien les quitó eso, mientras que Veronica por su parte era una chica que sabía, se metía enormes cosas en su coño para los rituales, usaba (imagino) sus jugos sexuales para los hechizos, si aun recordaba como lo hacía para el talismán que use para cogerme a Meg y Lizy, volviéndolas mías, aunque aún así se sentía tan bien, tanto, pues aparte se iba escurriendo, mm, su olor de puta era genial. Por eso me perdí metiendo y sacándole todo, nuestros sexos se unían a la perfección, era un encuentro soñado, a pesar que no fuera un dotado, más lo que tengo lo llevo con orgullo, aparte que le subí un poco la ropa para comerle las chichotas, para ser niña estaba bien rica, muy dotada en esa parte, que ganas de comerle tenia, esta desgraciada siempre se me hizo bien rica, tenía ganas de verla con su uniforme de colegiala, seguro se pondría la falda más corta, y enseñaría las tetas como pocas, esperando que alguien le hiciera el favor, y que rayos, ahora le estaba bombeando como jamás lo hice, confiado de que iba a aguantar, pues era mayorcita, con mis hermanas tuve que ser cuidadoso, como estaban nenas, no quería lastimarlas para seguir cogiéndomelas después, pero con esta golfa, iba a gozarlo con fuerza, y mis embestidas sonaban como aplausos, la miraba cerrar los ojos, sonriendo de gusto, mientras le daba con todo y al final me corrí dentro.
Mm, creo que podemos llegar a un acuerdo – me dijo, pero yo no me detuve, seguí metiéndosela por un buen rato más, esa mugre golfa, necesitaba imponerme, así que le seguiría dando tanto como pudiera.
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