El inicio de Cristina
la ternura se volvio pasion, las fantasias se hicieron realidad y el angel inocente entendio que en su carne dormia un demonio inocente, lleno de lujuria….
Cristina no se preocupaba por nada, aún era pequeña como para hacerlo, estudios, juegos… y el…
Carlos era un hombre maduro, le gustaba ir al gimnasio, era muy pulcro consigo mismo… lo que le había dado una figura esbelta y bien cuidada, era soltero, tenía hermanos, aunque no les hablaba mucho, excepto a miguel, su hermano mayor, con quien tenía una gran amistad. No tenía hijos, pero sus sobrinos eran un buen complemento, en especial los de su hermano, Javier y cristina, a quienes sacaba a pasar y cuidaba de vez en cuando.
Cristina lo miraba… lo miraba mucho… su tío Carlos era tan grande, tan guapo, tan buena con ella, la consentía en todo… lo único que quería era tenerlo cerca… cada vez que su tío llegaba, iba rápidamente a buscar una silla, subirse y poder alcanzarlo… sentir su rostro varonil en sus labios, Carlos se reía, la abrazaba y le daba un beso, ella siempre trataba de besarle la boca… no sabía porque, solo sentía que eso quería… Carlos la abrazaba y luego la dejaba en el piso… es pequeño momento era mágico, sentir sus brazos fuertes rodeándola, apretándola, él era muy fuerte, la sostenía sin el menor esfuerzo… esos momentos pasaban casi como en cámara lenta para ella… si bien era una niña, paulatinamente su cuerpo iba cambiando… sentía como sus pechitos crecían, como se iban agrandando, como el pezón empezaba a sobresalir, algo de vello muy fino empezó a aparecer, sus caderas estaban un poco más grandes… y algo.. Algo más… a veces, en su cama, cristina sentía un calor raro, se sentía inquieta, las primeras veces no supo que hacer… hasta que sus manos bajaron hacia su vagina… por encima del calzón, cristina acariciaba los labios de su vagina, no se atrevía a abrir las piernas, solo pasaba su dedito por los contornos, sentía la piel suave y mojada de su conchita… cerraba los ojos, y su otra mano acariciaba sus tetitas pequeñas y suaves como el algodón… se apretaba despacio la punta rosada de sus pezones, en silencio, a veces le gustaba tocarse el trasero, apretarse las nalgas mientras se tocaba la vagina.. Pensaba en Carlos, en sus labios, en su pelo, en sus brazos…
Entre las conversaciones con sus amigas, una de ellas comento que veía porno en el computador (bueno, esa amiga era la más «agrandada», puesto que también fumaba). Ella le pregunto con un poco de vergüenza, su amiga rio y le dijo que no se preocupara, que le enviaría un enlace para que pudiera ver… y así fue… esa noche, cristina puso los audífonos… vio esos cuerpos desnudos, escucho los gemidos de angustioso placer… vio esos penes enormes y se preguntaba si Carlos era así… y también si algo así no le haría daño… vio a otras mujeres tocarse, meterse los dedos en la vagina y el ano, pensó que, al menos ella no era la única… e irremediablemente, se excito.. Se tocaba de nuevo, sentada mirando, se apretaba los pechos… pero… quería algo más… cerro la puerta, se estiro en la cama, se sacó la ropa… y se siguió tocando… esta vez, abrió las piernas, y despacio abrió su chorito caliente… estaba mojado.. Introdujo un dedo… cada centímetro del dedo, cada roce con la carne, la hacía suspirar… le dolía un poco… pero era demasiado rico… empezó a mover el dedo dentro, sentía la carne húmeda y caliente palpitando, pero faltaba algo… apoyo la planta de sus pies en la cama, su manito busco su ano… al primer roce, ya había calentado demasiado… empezó a presionar… mientras su otra manos se pajeaba el choro más rápido… de a poco el dedo en su culo empezó a entrar, los jugos que su pequeña vagina botaba eran suficientes para lubricar.. Y pensaba en el… en su cuerpo, en su boca, en como seria si él estuviera ahí… sabia como se llamaba lo que quería… lo había escuchado… ¿Cómo sería culear con Carlos?… la sola idea calentaba más y más ese cuerpecito de niña, tetas que aun crecían, estaban infladas de calentura, sus pezones rosados estaban duros y erectos, se pajeaba el choro más y más rápido, movía su dedo desesperada, su culo se abrió lo suficiente para que su otro dedito entrara… el roce caliente se ambos dedos, la tenía loca.. Entraban y salían sin control, levanto las caderas para masturbarse mejor… por instinto su culo se movía hacia arriba y abajo… se dejó llevar por la calentura, una inocente e infantil calentura que no tenía fin… se pajeaba más y más, pensaba en el pico de Carlos, grande, culeándosela, entrando y saliendo.. Jadeaba más y más…lo único que quería era culear con él, culear todo el día… «culeame mi amor» pensaba una y otra vez… hasta que su cuerpo se tensó… sus dedos seguían paseándola más fuerte… era angustia, era inquietud, era miedo, tiritar, sudar, amor, rabia, pánico… era el… por primera vez su cuerpo se murió, sin morir… cayó en un sueño sin dormir… exquisito… y desde esa noche en adelante, lo haría siempre…
Cristina estuvo pensando en cómo cumplir sus fantasías con Carlos, se acercaba más a él, lo abrazaba más seguido, pero Carlos no entendía… ella lo miraba, miraba su pene debajo del pantalón, se lo imaginaba grande y grueso… y lo único que quería era llegar a él. Una tarde, estando en la piscina, cristina se estaba bañando con su hermano, al rato llego Carlos, en traje de baño, se lanzó al agua y comenzó a nadar. Jugaron los tres con una pelota, la pasaron bien, hasta que su hermano salió del agua. Ella con Carlos se quedaron jugando… «ahora»… pensó cristina… «tío, ¿Me llevas debajo del agua?», pregunto cristina, Carlos le dijo que si, ella lo abrazo bien fuerte y trato de acomodar sus caderas lo más cerca de las de él, abrazándolo con sus piernas también. Una vez acomodada, Carlos se hundió en el agua… cristina, por primera vez, sentía el miembro de Carlos… se calentó tanto… mientras Carlos nadaba, una parte del pene rozaba la vagina de cristina… no importaba que estuvieran bajo el agua, ella lo disfrutaba, cuando ya se estaba acabando el aire… Carlos salió a flote, cristina no lo soltaba, al salir, tomaron aire y cristina dijo «llévame de nuevo, ¿Puedes?» Carlos la miro y sonrió, tomo aire, cristina también y se sumergieron de nuevo… esta vez, ella aprovecho el movimiento de Carlos, para frotar su vagina en su pene… lo apretó con sus piernas, con sus brazos… aprovecho el movimiento de Carlos para empujar sus caderas contra las suyas… el no veía… ella empujaba, sentía ese pene grueso frotar su vagina pequeña… se movía, empujaba mientras Carlos nadaba… de a poco ese pene creció… podía sentirlo… de repente Carlos subió a la superficie, él y cristina tomaron aire.. Carlos la miraba, extrañado, cristina no lo soltaba, su corito estaba justo encima de la pichula de Carlos… y ella no quería salir de ahí… «¿Que paso?» pregunto cristina con una inocente y picaresca sonrisa, «nada, nada» dijo Carlos mirándola extrañado… la verga de Carlos estaba dura y caliente, aun estando bajo el agua… y el chorito de cristina estaba justo al medio… se quedaron mirando un rato… ella se reía, mientras subía y bajaba… Carlos estaba consternado, la niña se reía, feliz, mientras él estaba excitado, sintiendo la vagina de su sobrina presionar su verga dura y erecta… cristina sentía ese miembro carnoso acariciándole la vagina, llegando hasta casi el ano… ella solo reía, cristina le dijo en el tono más tierno posible «llévame de nuevo, por favor».. Carlos obedeció sin decir nada… todo esto le extrañaba…
Esa niña ni siquiera tenía 15 años… y era su sobrina… y lo tenía muy caliente… se sumergió nuevamente, cristina de alguna manera sentía que estaba resultando… esta vez… no tuvo vergüenza, empujaba su vagina hacia la verga de Carlos, sentía la cabeza dura rozando los labios, llegando hasta su culo… una y otra vez, mientras Carlos la llevaba nadando bajo el agua… Cristina estaba tan caliente… al terminar, subieron y Carlos dijo seriamente «ya es tarde, tenemos que salir», sin decir nada, se acercó a la orilla, cristina sabía que el juego se había acabado. Salieron, se secaron, Carlos no decía nada, entro al baño a cambiarse ropa, cristina fue a su pieza e hizo lo mismo… al rato se despidieron… mirándose a los ojos…
Pasaron un par de días, los papas de cristina tenían que salir por negocios, pero solo por el fin de semana, les acomplejaba llevar a los niños, así que le pidieron a Carlos que se quedar con ellos. Cristina al saber la noticia, se emocionó, se emocionó mucho… lo tendría para él… todo el fin de semana… Carlos llego el viernes en la tarde, se organizaron con su hermano y su cuñada, en realidad era simple, había de todo, solo tenía que cuidarlos, la empleada se encargaría del aseo y el resto de las cosas.
Cuando se fueron, Carlos fue a saludar a los niños, cada uno estaba en su pieza… cristina al verlo, se puso de pie, se paró en la silla del escritorio y le beso los labios, Carlos se quedó inmóvil y sorprendido…
La niña apretó sus labios en los suyos, forzando un beso, se alejó, sonrió y lo miro a los ojos, Carlos no dijo nada, se acordó de lo de la piscina, tuvo el leve impulso de una erección, mientras la niña se alejaba y con una sonrisa radiante le dijo «te hechaba tanto de menos»… el rio un poco y le dijo que iba a ordenar pizza para cenar… y se fue de la pieza… cristina se quedó pensando… como lo haría esta vez? Y ya tenía una idea… Carlos los llamo para comer, ella bajo con una polera larga para dormir… y nada más… comieron y se sentaron en los sillones para ver una película, Carlos tomo el extremo del sillón más grande, su hermano se sentó en un sillón individual y cristina, se acomodó en el sillón grande también, pero en el extremo opuesto, se estiro y apoyo sus pies en los muslos duros de Carlos. Apagaron las luces, comenzó la película… cristina no se movía, Carlos tampoco… el miraba de vez en cuando sus pies finos y bien formados, sus muslos blancos… se acordaba del día de la piscina… de a poco se empezó a calentar, la verga de Carlos se ponía dura… cristina lo sentía… puso sus manos en su vientre, y acomodo sus piernas, al hacerlo, dejo parte de la polera metida entremedio de sus muslos, entremedio de los labios de su vagina… para que el las viera… cuando Carlos se dio cuenta, tuvo una erección increíble… el hermano no se daba ni cuenta, estaba demasiado concentrado en la película… cristina sentía la verga dura de Carlos…
Con el borde de su pie, la acariciaba despacio… sentía la cabeza de ese pene grueso… disimuladamente levanto un poco la rodilla y apoyo la planta del pie en el muslo de Carlos… con la punta de sus deditos le acariciaba la pichula gruesa y grande… Carlos estaba loco de excitación… incomodo porque el hermano de cristina se podía dar cuenta…miraba ese chorito de niña, entre los bordes de la tela… una de sus manos comenzó a acariciar los deditos del otro pie de cristina, ella se atrevió a ir más lejos… la oscuridad y la sombra del televisor se lo permitían… piecito subió por el pico de Carlos… le presiono suavemente la cabeza, que ya estaba húmeda y la froto con su piecito… así siguieron en silencio hasta que la película termino… sin decir nada Carlos se puso de pie y dijo «ya niños, a dormir, me dijeron que no podían estar hasta tan tarde»… el hermano de la niña alego, cristina no… Sabía que era mejor que su hermano durmiera…
Cristina se acostó, inquieta, no quería dormir… calculaba más o menos que su hermano no tardaría en quedarse dormido… aun sentía a Carlos en el comedor, usando su computador, hablando con lo que parecía ser un amigo… ya no aguantaba la calentura… dejo la puerta abierta, y empezó a pajearse… sabía que Carlos debía pasar por ahí para llegar a la pieza de invitados… era solo cosa que la viera… ella quería mostrarle su chorito a su amor… se pajeaba despacio… sin la polera, no quería llegar… Dejo una pequeña luz prendida en el velador, una luz muy tenue que esbozaba su cuerpecito… sus tetitas recién creciendo, su vientre suave, sus piernas delgadas de infanta… solo quería que el la viera… la luz del comedor aún estaba prendida, cuando se apagó y escucho los primeros pasos, se puso nerviosa… se apretó el choro y las tetas de ansiedad… sentía sus pasos… más cerca… más cerca… de repente, vio una gran sombra en la puerta…
Carlos ya había terminado de hablar y de mandar los correos atrasados, su fue a la pieza de invitados a dormir, en el camino vio que la puerta del niño estaba cerrada, la dejo así y siguió su camino, cuando paso por la habitación de la niña… no lo podía creer… estaba ahí.. De piernas abiertas masturbándose en la cama… desnuda… se quedó mirando en la puerta, una pequeña luz solo podía iluminar los contornos de cristina… sus tetitas pequeñas, sus pezones rosados y duros, acariciados por su mano… sus piernas abiertas, su otra mano dentro de su concha… se quedó mirando en silencio… sus manos bajaron a su pene, se empezó a frotar encima del pantalón… a apretarse la punta de la pichula dura… solo la miraba… vio que la cabeza de la niña se movió hacia su dirección, pero no lo podía distinguir bien… ya no aguanto más.. La oscuridad es libertad… se bajó el cierre, saco todo su pico y empezó a pajearse despacio, su verga dura ya dejaba escapar algunas gotas de semen… veía que la niña se seguía pajeando…
De repente vio que la niña se levantó un poco y tenía ambas manos en sus caderas… se estaba pajeando el culo también… Carlos escuchaba sus gemidos despacio… estaba hirviendo… se pajeaba despacio, cada jalón dejaba al descubierto la cabeza roja y mojada de su pichula… le veía el choro a su sobrina… el culo abierto por esos deditos de niña… no pudo más… se acerca a la pieza… la niña se seguía pajeando… cerro la puerta, cristina no dijo nada… se acercó a la cama y prendió la lámpara que estaba en la mesa de noche… la niña lo miraba a los ojos… él tenía su pico duro y parado, lo pajeaba con su mano, para que ella lo viera.. sin decir nada, cristina se acercó esa verga carnosa a la boca y la metió suavemente dentro… había visto suficiente porno como para saber hacerlo… fue delicioso… sentía los contornos y los pliegues de ese pene ardiente y palpitante crecer en su boca, forzándola a abrir más los labios… la chupaba y trataba de tragársela entera… por curiosidad metió la lengua en el agujerito del pico, lo abrió un poco, Carlos solo dio un gemido ahogado, sus manos sujetaron su cabeza… ella se calentó mas… se pajeaba el choro y el culo más rápido.. Mientras Carlos empujaba su pico dentro de su boca, culpándose sus labios… la saliva y el semen se mezclaban en la boca de cristina, salían por el costado, sentía las bolas de Carlos chocando en su mentón… no quería parar de chuparla… Carlos se alejó un poco, y le saco la verga de la boca. Ella lo miro con la cara lánguida de calentura… Carlos le tomo los piecitos a su sobrina, se agacho junto a la cama, la abrió las piernas y le paso la lengua por el ano… cristina no lo podía creer… era tan rico… dejo los pies suspendidos en el aire, para que su tío le siguiera chupando el culo… Carlos busco con sus dedos el chorito suave de ella… lo acariciaba, abrió los labios y busco el clítoris recién creciendo de cristina… su lengua como lanza trataba de entrar en su ano… entraba un poquito y después salía… era exquisito… Carlos tomo el clítoris, lo hundió un poco, y cuando lo pudo tomar entero con la punta de sus dedos, lo apretó despacio… la niña gimió mas fuerte… sola movía su culo, sus piecitos tiritaban en el aire, se afirmó en las sabanas… mientras Carlos movía el clítoris, hacia arriba y abajo, el trataba de abrirle el culo con la lengua… no pensaba en nada… la niña lo había seducido todo este tiempo y esto era lo que quería… le pajeaba el clítoris, la niña se agarraba a las sabanas, lo miraba sorprendida… Carlos subió la cabeza… acerco sus labios a las tetas pequeñas de cristina, las empezó a chupar suavemente mientras la niña le acariciaba el pelo, el metió sus dedos gruesos dentro del choro de ella… le susurro despacio al oído «lo voy a hacer suavecito» cristina asintió con la cabeza… los dedos de Carlos empezaron abrirle la concha, a meterse… ella no paraba de calentarse, cada sensación la embargaba…
Los dedos ásperos y gruesos estaban dentro de ella… Carlos le rasguñaba la carne suave de sus pezoncitos con los dientes… cristina solo gemía… los dedos de Carlos la pajeaban suavemente… ella sentía como todo se mojaba… no quería que se detuviera… despacio le dijo a Carlos «más fuerte, hazlo más fuerte». Carlos la miro… la empezó a pajear con fuerza, ella se quedó quieta… sintiendo esos dedos atravesarle la carne… delicioso… fuerte y bruto… mientras Carlos le chupaba las tetas con fuerza… ella estaba perdida en la calentura… de repente, Carlos se puso de pie, se desnudó frente a cristina, le tomo las piernas, las elevo a la altura de su pico… para cristina, en ese momento, Carlos podía hacer lo que él quisiera con ella… sintió la cabeza lentamente separándole los labios vaginales… abriendo sus carnes… era dolor, era placer, era miedo… solo lo miraba… caliente y sorprendida.. Cuando entro por completo, ella vio cómo su vientre se hinchaba por la verga caliente de su tío, Carlos entro despacio, llego hasta el final de su chorito pequeño, las carnes suaves de su concha se habían abierto todo lo que podían… quería gemir de placer, llorar de dolor, todo al mismo tiempo… Carlos le sujeto el culito terso a su sobrina, redondito y blanco… le tenía la mitad del cuerpo en el aire, sus uno de sus dedos se metió en su culito… le empezó a pajear el ano mientras la penetraba despacio… a cristina se le iba la respiración de calentura… solo pudo…
Solo pudo decir una cosa, «culeame mi amor, culeame»… Carlos se quedó quieto y la miro… sin aviso, empujo lo más fuerte que pudo… «aayy» dijo la niña… pero él no se detuvo… se la culeaba lo más rápido que podía, mientras la niña gemía de placer y se le escapaban lágrimas de dolor, cada bombazo que ese chorito recibía, dejaba más y más loca de calentura a cristina, tiritando le repetía «culeame así, así» cada vez que lo decía, Carlos le enterraba la pichula más fuerte, le pajeaba el culo más rápido… No sabía si cristina lloraba o gemía… o ambas, Carlos solo sabía que esa niña de quince años, lo había calentado como nadie lo había hecho en su vida, no se la estaba culeando, la estaba violando… el dolor de cristina lo calentaba más, en cada embiste sonaban sus carnes, chorreaban los jugos de la niña y el moco caliente de Carlos por los muslos de ambos… cristina sentía como esa pichula grande y gruesa la desgarraba por dentro… estaba tan caliente, le dolía y le daba miedo… y eso la calentaba más.. Solo sentía que Carlos se la culeaba con furia bestial, escuchaba la respiración fuerte, como de animal de su tío, sus piecitos flotando en el aire, tiritando de placer… mas, mas, más dolor, más placer, más calor… mas… rápido… solo sintió que Carlos gimió bien fuerte y cálido «oooohhh» esa pichula dura tirito dentro suyo, se ensancho mientras el moco caliente salía a través de esta… y la lleno por completo… un fuego acuoso que la lleno por completo…
Solo pudo tiritar y gemir… nada más… mientras el pico de Carlos escupía moco ardiente dentro de su chorito de niña, sentía como salía por los bordes… mientras eyaculaba copiosamente, Carlos se recogió, le besaba los piecitos a la niña, mientras sus bolas dejaban salir toda esa leche caliente dentro de ella… ella se regocijaba por cada gota ardiente que esa verga exquisita dejaba dentro de ella… era el cielo y el infierno, en el mismo tiempo, en el mismo lugar… se quedaron un rato quietos, ambos sentían sus genitales unidos y palpitantes.. Carlos suavemente saco su miembro de cristina… puso su cuerpo en posición para dormir y la tapo despacio con el plumón… la niña tenía la cara roja de cansancio y satisfacción, y algunas lágrimas secas en su mejilla… «estas bien?» pregunto Carlos, arrodillándose al lado de ella, acariciándole el cabello, «si, pero me duele un poquito», respondió cristina «no le cuentes a nadie, por favor» dijo su tío, ella dijo «no, este es nuestro secreto, quiero que seas mío siempre»… se besaron suavemente… Carlos recogió su ropa, cristina cerro los ojos, y se dejó llevar por el sueño, mientras escuchaba a Carlos salir de la pieza… su primer gran orgasmo, su primer hombre y quizás el mejor recuerdo de su vida…
Muy intenso. Me gusta.
Mi vidaaa, le encantó la pija! 🤤 si soy ella ya pido más 😍
Fuera de eso, vi estos errores:
– «Esa niña ni siquiera tenía 15 años…»
– «Carlos solo sabía que esa niña de quince años…»
Por lo demás, me gustó mucho.