El inicio de mi vida sexual (ML)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
El inicio de mi vida sexual (ML).
Hola internet.
Me llamo Max, y actualmente tengo 21 años.
Soy estudiante, soltero, me gusta salir de fiesta con mis amigos, tener uno que otro amorío y también una que otra cosa sin compromiso por ahí.
Lo que quiero comenzar a contar con el tiempo a través de relatos es mi vida sexual, la cual comenzó muy temprana.
La verdad es que yo nunca vi a mi familia como una rara.
Creo que ningún niño o niña creciendo lo hace.
Todo era básicamente normal, con la excepción de la exposición al sexo que tuve de niño.
A como me lo han explicado de que era niño, el incesto es algo que practica mi familia desde los años 30, cuando el nacionalismo (somos de descendencia Alemana) alemán estaba en su máximo apogeo y se fomentaba el apareamiento entre arios.
No existen muchos registros al respecto, pero los alemanes que se encontraban en el extranjero comenzaron a tener sexo, y no era mal visto por la doctrina de la extrema nacionalista alemana de la época que hubiera apareamiento entre mismos familiares si la familia estaba aislada o había poco de que escoger (el caso de mi familia alemana que vivía en México).
Ahora, detalle importante y mi opinión personal: mediante investigaciones que yo eh realizado al respecto tanto en casa como en bibliotecas de universidad en Alemania, el fenómeno del incesto se veía cuando mucho entre primos normalmente.
Entonces eso no explicaría algunas cosas que las familias descendientes de esos casos de incesto permitido, realizan hoy en día.
Soy de la opinión que el sexo entre padres e hijos, hermanos, así como el lesbianismo y la pederastia griega que se ha integrado a esta subcultura son adiciones de las siguientes generaciones, que obviamente no están más que justificadas por la perversión de los adultos de esa nueva generación.
Darme cuenta que mi familia era normal fue algo que me sucedió al entrar a la primaria, especialmente con un amigo mío llamado Santiago, quien era mi mejor amigo desde el Kinder.
Para mí era normal estar desnudo por la casa, escuchar los gemidos de mi madre mientras que era follada por mi padre, o el observar varios cuerpos desnudos en alguna reunión familiar.
Aunque la verdad la pedofilia de edades tempranas no es algo que predomina mucho en mi familia, no faltaba el sentir una mano en mi culo, inclusive hasta un dedo, o algún beso por ahí, el tocar una polla o inclusive besarla.
Yo de hecho recuerdo mi primera actividad sexual como tal que realice.
Fue con un tío segundo mío cuyo nombre no recuerdo.
Tendría probablemente unos 5 años de edad, y estábamos en una reunión familiar masiva de aquellas que solo se dan cada 15 o 20 años.
No recuerdo mucho la verdad.
Solo recuerdo estar sentado en sus piernas y sentir su mano juguetona por mi espalda debajo de mi camiseta.
Recuerdo que me pregunto si quería que fuéramos a jugar.
Y yo respondí que sí.
De ahí el siguiente recuerdo es estar desnudo en un cuarto del hotel en donde nos habíamos reunido en Cancún.
Estaba arrodillado entre sus piernas, su polla contra mi boca, la cual yo supongo que estaba muy pequeña para mamarla, ya que no recuerdo haberla tenido entre mis labios como tal.
Lo que sí recuerdo fue cuando se corrió, el semen pegando en mi cara y cuello.
Después de eso nos fuimos a bañar juntos y hasta ahí es lo último que recuerdo.
Otros recuerdos que tengo es simplemente estar en la misma cama que se sacuda porque alguien mas esta follando pero yo no participaba, solamente observaba muy pocas veces, porque la mayoría del tiempo que pasaba simplemente lo ignoraba.
Para mí fue algo normal.
Para cuando entre al Kinder y conocí a Santiago, el y yo nos contábamos todo, y me llevé una sorpresa al preguntarle que si a él ya le ha tocado probar leche de papá (semen).
No supo a que me refería y la situación se torno incomoda, tanto para mí como para él.
Recuerdo que cuando mi madre pasó por mí al Kínder ese día, le conté en burla que Santiago no sabía lo que era la leche de papá.
Cuando llegamos a la casa ese día, ella me dijo que no debía de preguntarle nada de eso a nadie que no fuera de la familia, ya que era algo muy personal y nadie debe de saberlo, de la misma manera que nadie quien no sea de mi familia o yo podía tocar mis partes íntimas o verme desnudo.
Lo interprete como ella, y luego mi papa, querían que lo interpretara: como algo que todas las familias hacen que no se debe comentar porque es grosero y privado.
La verdad no tengo más que contar sobre aquella época, no volví a hablarlo con nadie que no fuera mis primos.
Cuando jugábamos a la casita de mama y papa, era normal que nos desnudáramos y que hubiera intentos de reproducir escenas sexuales que habíamos visto realizar a los más grandes de la familia.
Pero algo cambio unos meses antes de cumplir los 8 años de edad, la edad en la que en nuestra familia se acostumbra comenzar una etapa tipo como pederastia griega.
Digo que es pederastia griega por que literalmente se trata del mismo concepto.
Los muchachos aprenden a ser hombres observando de cerca a sus figuras paternas, al punto de acostarse con ellos y tener sexo.
Bueno… esa es la explicación oficial, que como ya les dije, tal vez es una fachada para poder follarse un culito o venirse en la garganta de un niño.
Pero no solo los niños, sino también las niñas inician su vida sexual, aunque el detalle con ellas es que solo tienen al principio sexo anal.
Hoy en día puedo decirles que se debe a que el culo puede adaptarse a la verga adulta, mientras que el sexo vaginal debería empezar a los 12 años idealmente por razones de anatomía.
En las semanas antes de mi cumpleaños comencé a pasar más tiempo con mi papa.
Realizábamos más actividades juntos y comenzaba a haber más contacto entre él y yo.
Recuerdo el empezar a dormir con mis papas por las noches, ayudando a mi madre a mamar la polla de mi padre, así como también comenzando a comerle su vulva.
Pero el enfoque en ese entonces era mi padre, con quien estaría follando en unas semanas, además que siendo chiquito, no había mucho placer que podía ofrecerles a una mujer… solamente a hombres.
El mamar su polla y recibir su leche fue algo ya cotidiano.
Y la verdad es que como cualquier niño que pasa tiempo divertido con su papa, fue algo que me encantaba.
Era nuestro juego.
No podía esperar a que llegara a la casa, para subir a su cuarto, que cerrara la puerta y yo me arrodillara obedientemente… o tal vez ya estaba desnudo en su cama esperando.
En su cuarto, en el mío, en la regadera por las mañanas, recibir su leche cuando salía del coño de mi madre.
Cuando mis hermanas menores preguntaban que porque no podían participar, mi madre simplemente les decía que yo ya era casi un niño grande.
Y si, niño grande significaba simplemente que era follable.
Me llevaron al doctor, con Alonso, mi pediatra, que hoy en día les puedo decir que él sabe sobre el secreto familiar.
Recuerdo que asesoraba a mis padres sobre el comienzo.
Como debía de comenzar a usar expansores anales para comenzar a dilatar mi culo ( era de los niños más pequeños de mi edad en la escuela, y según el doctor, tal vez no podría comenzar a follar con mi padre).
Comencé a utilizar expansores, que básicamente eran dildos de bolsillo.
Recuerdo cuando mi madre me metió uno por primera vez.
Ambos estábamos en la regadera.
Así como me enseño a mamar la polla de mi padre, me enseño a limpiar mi culo con un enema chiquito para poder meter mi dildo y sacarlo a la mañana siguiente antes de alistarme para ir a la escuela.
La primera noche fue incomoda, y llegue a pujarlo afuera en más de una ocasión cuando dormía, pero me acostumbre con los días.
Se volvió algo habitual que mi madre jugara con el dildo en mi culo antes de dejarlo ahí para el resto de la noche.
Entonces cumplí 8 años.
Me levantaron en la mañana con una canción de cumpleaños, mis padres y mis dos hermanas menores.
Baje, abrí mis regalos, fui a la escuela y pasó lo mismo con mis compañeros.
Pero cuando llegue a mi casa, algo emocionado por querer ya ser niño grande, mis padres hablaron conmigo.
Resultó que no podía todavía utilizar el dildo que marcaba a mi culo como apenas listo para empezar a follar con polla adulta.
Irónicamente lloré y fue todo un problema.
Esta muy triste.
Me había ilusionado con ser un “niño grande por fin” que la falsa alarma fue algo devastador.
Les costó mucho hacerme entender que no era que no me quisieran o no me amaban.
Simplemente no está a listo.
(Que ironía no? Un niño llorando y estando triste porque le dicen que no podrá ser follado.
Me causa un poco de remordimiento hasta la fecha en pensar en todos aquellos niños en el mundo que seguramente esperan algún día no ser follados… pero bueno.
Creo que son las circunstancias).
Algo que ayudo fue que mi prima Mich, con quien tengo la misma edad y era de mis primas favoritas, también era chiquita igual que ello y tampoco podía haber sido follada por su padre cuando cumplió los 8 unos meses antes que yo.
Tarde en total seis meses en poder llegar al dildo que podía.
Cuando llego el día, mi madre felizmente le habló a mi papa quien estaba en una junta de trabajo.
Antes de que llegara, mi madre y yo nos metimos a bañar, y me limpio el culo como nunca lo había hecho.
Me hizo poner atención al proceso, ya que en un futuro lo estaría haciendo yo constantemente por mi solo.
Fueron en total tres enemas, un dildo que vibrara y arrojaba agua para limpiar las heces y al final, un pitazo de lubricante intra rectal.
Cuando mi padre entro al cuarto, la luz estaba tenue, yo estaba con mi madre en la cama.
Yo desnudo, ella solo en camisón.
Todavía recuerdo su cara de felicidad y de lujuria a la vez, igual que la de mi madre.
Mi papa se sento en la cama despues de haber dejado su saco y haberse quitado la camisa, quedando solo en pantalón.
Yo estaba boca abajo.
Al recostarse, tiro un apequena nalgada a una de mis nalgas a lo que respondí con un gemido.
“Anda, ve a besarle a su colita” me dijo mi madre.
Me arrastre para quedar entre sus piernas.
Para entonces el ya se había recorrido hasta la cabecera, y mi madre le había ayudado con el resto de su ropa, ahora ambos desnudos.
Le tome su polla con ambas manos y comencé a masturbarla, al poco tiempo metiéndome la punta de su polla a al aboca, solo logrando tragarme el glande, lo cual ya era suficiente para tenerlo al borde de la excitación.
Gemía con mi nada, la cual no se comparaba a las que llegue a dar con el paso de la edad.
Después de un rato, me puse boca abajo y el abrió mis nalguitas, comenzando a lamer mi ano, lo cual nunca había hecho y se sintió muy bien.
Me causaba risa y cosquillas.
Sentí como penetro un dedo y lo movía, al poco tiempo otro, mi culo abriéndose a ellos.
La verdad es que no gemía.
La excitación no era tan grande, yo creo que por mi falta de libido a esa corta edad y que lo entretenido era “jugar” a los grandes.
Obviamente no estaba aun muy consciente del placer que es el sexo, o del rol reproductor que puede llegar a jugar.
Cuando termino de jugar con mi culo, se puso el boca arriba, y tomándome de las manos, me pare, poniendo un pie a cada lado de su cadera.
“OK mi amor, ahora comienza a bajar para que te sientes en la polla” me dijo.
“Tengo miedo papa” le dije.
“No te preocupes, yo te guío.
” Dijo el poniendo las manos bajo mis nalgas a modo de silla, para controlar la velocidad a la que descendía para que no fuera muy rápida.
Aun recuerdo cuando sentí su glande contra mi ano.
“Ok, ahora, abre tus nalgas y puja para afuera y comienza a descender” dijo el sosteniéndome de mis pompas.
La verdad es que el dildo que había utilizado era una talla más pequeña a la polla adulta, entonces el abrirme el ano a ese diámetro aun era nuevo y causo dolor, lo cual le hice saber, ya que me dio miedo y ganas de llorar.
El me consoló.
Me dijo que me concentrara en pujar.
“No quiero papa” le dije en un tono de voz quebrado como si fuera a llorar.
“Tranquilo, ya entro la punta, ya casi” dijo él.
“Pero me duele” dije yo todavía quebrado de la voz
“Tu respira profundo, abre y puja tu culo.
Venga, un poquito más” dijo él, dejando de elevar mis nalgas, haciendo que me descendiera un poco más, su polla penetrando en mi recto.
En total nos tomo unos buenos 5 minutos el que fuera abriéndome hasta llegar a lo que parecía una cuarta parte de su polla.
La punta, por decirlo así.
No sé si a mí se me hubiera bajado la erección estando en su lugar, pero imagino que estaba tan excitado por estar sentando a su hijo en su polla por primera vez, que nunca aflojo si miembro.
Con lagrimas en los ojos y unos gemidos de lloriqueo, por fin ya tenía una cuarta parte de su polla dentro de mí, y la verdad es que no iba a caber más que eso.
Mi mama me tomo de las nalgas y comenzó a subir y a bajarme sobre su polla, haciendo que el dolor que tenia comenzara a disminuir.
“Ayúdame con tus piernas” dijo él para que no le cargara todo el peso en sus manos.
Comencé a soltar algunos gemidos por la sensación extraña e incómoda que era tener una polla bombeando en mi culo.
El al poco tiempo también comenzó a gemir, pero de placer.
Así estuvimos un par de minutos, hasta que se canso de estarme subiendo y bajando.
Me levante y me baje de él.
“Ándale, ponte en posición de perrito, como tu mama ayer en la sala” dijo el.
Obedecí.
Me doblo los brazos para que quedara mi cara contra la sabana y mis brazos a un lado.
“Cuando sientas que una polla es muy grande, dóblate lo mas que puedas.
Hace más fácil que entre” me dijo él.
Teniendo mi culo en algo, se inclino para darme dos besos, una lengüetada en cada nalga y una lenta sobre mi rajita de niño.
Paseo su polla por encima de mi agujero, antes de meter la punta, igual, llegando a una cuarta parte de esta.
“Puja cachorrito, puja” dijo él, tomándome de las caderas y lentamente comenzando a bombearme el culo.
Comencé a gemir, mi recto punzando, con una sensación de que me iba a partir en dos.
“ah espera… espera” le dije yo por lo mismo, pero el que contesto con que todo iba a estar bien.
Que no pasaba nada.
El gimió más fuerte, hasta que su bombeo se hizo más torpe y el último fue una embestida hacia adentro, lo que me provoco dolor.
No para llorar, pero si me saco un quejido.
Fue entonces cuando sentí caliente dentro de mí.
Mi papa se había venido por primera vez en mi interior.
Colapso a un lado, no sin antes abrazarme y ponerme boca arriba, cerca del, su polla aun dentro de mi culo.
Fue entonces cuando entro mi madre.
“Como te fue mi amor?” me pregunto a mí.
Yo la verdad un poco confundido le dije que creía que me había ido bien.
La verdad es que en el momento solo había sentido dolor y molestia.
Y me preguntaba que qué había de divertido en follar.
Porque le gustaba tanto a los grandes hacerlo? La verdad es que en todo este tiempo jamás había tenido un orgasmo.
Como les digo, cuando jugaba con mis hermanas o primeros por lo general era imitar a los grandes.
No sabíamos nada del placer o el orgasmo que hay detrás del sexo.
Fue entonces cuando mi mama se puso entre las piernas de mi padre y las mías y me tomo mi polla, la cual comenzó a masturbar.
Chica, sin pelos, sin mucho que ofrecer, se la metió con todo y bolas de un solo bocado, dejando salir la boca para enfocarse en el falo.
Era como algo que nunca había experimentado, ni las mamadas de mis primitas o los besos de mis hermanitas se sentían igual.
MI mama dejo de mamarla y comenzó a masturbarla fuerte cuando ya estaba llena de saliva.
Gemí y gemí y gemí, sintiendo como mi cuerpo se tensaba.
Pegue un grito por no saber qué está pasando.
“Mama!” grite yo cuando sentí una sensación que parecía ser dolor concentrado en la pelvis, pero después descubrí un gran placer que me hizo estremecerme.
Mi padre gimió al sentir que mi culo se apretaba alrededor de su polla flácida todavía sensible.
Me había corrido.
Mi madre me sonrió y me dio un beso profundo, antes de pasar a besar a mi padre.
“Bueno, déjame me quito los lentes de contacto para dormirnos ya” dijo mi papa, girando a un lado para dejarme caer sobre el colchón, yo sintiendo como su polla dejaba mi recto, mientras que dándome una nalgada me dijo “Bien hecho hijo.
Te quiero mucho”.
Yo le respondí con un “yo también”.
Las próximas semanas fueron una rutina similar.
Todos los días me lavaba el culo y me lubricaba para ser follado por mi papa en cuanto llegara del trabajo.
La verdad es que con el tiempo el dolor se desapareció y comencé a agarrarle gusto al “juego”.
Al poco tiempo mi padre tuvo que ir de un viaje de negocios por una semana, por lo que dejé de follar.
Como no tenía que follar, no había necesidad de limpiarme, entonces deje de hacerme los lavados intestinales.
Al no poder defecar por 2 días seguidos, acudimos con el Dr. Alonso, quien comento que era normal, ya que los intestinos se acostumbraron a que yo los limpiara solos con los enemas.
Me dío un medicamento y también una dieta en fibra para que no sufriera algún día algún accidente asqueroso relacionado a mi papa follandome las nalgas.
El que en mi familia se me haya follado desde niño (ahora yo soy el que folla), si, puede ser un abuso sexual, y nunca paro de preguntarme como podría haber sido mi manera de pensar o mi personalidad si el sexo no hubiera sido parte de mi vida de esa manera.
Es difícil no poder compartirlo a nadie, el miedo que siente un como hombre de tener que buscar una pareja que entienda y que desee participar.
Pero independientemente de todo, tal vez pueda tener algún problema emocional que algún psicólogo me logre detectar en una consulta debido a todo lo vivido, pero no me arrepiento.
La verdad es que adoro a mi familia y la vida que llevamos.
Espero subir alguna otra historia al respecto pronto.
ML .
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