El juego de la gomita. Parte dos
mas sexo.
Los días pasaron, sin dudas Miguel era muy caliente, aprovechaba cada momento en el que nadie veía para agarrar su entrepierna, marcando su grueso pene en el pantalón para que yo lo vea.
Como Javier y en especial Miguel querían tener sexo conmigo continuamente, con ayuda de mi prima Gloria llegamos al acuerdo que podríamos hacerlo solo los días lunes, había menos gente en la casa y así descansaba mi bulba, y los chicos aceptaron.
Al pasar la tarde, me quede en mi habitación con prima y ahí me contó su historia: Me dijo que todo comenzó a los 13 años, cuando sus pechos crecieron, nuestro abuelo la comenzó a tocar cuando iban solos en la camioneta, pronto se abrió de piernas para que le toque ahí abajo, según ella siempre fue muy caliente, pero nunca había podido hacer nada y con temor se dejo llevar. dijo que al principio fue raro pero que rápidamente se mojó y sus pechos se endurecieron, esa noche fue su primera mamada, mencionó que: no ha visto un pene tan grande como el del abuelo.
Al día siguiente espero a quedarse sola con Javier para jugar a «la gomita» y fue ahí cuando le toco el pene hasta que se lo saco y se la comenzó a mamar, cada vez que podían, volvía a hacerle una mamada a Javier o al abuelo. pasaron las semanas hasta que el abuelo se la metió por primera vez, dijo que fue increíble, y que le gusto tanto que al otro día lo provo con Javier. tuviera sexo durante 2 años dos o tres veces al mes, no recordaba bien. hasta que un día miro al lado y vio a su primo Miguel de 12 años. Como Javier ayudaba en el campo por mas tiempo que Miguel ellos dos se comenzaron a quedar solos, y los juegos de la «gomita» comenzaron a aparecer.
Lo primero que me dijo fue que tenga cuidado con Miguel ya que era muy caliente, a pesar que no duraba tanto como Javier, Miguel podía acabar 3 veces seguidas y eso fue lo que paso la primera vez. Dijo que la primera vez acabo en su boca a penas comenzó a mamar, la segunda dentro de ella, y la tercera se masturbo sobre sus pechos. Por eso el era su primo favorito.
Al recordar esas historias, Gloria estaba caliente, le respondí que debería ir a la habitación de los chicos y arreglar eso, pero me respondió:
-No puedo, hace casi una año que mi abuelo me lo prohibió.
Conversamos un rato más hasta que se paró y se fue.
Paso un rato y escuche ruido afuera, en un gallinero desocupado que estaba cerca de la casa, miro por la ventana pero no había nada, a los 15 minutos vuelvo a escuchar el mismo ruido y vuelvo a ver, ahí es cuando veo salir a uno de nuestros tíos que vivía en la ciudad y había llegado a vacacionar unos días, junto a Gloria, ambos sudados y con sus ropas desalineadas, en ese momento no entendí, pero ahora era obvio. Mi prima era una ninfomana.
Pronto llego el lunes, yo estaba en el baño lavándome y cuando me estoy secando veo por la ventana salir todos en la camioneta, al instante escuche un golpe en la puerta del baño, cerrábamos el baño con una perilla de madera y era fácil abrirla con un cuchillo o algo delgado y eso fue lo que paso. rápidamente se acerca a mi mientras bajaba su pantalón, me carga sobre una mesa donde dejábamos artículos de aseo y yo me abro de piernas.
Después de todo lo que me había contado Gloria, yo quería ser aun mas como ella, y aprender con los hermanos era mi meta.
El largo y cabezón pene de Javier se deslizaba de arriba a abajo, con ayuda de su mano, sobre mi vagina, su pene húmedo y caliente abría mis labios, yo cerraba los ojos y me erizaba de placer, hasta que de a poco la comenzó a meter, Contenía mis gemidos y apretaba mis dientes, mientras mas entraba, mas caían las lagrimas sobre mis mejillas.
-ya te dije que te tienes que relajar o te dolerá mas. – me decía
y yo respondía – si lo sé, pero me duele mucho.
Me recosté sobre la mesa con una cara de dolor, y Javier comenzó a penetrarme, primero despacio, y una vez que me acostumbre, aumentó el ritmo. La mesa y mi cabeza chocaba contra la pared, solo podía gemir y esperar a que termine de darme su pene por mi pequeña vagina.
-ya estas mojada – me decía Javier, pero yo seguía con los ojos cerrados, hasta que comencé a gemir de placer.
Abrí los ojos, y vi a Javier sosteniendo su polera con su mentón. tenia su cuerpo esbelto y marcado, ambos no teníamos pelos en los genitales, al ver como su pene penetraba mi vagina, me di cuenta que realmente era grande, casi tan grueso como el de Miguel, solo que como era más cabezón, le daba la apariencia de ser mas angosto.
Vi como me miraba caliente, cada vez que veía sus ojos celestes quedaba hipnotizada, ya que él me Gustaba mucho. me relaje y me entregue por completo a ese chico tan lindo, sus manos tocaron mis pezones hasta que sentí como acabo dentro de mi.
yo me quede sobre la mesa a observar como Javier se lavaba el pene en el lava manos, hasta que me dice -oye espera ahí nomas.
no alcanzo a salir del baño cuando entra Miguel y cierra la puerta con pestillo. Aun andaba con pijama, se acerca a mi y me muestra su pene, un fuerte olor a semen me llego a la nariz. Me dijo que acabo escuchando como me daban y que no se había alcanzado a limpiar.
Yo aun estaba a piernas abiertas en la mesa, limpio una gota de semen de Javier que estaba cayendo hacia mi ano y Miguel me dice:
-para que me lo voy a lavar si ya estas llena.
se acomoda el pene y de un empujón me la mete completa. Inmediatamente Chillé de dolor, Miguel me agarra de la cintura y me acerca a él. A diferencia Javier que siempre andaba limpio y perfumado, Miguel tenia un olor a sudado y usaba la misma ropa varios dias.
Siempre que Miguel abría mi pequeña vulva con su pene grueso y caliente, yo sentía que me partía a la mitad. mis pequeñas manos apenas podían agarrar su pene y siempre terminaba con dolor de mandíbula cuando se la mamaba. El siempre me penetraba de una manera desesperada, era bruto y acababa rápido. pero siempre tenia que penetrarme dos veces seguidas.
La segunda ronda Miguel se sentó en la tina y yo sobre él, me cargue sobre el mientras agarraba mi culito para alzarlo y dejarlo caer con fuerza sobre su pene, sin duda así me dolía más, pero era lo que tenia que hacer para ser como mi prima Gloria, así que solo gomia. Miguel ponía su mano en mi espalda para recostarme hacia atrás y lamer mis pequeñas tetas, eso me excitaba mucho. estuvimos así hasta que sentí como volvió a acabar.
Me quede en el baño, recién bañada, con la concha abierta, llena de semen de mis dos primos, algo que era recurrente los días lunes, y cada vez me encantaba más.
Qué rico relato sin duda!
Que delicia, sigue relatando las experiencias, alguna en la escuela? O alguna humillacion que te toco hacer solo por seguir siendo como tu prima?
solo era unas piernas para penetrar en mi familia y algunos amigos, en especial por ese machismo que me calentaba jaja
Qué ardiente relato!!! Gracias!