El masaje a mi tía acabó follándomela en la piscina
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por cristiancasas.
Voy a comenzar contando la experiencia personal que tuve con mi tía en una calurosa tarde verano.
Era principios de pleno Agosto en el Sur de España, y como era costumbre, mi tía solía ir con su hijo pequeño a mi piscina para tener un rato de entretenimiento y baño.
Mi tía rondará los 1.73 cm, a sus 45 años; delgada, pelo largo color caoba, ojos marrones y tetas pequeñas.
Yo, a mis 22 años, mido 1.85cm, moreno, ojos oscuros y complexión fuerte.
Aquella tarde en torno a las 4pm me mando un whatsapp mi tía diciéndome si iba a ir en la piscina que quería llevar al niño, le dije que sí.
Rondaban las 6pm de la tarde cuando mi tía llegó con mi primo, me dijo que me metiera con mi primo en la piscina mientras ella se ponía el bañador, encantado accedí puesto que me gusta jugar con el pequeño.
Cuando salió del baño de ponerse el bikini se sentó en la orilla de la piscina, el niño y yo empezamos a mojarla insistiendo que se metiera, entonces yo me salí de la piscina y la cogí en brazos dispuesto a saltar con ella al agua.
Al caer ella calló justo encima de mí y al salir a flote seguimos pegados, ella reía e intentaba ahogarme mientras su cuerpo estaba totalmente pegado al mío.
Nuestras entrepiernas y nuestro pecho estaban totalmente pegados y mi único pensamiento era no tener una erección que ella pudiera notar.
Estaba tan excitado que me comencé a poner algo rojo.
Mientras ella seguía con su intento de meterme debajo de agua yo le dije: ahora me toca a mí, y la cogí de la parte de muslos para levantarla y ahogarla a ella, deslizando mis manos agarrándole el culo.
Al salir del agua la noté un poco cortada, cesando el juego.
Me sentía avergonzado creyendo que le habría sentado mal y me salí de la piscina para tomar el sol.
Estando en el bordillo me dijo: Cristian júntate crema que vas a quemarte.
En el mismo momento que me lo dijo me levanté y fui al baño a por la crema protectora y al entrar vi allí su ropa.
Eche la camiseta a un lado y vi debajo la falda vaquera que llevaba, al cogerla sus bragas cayeron de dentro, (seguramente no quería que se vieran a simple vista), cogí las bragas del suelo, mi calentón iba en aumento y comencé a olerlas, quería saber cómo olía su coño.
Tal era mi erección que empecé a restregar mi polla por sus bragas y así masturbándome, pero no puede acabar porque la sentí llamarme.
Salí con la crema bronceadora y para comprobar si estaba molesta conmigo por el agarrón de culo le dije si me la expandía por la espalda.
Sonrió y me dijo que sí.
Me restregó la crema por la espalda y le dijo a su hijo que era hora de merendar, lo metió en la casa con el aire acondicionado, le puso la televisión y lo dejó allí dentro.
Ella volvió a salir y se tumbó en el bordillo de la piscina a mi lado.
Podía verle todo el culo, con las piernas un poco separadas y algo de vello púbico sobresaliendo la parte inferior del bikini.
Decidí meterme en el agua para bajar el calentón y de broma empecé a echarle gotitas de agua por su espalda, me dijo que la mojara que no quería quemarse ella tampoco, a lo que respondí: – ¿quieres que te unte ahora yo la crema? Ella accedió y me salí de la piscina, me senté en bordillo justo a su lado y empecé a untarle la crema por la espalda.
Quería hacerla disfrutar un poco y no sólo le unté, sino que empecé a masajearla.
Aplicaba crema en la espalda y con firmeza se la estregaba arriba y abajo por la espada, seguí masajeando los hombros, los brazos y volvía a bajar hasta la cintura.
Después de 15 minutos así, mi polla estaba más dura que nunca, y le dije si quería que siguiera por las piernas, no soltó palabra, sólo un ruido procedente de su garganta afirmando.
Baje a las piernas, me puse crema en la mano y comencé por los tobillos, apretaba el gemelo, seguida de los femorales, los muslos y las pantorrillas.
Cada vez acercaba más y más mis dedos a su culo, ella no decía nada, parecía a gusto, por lo que en una subida se coló mi dedo índice por dentro de su bikini.
Mi tía no saltaba palabra y seguí acariciando y masajeando sus pantorrillas.
En una larga subida desde su gemelo pude rozar su coño, pero sus piernas estaban algo cerradas.
Era la hora de la verdad, apostarlo todo o nada, me aparté un poco, cogí una de sus piernas y la separé, quedando en primer plano su coño.
Deseaba arrancarle el bikini y la follarla.
Volvía a las pantorrillas y cada vez acercaba mis manos más y más a su coño y lo notaba muy caliente.
Empecé a subir las manos por su culo y ella ni se inmutaba, volví a bajar al coño y metí un dedo por el bikini.
Estaba alucinando, le estaba tocando el coño a mi tía, sentía su vello púbico, la sentía mojada y empecé a meterle el dedo despacio y arrimé mi nariz para olerle el coño.
El dedo entró con mucha facilidad.
Después de todo esto me habló para decirme.
– "el niño va a salir".
Me levanté rápidamente, mire al salón, mi primo seguía allí viendo la tele, salí y cerré la puerta con llave para que no pudiera salir.
Volví a la piscina, le dije que ya no podía salir, me tumbé encima de ella, empecé a besarle la espalda, baje con mi lengua hasta su culo, agarré la parte de abajo de su bikini y se la fui bajando lentamente hasta que se atrancó en sus rodillas, le dije que levantara un poco, saqué el bikini al completo, arrimé mi boca y empecé a chupárselo, mi lengua se movía de arriba a abajo y ella gemía en voz baja.
Me quité mi bañador, me coloqué encima de ella y empecé a metérsela.
Lo hacía tan despacio que disfrutaba de cada momento.
Ella comenzó a mover su culo, se notaba que quería más, y yo empecé a follarla más rápido, tenía unas inmensas ganas de correrme sólo de ver su culo moviéndose arriba y abajo.
La cogí del pelo, tirándole y empecé a follarla fuerte, a la nada gritaba en voz baja: me corro, me corro y los dos llegamos al orgasmo.
Me corrí dentro de ella como un toro.
Al sacar mi polla de su coño me metí en la piscina y ella se metió detrás para limpiarse.
Ella no me quería ni mirar a la cara, la cogí de la mano, la acerqué a mí y le dije que quería besarla.
Ella estaba muy arrepentida, que como podía haber hecho algo así, pero yo ya no escuchaba nada, me acerqué a ella e intenté besarla.
Al principio mi hizo la cobra pero después nos dimos un largo morreo.
Al separarnos me dijo: Cristian, se acabó, ni una vez más.
Salimos de la piscina, nos secamos, ella se vistió y al abrir la puerta de la casa mi primo seguía sentado viendo los dibujos.
Cogió su coche, su hijo y se fue.
La siguiente vez que la vi era Feria, le di dos besos a su marido y cuando fui a saludarla, mi soltó los dos besos en la comisura de boca, la miré y ella me guiñó un ojo.
Sonreí por dentro.
Y ahora pregunto: ¿De verdad se acabó?
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