El masaje I
Saber tocar, muestra grandes tesoros.
“El conocimiento puede llevar al placer”
Hola mi nombre es Diego soy un hombre de cuarenta, entre mis principales hobbies está leer y el cine, pero además tengo la iniciativa de aprender a realizar nuevas tareas, desde arreglar las instalaciones de mi casa, hasta jardinería, cocina y todo aquello que vaya necesitando y me dé curiosidad aprender, así alguna vez de joven mientras veía un programa de televisión me llamo la atención la fisioterapia o dicho más coloquialmente “dar masajes”, aprendí leyendo, viendo video tutoriales, tomando tips de amigos profesionales de la materia e incluso tomando algunos cursos, me reconozco bueno haciéndolo, que es de forma casual e incluso lo practico poco, con mi pareja en turno, amigas e incluso familiares.
Hace poco una prima de nombre Ana me pidió que, si le podía ayudar ya que estaba lastimada de su pierna, durante una fiesta familiar se lastimo bailando, vino a verme y como vivo solo, le pedí que se desnudará y puse música relajante tipo tibetana. Cabe aclarar que soy muy profesional en lo que hago y jamás me he aprovechado mis pacientes.
Hago un paréntesis ella es una mujer alta en la zona del país donde vivo, tiene una cintura la cual es perfecta para mis gustos, la cual podría definir como casi delgada tendrá unos 2 kilos de más que no le sobran, se le acomodan muy bien; es morenita clara, cabello castaño oscuro y ojos con una mirada completamente profunda. Sus curvas regularmente las esconde en amplios camisones, porque le da pena usualmente mostrarse. Una mujer un tanto normal, pero de esas que te roban una mirada sobre todo a su trasero.
Ella se dejó únicamente su bra y sus panties (un tanto normales) pues me di cuenta durante el proceso que también andaba un poco mal de la espalda, así que la recosté y comencé a acariciar sus pies y pantorrillas, me di cuenta que le gustaba depilarse ya que alcance a sentir algunos vellitos creciendo mínimos que intensificaron el roce, cuando llegue a la rodilla le pedí que se diese vuelta y acaricie sus muslos los cuales encontré muy duros, metí mis manos entre ellos y sentí y un calor que emanaba de su vulva, cuando llegue a sus nalgas, note que ella se había hecho la dormida Así que opte por bajar sus panties y ahí observé por primera vez su culo hermoso y muy limpio, vi sus labios hinchados y un poquito más morenos que su piel, aunque ella tiene un tono de piel trigueño, Descubrí como se abrían un poquito al masajear las duras nalgas y cerca de su ojete, subí por la espalda que era a lo que iba, aproveche la posición y su disposición para desabrochar su sostén.
– Date la vuelta- le pedí después de un rato de manipular el cuello. –
– Me he quedado completamente dormida- me comentó mientras abría los ojos, lo cual no creí por experiencia.
Así que me puse a masajear sus pechos, con mis pulgares opté por tocar sus areolas mientras ella me veía con una cara de indiferencia, su piel es tersa y suave, sus pechos ligeros un tanto de color mas bien claro, decidí presionar un poco más a la suerte y apretujé un poco los pezones, en este momento a ella le costaba continuar con su cara de poker face, continué mi descenso y después de un rato de acariciar su estómago bajé más y aventurándome, abrí la palma de mi mano y la metí dentro de su única prenda que le quedaba… sus braguitas.
Ella volvía a tener su cara normal, sólo acompañaba el pestañeo más seguido y frotaba un poco ambas piernas entonces sentí una leve capa de vello delgado y pequeño, sedoso y oscuro, fue entonces que sus ojos se cerraban más veces de lo normal y de repente los abría, así estuvimos un rato hasta que me detuvo, pensé que me diría que ya habíamos terminado.
– ¡TÓCAME LAS INGLES! – Me ordenó para mi sorpresa.
En ese momento mi verga palpitaba dentro de mi pantalón y me controlaba, todo pensamiento lo creaba el cíclope, me di rienda suelta, subía y bajaba a todo lo largo de su ingle, mientras ella respiraba más profundo, decidí que no iba a forzar la situación ( soy precavido), así que suavemente metí un poco mis dedos, únicamente entre el elástico y seguí masajeando, para esto ella ya respiraba desde hace rato por la boca, se trataba de disculpar diciendo que ahí le dolía pero que continuará de forma imperiosa. Entonces bajé la bombachita y me decía que le daba pena que le hurgara ahí… mientras que ella misma me lo facilitaba, entonces fue que envalentonándome decidí tocarle directamente sus labios mayores, ahí comenzó a gemir…
Pasaba ambas manos en todo lo largo, haciendo presión con los pulgares mientras ella sólo cerró los ojos; en lugar de continuar poniendo aceite opté por humedecer mis dedos en mi boca masajeando hábilmente sus labios mayores, descubriendo su interior un tanto más rosado y húmedo… caliente, muy caliente, comencé a decir que se relajara, pero cada una de mis palabras la hacía excitarse más. Ya se veían más nítidos sus jugos, brillaban como nuestras miradas, poco a poco baje mi cabeza hasta que mi lengua sintió su flujo paladearlo.
– ¡PARA, PARA! -, ella decía que parará, pero habría más las piernas y levantaba la cadera, sollozaba y gemía en un mar de emociones, sentía su vulva caliente y su interior estrecho, un gemido desgarrador salió de su garganta mientras tocaba sus labios menores, pensé que el vecindario entero se preocuparía; fue en ese preciso momento que ella alcanzó mi cabeza, apretó mis cabellos y con fuerza hundió mi cara entre su raja, su néctar era distinto, ligero y con un tono dulce. Me tomé un momento para desabrochar mi pantalón y sacar mi rabo tieso.
– ¡CHÚPAME CABRÓN! -, estaba perdida, cachonda, hablaba cosas que no entendía en ocasiones mientras hundía nuevamente mi boca en su rica vulva, parecía posesa, ella misma se acariciaba los pezones, jugaba alrededor de sus areolas mientras yo metía mi lengua profundamente en su cavidad.
– ¡DAME MÁS, METE LA LENGUA MAS ADENTRO! -, chupe su clítoris y lo ataque con mi lengua, mientras hundí 2 dedos dentro de su gruta y tras un nuevo berrido se le fue el habla, su gruta emanaba un líquido blanquecino producto de un orgasmo, mientras contraía abruptamente su vagina la cual apretujaba mis dedos en su interior.
-¡¡¡¡ASÍ, ASÍ, ASÍ!!!!, QUE RICO-
Se le fue la voz, la respiración y sus ojos entraron en órbita, un poco asustado fui a verla, mientras mis dedos resbalaban y los hundía nuevamente en mi boca. Tuvo un orgasmo apocalíptico, estaba en otro mundo …. Decidí subirle las bragas, acostarme a su lado y abrazarla, después de 10 minutos despertó, ahora sí se había qué dado dormida después de ese acto gigantesco, creo que incluso hubo un momento donde se desmayó. Aunque yo tenía el miembro totalmente erecto durante todo el proceso decidí que esa batalla no era aún para consumarla, así que lo guarde mientras poco a poco disminuía un poco su erección.
Cuando despertó me dio un beso en la mejilla, se vistió rápidamente y se despidió, Me dio las gracias por el «masaje» y me dijo que se tenía que ir. Ya en la puerta me dio un segundo beso y me dijo que pronto regresaría por otra sesión.
Nota: Todo ha seguido normal a la fecha y ella se comporta como si no hubiese sucedido nada y yo no hago nada por evidenciar lo ocurrido, sin embargo, ayer me dijo que nuevamente le dolía la pierna…
¿Fin?
Pueden contactarme en Facebook, buscando relatoseroticosdeltitiritero
Mi estimado, agradezco por este relato, ojalá haya continuación, por relatos como estos, después de que acabe mi segunda carrera voy estudiar fisioterapeuta. Gracias por inspirado relato. Saludos