El masaje más exquisito de mi querida tía Mónica…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Sergio tengo 26 años, mi tía Mónica 50 años ella es una mujer separada y vive sola con una de mis tías. Siempre desde que soy niño hemos vacacionado juntos en familia y la verdad toda mi vida había deseado tirármela.
Ya hacía bastante tiempo que no la veía y llegó de vacaciones hasta nuestra ciudad, estaba como de costumbre muy bien conservada. Estatura mediana,tes morena y robusta. Una noche en casa de mis padres hicimos una comida para celebrar su llegada y ahí estuvimos hasta altas horas de la madrugada.
La casa de mis padres en verano se llena de familiares y esta ves no fué la excepción. Para no molestar por la hora nos fuímos con unos primos y mi tía Mónica hasta mi departamento a seguir la celebración, lo pasamos genial y cerca de las 3 de la mañana mis primos se fueron hasta la casa de mis padres a dormir., yo le ofrecí a mi tía Mónica quedarse en mi departamento ya que era bastante tarde, a lo que ella accedió gustosamente.
Toda la noche me tuvo cachondo y mis huevos estaban duros, la verdad es que me dolían muchísimo. Traté de dormir pero no podía, me desvelé y me puse a ver televisión… Al rato después mi tía se levantó y pasó al baño, cuando salió entró a mi pieza y nos quedamos conversando. Fué ahí cuando me dijo: "Que te pasa Sergio, te noto algo raro…"
La verdad es que me duelen mucho mis huevos tías, ¿ tengo muy apretado y no se que hacer?
En eso mi tía me señaló: A tu primo le pasaba lo mismo a veces, sufría de dolores fuertes. Pero yo le hacía unos masajes prostáticos y el dolor desaparecía…
Pero como, ¿ tú le hacías masajes? y donde aprendiste tía!!!
Bueno hice unos cursos y hago masajes terapeuticos, si tu quieres te puedo ayudar para aminorar el dolor.
Si me ayuda te lo agradecería mucho, que tienes que hacer dime…
Necesito que te relajes y confies en mí. Voy a masajear tus testículos por un rato hasta que se dilaten lo suficiente. Ahora necesito saber si quieres que lo haga, puedo o te da verguenza.
No claro que no, hazlo por favor… En ese instante me destapé y quedé desnudo encima de la cama. Mis huevos estaban duros y calientes, además mi verga estaba ergida. Mi tía tomó unas cremas que huntó en sus manos y empezó a masajearlos suavemente, esto me fué relajando hasta que poco a poco el dolor se transformó en excitación. Yo miraba a mi tía Mónica que vestía un camisón transparente de color blanco, se traslucian sus senos y portaba un calzón muy pequeño.
La verdad es lo único que deseaba era correrme en sus manos, pero me aguantaba para no acabarla pronto…
A lo que ella me decía: Si tienes deseos de eyacular hazlo, esa es la presión y dolor que sientes debes dejarlo salir.
Yo le señalé: Tía no quiero hacerlo, la verdad es que me gusta muchisimo tenerte así y no quiero que se termine.
No te preocupes me dijo, acábame corazón no tengas pena. No te aguantes ese dolor te hace mal… déjame darte una pequeña ayuda.
En ese momento mi tía Mónica se engulló en su boca toda mi verga, sentí una sensación deliciosa. Me dió unas mamadas de lujo, no podía creerlo luego de unos minutos no pude aguantar tanto placer… Ohh tía Mónica voy a acabar!!!
Espérate amor quiero que acabes todo en mi boca, suelta todo ese dolor en mí. Lo deseo todo dámelo Sergio!!!
Comencé a eyacular todo mi semen dentro de su boca, era mezcla de dolor y placer deliciosos. Después de eso follamos toda esa madrugada hasta cerca de las 6 de la mañana. Tenía unos senos inmensos con los cuales le hice una rusa increíble, la follé por detrás en cuatro patas y metí toda mi verga por su culo. Se montaba como una yegua sobre mí, acabamos varias veces fué apoteósico.
Chupe su concha y ella devoraba mi verga. La penetré por su vagina como un animal en celo hasta que el deseo me inundó nuevamente… Ahh tía Mónica me vengo de nuevo, quiero dártelo en tu boca!!!
Dámelo bebé, acábame… Abrió su boca y comenzó a mamar mi verga mientras yo le daba toda mi leche que salía a montones. Ya no me quedaba nada y ella seguía succionando en forma tan delicada que era imposible decirle que se detuviera.
La verdad es que fué una de las mejores cojidas de mi vida y quién diría que mi propia tía Mónica sería la responsable de aquello.
Hasta el día de hoy la recuerdo con mucho cariño y afecto, ya que cada ves que viajo hasta su casa por asuntos de trabajo me repite sus deliciosos masajes una y otra ves, gracias tía eres mi favorita…!!!
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