EL MENOR (DOS JÓVENES Y EL)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por XCITANTDLC.
Un viernes me habló mi hermano Juan Carlos al trabajo para decirme que lo habían invitado a la preparatoria de la que él egresó para darles una plática a los chicos que estudian el último año, como a él le ha ido bastante bien en su vida profesional le pidieron que les compartiera a los estudiantes lo que lo ha llevado a ser un profesionista exitoso.
Desafortunadamente ese día me tocaba un evento en el que saldría hasta las 9 pm y no podría acompañarlo.
Estaba resignada a no ir a su plática, cuando Laura la dueña de la agencia de edecanes pasa por nosotras y nos vamos a la oficina en el transcurso nos comentó que no iríamos a dicho evento se había cancelado por lo que la noche estaríamos libres, decidí no avisarle a mi hermano y sorprenderlo en su conferencia.
Después de salir de trabajar apenas tenía tiempo de cambiarme y llegar lo más pronto posible con mi hermano, así que me empecé a cambiar lo más rápido que pude.
Me quité el uniforme y me puse el primer vestido que tuve a la mano, era uno color blanco sin mangas, de cuello alto, me cubría la mitad de los hombros y dejaba media espalda descubierta por lo que no me podía poner sujetador, de lo largo me quedaba un poco abajo de las rodillas y tenía aberturas a los costados que me llegaban a medio muslo, me quedaba muy pegado y me gustaba como delineaba mi figura porque llevaba un cinturón de metal muy delgadito a la cadera.
Me puse unos tacones blancos y agarré un saquito negro cortito apurándome lo más que pude para no perder más tiempo.
Cuando iba en el taxi me di cuenta que no me había cambiado mi ropa interior, ya que con este vestido debo usar una tanguita tipo hilo dental para que se note lo menos posible y traía una de encaje que se notaba demasiado, aunque por detrás se me metía por completo entre mis nalgas, desgraciadamente ya era demasiado tarde para cambiarme, por lo que no tuve más remedio que resignarme.
A la entrada de la escuela estaban varios chicos que hacían las funciones de edecanes, cabe mencionar que es una escuela sólo para hombres, iban de traje muy elegantes y estaban recibiendo a los invitados.
Noté su mirada sobre mis piernas en cuanto llegué bajándome del taxi, me acerqué a ellos para preguntarles en donde estaba el auditorio y dos de ellos se ofrecieron muy amables a acompañarme, su mirada recorrió mi cuerpo de arriba abajo y tomándome cada uno de un brazo me pidieron que pasara.
El auditorio estaba hasta el fondo de la escuela que es un poco grande, los chicos que iban conmigo se colocaron detrás de mí y me fui caminando delante de ellos atravesando toda la escuela.
Ambos tendrían no más de 18 años.
Apenas había avanzado unos pasos y volteé para preguntarles si había que irse por el corredor o atravesar el patio, pero los muy condenados chiquillos tenían sus ojos clavados en mi culo, no se movían ni un centímetro y no me habían escuchado, tenían la boca abierta y los ojos desorbitados viéndome, en realidad no podía culparlos ya que mi tanguita se notaba demasiado y era imposible no darse cuenta.
¡Hey! ¡Chicos! ¿No me escuchan? ¿Por dónde nos vamos? ¿Por el corredor o por el patio? Los dos movieron su cabeza como si acabaran de despertar y me dijeron que era mejor rodear el patio e irnos por el corredor.
Me puse junto a ellos para irnos juntos pero ellos nuevamente me dejaron pasar primero, por lo que no tuve más opción que irme delante de ellos sintiendo su mirada fija en mi trasero que se mostraba de manera casi escandalosa.
Cuando llegamos al auditorio entendí porque nos habíamos ido por el corredor, ya que resultó ser más largo el camino que si hubiéramos atravesado el patio, pero en éste casi no había luz y lo que ellos querían era no perder detalle de la manera en que se movía mi culo al caminar.
Llegamos y entre estudiantes y señores había mucha gente afuera, en eso salió otro chico indicándonos que el auditorio estaba casi lleno y que mejor pasáramos al segundo piso.
Nuevamente los dos que venían conmigo me dejaron pasar primero y ellos se colocaron detrás de mí, ahora podrían tener una mejor vista de mi culo cuando empezara a subir la escalera, ya que el vestido se me pegaba más haciendo más notoria mi tanguita.
Desafortunadamente para mí, ahora no sentí las miradas de ellos solamente, me di cuenta que algunos señores también clavaron su vista sobre mi culo sin que yo pudiera hacer nada, incluso me empezó a gustar la sensación de sentirme observada y deseada.
Llegamos a la puerta del segundo piso y nos pidieron que esperáramos un poco para entrar, así que la gente se empezó a juntar cada vez más.
Éramos como unas 30 personas esperando a que nos dejaran entrar, cuando finalmente nos abrieron la puerta, todos quisimos pasar al mismo tiempo y nos acercamos a la estrecha puerta para ingresar, entonces empecé a sentir algunas manos que me rozaban, sentía como tocaban levemente mi trasero varias manos no estaba segura si eran los chicos que me habían acompañado o alguien más, de hecho no sabía exactamente cuántas manos eran las que tocaban.
Me empezó a calentar un poco esa situación y no dije nada, aparte de que no quería armar un escándalo.
Poco a poco los roces se hicieron más descarados y algunos tardaban más en quitar su mano, otros la movían un poco recorriendo mi culo siguiendo el contorno de mi tanguita, sentí que algunos se me pegaron más y bajaban sus manos para tocar mis piernas suavemente a través de las abertura del vestido, giré la cabeza para buscar a los chicos que me habían acompañado y vi a uno de ellos pegado a mi costado izquierdo, seguramente la mano que me acariciaba mi pierna era de él y al otro un poco más atrás contemplado embelesado la escena.
Esto último me terminó de prender y dejé las cosas pasaran por si solas, olvidando que venía a ver a mi hermano.
De pronto unas manos me rodearon por la cintura, era uno de los que venían conmigo, con sus manos apenas rozaba mis tetas; se me acercó por detrás hasta poner su verga pegada a mi culo, la movió un poco en forma de círculos y me dijo al oído: mejor hay que esperar a que pasen todos, ahorita entramos nosotros, hágase hacia acá y jalándome hacia él, me hizo para atrás sacándome de en medio del gentío.
Me solté de sus brazos y me separé un poco, los dos muchachos no dejaban de verme todo mi cuerpo, especialmente mis piernas, así que para continuar el juego me asomé por el corredor viendo hacia abajo, parando más mi culo para que ellos terminaran de calentarse.
En cuanto vi que había menos gente, me dirigí adentro del auditorio, dejándolos sin saber qué hacer.
Me senté en una fila en la que no había nadie más y me dispuse a escuchar la conferencia de mi hermano.
No pasó mucho tiempo cuando los 2 estudiantes entraron quedándose de pie en el pasillo junto a mi lugar, pusieron una cara de asombrados cuando vieron la manera en que se me veían mis piernas al estar sentada, mis medias se notaban por completo ya que el vestido se me subía haciendo que la abertura me llegara hasta arriba.
Los dos se empezaron a agarrarse la verga por encima del pantalón, tenían su mirada puesta en mí y yo fingía no darme cuenta.
Mi calentura había llegado al tope, volteé a verlos muy coqueta y cruzando mi pierna para enseñárselas con todo descaro les dije: chicos, porque no se sientan, aquí hay mucho lugar, digo, por si quieren, de inmediato se dejaron venir hacia mí, yo les indique que se pusiera cada uno a mi lado y así lo hicieron.
Me mostré como si estuviera interesada en la plática de mi hermano sin hacer caso de ellos, aunque por dentro estaba ardiendo pensando en esas dos vergas y la manera en que me iba a llenar de ellas.
Sin decir nada agarré mi vestido y me lo metí en medio de mis piernas, dejándolas completamente desnudas sólo cubiertas por mis medias que las hacían lucir aún más, los dos pobres chicos no sabían que hacer, bajaron más su cabeza para verlas más de cerca, ya sin ninguna discreción se estaban sobando la verga que se les veía totalmente parada.
A cada uno les tomé una mano y las puse sobre mis piernas, las empecé a mover para que sintieran la textura de mis medias, hice que recorrieran mis muslos haciendo énfasis en el encaje de mis medias.
Ellos no podían creer lo que estaban viviendo, sonriendo muy sexy les dije en voz baja: quítense el saco y pónganlo sobre su entrepierna, en un instante se quitaron bruscamente su saco y lo colocaron en donde les dije y otra vez pusieron sus manos en mis piernas acariciándolas ahora con más fuerza.
Metí mi mano por debajo del saco de cada uno y les acaricié sus vergas, la tenían dura como piedra, les bajé el cierre de sus pantalones y las liberé de su opresión.
Los dos cerraron sus ojos y dieron un pequeño gemido, sssshhh, chicos no es bueno hacer ruido, nos pueden ver y se nos acabala diversión.
Empecé a masajearles la verga de arriba abajo, se las apretada y les acariciaba los huevos, poco a poco aumenté la velocidad de mis movimientos masturbándolos viendo como cerrando sus ojos echaban la cabeza hacia atrás.
Mientras ellos seguían sobándome las piernas, recorrían mis muslos por completo haciéndome sentir deseada.
Por un momento les solté sus vergas para colocarles sus manos en mi rajita, estaba empapada y los hice que me metieran un dedo cada uno.
Yo comencé a gemir suavemente y cerré mis ojos para entregarme a recibir y dar placer.
A uno de ellos le tomé su mano e hice que me agarrara mis tetas metiendo su mano por un costado del vestido, me pellizcaba mis pezones y me acariciaba una teta con fuerza haciéndome gozar.
No tardaron mucho en correrse, quitaron sus manos de mi cuerpo y cada quien me agarró una mano para terminar de masturbarse, la movían con fuerza y rapidez recorriendo esas vergas que aunque no podía ver se sentían de buen tamaño.
Se quitaron los sacos de las piernas y se empezaron a vaciar casi al mismo tiempo en mis manos, sus vergas parecía que no iban a terminar de expulsar semen me llenaron las manos hasta desbordarse, incluso mancharon el respaldo del asiento de adelante.
Los dos se movían hacia delante como si se convulsionaran, finalmente se vaciaron y yo les movía mi mano con delicadeza sobre esas vergas que no dejaban de palpitar, seguí masajeándoselas por un buen rato más y me sorprendía que no perdieran su dureza.
Me miraban sorprendidos y extasiados, sus manos seguían acariciando mis muslos y senos con fuerza haciendo que yo también siguiera excitada, intentaba acomodar mi vestido para tapar mis piernas pero no me dejaban, querían seguir tocándome.
Mi calentura llegó al límite y yo también quería quedar satisfecha, así que le dije al chico que tenía a mi derecha: tu espera un momento, al ratito es tu turno, no te vayas a ir, me vio con cara de no entender nada, le dije al otro chico que se acomodara la ropa, yo me arreglé el vestido y tomándolo de la mano nos salimos del auditorio ante la sorpresa de su compañero.
Del otro extremo del corredor estaban unos baños y nos dirigimos hacia allá, el chico que iba conmigo no decía nada, sólo se dedicaba a acariciarme el culo y a veces se me pegaba para ponerme su verga entre mis nalgas y agarrarme las tetas.
En cuanto entramos al baño me abrazó y nos empezamos a besar, sus manos se posesionaron de mi culo y me lo apretaba.
Le liberé su verga que no había perdido su dureza y me agaché para empezar a mamársela, el pobre no podía ni hablar, sólo bufaba como toro y me agarraba la cabeza para que no le soltara su tranca.
Yo estaba feliz con su pene entre mis labios que parecía crecer más, puse sus manos en mis tetas y me las masajeó con desesperación.
Me levanté y me senté sobre el lavabo, le abrí mis piernas recorriendo mi tanguita y lo jalé hacia mí para que me empezara coger.
Me ensartó de un solo golpe haciéndome gemir del placer y comenzó a cogerme como loco, me besaba el cuello y me apretaba las nalgas como si de eso dependiera su vida.
Me volteó para cogerme por detrás, su verga ahora sentía que me penetraba más rápido, con una mano me tomaba del cabello y con la otra me agarraba las tetas.
Lo único que puede decirle entre mis gemidos fue pedirle que se corriera afuera, que no terminara dentro de mí, ya que temía por esos días que pudiera quedar embarazada.
No pasó mucho rato cuando sentí como me sacaba la verga de mi rajita y empezaba a aventar chorros de leche sobre mi espalda y mi culo, afortunadamente me había subido el vestido casi a media espalda y no se mancharía mucho.
Cuando terminar de vaciarse sobre mi paseó su verga por en medio de mi nalgas y se la limpió con un extremo de mi vestido, me volteó para besarme pero no lo dejé, me hice hacia atrás y me puse a limpiarme el semen que tenía sobre la espalda y mis nalgas.
Él seguía tocándome y me dijo: ¿quién eres? ¿Con quién vienes? ¿Estas buenísima? Hermosa y eres una puta caliente.
Sólo le sonreí y le dije: háblale a tu compañero, dile que aquí lo espero, quiero agradecerle que me haya acompañado el también, se acomodó la ropa y salió sin terminar de creerlo, su amigo no tardó mucho en llegar, en cuanto entró al baño le pedí que cerrara la puerta con seguro estando parada frente a él desabroché mi vestido dejándolo caer al piso, quedando vestida únicamente con mi tanguita, mis medias y mis tacones.
Su verga se veía totalmente tiesa por debajo de su pantalón, tenía la mirada casi perdida de la sorpresa y no decía nada, caminé hacia él, me puse de rodillas y empecé a mamarle la verga.
También me tomó de la cabeza y me la sobaba revolviéndome el cabello y haciendo que no la pudiera soltar de mi boca.
Mi movimiento era lento recorriendo todo el tronco que tenía entre mis labios, con mi lengua lo acariciaba y jugaba con él, haciendo que gritara de placer.
Me puse de pie y lo tomé de la mano para llevarlo hacia un privado, le indiqué que se sentara en la taza y lentamente me fui sentando encima de esa verga que se erguía como asta bandera, el pegó un suspiro muy profundo y cerró sus ojos echando la cabeza hacia atrás mientras yo me la iba introduciendo poco a poco, sintiendo como me habría en dos, la tenía un poco gruesa, por lo que tuve que poner mis manos en mi culo y abrirlo lo más que pude para entrara toda.
Lo empecé a cabalgar muy rápido, me movía en círculos y gemía de placer mientras él me besaba las tetas mordiéndome los pezones, el chico no se movía en absoluta y yo solita era quien llevaba el ritmo, en realidad me lo estaba cogiendo.
Le pedí que me avisara cuando se fuera a correr y no pasó mucho tiempo para que así fuera, me levanté y me puse de rodillas para meterme su tranca en mi boca pero en eso empezó a aventar chorros de semen que me cayeron en la cara y mis tetas, me lleno toda la cara de leche alcanzando a salpicarme el cabello.
Cuando terminó de llenarme de sus mecos, le limpié la verga con la boca y me puse de pie para limpiarme.
No tenía un espacio en la cara que no estuviera lleno de su semen, el pobre seguía sentado sobre el escusado extenuado y respirando agitadamente.
Me puse mi vestido y salí del baño, pensé en ir al auditorio a esperar a mi hermano, pero como todavía estaba un poco manchada del semen que había recibido en la espalda y mi cara así como en el cabello, aparte de que despedía un olor a mecos y sexo, preferí irme a mi casa, al cabo que mi hermano no me esperaba ni sabía que había estado ahí.
Al llegar a casa vi en la TV.
una nota de mis hermanos que habían ido a tomar unas miches con unos amigos, en eso suena el timbre de mi celular, mi hermano Juan Carlos me llamaba, tome la llamada, que paso hermanito, donde andas Valery, en casa y tú, voy para allá, en eso escucho que la puerta de la entrada se abre, recorro la cortina y veo llegando a mis padres, mientras en el auricular mi hermano diciéndome, prepárate hermanita que llegare a cogerte bien rico, tengo la verga bien caliente y parada para darte toda la noche, buenas noches hija, buenas noches papis, pensé que hoy no vendrían, si de echo no íbamos a venir pero tenemos unos asuntos que arreglar mañana con tus abuelos, en el teléfono mi hermano escuchaba y tus hermanos donde están, mi reacción fue solo decir que Toño y Chuy habían salido y que Juan Carlos ya venía.
Mis padres se dirigieron a su habitación y minutos después los tres nos dirigimos a la cocina a cenar, no sé qué tiempo pasó cuando llego Juan Carlos, se unió a la cena para después ir a sala a ver una película, al cabo de una hora mis padres se fueron a dormir, ya en la sala mi hermano se estaba agarrando su verga y el muy cabron se la saco para que se la viera, me pidió que le diera una mamada, pero no sé si mis nervios por la presencia de nuestros padres me lo impedían, a lo que le dije que hoy nos fuéramos a dormir y así fui me levante y me dirigí a mi habitación
Serían las 2 am que desperté, me levante y fui al baño, todos dormían, o eso pensé, por lo que empareje la puerta del baño, estaba aún muy caliente, me senté en un banco y comencé a tocar mi vagina, a mi mente evocaban las caras de aquellos jóvenes que me habían dado una calentada el olor del semen que hace unas horas me tenía muy cachonda, solo llevaba mi tanga azul agua y una camiseta de tirantes pegadita, hice mi tanga a un lado y metí dos dedos y con el pulgar tocaba mi clítoris, mientras con la otra mano me sobaba mis tetas y pellizcaba mis pezones que ya estaban bien duritos por lo cachonda que estaba.
En el baño había unos desodorantes que parecían penes, tome uno y lo metí en mi vagina, sentí riquisimo, penetrando mi vagina, mientras entraba y salía el desodorante, en mi delirio comencé a decir: así Juanito, así, que rica verga tienes, métemela toda, hasta dentro, hazme tuya, no supe ni como, ni en qué momento entro mi hermano al baño, pues tenía los ojos cerrados, en mis movimientos bruscos, sentí que algo toco mis labios, abrí los ojos y ¡ooohhh! sorpresa, mi hermano tenía su verga totalmente dura frente a mi cara y le dije: Juan Carlos ¿qué haces? ¿Cómo te atreves? y él me dijo: no te hagas la mustia, en la conferencia bien que te vi como calentastes a esos pobres chicos, pues se veía que tenías tantas ganas de tener una verga entre tus piernas y ahorita te escuche pidiéndome que te meta mi verga, no te hagas la santa que eres bien puta, además mira, todavía tienes el desodorante en tu panocha.
No supe que decir, tenía razón, quería que me cogiera, pero tenía mucho miedo a que nos descubrieran, mi hermano fue hacia la puerta y la cerro, volvió masturbándose, en ese momento pude ver bien la verga en todo su esplendor, dura y crecida y venosa, no podía dejar de verla y entonces me dijo: vamos Valery, sé que tienes ganas, agárramela y disfrútala y no te preocupes, están bien dormidos, creo que era lo que quería escuchar para poder entregarme sin complejos, estire mi mano y le agarre los huevos, luego cerré mi mano aprisionando esa enorme verga, estaba caliente y sentí las venas que tenía.
Juan Carlos me dijo: Valery, dale una buena mamada, chúpamela hasta que me saques toda la leche, no dije nada, solo me acerque y abrí mi boca para poder tragar todo ese trozo de carne cruda, sentía como la cabeza golpeaba mi garganta que casi me hacía vomitar, mi hermano me tomo de los cabellos y comenzó el mete y saca de su verga en mi boca, era una sensación muy excitante, estuve chupando como 15 minutos y su verga comenzó a hincharse más, a crecer más hasta que un chorro de espermas golpeo mi garganta, quise sacarme su verga pero él me la empujo más adentro y no tuve mas que tragarme la mayor cantidad de leche, enseguida más chorros de leche salieron de aquella verga y no pude tragarla toda, poco a poco los espermas comenzaron a escapar por las comisuras de mis labios y cayeron por mi barbilla hasta mis pechos mojando mi camiseta.
Pensé que eso sería todo pero no, mi hermano se arrodillo abriendo mis piernas dejando ver el desodorante que aún tenía adentro.
Lo quito, se agacho y sentí su lengua rozar mi vagina, con sus dedos abrió mis labios vaginales y comenzó a chupar mi clítoris, me estaba volviendo loca, quería gritar pero tuve que contenerme para no ser descubiertos, me levanto y me quito la tanga y me recargo de frente en la pared dándole la espalda arqueando mi cintura y levantando mis nalgas, por fin iba a sentir esa verga penetrándome hasta el fondo, me agarro por la cintura, puso la cabeza de su verga a la entrada de mi vagina y sin avisar, de un solo empujón me la enterró, sentía que me partía, quise zafarme pero no pude, segundos después comenzó a bombearme, era riquísimo sentir como entraba y salía, de pronto tuve un orgasmo múltiple, varios espasmos hicieron q mis piernas flaquearan, chorros de agua bajaban por mis piernas mojando la verga de mi hermano, lo volvía loco, pujaba, gemía y en ocasiones gruñía por el placer de cogerse a su hermanita.
Volví a sentir como crecía su verga y chorros de espermas calientes inundaron mi vientre, era delicioso sentir esa leche caliente dentro de mí, que tuve otro orgasmo, era la mejor cogida de mi vida o por lo menos la situación lo hacia así, saco su verga y con sus dedos me siguió masajeando el clítoris, mientras sentía como su verga me picaba mi culo, me tomo de mis nalgas abriéndolas y puso su verga en mi culo, poco a poco la fue metiendo, aun no entraba ni la mitad y ya sentía que me rompía mi ano, por fin entro la cabeza y se detuvo para que mi esfínter se acoplara a esa verga intrusa, y aquel dolor pronto se convirtió en placer, después de un momento la siguió metiendo, hasta que toda estuvo dentro de mi culo, no lo podía creer, sentía como su verga me llenaba mis intestinos, era delirante, Juan Carlos comenzó el bombeo, cada vez más rápido, era una locura, no gritaba por precaución, pero era sensacional, mi culo estaba totalmente abierto, de pronto me volví a venir, chorros de agua mojaban mis piernas y enseguida mi hermano volvió a disparar sus espermas, yo creo que mi estómago se llenó de leche por todo lo que me trague en esa mamada y lo que me estaba echando por mi culo.
Mi hermano me saco su verga y toque mi ano, estaba muy dilatado, wwooouu, fue increíble y Juanito me dijo: tienes un culo bien sabroso, coges bien rico, luego nos vemos, yo le respondí: tú también coges bien rico, tienes una verga bien exquisita.
Mi hermano salió del baño y se fue, yo me quede en el baño limpiándome toda la leche que tenía en la cara y toda la que me salía de la vagina y mi culo, minutos más tarde fui a mi habitación a tomarme la pastilla del dia siguiente pues no quería quedar embarazada.
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