El Pequeño Semental 3 (En el moll)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por adalberto1979.
Iba el abuelo manejando su viejo caprice, un verdadero porta aviones, no sé por qué le gustaba, era enorme, gastaba mucha gasolina, estaba viejo, no se podía estacionar en cualquier lugar, en fin un armatoste, a su lado iba la abuela con sus lentes para leer revisando sus recibos, atrás iban mis hermanas contemplando la calle mientras viajaban hacia el moll.
– ¿Y que ropa quieres de regalo Jazmincita?— pregunto el abuelo.
– Tengo mucha ganas de comprarme un pantalón marca PEPE, en color azul claro; un short verde para mi blusa roja de tirantes y una falda negra en tela de pana, ay espero que aun queden, una compañera de clase tiene una y es la envidia de todos…. Yo quiero una igual!!
– Ay que pediche andas—Dice Paola, mas con envidia que con reclamo
– Bueno ya llegamos, abajo todo el mundo
Ya entrando al moll, el abuelo toma de la mano a Jazmín y dice—me llevo a Jazmín al área de ropa, tu Pao acompaña a tu abuela a pagar y cuando acaben allá nos alcanzan, ok?
– Está bien—dice la abuela con indiferencia—ven Pao acompáñame a las filas— la toma de la mano y se la lleva,
Paola solo voltea a ver como Jazmín se recarga sobre el brazo del abuelo y camina feliz al área de ropa.
Jazmín parecía niño en dulcería, veía un pantalón luego se emocionaba con otro, gritaba cuando veía algún short que le gustaba, el abuelo solo reía y la seguía a todas partes
– Jazmín, ¿pues no que ya sabias que comprar?
– Ay abuelito es que todo está hermoso, no sé qué escoger
– Jaja, yo si—dijo el abuelo con risa de albur—yo sí sé que es “coger”
– Jazmín ríe– ¡abuelo! No seas grosero, por grosero ahora me vas a comprar más ropa.
– Ay ya solo fue un chascarrillo—en eso voltea a un estante y mira una falda negra en pana—bebé ¿esa no es la falda que quieres?—señalando hacia el maniquí que la portaba
– AAiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!—lanza un grito chillón de emoción—- si esa es— brinca hacia el abuelo y lo besa en la boca, bueno solo un piquito corto, pero suficiente para que el abuelo se prenda
Corre al área y se desilusiona, pues ya no hay, solo la que esta puesta en el maniquí
– Abuelito, ya no hay— dice desilusionada
– ¿Y no puedes probarte la que trae el maniquí?
– ¿Se podrá?—dice mientras mira con duda al maniquí
– Si, mira deja se la bajo… ja sino seré bueno para eso
– ¡Abuelo! Otra ves!!!!
– Bueno, bueno, tu hecha “aguas” mientras yo la encuero—se sube al borde del estante, estira su mano, baja el cierre de la falda y la jala por el borde inferior, levanta al maniquí para sacársela por abajo, y este casi se cae, Jazmín se tapa la boca para no gritar y en un movimiento con destreza detiene la caída del maniquí y saca la falda
– “taraaan”—dice el abuelo con la falda en sus manos— ¿qué me gané?—ríe con picardía mientras gira la falda en el aire con un dedo
– Abue, eres el mejor!!!—grita Jazmín y brincando y colgándosele del cuello le da otro beso en la boca, esta vez el abuelo la sostiene por la cintura y la pega a su cuerpo prolongando el beso, Jazmín abre los ojos con sorpresa y se separa— Abue jajaja
– Que… pos si me lo gané, es más merezco otro
– Jajaja, mmm primero que me quede
– Si verdad, mira ahí están los probadores, vamos para que te la pongas
Era día de baja venta en el moll, había pocos clientes y como cosa rara poco personal, jaja maldita crisis… Jazmín entra al vestidor, se quita su falda, quedando solo en una pantaleta rosa de tela delgada, muy suave, pero al intentar subir la falda esta se atora, brinca como en una película cómica, jalándola esperando que en un brinco esta suba, pero no lo logra
– Abuelo!!!— grita desde el vestidor— Abuelo!!!
– ¿Qué pasa mi amor?
– No sube, estoy hecha una marrana—dice Jazmín con decepción
– ¿Quieres que te ayude?
– ¿Puedes?
– Sí, claro, deja entro— entra el abuelo al área de vestidores, Jazmín se había situado en el último, el abuelo corre la cortina y abre los ojos al ver a Jazmín, con la falda a medio muslo con su pantaleta al aire, por primera vez, en mucho tiempo, la ve semidesnuda, mira la perfección de sus nalgas, redondas firmes, en pleno desarrollo, abre la boca sorprendido, cuanto ha crecido, así mismo su pene comienza a erectarse involuntariamente
– Abue, abue—dice paola mientras le truena los dedos en la cara—reacciona, aquí estoy
– Si, si perdón hijita, es que tenía mucho sin verte así y… veo cuanto has crecido
– ¿Tú crees?
– Si
– Bueno entra y ayúdame, no quieras que salga y medio mundo me vea luchar con esta falda…
– ¿Y si alguien viene y se enoja?
– ¿Por qué? Eres mi abuelo y me estas ayudando, además cierras la cortina y ni quien nos vea— algo indeciso entra el abuelo cierra la cortina y mira cual es el problema
– Mmmm haber creo saber la solución, yo estiro hacia arriba y tú haces con que te quieres poner en cuclillas ¿ok?
– Si abue—dice a Jazmín con decisión
– 1, 2, 3… ahora!!!— comienza el abuelo a estirar la falda hacia arriba y Jazmín haciendo fuerza hacia abajo, pujando los dos— puff, puffff con más fuerza Jazmín, ya casi, pufff— en eso la falda logra subir, pero por lo apretado jalo la suave pantaleta hacia arriba quedando esta de fuera—uhhh que la… ahora tu calzón se quedó afuera— Jazmín lo ve y se ríe
– Jajaja… abue ¿y ahora?–lo mira divertida
– No, pues ahora hay que bajarla… y probártela sin pantaleta—dijo el abuelo algo oportunista
– ¿Sin pantaleta?—ya con más tono de risa
– Si, a ver ahora al revés tu pa´rriba y yo pa´bajo—ahora la pujada era al revés Jazmín se paraba de puntitas y el abuelo jalaba la falda hacia abajo—ya casi hijita, ya casi… puff puff— hasta que finalmente la falda salió— pufff!!!! Ya salió— el abuelo ya estaba de rodilla– ahora deja te bajo la pantaleta—y al hacerlo, quejo asombrado por la entrepierna de su nieta, con los bellos púbicos en desarrollo, era como una perla negra, hermosa, brillante, una invitación a besarla…
– Abue… — el abuelo estaba con la boca abierta, los ojos como platos— abue!!—tronando nuevamente los dedos en su cara como sacándolo de un trance hipnótico— abue llevas medio minuto así, ya saca mi pantaleta, la tienes enrollada en los tobillos.
– Ahh si, si ya voy, levanta tu pierna—y al hacerlo el vuelve a mirar su entrepierna esta vez mostrando la abertura de sus labios—ahora la otra—nuevamente… el abuelo pervertido ya estaba más que excitado
– ¿Disfrutando la vista?– dice Jazmín en tono burlón— anda, toma la falda y pónmela—él toma la falda y comienza a subirla, ríe cuando se da cuenta del error desde un principio
– Jajaja, ay hijita, sí que estamos pendejos
– ¿Por qué abuelo?
– No bajaste todo el cierre lateral de la falda, jajajaja— Jazmín voltea, ve el cierre a la mitad y también ríe a carcajada
– Es verdad, haber deja lo bajo— lo hace y la falda sube, suave, sin presión, sube el cierre y el espectáculo es hermoso, como le resalta sus nalgas bajo su estrecha cintura—mira que bien me queda, ¿Te gusta?—dice Jazmín modelándole al abuelo con mirada picara
– Si, se te ve hermosa, haber deja toco que tan apretada te queda—comienza a acariciarle las caderas y los muslos, regresa a las caderas y de ahí se va hacia atrás, hacia sus nalgas, las soba, las aprieta, las vuelve a sobar, Jazmín de tanta sobada, empieza a sentir extraño, como si algo se humedeciera y relajara sus piernas, recarga la cabeza sobre el pecho del abuelo quien sigue en su tarea de “probar la falda”
– Mmmm ¿te… te gusta cómo me queda?—pregunta Jazmín con la voz entrecortada—mmmmm — instintivamente abraza el pecho por debajo de los brazos del abuelo, para que queden libres en su tarea de “PROBAR”
– Me encanta mi nenita, podría estar aquí todo el día— baja el cierre de la falda, mete la mano por entre la falda y las nalgas y ahora las acaricia y las aprieta
– Mmm ¿qué… qué ha… que Haces abuelo?– dice Jazmín con la voz más entrecortada comenzando a jadear
– Checo que no te queden marcas en las nalgas por la pana
– ¿Si hay?—
– Deja reviso con ambas manos—mete la otra mano y ahora a la par las acaricia y aprieta, las separa con ambas manos y comienza a tocar el culo de la niña y de ahí se desliza hacia su raja
– Mmmm abuelito, abuelito…. Que me haces, ¿a poco ahí hay marcas?— mientras dice esto comienza a mover sus caderas y apretar más al abuelo, el cual ya está más que loco de deseo
– Más vale estar seguros ¿no crees?—baja totalmente la falda y se hinca frente a ella
– ¿Y ahora qué vas a checar?—pregunta la nieta con la voz agitada
– Pues que no haya marcas en tu rajita—dicho esto, le levanta una pierna y mete su cabeza, comienza a pasar la lengua por la raja
– AAhhhhhhh- Jazmín arquea su cuerpo y con ambas manos sujeta la cabeza del abuelo— si abuelito, chécame… chécame más a fondo…. Siii abuelito que rico siento—- el viejo está en la gloria, chupaba el pequeño clítoris y pasaba nuevamente la lengua por la rajita, en círculos de arriba abajo… era todo un experto lengüeteador y de repente— abuelito me orino, me orino!!!!—y soltó un chorrito de orina que el abuelo ingirió (no quería dejar evidencia en el probador)— ahh ahhh ahhhhh, abuelito que me paso, que me hiciste?—decía Jazmín cuando el abuelo se separaba de ella y se ponía de pie con un sonrisa que ella nunca había visto, se acercó, la beso en la boca, abriéndola metiendo su lengua, ella no supo que hacer, así que solo correspondió y sus lenguas se enredaron; sin dejar de besar, comienza con una mano a acariciar su rajita y con la otra su culito, metiendo el dedo medio en este último y sacándolo, a cada metida la nena abría los ojos y los volvía a cerrar cuando salía el intruso— mmmmgmgmgmg— solo hacia sonidos guturales… el abuelo con su experiencia sabía que era el momento, saca la mano del culito , baja hábilmente el cierre de su pantalón y saca su verga, toma la mano de su nieta y lo lleva a él, no deja de besarla, ni de manosearle la raja, Jazmín excitada lo toma… el la guía para que lo masturbe y después le suelta la mano para que ella continúe sola.
La escena es dantesca, el abuelo Cenón todo canoso, de 1.80 mts. De alto, doblado de espalda hacia adelante, para alcanza a su nieta de 1.48, besándola, acariciando con una mano la raja, con otra ya había levantado la blusa y el sostén, así que acariciaba sus tetitas; y ella con los ojos cerrados, besaba a lengua abierta al abuelo mientras con una mano acariciaba su cara y con la otra lo masturbaba lentamente. Sin decir palabras el abuelo se separó de ella, la tomo por los hombros y la fue bajando hasta hincarla
– Abre tu boca mi amor y chúpala, chúpala como si fuera tu tutsi pop— ella ríe por la comparación, abre obediente la boca y siente el sabor a pene, mueve su lengua de delante atrás, sale liquido pre seminal que ella ahora lo empieza a conocer, es la presentación que lo llevara a una larga amistad— chúpala mi amor anda, si, así— ella ahora si chupa literalmente, él está arrobado viendo como su nietecita, con ojos cerrados chupa como si de un popote tapado se tratara— bebé siento hermoso… sigue no pares, hoy te estas ganando el doble de ropa
– ¿El doble?—saca la verga de su boca y abre los ojos con grata sorpresa
– Si mi amor, el doble—ella vuelve a cerrar los ojos mientras chupa y cabe decir que ahora lo hace con más entusiasmo…
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Mientras en la fila de los recibos…
– Ufff, hasta que por fin llegamos Paolitia, esta fila es demasiado lenta— la abuela María se acerca a la cajera, entrega los recibos y el dinero del pago, la cajera los toma y entrega los recibos marcados con el sello “PAGADO”…
– Abuelita, hay que ir a buscar al abuelo y Jazmín, ¿Tú crees que el abuelo me quiera comprar ropa a mí también?—preguntaba Paola esperando apoyo de su abuela
– Mmm no se hijita, habría que preguntarle, no sé ni cuánto dinero traerá
Llegando al área de ropa…
– No se ven—dice Paola brincando para ver si los ve entre los estantes
– No, no se ven, ¿Dónde andará ese par?—era un moll bastante grande, por la hora y el día estaba casi desierto
– ¿Y en los probadores?—pregunta Paola— están por allá ¿no?—dice señalando hacia los probadores
– Si, vamos a ver si están, y si no están pues ya valió, porque no tengo idea donde podrán haber ido y tendremos que esperarlos en el auto.
Se dirigieron a los vestidores, la abuela iba por delante; al llegar ella distingue, apenas por la pequeña parte baja visible que la cortina dejaba, a su esposo, parado y frente a el su nieta, ella de rodillas, los sonidos no dejaban mentir… detuvo a su nieta y dijo en voz baja
– vamos afuera de los probadores
– ¿No están?—pregunto Paola decepcionada
– Si, si están pero…
– ¿Pero qué?
– Pues están ocupados con la… la ropa—dijo titubeante– Hay que dejarlos que… que acaben
– ¿Que acaben que?—pregunto Paola ya comenzando a molestarle la situación
– Pues este… este, mmm a que se acaben de… de probar la ropa!!!— dijo finalmente después de tanto pensar una respuesta
– Achis y ¿por qué hay que esperar?—ya molesta del todo— no, yo voy a entrar, a ver si acaban más rápido
– Nooooo— la abuela manoteo intentando detener a la pequeña pero esta hábilmente se coló y se dirigió al fondo del probador, la abuela angustiada se quedó afuera del mismo y volteo hacia el resto de la tienda como vigilando que nadie viniera.
Paola con cara de enojada abrió la cortina y no supo que fue lo que vio o mejor dicho no entendió; ahí estaba el abuelo, mirando hacia el techo pero con los ojos cerrados y la boca abierta, sujetando la cabeza de Jazmín, moviendo su cadera como cogiéndola por la boca, Jazmín con los ojos cerrados chupaba con ganas mientras sus manos estaban en las caderas del abuelo
– ¿Qué hacen?—los dos pararon de pronto y voltearon asustados
– ¿Tu abuela?— pregunto el con cara de susto
– Afuera, esperando—Puff, pensó el abuelo—pero ustedes ¿Que hacen?
– Pues el abuelo me estaba checando…. ¿Qué me checabas abuelo?—pregunto Jazmín, con cara de no recordar ni como habían llegado ahí, ah eso sí, sin soltar la verga del viejo
– No hijita, ya no te checaba nada, te estabas ganado más ropa—dijo el vejete aclarando la situación
– Eso no es justo—grito Paola–¿y yo que? Yo también quiero ropa nueva y nada más le prometes a ella y no digas que esto es por el examen
– Bueno hijita no te enojes, pasa también te puedo comprar ropa a ti—dijo el abuelo con ojos vidriosos de lujuria ante tal situación, mientras la abuela desde afuera veía como Paola entraba en el vestidor y cerraba la cortina. Ella volvía la mirada a la tienda vigilando por si alguien se acercaba… “esa si es un mujer prudente”… jejeje
– Jazmín sigue en lo que estabas—dijo el abuelo—y tu Paolita quítate el short y el calzoncito—ella obedientemente lo hiso mientras miraba a su hermana mayor a ojos cerrado chupar con deleite—acércate a mí, primero me tienes que besar así— dicho esto abrió su boca y le metió la lengua a la nena, ella desconcertada lo hacía (todo sea por la ropa) soltó la cabeza de Jazmín y comenzó a acariciar la rajita de su nietecita, ella sentía cosquillas así que rio mientras seguía besando de lengua al abuelo, las caricias fueron más intensas hasta que la comenzó a mojar
– Aaayyyyy, siento muchas cosquillas abuelito
– ¿Te gustan?
– Si, sigue… ¿pero me compraras ropa verdad??
– Si mi amor, mucha ropa, pero antes tendrás que ayudar a tu hermanita—la bajo hasta hincarla al lado de Jazmín y dijo— Jazmín dale chance a tu hermanita y explícale como
– Mira Paola tienes que chuparla como una tutsi pop—el abuelo reía por la situación– sabe raro al principio pero después sabe mejor, mira de aquí sale agüita, ay mira de hecho hay una gota, chúpala— Paola lo hiso, solo metió el glande a su boca y lo chupo extrayendo la gotita pre seminal, el abuelo por el placer grito un aahhhh!!!!!, afuera la abuela parada nerviosa escuchaba mientras seguía “Vigilando”—ves Poa, le gusto, sigue anda más fuerte
– Jazmín, deja a Pao un rato solita y ven que te quiero besar— la levanto y comenzó a besarla mientras la manoseaba libidinosamente como si de masa se tratara, con una mano guio la cabeza de Paola para que la metiera más y la sacara, ayudando moviendo su cadera ahora era a Paola a la que se cogía por la boca, la abuela afuera vio un par de señoras con ropa en la mano que se dirigían al probador, entro a pasos rápidos y desde afuera de la cortina dijo
– Hey ustedes, guarden silencio, viene dos señoras al probador—dentro del abuelo les hiso señas para que se callaran, no hicieran ruidos y siguieran en lo que hacían, las señoras entraron y vieron a la abuela
– Perdón señora, ¿está ocupado?—pregunto una de ellas
– No, bueno solo este, están mis nietas probándose ropa, yo aquí solo cuido para que nadie entre
– Si hace bien, hoy en día hay cada “depravado”—glup!! La abuela trago saliva, dentro el abuelo seguía cogiéndose la boca de Paola y dedeando a Jazmín, movía cada vez más rápido sus caderas y su mano— mira comadre metete en ese, está libre, chécate el pantalón… si te queda, es talla 11—entro la susodicha al probador, la abuela ya sudaba, comenzaba a oír suaves quejidos de sus nietas, el abuelo comenzaba a hacer pistón sobre la boca de su nieta y la raja de la otra– ¿te quedo?
– Algo apretado mira—abre la cortina mostrándole a su compadre
– ¡ay te queda divino! — ¿divino?… Si Parecía “chorizo mal amarrado”, pensó la abuela, dentro más ruidos, así que mejor volvió a intervenir.
– Niñas apúrense—abuelo pareció entender, así que bajo la velocidad, ya estaban los 3 todos sudados
– Ay no comadre, no me lo llevo, mejor vamos a seguir viendo—dijo la del interior mientras cerraba para volverse a cambiar
– Es que no le gusto— dijo la de afuera a la abuela, la cual ya estaba cada vez más pálida— ¿se siente bien señora?
– Sí, es solo el calor— contesto toda nerviosa
– Ya, ya vámonos comadre, te digo, estas marcas nunca traen la talla correcta, siempre están más chicas, bla bla bla—se fueron alejando. La abuela volvió a apurar, sabía que tendría que venir alguien más
– Ya, apúrense, ya está llegando más gente—el abuelo entendió, soltó a Jazmín y con ambas manos tomo la cabeza de Paola y comenzó a mover las caderas cada vez más fuerte
– Aghaghagha—solo emitía la pequeña que comenzaba a asustarse al ver la cara desencajada del abuelo— aagggagggaaagggg— le lloraban los ojos, pero el abuelo no bajaba la velocidad ni la intencidad
– Ya bebé, ya bebé… ya lo estas logrando—el maldito ya era un pistón que le taladraba la garganta, la tenía sujeta por el cabello con una mano y con la otra la sostenía de la nuca; de repente la sostuvo con más fuerza y empujo todo lo que pudo mientras movía la cabeza hacia atrás y ponía los ojos en blanco— aaaahhhh si mi putitia cómetelos todos ahhhh—la abuela toda paniqueada salió del vestidor a ver si había alguien cerca, el abuelo grito fuerte, afortunadamente no había gente cerca, regreso y volvió a apurar
– Ya hombre ya
El abuelo seguía moviendo lentamente la verga dentro y fuera de la boca de Paolita y la saco, hinco a Jazmín y se la metió también— chupa bebé queda un poco para ti, ella lo hiso, el abuelo voltea a ver a Paola y ella tenía la cara y los ojos rojos, había lagrimas por la fuerza de las estocadas que por poco la hacen vomitar, la boca llena de semen—mira Jazmín bébelo de la boca de tu hermana– Jazmín la miro y con duda se le acerco, metió la lengua en la boca de Paola y estas comenzaron a morrearse intercambiando semen, el abuelo al ver esto se comenzó a excitar de nuevo, pero el tiempo era el enemigo ahora, así que guardo su verga y dijo—niñas cámbiense, tenemos que salir
– ¿Pero abuelo y la falda?—pregunto Jazmín
– ¿Y mi ropa?—igual Paola
– Si mis amores, todo lo que quieran, pero primero hay que salir—salieron echándose aire con las manos. Ese día las colmo de regalos, de todo tipo, faldas, blusas, shorts, eso sí, ya no entro con ellas a los probadores, solo la abuela, al final de la jornada, las niñas estaban felices, lo llenaban de besos y abrazos, le decían que era el mejor abuelo del mundo, de regreso al auto, en la complicidad del estacionamiento, les tocaba las nalgas a las 2 a Jazmín incluso le levantaba la falda para tocar su pantaleta y meter su dedo para tocar su culito, ella lo miraba y reía divertida con complicidad, la abuela iba tras ellos cargando muchas bolsas con ropa, viendo la escena en silencio—mujer te toca manejar de regreso, yo iré atrás con mis amores, ah y toma la ruta “larga”, ¿de acuerdo?—dijo el abuelo con tono autoritario pero no tanto, más parecía feliz
– Sí, claro—guardo todas las bolsas en la cajuela del caprice, se subió encendió el auto y comenzó el trayecto
El abuelo iba en el asiento trasero en medio de sus nietas, iban morreándose, besaba a una mientras manoseaba a la otra alternativamente, ambas lo recibían con agrado, hasta se peleaban entre ellas—ya, ya fue mucho, me toca—y así una y otra vez, la abuela solo contemplaba, por el espejo retrovisor, la escena en silencio. El caprice aparte de ser enorme tenía vidrios polarizados, no se veía nada hacia adentro, esto facilito que el vejete desnudara por completo a las dos y comenzara a magrearles los chochitos al mismo tiempo, las dos crías gemían a grito abierto
– Más mas abuelito si más— el cargo en brazos a Jazmín, la sentó de frente a el sobre su verga, sin meterla, solo que estuviera en contacto con ella y comenzó a moverla de atrás para adelante, ella se sujetaba de los hombros y facilitaba el movimiento de caderas
– Aaahhhhh ahhhhhhh siiiiii abuelito no pares… me orino ahhhhhhh que rico— seguía moviendo y con los jugos que le brotaban de la raja, lubricaba la verga para facilitar el movimiento. El volteo a ver Paola, le tomo su manita y se la llevo a su propia rajita
– Tócate solita, vete preparando que sigues tú
– ahhhhhhh ahhhhhhhh, abue que me orino— y así lo hiso Jazmín, se orino sobre su abuelo, él estaba más que feliz; la niña cayo desvanecida sobre el pecho del abuelo, la bajo con cariño y tomo a Paola.
– Bebé sigues tu—ella ya sabiendo cómo era la cosa se sentó solita sobre la verga y comenzó a moverse, moderado y luego más rápido, eran torpes sus movimientos, pero al abuelo lo volvían loco, besaba sus pechitos en desarrollo, incluso chupo tan fuerte uno que le dejo una marca morada y ella ya enloquecida…
– Ahhhhhh ayyyy ahhhhh siii mas mas mas… no pares—el depravado viejo la tomo de las caderas y la guio de delante a atrás como lo había hecho con Jazmín— aaahhhhh oooohhhhh uuuhhhhh si mas, mas, abuelo que rico, no pares aaahhhhhh, siento rico si si si mas aahhhhhh aaaahhhhhh— la niña gritaba como loca y el mas rápido la movia, la aprisionaba contra su verga—– aaahhhh aaahhhhh ohhhhh oooohhhh aaaaahhhhh—
Hasta que noto que la niña no podía más. Tenía la verga dura, toda mojada por sus nietas, incluso orinada por Jazmín; soltó a Paola y tomo a Jazmín, la volteo viendo hacia el frente
– agárrate del asiento y vete sentando—se escupió en la mano y le unto la saliva en el culo, fue guiando la verga hasta el culito, ella se asustó y pego un pequeño gritito—baja no tengas miedo, duele un poco, pero solo un poco—volvió a jalarla hacia abajo y coloco nuevamente el glande, lo introdujo, pero solo el glande, la jalo aún más y la acostó sobre su pecho e hiso un mete y saca lento, Jazmín lloraba quedito, Paola al verla comenzó a besarla en los ojos como queriendo secar sus lágrimas, el abuelo perdido en la gloria, sintiendo su propio placer ya no podía
– aaahhhh aaaahhhhh aaaahhhhh aaaahhhhh—gritaba Jazmín al sentir la verga abriéndole su culo— aaahhhh aaaahhhhh aaaahhhhh— apretaba a Paola con una de sus manos, fuerte, tanto que a Paola de dolía, como compartiendo el dolor— aaaahhhh aaaahhhhh— Jazmín sudaba, sus cabellos algo rizados estaban empapados, pegados algunos a su frente, como los de una mujer que está pariendo un hijo—- aaahhhh aaahhhhh aaaaahhhh— ya gritaba en serio
El abuelo realmente estaba en la gloria, sintió cosquillas en sus huevos, así que aumentando la velocidad eyaculó una gran cantidad de semen dentro del culito de su nieta— ahhhhhhhhh seeee ahhhhh— bramaba como poseso— que placer mi amor y en el éxtasis se atrevió a meter un poco más—Jazmín seguía gritando hasta que finalmente el abuelo se quedó quieto, bufando, moviendo rápido la cabeza de un lado a otro
La abuela solo miraba en silencio, noto estar cerca de la casa y dijo—ya cámbiense ya vamos a llegar, pónganse la ropa y abran las ventanas, huele a sexo, voy a dar una vuelta más a la colonia para que les cambie el color de la cara que la traen toda roja— el abuelo ayudo a vestir a Jazmín mientras la besaba y secaba sus lagrimas
– Ya bebé, perdón, me deje llevar, ¿Dolió mucho?
– Sí, mucho
– Bueno mira, ya no lo haremos así, haremos solo lo que tú quieras
– ¿De verdad?
– Si
– ¿Y yo que?—dijo Paola poniendo su short con dificultad
– Tú también mi reina, las dos– y las jalo y las beso en la boca a lengua suelta—pero eso sí, ni una palabra a su madre– diciendo esto vio la mirada de la abuela por el espejo retrovisor
– No abue
– No abuelito
Se despejaron y llegaron a la casa, ahí estaba su hija y nieto, ella con un falda holgada, lavando platos y el sentado en la mesa de la cocina viéndola
– Hola—dijo el abuelo—ya llegamos
– Se tardaron una eternidad, ¿pues qué tanto les compraste?—pregunto mi madre toda extrañada
– Unas cuantas cosas, pero aparte no la pasamos viendo las tiendas del moll, ya sabes cómo son las niñas—diciendo esto voltea a ver a la abuela y esta solo agacha la vista— ¿te molesto la espera o qué?—pregunto el abuelo a mi madre
– No, para nada papa, Roberto y yo tuvimos una agradable tarde madre e hijo—mirándome con una sonrisa y yo devolviéndola con una sonrisa de oreja a oreja—de hecho Roberto de rato tenemos que terminar esta conversación entre tú y yo ehh—dijo mi madre y yo más sonrisas
– Si mama
– Pues ¿que traen ustedes?
– Nada papa cosas de madre e hijo, ¿y las niñas?
– Subieron a cambiarse y probarse la ropa que les compre
– Espero no haya sido mucha
– No que va, además se la merecen, verdad mujer— mirando a mi abuela y ella solo baja la vista con un discreto “si”
Fin de la tercera parte
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