El pequeño semental 5 (Sorpresas que da la vida)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La casa estaba en silencio, ya todos estaban en sus respectivas recámaras, bañados y empijamados; el abuelo en su cama tenia calor, pero no del calor común, se trataba más bien de un calor que salía de su entrepierna, no dejaba de pensar en sus nietas y lo mucho que había disfrutado, recordando incluso cuando se cogió a su propia hija décadas atrás, disfrutaba coger con ella, sodomizarla, era una hembra caliente, pero no se comparaba a cuando era adolescente y que él fue quien le enseño las perversiones de la vida y sobre todo como disfrutarlas, esos momentos fueron únicos, sus pechos firmes, su vagina estrecha… ”La inocencia siendo corrompida por el placer”… eso le dio mucho morbo en aquel entonces, ahora ella ya era toda una mujer, ya había olvidado lo que era el sabor de una raja tierna. Pero ese día lo había recordado con sus nietas, nuevamente escuchar los gemidos de voces jóvenes (Muy jóvenes), como van descubriendo que hay cosas que saben tan delicioso, ese día también había recobrado bríos, ya que con su hija si bien le iba cogía un vez a la semana, su potencia ya no era la misma, o eso pensó el, porque con sus nietas había acabado 2 veces sin ningún problema y fácilmente pudo haberse aventado otros dos palos más con ellas… lo ponían a cien.
En eso pensaba y su pene por reflejo se erecto, aumento su “calor”, tantos recuerdos y “ajetreo” del día y quería más, volteo a ver a María su mujer, a sus 55 años se conservaba de buen cuerpo, tenía cintura aún estrecha y caderas suaves, pechos no tan firmes pero tampoco aguados ni muy caídos; eso sí, no tenía las llantitas de las cuarentonas-cincuentonas, su piel aún era suave, olía a limpio, sus nalgas se veían a través de la trasparente ropa de dormir
– “¿Hace cuánto que no me la cojo?”— pensó—creo que desde que empecé a coger con Luisa, o No?– trataba de recordar, pero no podía, había pasado tanto tiempo y como nunca le reclamaba algo, pues él se pasaba casi todas las noches con Luisa, cogiendo a grito abierto, incluso cuando su hija se caso embarazada del mocoso ese, lo visitaba con frecuencia; como su yerno trabajaba en horarios nocturnos, muchas noches ella lo visito con los niños; las niños dormían en la cama con la abuela y él con ella en su cama de soltera o en otras el pasaba la noche en casa de ella “cuidándola” porque según esto le daba miedo dormir sola.
– Sí, creo que tengo mucho sin cogerme a María, como que ya le toca— pero al mismo tiempo no dejaba de pensar en sus nietas y sus tiernos culitos, pequeñas rajitas, subdesarrollados pechos, esto aumento su erección con solo acordarse, se giró hacia su esposa y la acaricio en la cintura, pego su pija a sus nalgas, ella despertó desconcertada, eso ya no lo hacía el con ella, volteo y lo miro con duda— mujer ando “cariñoson”— le dijo el cómo cuando eran jóvenes y quería coger con ella
– Cenón estoy cansada, hoy fue un día muy pesado para los dos—diciendo esto lo miró fijamente, tratando de hacerle recordar todo lo que habían hecho en el moll—déjame dormir por favor
– Es que en verdad ando cariñoson y no creo que se me baje ahorita
– Pero yo hoy no quiero—como si otros días si, pensó el abuelo
– Anda, nomás tantito, acabo rápido
– No, ya te dije que no
– Entonces ¿me quedo así?— mostrándole su erección dentro de su bóxer
– Pero de verdad, estoy cansada y no quiero hoy
– Bueno entonces que hacemos
– No sé tú sabrás
– Mmmm y ¿si traes a Jazmincita, para que me haga compañía?
– ¿No llenaste hoy con ellas?
– Anda, de verdad lo necesito—ella vuelve a ver la erección de su esposo y finalmente termina “cediendo”
– Está bien, voy por ella, pero no regreso rápido, primero tengo que ver que todos duerman y luego despertarla a ver si quiere venir
– Si, corre— dice el abuelo acostándose boca arriba poniendo las manos bajo su cabeza y sonriendo satisfecho como señorón que es.
La abuela sale de la recámara, sigilosamente visita cada una de las demás habitaciones de su casa, la cual es bastante grande hay que decirlo, cerciorándose que todos duermen, termina en la habitación de Jazmín, suavemente se acerca a despertarla, la mueve, le susurra al oído
– Jazmín… Jazmín… Jazmiiiín—aumenta la voz, Jazmín despierta, frotándose los ojos, como queriendo que eso borre el paño que le impide ver
– ¿Abuela? ¿Qué pasa?
– ¿Quieres venir a nuestra recámara con tu abuelo? Es que quiere jugar contigo como en el moll… ¿quieres?
– Pero ¿ahorita?
– Si, así es tu abuelo, se le antoja “jugar” a cualquier hora— dice la abuela en tono sarcástico
– Ok, deja me cambio
– No, así estás bien— dice la abuela viéndola en una blusa de tirantes muy delgada y pantaleta blanca de tamaño mediano—“con eso acaba más rápido el vejete”– pensó. Caminaron las dos por la penumbra de la casa, hasta llegar a la habitación del abuelo, este ya las esperaba, con su pequeña lámpara del buró encendida
– Hola hermosa
– Hola abue— contesto con una sonrisa
– Ven siéntate conmigo que vamos a jugar
– Si—brinca a la cama, el viejo la ve, su verga brinca como resorte
– Ven, acércate para que te bese como en el moll, ¿te acuerdas?
– Si, jijiji—
Ríe al acordarse del magreo que se dieron. Él la toma, por la cintura la jala hacia él y comienza a besar en la boca, sus lenguas se enroscan, de la cintura su mano baja a las nalgas de Jazmín, ella suspira, ya sabe lo bien que se va a sentir eso, la besa con más pasión mientras su mano entra por debajo de la pantaleta para tocar la nalga desnuda, la aprieta, Jazmín gime y lo sigue besando, ella lo toma con ambas manos de la cabeza para facilitar sus besos, el abuelo mete un dedo hasta su raja, la cual ya está mojada, ella mueve las caderas, gime quedito, cierra los ojos abre más la boca sacando mas su lengua para meterla dentro de la boca de su abuelo. Este como todo un experto comienza a quitarle su blusa y a acariciar sus subdesarrollados pezones, la levanta un poco para chuparlos, Jazmín gime quedito sintiendo la boca y lengua de su abuelo hurgar en sus pechos.
El abuelo baja su pantaleta rápidamente dejando expuesta su concha y su culo, al mismo tiempo se quita su bóxer y su verga salta vigorosa, Jazmín la ve y la acaricia regresando a besarlo a lengua suelta, los dedos del abuelo ya comienzan a deslizarse sobre la pequeña concha de Jazmín e introduce el dedo medio
– Ahhh aaahhh aaahhh— Jazmín se queja quedito
– No hagas ruido bebé, debemos ser silenciosos o despertaremos a medio mundo— le susurra el abuelo al oído
– Si abue, aahhh aahhhh—vuelve a gemir quedito al sentir el dedo moverse dentro y fuera de su concha— si, si, si abue, más rápido—Jazmín lo abraza fuerte y a ojos cerrados gime despacio. El abuelo saca su dedo y coloca su verga entre las piernas de Jazmín sin penetrarla, ella arriba de él se ve tan pequeña y más bizarra la escena cuando ella comienza a mover sus caderas para masturbar el pene de su abuelo con su entrepierna— aahh aahhh aaahhh abuelito siento mucha humedad en mi rajita
– Si pequeña, es que estás muy arrecha, síguete moviendo, si bebé así, mas, mas, mas… más rápido—Jazmín mueve sus caderas de arriba abajo, deslizando la verga de su abuelo en la abertura de su raja.
La abuela los mira en silencio de pie en la cama, finalmente algo la regresa a su mundo se quita su bata y se acuesta al lado de ellos dándoles la espalda y trata de dormir, en verdad ella está agotada, ese día para ella fue muy estresante, al ir durmiendo, entre los gemidos de su nieta y su esposo, recordó su juventud, el esplendor de su cuerpo, cuando conoció a Cenón, su cortejo tan eficaz, era todo un don juan, no le fue difícil conquistarla y hacerla suya, a pesar de venir de una familia de principios muy conservadores, a las 2 semanas ya la tenía, en un camino apartado, en el asiento trasero de su Wolfwagen sedan amarillo (O un bochito, como les decimos por acá), toda abierta de piernas gimiendo ante los lengüetazos que le daba…
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– Aahhh aaahhh aaahhh, Cenón, que rico siento, aahhh aaaahhh aaahhhh, nunca lo había sentido—gemía la abuela
– Te dije que te iba a encantar María y a mí también, tu concha sabe delicioso—y volvía a meter la lengua en la raja de ella. Se levantó y desabrocho su pantalón para sacar su pito
– Cenón ¿qué vas a hacer?—una pregunta algo estúpida por parte de la abuela, quien estaba algo atemorizada
– Algo más rico aún mi vida, te va a gustar más—colocó su verga en la entrada y la fue penetrando hasta sentir su himen virginal—ya llegue a donde quería, ahora si aguanta un poco ahí te va—le metió más el pene desgarrando su himen
– Aaaahhhh aaayyyy Cenón, duele, despacio, aaayyy
– Tranquila mi vida ya pasará
Y así fue, ella gemía ante las arremetidas del abuelo y ya nada importaba en ese momento, el Bochito rechinaba como si de un catre viejo de tratara.
– Aaahhh aaaahh aaaahhhh si, aaahhhh aaahhhhh
– Aaahhhhh— grito el abuelo al sentir su semen entrando a lo más profundo de la concha de María.
Se embarazó 3 meses después, y se tuvieron que casar, Cenón no quería problemas con la familia de María (De armas tomar), su vida fue “normal”, no hablemos del megasexo, solo el que una pareja marital tienen que con el tiempo va disminuyendo, se hace rutinario, le dan más prioridad a otros eventos, en fin, la rutina simple de un matrimonio. Así fue sumergiéndose en un sueño más profundo, recordando cuando su hija comenzó a desarrollarse, volverse más coqueta, típico desarrollo de una adolescente, sólo que en ocasiones la veía demasiado apegada a su padre, más que de lo que lo debería ser. Ella muchas veces contemplaba en silencio como ella se le sentaba en las piernas y lo colmaba de besos, lo acompañaba a todas partes que pudiera ir con él; él siempre la escogía primero a ella que a su propia esposa.
Una tarde mientras salía a jugar canasta con su club de amigas, se percató a medio camino había olvidado su bolsa, regreso, abrió la puerta, se extrañó de no ver a su esposo en la sala, se dirigió a su recámara y al ir subiendo las escaleras escucho ruidos de su recámara, ruidos sexuales…
“Me es infiel”—sintió un balde agua fría caía sobre su ser, le temblaron las manos y flaquearon las piernas, siguió caminando hacia la habitación y los ruidos eran cada vez más claros; cual fue su sorpresa al ver hacia el interior de su recámara, no lo pudo creer…
Ahí estaba su hija en una rara posición, Cenón tras de ella y ella con las piernas abiertas, agachada hacia adelante tocando con sus manos el piso, doblada por sus caderas, parecía una “V” invertida, Cenón le metía la verga con coraje y a cada metida, la empujaba, lo que hacía que ella tuviera que moverse hacia adelante para no caer, parecía una araña caminando en cuatro patas, Cenón tenía la cara desencajada.
La está violando—pero puso más atención en su hija Luisa, traía aun las coletas en el cabello que se hacía para ir a la escuela, por lo que podía ver libremente su rostro, vio que ella abría la boca y gemía, al mismo tiempo que al desplazarse reía divertida—eso no es violación… pero ¿Por qué?—no entendía la aberración que veía, pero tampoco podía dejar de verlos, sentía algo extraño, ¿Repulsión? no… ¿Asco? tampoco… ¿Excitación? mmm no creo. Lo que si no podía dejar de verlos.
– Vamos perra, amacízate para que no te caigas que tela voy a meter bien duro—decía el abuelo con voz ronca.
– Sí papi, si, así más fuerte… ayyyyyyy, me vuelves loca siiii—
Cenón comenzó a pegarle, María aún más se sorprendió al ver la reacción de su hija
– si pégame, me he portado mal, soy una puta, pégame mas— Cenón le pegaba a puño cerrado en la espalda de la niña, en ese momento María pensó que la podía lastimar, pero los gritos de placer de la nena no bajaban— ayy ayyy ayyy papi, me duele, ayyy si soy tu puta, me lo merezco, pégame— y él le pegaba al mismo tiempo que se la metía, con su cara contraída, enojado, cualquiera diría que estaba fúrico, pero en realidad estaba más que excitado. De repente dejo de pegarle, escupió en su culo y comenzó a dedearla— papi ¿ya?
– Si, ya— contesto Cenón al mismo tiempo que se la sacaba y comenzaba a meterla por el culo, Luisa abrió los ojos, cuando Cenón la levanto de los cabellos, haciendo un arco perfecto con su espalda y comenzó a taladrarle el culo—si papi, me enculas… rico… ayyy si aahhhhhh ohhhhhh mas rápido— María se sorprendía por la flexibilidad de su hija, el aguante y la lascivia de la situación
– Toma perra, toma, disfruta la verga de papa—decía su esposo, al mismo tiempo que se movía como un pistón, siguió nalgueando a la nena y dándole puñetazos de vez en cuando, ella más gemía cuando el papa más agresivo era. María impávida con la boca seca, no sabía cómo reaccionar, Cenón sin sacarle la verga del culo la levanto, sujetándola del torax, Luisa movió sus brazos hacia arriba y atrás par sujetarse de su padre y este comenzó un mete y saca teniéndola a ella en el aire.
– Papi, rico… si aahh aaahhhh aaahhh, que rico me enculas, mas fuerte papi… mas fuerte— gritaba Luisa con toda la cara sudada y la boca abierta— aaahhh aaaahhh
Cenón se la llevo cogiéndosela hasta el borde la cama y ahí la bajo, dejando sus pies apoyados en el piso y su pecho sobre la cama, ahí aumento las arremetidas que le daba, volviendo a nalguearla
– Aaahhh aaaahhh si papi mas, mas aahhh aaahhhh ooohhh aaauuuuuccchhh—grito al sentir un salvaje puñetazo sobre su espalda, Cenón parecía un maniático sobre ella, la fuerza con la que se la metía sin piedad, a María ya le temblaban las piernas— aaahh papi, pégame más fuerte— Cenón no se dejaba esperar y arremetía contra jalándola de los cabellos, entre estocadas de verga en su culo, nalgadas y puñetazos en la espalda de ella. María no podía pensar que se podía aumentar la velocidad de las metidas, pero se equivocó, Cenón aumento las pistoneadas como un auto de formula 1; de repente lanzo un ronco grito y se arqueo volteando al techo.
– aaaggggghhhhhh, toma perra, ahí te van mis mocos por tu culo, tómalos todos aagggghhhhhh— bufaba como toro y soltándola de los cabellos la tomo de la cintura para poder meter más aun su verga, María pudo ver como pinía los ojos en blanco haciéndolo ver como un verdadero pervertido. Luisa también recibía su ración de placer, su cara no dejaba mentir, estaba teniendo un orgasmo con los ojos también en blanco y la boca abierta— aaahhh aaahhh si perra, tomalos todos— Se desenchufo de ella la giro la hincó y se la metió por la boca— límpialo, tienes que aprender a ser una buena puta, aprende a aguantar el sabor de tu caca, créeme, eso en algún momento te salvará de algo, jejeje… chupa, límpialo con tu lengua
María ahora veía a su hija con los ojos cerrados realmente concentrada en la limpieza del pene de su marido, con un esmero que a ella le hubiera encantado se lo dedicara a su escuela, pero no, se lo estaba dedicando a la verga de su papa. En eso Cenón voltea a la puerta y ve a su esposa, sus miradas se cruzan, el queda pálido y ella también, Luisa sigue con los ojos cerrados limpiando los restos que le quedan a la verga de Cenón, María decide entrar a la habitación
– Olvidé mi bolsa, por eso regresé—dijo con voz temblorosa, haciendo que Luisa abriera los ojos como platos y casi se desmayara del susto, desde el suelo volteo a ver a su padre quien también la veía sin saber que hacer o decir— oh, ahí está— dijo María sin voltear a verlos, tomó la bolsa y salió de la habitación ahora sin voltear atrás escucho un “¿Y ahora?” de su hija y una respuesta de “no sé, tu solo sigue mamando” de su esposo… lo siguiente que escucho fueron los quejidos guturales que su hija hiso cuando le vuelven a introducir la verga por la boca…
– Mmmgmmgmmmgggg
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Aún dormida, María podía escuchar los sonidos guturales de su hija, pero… no era su hija, abrió los ojos y volteo hacia su esposo y lo vio acostado de lado con Jazmín por delante de él sosteniéndole una pierna en el aire mientras le penetra la raja con rapidez, Jazmín gime cada vez más fuerte, estaba empezando gozar una cogida, María mira hacia la entrepierna de la niña y ve rastros de sangre y semen, por lo visto era la segunda vez que se la cogía. Volteo hacia Jazmín le tapo suavemente la boca para que no hiciera tanto ruido
– Sshhhh mi amor, vas a despertar a todos— Jazmín abre los ojos, sus pupilas están dilatadas, mira a su abuela y vuelve a cerrar los ojos disfrutando los embates del abuelo, quien aumenta la velocidad y da un pequeño grito
– AAggghhhhh, mi perrita, ahí va de nuevo— se vacía en su interior, Jazmín gime más fuerte y se retuerce en los brazos de su abuelo.
– Mmmgggmgmggmg— solo se alcanza a oír de jazmín, ya que su abuela le tapa la boca con más fuerza. Cenón empuja fuerte hasta terminar de eyacular todo su semen dentro de su nieta, se la saca, se acuesta boca arriba y le dice
– Ven “bebe” limpia la verga del abuelo—Jazmín aún agitada y recuperando la respiración se queda mirando la verga manchada con sangre y semen, siente asco, la abuela lo ve y dice
– No Cenón, ya es tarde y tiene que dormir, mira sus ojeras— la toma de la mano y así desnuda se la lleva con su ropa en la mano, la viste en su recámara y la acuesta arropándola y dándole un beso en la frente, como lo haría una abuela normal con su nieta— descansa pequeña—regresa a la habitación, Cenón aún esta con la verga de fuera, ella se acuesta a su lado y el sin preguntarle la toma de la cabeza y la dirige a su pene
– Límpialo tú, ahorita ni de chiste me baño— María por primera vez le chupo la verga manchada con sangre… sangre virginal de su nieta…
En la habitación contigua, Luisa estaba con los ojos abiertos, mirando el techo, había escuchado todo, no necesitaba verlo para saber lo que había pasado, pero ahora cómo reaccionaría ella. Ese mismo día se había cogido a su hijo y ahora su padre desfloraba a su hija mayor, eso sólo confirmaba sus sospechas que algo había pasado en el moll. Mañana sería otro día, por lo pronto tendría muchas cosas en que pensar.
Fin de la quinta parte
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