EL PLACER DE UNA CONCHUDITA.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando mi tío estaba separado de su mujer se vino unos días a vivir a la casita del fondo de casa; con papá los findes aparecían entonados pero no eran borrachos agresivos; por el contrario cariñosos y hasta pesados de tanta dulzura.
Mamá aunque no podía ocultar su tranquilidad hacía como que lo retaba a papá y yo con mi tío jugaba a lo mismo.
Yo andaba por los 12 años y eramos una familia de los denominados robustos ya que mi cuerpo era de una adolescente prácticamente.
Después de comer bajo la parra en esas hermosas noches de verano cada cual a su cama y fue cuando en una oportunidad tuve que llevarle una tolla a mi tío y el si bien no estaba ebrio solo algo feliz me dio las gracias y como al descuido recibí un pico, cuando nos separamos el bajo la vista y me pidió disculpas al tiempo que me rogó no dijera nada que no entendía pero que me había visto muy linda y tan mujer.
Me alejé rápidamente y en mi cama antes de dormirme no podía sacarme la inquietud ya que si bien los maduros en la calle y los de secundaria en el cole eran mas que atrevidos en sus dichos esto era diferente.
alguien de mi sangre a quien yo admiraba y retaba aunque algo festivo me había dado el primer beso.
Al otro día esquive su mirada pero quería saber como era la suya y para mi incomodidad lo vi relojear mi cuerpo de arriba abajo.
Nos sentamos juntos y lo noté mas tranquilo, después del almuerzo en la charla de sobremesa sentí su mano como al descuido rozando mi muslo; empecé a ayudar a mamá a levantar el servicio y zafar de algo que aunque no sabía si era casual me trastornaba aun sin descubrir si era miedo o despertar.
Volví a sentarme donde antes y esta vez como acomodando el cuerpo de a poco me fuí contra él buscando su mano.
En los mates de la tardecita cruzamos miradas y aún sin saber yo que quería me puse en seductora siendo que apenas había empezado a ser "señorita".
En la madrugada sentí toques en el ventana aún despierta sin correr las cortinas sabía que era él, me hizo señas para entrar y negué con la cabeza, insistió y entró.
Yos estaba con ropas de cama y el en short, nos sentamos en la cama y me dijo que lo de la otra noche había nacido tan de adentro que no se arrepentía y que moría por hacerlo de nuevo.
Le recriminé lo dicho recordando que era mi tío a lo cual el contestó que era una pena que no lo viera como hombre ya que él se deslumbraba en mi condición de mujer.
Me tomó de la pera y pese a una negativa mía me pidió que por favor una vez en la vida me dejara saborear esos labios tan sensuales.
Craso error cometí al acceder, me comió la boca y cedí mas allá de los labios recibiendo su lengua dentro de mi boca al tiempo que sus manos exploraban mi cuerpo, me solté como pude y le dije que basta.
me volvió a tomar de la pera para inundarme la boca de saliva y lengua y yo ya ardiendo lo abracé sintiendo como sus manos subían mi enagua acariciando mis piernas, cuando busco abrir mis piernas apreté las mismas y en un susurro sentenció: "sos demasiado mujer para no dejar que te disfrute" y las abrí para que el con sus dedos explorara mi humedad en mi virginal clítoris; perdí, me bajó la bombacha sin parar de besarme, mientras subía mi corpiño para descubrir mis marrones y durísimos senos, los cuales saboreó con maestría y bajó su lengua por mi pancita deteniéndose un ratito en el ombligo y seguir hasta mi conchita para empezar a chuparla con una delicadeza tan intensa que me hizo morder la almohada para que mis gemidos no se hicieran gritos y fuí yo la que le pidió que me cojiera y él casi de una apenas me puerteó, entró y yo me arqueé de dolor y placer abriendo al máximo las piernas para recibirlo todo, todo y le pedí una y otra vez que me jurara amor y que solo yo sería su mujer.
Fuí al cole siendo mujer y contuve mis ganas de contar lo sucedido ante las conversaciones niñas de mis colegas y los chicos me parecieron más estúpidos que nunca.
Volvió con su ex un tiempo para mi rabia y me juró que solo era por los niños que entre ellos no pasaba nada y la noche que volvió apareció en mi cuarto con una petaca de licor de la cual bebí un par de tragos quedando mareada.
Era para que empezara a chuparle la pija, lo sentí jadear de placer y retorcerse en la cama con su verga llenándome la boca con esas venas tibias y palpitantes para sacarla y hacerse masturbar en medios de besos de lengua fatales y sentí como descargo su semen en mi mano, fue un torrente impresionante.
Con un dedo suyo cargo algo de él para llevarlo a su boca mientras me miraba fijamente y entendí el mensaje, llevé mi mano a mi boca para chupar de ella la leche que había allí; no me resultó tan grave.
no era tan asqueroso y a partir de esa noche siempre me bebí sus acabadas limpiandole la pija con mi lengua.
Una noche me manoseó toda estando en la mesa y yo con la calentura a full estaba dispuesta a coger delante de mis padres si era necesario demostrar mi amor, alguna veces me pidió que caminara con mas disimulo que se me notaba demasiado el don de hembra provocativa y "conchudita" que pedía verga de su macho.
En una madrugada apareció con su petaca y le dije que no tomaría nada ya que me quedaban náuseas al otro día que lo quería lo pidiera.
La cola.
Me convenció que el tamaño de mis nalgas reducirían el largo de su pija y así empezó; el ardor, sentir como abría las paredes intestinales y sus ojos cerrados con la sonrisa de placer al susurro de: "guacha.hembra.puta.mujer.y mía solo mía.de ahora en más si hay otro no me importa.yo te usé toda.yo te cogí y recogí.yo soy tu macho.
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