El primer masaje a mi hija (4)
Quiero entregarles mi cuarto relato, de la aventura con mis pequeñas hijas..
Después de haber hecho el amor con mi niña hermosa ese fin de semana, en mi mente rondaba cada día lo bello que fue y como paso todo entre los dos, fue especial y lindo todo lo que vivimos esa noche, mi niña hermosa había conocido el placer que se sentía cuando hacías el amor con el ser amado.
Mi intención era guardar por siempre dentro de mí ese momento para recordarlo cuando quisiera volver a vivir esa noche mágica.
Mi niña hermosa no cambió conmigo en ningún momento, pero tampoco me hablaba del tema, no quise recordarle, quería que el recuerdo permaneciera en el tiempo.
Siguió siendo especial conmigo como lo era antes, pensaba que no se sentía mal y que no me lo reprochaba, por el contrario se sentía bien como habían pasado las cosas esa noche.
A la mañana siguiente que paso lo nuestro me desperté primero y me quede observando su esplendoroso cuerpo desnudo, solo lo observe pero no la toque, hasta que ella despertó, me miró de una manera tan tierna que me doblega, solo se me ocurrió darle un beso en su frente.
Te amo mucho mi niña hermosa, gracias por haberme dado tu hermoso tesoro y por lo feliz que me hiciste.
Ella me miró con su ternura angelical que movía todo dentro de mi.
Papi, tú también me hiciste feliz y por eso te quiero mucho.
Pasaron varios meses y el recuerdo seguía en mi mente, deseando poder volver a vivir otra hermosa noche.
El temor a que pasaran más cosas y que mi esposa se diera cuenta, me hacían tener paciencia y esperar, pensaba que era lo mejor.
Recuerdo que fue una semana antes de mi cumpleaños, cuando se presentó una situación especial, digo especial, porque ese día mi pequeña niña llegó del colegio diciendo que estaba muy cansada y que le dolían mucho sus piernas porque la clase de educación física estuvo fuerte, diferente a otros días, reflejaba en su rostro el cansancio.
Hija de verdad te ves muy agotada deberías darte una ducha y te recuestas para que descanses mejor, las tareas las puedes hacer mañana que no tienes clase.
Papi, me parece buena idea, me daré una ducha y luego iré a dormir.
Yo seguí en la sala con su hermanita viendo televisión, pasaron algunos minutos y vi que mi niña hermosa salía hacia el baño, que bien pensé, así estará mejor.
No había pasado algunos minutos cuando salió del baño cubierta con una toalla y se fue a su cuarto, al verla pasar a su cuarto cubierta con la toalla, vino a mi mente la imagen de su bello cuerpo desnudo y despertó el deseo de estar cerca de mi hermosa niña.
Me levanté del sofá donde me encontraba y me dirigí a su alcoba, al entrar la vi acostada cubierta con su sábana.
Mi niña hermosa como te sientes ahora.
La verdad papi, estoy muy cansada, me duele todo mi cuerpo y mas mis piernas, me tome un calmante que nos da mama para el dolor y espero me pase pronto.
Mi niña hermosa, te va a pasar pronto, estés tranquila.
Salí de su alcoba y me fui a la sala, ya estaba entrando la noche y mi esposa llegaría un poco tarde ese día, no recuerdo el motivo, solo que había avisado que llegaba tarde ese día.
Todo me daba vueltas en la cabeza, no entendía porque el recuerdo de nuestra primera noche era tan intenso en ese momento, empezaba a temblar de pensar en que podía entrar a su cuarto y decirle que deseaba vivir nuevamente aquella maravillosa noche.
Sin embargo algo dentro de mi me lo impedía, sabía que no estaba bien lo que había pasado ese día, era mi pequeña hija de tan solo 13 años, que había hecho el amor conmigo aquella noche mágica, pero estaba sola esa vez y no podía repetirse.
Mi deseo era fuerte e incontrolable, cuando me senté en el sofá le dije a mi hija menor que si quería salir un poco al parque del conjunto, que yo quería descansar y como su hermana estaba cansadita, no quería que estuviera sola, mejor que fuera a jugar con sus amigas una hora, al escucharme me dijo si papi, voy a jugar un rato.
Esperé a que saliera del apartamento, luego me dirigí a la alcoba de mi niña hermosa, abrí suavemente la puerta para no despertarla, pero ella estaba despierta.
Que pasa papi, porque entras así de pasito.
Nada mi niña hermosa, solo que como me dijiste que te dolía mucho tu cuerpo y más tus piernas, quiero darte un masaje en tu cuerpo para que te sientas mejor y puedas descansar, tu hermana bajó a jugar con sus amigas mientras llega la mami y estamos solos.
Si papi dale, el masaje me ayudara a descansar, solo el masaje verdad papi?
Cuando ella dijo eso, me puse muy nervioso, no se porque dijo solo el masaje, pero no pregunte, no era el momento, hubiera querido decir si quería algo más que el masaje, pero deje así, con el masaje podría sentir todo su cuerpo en ropa interior pensé.
Fui hasta el baño de ellas y tome el aceite que usaban en algunas ocasiones, entre nuevamente a su alcoba y me senté a los pies de la cama.
Esperemos que con este masaje te mejores mi niña hermosa.
Esperemos que solo con tu masaje me sienta mejor papi.
Nuevamente me insistía que solo el masaje, pero no me atreví a preguntarle si deseaba algo más, era un riesgo innecesario pensé.
Levante un poco la sábana y la baje hasta su cintura, quede frió, ella estaba con su camisón azul, el mismo de nuestra primera noche de amor, del que la despoje, todo fue más confuso, no sabía si era un mensaje de ella o solo una casualidad, pensé cómo podría saber ella que vendría a su alcoba.
Papi te quedaste callado te pasa algo dime?
No te preocupes mi niña hermosa solo pensaba en algo pero ya pasó.
Dime papi quiero saber en qué pensabas.
Hija es que al verte con tu camisón azul recordé inmediatamente esa maravillosa noche cuando hicimos el amor por primera vez.
Papi, en serio te acordaste como estaba vestida esa noche.
Mi niña hermosa, jamás olvidaré esa noche, es la mejor noche de mi vida y por eso es muy especial para mí, recuerdo bien como estabas vestida y lo hermosa que te veías.
Sabes papi, pensé que no recordabas lo que había pasado esa bonita noche.
Al escuchar esas palabras, estaba seguro que había sido muy feliz y que seguramente deseaba que pasara nuevamente.
Para nada mi hermosa niña, ese recuerdo quedará grabado en mi corazón y mi mente para toda la vida, como olvidar cuando hicimos el amor por primera vez y me diste tu más valioso tesoro.
Que lindo papi que nunca lo olvides, porque yo tampoco lo olvidaré.
Al bajar la sabana se notaba su panti blanco, sentí un corrientazo por todo mi cuerpo, no era para menos, verla en su camita acostadita como aquella noche, despertaba deseo en mi y la ilusión de volver a estar con ella.
Deje caer aceite en mis manos y luego la lleve a sus pies, frote mis manos en sus dos pies, se sentían tan pequeños y al contacto mi pene estaba ya erecto, los masajeaba muy suave, primero sus dedos y después la planta de sus pies.
Papi, me haces cosquillas.
Solo la mire y sonreí, era mágico ese momento para mi, los dos solos otra vez, podía contemplarla nuevamente, empecé el masaje con ella boca arriba, tome el aceite y deje caer gotas en sus lindas piernas desde los pies hasta sus rodillas, después mis manos empezaron a masajear sus piernas, lo hacía con mucho cuidado, suave, pensando en quitar su dolor, no lo niego y queriendo despertar placer en ella.
Lo hacía desde sus rodillas hasta la punta de los pies, ella solo movía sus manos llevándolas a su cara, me quedé mirándola y ella hizo lo mismo, le sonríe un poco.
¿Te gusta lo que sientes mi niña hermosa?
Hizo un gesto con su cara diciéndome que sí.
Me sentía a gusto con su respuesta, pensaba que sentía alivio y que las sensaciones que le despertaba el masaje le gustaban.
Seguí con mi masaje, le dije que levantara un poco sus piernas para poder hacer bien el masajear, las levanto un poco dejando al descubierto su panti, podía ver su colita, deslizaba mis manos de arriba hacia abajo, de sus rodillas hasta sus pies apretando suavemente, deje caer más aceite en sus piernas; baje sus piernas e hice algo con mucho temor, subí su camisón hasta la altura de su estomaguito quedando descubiertos plenamente sus pantis.
Me quedé mirándola fijamente a sus ojos y ella hizo lo mismo.
Voy a seguir con el masaje sobre tus muslos, para que te sientas mucho mejor mi hermosa niña.
Me miró y volvió hacer un gesto con su cara de está bien, no me hablaba y yo deseando que lo hiciera porque quería saber lo que sentía.
Deje caer aceite en sus muslos, al sentirlo encogió un poco su cuerpo, no se si fue por placer o por lo frío del aceite, coloque mis manos sobre sus muslos y empecé a masajearlos suavemente, deslizando mis manos hasta sus rodillas y luego las subía lentamente hasta el borde de sus pantis.
Empecé a temblar mucho en ese momento y ella se dio cuenta.
Papi porque estas temblando tanto?
Mi niña hermosa se siente mucho? ya sabes lo que siento cuando veo tu cuerpo, aunque quiera no puedo evitarlo, eres muy hermosa.
Papi, ¿luego qué estás sintiendo ahora?
Tu sabes mi niña hermosa, cuando te veo asi con tu cuerpo maravilloso que tienes, sabes el deseo que despiertas en mi.
Papi, mi hermana puede llegar y nos puede ver.
Me quedé en silencio, era claro su mensaje, solo deseaba su masaje.
Seguí con mi masaje, separare un poco sus piernas y ella lo permitio, su camison cubrían desde su estomago hasta su cuello, la verdad yo deseaba ver todo su cuerpo y su bella vaginita, me enloquecía pensar que solo debía bajar su panti para verla, sin pensar que ella me dijera que no, el deseo mi impulsaba a hacerlo, estaba tan cerca de ella, entonces me levanté y subí a su cama, coloque sus piernas en medio de las mías para poder darle mejor el masaje y sentir su cuerpo, me incliné y coloque mis manos sobre sus muslos y las fui desplazando hasta la manga de su panti, no la miraba a ella, solo miraba su bella vaginita cubierta por su panty, le apretaba suavemente sus muslos deslizando mis manos desde sus rodillas hasta sentir que tocaban su vaginita por encima de sus panti, intento cerrar sus piernas pero mis manos se lo impedían, espere su reacción, solo que no dijo nada.
Baje nuevamente mis manos hasta sus rodillas y luego volví a subirlas, rodeando sus muslos con mis manos y apretandolos un poco más, solo que no aguante, no detuve mis manos, las deslice pasando por encima de su vaginita rozando suavemente hasta llegar a su estómago, luego las bajé pasando por encima de su pubis deslizando mis manos por medio de sus piernitas y acariciando su vaginita por encima de su panty blanco, verla asi, aumentaba mi deseo, el blanco la hacia ver mas sensual y angelical.
La miraba a sus ojos pero los había cerrado, la expresión de su rostro mostraba que su deseo había despertado.
Nuevamente empecé el masaje desde sus rodillas y deslice mis manos por encima de sus muslos apretandolos suavemente hasta llegar a las mangas de sus pantis, mis manos entraron por ellas hasta llegar a su estómago, las bajé masajeando su pubis sintiendo sus vellitos hasta llegar a su vaginita y sus labios vaginales, no entre mis dedos, solo la masajeaba por encima y luego las saque, ella apretaba sus piernas y sentirla de esa forma era una locura incontrolable que se apoderaba de mi cuerpo y mi mente, pensaba que debía detener el masaje, no podía volver hacer el amor con ella, no sabría que podría pasar, todo pasaba por mi mente en un momento, subí mi mirada para ver su cara, pero oh sorpresa, ella tenía cerrado sus ojitos.
Baje mis manos y entonces subí su camisón hasta su cuello, quedando al descubierto su hermoso cuerpo, la verdad ver su cuerpo así por primera vez, me lleno de ansiedad, aquella vez en la habitación estaba con la luz del tv y no pude apreciar su cuerpo sobre la cama.
Me quedé contemplando toda su hermosura, deje caer aceite en sus muslos y luego coloque mis manos encima de ellos, desplace mis manos hasta su cintura luego las lleve a su estómago y lo masajee suavemente, el aceite hacía deslizar mis manos sobre su cuerpo encendiendo más placer en mi, baje mis manos pasándolas por encima de su rica vaginita que la cubría su panty, al sentir mis caricias trataba nuevamente de cerrar sus piernas haciendo despertar un deseo loco en mi que me gustaba sentir, baje mis manos hasta sus pies la mire nuevamente, pero aun seguía con sus ojos cerrados, su cuerpo estaba caliente y temblaba igual que yo.
No soporte mas, el deseo me embriagaba, deje caer aceite desde sus senos hasta su estomaguito, coloque mis manos sobre sus pequeños senos y empecé a tocarlos suavemente apretando sus pezones para despertar deseo en ella, sentir lo pequeños y suaves que eran despertaba más mi deseo por ella, baje mis manos hasta su piernas y las cerré, sin pensarlo lleve mis manos a su cintura y empecé a bajar sus panti suavemente, mis manos estaban llenas de aceite y su cuerpo también, fui bajando suavemente mientras la miraba a ella, pero no abría sus ojos, seguí bajando sus pantis mientras observaba toda la belleza de su cuerpo, al ver descubierta su vaginita mi ojos quedaron hipnotizados, de verdad era hermosa, sus pequeños vellos cubrían su pubis y su vaginta, sus labios estaban rosaditos y un poco abultados, era la primera vez que podía verlos plenamente, de verdad era una hermosura y con una belleza angelical, una maravilla para mis ojos y para hacer crecer mi deseo.
Mis ojos no se cansaban de ver tanta belleza y la majestuosidad de su vaginita, enloquecía viéndola, mis manos seguían bajando su panti, hasta llegar a sus pies y quitarselos.
Era solo para mi en ese momento, tenía la fortuna de complacer mis ojos, mi deseo y el amor por ella.
Le di media vuelta quedando boca abajo su cuerpo, su colita redondita sobresalía, su cabello llegaba hasta su cinturita, que hermosa foto tenía bajo mis ojos, deje caer aceite en su espalda y empecé el masaje suave, llegando a su cuello y masajeandolo completamente, observaba cómo movía su cuerpo, veía la excitación en ella y su cuerpo pequeño resaltaba aún más su belleza.
Deje caer aceite en medio de su colita, mis dedos los desplace en medio de su colita sintiendo su anito y presionando un poco hasta llegar a su tierna vaginita, toda una fantasía, movía su cuerpo despertado por tanto placer, seguí así hasta llegar a sus muslos y volví a repetirlo otra vez, empecé a escuchar sus pequeños quejidos, estaba encantada por el deseo que despertaba mi masaje.
Mi excitación era incontrolable, tenía una erección completa por ver su cuerpo boca abajo, me despoje de mis pantalones y mi bóxer, quedando solo en mi camisa de pijama, no me importaba si me hija menor llegaba y nos encontraba, solo deseaba seguir contemplando mi hermosa niña y sentir todo el placer de nuestros cuerpos.
Le di media vuelta y quedó su cuerpo boca arriba, me coloque encima de su cuerpo con mis rodillas en medio de sus piernitas, las levante un poco y quedó al descubierto toda su vaginita, podía apreciarla plenamente, con su pequeños vellos cubriendo sus labios vaginales, su rica y pequeña abertura resaltaba aún más su belleza.
Mis manos masajeaban su cuerpo desde sus pies hasta sus senos, tocaba sus senos con mis dedos, esas pequeñas bolitas me generaban un placer fantástico al tocarlos, los rodeaba con mis manos y quedaban totalmente cubiertos por ella, los masajeaba y apretaba suavemente viendo como mi niña hermosa movía su cuerpo del placer que sentía, baje mis manos hasta su estómago suavemente y levante mi mirada, sus ojos, aún estaban cerrados, su respiración era fuerte igual que su quejidos, yo estaba desnudo y deseaba que ella me viera así, pero no me atrevía a decirle que abriera sus ojos, solo seguí con mi masaje.
Separé un poco más sus piernas, llene mis manos de aceite y deje caer aceite desde su pubis y vi como se deslizaba hasta llegar a su vaginita cubierta de pequeños vellos, me encantaba verla rodeada de sus pequeños vellitos, en ese momento ella cerro sus piernas, como por reflejo, la sensación debió ser fuerte y decidí decirle algo.
Mi niña hermosa veo que estás disfrutando mi masaje y que tu deseo ha despertado un poco.
Abrió sus ojos y se quedó viendo mi pene erecto, subió un poco sus piernas y luego vio a mis ojos, papi, me dijiste que solo era un masaje, me lo prometiste.
No sabía qué responderle en ese momento, me había repetido varias veces que solo quería un masaje y se dió cuenta que yo buscaba algo más.
Mi niña hermosa te desnudé para que tu masaje fuera por todo tu cuerpo y te sintieras mejor, solo por eso y bueno no puedo negarte que deseaba verte desnuda nuevamente porque me enloquece verte así.
Si papi, pero tu estás desnudo y tu pene está erecto porque vió mi vagina y quieres entrar otra vez en ella.
Mi niña hermosa no es mi intención, solo quiero darte un masaje completo, me desnude porque sentí deseos de ti y quería que vieras mi pene como te gusta, no voy a penetrarte otra vez.
Papi, de verdad no quieres entrar tu pene otra vez en mi vagina y dejar tu semen en ella?
Mi niña hermosa tu quieres que eso pase, quieres volver a pecar conmigo otra vez?
Papi, me duele mucho cuando entras tu pene en mi vaginita y tu dijiste que solo era un masaje.
Mi niña hermosa no me respondiste, quieres sentir mi pene dentro de tu vaginita?
Papi y si llega mi hermana y nos ve, le puede contar a mi mami y me da miedo.
Osea mi niña hermosa que si deseas que entre mi pene en tu vaginita como la otra noche porque te gusta lo que te hace sentir cuando lo sientes dentro.
Papi ya te dije, me da mucho miedo porque me duele cuando lo entras en mi vagina.
Entiendo a mi niña hermosa, te gustaría que entrara mi pene en tu vaginita, pero te da miedo porque te duele mucho, no te preocupes solo será el masaje.
Abrí sus piernas y pase mis manos por medio de su vaginita, sintiendo todo su calor, el aceite se confundía con sus jugos que brotaban de ella, la suavidad que sentía al pasar mis manos encendía mi deseo por hacer el amor con ella.
Suavemente pasaba mis manos por toda su vaginita y sus vellitos producían una fuerte sensación en todo mi cuerpo, ellos me transmitían su deseo, me acosté en medio de sus piernas y las levante un poco quedando frente a su bella vaginita, era toda para mi como aquella noche, el paisaje hermoso ante mis ojos era majestuoso, mi hermosa niña me permitía contemplarlo mientras mis manos seguían masajeando su vaginita, se movía levantando su colita un poco, estaba excitada embriagada de deseo igual que yo, verla así me enloquecía, deseando entrar otra vez en su vaginita, hacer el amor con mi niña hermosa, dejar todo mi semen dentro de su cuerpo, que sintiera cuando me viniera dentro de ella, era mi pensamiento.
Pero debía aguantar, no podía volver a pasar otra vez, solo podía llegar hasta ahí con mi masaje, mis manos bajaron por sus muslos y los apreté fuerte, deseaba que abriera sus ojos otra vez, pero no era capaz de decirle que lo hiciera.
Llevé mis manos hasta su boca y abrí un poco sus labios, para ver si despertaba, pero no abría sus ojos.
Baje mis manos repitiendo el masaje por todo su cuerpo, sintiendo cada parte, sintiendo otra vez su hermosa vaginita, estaba super mojada por sus juguitos y podía ver como salían de ella, fue fantástico ver a mi niña hermosa excitada, deseosa que la hiciera mía otra vez, pero no me lo pedía, por temor creo yo, o, tal vez el dolor de la primera vez no había pasado, debía parar y esperar, tal vez en unos años podría volver a pasar.
Ver como se movía me hacía pensar en hacerlo, había despertado todo el deseo en ella.
Corrí mis rodillas y su estómago quedó en medio de ellas, tome sus manos y las llene de aceite, luego hice que tocara mi pene, esperaba que abriera sus ojos, y en ese momento lo hizo, pero vio sus manos en mi pene erecto primero.
Mi niña hermosa te gustaría acariciar un poco mi pene con tus manos para consentirlo como te consenti tu hermosa vaginita.
Papi ya pusiste mis manos en tu pene, porque me preguntas si quiero hacerlo?
Mi niña hermosa, el placer y deseo que estoy sintiendo ahora por tí es tan fuerte que no puedo controlarlo, tienes un cuerpo tan hermoso que me enloquece cuando te veo desnuda y aún más por haberlo acariciado, por eso lleve tus manos a mi pene, porque deseo que lo consientas un poco para que lo hagas feliz.
Mientras hablamos ella no quitó sus manos de mi pene, solo lo apretaba un poco y lo miraba detenidamente.
Sabes papi, me gusta como siento tu pene, me gusta verlo así, no se porque, pero me gusta verlo así, ahora entiendo porque me duele cuando entra en mi vagina, es grande y muy duro.
Esta bien papi te voy a complacer, pero tengo miedo de que pueda llegar mi hermana y vernos, le puede contar a mi mami.
No te preocupes ella aún no subirá, igual no tiene llaves y tendrá que golpear para entrar, estes tranquila.
Tome sus manos e hice que masajeara mi pene, le dije hazlo así y luego la deje sola.
Papi, te gusta esto que te estoy haciendo, quiero saber que te estoy haciendo ahora, dímelo.
Hija me masturbaba con tus manos y eso también me encanta, cuando no pueda hacerte el amor, me gustaría que lo hicieras, se siente maravilloso, igual como te sentiste con el masaje, porque también masturbe tu vaginita.
Cuando sentí sus manos apretando mi pene, fue mágico, por el aceite, sus manos bajaban y subían rápido, seguí en la misma posición viendo como me masturbaba, quería que siguiera así, pero él estaba a punto de estallar, no soportaba lo que ella despertaba en mí, mientras me masturbaba, no soporté tanta excitación y le dije:
Mi niña hermosa me voy a venir y verás mi semen caer en tu cuerpo.
Mi semen cayó encima de sus senitos y su cuello, pero ella no soltó mi pene, siguió masturbandome.
Papi, lo que salió de tu pene es tu semen, tu me dijiste que solo salía cuando entraba en mi vaginita y hoy no entro?
En ese momento soltó mi pene y llevó sus manos a sus senos.
Si mi niña hermosa, es mi semen que salio de mi pene porque tambien sale cuando tu lo acaricias como lo hiciste ahora, dime ¿te gustó sentir mi semen sobre tu cuerpo?
Toco el semen con sus dedos, papi está un poco calientito y se siente pegajoso.
En ese momento, me incline y deje caer mi cuerpo sobre el suyo, la abrace, mi pene quedo tocando su vaginita, sentí sus senos y el semen en su cuerpo, bese sus labios suavemente, me miró con sus ojitos exaltados, expresivos, la estreche en mis brazos, como aquella primera noche, nos quedamos un momento así.
Quiero saber si te gusto el masaje y te paso el dolor de tus piernas?
Si papi, me gusto como me hiciste el masaje, puedo decirte otra cosa y no te enojas conmigo?
Nunca me enojaré contigo, dime?
Me gustó masturbarte y ver como salía el semen de tu pene papi.
Me haces feliz escuchar lo que me dices mi niña hermosa y también me gusto mucho poder hacerte el masaje, haberte visto toda desnuda y acariciar todo tu cuerpo, eso me enloqueció.
Mi niña hermosa debes bañarte otra vez para que te quites el aceite y el semen de tu cuerpo, para que duermas tranquila y tu mami no se de cuenta cuando te salude.
Me levanté y ella lo hizo en seguida, fue al baño y yo al mio, nos bañamos y esperamos el regreso de su hermanita y su mami, así terminó su primer masaje.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!