El refugiado (parte 1)
La familia de Javi recibe a un chico de acogida durante el verano y toda la situación en la casa salta por los aires..
La mañana había abandonado la inicial y agradable visa del alba para dar paso a la calor mortifera del verano en Sevilla. A Javi le hacía poca gracia tener que esperar al sol a que su madre saliera del edificio, pero mucha menos gracia le hacia que el motivo de la espera fuera que hoy recogían a un chico subsahariano para que pasara el verano en su casa. No entendía porqué su madre se había empeñado en aquella obra benéfica. Le parecía que él se quedaba en un segundo plano y que ya no era suficiente para su familia, pero lo cierto, es que desde el fallecimiento prematuro de su padre en un accidente de tráfico, su madre necesitaba llenar ese espacio extra en casa y nada de lo que él hubiera podido decir le hubiera hecho desistir de su idea de acoger a un chico durante el verano. Intentó buscar una aliada en Dámaris, su hermana mayor, pero esta no pareció hacerle mucho caso habida cuenta de que ella ya pasaba poco tiempo en la casa y la visita durante dos meses del chico no parecía incomodarla demasiado. Así que allí estaba, esperando a su madre a las afueras de la consejería de igualdad, con 35º a la sombra, para que Khabib, que así se llamaba el chico, se uniera a su familia durante el verano.
-Parece que ya salen -dijo Dámaris, sin apartar la vista del movil.
-¿Pero ese chico tiene 14 años? -exclamó Javi con asombro cuando vio salir a su madre con el joven a su lado.
-Eso decía su ficha, pero sí que parece mayor, sí -respondió su hermana.
Javi tenía motivos para su asombro inicial. Junto a su madre apareció un joven de tez morena que pasaba fácil del 1,80 metros. Delgado, fibroso y de pelo rapado que aparentaba tener más de 18 años con facilidad. Javi no pudo evitar sentirse inferior físicamente de inmediato, pues aunque él tenía 17 años, aquel chico de 14 parecía su hermano mayor más fuerte y desarrollado.
-Joder, Dama -dijo mirando a su hermana- ese tío no 14 ni de coña. Esta gente miente mucho con sus edades, que lo vi en la tele. ¿No ves que en sus paises no llevan registros de nacimiento ni nada? Lo mismo estamos metiendo en casa a un delincuente adulto.
-Anda ya, Javi. No seas flipado y deja de ver peliculas. Además, así tendrás alguien para jugar a la play este verano y dejas de molestarme a mí.
Javi refunfuñó por lo bajo para que su madre, que ya estaba junto a ellos, no se enterara y fingió poner buena cara para que le presentara a Khabib.
-Bueno, chicos, pues ya estamos. Este es Khabib. Estos son mis hijos, Dámaris, mi hija mayor que tiene 24 y Javi de 17.
-Hola, encantado. Gracias por acogerme en vuestra casa este tiempo -dijo el chico en un castellano más que correcto.
-Hola -respondió Javi de mala gana.
-Hola, Khabib -dijo Dámaris dandole dos besos-. Qué bien hablas español.
-Gracias -respondió el chico-, es que ya estuve en una casa de acogida el verano pasado, así que pude practicar mucho.
-Bueno, vamos a casa, que aquí hace mucho calor y allí nos refrescamos. Tenemos piscina en casa, Khabib, así que podrás bañarte al llegar -dijo Laura, la madre de Javi.
-Eso será genial, señora. En mi país solo los ricos tienen piscina. ¿Ustedes son ricos?
-No, pero mi marido tenía un buen trabajo y compramos una casa a las afueras hace años, cuando el mercado estaba barato. Hemos tenido suerte.
-Ah, que bien. Tengo ganas de conocer a su marido también -dijo Khabib.
Laura bajó la mirada y tragó saliva antes de responder.
-Verás, Khabib, mi marido falleció el año pasado. Vivimos solo nosotros en casa.
-Lo siento mucho, señora. No quería incomodarla -respondió Khabib, a la par que se acercaba a la madre para darle un abrazo y reconfontarla.
-Gracias, eres muy amable, Khabib.
A Javi no le hizo ninguna gracia aquello. ¿Quién era aquel tío para tomarse esas confianzas con su madre y abrazarla de esa manera? Le pareció que el muy caradura se pegó demasiado a su madre durante el abrazo, pero no dijo nada por temor a parecer el malo de la película, así que se tragó su orgullo y abrió la puerta del copiloto para sentarse.
-¡Javi, no seas maleducado y deja a nuestro invitado delante! -dijo la madre.
Aquello le sentó como tres patadas en los huevos a Javi. Encima de que lo acogía en su casa tenía que dejarle su asiento en el coche. Estaba claro que el verano se le iba a hacer muy largo.
Con el escaso tráfico que había en verano llegaron a la casa en apenas 15 minutos. Javi se bajó del coche sin decir ni una palabra y se encaminaba hacía su cuarto situado en la primera planta de la amplia casa.
-Javi, ¿a dónde vas tan rápido? -lo interrumpió su madre-. Acompaña a Khabib a tu cuarto que no sabe donde es. Si vais a ser compañeros de cuarto estos meses es lo menos que puedes hacer.
-Joder, no entiendo porque tiene que dormir en mi cuarto, mama -estalló Javi sin poder remediar su malhumor.
-¡Ya lo hemos hablado, jovencito! ¿Qué quieres, que duerma con tu hermana? Deja de hacer el tonto y llévalo al cuarto.
-Señora, no quiero dar problema, yo puedo dormir en sofa, si es necesario -intervino Khabib con un tono conciliador que a Javi le sonó completamente falso. Inclusó creyó ver una pequeña sonrisa pícara cuando lo dijo.
-Nada, nada, Khabib, eres nuestro invitado. Y como mi hijo se ponga tonto, el que duerme en el sofá es él -amenazó Laura mirando a Javi. Aquello fue el último clavo en la paciencia de Javi. No tuvo dudas de que Khabib era su enemigo. Un moro invasor del que debía defenderse y del que su madre y su hermana parecían no darse cuenta de su falsedad.
A regañadientes subió las escaleras mientras Khabib lo seguía con la pequeña mochila que portaba. ¿Solo una mochila para todo un verano? Que raro, pensó Javi, pero prefirió no decir nada en vista de que nadie parecía hacerle caso.
-Khabib, cuando dejes tus cosas baja a la piscina y te refrescas. Está en la parte de atrás, donde el jardín. Nosotras nos vamos poniendo el bikini y os esperamos allí. Javi, acompañalo para que no se pierda -gritó su madre desde el piso de abajo mientras los dos chicos subían.
Cuando llegaron al cuarto Javi abrió la puerta y Khabib entró tras él.
-Bueno, pues aquí es. Yo duermo en esta cama, tu usa la otra. Mi madre te ha vaciado un par de cajones para tu ropa -dijo Javi con desgana.
-Pues ok, dijo -Khabib con un tono chulesco que hasta ahora no había mostrado-. Tu madre y tu hermana están mejor de lo que parecía en las fotos que vi en la ong, menudo par de tetas que tienen las dos -sentenció el chico con descaro.
-¿Qué coño dices, tio? ¿Cómo te atreves a hablar así de ellas?
Khabib empezó a reirse con descaro delante de Javi.
-Venga, no digas que tú no se las miras. Menudas tetonas que tienes en casa. ¿Sabes si llevan el coñito depilado? A mi me gustan naturales, pero no les haré ascos si lo llevan sin nada.
-Hijo de puta, sabía que eras un cerdo desde que te vi. ¡Cómo te acerques a ellas te mato! -estalló Javi.
Khabib se acercó a él y de un fuerte empujón lo tiro en la cama. Sin darle tiempo a reaccionar cerró la puerta y se abalanzó sobre Javi poniendole el antebrazo en el cuello para impedir que se levantara de la cama. Era sorprendente la fuerza que tenía. Javi tuvo claro que mentía sobre su edad.
-A ver si esto te queda claro, blanquito -dijo Khabib con chulería y tono amenazante-. A partir de ahora en esta casa las cosas van a cambiar y mientras antes te mentalices de que me voy a follar a tu madre y tu hermana será mejor para ti. No importa lo que hagas, es lo que va a pasar, igual que pasó el verano pasado en la casa donde me quedé. Seguro que la señora aun añora mi polla ja, ja, ja -rió Khabib.
-¿Pero qué dices, puto imbecil? -respondió Javi forcejeando- ¿Te crees que mi madre y mi hermana son idiotas? Se van a dar cuenta de que eres un falso. En cuanto les cuente lo que estas haciendo te mandan a tu puto país.
Khabib empujó con mas fuerza y levantó el puño en tono amenazante.
-Como digas algo te doy una paliza y te acuso de ser un puto racista. Seguro que tu madre me cree viendo tu actitud de hoy. En cuanto a tu madre y tu hermana… tengo más que claro que todas las blanquitas pijas como ellas son iguales: unas zorras calientes que se vuelven locas cuando las follan duro. Sé lo que hago, ¿o por qué crees que elegí vuestra familia? Madre viuda, buena casa, educada… el blanco perfecto para esto- dijo -Khabib a la par que se levantaba liberando a Javi y bajandose las calzonas.
Javi se quedó de piedra cuando Khabib se sacó la polla. Ante él apareció una estaca que debía rondar los 20cm incluso en reposo. Negra, gorda y venosa. Ni siquiera en las porno había algo así. Aquel puto moro tenía la polla el doble de grande que él con facilidad y ya no le quedaba duda alguna sobre que mintió con su edad. Aquel malnacido debía tener un contacto en la ong y se dedicaba cada verano a ir a casas españolas por toda la cara. Javi no tuvo dudas de aquello.
-¿Qué pasa, blanquito, te has quedado sin palabras al ver mi rabo? Rabo moruno jajajaja -rio Khabib-. En cuanto tu madre y tu hermana vean esto se les hará el coño agua, siempre pasa lo mismo.
-¡Eso es lo que tú te crees! -respondió Javi sin demasiado convencimiento-. Además, no te será tan facil que te la vean. Aquí tenemos modales, no somos unos salvajes como tú.
-Bueno, eso ya lo veremos. Sé lo que hago, chico. No soy ningún novato en esto. Lo quieras o no, me las voy a follar. Si te portas bien puede que tú también salgas ganando algo. Soy una persona abierta -dijo Khabib agarrando la polla de Javi entre risas.
-No me toques, maricón.
-JAJAJAJA, bueno, ya veremos. Ahora ponte el bañador, no hay que hacer esperar a las señoras. Baja tú primero, yo voy a mear antes -dijo Khabib.
Javi se puso el bañador aun con el susto en el cuerpo y temblando entre la mezcla de furia y pavor de la conversación con Khabib. La seguridad que demostraba aquel tipo era insultante y Javi creyó que lo que decía era cierto, así que tendría que adelantarse a la jugada para demostrarle a su madre y su hermana que él tenía razón y aquel chico no era trigo limpio, pero tendría que ser cauteloso habida cuenta de que su madre no parecía querer atender a razones.
Bajó a la piscina y su madre y su hermana ya estaban tumbadas al sol con sus bikinis habituales. Cuando las vio no pudo evitar pensar que el cabrón de Khabib tenía razón. Su hermana había heredado las soberbias tetas de su madre. Grandes y redondas. Con facilidad serían una talla 100d. El bikini de su madre era más discreto, acorde a su edad, y aun así aquella cantaras pujaban por salir de él. Su hermana, por el contrario, siempre usaba bikinis más pequeños que daban poco lugar a la imaginación y tapando lo justo y necesario, tanto la parte de arriba, como por abajo con el pequeño tanga negro que llevaba. Javi notó que una inminente erección crecía bajo su bañador mirandolas. Nunca antes le había pasado, era culpa de aquel cabrón de moro y de sus palabras, que sin darse cuenta le habían influenciado.
-¿Dónde está Khabib? Te dije que lo acompañaras -dijo Laura.
-Está meando, ahora viene, joder -Se quejó Javi, pensando que su madre le echaba la bronca sin motivos.
A los pocos segundos bajó Khabib con solo una toalla enrrollada en la cintura y sin camiseta. Estaba seco y definido y Javi se percató que tanto su madre como su hermana lo miraron con detenimiento al verlo llegar. No había duda de que su cuerpo atletico y mulato no pasaba desapercibido. Las piernas le temblaron de pensar que aquel cerdo tuviera razón con lo que le había dicho en el cuarto.
-Hola, señoras -dijo Khabib-. La casa es muy bonito y la piscina es un regalo. En mi pais nunca puedo bañarme. Muchas gracias por esta oportunidad -puntualizó, retomando aquel tono suave y falso anterior.
-Considerate en tu casa, Khabib. Anda, bañate y refrescate, que hace calor.
-Muchas gracias, eso haré.
Khabib se quitó la toalla y se quedó en calzoncillos delante de todo el mundo. Javi pensó que el muy cabrón era más listo de lo que pensaba y se le adelantó en su deseo de presumir de polla ante su madre y su hermana. No le había dado tiempo ni de trazar un plan cuando el muy cerdo ya estaba en calzoncillos delante de las dos marcando pollón con descaro.
-Pero Khabib, ¿no tienes bañador? -dijo Laura con asombro sin poder evitar mirarle el paquete.
-No, lo siento, en mi pais eso es caro y no tengo. No quería incomodarla, señora, no era mi intención -se disculpó Khabib falsamente.
Dámaris, la hermana de Javi seguía en la tumbona tomando el sol sin decir palabra, pero Javi se percató de que miraba de reojo el paquete de Khabib en silencio. Aquello le sentó fatal. Encima de descarado el cabrón tenía razón.
-Ay, pobre, no pasa nada -dijo Laura- puedes usar uno de mi marido. Creo que te irán bien.
A Javi le hervía la sangre con aquello. ¿Cómo iba a usar algo de su padre muerto? Aquello era como si lo usurpara, como si tomara su lugar. Era increible que su madre no se diera cuenta.
-Toma, puedes ponertelo. Espero que te guste -dijo la madre tras volver del interior de la casa con un bañador en la mano.
-Muchas gracias, señora, es usted una santa -dijo Khabib a la par que le daba un beso en la mejilla a Laura y cogía el bañador de su mano.
Ante la sorpresa de todos Khabib se quitó el calzoncillo allí mismo dejando al descubierto su monstruosa herramienta. Javi supo que acababa de perder la batalla: ni una hora en la casa y ya había enseñado la polla a su madre y hermana.
-¡Khabib! ¿Qué haces? -Se sorprendió Laura.
-Perdón, como me dijo que me cabiara… ¿he hecho algo mal?
-Bueno, me refería dentro la casa, no aquí -dijo Laura sin demasiada fuerza.
-Lo siento señora, en mi pais las costumbres son diferentes, no quería ofenderlas. Ahora mismo me voy.
-No, no tranquilo, no pasa nada. Perdona, he sido una maleducada al no pensar en tus costumbres, cambiante aquí si quieres.
Javi no nada crédito a lo que veía. Encima de todo su madre se disculpaba ante aquel tipo que llevaba ya casi un minuto con su pollón colgando delante de todos a propósito.
Khabib se puso el bañador y de inmediato se tiró al agua como si nada hubiera pasado. Aparentando total normalidad. Laura se sentó junto a su hija en la tumbona y ambas se miraron con los ojos como platos en intentando contener la sonrisa.
-Por Dios, que barbaridad -dijo Dámaris.
-Ya te digo -respondió en tono bajo su madre.
Javi supo que ya había perdido. Aquel tio había conseguido su objetivo y tanto su madre como su hermana se habían quedado ensimismadas con aquella polla gigante. En su fuero interno no le quedó ninguna duda de que aquel moro se iba a follar a su madre y su hermana más pronto que tarde por mucho que él se opusiera. Lo había derrotado, ahora solo le quedaba jugar bien sus cartas y ver si él también podría sacar beneficios. CONTINUARÁ…
Si así les gustan a las perras. Una buena verga que las use.
Ambas van a tener carne hasta hartarse.
Hasta Javi se va a comer ese pollon!!!
Ya mismo subo la segunda parte. Prometo sorpresas y nuevos actores en la historia 🙂
No se por que esto está en la categoría de Incesto
Cuando subes la segunda parte?