EL REGALO DE ANDREA…UNA FAMILIA ATÍPICA.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por PEDROVL.
Andrea…Andrea, Andrea… Mí ya querida hermana mayor, ahora se preocupaba por atenderme y por servirme.
Después de esas noches de navidad y año nuevo, fue ella a despertarme, ni siquiera fue Betty, fue Andrea.
Se dio cuenta que había algo entre Betty y yo y no dijo nada, también con Sandy y no dijo nada, solo esperaba callada y seguía en su esmero de atención conmigo, que por momentos hacia enojar a Betty, pero no decía nada tan poco.
Como bien le dije a Betty, “todas las conchas y colas vírgenes de esa casa eran mías” y las iría tomando una a una.
Y aunque Andrea ya no era virgen, cuando la cogí la primera vez.
Era hembra de mi padre y después fue mía, por chantaje tal vez primero, pero después por… ¿?
Después de mediodía, de ese 1ro de enero, siguieron tomando tanto mi padre como los invitados, mi madre ya no…mi padre ya bastante borracho por la tarde, andaba muy pegado con su “prima”, sin importarle mucho evidenciarse delante de mi madre, quien no hizo ningún escándalo, ni dijo nada.
Ya por la noche, cerca de las diez, muchos se habían ido a dormir, solo mi padre y su prima seguían tomando, aunque está ya en descaro se puso a bailarle de una forma ya sin discreción, le ponía la cola frente a su cara, las tetas y lo besaba en la boca…se creían solos, pero yo pasé por ahí y los estuve mirando por un rato hasta que decidí irme a mi cuarto a bañarme y acostarme.
Pasarían unos treinta minutos cuando tocaron a mi puerta, bajé en short y abrí, sin preguntar quién era, pero vaya sorpresa, era Andrea quien estaba parada frente a mi puerta y que lucía un vestido blanco floreado, ajustado de la parte de arriba, la cual hacia lucir sus bellos pechos y de la cintura hacia abajo, holgado, con lo que se marcaban más sus exquisitas caderas y que llegaba apenas a sus rodillas.
-¿Me podría quedar contigo esta noche?- Me dice con una suave voz.
-Claro que sí, pásale.
Que hermosa te vez.
– Le dije.
-¡Gracias!- Contesta.
Pasó y cerré por dentro.
Al subir las escaleras, ella iba por delante mío, deseaba subirle el vestido para ver su ropa interior, pero me contuve, espere mejor a ver que me ofrecía ella esa noche.
Llegamos al pie de la cama, Andrea se paró de frente a mí, me tomo con sus manos de la cara y me beso con pasión en los labios, la tome de la cintura y la traje hacia a mí.
Por unos minutos nos besamos con total entrega.
Baje mis manos para acariciar sus nalgas y ¡oh! No traía pantaleta, eso me excito más y mi verga se puso dura e hiso presión en su concha.
Entonces me separe un poco y le levante el vestido, ya que no traía cierre, para quitárselo se lo pase por la cabeza y al hacerlo vi lo más bello, su cuerpo totalmente desnudo frente a mis ojos, el cual contemple por unos instantes, luego me acosté sobre la cama.
-Apaga la luz.
– Le dije, pero camina despacio, que me gusta verte desnuda.
Andrea obedeció, era la gloria contemplar a mi hermana mayor desnuda en mi cuarto, caminando, luciendo su belleza y sensualidad.
Llego al apagador y antes de apagarla, se dio la vuelta, me miro con una sonrisa, me tiro un beso y luego apago la luz.
Se me hiso eterno el tiempo que tardo en regresar a la cama conmigo.
Cuando por fin llegó, se postro sobre mí con una pierna a cada lada de mis piernas, luego sentí su mano que agarraba con cariño mi verga y con su cálida lengua recorría desde la cabeza hasta mis huevos, una, dos, tres veces ¡¡Guau!!
-¿Te gusta?- Me pregunta Andrea.
-¡¡Claro que si hermanita!! Lo haces delicioso.
– Le conteste entre jadeos.
-¡¡Qué bueno que te gusta!! Te mereces lo mejor y hoy te voy a dar un regalo.
– Contesta ella.
-¿Qué regalo?- Le pregunté.
-No comas ansias, primero me comes a mí y después te doy tu regalo.
– Contesta ella.
Cuando siento como lo mete en su boca, devorándolo hasta donde pudo alcanzar, un poco más allá de la mitad, lo presiona con sus labios, luego lo saca hasta la cabeza y vuelve a metérselo, chupándolo con deliciosa presión y ternura.
¡¡Guau!! Era exquisita la forma de chupar de Andrea que por un buen rato lo hiso y me hubiera hecho acabar sino es porque la aparte de mi verga.
-¡Ahora me toca a mí! Quiero chuparte tu concha.
– Le dije.
Se acostó y separo las piernas, entre medio de ellas me acomode, le levante sus duros muslos, le acaricie sus bellas y ricas nalgas por unos instantes, luego hundí mi boca entre su empapada concha que ya derramaba sus ricas mieles.
Lamí de arriba abajo por entre sus labios íntimos haciendo presión en su pequeño clítoris una y otra vez.
Metí mi lengua en la cueva de su concha, hasta donde podía alcanzar, la sacaba y metía una y otra vez, cogiéndola así, en intervalos que jugueteaba con su botón, hasta que exploto en un sublime orgasmo, que le hice prolongar chupando su empapada concha.
-¡¡Ya!!- Me dijo, mientras me jalaba hacia arriba de ella.
Me fui subiendo sobre ella y por ahí chupe sus pezoncitos, sus pechos, lamí y bese su cuello, para terminar dándonos un beso en los labio.
Andrea tomo mi verga con su mano derecha y la talló una, dos, tres veces para luego gemir de placer.
Luego la dejó quieta y se la metí despacio, disfrutando de lo caliente y empapada que estaba.
¡¡Guau!! Que exquisito.
Comencé a bombearla despacio.
-¡¡Que rica esta tu concha manita!! ¡¡Que caliente y empapada estas!!- Le dije mientras sus piernas rodeaban mi cintura y sus brazos mi cuello.
En esa posición me permitía llegar sin problemas hasta el fondo de su concha mientras mis huevos chocaban contra sus nalgas.
Poco a poco fui arreciando mis embestidas, mientras gemía y jadeaba de placer, su respiración era acelerada.
Luego me detuve de golpe con toda mi verga dentro de ella y ella gimió con suavidad.
Entonces me dice al oído.
-¿Quieres que te de tu regalo?-
-¡¡Si!!- Le contesto.
¿Cuál sería ese regalo? Sus piernas me soltaron, así como sus brazos, saque mi verga de su concha.
-¡¡Te voy a dar mi culo, Nadie me la ha metido por ahí y quiero que seas el primero!!- Me dice dándome un suave beso en la mejilla derecha.
-¿Ni tu padre te la ha metido por ahí?- le pregunte.
-¡¡No, ni él!! Y me lo ha pedido muchas veces, pero no, no quiero que sea él el primero, quiero que seas tú.
– Me dice con cariñosa voz.
-¡¡Gracias!!- Le digo mientras le doy un beso en la frente.
-Anda, que ya deseo sentirla dentro de mi culo ¿Cómo me acomodo?- Me dice Andrea.
Le digo que se acueste boca abajo, a lo que ella obedece al instante, solo que se ponga una almohada debajo de sus caderas.
Así, con su colita bien parada, separa sus piernas, me coloco entre medio de ellas, beso sus nalgas, luego las saboreo con mi lengua, siguiendo hasta la entrada de su culo que ensalivo y meto mi lengua, Andrea gime de placer, aprieta y afloja sus nalgas contra mi cara.
Se la meto y saco una y otra vez en su apretado culito.
Me levanto, agarro mi verga con la mano derecha y se la meto entre sus nalgas, me apoyo sobre la mano izquierda.
Le centro la punta en la entrada y poco a poco se la voy empujando.
Andrea trata de relajarse, mas su respiración es acelerada.
Empujo y entra apenas la cabeza, las nalgas de Andrea se contraen, pero no las cierra ni evita que siga, empujo un poco más y entra el cuello, luego un poco del tronco.
Mis latidos están al máximo, así como los de mi hermana.
Sigo empujando despacio hasta que siento como se libera hasta el fondo la cabeza de mi verga sin metérsela toda, entonces me quedo quieto por unos instantes para que se acostumbre Andrea a este nuevo invitado.
-¡¡Duele!! mmmmm ¡¡Me arde!!- Me dice entre gemidos.
Despacio se la saco un poco y así se la vuelvo a meter.
-¡¡Si, que rico!! ¡¡Arde rico!!- Me dice.
Comienza ella a mover sus caderas, entonces se la saco de nuevo un poco más y vuelvo a metérsela, comienzo a bombearla despacio.
¡¡Guau!! Que rica y apretada cola tiene mi hermana, se nota que nadie se la había metido por ahí y es divino saber que soy el primero.
Poco a poco comienzo a embestirla con más fuerza, sus gemidos y jadeos son cada vez más fuerte, su respiración acelerada se entrelazan en una hermosa melodía con mis bufidos.
Estar penetrando el culo de mi hermana mayor me hace perder la razón y del tiempo.
A cada embestida más fuerza y más fuerza, no siento cansancio, ya que es ni en sueños me imaginaria poder tener así a mi hermana, entregada a mí y es lo que aumenta mi lujuria.
-¡¡Más, más, dame más!!- Exclama Andrea.
Cada embestida ya es sin compasión.
Se la saco y me bajo de la cama, le digo que se voltee boca arriba, ella obedece.
Le separo sus piernas y apunto mi verga de nuevo al agujero de su cola, se la meto despacio y sigo embistiéndola.
El panorama es lujuria pura, visualizar su concha empapada y mi verga entrando de su cola, sus tetas bamboleando por cada embestida y sus gemidos que son melodía para mis oídos.
¿El tiempo? ¿A quién demonios le importa el tiempo cuando tienes en esa posición a tu hermana y te la estas cogiendo? Se la saque despacio, le dije que se volteara y se pusiera en cuatro, ansiosa lo hiso rápido, la agarre de sus caderas y se la metí ya sin compasión, embistiéndola con fuerza, así, firme de sus caderas con las que chocaban las mías y mis huevos entre su concha.
Estaba cerca de explotar y Andrea se dio cuenta cuando mi verga se inflamaba más y más dentro de su rica y apretada cola.
-¡¡Báñame las nalgas, vente sobre mis nalgas!!- Expreso pidiéndome ella.
Embestí con fuerza varias veces más hasta que de golpe se la saque, la puse sobre sus nalgas y me la jale un par de veces para explotar abundantemente sobre ella…varias fueron las explosiones de leche caliente que alcanzaron perfectamente su espalda y cuando ella giraba la cara, alcanzaron sus mejillas.
-¡¡Que rico!! ¡¡Que rica cogida me diste!!- Expreso ella.
Acaricie sus nalgas unos instantes, luego ella se paró y me abrazo, me dio un beso en los labios.
Nos metimos a bañar, uno al otro nos ayudamos, cuando habríamos terminado, ella se hinco y comenzó a chupar mi verga, haciéndola que luego se volviera a poner erecta y dura, luego se paró y se puso de espaldas a mí, parado su cola y separando las piernas, la agarre de sus caderas y se la metí en su concha de un solo empujón, bombeándola con fuerza.
-¡¡Quiero tu leche, me la quiero tomar!!- Me dice Andrea.
La embisto con fuerza varias veces más, hasta que antes de explotar se la saco y Andrea se pone de rodillas frente a mí, agarra mi verga y la chupa con ansias hasta que exploto dentro de su boca, una, dos, tres veces.
Andrea se toma mi leche, cada venida sin dejar nada que salga hasta que me la deja completamente limpia, luego lame mis huevos, entonces se incorpora y me da un beso en la mejilla.
Nos volvemos a bañar y secamos uno al otro con una sonrisa.
Gozaba de ese rico sueño, después de la maravillosa noche con Andrea cuando sentí una cálida boca chupar mi verga, entre sueños levante la vista y vi a mi hermana chupando golosamente mi trozo de carne, lo engullía con ansias y delicadeza.
Cuando vio mi completa erección, dura y firme, se levantó y de espaldas a mí se sentó sobre mi verga, comiéndosela toda su rica concha que estaba empapada y caliente.
Comenzó a cabalgar despacio, una, dos, tres veces, poco a poco comenzó a arreciar, movía sus caderas sin freno alguno, mientras me mostraba el rico y delicioso agujero de su cola que ya había penetrado en la noche.
-¡¡Que bella cola tienes y que rico coges!!- Le dije.
-¿Te gusta como lo hago?- Me pregunta sin detenerse.
-¡¡Guau!! ¡¡Lo haces delicioso!!- Le conteste.
Siguió cabalgando deliciosamente mientras con el dedo medio de mi mano derecha ya ensalivado, comencé a picotearle el agujero de su cola, despacio se lo fui metiendo, aunque se veía rojito e hinchado.
Aunque no me dijo nada, decidí dejarlo y mejor disfrutar de su cabalgada, total, otro día lo volvería a coger.
Esa mañana termine en su boca, tomándose toda mi leche.
Cuando terminamos de coger, nos bañamos y bajamos juntos, agarrados de las manos.
Ella con su vestido blanco floreado y sin ropa interior, así nos sentamos a la meza, almorzamos como si nada, nadie nos dijo nada, todo normal como si nada hubiera pasado.
Ya mi hermana Betty no veía como enemiga a Andrea como sucedió cuando llegamos a casa de la abuela.
Después de que se fueron todas las visitas, mi padre quiso volver a tener sus visitas nocturnas con mi hermana Andrea, una vez fracturada la relación ya no volvió a ser igual.
Él se molestó y fue visible, trato de acercársele a Betty, pero no ella no lo acepto, así sucedió con Sandy y Mónica.
Meses después llegó a vivir a la casa una sobrina, hija de su “prima” Carmen.
Esta se instaló en el cuarto contiguo al de Andrea, pero ella se bajó al que estaba en el primer piso junto a Betty y mis hermanas menores.
Mi padre “ayudándole” con sus estudios de prepa a su “sobrina”, la hiso su amante, que al año y medio resulto embarazada de él, aunque intentaron hacernos creer otra cosa.
Durante los siguientes dos años, ya no tuvo nada que ver con él, solo conmigo.
Me visitaba por lo menos una vez a la semana, aunque en algunas ocasiones “dormía” conmigo hasta tres días.
A los dos años se hiso novia de un maestro de su universidad con el que se casó a un acosta del coraje de mi padre, por lo que se fue de la casa.
Termino su licenciatura en administración, aunque en la graduación se veía hermosa embarazada jajajajaja.
La relación entre ella y yo no se quebró, al contrario, hasta la fecha aún seguimos siendo muy “unidos”.
Esto es en lo que respecta con Andrea, lo más sobresaliente.
Falta relatar lo sucedido con Betty, Sandy y Mónica.
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