El regalo de mi amigo. (12 años después). Parte II.
Estaba en la obligación de decirles a Brenda y a Sandra lo que había ocurrido con las niñas. Bueno tuve que hacer lo que no quería hacer. Entrar de improviso en la habitación cuando ellas jugaban sus juegos sexuales con su hijo y su sobrino, respectivamente..
Ya habían pasado dos meses y no me quedaba otra salida que blanquear la situación con las niñas. Por ello una noche de viernes mientras estábamos cenando muy frugalmente, les dije a todos lo que estábamos en la mesa.
Sé que ustedes se fornican con los jovencitos, así que quiero ver esta noche junto a las nenas como lo hacen. Ya no quiero que lo hagan a escondidas. Si tienen que disfrutar con los jóvenes háganlo la vista nuestra también.
Bueno, como no podía ser de otra manera, Brenda y Sandra tomaron a sus hijos de la mano y se lo llevaron para la habitación nuestra, que es la más grande de todas.
Allí se desnudaron, y dejaron ver sus hermosos cuerpos, claro un poco más rechonchos que cuando mi amigo me hizo el presente de estas niñas.
Brenda desnudó a Jeremías y Sandra a Brian, ambos ya tenían la verga dura, las chicas comenzaron a chupar esas vergas y a acariciarlas con leves movimientos de las manos hacia arriba y hacia abajo dejaron al descubierto el glande de ambas que estaban rozagantes y gordos, ellas chupaban con mucho ahínco, los chicos jadeaban cada vez más. Luego cambiaron de verga y siguieron con los mismos movimientos. Yo, sentado en un sillón con las nenas a ambos lados, se me empezó a parar la pija, me saque la ropa y comencé a frotarme la con leves movimientos de sube y baja, mientras con la otra mano toqueteaba la concha de Celeste, y cuando cambiaba de mano luego tocaba la concha de Luna, la nenas se desnudaron también, y dejaron sus encantos al frente de mis ojos.
Brenda tomo a Brian y le puso la boca en su concha, se puso de espaldas en la cama con las piernas hacia arriba y con sus dedos abrió sus labios vaginales y le dijo que le metiera la lengua en esa concha rosada y mojada. Los gemidos de placer eran maravillosos, gozaba como buena puta que es, el joven lamía la concha con una pasión inusitada mientras ella no dejaba de acabar en continuo.
En tanto Sandra hizo lo mismo con Jeremías, quien con su lengua comenzó a darle placer mientras ella se retorcía en la cama y gritaba como una perra en celo, las tías gozaban con sus sobrinos. Era muy encantador y lujurioso al mismo tiempo ver esa escena junto a mis hijas desnudas a las cuales de cuando en cuando le metía un dedo en el culo o les daba un beso de lengua. Mi verga estaba pro explotar pero tuve que contener la salida del semen, no quería todavía dejar de ver ese espectáculo estupendo que me tenía con la verga al borde de explotar.
Luego Brenda y Sandra cambiaron a los jovencitos y se dieron vuelta juntas para ellos les chupara el agujero del culo, Brenda fue hasta la cómoda y trajo un pote de crema, lubricó el culo de su hermana y el suyo propio y conminó a los niños a que les metieran la pija en el ojete, ambas gritaron de placer cuando les entró toda la verga de estos muchachitos.
Celeste y Luna se arrodillaron delante mío y comenzaron a chupar mi pija que estaba al borde de soltar todo el esperma, y eso ocurrió en la boca de mis hijas, quienes tomaron toda la leche y siguieron lamiendo mi miembro hasta que se fue ablandando y todavía tenía una gota de leche en la punta que asomaba. El placer fue enorme.
Las otras dos putas seguían cogiendo con los niños y alternándose con ellos, deben haber acabado cada una de ellas algo más de diez veces. Jeremías y Brian tenían la fuerza de un toro y seguían serruchando a mis esposas con todo, mientras ellas no dejaban de gozar con esas pijas jóvenes y enhiestas de los púberes.
Brenda dijo en un momento que tenías ganas de hacer pis y Jeremías que la estaba atendiendo le dijo, cosa que no sabía y que me tomó por sorpresa, que le orinara encima, porque la vez anterior le había gustado mucho sentir ese líquido amarillo y caliente saliendo de su concha. El niño se arrodilló, Brenda abrió sus piernas y con sus dedos abrió su concha y empezó a mear al joven de arriba abajo meneándose como una soberana puta. Gozaba meando a su hijo.
En un momento determinado tanto Brenda como Sandra casi gritaron al mismo tiempo que necesitan la leche de los chicos, y, por supuesto estos no se hicieron esperar, sus madres arrodilladas delante de ellos y ellos pajeándose derramaron abundante esperma en las caras de sus madres.
Una vezque terminaron de gozar mis mujercitas bellas y todavía con sus rostros llenos de leche les dfije que tenía que decirles algo y que tenían que prestar mucha atención porque era un poco raro.
Asintieron con sus cabezas.
-Ustedes saben que las nenas cogen conmigo y bueno… las embaracé a las dos, quería que estén informadas porque no quiero que haya malentendidos entre nosotros.
-¡Qué bueno!, dijo Brenda.
-Muy interesante, me agrada, dijo Sandra.
-Nosotros también tenemos que decirte algo y ya que estamos en tren de confesión…, dijo Brenda, nosotras también estamos embarazadas de dos meses de los chicos pero no sabemos ninguna de las dos exactamente de quién.
-¡Qué lindo¡ dije, con sorpresa, otra vez preñadas putitas hermosas y esta vez por dos jovencitos sementales.
-Sí, dijeron ambas al mismo tiempo.
-Bueno, voy a tener a todas mis mujeres con panza durante los próximos meses.
Lo que yo creí que podría traerme un problema, no lo fue. Y eso me hace doblemente feliz, me excitan las mujeres embarazadas y a la vez me agrada ser padrastro al mismo tiempo.
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