El reto de mi hermano
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un día mi hermano me retó a tocarle el pito a nuestro padre. Yo tenía 12 años y mi hermano 15, aún nos bañábamos los tres juntos cuando teníamos prisa o queríamos ahorrar agua caliente, así que acepté el reto y pensé que no iba a ser muy difícil lograrlo aunque fuera por un momento. Y en mi cabeza me imaginaba que el asunto de la regadera podría agradarnos a los tres y empezar una nueva etapa de nuestra historia.
Cuando nos metimos a bañar en la noche yo ya estaba excitado así que tuve que concentrarme mucho para que no se me parara el pito. Mi hermano empezó a hacerme señas y mirar a nuestro padre indicándome que ya era hora de cumplir el reto. Yo no sabía cómo lograrlo y tenía miedo a que todo saliera mal, sin embargo, era algo demasiado morboso como para dejar de intentarlo.
Se me ocurrió ponerme jabón en la cara, cerrar los ojos y hacer como si buscara el grifo del agua pero mis verdaderas intenciones eran acercarme a mi padre haciéndome el que no podía ver para "tocarlo por accidente" y así cumplir mi reto. Como yo aun no había terminado de crecer y mi padre es alto, no tenía que fingir demasiado sobre la confusión porque su pito me quedaba literalmente al alcance de la mano. Por fin me atreví, me puse jabón en la cara, entrecerré los ojos y estiré las manos acercándome lentamente a mi padre pero cuando él se dio cuenta de que yo iba directamente hacia él, me tomó la mano y la puso sobre el grifo del agua.
Tuve que fingir que no pasaba nada y me enjuagué bajo la regadera, mi hermano se me quedó viendo con cara de enojo, así que decidí intentarlo una vez más. Mi corazón latía muy rápido y no quería que se me pusiera dura la verga, así que tuve que pensar en otras cosas mientras me enjabonaba la cara de nuevo. Traté de ponerme en una posición que me permitiera estar más cerca de mi padre y cuando estiré la manó pude rozar su verga pero no pude agarrarla como tenía planeado. Una vez más cuando mi padre sintió mi mano rozándole los huevos, me tomó y la puso sobre la llave del agua.
Me di cuenta que otro intento iba a ser demasiado obvio y mi padre no estaba interesado, así que decidí terminar de bañarme haciéndome el disimulado y ver si mi hermano aceptaba el reto por bueno con el roce que logré. La última vez que había perdido un reto me puso como castigo chuparle el pito en el patio trasero hasta tragarme su leche, así que ahora quería hacer realidad alguna de mis fantasías.
Al terminar de bañarnos subí a mi habitación y mi hermano me alcanzó pronto, le pregunté si se había dado cuenta de que lo intenté dos veces y que logré rozarle el miembro a nuestro padre, pero me dijo que el reto era "tocar" no "rozar" y que no lo había conseguido exitosamente, así que él iba a pensar cómo cobrarse mi falla. Y terminé yéndome a dormir con esas ideas en la cabeza.
Oí un ruído en la habitación de al lado, como dos hombres platicando pero no entendía lo que decían. Yo estaba solamente con mi calzón y podía sentir el calor de la noche rozando mi piel. Caminando despacio me fui acercando a la puerta de la habitación para asomarme. La luz estaba encendida en el interior por lo que solamente tenía que ver hacia adentro y saber qué pasaba.
Lo que vi me volvió loco. Mi padre estaba parado sobre su cama, también estaba usando un calzón blanco y por alguna razón tenía una camisa puesta desabotonada y sus calcetines negros, se veía muy masculino como si lo hubiera encontrado a medio desvestirse. También sobre la cama estaba mi hermano de rodillas con un calzón rojo acariciando la pierna de mi padre. Yo no podía creer lo que estaba mirando.
Mi hermano volteó a verme directamente a los ojos con una cara de deseo que pocas veces le había visto antes. Yo me quedé congelado con el corazón latiendo rápidamente observando aquella escena tan caliente. Sin quitarme la vista de los ojos, mi hermano empezó a acariciar a nuestro padre sobre el calzón y se le marcaba un bulto enorme, yo nunca le había visto la verga erecta, así que no sabía que tan grande se podía poner. Entonces empezó a jalar lentamente el calzón hacia abajo y la verga se liberó semi erecta, pesada y grandota, columpiándose con su propio peso para ponerse bien dura y gorda, solamente verla ponerse dura era todo un espectáculo erótico. Mi hermano no perdió tiempo en metérsela en la boca y empezar a disfrutarla.
Yo no quería ni siquiera mover los ojos por miedo a que nuestro padre se diera cuenta de que yo estaba mirando todo pero cuando empezó a gemir por el placer de la mamada no pude evitar voltear a ver su cara con los ojos en blanco y volteando hacia el techo.
Mi hermano me hizo señales con la mano para que me acercara pero aunque mi verga estaba mojada de tanta excitación yo estaba petrificado de miedo. Sin saber por qué, empecé a caminar despacio hacia ellos hasta el borde de la cama. Entonces mi padre empezó a acariciarme la cabeza y voltee a verlo directamente a la cara. Estaba más guapo que nunca, muy varonil y su mirada de calentura me puso a mil.
Entre los dos me jalaron despacio para acercarme más a ellos hasta que quedé también arrodillado sobre la cama con el miembro de mi padre directamente en mi cara. El olor a macho me volvía loco y se metía hasta lo más profundo de mi cerebro. Los tres ya estábamos completamente desnudos y mi hermano agarro la verga de nuestro padre para compartírmela y me hizo señas para que la chupara. Algo dentro de mi cabeza me decía que eso estaba mal, pero eso lo hacía aún más excitante, solamente deseaba dejarme llevar por la calentura y hacer todo lo que ellos me ordenaran. Yo ya estaba demasiado tembloroso y chupar ese pitote que algún día me había dado la vida iba a ser un evento que cambiara mi vida para siempre. Así que fui abriendo mi boca y cerrando los ojos con mucho cuidado mientras me acercaba para finalmente chuparla. Pero justo antes de metérmela en la boca hubo un ruido que me hizo desconcentrarme.
En realidad estaba acostado en mi cama entre las cobijas y todo había sido un sueño. Mi verga estaba super dura y mi calzón todo húmedo de líquido que escurría de mi pito.
Me levanté de la cama, me quité el calzón y me puse crema en el culo. Caminé en silencio hasta la cama de mi hermano y con suavidad metí mi mano bajo las cobijas hasta encontrar su verga, él se despertó y empezó a quitarse la ropa y a acariciarme mientras yo le daba una mamada hasta lo más profundo de mi garganta y sentía su miembro crecer en mi boca hasta ponerse bien duro.
Entonces me puse un poco más de crema en el culito, le puse crema en la verga a mi hermano y sin preguntar me monté sobre él. Yo estaba tan caliente que me entró como agua hasta el fondo. Me esperé un poco a que se me dilatara bien el anito y acostumbrarme a la sensación de tenerlo lleno. Luego empecé a moverme de arriba hacia abajo y de adelante hacia atrás para que me entrar toda su verga hasta el fondo y me recorriera toda su longitud en cada embestida. Mi hermano casi no tuvo que hacer nada, solamente me acariciaba y pellizcaba los pezones mientras yo me servía su verga con brutalidad. Yo me movía tan rico que sentía como si me lo estuviera cogiendo con el culo y sé que eran movimientos ricos porque no tardó mucho en empezar a gemir y llenarme el culito con sus mecos.
Entonces así como llegué en silencio me regresé a mi cama y masturbé hasta que me dio un mega orgasmo y tiré leche por todo mi cuerpo y hasta me salpiqué la cara. Siempre me excitó mucho sentir las gotas espesas y calientes cayendo sobre mi piel y llenar todo con olor a semen.
Cuando recuperé el aliento tomé una ropa sucia para limpiar todo el batidero. Me volví a poner el calzón y me acosté a dormir.
gran relato como sigue