El Secreto de la Familia 11
Rob ahora tiene a Matilda, sin embargo la situación sigue en misterio, y ciertos detalles candentes ganaran fuerza en el enigma….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
11
A la mañana siguiente todo estaba tranquilo, aunque ese cuarto olía al aroma del sexo, no supieron cuanto tiempo duraron sintiendo sus cuerpos de semejante forma, Rob y Maty habían tenido una noche de pasión tan intensa, la niña se entregaba a su amado por completo, ya no mas juegos o mamadas, sustitutos del verdadero placer sexual, se fundieron en un encuentro erótico donde ella había perdido su virginidad, dejó que la verga de este entrara hasta lo más profundo de su interior, rompiendo su himen de un movimiento efusivo, y pese a ser un poco doloroso, ella lo resistió por el deseo de saberse de su amado, durando largo rato de la noche del calor mutuo creado por el roce de sus cuerpos, en un frenesí carnal hasta que llegaron al anhelado clímax. Ajeno a todo eso era el jefe de familia, quien despertaba con 2 hermosas mujeres una a cada lado, también las disfrutó como el mejor de los placeres, llenó su huecos usando su semilla que ahora escurría, sintiendo un hambre atroz por toda la actividad sexual, por lo que levanto a sus amantes, más no iban a comer dentro, sería un insulto a su esposa o a su amante, al menos eso había decidido Josh, estaba contento con su situación sentimental, algo sucedió durante las fiestas, quería comer un caldo caliente fuera de su casa y cuando fue a buscar a sus hijos, encontró la escena, Matilda esa noche fue desvirgada, una macha de sangre y el olor eran la prueba, por lo que en una especie de segundo de cordura estuvo a punto de enojarse levantando a ambos para buscar culpables, aunque solo se diría:
No pensé que fueran a llegar tan lejos, los vi demasiado niños, error mío, pero bien es mi culpa por estarlos atosigando, como sea, antes de mandarlos a vestirse, díganme solo una cosa, tu mija, este no te abusó ni nada, estas conforme con lo ocurrido, y no te preocupes, yo te protejo en caso de que te haya obligado, o tu idiota, ¿Qué pretendes con esto? Cuida tus palabras que si no me gustan te rompo el hocico – dijo algo serio Josh en lo que parecía un arranque de cordura.
Papi, yo quiero a Rob, el es mi hombre, no te enojes con él, yo quería hacerlo como tú con mama o la tía, hasta ahora tenía miedo – decía Matilda algo asustada viendo a su padre, como si le costara trabajo entender porque ahora estaba así de enojado, si siempre fue abierto al tema.
Papá ella es mi mujer, y no te preocupes, me haré cargo de lo que haga falta, ya la oíste, yo la adoro con todo, por eso la haré feliz – rápido respondió Rob al darse cuenta de lo que parecía estar molestando a su padre, quien le vería como la abrazaba asustada de él, lo que le calmó.
Bien, con que fue consentido y tú te harás responsable, ah, sabía que esto pasaría tarde o temprano, lo tienen en la sangre, estaban viviendo juntos, al menos los crie bien, como sea, yo tampoco soy un santo, ahora vístanse, tengo que darles un aviso importante, vamos a desayunar fuera, no tarden, tortolos – dijo el hombre antes de salir del cuarto.
Tras el aviso quedaron solos, se vistieron ambos, aunque después de haberlo hecho algo había cambiado, su padre tenía razón, eran un tanto jóvenes, en especial Matilda, por lo que sus emociones los hacían enloquecer un poco, sintiéndose como una pareja formal, aunque su situación fuera tan extraña, una vez que salieron de su cuarto vieron a Nadia, no estaría contenta, terminó quejándose por haberla hecho dormir mal por tanto ruido, pero la idea de un caldo caliente sería suficiente para calmarla. Salieron todos en familia, aunque faltaba Ned y la amante de su padre ya se había ido por otra parte, pues debía hacer algo mas, así los 5 fueron caminando entre la pequeña feria que se preparaba para seguir, de hecho verían como siendo las fiestas el pequeño mercadito estaba con muy poca gente, llegando a un puesto donde el olor era delicioso, sentándose en una mesita libre, todos, aunque curiosamente, verían a la tía llegar en su momento con Noriko, Alicia y Julianna, quienes se sentaron con todos, pegando una mesa. Comieron muy tranquilos como si fueran parte de una gran familia, sin prestarle mayor importancia a nada, el caldo con el frio del momento era delicioso, aunque se veía como la mayor de las hijas de Claudia se acercaba más a Rob, lo que encelaba a la hermanita, casi causando risas en muchos, detalles que miraban algunos desde fuera, parecían comprender algo, si hasta se llegaba a decir: paso, era obvio, paso, esos 2 son novios, tarde o temprano iba a pasar, ya que, mm ni que decir, paso; palabras que llamaban la atención de los chicos, pero que no iban a escuchar respuesta, era obvio, seguía siendo un secreto, pero antes que se dieran cuenta, su padre tenía que dar un aviso.
Bien, como se dieron cuenta, ayer pasé una noche muy buena, desperté con este par de preciosuras, Lana y Claudia, seguro se sorprendieron, aunque todos sabían que mantengo relaciones con ambas, pues bien, han pasado cosas, desde los acosos de los padres de Noriko y Alicia, además del abuelo de ellas, sin quitar que la empresa está mejorando mucho, podría crecer mucho mas, es que estoy pensando en que no hace falta esconder algunas verdades, y ambas familias vamos a vivir juntos, ya que importa, todos lo saben, bueno casi, de todas maneras seremos todos en la casa, o eso hasta que Rob se independice y se lleve a sus hembras – dijo con cierto recelo al final Josh.
Así mismo confesó formalmente que July era su hija formalmente, incluso frente a ajenos, y por ello siempre fue paternal con ella, lo cual agradeció la muchachita abrazándolo, aunque tanto Noriko o Alicia se veían algo inquietas, aquello era demasiado extraño, sin embargo para la mayor no era tanto problema, se hacía evidente por todo lo vivido, aunque la recién llegada si se opondría por tan singular situación, no insultó o juzgó, sin embargo aquello le resultaba tan delirante, no podía tener sentido, quería saber porque se prestaban para todo ellos, estaba tan rara ante sus ojos que no pudo callarse, quejándose tanto como pudo, sintiendo que se habían vuelto locos, no obstante recibiría una respuesta no tan reconfortante
Ciertamente no es la situación normal, pero en este barrio tenemos nuestras reglas, para que lo sepas, es el primero de la ciudad, seguimos las leyes que se hicieron hace siglos, y hasta ahora han servido para mantener cierto orden, de hecho te sorprendería saber que incluso en ciertos círculos se toman muy en serio, de hecho nos va mejor de lo que pasa en el resto de la población, es una tradición ancestral, así que tendrás que aceptarla, a menos que quieras irte, lo cual no me gustaría, la verdad es que siempre estuvimos preocupados por ti, en especial tu madre y abuelita, con justas razones – dijo Josh sincero viendo a la muchacha de manera paternal.
La chica al oír eso se sorprendería, jamás esperó que le fueran a decir aquello, ni su padre o el abuelo mostraron un interés tan sincero, si era por ello es que se quedaba, porque a su edad pudo haber elegido, sin embargo ahora que conocía a la familia de su madre, las cosas eran distintas, le hacían sentirse extraña, eran más cercanos entre sí, lo que le consolaba el tiempo de soledad, sin embargo algo cambiaba dentro, en especial cuando veía como el hijo, Rob, tenía las atenciones de su hermana mayor, que incluso se sentía tan excitada por él, si casi pudo verla avanzar más rápido cuando llegaron para quedarse a su lado, aunque una niña, quien sabía que era su primita, de algunos 13 o 14 años, no lo recordaba, se apegaba a él, como si fuera su novia, apegándose hasta restregar sus pechos tan seductores, aparte que al oír las palabras de todos, estaban conformes con ella, no solo eso, aceptaban que ambas estuvieran con este chico como si fueran parte de un rebaño donde este era el semental y pensaba ¿Qué encanto o cualidad tiene Rob para tener a 2 chicas así? Pues al verle no le parecía tan guapo, pero pese a todo eso, la sangre le hervía al verlo, se sentía ansiosa, si pasaba algo parecido con su padre, el tal Josh pese a ser un hombre enorme, tosco, y nada atractivo, le causaba un interés mayor, sintiendo como en medio de ambos su vulva empezaba a escurrir de sus mieles de pasión por sus presencias, si en varias ocasiones desde que llegó, aunque no quería, acabó en su cama sobando su entrepierna para calmar sus instintos. No podía creerlo, si ella misma era la chica más linda de su antigua escuela, y en la nueva era igual, nunca le faltaban halagos, pero a pesar de negarlo, fijaba su vista en su “primo”, quien al menos tenía una buena reputación, aunque al verlo fuera tendría más el aspecto de un gorila, nada que ver con los galanes que le rodeaban, estaba tan perdida en esas ideas que apenas comió, aunque no perdía la vista de aquel muchacho empezando a soñar o preguntarse cómo se sentiría esa verga tan grande y gruesa encajada entre sus piernas, coger con el chico seguramente sería una experiencia para recordar por siempre. Luego de la reunión familiar, donde habían aceptado unirse todos, quedando muy a gusto, pues todo era tan bizarro que resultaba fácil de aceptar, volverían a sus actividades normales, el festejo seguía, y sería así por los siguientes días, hasta año nuevo, era algo divertido, una tradición local, aparte que no le faltarían chicos rondando a las chicas de aquella familia de mujeres tetonas, aunque se notaria que Lara se veía algo impaciente, aclarando las dudas en breve, así diría:
Niñas, vengan conmigo, ustedes se vienen al puesto de comida a ayudarme, al menos este día, porque tienen que aprender, me dirán que es idea de viejas, que los tiempos cambian, no me importa, las idiota o inútiles no saben cocinar y ninguna lo es, así que me siguen – ordenó, y aunque fuera siempre una mujer sumisa, en esta ocasión la señora se impuso, en especial con su hija Matilda que no quería dejar a su hermano.
Alicia igual iría, apoyando en un puesto de antojitos donde un grupo de vecinas se organizaron, ahí Nadia hacia un esfuerzo, también Mati, aunque pudo notar que no faltaron los chicos que llegaron más que a comprar a flirtear con ellas, viéndose muy interesados en jugar con las chicas, en especial con la más joven, quien de todas era quien les parecía más hermosa, aunque Alicia no se quedaba atrás, y eso enojó un poco a la tía Lara, pues espantaban a los clientes verdaderos. Estaría un tiempo largo haciendo pequeñas ventas, aunque no le molestaría mucho a la segunda hija de Claudia, por lo general se la pasaba sola en las fiestas, su antigua casa no era tan cálida, al menos aquí no le faltaban atenciones, aunque notaria en su momento como una vecina se acercaba de manera sospechosa y se pondría a hablar con Lara, diciéndole muchas cosas que le parecieron cuestionables.
Entonces, que Larita, la niña Matilda está disponible, porque ya nos dimos cuenta que la Noriko se quedó con el Robi, se le nota el amor en su mirada, pero parece que será igual que su padre, si ya sabemos que compartirás cama con Claudia, me da gusto por ustedes, tampoco sé qué pasa con su sobrina acá, la Alicia, le quedaron preciosas a su hermana, pero no sabemos si con ellas se paga la deuda que hay, usted sabe, aparte que ya volvió su hermana Lurdes – dijo una mujer tratando de mantener el secreto.
Deje eso, que la pueden escuchar, pero sí, parece que Noriko pagara la deuda de su madre con Roby, ya le dijeron que no la preñara hasta que se graduara, Alicia no sé, ella es libre de elegir, tampoco sé qué pasa con Lourdes, como se fue hace tiempo, no supe que volvió, por eso no eh visto a mamá, y si, mi Matilda pagara mi deuda, yo no quería, son mis hijos, aunque ella lo aceptó, ya es prácticamente su mujercita, solo no suelte la lengua señito, porque ya sabe como son de venenosas unas por aquí – dijo Lara algo inquieta.
Pues que se aguanten, la niña Matilda estará mejor con Roby que con cualquiera de esos bobos del barrio, le salió demasiado bonita esa criatura, en serio, pero descuide, si otras tipas sueltan sus lenguas es porque no traerán nada bueno, venia porque el Zaul o el Rafa quieren, ya sabe, hacerla mujercita, pero ese par son solo cosas malas, sabe que son vagos, así que le aviso, mande al Roby a ponerlos en su lugar, de todas maneras ya todos sabíamos que eso podía pasar, incluso con don Lencho el del expendio de cerveza había hecho la apuesta de cuánto tiempo tardaría, que sus 2 hijos se hicieran novios, así que descuide, nadie juzgara en el barrio, su niña Matilda siempre fue especial, le iban a sobrar cuervos, que bueno que su padre puso al hermano a entrenar, sino las cosas se pondrían feas – dijo la mujer como si fuera un secreto.
Ambas asintieron, pero eso sorprendería a Alicia que entendía algo, la gente mayor sabía alguna clase de secreto con su familia, le quemaba el interior saberlo, pero seguramente nadie querría decirle algo a ella, como llevaba poco tiempo seguía siendo una extraña, lo cual era un fastidio, quizás era momento de abrirse un poco con su hermana mayor, por lo que tomaría unas cosas para irla a visitar, ella debía estar apoyando a los organizadores, siendo una secretaria o asistente, era lo más obvio, su madre hacia lo mismo como una clase de coordinadora, por lo que no dudo en tomar unas cosas para comer y se fue a buscarlos, encontrando a su mamá muy tranquila con un sacerdote, además de unas señoras, quienes agradecieron el gesto, y pese a que quería encontrarse con ella a solas para hablar o a su hermana mayor, la ultima no estaba, por lo que iba a irse tras escuchar algunos halagos, incluso como querían presentarle algunos prospectos de novios, lo cual poco le intereso, al menos antes debía acostumbrarse, o eso les diría, e iba a marcharse cuando se le ocurrió ir al baño, ahí se toparía con algo inesperado.
Justo pudo escuchar un sonidito bastante especial, el propio del sexo cuando se hacía con una pasión furtiva, como de un par de amantes que no quieren ser descubiertos, gemidos ahogados por besos apasionados, unas palmadas que eran hechas por las caderas de uno contra las caderas de su pareja, moviéndose en un ritmo cadencioso que aseguraba el placer, siendo la señal que esperaba, y entre gemidos pudo darse cuenta, se trataba de su hermana, sin duda debía estar cogiendo con alguien, no la sabía golfa, así que ¿Quién podía ser? Una pregunta boba, pues abriendo la puerta con cuidado, suerte tenía a la mano esa llave, así pudo asomarse para ver que efectivamente, la falda de Noriko fue envuelta como si fuera un cinturón, su camisa abierta dejando ver sus enormes tetas, las cuales eran sujetadas con una fuerza bastante apasionada, mientras unas cadera iban en un vaivén bastante duro, le estaban dando con una fiereza apasionada que iba revolviendo sus formas en una pasión bastante audaz, casi como una mala broma, según Alicia, le levantarían una pierna a su hermana para que ella pudiera ver directamente como una verga entraba en su conchita jugosa en un ritmo que aumentaba, mientras la mayor de las hijas hacía un gesto demasiado placentero, siendo un deleite total.
Mm, que rico, ahora todos lo saben, mm, soy tuya, de nadie más, mm, así nadie vendrá a buscarme, eres mi único amor, mm – llegó a decir Noriko mientras era sometida en sexo candente por aquella verga que iba profanando su interior en un vaivén, al tiempo que esas hábiles manos la mantenían cerca, controlada, sujetada de manera firme para ir arremetiendo contra su interior.
Aquello era demasiado impresionante, desde la distancia, unos patéticos 3 metros, Alicia al sentirse perdida por la lujuria que iba creciendo en su interior, empezaría a sobarse su vulva de igual forma, buscaba el placer que su hermana vivía, su cuerpo ardía, deseaba de manera irrefrenable quedar atrapada, tomar el lugar de ella, antes que se fuera cuenta sus manos ya estaban provocándole una sensación bastante viciosa, una oleada de lujuria seductora que era de lejos parecido a la que gozaba su hermana, quien gemía de manera excitante, se entregaba a su amante con toda facilidad y ella lo gozaba tanto, que por segundos, la menor pensó que debería internarse dentro de ese baño para estar en el lugar de ella o compartir al amante, quien no se había fijado de quien se trataba, pues apenas pudo distinguir a la mayor siendo penetrada por aquel hombre, quien no podía ser otro que su primo, Rob, este se había sacado la camisa, dejando ver una buena musculatura, pero no era nada comparada con la tremenda herramienta que usaba con Noriko, quien escurría entre gemidos ahogados entre las estocadas, mientras Alicia dejaba de sobarse, alcanzando a rozar sus pechos que siendo tan grandes, apenas los tapaba su ropa sin dejar a la vista unas curvas sugestivas que prometían el placer más delicioso.
Los gemidos llenaban el cuarto de baño, sus besos eran viciosos, cargados de deseo carnal, las embestidas hacían un sonido como el de un aplauso, lo cual le calentaba tanto a la fisgona, quien no podía dejar de escurrir gracias a sus manos, pues sus dedos se encajaban en su vulva jugosa o igual empezaban a tallar sus redondas tetas, no podía quita la vista, hasta que súbitamente un cambio en el ritmo de sus caderas lo indicó, este se había corrido en su interior, y ella lo aceptaba con gusto, relajándose para intercambiar besos apasionados, mismos que dieron oportunidad a Alicia de retirarse, pero ese era el problema, ella no había acabado, su orgasmo se había quedado a medias en su interior. No sabía porque pasaba eso, Rob era el novio de Matilda, según dijo la tía Lara, pero estaba con Noriko fornicando como animales, lo que era más extraño la hizo suya en los baños, era inconcebible, aunque también pensó en una cosa, ella deseaba estar en su lugar, el de su hermana mayor, su mente no dejaba de arder con esa idea, pero tendría que esperar, algo era demasiado extraño, si aparte este la miraba cuando se bañaba, se dio cuenta, pero en vez de quejarse, disfrutaba que este clavara su vista en cada centímetro de su cuerpo, y era el detalle, solo con él lo aceptaba, le prendía un fuego en su interior, pues incluso cuando se dio cuenta que otro chico, uno de su escuela hizo lo mismo, no tuvo problema en acusarlo para que lo expulsaran del lugar, realmente no sabía qué le pasaba.
Sin otras opciones le preguntaría Alicia lo que sucedía a su abuela, quería algunas respuestas, no se sentía cómoda en medio de aquella faena sexual entre esos hombres toscos con sus familiares, incluso al ver tranquilo a Rob llegando tras cogerse a su hermana, quedando cerca del lugar, o peleándose con un flaco de cara viciosa como lo era el tal Zaul le disgustaba un poco, aunque se daba cuenta que no le quitaba la vista de encima, incluso respiraba de manera intensa, haciendo ver como si sus pechos se hincharan mas, no dejaba de pensar en lo que vio, como este fue a encajarle eso que tenia entre las piernas a su hermana, era una locura, lo estaba deseando, pero eso quedaría de lado cuando viera lo que seguía. Luego de romperle la cara a ese vago sin chiste, dejándolo en el suelo tirado, llegaría una chica, jamás la había visto, pero era preciosa, con un cuerpo de infarto, de tez caoba, pero facciones finísimas, largo cabello hasta sus muslos, vistiendo unos jeans ajustados, un top negro con una chaqueta morada que apenas contenían una figura que podría enloquecer a cualquiera, si más de un accidente se dio al verla cerca por parte de algunos chicos que vieron lo que no.
La desconocida le suplicaba ayuda, y es que un tal Rafa la estaba acosando, no sabía que pensar, era como si la naturaleza le ordenara algo inesperado, porque al dejarse llevar, Rob iría a ver qué pasaba, y no se tentaría el corazón para poner un límite al segundo idiota, quien por si fuera poco, en esos instantes estaba coqueteándole a Maty, diciéndole vulgaridades de cómo querría empalarla con su verga hasta hacerle ver las estrellas, lo cual haría que el muchacho se enojara mas, por ello le rompió la cara frente a todos, pese a que era una fiesta amistosa. No quería que otros se dieran cuenta, pero su cuerpo estaba ardiendo, realmente la sangre le hervía, respiraba de forma pesada al ver caminar por ahí a Rob, pero ¿porque? Apenas lo conocía, no le caía mal, pero ni tenía sentido, aunque no podía dejar de soñar que quería sentirlo entre sus piernas, era una tentación, así que trató de alejarse, cuando toda esa conducta sería notada por su abuela, quien sin quedar ajena de lo que le sucedía a su nieta, casi sonriendo como serpiente, querría darle una lección para que se volviera parte de aquella familia, tramando algo en segundos, y le diría a ambos (Rob y Alicia) que fueran por una caja que tenía en su casa, la cual debían traer pero estaba pesada, la cual recordaba perfectamente Alicia, tenía varias cosas, así que fue algo molesta, no quería pasar tiempo con Rob, pues no sabía si podría mantener la cordura, mientras que al muchacho le diría algo la anciana en secreto.
Prácticamente sería un abuso, pues una vez en casa, separados de todos, fueron por el encargo, pero una vez que se quedaron solos, lejos de las vistas ajenas, el chico aprovecharía para hacerlo, viéndola sola, y por orden de la abuela: rómpele el coño a esa chica tonta, no entiende como son las cosas; fuertes palabras que supo comprender Rob, quien contrario a todo lo esperado, aunque no pudo evitarlo, se guio por sus instintos, y tomándola desde atrás, estampando esas enormes nalgas a su verga tiesa, agarrándola por los pechos, le diría:
Me estuviste viendo cuando cogía con Noriko, tenías ganas de esto verdad – palabras que sorprendieron a Alicia, pero despertaban el deseo para que aceptara el ser ensartada por su primo, pues lejos de algún reclamo, soltaría un leve gemido armonioso que aseguraba el placer, pues la chica empezaba a escurrir, y este aprovechando que se puso una falda, le bajaría las mayas que traía puestas, unas muy finas que parecían medias, para empezar a rozarla.
La chica querría replicar, quejarse, hacer a un lado al bravucón, pero su cuerpo le gritaba que se dejara hacer, sentía la punta de sus pezones rosarse con su sostén, causándole una sensación delirante, sus piernas temblaban al tiempo que su vulva se mojaba, se sentía tan acalorada, su mente perdía todo rastro de conciencia, quería recibir aquella verga para gemir como una puta igual que su hermana, ideas que no comprendía, porque siempre creció en otro ambiente, siendo una señorita decente, aunque ahora parecía que se iba a volver una perra cualquiera, en especial cuando su primo iba rozando su maldita verga de gran calibre entre sus muslo, apuntando en especial a su coñito virgen, siendo lo peor que sus manos se moverían por si solas, abriéndose su camisa, dejando que sus enormes tetas, fueran alcanzadas directamente por los dedos del macho que la iba a desvirgar en el acto, lo cual la tenía tan caliente, que no se podía contener.
Mm, si que te gusta esto – dijo un poco burlón Rob mientras veía como se entregaba.
No digas más, esto es vergonzoso – suplico Alicia al irse entregando.
Sin pensarlo mucho movió la tela de aquella prenda, una bonita tanga rosada, que se pegaba perfectamente a los muslos, dejando ver un coño jugoso, liberando una escancia tan erótica que aseguraba que ese momento sería delicioso, el joven estaba demasiado caliente, deseoso de probar aquella carne tan sabrosa de una maldita vez, y se la fue metiendo de una sola vez, forzando un poco, aunque no tanto, pues al sentir aquello Alicia, su cuerpo reaccionó, ella apenas pudo creerlo pero se estaba corriendo en el acto dejando que ese miembro pudiera entrar sin dificultades gracias a sus fluidos. Pegaría un gemido muy fuerte cuando sintiera esa verga topar con su himen, una telilla de carne que no pudo durar nada, en cuanto puso presión esta se desvanecería dejando que el intruso irrumpiera recibiéndole completamente, así ella gemiría con un desespero total mientras aquel intruso iba irrumpiendo hasta el fondo, aunque era por su falta de consciencia, pues no sabía qué hacer ella, tratar de huir, o quedarse, su mente se ponía en blanco, hasta que súbitamente Rob diría.
Aquí te va, primita, la verdad como estás preciosa, pareces princesa, que gusto ser tu primer hombre, espero que lo disfrutes, porque yo lo voy a hacer – dijo el chico antes de comenzar a bombear, siendo lento al principio.
No quería lastimarla, recordaba un poco a Maty, ella lo pasó un poco mal, aunque se entregó sin límites, sin embargo en la mañana siguiente le dolía su vulva, pero eso se fue calmando, por lo que igual trataría de ser gentil, además que Alicia no sabía nada de lo que pasaba aquí, era igual a él, que solo tenía nociones, aunque debía aceptar que darle directamente en la vulva por ordenes de su abuela, enterrándole la verga hasta el fondo era delicioso, un placer que querría repetir un par de veces más, empezaba a hacer su labor de macho, haciéndola sentir mujer, moviéndose con fuerza entre movimientos lentos, que iban sacándole los mejores suspiros que jamás imaginó, viendo como sus tetas se movían entre sus dedos, casi parecían temblar, mientras ella suplicaban, decía toda clase de cosas sin sentido, que fueron cambiando en detalles más eróticos mientras avanzaba el vaivén sexual.
No espera, no me lo metas, sácala, me duele, duele mucho, no sigas, ahh, espera no puedo con esto, la tienes muy grande, oh no puede ser me llega hasta el fondo, mm, por favor no sigas, ah, me estas volviendo loca, déjame, me voy a enojar, detente, no sigas ahh, vas a volverme loca, tu verga me está destrozando, ah, esto es tan raro, mm, ah, mi cuerpo arde, ahhh.
Fue lo que dijo al principio, pero mientras pasaban los segundos, y se iba acostumbrando a las embestidas del chico, quien no se contendría, estaba gozando de aquella cueva de placer, si hasta la alzaría para poder manejarla mejor, cargándola un poco para llegar a la sala donde la pondría en el sillón más grande prácticamente quedando de lado, acabando de desvestirla, aunque tendría un ligero forcejeo, ella parecía reaccionar antes de sacarle toda la ropa, quedando a su vista todo, incluso su sexo con una ligera mata de bellos, que al verla en un espejo no le gusto, pero mientras la iba penetrando separándole por completo las piernas, mirándose cogiendo completamente perdida mientras sus tetas se movían de un lado a otro, esta diría.
Ah, no puede ser soy como la abuela, me está cogiendo alguien, soy una puta, sí, soy una puta pero me gusta, primo, dame con todo, me encanta, quiero ser tuya, lléname con tu semen, quiero escurrir hasta el suelo, mm, no me puedo resistir, dámelo todo, ah, quiero más de ti – decía con una locura inesperada la chica donde recibiría fuertes embestidas que agitarían su interior, hasta que finalmente acabaría con un nuevo orgasmo, aunque este sería compartido, lo cual terminó dejando a la muchacha acostada exhausta.
Rob la dejaría apenas cubierta por una frazada, donde fuera su cuarto, tenía que volver con las cosas, aunque al salir, vería a su tía llegar, se había manchado de salsa y la camisa se le pegaba a sus enormes tetas, se veía deliciosa, hubiera querido probar suerte como la otra vez, pero ella al verlo tras coger con Alicia le diría algo que llamó su atención, pues era relevante para el misterio, el secreto de la familia: ah, mira mijo, no tengo broncas porque le hallas hecho eso a Alicia, pero solo tienes derecho a quedarte con una de mis hijas, así que elige, ella o Noriko, así que no juegues con ambas; eso le sorprendería, jamás le negaron nada hasta ahora, pero iba entendiendo que de alguna manera le iban a dejar tener algo con solo una de sus primas, y quizás Julianna no era el caso porque era su media hermana, aunque eso no tenía sentido porque Matilda era su preciosa hermanita menor, más nada tenía sentido, así que aclaró que solo obedeció a su abuela “rompiéndole el coñito”, ante aquella explicación Claudia se pondría más calmada, y agradecería el apoyo, lo cual dejó más confundido a Rob, quien no terminaba de entender ¿Qué estaba sucediendo? Y realmente quería saber cuál era el secreto de la familia tetona, o así se enteraba que le llamaban muchos de los vecinos a las mujeres, hijas de su abuela, lo cual le gustaba, le hacía verlas de manera tan sexy y deseable, aunque era obvio por la envidia que les tenían por su belleza natural.
Volvería al puesto de comida donde estaban todas, y ahí lo recibiría su abuela contenta, sabía que cumplió con su deber como macho con solo olerlo llegar, pero se notaba que Matilda no estaba contenta, era obvio, siempre fue muy celosa, aunque verla así le gustaba un poco, buscar su cariño le hacía sentirla tan emocionante, la hacía desear querer más de ella, la miraba con su falda de mezclilla y sus calcetas, tenía ganas de subir esa tela para comerle el delicioso coñito, metérsela hasta el fondo, aparte la sudadera que usaba ya no podía contener esos pechos tan redondos, era una visión exquisita, si bien que no era el único mirándola con ganas de hacerle lo que él ya le disfrutaba en la cama, por ello debía contentarla rápido, para antes de la noche, pues no iba a permitir que quisiera dormirse en otro cuarto, su lugar era a su lado. Por desgracia no era tan listo en esas cosas cursis, todo se le había dado de alguna manera extraña, por lo que fue con su padre, quien ayudaba en algunas cosas, este al enterarse de la situación, se reiría, tanto por la reacción de Matilda, como por haber desvirgado a su prima Alicia, se notaba que había orgullo en sus ojos para con su vástago, como si aceptara todo aquello, aunque le diría de manera muy seria, como si le advirtiera de algo:
Bien mijo, lo haces como los hombres de la familia, somos feos, fuertes y formales, bravos para mantener a las hembras contentas, pero no abuses, porque ya todos ven a Noriko como tuya, igual que su madre es mía, así que cuidaditos, creo que pronto tendré que contarte las cosas, debes estar confundido, sin embargo, ahora te aguantas, no es tiempo, y una cosa más, si dejas preñada a Matilda te saco a golpes de la casa, ella esta chiquita para esas cosas, si la quieres como tu mujer, respétala, luego cómprale unas flores, tu madre hablará con ella después, quedo claro – dijo Josh, lo cual le sorprendería bastante.
¿Qué sucedía? Era una gran intriga, pero debía aceptar que si quería saber que ocurriría, tendría que esperar un poco más, al menos ahora sabía que su padre no estaba negándole las respuestas, quizás solo lo estaba poniendo a prueba, como fuera el caso, Josh siguió trabajando, pues a eso se encargaba durante las fiestas, ayudando en algunas cosas de la organización, y aprovechando que Rob estaba ahí lo unieron a todo eso, ayudando hasta que anocheció, tuvieron que acomodar un escenario para una puesta en escena, una obra con niños pequeños, la cual disfrutaron todos, incluso Maty llegaría, se veía algo molesta, pero su hermano la tomaría de la cintura para ponerla a su lado, justo cuando la llamaban algunos chicos de su escuela, robándoles las atenciones de tan preciosa niña, para quedar en las manos ansiosas del mayor, que parecía reclamar al sujetarla de los pechos de manera que rozaba entre lo fraternal y lo erótico, siendo la envidia de todos, pero ella notaba algo extraño, pues los mayores aceptaban eso como un hecho, y durante todo el rato, su hermano le estaría agarrando una teta, logrando sonrojar a la chiquilla.
Una vez que terminaron Rob le dijo a su mujercita que lo esperara en la cama, pues él se quedaría a ayudar con todo a papá, ella aceptó yéndose con mamá y las demás, y tras 2 horas de duro trabajo desmontando el escenario, volvería cansado para encontrarse con que la niña estaba en la cama usando solo un camisón delicado, seguramente era regalo de su madre, aunque el chico sería quien más lo disfrutara, este como cargaba unas rosas las dejaría a un lado pues ya estaba dormida, la dejaría descansar, ambos se hallaban agotados, pero aun así a la mañana siguiente sucedería. Como de costumbre, Maty haría de las suyas, se acomodaría sobre su hombre para restregarse en su miembro, fingiendo una penetración al irlo sobando con su vulva jugosa, la cual parecía mas húmeda que de costumbre, se notaba la niña perdida en sus deseos, pues ella amaba a su hermano, era el único hombre para ella, quería sentirlo dentro, le molestaba que otras se le acercaran, aunque sabía que no podía hacer nada, algo escondía su mamá de ella, pues le decía que debía compartirlo, aunque también luchara para ser la esposa, un gusto que nadie debía quitarle, lo cual encendía un fuego en su interior.
Nuevamente Matilda se acomodaba sin ropa, se tallaba sacándose un deseo irremediable, pues la niña se sabía de él, así que trataba de marcarlo, dejando que sus jugos escurrieran de manera inesperada, en medio de los testículos del chico, quien al sentirla despertaría, y al ver aquello no se resistiría, saberla tan traviesa le causaba una fuerte sensación sexual, le encantaba despertar de aquella manera, prendía un deseo por hacerla suya, por lo mismo la sujetaría para poderla penetrar, sujetándola de la cintura, pero en ese momento notaria que Mati estaba inquieta, recordaba el dolor de su primera vez, pero aceptaría ese miembro, por suerte no como la vez anterior que le ardió, ahora se sentiría mucho mejor, una oleada de chispas recorrían su cuerpo causándole un placer tan adictivo, empezando a gemir como su madre, haciendo un gesto de placer, mientras su hermano lo hacía, le daba de lleno con todo, o al menos tanto como podía a causa del sueño, por ello la chiquilla lo cabalgaba con torpeza, aunque se encontraba perdido ante esa imagen tan irresistible en especial cuando la viera mover esas tetas al ritmo del vaivén sexual, pero era un gusto insuperable para ambos, pues esa verga le hacía embriagarse en el deseo, siendo tan fuerte ese gusto sexual, que pronto acabaría corriéndose dentro de esa cama, acurrucándose un poco sobre su novio, aunque se notaria un tanto mimosa, pues también descubrió las rosas al lado de la cama, lo cual la hacía más dócil a los cariños de Rob.
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