El Secreto de la Familia 4
El misterio aumenta para Rob cuando sucede algo inesperado, Noriko y su madre se introducen en su vida de manera intima….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
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La relación entre Rob y Matilda, era cada vez más peculiar, él no entendía porque se daban estas cosas, por eso no intentaba llegar al clímax, era como si algo le gritara que tuviera cuidado, que era una trampa o ¿Por qué se presentaban estas situaciones? No era posible, podía disfrutar del precioso cuerpo de su hermanita con cierta libertad, lo cual le era bastante sospechoso, sólo por eso apenas eran juegos sexuales lo que tenían, pero su cuerpo ya le exigía que hiciera lo suyo, tomarla como su hembra, penetrándola como todo un macho, llegando al fondo, pues muchas veces dormían juntos, él la desnudaba teniendo todo su cuerpo al alcance, en especial esas tetas preciosas, níveas, con pezoncitos casi rosados rojizos, que pese a su edad ya eran como pequeñas manzanas, su piel tan suave, sus muslos carnosos, si bien que llamaba la atención de muchos al caminar, pero eso era lo de menos, en veces ella misma llegaba a su cuarto sin ropa, para tener la iniciativa, sobándole con su propio sexo hasta alcanzar el orgasmo como si quisiera marcarlo, dejando en la mañana que este tuviera total control de ella, se besaban, acariciaban, nada estaba prohibido a sus manos, parecían amantes entre las sabanas, muchas veces fueron descubiertos por su padre, quien no decía nada, incluso parecía divertirse con aquella situación, de hecho el chico empezaba a manosearla incluso cuando veían películas, ya no solo a mitad de la noche en la cama, donde terminaban masturbándose mutuamente, con el paso de los días además de la confianza Rob podía tocarla a sus anchas cuando quisiera, mientras estuvieran solos, viendo su servicio online principalmente, teniendo el cuerpo de la niña a su alcance quien se perdía en sus caricias, suspirando pesadamente en la mayoría de las ocasiones, cuando los dedos del intrépido chico iban alcanzando aquella vulva jugosa de aspecto y olor irresistibles, le encantaba sacarle orgasmos en segundos, ver su carita desvanecerse en el placer, como se mordía el labio, para quedar pegada a su pecho por momentos, mientras perdían de vista la película, además que Rob iba notando que lo más interesante era notar que siempre que se hallaban juntos Maty solo usaba falda o shorts ajustados de lycra, los cuales acentuaban sus piernas o culito, como si le dijera que podía tocarla con libertad, y muchas veces cuando sus dedos acababan bañados en sus mieles sexuales, después de acariciarla profundamente este los saboreaba cuando ella iba a lavarse, era una locura, pero realmente la niña se entrega a sus deseos.
No podía creerlo, pero realmente Matilda se estaba convirtiendo en la novia de Rob, quien cada vez parecía más perdido en eso, llegando al punto de ni fijarse en sus compañeras de escuela, aunque este tuviera cierta popularidad, no es que fuera guapo, nada que ver, si acaso era un poco más alto y de constitución fornida, lo que le daba un aire de chico fuerte, un aspecto bastante varonil, igual que su padre, lo que causaba que muchas compañeras lo vieran con deseo, nunca de manera irresistible, pero con cierto encanto audaz que facilitaba su contacto con algunas compañeras quienes usaban faldas cortas o escotes pronunciados, tratando de seducir a los otros chicos, los mejores, y por suerte consideraban a Rob como uno de estos, aunque eso estuviera de más, pues muy para su desgracia, este no dejaba de pensar en su hermanita, quien se volvía el centro de sus atenciones sexuales, en especial cuando iba aprendiendo esos trucos y quizás otras cosas para llamar su atención, pero solo dentro de casa. Además cabía resaltar algo del muchacho y es que debido a su edad, pasó al bachillerato donde se daría un gran cambio, pues empezó a convivir más con su prima Noriko, quien era tremendamente popular ahí, cada vez que la veía se hallaba rodeada de babosos, en verdad no le faltaban tarados que la rondaran, de hecho el cretino de la otra vez, seguía apareciendo, y en una ocasión llegó con unos amigos a buscar a Rob, cuando seguía en secundaria, pero acabaron tan mal cuando este junto a su pandillita se le echaron encima corriéndolos a golpes, logrando hacerse de una buena reputación que atraía la atención de muchas chicas, quienes deseaban probar suerte con esos críos, que al menos dentro del barrio eran los más fuertes, algo que le serviría mucho para ver como algunas dejaban ver más de ellas, aunque notaba como es que su prima, parecía ocultar algo, más ignoraba que podría ser.
Fueron largos días al principio de su entrada en el bachillerato, pero estos sirvieron para que Noriko se fuera acercando a su primo, quien estaba algo ansioso, pues no quería verse tan raro, tenerla a un lado no terminaba de verse bien por ser familia, aunque nadie se quejaba porque en verdad se veía increíble, en especial cuando usaba calcetas por encima de la rodilla, las cuales acentuaban sus piernas, además que su escote muchas veces enseño hasta el ombligo. Gracias a ella escuchó un rumor que se contaba entre los estudiantes, pues había una especie de historia en esa escuela, de que las alumnas iban a un viejo salón escondido en un rincón, el cual servía como bodega, donde se dejaban hacer de todo, solo una tonta leyenda decían muchos, pero era verdad, era un especie de trato silencioso entre ambos, un chico llegaba caliente, la compañera también, se dejaban hacer cosas en un acuerdo mutuo, ya fuera coger, besarse o fajarse, como fuera el caso, Rob llegaría ahí en una ocasión para ver qué pasaba, encontrando a una de las chicas de su grado pero de otro salón, una morenita clara de cuerpo seductor, quien no tendría problemas para recibirlo, si su vulva parecía chorrear al solo tenerlo cerca, a su parecer había tenido suerte, su falda se acomodó para verse más corta, llegando a ver su deliciosa vagina cubierta, pero algo pasaría, la chica era algo avispada, y antes que pudiera hacerle lo que fuera, esta conseguía que le comiera su gruta sexual, logrando darle un gustito, especial, quedando atrapado entre las piernas, comiéndole la concha jugosa en breves minutos antes de correrse, algo que no le gustó mucho, aunque no sería la única vez, al ver que era real, volvería al lugar, y es que parecía que aquel sitio dejaba que más de una pareja pudiera ocultarse, sin embargo cada vez que llegaba, la misma chica, se le aparecía, para que este le comiera el carnoso coño, hasta que un viernes, al ir, aunque no estaba tan ansioso, de nuevo la vería, pero en esta ocasión ella se pondría de espaldas ofreciéndose completamente, lo cual agradó más, y sin pensarlo mucho iba a embestirla cuando les detuvieron, nunca faltaban chicos que avisaran, justo a tiempo, el prefecto llegaba a molestar, por suerte sólo harían unos comentarios para salvarse de un castigo:
Profe, yo sólo vine a orinar, me dijeron que este era un baño, malditos, me engañaron, y ella no quería venir sola, ya ve que llegaron con sus amigas, carajo, que si me va a castigar va a ser por golpear a otro por esta bromita, ahora deme chanza que me estoy mojando…
Con eso se libraban, aunque la chica una vez libres le aseguró que luego debían continuar, pero Rob no se sentía tan a gusto, el comerle el coño no le gustaba, aparte que le olía extraño a la chica, además en ese momento llegaría su prima Noriko para pedirle un favor, lo cual distrajo al prefecto quien los iba a alcanzar, era un tipo bastante prepotente, pero al tener a una de sus alumnas favoritas enfrente no pudo controlar una erección que se le salió, aunque denotaba que no era tan imponente, por lo mismo les dejaría marcharse. Ambos salieron de la escuela para hacer un encargo, aunque sería una escusa, porque Noriko se daba cuenta que un amigo se le iba a declarar, pero esta no se hallaba interesada, era un salido que sólo la quería manosear, siempre la veía con un deseo incontrolable, igual que el resto de sus compañeros de clase, aunque estos disimulaban mejor, de hecho no se veía contenta la pobre muchacha, quien parecía esconder algo, pero eso no duraría mucho, pues una vez que compraran unas cuantas cosas, volverían a la casa temprano, y que suerte, porque no hallarían a nadie, y eso lo quería aprovechar Noriko.
No lo dudo ni un momento, y le diría: hace un tiempo me preguntaste que tipo de chico me gusta, ese sería como mi tío Josh, el es mi tipo de hombre ideal, jaja, no voy a poder hacer nada con él, pero sabes con quien si se puede llegar al fondo; era una invitación obvia de tomar, la cual no pudo resistir, estaba sorprendido, pero eso no evitó que le siguiera, llegando en segundos al cuarto de Noriko, donde había poster de chicos rudos, luchadores o actores de aspecto varonil, algunos muy viejos, ninguno de chicos actuales que parecían más femeninos que algunas cantantes, sin embargo la chica se acostaría en su cama dejándole ver todo, entregándose a lo que quisiera su primo, quien apenas pudo mantenerse en su sitio. En verdad era una imagen deliciosa, la chica se entregaba libremente, dejándole ver sus piernas con calcetas, una tanga rosa, sus preciosas tetas sobresaliendo de la camisa, se veía irresistible, y lo que era mejor, esperaba que este la tomara, y sabiendo esto se lanzaría a besarse con la chica, mientras sus manos torpes trataban de quitarle todo, en eso ella le ayudaba, dejando que las ropas salieran, se veía tan ansiosa de sentirlo a su lado, que apenas pudo superar la sorpresa cuando este la penetró, pues estaba demasiado impaciente, apenas pudo y lo hizo, por suerte no forzó nada porque ella estaba muy húmeda, la verga de Rob resbaló muy fácilmente al entrar en su interior, y Noriko apenas dio un pequeño quejido de sorpresa, pero este le daría un beso rápidamente, así comenzarían a moverse, con cierta torpeza que daba gusto, abriendo su interior con una fuerza inesperada, el chico estaba muy caliente, deseoso de sentir aquel cuerpo hasta el fondo, le gustaba sentir las tetas, tan grandes, redondas, suaves, ella se aferraba al chico, parecía que no quisiera soltarlo, era bastante excitante ver su gesto de lujuria, el cual invitaba a darle más duro en su interior, lo único que vestía la adolecente eran sus calcetas, y sus tetas se movían de manera que se rozaban con el pecho del chico, cambiaban besos, ella le enseñaba a jugar con su lengua, pero al hacerlo este era tan intenso que le daba gusto, sus cuerpos se entregaban con libertad, mientras la cama rechinaba, era demasiado efusivo al irla penetrando, sujetándose de cada parte de sus bellas formas, no importaba nada, así que este terminaría corriéndose dentro, en un orgasmo bastante fuerte, que la dejaría contenta, intercambiando algunos besos.
Cuando quieras primito, no me gustan los brutos, pero tu si, el día que quieras me avisas – decía la chica un tanto cansada, pero contenta de recibir aquella verga dentro.
Realmente Rob había sido torpe, aunque muy apasionado, pues había sido su primera vez, siendo lo mejor que fue con una chica que todos deseaban, poco le importaba que fuera su prima, sabía que debía repetir, en especial cuando tras acabar de correrse, este seguía sintiendo su verga enterrada en esa vulva jugosa, y eso era lo que necesitaba su prima, quien se quedaba contenta, dejando verse por completo, su cuerpo era demasiado excitante, aunque se daba cuenta, no era virgen, aunque eso era comprensible, algún otro tonto se le habría adelantado, con semejante belleza, era obvio, aunque no le terminaba de gustar, pero nada podía hacer ya, por el momento disfrutaría de tan buena suerte, y de ser posible, buscaría otra oportunidad pronto. además algo ocurriría, cuando saliera del cuarto, siendo hora de la comida, se toparía con la abuela, quien llegaba con su prima July, quien parecía nerviosa, como si esperara ver algo desagradable, aunque al verlo ahí se calmaba, de hecho lo saludaba muy tranquila, la anciana por su parte empezaba a cocinar al ver que se hicieron las compras, mientras charlaba un poco con el chico, quien se sentía inquieto, quizás lo pudieron haber descubierto, cogiendo con Noriko, no estaba muy cómodo, una cosa era espiar, otra muy diferente llenarle la concha con su leche, además quería ir a ver qué pasaba con Maty, aunque en ese momento la señora diría como si le leyera el pensamiento.
Tranquilo muchacho, Matilda está bien, yo fui por ella a la escuela, recuerda que ahora van juntas estas 2, ya entraron a secundaria, así que pierde cuidado, como lo hiciste cuando te cogiste a Noriko, sólo espérame un poco, para que le lleves algo de comer a los de tu casa – decía mientras cocinaba, pero esas palabras le sorprendieron.
Realmente era algo extraño, se dieron cuenta de todo, pero no le dirían nada, ¿Qué pasaba? Se preguntaba Rob mirando a su prima July, quien se veía tranquila, como si nada de eso importara, era de no creerlo, sin embargo agradecería su suerte, cogerse a Noriko le gustó demasiado y si no había quejas, seguiría haciéndolo, o al menos eso pensaba, no iba a juzgar de más su buena fortuna, podría acabarse en cualquier momento. Curiosamente, al volver a su casa, iba tan de buen humor que incluso chiflaba un poco, cruzando por los patios traseros de las propiedades, vería que su tío no estaba en su hogar, quizás había ido a buscar trabajo, algo poco probable, pues se iba dando cuenta que se metía en la fábrica de papa, aunque sabía que esta era herencia del abuelo, por lo cual debía tener cierta autoridad el viejo Candido, no lo pensó mucho, aunque en la segunda construcción escuchó unos ruidos, algo no tan raro, podrían ser los obreros de papá llevando algún juego de sala, a fin de cuentas servían esos lugares como bodegas, por eso mismo estaban los patios abiertos, sin embargo al llegar a casa, haría un poco de ruido, diciendo: ya vine, traje la comida; rápidamente vería bajar a Matilda, parecía algo ajetreada, sudada, pero contenta de verlo, incluso se le abrazaría, y este por instinto la besaría, sujetándola por el culito. Al parecer sus hermanos también estaban, pero ni se dieron cuenta de su llegada, por lo que fue a llamarlos, aunque al pasar por el cuarto de su hermanita, creería que algo se escuchaba, y al asomarse solo vería que la ventana estaba abierta, detalle que no importó, también fue a revisar que pasaba con los gemelos, curiosamente no estaban, aunque hubo un ruido que le hizo pensar que si, era extraño, quizás se fueron a comprar algún videojuego, era la única razón para salir o llegar tarde, como le desesperaba, pero así eran ellos.
Algo estaba pasando, por alguna razón en los siguientes día notaria algunos cambios, Matilda se hacía más apegada a Rob, pero este no sabía que pensar, pues ahora se sentía más hombre, hasta hace poco su único contacto sexual era con ella, su preciosa hermanita, durante aquellos encuentros nocturnos donde dormían juntos como si fueran pareja, pudiendo sentir cada parte de su delicado y voluptuoso cuerpo, sintiéndola de su propiedad, incluso buscaba tenerla cercas a cada momento cuando estaban en casa, lo cual aceptaba la niña con una especie de gusto. Aunque eso era solo dentro de la casa, pero luego de su momento con Noriko, empezaría a tener verdaderos encuentros sexuales, disfrutando como jamás creyó, haría de todo con su prima, pues no le negaba nada, haciéndose una extraña situación, pues podía pasarse a su casa cuando quisiera, y empezar a cogérsela en su cuarto, irrumpiendo con cierta malicia, a veces pasaba menos tiempo con sus amigos, pero no podía evitarlo, tener sus rozones con Nori era demasiado excitante, sus manos fueron conociendo cada parte de ese precioso cuerpo, siendo solo la entrada, pues una vez que ella se calentaba, podría disfrutar de sesiones de sexo que le iban dejando aprender a ser un verdadero amante, pues de esta manera aprendería a montarla como todo un campeón, lo harían en su cuarto principalmente, disfrutando de la cama que rechinaba al irla penetrando, sintiéndose mirado por los posters, y por alguna razón que no conocía, estaba bien, le gustaba sentirse como un ganador mientras le iba abriendo la vulva a su prima, quien cada vez gemía con mayor gusto, y sus orgasmos eran más fuertes, dejándole que se corriera hasta escurrir en su colchón. Al final terminaban de coger luego de unos buenos orgasmos, Noriko quedaba tirada en la cama sonriendo, mirando a Rob embelesada, escurriendo su leche con un gesto muy tranquilo, casi embobado por el éxtasis sentido, lo cual hacía sentir orgulloso al chico, quien acariciaba ese cuerpo con sumo cariño, incluso dándole besos en la boca, o diciéndole que ella le pertenecía, lo cual le dejaba satisfecha, viéndose con ansias además de deseo.
Aunque en cierta ocasión, después de haberse follado bien esa vulva no pudo contenerse, sus amigos siempre le estaban viendo las nalgas, por lo que fue tras aquel culo, el cual abriría con cierta dificultad, penetrándola con una sonrisa imposible de contener, pues aparte Noriko se volvía loca, nunca antes sintió algo así, pero una vez que acabó, cuando se estaba por marchar, vería a la abuela llegar, esta se le veía una cara de pocos amigos, hasta que le reconoció y dijo: ah, eras tú, menos mal, contigo está bien, tu mamá te busca, quiere que vayas por tu viejo; solo dijo eso, lo cual le llamó la atención pero no lo pensó mucho y acudió a verse, con su madre, quien efectivamente quería que fuera con su padre. Visitaba poco la fabrica, pero era bien conocido en esta, le gustaba la forma en que lo trataban los obreros, pues siempre le decían alguna buena broma, en especial desde que había empezado a desarrollarse, pues no faltaba que le dijeran: oye mijo, acá tengo una hija que necesita novio fuerte – no le hagas caso, yo tengo una sobrina que busca con quien cortar con su papanatas – mira mijo, tengo una niña que necesita hacerse mujercita, te interesa; todo eso eran juegos, aunque no le molestaban, pues las hacían porque todos apreciaban a su padre, y relacionarse con él, como el hijo, les gustaba, además el estaba preparándose para heredar la fabrica, así que estaba divirtiéndose.
Sin embargo ese día habían acabado temprano, eso le llamó la atención, los obreros se estaban marchando, aunque aún así le saludaron, diciéndole donde debía encontrar a su progenitor, aunque no faltó que uno le dijera: pa cuando me haces abuelo; entre risas se marcharon, al principio pensó que su padre ya debería estar en camino, sin embargo le dijeron que su padre seguía dentro en una junta muy importante, y vaya verdad que estaría ocupado, aunque le daba risa, porque su padre nunca fue un hombre tan letrado, siempre se guiaba por su instinto para hacer las cosas, y hasta ahora le había servido, no podía imaginarlo haciendo de intelectual, pero contrario a lo que imaginaba lo halló disfrutando. Antes que se diera cuenta vería como Josh se estaba cogiendo de manera monumental la vulva de su tía, la tomaba de las nalgas, para controlar sus embestidas, se movía de manera fuerte pero sobria, dejando ver como sus mieles de pasión escurrían hasta el suelo, dejando ver como la mujer se entregaba por completo , quien estaba perdida en el deseo, era sometida de tal forma que gemía como jamás pensó hacerlo, habían bebido demasiado ambos, o eso evidenciaba una botella de algún licor que no reconoció, además se perdía viendo esas tetas moverse al ritmo de las caderas de su padre, quien en veces las chupaba o mordía, cuando no se besaba con Claudia, quien se entraba ansiosa de estar empalada por aquella barra de carne, misma que abría esa vulva de una manera magistral, como fuera el caso, le estaban dando muy duro, mientras la mujer se entregaba al deseo encajando sus uñas en la espalda, mientras chillaba de placer, restregando sus piernas al cuerpo de su amante, apenas cubiertas por unas medias color caoba.
Ha, eres el mejor, mm, dame mas – suplicaba Claudia mientras se besaba con Josh.
Qué buena puta eres, no me canso de cogerte – decía el padre de Rob sujetando a la mujer por las nalgas, encajando sus dedos dentro del culo, sacándole un par de chillidos sonoros que eran una delicia para el hombre.
Algo había en esos dos, quienes estaban unidos en un ardiente encuentro sexual, pero justo en ese momento sonaba el celular, el del hombre, quien respondía aun encajándole la verga a su amante, era increíble verlo fornicar como todo un semental, mientras se escuchaba que hablaba con Lara, incluso incrementaba la fuerza de sus embestidas, haciéndola gemir con mayor fuerza, logrando que se escucharan los gemidos de Claudia, y la mujer parecía comprender lo que ocurría, aunque era insólito que entendiera entre todo ese ruido: si, estoy en junta con Claudia – no, me tardaré un poco, pero luego voy a casa cariño – tranquila, llevo eso, no te preocupes – oh, ya veo – bueno, nos vemos en casa, luego te doy lo que te mereces mujer, sabes que no se me acaba la fuerza cuando se trata de ti; fue lo dicho por su padre, pero súbitamente ocurría algo, en medio de esas fuertes embestidas que hacían temblar las nalgas de su amante, mientras sonaban como deliciosos aplausos, Claudia le pedía que pasara la noche con ella, pero Josh se negaba, su tía aseguró estar muy caliente, sin embargo el hombre haría algo inesperado:
Sal de ahí pequeño fisgón, ayúdame con esta golfa tía tuya, solo por hoy te daré permiso de disfrutarla un poco – decía con mal humor el padre de Rob.
No sabía que decir, pero el chico saldría detrás de la puerta, estaba erecto, casi a punto de sacarse la verga para jalarla un poco por semejante espectáculo, aunque eso ya no importaba, pues súbitamente su padre le ofrecía el redondo culo de Claudia, para decirle con toda la malicia erótica, que le ayudara a rompérselo, no sabía porque, pero así sería, dejándole que esta lo disfrutara de manera inesperada, era extraño, excitante, tan inesperado, sin embargo entraría al cuarto, sacándose la ropa, pese ha haber tenido sexo con Noriko, lo cual le daba cierta seguridad, no dejaba de sentirse nervioso al ver lista a su tía para aquel juego sexual, lo que era más inquietante, apenas usaba unas medias color café que le hacían sentir más caliente su sangre. Sin decir nada, le penetraría desde atrás, sacándole un ligero pujido, y como si se sincronizaran ambos machos, seguirían alguna clase de ritmo que tenían marcado dentro de ambos, haciendo un esfuerzo para darle con todo a tan deliciosa mujer, así tras 5 minutos padre e hijo estaban rompiendo a la mujer, dándole con todo, haciéndola gemir con un gusto tan bueno, para que esta se perdiera en unos orgasmos nuevos, lo cual disfrutaron porque era como si las 2 grutas del placer masajearan sus vergas de manera viciosa, como si les chupara sus miembros, pues con cada venida era como si ese cuerpo seductor fuera capaz de succionarles, logrando un delirio sexual inesperado, pero con esto ambos huecos terminarían escurriendo leche de macho.
No entendía porque, pero acababa de sentirse en el cielo, en verdad aquello le resultaba un completo misterio, aunque estaba contento, sintiendo el delicioso cuerpo de su tía entre sus manos, llegando a tocar aquellas enormes tetas, que apenas cabían entre sus dedos, casi mareándose con el aroma de ese perfume, mientras su padre se marcharía satisfecho, antes de que la mujer le insistiera en quedarse con ella, sin embargo la tía Claudia parecía exhausta, y realmente quería intentar algo más, miraba esa vulva jugosa, escurriendo esas piernas, esa cara respirando ansiosa, era como un sueño hecho realidad, pero el chico no sabía por dónde irse, seguir a Josh porque quería una explicación o ver por la mujer quien se levantaba aturdida, buscando su ropa, volviéndose a vestirse, aunque se veía que todo era un desastre.
Volvería para la hora de la cena, después de auxiliar a su tía quien le dio las gracias, dándole un beso en los labios, que por segundos pudo sentir una mirada, era Noriko, quien se veía inquieta, casi pudo jurar que saltaría para evitar eso, lo cual le hizo sentir tan importante, luego regresaría a su casa por los patios, aunque estaría algo inquieto, no entendía lo que estaba pasando, ella le besaría en los labios de manera provocativa, metiéndole un poco la lengua, diciéndole que podría buscarla para tenerla sola en alguna ocasión, una propuesta que le hizo fantasear, pensando en tomarle la palabra de manera súbita, por poco se regresaba, sino fuera porque se hallaba su prima, aunque eso le daría la idea de tener un trió, pero de nuevo se detenía pensando que eso sería demasiado. Iba de vuelta pero en eso se fue topando con su tío, quien se hallaba merodeando cerca de su casa, parecía estar ocultando algo, pero no le importó, lo esquivó un poco, era evidente que quería meterse, y recordaba las veces que estuvo dentro, casi usurpando el lugar de su papá, lo cual le recordó por un momento en la vez que se cogió a su madre, cosa que no había vuelto a suceder, eso era molesto, por ello no le terminaba de agradar, aunque le hizo pensar que quizás su padre estaba con la tía Claudia cuando eso ocurrió, era probable.
Durante esa noche se bañaría antes de acostarse, estaba sudado por tanta actividad sexual, cogerse a Noriko o a su tía, habían sido bastante extenuantes, sin embargo al sentir el jabón recordaba los cuerpos de ambas mujeres, le emocionaba mucho, así que en cuanto volvió cayó rendido en su cama, un tanto a gusto porque sabía que el día siguiente no tenía clases, les avisaron a todos que habría una junta de maestros, así que podría descansar más tiempo, sin embargo, igual que sucedió en otras ocasiones, muy de madrugada, pudo sentir que su hermanita estaba entrando a su pieza, metiéndose a su cama desnuda, para frotar todo su cuerpo contra el de él, siendo algo tan relajante, además aunque medio dormido pudo sentir una cosa, realmente las tetas de Matilda estaban creciéndole mucho, cada vez se parecían mas a las de mamá, lo cual le emocionaba mucho, parecía que se volvían como naranjas, estaban enormes a como las recordaba, en verdad se sentía muy caliente, no sabía ni que pensar, pero debido al cansancio no pudo hacer mucho, más que disfrutar de cómo su hermanita dejaba su olor impregnado sobre él, además que al acabar le diría algo en el oído y le daba un tierno beso antes de acostarse ahí, y este por inercia la abrazó para sentir sus nalgas apretarse contra su verga.
Curiosamente esa vez los descubriría su madre, quien se quedaría pensativa, contrariada, por segundos creía que se iba a enojar, la pobre niña se asustó, tapando su desnudes, el estaba más dormido, apenas despertando desorientado, cuando su madre parecía querer quejarse, como si fuera a dar un sermón, aunque su papá llegaría crudo para llevársela, este como de costumbre tomaba de forma extraña la relación entre ambos, casi se burlaba de todo eso y se lo decía a Lara, mientras le agarraba una nalga junto a un pecho:
Tranquila mujer, esto es obvio, Matilda es la hembra de Rob, sospechaba que iba a pasar, así que cálmate, ahora prepárame el desayuno, que tu macho te necesita – fue lo que dijo Josh mientras tomaba el control de la situación
Pero lo que resultaba más impresionante es que lo decía de una manera tan seductora el hombre, quien se aferraba a ese cuerpo, tomaba el control sobre su mujer acariciando uno de esos enormes pechos, le besaba el cuello, o le sobaba la nalga con tanta fuerza que parecía a punto de levantarla, logrando sacarle un gemido, con el cual acabó llevándosela, mientras que su hijo se levantaba para ver a su hermanita salir desnuda de su cuarto, apenas usando una sabana, siendo una imagen demasiado sensual, le encantaba verla así, con el culito tan grande y redondo moverse con cada paso, su largo cabello castaño claro, cubriendo su desnudes, avergonzada de que alguien más la viera, aunque no dejaba de sentirse inquieta al ser vista por su hermano, aunque eso era más por una especie de gusto compartido, un sentimiento intimo que tenían el uno por el otro, de hecho le miraba y por segundos enseñaba sus tetas, las cuales estaban enormes para su edad, realmente se había puesto preciosa en poco tiempo, lo cual le hacía pensar, que desde que empezaba a coger con Noriko, no le prestó mucha atención a Matilda.
Luego de aquel evento Rob seguiría en sus actividades, o casi, era un misterio aquello, ¿Por qué había esa apertura? Si lo pensaba bien, papá podía tener a la tía o a mamá cuando quisiera, ambas parecían entender que eran propiedad del hombre, lo cual era bastante excitante, aunque no le terminaba de gustar, incluso se llegó a dar cuenta que había cierta coquetería incluso afuera, aunque era sutil, algún cumplido o piropo. De igual forma con él, se daba el acercamiento con Matilda, en veces ella se le pegaba cuando hacían encargos para la casa, era algo nerviosa, se notaba que le afectaban las bromas maliciosas de las niñas del barrio, quienes no estaban tan bonitas, aunque no se le acercaban cuando él estaba cerca, además que los vecinos los empezaban a ver algo raros, aunque nunca le dijeron nada, y seguían siendo amables con ambos, todo era demasiado extraño, desde el triangulo amoroso de su padres con la tía Claudia, o su relación incestuosa con Matilda sin embargo no dejó de tener encuentros con su prima, con quien seguía cogiendo cada que tenía oportunidad, pues ella misma parecía buscarlo, aunque si él era el que lo hacía, ella hasta se veía contenta, por lo que podría incluso irrumpir a su cuarto para jalarle el calzón y metérsela hasta el fondo, teniendo una libertad inesperada, pero sólo se calmaba cuando eran sus días peligrosos, por todo lo demás hacían de las suyas con total libertad, disfrutando del sexo, incluso yendo al viejo salón del bachillerato para coger libremente, pues ahora Rob no estaba con la prisa de ir por su hermanita, su abuela iba por ella junto a su prima menor, desde que se graduó de la primaria le acomodaron junto a July en la misma secundaria, a fin de cuentas sólo había un año de diferencia, así que podía estar más tranquilo, además su Noriko empezaba a tomar mayor relevancia, era una deliciosa amante, que incluso dejaba ver su interés por el frente a sus amigos, quienes no lo tomaban en serio, aunque se mostraban tan celosos, así que era difícil resistirse, aunque en una ocasión ocurriría algo inesperado.
Rob llegaría a casa de su prima, buscando poder pasar un poco de tiempo a solas, quería que esta lo cabalgara para poder agarrarle las tetas, una imagen que lo había excitado después de ver un video de un amigo en su celular, sin embargo se daría cuenta que la casa estaba casi sola, parecía ser que July salía a hacer tareas con una amiga para una exposición, mientras que Noriko y su abuela se marcharon a comprarse zapatos, sin embargo no podría ser mejor pues se toparía con su tía Claudia quien llegaba del trabajo, había salido temprano, se hallaba algo sudada, aunque su aroma era embriagador, y esta le decía:
Mm, muchacho, dime, finalmente vas a hacerme el favor, tengo ganas de saber que tan parecido eres a tu papá – decía Claudia ofreciéndose mientras se comenzaba a desnudar.
No sabía que pensar, pero recordaba algo, muchos de sus amigos estaban perdidos ante las curvas de su tía Clara, igual que muchos de los vecinos, quienes al verla pasar clavaban su vista en ella, y muchas veces en la escuela le preguntaron si no había visto algo más de ella, clásicas charlas de su grupito, aparte de lo evidente, era demasiado delicioso, pero Rob no decía nada, pues era celoso de aquel secreto, aunque una vez les dijo que la llegó a ver cambiarse, y sólo agregaría: fue mejor que cualquiera de las putas de la red, en serio; lo cual emocionó a todos, dándoles en que pensar, aunque este señaló que solo fue un golpe de suerte, pues no quería que lo descubrieran, que tenía libertad para verlas desnudas, pues de decirles lo de esos agujeros en el baño seguro irían a su casa para fisgonear, igual que lo hicieron con los mecánicos, quienes casi los descubren cuando cogieron con una chica, que no quisieron comentar quien era, por lo que se mantenían en silencio, de hecho tampoco le guastaba que estuvieran encima de Matilda, pues comenzaban a verla, y decir cosas de ella, lo cual menos le agradaba.
Cualquiera que fuera el caso ahora su tía le dejaba tomarla, siendo una situación inesperada, aunque muy deseaba, y no pudo resistirse a la tentación de sentir aquella forma para él solo, no perdería el tiempo para subirse sobre la mujer, chupando las tetas, esas masas de carne que tenían a todos los hombres del barrio como locos, incluso algunas mujeres las deseaban, las chuparía con una hambre golosa llena de ansiedad sexual, logrando que ella dijera: mm así me gusta, eres como tu padre, me encanta; decía Claudia con una voz cargada de seducción total, quien abría sus piernas para dejar que viera su sexo humedecerse, parecía lista al mejor sexo, no necesitaba de mucho, aunque por un instinto inesperado empezaría a lamerle la vulva para asegurarse que estuviera lo mas lubricada posible, logrando sacarle un orgasmo que le haría saborearla inesperadamente, pues la mujer al ver aquello acabó demasiado caliente, esa lengua le invadió de una manera irresistible, mordiéndose el labio para no gritar de lujuria, escurriendo hasta mojar la cara del chico, quien luego sería atraído para ser besado, mientras se acomodaba para tener una verdadera sesión de pasión, logrando en un vaivén continuo, donde la mujer gozaría del ímpetu de aquel muchacho, quien la penetraba con un ritmo más veloz, intenso, cargado de fuerza erótica, haciendo que ella se emocionara como si volviera a ser una colegiala, siendo agitada hasta correrse dentro de la mujer, quien se habría agitado mucho mientras recibía las envestidas, llegando igual a un ansiado orgasmo, haciéndola suspirar de nuevo con su ímpetu carnal, dejando liberar un calor vicioso que inundaba el cuarto a manera de aroma a sexo acompañado del eco de las respiraciones agitadas.
Rob no podía creerlo, pero se hallaba sobre las enormes tetas de su tía, babeándolas un poco, sintiendo como sus piernas lo envolvían y las últimas gotas de semen entraban en su interior, ella lo miraba satisfecha, incluso podía sentir ese coño caliente, se besaron por unos instantes, como si con esto se asegurara que todo fuera cierto, realmente había pasado aquello, tuvo a su sensual tía para sí solo, era demasiado extraño, inexplicable, pero lo dejó contento.
Luego de ello saldría sin ser notado, sintiendo el cuerpo de aquella hembra tan erótica en su piel, lo cual le hacía sentir más varonil, incluso pensaba en hacer algo con su querida hermanita como buscar el sexo real, volvería a su casa contento, haciendo un poco de ruido, nuevamente su casa parecía sola, algo que se volvía muy incomodo, pues se repetía en los últimos días, quizás semanas o meses, pero al llamar a todos, un ruido fuerte ocurriría, lo cual le asustó, pensando en que se habían metido ladrones a la casa, algo posible pues no faltaban que los vagos estuvieran pendientes de las casas vacías, revisó los cuartos, no estaban los gemelos, su hermanita Matilda se encerró en el cuarto de él, pero al buscar a su madre, quien debería estar en su cuarto, la imagen que encontraría iba a ser completamente inesperada.
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