El Secreto de la Familia 5
Rob sigue descubriendo nuevas locuras sexuales, y empezará a contar con nuevas victorias eróticas, fuera de las esperadas….
Advertencia: este relato es completamente Ficticio, no tiene nada de real y solo esta para entretener con una buena de dosis de morbo a todos los lectores que gusten…
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La lujuria venció todo el sentido común del chico, pues al entrar a ver si su madre estaba bien, encontraría a esta perdida en un delirio sexual, al parecer le dieron una droga afrodisiaca muy potente, se estaba sobando su delicioso cuerpo de manera frenética, mientras trataba de sacarse alguna clase de orgasmo potente, se iba acariciando cada curva de su cuerpo, pellizcándose o metiéndose los dedos hasta el fondo, su vulva se hallaba enrojecida, bramaba como puta en celo, incluso tenía problemas para respirar, sus dedos estaban empapados, las sabanas con una mezcla de sudor con jugos de pasión, que casi lo ahogaban en la lujuria, sintió una erección casi inmediata que le hizo entrar, perdido en la idea de buscar a su madre como algo mas, así que la mujer al ver a su hijo entrar, no perdería la oportunidad para tomarlo y meterlo a la cama, para coger como solo lo hacía con su marido, de hecho casi le arrancaría la ropa en medio de un frenesí sexual, su rostro se vería enrojecido, cargado de un deseo inesperado, no pensaba con claridad, pero nada de eso importaría cuando Lara le chupara de manera golosa la verga, haciendo una succión inesperada, casi sacándole el alma, como si tratara de sacarle todo el semen de una sola vez, logrando sacarle un grito a Rob por la fuerza de aquella acción, pues era evidente que trataba de ordeñarlo. El chico estaría sin saber que pensar o decir, apenas pujaría por aquel encuentro inesperado, nunca esperó ver a su madre así, chupándole la verga de manera inesperada, tragándose todo ese pedazo de carne de manera tan golosa, con una técnica que le sacaba el aliento, ni supo como termino desnudo, menos como es que esta lo montó para meterse la verga hasta el fondo, haciendo un juego de caderas inesperado, aplastándole los testículos con sus redondas nalgas, en las que apenas sintió algo, pues su violenta caída sonaba como un aplauso cuando su enorme culo chocara contra su cuerpo, haciendo un deleite, para el chico, quien al cabo de esfuerzo se contendría, aunque también sobreviviría, pues esta mujer, igual comenzó a darle los pechos para que los chupara, saboreando de tal forma su carne, como si fuera un recién nacido, lo cual realmente disfrutó, era un gusto absoluto en donde vería la cara de esa amada mujer diciéndole toda clase de cosas que jamás esperó, haciendo que se emocionara en medio de aquella faena, y dándole un gusto tremendo, llegando a hacer que la mujer se corriera, pues la pobre estaba tan perdida en su deleite narcótico, que cualquier estimulación le hacía rendirse, en verdad le sacaba fuertes orgasmos que acababan escurriendo, y no terminarían pronto.
Estaban atrapados en un tremendo frenesí, lo dominaba aquella mujer, quien se perdía en su movimiento de caderas, haciendo un frenético encuentro que no dejaba de resonar en las paredes, junto a los gemidos, Rob apenas podría mover sus manos, sobando sus pechos, los cuales le daban una ansiedad, pensando si así pasaron las cosas cuando era un recién nacido, no podía contenerse, estaba gozándolo, querían correrse dentro, tanto como pudiera, estaba tan enloquecido que incluso pensaba en preñar a su madre, no le importaba nada, le agarraba las tetas para que se quedara fija contra su verga, la cual escurría, debido al ritmo es que no terminaba de correrse, lo gozaba al menos mental, pero su cuerpo se estaba mancillando, no estaba Rob tan acostumbrado al sexo fuerte, e iba a continuar, o eso hasta que llegara el hombre.
Josh había terminado su trabajo temprano, veía el sol desde la distancia ocultarse, quería cogerse a su mujer, le encantaba ese cuerpo delicioso, saberla suya era un deleite inexplicable, tan delicioso, incluso la verga la tenía algo gruesa, pues no terminaba de prenderse, cuando al entrar a su cierto escuchó los jadeos del sexo, algo lo cambio, se enfureció pensando una traición de cierta persona, por ello subiría pero al ver aquello su furia se mezclaría con desconcierto, dándole un golpe a su hijo, lo sacaría de la cama de los cabellos, pensaba en sacarlo de la casa, pero después notaria que algo estaba mal, su mujer le gritaría desesperada: no me puedo contener, ayúdame, AHH; momento en que se correría con una fuerza inesperada, no deja de sobarse, se restregaba contra sí misma, pero lloraba un poco, algo estaba mal, por lo que Joshua comprendiendo que no era una traición sino una emergencia, solo lo sacaría del cuarto, mientras se sacaba los pantalones, mientras que su verga se alzaba, iba a prepararse para tomar control de su mujer, y con una buena estocada le abriría el coño de una sola vez, mientras empezaba a embestirla, logrando que la mujer cambiara un poco su gesto, como si aquello fuera lo mejor.
Por su parte Matilda se saldría del cuarto de Rob algo asustada, no quiso decir nada, aunque era evidente que sabía algo, apenas ayudaría a su hermano a meterse para vestirse, lo cual fue algo gratificante, usaba unos shorts muy cortito y una playera que se levantaba de manera interesante debido al volumen de sus tetas, ahí se quedarían un rato, ocultos, escuchando como sus padres cogían de manera demencial, haciendo rechinar la cama de una manera inesperada, haciendo que ambos se miraran de manera intensa, pensando que deberían hacer algo, pero la mirada de Maty era de miedo, por lo que aun caliente, Rob apenas tomaría a su niña de la cintura para besarla con cariño. Así pues Josh pasaría las siguientes 2 horas cogiendo con su esposa, quien no dejaba de estar afectada por una droga desconocida, aunque parecía ser Yumina o algo parecido, o eso indicaba todo, pues la situación indicaba que alguien se metió y dejó esa sustancia en el agua que iban a tomarse durante la cena, pero antes que ocurriera, Lara la probó acabando en esa situación, aunque antes pudo advertir a sus hijos que se encerraran en sus cuartos, o al menos eso se daban cuenta, más la situación carecía de sentido aún para todos, pues no sabían quién podría ser el culpable de aquel acto.
Además, aquel incidente haría que Joshua se distanciara por unos días de su hijo, no sabía que estaba pasando, pero reaccionó muy mal, la peor parte se la llevó Rob, quien prácticamente fue violado y luego atacado, detalle que le pesó a su padre, quien no sabía cómo disculparse, sin embargo se hizo obvio que algo sucedía, necesitaban descubrir que pasaba, todo era demasiado extraño, recordaba que pensó que pudieron meterse ladrones, pero no se robaron nada, quizás alguien se metió con otras intenciones, más no tenía idea, quizás deseaba violar a las mujeres, cosa que no era tan raro, pues Lara, Claudia y Noriko, eran de las mujeres más apetecibles de la colonia, más no decían nada de July o Matilda porque las seguían considerando niñas igual con Nady porque ella parecía oculta todo su potencial femenino, en verdad pensar en ello era un dolor de cabeza. Tendría que pasar una quincena antes de que Joshua se dignara en hablar con su hijo, pues no podían seguir así, pues aparte no hicieron demanda, aquella situación parecía demasiado irreal, además que la policía siempre hacia sus estupideces, en especial cuando se trataba de bellas mujeres, en verdad eso le molestaba mucho a Joshua, a pesar que tenía un amigo en las fuerza policial, pero este solo lo cubría cuando se agarraba a golpes con algún baboso, sin embargo era seguro que si decía algo en la jefatura culparían al hijo de violar a la madre, eran un grupo de imbéciles, además que Lara se moriría de vergüenza, no quería que se hiciera público que violó a Rob, por lo que Josh tenía que arreglar aquello por su cuenta. Sería en una tarde, que lo mandaría llamar fuera, con la escusa de comprar algo de comida, mientras esperaban unas deliciosas hamburguesas que preparaba en un puesto un amigo de la familia, finalmente Josh se decidiría a hablarle.
Mira hijo, se que las cosas no son normales con nuestra familia, tendrás que aguantar, me da gusto ver que no te la pasas haciendo estupideces como otros chicos, se que son tus amigos, pero son unos tarados, seguro se mueren vírgenes, o luego embarazan a una chica y se escapan o se friegan, como sea, no puedo pedirte perdón, no me nace, te estabas cogiendo a mi mujer, la que amo tanto, también se que lo hiciste con Claudia, aunque fue con su consentimiento, y escúchame bien, igual es mía, ja, cada que quiero la lleno de mi leche, ahora escucha, de las 3 hermanas tetonas a esas 2 las hice a mi gusto en su momento, cierto, tu no conoces a la tía Lourdes, esa se fue hace unos años, es toda una fichita, pero yo creo que pronto regresará, como sea, no las toques, puedes cogerte a Noriko, se que le gustas, y estará contenta de quedar igual que su madre como conmigo, no importa, ya estás trabajando a Matilda, a esa la cuidas bien, que si algo le pasa me voy a enojar, es mi niña adorada, no te puedo decir muchas cosas, estas demasiado bruto, pero en eso yo tengo la culpa, no he pasado suficiente tiempo contigo, así que mañana en la noche vienes conmigo, te voy a echar la mano, porque debes ser hombre fuerte, como tu abuelo o yo mero, y solo hay una forma de hacerlo – decía Joshua sorprendiendo un poco a su hijo, quien si esperaba una disculpa, aunque al ver como era su padre, se daría cuenta que lo iba a compensar en ver de oírlo decir un “lo siento”.
No sabía que pensar, pero Rob tuvo que aceptar, aunque no le gustó mucho, realmente le dolió el golpe de su padre, casi sintió que le rompía un diente o parte de la quijada, no por nada su viejo era temido en la colonia, o nadie se metía con la tía Claudia, y eso era por una buena razón, la cual compartió en su momento, en su juventud practicó boxeo, nunca participo en torneos, pero llegó a pelearse con algunos buenos practicantes, los cuales la sufrieron, era un peso completo cuyos puños eran como bolas de demolición, con fuerza similar a pistones, resultaba muy malo pelearse con él, mas cuando lo veían molesto, de hecho aun a sus años al dar golpes rompía tablas de madera, lo demostraría en algunas ocasiones, y podía recordar Rob que casi al verlo así su madre pareció correrse. Para Joshua el plan era sencillo, puso a su hijo a entrenar, detalle que no le gustó mucho, sino fuera porque con los días empezaría a notar los cambios, su cuerpo se adaptaba fácil a aquello, como si lo tuviera en la sangre, empezaba a dar un estirón, aunque no le gustaba pasar menos tiempo con sus amigos del barrio, sin embargo en el gimnasio donde lo inscribió fue conociendo a otros jóvenes de colonias cercanas, quienes no eran tan grandes, pero le dieron al principio unas palizas que no esperó, y gracias a eso se dio cuenta que tenía razón Josh. Bajo un régimen muy duro, al menos pasarían 3 meses donde empezaría a marcarse muy bien, llamando la atención de muchas chicas, quienes al estar cercas de él, parecían responder a una especie de fibra masculina de la cual este era dueño, las colegialas del salón se mostraban en veces ansiosas, por tenerlo cercas, comprendiendo Rob cuál era el encanto de su familia, pues en ocasiones las casi le enseñaban sus coños marcados en sus tangas, o se agachaban dejando ver sus tetas, que poseían unas formas seductoras, llenas de lujuria, como si buscaran sus atenciones, causando una serie de problemas con sus amigos, quienes no dejaban de verse como unos críos bobos buscando sexo de forma desesperada, además que en ese tiempo se haría evidente que no eran tan listos. Fue tal como lo dijo Joshua, de los 8 que eran, 2 acabaron mal por la misma razón, se embarazó a una chica, uno fue puesto en prisión, el otro logró que le perdonaran al hacerse responsable y se fue a trabajar a una mina, otro más se cogió a una prima, se desapareció al ser descubierto, huyó sin dejar rastro, mientras que el resto se preguntaban ¿Por qué había pasado todo eso? Lo cual era obvio, en verdad eran un grupo de tontos, sin embargo Rob al comenzar a entrenar, llamaría mucho la atención de la chicas, en especial dentro de la escuela, muchos le veían con respeto, pues se empezaba a desarrollar muy bien, estaba ganando el aspecto de su padre, un macho imponente, capaz de imponerse sobre otros, así que pocos lo retaban, pero también se veía a Noriko ansiosa, siguiéndole de manera insistente, su cara se dejaba ver nerviosa, se mordía mucho el labio, parecía estar en celo cada vez que estaba cerca, aunque la estaba pasando mal porque iba a graduarse, se veía demasiado inquieta ante él, cada vez se volvía más su tipo de hombre, y parecía que al estar con él, pretendía saltarle encima para coger de manera salvaje, sus gestos eran un deleite, se movía de forma interesante, y en veces parecían estar escurriendo sus mieles de pasión, incluso se llegó a dar cuenta que ella se masturbaba en su casa llamándolo, y cuando podía este le daba gusto, si en más de una ocasión le sacaría la tanga empapada, para ensartarla, haciendo que pasaran deliciosos momentos de pasión juntos, metidos en la cama, mientras sus cuerpos se fundían en la pasión del sexo, donde Noriko dejaba ver una especie de deseo total, como si buscara algo más que solo ese encuentro, lo cual encantaba a Rob, quien no dejaba de correrse en su interior hasta llenarle la vulva en fuertes órganos que compartían.
Por su parte en casas, también las cosas estaban cambiando, aunque su madre se mostraba contenta, ella si le pidió perdón a su hijo por el incidente, pero se portaba mas maternal con este, y al verlo embarnecer hasta tomar un aspecto tan masculino, no dejaba de felicitarlo por tan buen cambio, asegurándole que las chicas irían tras él, incluso su hermana Nady le diría que se veía mejor, y este la invitó a irse a entrenar, lo cual pareció llamar la atención de la chica, aunque pronto su hermano Ned criticaría eso, molestando a todos, sin embargo, lo que más le importó a Rob sería el comportamiento de la más pequeña de la casa, e igual que la reacción de su prima iba siendo la de Matilda, quien no dejaba de verlo inquieta, de hecho no perdía la oportunidad de buscar dormir en su cama, durmiendo desnudos juntos, ella no dejaba de tallarse, como si tratara de impregnarlo, de hecho se volvía un deleite porque su figura se iba desarrollando de manera precoz, logrando que su sensualidad se incrementara, lo cual se evidenciaba cuando al pasar las vecinas que la vieron como una niña dijeran que se volvía una preciosa señorita, pero los chicos empezaban a rondarla de una manera morbosa.
Quizás por esas nuevas atenciones Maty se veía algo diferente, siempre fue sumisa, pero en si parecía manejarse de manera suave, era fácil tratarla, aunque no dijera mucho, solo asentía u opinaba algo temerosa, sonreía, en verdad decía pocas cosas, era como si hubiera heredado mucho de la actitud de su madre, quien era abnegada ante los deseos de su esposo, por ello es que seguían juntos, ella era muy femenina, mientras que él tan masculino, formaban una buena pareja, siendo parecido con sus hijos, quienes por alguna razón que solo sus padres conocían, es que permitían que estos estuvieran en una relación tan morbosa, dejándoles dormir juntos mientras se iban entregando en una relación tan lujuriosa. Sin embargo, las cosas iban cambiando con Matilda, se hacía muy silenciosa, parecía que algo le asustaba, e iba al cuarto de su hermano a dormir la mayoría de las veces, y pese a que en un principio había alguna clase de contacto sexual, con el tiempo esto se fue relajando, aunque siempre al despertar juntos se les veía desnudos, siendo de hecho Rob el primero en notar como las tetas de su hermanita iban creciendo para ser similares a las de su madre, ganando un aire demasiado sensual, para una niña de su edad, además que Nady pasaba por lo mismo, quien pese a sus esfuerzos por evitarlo, empezó a llamar la atención, haciendo de las 3 un deleite.
Durante los últimos días del verano e inicios del otoño, ocurriría algo especial, Noriko iba a una fiesta de disfraces, sus compañeros organizaron una para festejar su último año de bachillerato, pero la chica no estaba convencida, pues no confiaba en ellos, quería que Rob la acompañara, solo que ningún chico apoyó eso, estaban celosos de ese primo suyo, de alguna forma habían logrado que se hiciera en la escuela, así que no había tanto problema o al menos eso creyeron, la verdad era que por las fiestas de temporada muchos salones festejarían, aunque estaba estrictamente prohibido el licor, lo cual aseguraron evitar, así que no hubo tantas dificultades, sin embargo ocurriría lo imaginado, ese imbécil de antes, quien estaba obsesionado con Noriko hasta el punto de llegar a buscarla cerca de su casa, quien ya estaba terminando la carrera, volvía para seguir acosando a la chica, y en mal momento también la clase de Rob usaba la escuela para festejar, le metieron algo a la bebida de la chica, quien quedó confundida, sacándola de la fiesta, solo que su primo se daría cuenta al verla junto a 3 idiotas siendo llevada a un lugar apartado, y su prima con disfraz se veía deliciosa, tal para violarla detrás de unos salones, lo cual no iba a tolerar, de hecho notaba que esos brutos si estaban ebrios, por lo que pidió a una compañera que los reportara mientras él los detenía, y a mitad de aquel atropello, la iría a defender, situación que desencadenaría 2 cosas:
1ro.- tras romperle la cara al idiota, Rob fue por su prima, quien estando vulnerable, le ataron las manos con cinta aislante, no podría evitarlo, querría quedar al menos con la verga bien encajada del chico que si le gustaban siendo un gusto especial, cogerla entre los salones antes que llegaran los maestros (aunque nunca llegaron), sin que nadie los viera, ella usaba una especie de traje como de monja, pero al ser retirado quedaba una tanga con unas medias, no usaba sujetador, pues ella desde antes deseaba volver con su primo a casa para tener una fiesta privada, donde entregara su cuerpo totalmente, ahora lo estaba disfrutando en medio de decoración de temporada, ocultos de las vistas de todos, recibiendo las embestidas del chico, quien le hacía gemir hasta no poder mas, era un deleite ver esas tetas moverse de manera tan sensual, a veces las alcanzaba para morderlas o chuparlas, pero al final como siempre se correría de la forma más intensa, alegrando a Noriko, quien melosa le diría que solo él podría tenerla, una idea que le dio un gusto total, aunque cabía decir que luego se descubrirían muchos secretos de ella.
2do.- Rob no dejó que el imbécil huyera, usando una cadena para bicicletas, lo amarró desnudo y golpeado al asta bandera, al notar que los maestros no llegaron, seguro que no querían que les prohibieran las fiestas, así que enojado decidió causar una polémica al amanecer cuando lo descubrieran, lo cual provocaría algo inesperado, pronto llegaría el abuelo de este idiota exigiendo justicia, se trataba de un empresario exitoso con varios comercios en más de un estado, quien estaba acostumbrado a salirse con la suya, siempre luciendo una imagen familiar, impecable, pero en mal momento aquel tipo, era igual el abuelo de Noriko, pues el anciano era un promiscuo que no sabía contenerse, abusaba de todas las mujeres cerca, teniendo varios hijos fuera de su matrimonio entre ellos el padre de la chica (salido de una oriental), un medio hermano del papá del tal imbécil prepotente que la quería violar (hijo de la esposa oficial), lo que era peor, Claudia se había metido con ambos por una situación bastante delicada, prácticamente fue abusada, pues igual los hijos de aquel hombre prepotente no se pudieron contener con el precioso cuerpo de la mujer, causando una polémica interna, pues este también era el padre de la otra hija de la mujer, quien se la había quitado en un juicio amañado, por lo que prácticamente se metieron en un problema tan severo, que destrozó toda la credibilidad de aquellos tipos.
Los periódicos sonarían diciendo que el viejo empresario tendría un par de hijos violadores, detalle que incluso molestó a Claudia, porque la integridad de Noriko, además de su otra hija, la que le robaron hace años, estaba en juego, sin embargo, esto era algo necesario, pues luego de tanto tiempo, parecía que podría tener alguna clase de oportunidad de resolver el problema que escondia, rescatando a su hija perdida.
Después de ello, las cosas cambiarían para Rob, pues su tía se iría un tiempo de la casa de la abuela, llevándose a Noriko, lo que dejaba sin sexo al chico, quien aparte no había tenido más acercamientos con su hermana, de hecho cavia mencionar que al no tener sexo real, la relación entre ambos se habían estancado, detalle que afectaba a Maty, o algo así aparentaba, pues se le veía algo molesta, ansiosa o asustada, deseosa de algo que el chico no entendía, pues perdía el interés en ella, aunque no es como si le negara sus encuentros, además que la quería mucho, la encontraba irresistible, deseaba hacer más cosas con ella, aparte de besarla, sobarla, sentir sus tetas, aunque debido a la situación vivida ya no eran tan intensos, casi se volvía una deliciosa rutina que le gustaba, aunque prestaba mayor atención a satisfacerse con su prima, sin darse cuenta prestaba más atención en esta que en su pequeña mujercita. Sin embargo para la semana desde que la tía Claudia se fue, pasaría algo, era fin de semana, y Matilda había estado algo celosa, su hermano llegaba cansado, ignorándola un poco, pasó largo rato en el gimnasio al que iba, entrenando boxeo, le gustaba los resultados que tenía, igual a la niña, quien miraba con más gusto, si esa vez Rob quería ver una película de estreno en su servicio, pero iba hacerlo solo, sin embargo, Maty se quedó a su lado en un capricho que le pareció irresistible aunque igual le molestaba, pues no sabía porque, pero algo le decía que no debía meterle la verga hasta el fondo, y eso le frustraba, a diferencia de con Noriko, no llegaba hasta el final con ella, el placer máximo, así que le desesperaba tenerla tan cerca, sin poder hacerla suya en realidad, por lo que le miraba con cierto fastidio, que se daba cuenta la chica, sabiendo perfectamente, lo que ocurría, por lo que esa vez ocurriría algo inesperado.
Estaban viendo la película, ya era después de media noche, nadie los iría a molestar, incluso los sonidos de sus padres cogiendo se habían acabado, pues una vez que terminaban dormían hasta el amanecer, Maty lucia solo su playera, pero esta no contenía sus enormes tetas, realmente quería coger con ella, Rob no se resistía, a pesar de ser su hermanita era demasiado sensual, aunque algo le detenía, y no solo eran imaginaciones suyas, pues en un momento ella quería ponerse melosa, acercarse a su hermano para que este le hiciera algunas cosas, sus encuentros personales, con besos y caricias, pero él había perdido interés gracias a Noriko, extrañaba ese cuerpo seductor, con su hermanita no podría saciarse, solo masturbarse, aunque debía aceptar que le gustaba algo en ella mucho más que en su prima, pero no era suficiente. Notando ese descontento, Matilda, actuó de manera extraña, acercándose a su hermano para besarlos, eso no pudo ni quiso evitarlo Rob, quien era consciente que él fue quien inicio todo, quizás debía terminarlo, pero no quería romperle el corazón a su linda Maty, pues en ese momento le besaba con una pasión desatada, lo hacía demasiado bien, no parecía que fuera tan inocente como pensó, de hecho usaba su lengua de manera sensual, eso era extraño, aunque siempre estaban juntos en casa, poco habían hablado, además desde que entró al gimnasio dejó de prestarle tanta atención, sin embargo ahora esos besos le daban una sensación bastante placentera, además comenzaría a tallar su verga en la vulva, lo que haría que la misma chica se frotara, logrando que se sintiera mejor, y por momentos se le veía el rostro a Maty, estaba enrojecido, perfectamente caliente, no pudo evitarlo, quería cogerla, a fin de cuentas era su mujer, su padre se la entregó, pero cuando pensaba en penetrarla, ella se alejó, lo cual le iba a fastidiar si no fuera porque esta haría algo nuevo.
Con sumo cuidado se puso entre las piernas de su hermano le bajaría la pantalonera deportiva, para sacarle la verga, siendo un miembro considerable, la niña lo vio sorprendida, quedándose roja por unos segundos, en los que esta se veía insuperable frente a tan menuda criatura, eso no le importaría cuando comenzara a darle una buena lamida, que empezaría en la base, pero subirían hasta tragarse la cabeza del miembro empezando una mamada, metiéndose en la boquita su virilidad de una forma tan experta, mientras su lengua hacia caricias inesperadas, las cuales sonrojaron al chico, quien veía a Maty sin saber que decir o hacer, era demasiado rico, además que estaba sacándose la ropa, quedando solo con unos calzoncitos rosas que apenas le cubrían algo pero en veces se sacaba el miembro para rosarle con sus tetas, siendo un juego demasiado excitante, jamás esperó que le fuera hacer eso su lida hermana, quien no dejaría de sobarse el miembro encima, o lamerlo cuidadosamente, mientras tallaba esa punta, hasta que se pudo correr, y la embarró de todo sobre sus chichis, luego de ello lo tomaría entre sus dedos para chuparlo, se lo tragaría sin dejar nada.
Fue una situación bastante inesperada, pero no podía ignorarla, pues desde cuando había aprendido aquello Matilda, no tenía sentido, siempre había sido una niña inocente, decía poco, más nunca le guardaba secretos a nadie, y cuando le quiso preguntar esta quiso escapar, más no se lo permitió, por segundos quiso insistir, sin embargo tenerla así, no le dejó pensar con claridad, quería seguir disfrutando, así que volvió a besarla, mientras embarraba sus pechos con el semen, dándole un masaje sensual que calmaba la situación, luego de una noche de juegos eróticos podría interrogarla, o eso pensó Rob.
Sin dudarlo por un instante, se llevó a su hermana al cuarto, la cargaba como princesa, eso siempre le había gustado, pero una vez en el colchón, sacándose la ropa dejando ver su erección que volvía a dársele, le sacaría su calzoncito, quería verla gemir y le comería la vulva jugosa, haría su esfuerzo por verla gemir, y se daba cuenta que las cosas estaban cambiando entre ambos, no recordaba en ese momento si llegó a chuparle antes la conchita a Matilda, pero la niña le veía sorprendida, gimiendo levemente, mientras se mordía el labio evitando gritar del placer, así en segundos ella estaría corriéndose, pero debido a lo ocurrido, no quería dejarla así nomas, algo ocultaba, se lo iba a sacar a como diera lugar, y un poco mandón le decía:
Eres mi mujer, si o no, Mati, no sé como aprendiste eso, pero me tienes que contar, o si no dejaré de quererte – le decía confiado Rob, mientras le volvía a chupar su cosita jugosa, la cual empezaba a escurrir sus mieles de pasión se le veía demasiado perdida en esas sensaciones.
La niña apenas respondía con secos “si” pero apretaba la cabeza de su hermano contra su conchita, quien le acariciaba con sumo cuidado esa parte intima, usando su lengua con un tacto especial, el gesto lo veía a pesar de la oscuridad, era verdaderamente hermoso, quería seguir disfrutando, lo sabía perfectamente ella se entregaba con el por gusto, aunque algo le molestaba, más no conseguía saber que, se calentaba tanto que pensó nuevamente en penetrarla, su coñito estaba escurriendo de manera abundante, sería tan sencillo hacerla gozar, pues fácil con su lengua habría de lograr que se corriera al menos 2 veces más, e iba a intentarlo, quería meterle la verga para reclamarla como suya, cuando sintió que esta comenzaba a llorar.
No pudo hacerlo, si iba a cogerse a Mati, ella debía gozarlo, sería el mejor momento de su vida, algo ocurría, sin embargo no podría averiguarlo de momento, muy a su pesar era imposible tener ese placer ahora, así que comenzaría a acomodarse para dormir con ella, y si acaso tallaría su verga entre los muslos de la chica, hasta correrse, recordándole de esa forma que le pertenecía, a lo que su hermanita le besara en los labios, buscando acercarse un poco más a su amante, como asegurándole que así era.
Luego de ello seguirían un par de días tranquilos, nada fuera de lo usual ocurría, era algo tedioso el ir y venir de los días, sin embargo igual por ello, la ausencia de Noriko se hacía resentir, en verdad se habia acostumbrado a tener su cuerpo cuando quisiera, tocar sus tetas, o sobar su culo, penetrarla hasta llenarle todo con su leche, aquella abstinencia le resultaba detestable, esto hasta el punto que Rob se desesperaba, y nuevamente fue a los salones abandonados (bodegas) de la escuela, donde buscó con quien calmarse, teniendo suerte de toparse a una chica un poco mayor, era reprobada o al menos eso recordaba, pero que con suerte se dejó coger muy rico, sintiendo su coñito escurrir, mientras mordía su suéter para no gemir, además sintió su culito carnoso, aunque al sentir los pechos no pudo evitarlo, se sintió decepcionado al compararlo con los de Noriko o Matilda, pues no eran tan grandes, realmente quería volver a verse con su prima, pero la tía se había ido y seguramente se tardaría un tiempo en regresar, aunque eso le dio una idea, y era ver qué pasaba con July, quien igual se veía muy rica, seguramente podría cogérsela bastante rico, por lo que pensó en acercarse a ella. Aunque no le gustaba mentir con algunas cosas, dijo sentirse mal para salirse a revisar a su prima y hermana, quizás la última de las hijas de su tía, iba a probar suerte quizás esta le dejara coger con ella, así que fue a la secundaria, dándole aviso a su abuela que le dejaron salir antes, y que podría recogerlas, pues era necesario, siempre había chicos tratando de propasarse con ambas, y así fue que llegó a buena hora, faltando unos 10 minutos antes de la salida, y como él estuvo antes estudiando ahí, le dejarían entrar sin armas problemas a fin de cuentas le decían:
Carajo, con que te mandaron a ti esta vez, no les vayas a romper el hocico a los chamacos, que muchos están salidos con tu prima y hermana – decía el viejo de la entrada, que seguro igual quería meterle mano a cualquiera de las 2.
Si bien que sabía que ambos tipos en la entrada eran unos cerdos, quienes decían cada cosa que podían de las chicas, de hecho por las malas lenguas se enteró que alguno de estos logró meter a una estudiante en el cuarto del intendente donde lograría cogerla de manera casi forzada, muchos decían que la chantajeo, y le metió verga hasta hacerla chillar de gusto, en su momento los vieron como héroes, pues ninguno tuvo que pagar las consecuencias, sin embargo ahora que se metían con su hermanita, le daban ganas de romperles la cara a golpes, y como eran algo delgados, no muy fornidos, eso no parecía imposible.
Rob entraría con la escusa de aprovechar el baño, aunque bien quiso dar un vistazo dentro de la escuela, sabía que muchos de los maestros eran mañosos, seguramente querrían hacerle algo a cualquiera de las 2, pues cualquiera de las niñas eran demasiado lindas, de hecho ambas mostraban esas formas deliciosas, que llamaban la atención de muchos imbéciles al caminar, eran demasiado seductoras, sus camisas sobresalían, sus faldas no contenían aquellos muslos, y las calcetas remarcaban de manera sensual sus piernas, eran una tentación. Por eso pretendía buscar alguna pista, pues seguía con el pendiente de Maty y su técnica con la lengua, le había hecho una mamada deliciosa, casi tan deliciosa como la que sintió de su madre, aunque está seguro la tenía por su experiencia, lo cual no tenía su preciosa niña, en verdad sucedía alguna cosa indeseada, y por suerte al ir buscando en la secundaria se daría cuenta, pues llegaba justo a tiempo, aunque no era con su hermanita, pues vería como un maestro sacaba a July para que le ayudara con unos papeles, pero todo acabaría muy mal.
Rob les siguió con dudas, y pronto descubriría que el profesor de álgebra trataba de chantajear a su prima, una mamada por un punto, era probable que por ahí fueran las cosas, ella estaba por aceptar, el tipo se veía vicioso, casi comiéndose a su prima con la mirada, le quería que le tallara la verga que se iba sacando con sus tetas, de hecho le decía: vamos pequeña puta, házmelo con las tetas, quiero verte volver a casa con mi leche embarrada; eso le asustó a July, quien se veía buscando alguna salvación, pero el maestro un tipo de lentes con cara amargada se estaría burlando, cuando sería rescatada, pues el chico grabaría como este le quería violarla por la boca, antes de interrumpirlos, casi matando del susto al degenerado, quien luego de eso acabaría muy mal, lo terminarían corriendo, peor sería buscado por la ley, el director no le gustó nada la situación, quizás estaba metido en aquellos abusos, incluso podría ser que quería probar el dulce coño de sus alumnas, algo se miraba en su cara, un fastidio, pero prefería quedar como el bueno a ser tachado de violador.
Por su parte July le diría un par de cosas, tendrían una charla extraña, no sabía que pensar, pero algo si le dejaría claro con un beso en la boca, empezaría a tener una especie de encuentro especial, justo lo que necesitaba, se fue sacando la ropa, dejando ver una figura sumamente apetecible, aunque no era tan sensual como la de Matilda, pero no estaba tan mal, casi por inercia ambos se movían, como si aquello no fuera desconocido para ninguno, aunque July solo era mayor a su hermana por un año, lo cual indicaba que tampoco era virgen, detalle que le sorprendió mucho, apoyando sus miedos con su Maty, aunque irían quedando de lado cuando su primita fuera dejándose clavar por su verga, mientras estaban solos en la casa, tendrían sexo de manera intensa, pese a la edad la chica lo hacía bien, moviendo sus caderas al ritmo que daba Rob, quien era muy cuidadoso, pues debido a la edad, sentía que podría romperla, sin embargo mientras se iba emocionando, aquello quedaría de lado, de hecho acabaría teniendo un ritmo fuerte, penetrándola como un salvaje, haciendo un esfuerzo por todo el tiempo sin acción, se convertía en una bestia sexual, agitándose en una serie de embestidas bastante rudas, la chiquilla parecía muy experimentada en eso, dejándose hacer cuanto quisiera, clavándose ella sola la verga de tal manera que sus suspiros resonarían en el cuarto, mientras se iba corriendo, era como lo pensó, también su primita era algo puta, e iba a disfrutarlo, aunque el gusto no le duraría tanto, pues al llegar la abuela esta se detendría y le diría: Rob, sigue salvándome y seguiremos haciendo esto, si…
Muy excitante con morbo y lujuria, espero la continuación.